lunes, 10 de marzo de 2014

Hasta el final de los tiempos - 21

Hola a todos, disculpen la demora, me está costando algo escribir capítulos nuevos, pero aquí les traigo uno nuevo, espero les guste n_n
El hambre era una de las sensaciones más desagradables que existía. El mismo estrés, el mismo miedo y toda la tensión les obligaba a comer grandes cantidades de comida para estar preparados en actuar ante cualquier amenaza. Pero ahora escaseaba. Habían salido de la casa que tenía un almacén y ahora debían buscar la forma de conseguir comida y sobretodo seguridad.

Habían regresado al tractor, pero también Georg se había dado cuenta que el petróleo comenzaba a faltar, debían conseguir más. 

El sol se ocultaba y los corazones de todos los presentes comenzaron a latir de temor… la carretera estaba desolada, sin embargo, eso no garantizaba que no aparecieran en cualquier momento las criaturas. Solían salir de noche porque tenían un instinto primitivo de caza, las presas dormían en la oscuridad y era mejor cazarlas en esa condición, como de sorpresa. 

—Joder, debemos buscar refugio —sugirió Tom, ya todos miraban a todas direcciones en busca de estar prevenidos ante cualquier grupo de zombis.

Pamela, sentada sobre los muslos del señor Jörg, lo abrazó casi inconscientemente debido que vio sombras correr.

—No puede ser… —susurró la pequeña y el señor Jörg apretó sus manos en su cintura para tranquilizarla.

—Ya llegamos hasta aquí, si vienen les haremos frente —dijo Jörg buscando darle valor.

Bill estaba sentado al lado de Georg y Tom, miraba hacia la carretera y tenía una sensación de incomodidad, era la ansiedad que solía venir cuando buscaba acción.

—Será mejor que ninguno ose en acercarse porque tengo sed de sangre —dijo apretando los dientes, suspirando hondo de sólo pensar en quebrar cabezas, correr tras esas criaturas y reventarlas literalmente.

Tom lo observó y se asustó un poco de esa extraña sonrisa que tenía en los labios, de su hermano dulce quedaba muy poco. Recordaba esa vez que lo llevó de la mano por toda la ciudad en busca de su padre, cómo las lágrimas bajaban por sus redondeadas mejillas cuando lo vio en la cárcel y cómo él mismo le había dicho que debía ser fuerte… ahora no quedaba más de ese pequeño hermano que solía tener.

Miró con desagrado cómo su padre abrazaba a Pamela, estaba bien que la consolara, pero podía notar algo extraño entre los dos así que le lanzó una mirada de fastidio a su padre quien supo darse cuenta.

—Bill… —llamó un tímido padre y éste giró el rostro para verlo, con la mirada le indicó que debía ser él quien la cargara en sus piernas, no había sitio para cinco. Bill sólo regresó la vista hacia el frente, restándole importancia, él no cargaría a Pamela, a una mujer nerviosa y asustada, él necesitaba mantenerse en alerta.

—Necesitamos combustible, es urgente —advirtió Georg—. Esta cosa se detendrá en cualquier momento.

—Necesitamos refugio —dijo Pamela—. Un lugar tranquilo.

—Necesitamos comida —dijo Bill—. Necesitamos ir hacia un pueblo, cogeremos la comida, combustible y refugio.

—Pero en los pueblos hay criaturas, es una mala idea —contradijo Pamela y Bill la miró serio.

—Pues iremos allá, denme un mapa.

—¿Estás demente? —Pamela estaba asustada, del novio dulce y calentón sólo quedaba uno frío e indiferente. 

—Sí, Bill, ¿estás demente? —Intervino Tom, era la primera vez que se ponía de lado de Pamela. Los dos lo miraban consternados y Bill sólo les sonrió.

—¡Apúrense, esta cosa empieza a bajar! —dijo Georg viendo los niveles de combustible. La oscuridad era casi total, no había fluido eléctrico, apenas las farolas del tractor alumbraban el camino.

—Aquí —señaló Bill en el mapa—. El condado del este está cerca, hasta podríamos llegar caminando.

—Quizá0 sea buena idea —dijo su padre—. Georg, haz lo que te dice, maneja hacia esa dirección.

Era retroceder un poco y avanzar hacia un desvío. Al momento de dar hacia atrás se percataron de un grupo considerable de criaturas que los habían seguido por el sonido.

—¡Maldición! —gritó Georg comenzando a agitarse, aun no superaba el problema que tenía al ver esas cosas, todo su sistema entraba en pánico, sentía que se asfixiaría en cualquier momento.

Bill se percató que había sido una mala idea retroceder, debían matar a esas cosas porque si el tractor las aplastaba podían quedar varados y eso sí sería peligroso, las criaturas rodearían en segundos el tractor y todos morirían poco a poco.

