Hola *-*~ lamento demorar un poco pero al fin otro capítulo de este fic que ya va llegando a su fin. No sé qué pensarán de este capítulo, pero quiero saberlo... ¡Gracias por leer!
Tom trataba de dialogar con él mismo y calmar sus estúpidos nervios, no por el anillo que tenía en el bolsillo, sino más bien por la especie de remordimiento, por sentir sus labios hormigueando o con una sensación parecida a eso que le recordaba al beso que Georg le había dado. “Ya basta, ¿acaso antes no ha pasado? Siempre te salías con la tuya, ahora, ¿cuál es el maldito problema?”, pensaba echándose la culpa.
Llegó al departamento y no encontró a Bill en la sala. Ya era de noche y supuso que estaba en la cama a punto de dormir.
Fue a la pequeña cocina a tomar un vaso con agua y pensó que lo mejor era una ducha de agua fría y a dormir. El día había sido bastante movido para él.
—Tom… —escuchó la voz sensual de Bill desde la habitación y sonrió ante ese tono, supuso que Bill tenía ganas de él. Últimamente era así, era como que Tom hubiera despertado algo nuevo en Bill y eso le llenó de un orgullo nunca antes sentido, él era su hombre, su mentor, su maestro de perversiones, ¿qué más podía pedir? No debía quejarse o estar pensando otras cosas, pero de todas formas no calmaba esa estúpida curiosidad…
Caminó hacia el pasillo rumbo a la habitación de ambos y se quedó parado en el lumbral de la puerta, viendo a Bill sentado en la cama sin nada de ropa y con una toalla en las manos, secando su cabello largo y negro hasta sus hombros.
—Tom… —volvió a decir, esperando se descontrolara, fuera a la cama y lo tomara de todas las formas posibles, pero Tom solo rió ante esa insistencia y evitó verlo, quedándose en el lumbral—. ¿Mi Tom quiere sexo? —preguntó con una sonrisita y la mirada oscura, jamás Tom lo había notado así y volvió a reír—. ¿Qué pasa?