Hola a todos~ no les hago esperar más por un nuevo capítulo de este nuevo fic, espero les guste~ y acepto sugerencias. No olviden revisar sus comentarios, los respondo todos. Besos *-*
A la mañana siguiente los chicos bajaban las escaleras empujándose y bromeando. Irían a la preparatoria no sin antes desayunar.
Estaban en su último año y pensaban ir pronto a la universidad en Hamburgo e independizarse. El año que venía cumplirían los dieciocho.
Abajo, su madre Simone les esperaba poniendo en la mesa algo de pan, queso y leche. En la cocina estaba su papá también, terminando de servirse un panecillo. Tom lo miró tratando de ver en él algún signo de que no estaba bien, pero su papá le sonrió con cierto temor y le jaló una silla para que se sentara en a la mesa. Su papá estaba adecuadamente vestido y se iría al trabajo en un taller de maderas a pocos minutos de su casa. Bill parecía estar en otras, estaba tarareando una canción como si nada malo estuviera pasando.
—Hijos, debo decirles algo —habló el hombre mayor y la vista de todos se posaron en él. Tom tragó saliva esperando las palabras incoherentes y las profecías de su padre.
—Papá… —interrumpió Bill con pesada voz, sabía que de seguro diría algo extraño.
—Shh, déjame hablar. Debo hacer un viaje. —Tom frunció el ceño—. Pero no me miren así, haré un viaje con ustedes.
Estaban en su último año y pensaban ir pronto a la universidad en Hamburgo e independizarse. El año que venía cumplirían los dieciocho.
Abajo, su madre Simone les esperaba poniendo en la mesa algo de pan, queso y leche. En la cocina estaba su papá también, terminando de servirse un panecillo. Tom lo miró tratando de ver en él algún signo de que no estaba bien, pero su papá le sonrió con cierto temor y le jaló una silla para que se sentara en a la mesa. Su papá estaba adecuadamente vestido y se iría al trabajo en un taller de maderas a pocos minutos de su casa. Bill parecía estar en otras, estaba tarareando una canción como si nada malo estuviera pasando.
—Hijos, debo decirles algo —habló el hombre mayor y la vista de todos se posaron en él. Tom tragó saliva esperando las palabras incoherentes y las profecías de su padre.
—Papá… —interrumpió Bill con pesada voz, sabía que de seguro diría algo extraño.
—Shh, déjame hablar. Debo hacer un viaje. —Tom frunció el ceño—. Pero no me miren así, haré un viaje con ustedes.