Hola a todos *-* aquí les traigo otro capítulo más con mñas misterios resueltos. Besos.
Mike Furst era un hombre de negocios, en su mayoría secretos. Era un hombre frío y calculador cuya forma de vida se centraba en él.
Se creía Dios, se creía único y muy superior.
Lamentablemente había muchas cosas que reforzaban ese concepto. Como ser hijo único, heredero de una fortuna incalculable y tener en su poder una raza de seres que él consideraba era uno de los descubrimientos más brillantes de la historia. Pero por su sentido único y egoísta él jamás sacaría a la luz semejante descubrimiento.
Nadie estaba a la altura de conocerlo… Todos los demás eran “Impuros”, sólo él y los suyos podría saberlo y tener el privilegio de estar al lado de sus “creaciones”. Pero exclusivamente él podía acostarse con ellos. ¿Quieres ellos? Sus dos amantes Misha y Jared.
Cuando Jared era un niño pequeño, creció al lado de Mike Furst, él no quiso mostrarse como una figura paternal, no; él siempre optó por mostrarse como su dueño. Jared creció con eso en la mente, él le pertenecía a Mike, y ese sentido de pertenencia hacía que le permitiese de todo. Aunque su corazón nunca fue enteramente de Mike, solo se sentía su posesión y mostraba respeto y sumisión ante sus decisiones.
Jared se sentía único en su especie, sabía que Misha era como él, pero ella era una mujer gato, él no pensó que había otro como él en el mundo… Es que le ocultaron el origen de Bill.
Mike Furst tenía un pequeño gran problema. Nunca estaba satisfecho con lo que tenía, siempre quería más en todo sentido. Más poder, más dinero, más fama, más reconocimiento, más posesiones… Más como Misha y Jared.
Imaginaba como sería tener una mini ciudad exclusiva para él en donde sería el dueño de todos y esa idea podía obsesionarlo. Y él tenía el dinero suficiente para hacerlo realidad.
Después de una pequeña pelea con Misha por haber preferido una noche a Jared sobre ella: Mike fue al laboratorio a hablar con Lucas, el científico. Le dijo que quería otro embrión, otro ser más para su colección.
El científico soñaba muchas pesadillas… Lo que él soñaba misteriosamente eran las tristezas de Misha la primera que había nacido en el laboratorio. Él podía ver sus lamentos de sentirse no querida cuando nació Jared… ¿Qué sentido tenía crear criaturas infelices para la satisfacción de otros? Pero Mike parecía pensar como los hombres de las épocas de la esclavitud, tomando a los esclavos como tan inferiores, vulnerando todos sus derechos… Eso no era justo.
Pero le pagaban muy bien. Solo había un detalle: Vivía aislado de todos, tan aislado que él se sentía esclavo de Mike… su padre no había sido así, pero Mike, él era manipulador.
—Señor Furst, usted tiene ya a dos criaturas… —habló nervioso el anciano científico.
—Te pago para ello —dijo serio.
—Lo sé, le estoy agradecido, pero…
—¿Pero? ¿Qué te afecta a ti que yo quiera otro? —El anciano titubeó, pero luego asintió.
—Déme una semana, sacaré muestras y le tendré su embrión.
Y así fue. Luego de algunas semanas, el científico Lucas tenía un embrión listo para implantar. Le trajeron a una mujer que Furst contrató para ello.
La clínica de fertilización quedaba en la ciudad, específicamente al lado del hospital común de la ciudad.
Aquella noche Lucas había soñado con Misha otra vez. La había visto llorar desnuda en una bañera, sintiéndose desdichada… ¿Por qué ella no podía ser la esposa se Mike? ¿Solo por tener una cola y orejas de gato? ¿Por qué había nacido si no podría nadie quererla como ella era realmente? Lucas se puso a pensar en esos pensamientos de la mujer gato... Tan joven con apenas veinte años, tan hermosa y sobre todo tan especial, ¿era justo lo que le pasaba? ¿Era él el responsable de aquel sufrimiento? ¿Por qué lo soñaba? ¿Significaba algo?
