lunes, 28 de enero de 2013

Inalcanzable - 15

Hola a todos~ después de tanto tiempo, al fin tengo este capítulo, espero les guste, el fic está por llegar a la parte final dentro de poco, no se lo pierdan. Los quiero *-*
Tom regresó a su casa pues debía cumplir con una serie de responsabilidades aunque era domingo.

Suspiró resignado al encontrar a su mamá y sus amigas aún ahí, en la sala, bebiendo un poco y mandando de mala gana a la gente del servicio de ese turno. Sabía que Simone no estaría ese día.

Regresó a su recamara pasando de todo eso y encontró una pila de regalos que los habían puesto ahí. Infló sus mejillas, no quería verlos, sabía lo que serían, ninguno lo usaría o le llamaba la atención, de todas formas buscaría regalarlos o deshacerse de ellos para que no le quitaran espacio en su habitación, pero en esos momentos no quería pensar en nada de eso, debía alistarse para salir con su papá, tenía responsabilidades que debía adelantar en la semana.

Se preguntaba en cómo estaría Bill y el solo hecho de pensar en lo que había pasado ayer le revoloteaba el estómago en sensaciones bonitas. Se sentía enamorado y lo consideraba tan especial que no se lo diría a nadie porque estaba seguro que no lo entenderían.

Sacó su celular y quiso llamar mientras se enrumbaba junto con Saki a encontrarse con su papá, pero el teléfono de Bill estaba apagado y eso le intrigó a Tom, sabía que Simone lo castigaría, estaba seguro de eso.
 

~*~

Bill hacía todo lo que Simone le pedía. Lo había mandado a limpiar el baño, pero una limpieza profunda a todos los rincones de ese lugar y la ducha también, debía desinfectarla y dejarla oliendo bien. Estaba hastiado, pero no podía quejarse pues era parte de toda una lista de castigos y la más fuerte había sido quitarle el celular.

—¡Es mi novio, es mi novio! —había gritado Bill desde el baño cuando ella había pasado y le había mandado una indirecta diciendo que si pensaba en dejarse tocar por medio mundo al menos debía aprender a valerse por sí mismo.

A Simone no le gustó en nada esa definición. —No existe tal cosa, Bill, no existe “novios” entre el hijo de los patrones y el hijo de la cocinera, eso no se da, es un aprovechado homosexual que solo quiere divertirse contigo, ¿piensas que lo permitiré? —Bill se acercó a la puerta del baño y la cerró fuertemente. Simone se quedó con la boca abierta, su hijo nunca le había hecho algo parecido, y bueno, ella bajó la cabeza porque ya le estaba ofendiendo, un poco más y usaba términos más hirientes para hacerle entrar en razón, pero Bill solo tenía trece años, no podía ser un… no pensaría en ese término.

Así que a Bill le gustaban los chicos, si su padre Jörg lo supiera, eso podría traerle muchos problemas, así que por ese lado, Simone estaba un poco aliviada de haberse separado porque sabía lo que Jörg sería capaz de hacerle a cualquiera de los dos.

Llegó la tarde y Simone le sirvió un puré de papas con carne, Bill no quería comer aunque sí tenía hambre puesto que toda la mañana había estado limpiando la casa. Su castigo continuaría pues limpiaría el cuarto de Simone y toda la cocina luego de almorzar.

—Anda, come.

—No —desafió inflando sus mejillas y cruzándose de brazos.

—A mí no me vas a convencer de pasar tus castigos con esa actitud, jovencito, estás en falta y agradece que haya sido yo quien te descubrió y no la misma señora de la casa o el papá de Tom, ¿te imaginas? No solo perdería el trabajo sino también de seguro nos hubiera demandado o no sé, no quiero pensarlo…

—Tom hubiera hecho algo.

—¡Ja! Estás ilusionado, corazón. ¿Cómo sabes que Tom no hace lo mismo con otra gente? Hijo, por favor, toma conciencia, no puedes tener una relación con alguien así, no… Si fuera alguien de la escuela, quien sabe, pero no…

—Lo quiero, mamá, ¿por qué es tan difícil de entenderlo? Y me quiere, me lo ha demostrado. —Simone golpeó la mesa y se puso roja, no quería preguntar ciertas cosas.