—¡Carajo, no! —gritó Bill deteniendo las ganas de avanzar y aplastarlos de Georg. Detuvo el tractor y pasando por encima de Georg abrió la puerta y bajó de un impulso.

Todos los presentes gritaron pensando que sería el fin. Jörg quiso tomar a su hijo, pero como tenía a Pamela en sus piernas apenas pudo moverse.

Todo pasó como en cámara lenta. Bill había bajado y con el mango de su revolver uno a uno iba dándoles en la cabeza a las criaturas. La sangre salpicaba por todas partes. Los seres de cabello blanquecino, sin labios, cuerpo consumido iban muriendo uno a uno de un solo golpe.

Tom se bajó y comenzó a disparar desesperado a cada cabeza que podía ver.

—¡No gastes municiones! —gritó Bill y un grupo de criaturas lo rodeó. Fue cuando sintió cierto temor, era un grupo de casi ocho que querían morderle, y así fue que gritó como un rugido al sentir que morderían uno de sus brazos que lo tenían inmovilizado y no podía darles con el arma.

—¡Bill! ¡Bill! —escuchaba los gritos aterradores de su gemelo a su tras y luego sintió cómo los agarres de las criaturas se hacían débiles y se apartaban de él, gruñendo, amenazándolo con sus dientes.

—¡Fuera! —gritó Bill enfrentándolos. Gruñó otra vez y éstos retrocedieron otro paso más.

Tom se quedó inmóvil y detrás de él su padre también, dentro del tractor Georg abrazaba a Pamela quien se había desmayado por la impresión y porque su cuerpo sufría poco a poco todo un cambio hormonal…

—¡Cobardes! —gritó Bill sintiéndose un poco mal, la pelea había terminado, las casi ocho criaturas que quedaron vivas, se retiraron uno a uno, dándole la espalda—. ¡Vengan aquí! ¡Vengan por su chocolate!

Su padre se le acercó por la espalda y posó una mano en su hombro, sintió cómo Bill se tensaba y se liberaba de ese agarre. Volteó a ver a su padre y buscó con la vista a los demás, todos vivos. Suspiró cansado, estaba ensangrentado y miró la autopista.

—Debemos mover esta mierda para continuar.

Tom le ayudó en silencio, pero no dejaba de sacar los ojos de sobre su hermano.

—Es raro, ¿no crees? —preguntó cuando apilaban un cuerpo sobre otro para despejar la autopista. 

—¿Qué es lo raro?

—Lo que tienes.

—Y según tú, ¿qué tengo? —Lo miró de reojo y se secó la frente con el brazo, fue cuando se percató de que tenía casi toda la cara ensangrentada—. Cielos, estoy apestando. Necesitamos una ducha.

—Bill… eres cómo ellos. —Bill se tensó y lo miró con ira.

—Será mejor que dejes de decir tonterías. —Se alejó de Tom camino hacia el tractor.

Dentro, Jörg daba palmaditas en las mejillas de Pamela—. Se ha desmayado, tu novia se ha desmayado —informó lo evidente a un despreocupado Bill.

—Es una señal de que necesitamos un descanso. —Fue todo lo que dijo, acercándose a Pamela la jaló de la mano para atraer su cuerpo hacia él y ponerla sobre sus piernas—. Hey, hey, princesa, abre los ojos o te provocaré n fuerte dolor. —Los presentes observaban la “dulce” escena con extrañeza. Hacía días no los veían así de juntos. Tom se acercó al tractor y también observó subiéndose para entrar.

—¿Dolor? Estás loco —dijo Georg—. Necesita un poco de agua, una cama.

Bill miró su traje, estaba un poco abierto el cierre de adelante y sus pechos se notaban un poco, sonrió ante eso y metió una mano delante de todos.

—¡Qué haces! —gritó Jörg un poco preocupado.

Bill tomó uno de sus pezones y lo apretó con saña. Pamela abrió los ojos y gritó pensando que era comida por miles de zombis. Pero luego se topó con la extraña mirada de su novio sobre ella y su espeluznante sonrisa. Llevó una mano hacia su pecho y quitó la de Bill componiéndose en sus piernas, sintiéndose mareada.

Georg y Jörg habían dado puñetes en el brazo de Bill para que la soltara, nunca antes habían visto esa forma de despertar a un desmayado, peo había funcionado.

—Ahora, Georg, maneja hacia el pueblo. 

Pamela se quedó sentada en las piernas de Bill y lo abrazó buscando protección. 

Muchos giros en la carretera y vieron unas casitas a lo lejos, en el campo. Las casas significaban comida, no importara qué tipo, sólo necesitaban llenar sus vientres o caerían rendidos.