Estaba parado frente a la mujer recostada, una rubia vestida en bata con ambas piernas puestas sobre un aparato especial, tenía toda la indumentaria para inseminarla y sobre todo tenía el embrión en una probeta.
Sus manos temblaron, tomó la probeta, se levantó de ahí y salió.
No había enfermeras, solo estaba él en la clínica. Pero tenía una identificación de médico. En minutos pasó al otro hospital común, él tenía amigos ahí, conocía a David Jost, un médico joven.
En su desesperación se metió en los pasillos de ginecología y llegó a la sala de atenciones. Usó su influencia para atender a una mujer que venía por un mioma que tenía en el útero, aunque cuando la analizaron no encontraron nada extraño.
Entonces, él pensó. Si la mujer tendría complicaciones con un embrión, pues el bebé moriría... Quizá sería mejor aquello antes de que naciera. Pero si la mujer no presentara complicaciones, él bebé nacería… Y podría ser libre, así él dejar de tener ese pesar de conciencia por lo que estaba haciendo: Crear vida para que otros la aprovecharan… crear esclavos.
Rápidamente, sin que el médico titular de esa paciente lo supiera, él le inoculó el embrión. La mujer de cabellos castaños ni se dio cuenta, no sintió nada, no supo nada...
En menos de una semana, el científico Lucas se reunió con Misha, ella le dijo que podía meterse en los sueños de la gente, que le gustaba estar en sus sueños porque él era tan inteligente que en sus sueños podía explorar tanto. Le pidió disculpas por refugiarse en su mente… Y él le dijo que la entendía, que no crearía más criaturas solo para Mike… Estuvo por decirle que había dejado “libre” un embrión. Pero ese día no pudo. Mike estaba furioso porque se enteró que la mujer que había contratado para que conciba al embrión no estaba embarazada.
Mandó a investigar rápidamente el caso dando incluso con las grabaciones de las cámaras de video de la clínica de fertilización así como del hospital aledaño. Percatándose de lo que Lucas había hecho.
—¡No puedo creerlo! —le gritó él— ¡Acaso se ha vuelto loco! —El anciano retrocedió bastante nervioso.
—Señor Furst, estoy bastante viejo, renuncio a mi trabajo, el embrión no sobrevivirá en la otra mujer, es una mujer enferma, estéril. —Furst lo veía con ira.
—¡Qué tiene que ver ello! ¡Te dije que hicieras una cosa, no que hicieras lo que hiciste así ese bebé no naciera! —Tomó un arma de uno de sus de seguridad y le voló la cabeza en su despacho.
Así murió el único hombre que sabía la fórmula exacta de cómo lograr un embrión de aquel esqueleto antiguo.
Furst estuvo tan airado, mandó a investigar a todas las pacientes que se atendían en aquel hospital aledaño a la clínica… Pero misteriosamente nunca dieron con Simone Kaulitz. Lucas había podido anticipar ello… Había destruido su hoja clínica antes de salir de ahí.
Simone engendró a un bebé en solo dos meses… Eso no se lo esperaba Furst y los demás. Se supone que Jared era una “mutación”, un mal experimento, por eso crecía rápido. Lo que Furst y ningún otro sabía, era que esa raza era así. Las hembras vivían mucho más que los machos.
Se dedicaban a buscar un niño con características felinas, pero no sabían que ya era un jovencito de quince años cuando supieron que sí había nacido. Furst lo quería para sí, pues él era el dueño.
Pero era alguien muy calculador. Monitoreaba todos sus movimientos, lo tenía vigilado. Le sorprendía cómo había podido adaptarse a la vida humana… Le sería tan difícil poseerlo. Pero para eso contaba con Misha y Jared.
***
Jared había podido escuchar a Bill junto con Tom en aquel bosque. Estaba sentado sobre la rama de un árbol mirando desde ahí arriba cómo Tom acariciaba a Bill de una manera especial, interesándose en él más que en solo penetrar su cuerpo como era Furst con él.
