Hola a todos n_n~ Antes de viajar les traigo un capítulo, espero sea de su agrado. Un abrazo grande, los extrañaré.
Liam corría por el jardín, tenía una tarea en la que debía seleccionar hojas de plantas para clasificarlas por sus tipos. Pero estaba lejos de concentrarse, quería jugar un poco así que se adentraba por en medio de las flores.
—No creo que sea buena idea caminar por ahí —dijo Bill algo agitado después de haberle seguido el paso.
—¡A quién le importa! Nadie nos ve, si quiero puedo destrozar el jardín, además es mío.
—No, no seas necio y veamos más bien las plantas que hay aquí, algunas de las hojas servirá para tu tarea.
—No me gustan, no quiero nada.
—Liam, no empieces con eso, ya hablamos. —El niño se sentó sobre las flores y se cruzo de brazos.
—Estoy aburrido, además es siempre lo mismo: hacer las tareas, luego cenar y ver tele. Papá no me saca al parque, ya no vienen a casa como antes y no le importo a nadie. —Bill trató de entenderlo, y era cierto lo que el niño decía. Años atrás su papá tenía turnos de noche y todas las tardes lo sacaba al parque o a comer alguna cosa, ahora solo le ponían cuidadores.
—Bueno, te entiendo. ¿Sabes? Hubiese querido tener un hermano mayor, siempre de niño estuve solo aunque mis padres eran buenos conmigo, de todas formas no tener con quien jugar no se lo deseo a nadie y a pesar de no ser un niño puedo jugar contigo, solo que primero debemos hacer las tareas.
—Disculpe —se les acercó Arthur—. No deben maltratar el jardín.
—Vamos Liam —animó Bill y el pequeño se puso en pie—. Y señor, solo sacaremos algunas hojas, es para una tarea.
—No hay problema con eso, solo que vi al niño maltratando las flores.
—Son mis flores, Arthur —dijo Liam algo ofuscado.
—No volverá a pasar —se excusó Bill.
Luego de tomar algunas hojas, Bill jaló fuera del jardín al niño y cuando estuvo por entrar a la casa vio al señor Arthur recibir una llamada telefónica y que luego de eso gritó angustiado.
—¿Cómo dice? ¡No puede ser! Voy en un momento.
Arthur fue donde Bill y le miró desesperado. —Escúcheme joven, ha pasado un percance.
—¿Qué pasó? —preguntó Liam y Arthur trató de guardar compostura.
—Liam, cosas de mayores —dijo al pequeño y enseguida miró a Bill—. Joven, me ausentaré un momento, la señora me necesita, es su otro hijo.
—¿Qué pasó con mi hermano?
—Nada, Liam, luego te cuento.
Por la forma en cómo lo miraba, Bill pudo darse cuenta que eran malas noticias. Vio al señor Arthur salir rápido y prefirió llevar a Liam adentro.
—Algo malo ha pasado pero no me quieren decir…