Inocencia

Hola a todos, les traigo un drabble escrito para la serie "Tokio Hotel de la A a la Z" organizado por el Grupo de Autores. A mí me tocó la letra I.

Resumen: Porque muchas veces lo prohibido nace en la inocencia.

Autora: Pink Girl

Clasificación: R
Advertencias: Incesto, Shota.
Género: Romántico.
Pareja principal: Bill - Tom.
Capítulo único.
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, solo la trama.

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Inocencia 

Bill sabía que él estaba ahí, podía sentir sus ojos clavados, fijos, expectantes sobre él; los sentía.

Le había escuchado entrar a su habitación y sabía que estaba oculto en algún lado. Se cambiaba de ropa muy lentamente. De pie cerca de su cama iba a ponerse un pijama para dormir. Se quitó la camisa que llevaba puesto y se desabrochó los pantalones bajándoselos lentamente; su respiración se hizo pesada, sus mejillas se calentaron y sus manos se pusieron frías. Sabía que Tom estaba detrás, en algún lado, quizá en el ropero como la otra vez.

No era la primera vez que pasaba y Bill lo veía irse en la casi oscuridad luego de que lo creyera dormido.

Esta vez osó desnudarse completamente sólo por placer, caminó unos pasos hacia una canasta de ropa sucia y echó ahí sus calzoncillos para tomar otros de su cajón de ropa cerca de su cama. Aún daba la espalda hacia el ropero.

Se puso unos calzoncillos limpios y se recostó en su cama apagando el lamparín.

Unos segundos más tarde comenzó a tocarse a sí mismo sólo para saber si Tom decidía aparecer, casi gimió entre dientes por descubrir que se sentía más que bien.

Escuchó un sonidito como de un suspiro prolongado en dirección hacia el ropero.

—¿Por qué no das la cara? —preguntó Bill con la voz entrecortada, pero no halló respuesta, sólo un sonido de sorpresa, como si Tom se hubiese atragantado al escucharlo—. Sé que vienes… te oigo hace días, ¿por qué me temes en las noches? Soy tu hermano.

—Shh… —le chistó desde el anonimato—. No digas nada.

—Ven, Tom. Como cuando éramos más pequeños…

Tom abrió el ropero saliendo totalmente avergonzado, pero Bill casi no podía verlo, sólo su silueta oscura. Caminó hacia la cama con la respiración agitada como la de Bill.

—Hasta mañana, Bill. —Prefirió cortarle y pasar de él con la vergüenza instalada en su ser, pero de un movimiento rápido, Bill logró tomar el borde de su chaqueta, deteniéndole—. Suéltame —pidió suplicante.

—No, no… no te pongas así. Quiero que todo sea como antes, no quiero verte así, ¿qué ha pasado, Tom? sabré entenderte, lo juro. —Tom le miró aún con las luces apagadas, Bill arrodillado a su altura le miraba a los ojos brillosos.

—Nada será como antes, Bill. Nada. —Bill se desesperó y le abrazó fuertemente. Perdía a su hermano en tan poco tiempo, apenas tenían doce años—. No me toques —jadeó, Bill se dio cuenta del bulto en su entrepierna y se puso nervioso, comprendía lo que le pasaba y es que lo sospechaba ya desde algún tiempo.

—Somos inocentes —habló por los dos—. No te culpes, no lo buscaste solo, estoy en esto también. Siento que me pasa lo mismo.

—Bill… —no pudo continuar porque los labios de su igual colisionaron con los suyos en un suave y pequeño beso.

La oscuridad era la única testigo de un amor imposible, inapropiado, aberrante nacido en la inocencia. 

Gracias por leer n_n~