Eso lo llenó de una sensación extraña, él no sabía cómo descifrarla.
Podía escuchar hasta los latidos de su igual, el pequeño Bill, y como Tom le susurraba muchas cosas tan dulces. Se sonrojó cuando estuvo desnudo en los brazos de su novio y decidió no ver aquella escena erótica, solo escuchaba y se imaginaba qué estaban haciendo.
Frunció el ceño bastante fastidiado cuando escuchó a Bill contarle sus orígenes a ese “impuro”, eso había sido muy malo. Contarle cosas especiales para ellos a alguien tan simple como Tom. Jared estaba seguro que debía hablar seriamente con el pequeño, quería callarle esa bocota que tenía.
Rió bajito cuando Bill creyó que lo que había pasado era haber hecho el amor, qué niño más inocente… Como él cuando tenía casi cinco años. Realmente creyó que Furst sería su todo… Aunque lo compartía con Misha, aquella vez que dejó su inocencia sobre una cama enorme, él creyó que sería el preferido de Furst, pero luego supo que lo que había pasado era parte de la vida de ellos. Así debía ser.
Luego de que ambos se levantaron del lugar y se tomaran de la mano para salir del bosque, Jared decidió esperar un poco. Sabía que si se movía Bill podía oírlo.
Los mapaches que vivían en el hueco de un enorme árbol le gruñeron… él era extraño para ellos, mas no Bill.
Al parecer Bill tenía la habilidad para comunicarse con el mundo animal, eso le pareció gracioso a Jared, él tenía habilidades más interesantes como meterse en la mente de otros, casi como Misha, solo que ella podía meterse en sueños y meter a otros en los sueños de otros. Bill no sabía nada de aquello, ni Misha ni Jared le habían contado que quizá tendría alguna habilidad distinta a los seres humanos comunes.
Jared subió la pared de su habitación y se metió ahí. Suspiró siendo paciente, desde ahí podía escuchar a Bill hablar con Tom en la sala de su casa… sonaba triste, ya era de noche y su novio debía irse de casa.
Allá abajo, Bill no se desprendía del brazo de Tom. Simone y Georg estaban en la sala viéndolos a los dos.
—Espero regreses pronto —dijo Simone.
—En serio que lo intentaré. Estoy pensando mudarme. —Bill saltó emocionado. Simone y Georg se miraron a los ojos.
—¿Trabajar aquí cerca? —preguntó Georg.
—Sería tan genial —habló Bill con un brillo especial en sus ojos. Tom le sonrió y abrazó su cintura. Georg se incomodó un poco, pero Simone le tomó una mano.
—Estoy buscando un trabajo en esta ciudad, quizá tarde… —se calló un poco, quería hablar serio—. Si me lo permiten, me gustaría vivir con Bill.
—Se conocen apenas meses —habló Georg—, definitivamente por ahora, no. —Bill se puso triste, sus orejas decayeron y su cola cayó sin movimiento. Era tan expresivo.
—Yo esperaré el tiempo necesario —habló firme Tom—. Amo a Bill. —El Minino tomó su mano y se la apretó.
—Es muy pronto —habló Simone. Ahora Bill tenía el ceño fruncido.
Dejaron las tensiones para otro momento. Los cuatro fueron al comedor a degustar el pastel que Bill había hecho, claro que Bill prefirió comer las galletas de atún que Tom le había comprado.
Una hora más pasó y ya era tiempo de otra triste despedida.
—No quiero Tomi —se quejaba sentado sobre sus piernas dentro de su auto—. No bajaré de aquí.
—Quisiera llevarte… en serio que sí, algún día lo haré, lo prometo.
—¿Viviremos en una casita lejos de todo y luego qué? —preguntó mirándolo a los ojos. Tom acarició su mejilla escuchándolo ronronear.
—¿Luego? Seguir amándote… —Bill seguía triste.