—Aún eres un niño, si me entero que te ha tocado más de la cuenta, juro que iré y lo demandaré, él ahora tiene quince, Bill, tú eres menor y…

—Solo me ha besado —aclaró con un sonrojo muy fuerte—. Solo eso y es respetuoso, no se aprovecha de mí, no es como piensas.

—Bueno, ya, esta vez te creo, pero aun así no voy a permitir que lo veas a solas o cosas parecidas, eres muy pequeño. —Bill puso mala cara y frunció el ceño—. Ahora come que se enfriará.

—Como si me devuelves el celular.

—Lo siento, estará confiscado hasta que cumplas tus castigos.

Bill se sentía como cenicienta encerrado en su pequeña casa, limpiando cada rincón solo para tener el celular de regreso, al menos solo habría esa forma de comunicarse con Tom ya que dudaba tanto que lo dejara salir otra vez…

Llegó la noche sin haber podido salir, ni tampoco haber visto algo de televisión, era el peor domingo de su vida, pero al menos podía sonreír cada vez que recordaba que ayer por la noche estaba en los brazos de Tom y lo mucho que le había gustado que lo besara.

Simone le devolvió el celular cuando ya eran casi las diez de la noche. Al día siguiente iría a la escuela.

—Quiero que sepas una cosa —dijo ella desde la puerta mientras Bill se acomodaba en la cama para dormir—. Te quiero mucho, hijo, no permitiría que te hicieran daño, mucho menos esa gente…

—Tom es bueno, lo es.

—Está bien, por esta vez no voy a discutir, pero quiero que sepas que lo que hago es para protegerte.

La puerta se cerró y Bill se desesperó por marcar un número de teléfono.

—¿Tom? —habló excitado.

—Hola Bill, qué sorpresa, ¿estás bien? No tenías el celular…

—Estoy bien ahora —dijo agitado, eso lo notó Tom y rió acomodándose en el sofá de la casita, había regresado y quiso tocar piano antes de dormir.

—No quería meterte en problemas.

—No, no me metes… oh, digo, no hay problemas. —Bill prefirió callar, detestaba esas emociones que lo privaban de sonar coherente.

—¿Sabes Bill? Esta semana será tan agitada para mí, debo dar muchos exámenes y… y quisiera verte.

—También quiero verte. —Suspiró hondamente y se recostó más en su cama cerrando los ojos—. Deseo estar contigo… —Tom rió porque se lo había imaginado—. Esta semana también será difícil para mí, tengo entrenamiento en las tardes, solo vendré casi de noche aquí… aunque el jueves creo que no tendré nada.

—¿Crees que pueda ir? —Bill se agitó un poco y se mordió el labio.

—No lo sé… mi mamá estará en tu casa y… creo que sí, aunque depende de ti.

—Yo quiero, podría acomodar mi horario, solo no quiero meterte en problemas con tu mamá, entiendo que ella no quiera que nos veamos.

—Tu familia tampoco querrá, ¿no? Solo estamos nosotros dos en esto, ¿crees que funcione? —preguntó con duda.

—Te quiero y me quieres, ¿qué importa lo demás? —Bill cerró sus ojos escuchando eso.

Qué importaba, no debían importar, total, una relación es un pacto de a dos. Bill aprendió eso esa noche y se durmió con la esperanza de que los días pasaran muy rápido y pronto vería a Tom.

Los días no pasaron tan rápido como él quería. Cada día era más pesado que el otro y más porque en los entrenamientos Andreas había comentado a todo el equipo que quería follarse a Bill, había usado esos términos más específicos sin importar si los demás compañeros lo estigmatizarían, pero logro el respeto del grupo, nadie quería meterse con él porque sabían que la pasarían mal. Bill tuvo que soportar cada insinuación, y a veces el entrenador David hacía sonar el silbato para evitar peleas. Bill tuvo que sufrir las amenazas del entrenador con expulsarlo del equipo. El campeonato interinstitucional se acercaba y Bill deseaba tanto estar en las canchas, el futbol le ayudaba a distraerse y liberarse un poco.

Por su lado Tom sufría discusiones con su madre, ella estaba furiosa porque Tom prefería estar con su padre viendo los asuntos de sus estudios que con ella.

—¿Y Brigitte? Mi amiga se está quejando que le hiciste un desplante en tu cumpleaños, esas cosas no se les hace a las mujeres, Tom.

—¿Mujeres? Es de mi edad, mamá, es casi una puberta y es mi amiga, no le hice un desplante, deja de metérmela por los ojos, es solo una amiga.