Estacionaron el tractor debajo de un árbol, debían buscar otra movilidad, pero antes necesitaban refugio.

—Iremos a limpiar la zona —dijo Bill jalando a Tom consigo.

—Hijos, no —un padre muy preocupado estaba asustado de esa idea.

—¿Quieres ir conmigo? —invitó Bill.

—Quiero ir contigo —dijo Tom pensando que Bill lo cambiaría por su padre.

—Alguien fuerte necesita cuidar a los niños —dijo Bill refiriéndose a Pamela y Georg.

Al final, Bill y Tom fueron juntos. Jörg debía vigilar la entrada de esa casa. 

—Bill… —Tom se sentía muy lejos de su hermano, desde que todo había pasado su hermano se había transformado en una especie de ser insensible en busca de acción, él buscaba el Bill que siempre conoció, por el cual había sentido cosas extrañas y aun las sentía—. No sé tú pero te noto tan distinto. —Ambos caminaban juntos apuntando con el arma y una linterna hacia todos lados en busca de alguna criatura.

—¿Y cómo quieres que sea? Estamos en el infierno, debemos adaptarnos. —Tom no podía contradecirlo, pero también quería demostrarle que aun sentía cosas por él.

—Pero eso no impide que podamos tener una vida digna, hacer un refugio y vivir, vivir juntos… —se miraron y Bill entendió su punto. 

Estaban dentro de la casa y al parecer estaba deshabitada ya que de lo contrario cualquier criatura hubiera salido por ellos.

Tom se le acercó, extrañaba mucho ver el rostro de Bill sin esas manchas de suciedad producto de las muchas peleas con los zombis. Tomó un pañuelo de su bolsillo y comenzó a limpiarle primero la nariz, luego las mejillas. Por alguna extraña razón Bill se dejó, rendido cerró los ojos perdiéndose en esas sensaciones como caricias en su rostro, hacía tiempo no sentía ninguna e incluso su mente lo llevó a su niñez en brazos de su mamá Simone cuando ésta le limpiaba la cara con delicadeza y luego le echaba el bloqueador de sol para ir a la playa.

Tragó saliva y llevó una mano hacia la muñeca de Tom deteniendo así sus ya caricias. —Estoy limpio —dijo aun con los ojos cerrados y algo dentro de Tom brincó, era una voz distinta, una suave que provenía de su pequeño hermano. Así que se armó de valor para pegar todo su cuerpo al de Bill quien retrocedió muy rápido hasta que su espalda chocó bruscamente en la pared más cercana y soltó un jadeo.

—Hey… hey, Tom —sonaba nervioso, estaba débil, había recordado ciertas cosas que juró no hacerlo más el pasado ya no existía, la paz, el amor, la tranquilidad, el hogar nunca más sería uno cálido.

Tom besó sus labios con tanto deseo, sus manos viajaron por todo lo que podía del cuerpo de Bill con unas ansias de sentirlo. Le mordió el labio y Bill se separó, agitado, ruborizado. —Eres tan inconsciente —le dijo con la voz entrecortada de la excitación—. Mira cómo me has puerto. —Con un movimiento le indicó su erección y eso para Tom fue cantar victoria, su sonrisa se agrandó y quiso abrazarlo, pero Bill lo detuvo—. No, no te pases, afuera están esperando y tú quieres acabar esto. No seas estúpido. —Bill vivía más en la realidad, a diferencia de Tom que buscaba amores aun en esas condiciones extremas de la vida humana.

Bill se separó y lamentó mentalmente ser tan débil ante un simple beso, no era correcto lo que hacía y su mente pensó en Pamela inmediatamente como una forma de protección de pensar en Tom. Pamela desnuda, Pamela con las piernas abiertas, o en cuatro, lo que fuera, pero Pamela dispuesta a ser penetrada esa noche para calmar su hambre de sexo. Así lo haría, pero primero debía limpiar la casa.

Minutos más tarde, Tom caminaba detrás de Bill hacia donde él iba. Bill podía darse cuenta que buscaba contacto, pero no se lo permitiría. Ya habían constatado la casa vacía y libre de peligro, habían encontrado un bonito almacén de comida y aunque la mayor parte de cosas estaba malograda, había un saco de arroz que pensaban cocinar y llenar sus vientres.

Tom salió por los demás y los hicieron pasar tratando de no hacer mucho ruido. Las pequeñas linternas con las que entraron fueron apagadas cuando la cocina fue encendida, todos en la cocina esperaban que Pamela hiciera magia. Todos ayudaban sin hablar, sólo seguían las órdenes de la única mujer presente. Georg vigilaba la puerta parado como un soldado pero el vientre le rugía de tanta hambre.