—El otro año tendré dieciocho y luego… el otro año veintiuno y…
—Shh… —le calló poniendo un dedo en sus labios—. Igual, mi amor no descenderá, ni cambiará o morirá debido a eso…
—Por eso quiero mudarme contigo si fuera posible mañana mismo —pidió sincero. Era verdad, sentía que su vida corría tan rápido.
—Lo sé, Es mi sentir, me mudaré aquí cerca, conseguiré un buen trabajo que nos permita vivir bien, y serás mío y yo tuyo. —Bill sonrió y lo besó.
Tenían un plan, una meta en común.
Más besos y jadeos otra vez, Bill guió las manos de Tom hacía su pequeño trasero y enroscó su cola en uno de sus brazos. Tom sonrió en sus labios… Al parecer a Bill había encantado las caricias ahí.
—Debo parar… —dijo Tom bastante agitado, Bill sobre él comenzaba a moverse queriendo despertar su entrepierna… El Minino no sabía lo que era quedarse con las ganas, siempre había salido satisfecho él, parecía gustarle mucho y creía que solo así agradaba a Tom, mas no sabía que la mente de Tom siempre iba más allá, sus intenciones eran carnales de un hombre adulto. Pero Tom no le haría daño.
—¿Me tocarás cuando regreses? —preguntó inocente, aún ruborizado, casi inaudible. Tom rió un poco.
—Qué pregunta… siempre tengo deseos de tocarte.
—Cuando regreses me dejaré, todo lo que quieras —le susurró con la voz entrecortada de tanto ronronear.
—No digas eso que no paro y… las consecuencias, Bill. —Se mordió el labio de solo imaginar lo que se sentiría completar ese acto—. La próxima vez… está bien… —habló grave, cegado por el momento. Bill asintió.
Bajó de su regazo dejándolo otra vez tan duro. Tom tragó saliva, dos veces esa sensación ya era dolorosa.
—Te amo Bill, te amo mucho. —Se despidió con beso y Bill salió de su auto.
—Te amo igual… Te espero pronto. —Le sonrió con lágrimas en sus ojos. Y luego recordó algo que le llenó de temor— ¡Tom! —Éste le miró a los ojos— No hables con… descocidos… con la mujer gato, no hables con ella si vuelve a buscarte. —Tom pudo ver un pequeño temor en su tono de voz y asintió. Aunque él estaba curioso por resolver todo el misterio de una buena vez. Lo pensaría.
Bill vio el auto partir y entró en casa. Simone estaba en la computadora comunicándose con sus padres mientras Georg miraba algo de televisión. Bill se acercó a Simone.
—En verdad quiero que Tom sea… así como tú tienes a Georg. Quiero tener a Tom conmigo —Simone lo vio a los ojos y asintió.
—Te entiendo, te entendemos Bill… Pero es muy pronto.
—Nada es pronto para mí, mamá, mira mis condiciones… Pronto será tarde. —Georg lo miró y suspiró audiblemente.
—Tom está a prueba, ¿de acuerdo? Como tus padres sabemos lo mejor para ti, queremos a Tom, nos parece buen tipo, pero… —Bill frunció el ceño encarando a su papá.
—Pero crees que puede fallar, como tú —dijo algo molesto. Simone agachó la cabeza y Georg se puso en pie.
—Nadie es perfecto… Yo fallé, no quiero que otros fallen contigo. Tener veintisiete años como yo es distinto a tener cinco. No queremos que tengas malas experiencias en estas cosas.
—Él me quiere —dijo bajito.
—Lo sabemos, pero está a prueba. Si se muda aquí, si te sigue frecuentando de manera adecuada, ganará puntos. —Georg le sonrió. Bill suspiró y su papá le abrió sus brazos—. Ven aquí, hijo —levantó la cola y la movió.
El abrazo de su padre era reconfortante.
Esa sensación no pudo ser descifrada por Jared, oculto en su armario había podido escuchar todo ahí abajo en la sala. Escuchó a Bill subir a su habitación quien tarareaba y ronroneaba una canción.
Entró en su cuarto, vio el reloj de su mesita de noche, casi las once. Pero no tenía sueño. Todos en la casa sabían que él era más nocturno que diurno.