Tom tuvo que salir ese día a dar una vuelta por su barrio a despejarse un poco, y claro, no podía hacerlo solo, debía ser siempre con seguridad.

Al fin el jueves llegó y Bill no podía estar tranquilo, hasta Simone lo notó.

—¿Estás así porque hoy no hay entrenamiento? ¿Qué harás?

—Hem, yo… debo hacer un montón de tareas.

Simone suspiró, su hijo se había comportado bien en la semana, no podía quejarse.

En la escuela estuvo ansioso y casi no podía prestar atención y cuando regresó a casa había un mensaje de texto en su celular, «Estoy en camino», era Tom.

Bill corrió escaleras arriba a alistarse y luego escuchó el auto estacionarse al frente de su casa. Claro que Saki manejaba muy serio, debía guardar ese secreto por órdenes de Tom.

El chico de rastas bajó y le dijo a Saki que quizá no irían a ningún lado pues no podía sacar a Bill así no más de casa, pero sí quedarse él un tiempo, quizá unas dos horas e irse antes que Simone llegara, no quería pensar en nada más que en volverlo a ver.

Bill bajó tan rápido y agitado abrió la puerta. Tom entró y Bill cerró la puerta tras sí sin importar si Saki veía o no la escena. Luego de eso se quedó muy quieto con una sonrisa en sus labios y los ojos brillosos.

—¿Cómo estás? —preguntó Tom acercándose para darle un pequeño beso y provocó un suspiro en Bill.

Bill estaba tan nervioso, no podía controlar como Tom todo lo que sentía y solo caminó hacia el sofá queriendo alejarse de Tom. —Yo bien… —dijo y los dos enmudecieron por un momento.

Tantas cosas atrevidas se habían dicho por teléfono y ahora parecían dos desconocidos que ni querían mirarse.

Terminaron sentados en el pequeño sofá y Bill encendió la televisión buscando un programa de animales y sintonizó Animal Planet, Tom notó ese extraño nerviosismo e hizo puños con sus manos reprimiendo sus deseos de tocarlo, debía respetar el hecho que Bill era menor y además estaba en su casa.

—… estos programas son tan interesantes —Bill hablaba cualquier cosa en sí y Tom le seguía la corriente, de todas formas podía sentir que Bill no estaba cómodo y es que el pequeño se había intimidado por las sensaciones que sentía, un nerviosismo combinado con vergüenza y una especie de desesperación por la otra persona, pero por ningún motivo quería ser evidente, así que disimulaba esa mezcla de sensaciones no mirando a Tom y hablando de lo que sea.

—¿Cuándo es el campeonato en tu escuela? Me gustaría ir. —Bill giró su rostro y lo vio con esa especial sonrisa, quería besarlo, pero se reprimió y sonrió un poco.

—La otra semana, cae un viernes, ¿estarás? —Tom apretó sus labios, no lo sabía y es que su padre tenía preparado varios viajes.

—Te lo confirmaré con anticipación, deseo verte jugar… ¿eres el capitán?

—Aún no —dijo un poco apenado.

—¿Ese rubio sigue molestándote? Dime la verdad. —Bill se mordió el labio.

—Sé defenderme solo, no tienes que preocuparte, Tom, esas cosas las manejo yo y puedo darle su merecido si sigue fastidiándome. —A Tom le pareció gracioso lo que dijo, más por ese ceño fruncido que tenía así que soltó una risita y Bill se inquietó un poco, pero Tom tomó su brazo y lo jaló hacia él para darle un beso en sus labios.

Bill reaccionó con sorpresa y se tensó un poco, solo trataba de recordar que hace casi una semana Tom había sido capaz de tocarlo mucho más que un solo beso. Se miraron a los ojos luego de separarse un poco y Bill enmudeció. —¿Todo bien? ¿Te incomodo? —preguntó Tom preocupado. Tanto había imaginado reencontrarse con Bill e incluso había pensado que por estar en su casa iban a tener más privacidad y confianza, pero no era así, entonces se separó luego de la pregunta.

—Estoy bien… —dijo algo agitado y bajó la mirada, Tom alzó su mano y tocó su caliente mejilla.

—Disculpa mis atrevimientos. —Bill lo miró a los ojos, se sentía culpable de no poder complacerlo.