Pronto, una bola de arroz blanco era servido en un plato y encima de esto atún vencido pero no sabía mal. Nadie habló nada, sólo se escuchaba la respiración agitada del grupo comiendo lo más rápido que podía.

—Muchas gracias Pamela, esto estuvo delicioso —dijo Jörg suspirando de la agradable sensación que era estar lleno.

Tom estaba al lado de Bill y acarició su brazo. Bill pudo percatarse del tipo de roce y se alejó un poco.

Estaban de pie, en un círculo alrededor de una pequeña mesa donde aún la olla de arroz estaba semi llena. Ahora debían buscar un lugar donde dormir.

Bill se le acercó a Pamela y tomó su cintura. —No te preocupes por lavar, mañana con la luz del día. Ven. —La jaló rumbo hacia alguna habitación.

Tom no pudo contener los celos, podía predecir para qué se la llevaba. Pero eso estaba lejos de pasar, Pamela no veía interés alguno de Bill para con ella y cuando la puerta de la habitación que escogieron se cerró, Bill buscó besarla donde cayeran sus labios. En su cuello, queriendo sacarle el traje y ella se quejaba.

—¿Qué pasa contigo? No quiero, Bill, no quiero. —Se removía—. Me duele, no entiendes de esas cosas, pero no deseo.

—Eres mi novia, qué pasa contigo, ¿ya no me quieres? —Se miraron a los ojos y ella se entristeció.

—Eres tú quien ya no me quiere, ¿crees que no me doy cuenta de que sólo quieres sexo? ¿Y qué hay conmigo? 

—¡También tú! —reclamó gritando y ella se consternó—. ¿También me reclamarás cosas de amor? El amor no existe Pamela, solo quedamos nosotros y deseo follarte fuerte, te va a gustar, ¿cuál es el problema? —Ella se ofendió y le dio una bofetada buscando salir.

Bill no era el novio que ella quería.

Todos en la casa habían escuchado la discusión y el único quien sonreía era Tom. Bill no pasaría la noche con ella y él podía intuir que Bill estaba deseoso.

¿Les gustó? jeje, veremos qué más pasará~ ¿Qué creen que pasará? XD

7 comentarios:

  1. Omg extrañaba el fic!
    me encanto la parte en la que Tom limpia la cara de Bill se me hizo tierna *w*
    y ahora Tom se "aprovechara" del rechazo de pamela? porfa siiii XD

    Saludos pinky sigue asi! por la u estaba toda estresada XD pero me alegraste el día n.n

    ResponderEliminar
  2. o_o no sé que me resultó más desagradable, si la actitud de Bill o la relación extraña entre el padre y Pamela... Aunque aún lo de Jorg y Pamela se me hizo en cierta manera tierno porque ahora que Simone falleció él está solo, y ella también teniendo un novio como Bill que ni la quiere... Ojalá Tom consiga hacerle cambiar su forma de ser y entre ellos pueda nacer lo que el amigo de Jorg pronosticó.
    Besos Pink y sube cuando tengas tiempo no te preocupes ~~

    ResponderEliminar
  3. AMO este fic.... Me parece cada vez mas interesante, no se, pero amo la actitud de Bill en este fic, es tan diferente a como estoy acostumbrada a verlo. Nena, te amo, te lo he dicho muchas veces, espero no te canses de mi amor obsesivo U.u
    Mi Pinkuu sube cuando tengas tiempo, eh, no te me estreses.

    ResponderEliminar
  4. Pink... Pronto es mi cumple (dentro de 10 o 9 dias) y me superrencantaria que hicieras un capitulo dedicado a mis decadas (2) ... en fin, yo y mis sueños ^.^... Por cierto me encanto el fic, ya que mi pareja favorita es el Bill/Tom(porque es asi, no? xD) Y tambien porque estoy segurisima de que Bill va a volver a ser ese hermanito dulce que Tom estara esperando con los brazos abiertos \(^,^)/.... Puede el siguiente capitulo habra ternura, puede que haya sexo, puede que no haya nada y me dejes con ganas *.* jaja en fin... Nada, sigue haciendo esos fics que alegran el dia a cualquiera y actualiza pronto >.< Besos <3

    ResponderEliminar
  5. Ya lei y uuuuuuy! Sigue tan sediento de sangre y venganza Billy y Thomas volviò a la carga con sus requerimientos amorosos :3 Y Geo??? Jörg y Pamela mmmm -_- Bueno seguire esperando actualizaciones!!! Cuidate te quiero!!! :) ♥

    ResponderEliminar
  6. ¡Siguela!
    Creo que al sr. Kaulitz le gusta Pamela o viceversa... Pamela empieza a caerme bien y Bill me da miedo :o me siento mal por Georg y Tom me da ternura.. a la vez tristeza y pena T^T
    ¡Siguela ahora!

    ResponderEliminar