Bostezó aburrido y luego decidió tomar un baño caliente. Sentía que lo necesitaba… Había sudado tanto allá con Tom. Sonrió emocionado y abrió su armario para sacar una toalla.
Se detuvo ahí creyendo oler algo extraño que le erizó la piel.
—Humm… —olió su armario. Y pensó que era un aroma atrayente y seductor—. ¿De dónde viene eso?
Ahí adentró, Jared aguantaba la respiración detrás de sus abrigos, podía predecir que Bill, solo olfateando, daría con él.
Pero luego el sonar de algo roer cerca de su ventana lo puso en alerta. Un pequeño ratón se comía una galleta que había dejado cerca a la ventana.
Achinó los ojos e inmediatamente fue donde el pequeño animal que prácticamente no pudo escapar con tan rápido movimiento. De un zarpazo terminó en sus manos, que tenían garritas.
—¡Te atrapé, muajaja! —rió emocionado mientras el pequeño animal chillaba de miedo. Sería devorado, lo predecía.
Jared pudo respirar aliviado.
Bill pudo recordar las palabras de su madre el día que mató a casi veinte palomas en la azotea… A él le había parecido divertido en su momento. Pero ella lo había llamado “salvaje” y eso sonó tan doloroso para él.
—Soy un humano —dijo. Y luego pensó en que el hecho de ser humano le llenaba de sentimientos. Vio a los ojos rojos de aquel ratón, y sintió su miedo y desesperación… Pudo meterse en su pequeña mente y ver que dentro de un árbol afuera de la casa, tenía tres bebés. Ella era una rata, y su única razón de vida era poder alimentarse para generar la leche suficiente para aquellas tres criaturas. Bill suspiró—. Aww… tú tienes tres bebés. —La rata enfocó su vista en sus enormes ojos brillosos y pudo meterse en su mente. A Bill le pareció extraño eso, jamás había pasado algo así… Aunque, con Casimir una vez.
Sus manos temblaron un poco y la dejó ir. Ella lo miró algo asustada y en su mente le pidió llevarse la galleta que estaba en la mesita cerca de su ventana.
—Sí, es tuya —le dijo Bill a lo que la rata entendió. Y luego de tomarla en su boquita, salió por la ventana.
Se sentó en su cama pensando en todo aquello. Aún había rarezas en él de las cuales no sabía mucho. Tenía miedo asustarse con ellas.
Ya en el baño, se desnudó y se metió en la bañera tibia. Cerró sus ojos y se relajó.
Casi se duerme ahí. Pero luego salió desnudo del baño y se adentró en su cuarto, secándose el cabello. Abrió las mantas de su cama y se recostó ahí.
Estaba pensando en Tom. ¿Ya habría llegado a casa? Esperaba y Misha no interfiriera. Frunció el ceño y quiso dormir para ver si entraba en sus sueños. Tenía muchas cosas serias que decirle.
Relajado en su cama, suspiró para dormir. Pero las imágenes de Tom junto a él no le dejaban entrar en sueños. Rió algo emocionado y se acarició el cuerpo desnudo debajo de las mantas calientes.
Se ruborizó tanto al sentir placer con sus propias manos. Se mordió el labio tan fuertemente cuando con una de sus manos quiso probar lo de momentos antes… Se había sentido tan desbordantemente genial los dedos de Tom en él. Era algo que no podía creer que fuese tan placentero.
Se sintió un poco culpable por estar haciendo eso. Con cuidado, uno de sus dedos entró en él y se contrajo de dolor… No funcionaba, no era tan placentero como cuando Tom se lo hacía. Gimió frustrado y luego se puso helado cuando escuchó una risita proveniente de su armario.
Se sentó en su cama y sintió tal vergüenza.
—¡Quién anda ahí! —habló alto mientas sus manos se aferraban a las mantas.
En plena oscuridad de la habitación, del armario salió Jared, poniendo a Bill en serios aprietos emocionales. Era real… No estaba soñando. Había salido de sus sueños y estaba ahí en su habitación. Podía verlo nítidamente aunque no había luz.