—Oh, no, no Tom. —Y luego se quedó pensando en toda la situación—. ¿Qué somos? —preguntó un poco cohibido y Tom se quedó pensando, no se esperaba esa pregunta.

—Somos novios, te quiero y tú me quieres.

—Sí, lo sé… —calló pensando en cómo expresar lo que sentía, tenía un poco de temor a querer demasiado algo que quizá era imposible o inalcanzable—. A veces siento como si… ¿esto va a acabarse algún día? —Tom se puso muy serio ante su pregunta.

—Bill, ¿dudas de mí? Sé que es difícil todo esto, mira lo que tenemos que hacer para vernos, ninguna de nuestras familias lo entenderá, desde ya es algo tan difícil, pero yo siento amor por ti desde esa vez que me diste un beso en el jardín de mi casa, desde ese momento no he dejado de pensar en ti y tenerte entre mis planes, ¿no pasa así contigo? —Bill tembló un poco y se aferró a la chaqueta de Tom buscando que lo mirara fijamente.

—Pasa así —dijo nervioso y luego de eso tomó el rostro de Tom para darle un beso en sus labios.

Tom lo abrazó más, extrañaba tanto su cercanía que jaló más a Bill y éste se subió sobre sus muslos ahorcadillas ya no importándole mucho los nervios que sentía, solo quería estar muy cerca y sentir que era real todo lo que vivía y sobre todo que Tom era tan palpable en ese momento.

Los besos se volvieron húmedos y la temperatura de sus cuerpos aumentó, Bill temblaba mucho y solo confiaba en Tom quien besaba su largo cuello mientras Bill acariciaba sus rastas amarradas en una coleta.

—No quisiera parar —susurró Tom y Bill lo vio a los ojos moviéndose sobre él.

—¿Crees que pase algo malo si me muevo más? —Y es que Bill no podía quedarse quieto, era una combinación de sus temblores más sus ganas de sentir más y todo eso estaba enloqueciendo a Tom, quería quedarse con Bill así, pero también podía ser peligroso.

—No lo creo, pero, ¿quieres saber lo que pienso? —susurró cerca de sus labios y Bill se los lamió.

—Quiero.

—Un día me gustaría hacerte el amor. —Bill tragó saliva ante eso, casi no lo imaginaba, pero su estómago se contrajo y jadeó ante eso, abrazó a Tom muy fuerte para dejar de verlo.

—¿Cómo los mayores? ¿Cuándo? —preguntó nervioso y Tom rió un poco.

—Cuando estés listo y yo también y sí, como los mayores.

Tenía razón, a veces se adelantaba en pensar en algo más, pero aún no era el tiempo y Bill se sintió más seguro aunque él quería saber lo que se siente y complacer a Tom, ese mismo sentir era el de rastas.

Bill terminó con la espalda sobre el sofá y Tom besándolo hasta que los dos empezaron a sudar y tuvieron que parar o luego quizá no podrían.

Simone terminaba su turno y regresó a casa un poco más temprano de lo normal y cuando vio estacionado el auto de Saki al frente de su casa aceleró el paso y buscando su llave.

—Saki, usted aquí… —dijo sorprendida—. ¿Tom está adentro?

—Ajá —contestó con una mirada de sospecha y luego rió—. Usted perderá el trabajo si no le dice a su hijo que deje de meterle ideas en la cabeza al hijo de los señores, no sé qué tanto andan haciendo adentro pero créame que le traerá problemas.

—Dios mío. —Entró rápido y no encontró a nadie en la sala.

Escuchó unos sonidos en la cocina y fue casi corriendo encontrándolos ahí, riendo y preparándose unas tostadas. Todo lucía muy normal, parecían dos amigos nada más. Tom se puso serio y saludó cortésmente y Bill se asustó un poco.

—Me meterán en un lío serio, los dos, perderé el trabajo, Saki me lo acaba de decir. —Tom frunció el ceño y apretó sus puños, detestaba ese tipo de amenazas.

—No señora, no pasará así, Saki no dirá nada y mis padres seguirán requiriendo de sus servicios.

Simone suspiró, no podía confiarse, pero amaba ver a Bill feliz y ese brillo en sus ojos denotaba que la estaba pasando bien, Tom significaba mucho en su vida y ella debía aceptar eso, aunque con cuidado.

—Niños, niños, niños, no se metan en problemas, aún son chicos como para andar jugando a ser grandes.

Los dos se miraron un poco serios, ninguno de ellos quería contradecir a Simone, pero los dos sabían que lo que sentían el uno por el otro, era algo fuerte y grande.


Problemas... ¿creen que una relación de dos pequeños funcione a largo plazo? Se acerca el final... y quizá, el mismo título lo diga todo, "Inalcanzable".

14 comentarios:

  1. Mis vidos! :3 son unos tiernos.
    Ya mero el final? D:
    No puedes dejarlos separados :'( No los quiero ver separadas, espero que no sea así.

    Los padres de Tom me desesperan ewé. Y quiero golpear a Andreas.

    Espero subas pronto la continuación, ya hasta se me había olvidado de este fic XD.

    Que estés bien, Cuídate.
    Besos

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    1. hallo <3
      si u_u ya casi el final...
      Ese andreas poco a poco perderá su autoridad sobre Bill, ya verás...
      muah, espero no tardar tanto ;_;

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  2. Asuuuuu tanto tiempooo de este fic jejeje ya lo extrañabaaa :) que bien que pronto llegara a su fin, porque estoy intrigada con el desenlace jejeje

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    1. gracias!! veremos cómo llega a ese ansiado final
      besos <3 y gracias por leer *-*

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  3. Ufff será que esta historia si acabara como lo tuvo que hacer "Helado de Fresa" en un primer amor <3?

    Parece pintar que si! Pero no por eso deja de ser tan especial su relación :3

    Son tan peques aún ... 13 años es nada!

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    1. hallo
      *o* Helado de Fresa<3 quizá, es que justamente se llama "Inalcanzable" y veremos qué tan inalcanzable será
      besos <3

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  4. como que ya casi el final, pero si la historia es hermosa >.<
    espero subas pronto :)

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    1. hallo <3 sí u_u se acerca el final, espero escribirlo pronto
      bsos <3

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  5. Awww, siiii por fin capitulo nuevo!! :D
    Me da miedo tu pregunta :c pero realmente no creo que dure a largo plazo, pero si ellos se aman muchi, quizá... no lo se >.<
    Que quieres decir con: Se acerca el final... y quizá, el mismo título lo diga todo, "Inalcanzable". Nooo, no quiero sufrir mas!!! :'c Espero que esta historia tenga un final feliz T___T
    Gracias por actualizarlo :D
    Espero el siguiente cap prontito!!!! *-*
    Cuidate! xoxo ^-^

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    1. hallo <3 eres realista y efectivamente será difícil que algo así dure..
      y sí, el final está muy cerca... u_u aún no sé cómo lo enlazaré, pero ya se acerca
      besos <3 *-*

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  6. noooo otra vez a sacar la kajita de pañuelos??? :'( Y si, existen komplicaciones muy dificiles de sobrellevar, a saber, los malditos estratos sociales (ricos/pobres), la buena krianza dada por Simone a su hijo, a pesar de salir a trabajar y kon un padre ausente y la despreocupada y desatendida krianza dada a Thomas por sus padres, y ni hablar de ke su "especial y soñada relación" en el mundo de los mayores es totalmente reprobable, inconcebible, nociva, sensurable y demás argumentos (los kuales no komparto) para kontinuarla. Ellos son demasiado chicos para enfrentar todo eso :(
    Bueno el kastigo de la limpieza y el retiro del móvil es tipico, pobre pequeñin, pero valio la pena... el reencuentro kon Thomas fue tan ahdjdhgfhgj ;) ♥ y menos mal ke Simone lo encontró komiendo divertidos :) ODIO A SAKI por sus amenazas y a Andreas por molesto y abusivo GRRR!! Actualiza prontito y GRACIAS por hacerlo Besitos :) ♥

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    1. hallo <3 veremos cómo va el desenlace final para ver si se necesitará pañuelos o no ;_;
      son demasiado chicos, es verdad... y esa será la más gtrande desventaja pues depende de los adultos...
      menos mal que simone no los vio!! xd
      besos <3

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  7. Tienen muchas cosas en contra..
    :S ademas aun están pequeños...
    no son independientes...
    no sé en que pueda terminar esto realmente
    pero espero que sea un final feliz (?
    cofalgomedicequenoseraasicof

    cuidate! besos!
    Criis! :3

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    1. hallo <3
      muchas gracias, es cierto que son pequeños y por eso la situación se hace más dif´icil... veremos qué más pasa
      besos <3 <3

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