—¿Qué haces aquí? Es mi habitación… Una cosa es que hable contigo allá en mis sueños, otra que vengas e invadas mi vida real. —Jared le sonreía y Bill se encogía y ruborizaba cada vez más.
—Hubieras preferido que te dejara hacer lo que estabas haciendo, ¿verdad? —Rió bajito y Bill abrió la boca para replicar, pero no sabía qué decirle.
Tomó su almohada y se la lanzó. —Largo. No te acerques.
—Tranquilo Bill, sabes quien soy, ¿qué te molestas? Sé lo que son esas sensaciones.
—No puedo creer que estuviste espiándome… En serio, ¡estoy desilusionado de ti! ¡De ustedes dos! —Lo miró con suma desaprobación en sus ojos.
Jared se le acercó y se sentó en su cama sintiendo como Bill le empujaba con sus piernas por debajo de los cobertores, estaba desnudo, y la cercanía de un hombre apuesto y de su especie lo ponía muy nervioso y no sabía cómo reaccionar más que infantilmente. Jared rió y se recostó a su lado. Bill se cubrió la cara con la manta.
—No te acerques… no…
—Solo quiero hablar contigo, no te tocaré, ya deja de ser tan niño. —Rió y Bill bajó un poco las mantas descubriendo sus ojos. Los de Jared brillaban tan intensamente que casi alumbraban la cama. Era como dos lámparas de luz.
—No quiero hablar…
—Debemos… —Bill puso su cabeza en la almohada, cubriendo su rostro de vergüenza.
Jared le acarició las orejas y Bill se encogió en la cama. Desnudo y con vergüenza, no se movería de ahí.
Huy :x qué cosas pueden pasar... muah muah
Bueno... como empiezo? me e ablandado un poco para con Misha y Jared, pobres, no a de ser nada agradable que te traten como una posesión y no como una persona.
ResponderEliminarSencillamente ya odio a Mike, llegar a tal punto de obsesionarse con querer mas "posesiones" :@
Y Jared sigue espiando... mcht, eso esta mal, hasta interrumpió al minino en su "exploración".
Tom realmente ama a Bill! :') tanto como para mudarse para poder estar con él, y no dudo que ara mas cosas por el minino en el futuro.
Muy lindo el capítulo, espero la sigas pronto
Que estés bien, Cuídate!
Besos.
hallo <3 claro, Misha Jared son víctimas por así decirlo, quizá un día se den cuenta~ Mike es odiabe, demasiado e_e
Eliminarveremos qué más pasa... si se muda o no *o*
gracias por comentar <3
Hey hallo!!!! xD simplemente amo este fic <3 lo comencé a leer en tokiohotelficcion pero pues ya vez que hubo problemas con la pagina :( estuve buscando como loca y hasta que te encontré!!!!! espero que lo sigas es que lo amo!!! eres maravillosa me encanta todo lo que escribes ;)
ResponderEliminarUn mega saludo y muchos besos <3
Actualiza pronto!!!
Cuidate >.<
hallo <3 muchas gracias *-*!! <3 seguiré aquí mis fics, espero no dejar sin final a ninguno
Eliminarbesos <3 <3
Holaaaa!!! si, ese tipo ES UN DESGRACIADO MALNACIDO y hasta un ASESINO, mató al cientifico por desobedecerlo :C, de la vida y del kuerpo de Misha y Jared, hace lo ke se le antoja y ahora kiere ke Billito tmb sea otra de sus "posesiones"!!! FUCK!!!
ResponderEliminarMe emociome imaginando la despedida de Thomas y Minino :'( Ambos kieren estar JUNTOS PARA 100PRE aunque Simone y Georg se resistan aún :( y Jared los espia por orden de Furst kon la intensión de llevarlo kon él!!! no te dejes persuadir Mininooo!!! AMOOO ESTE FIC!!! y lo sabes!!! TKUM DamitaRosa :) ♥