Póster - 42

Hola a todos *-* Lamento la demora e_e pero aquí les traigo este capítulo, como verán, empiezan a ser un poco más larguitos n_n besistos~

Tom sabía que no podía tomarse en serio los besos, sabía que eran falsos, pero sabría aprovecharlos. A él le gustaba Bill, cualquiera de los dos en realidad, solo que prefería al otro Bill, el tierno.

Las caricias en el agua eran muy sensuales. Bill le mordió la oreja susurrándole cosas subidas de tono que sorprendió a Tom y le hizo enrojecer.

—¿Quieres montarme? —insinuó Bill.

—¿Qué dices?

—Vamos a dentro, ¿quieres? —Se frotó contra su reciente erección y Tom sintió que perdería los papeles ahí mismo, así que tuvo que poner una distancia con sus manos tomando aire por la boca.

—No. —Tom amaba rechazarlo. Bill se tensó terminó separándose de él para nadar saliendo del agua. Tom por un momento quiso detenerlo, pero también tenía su orgullo, así que calló y lo dejó ir.

Tom prefirió quedarse en el mar un poco más pensando en frutas. Ese lugar sin duda era el paraíso y hasta peces rozaban sus piernas, nunca en su vida había visto agua así de cristalina.

Luego de que sintió el sol quemarle de manera insana decidió retornar al búngalo. Entrando, escuchó la voz de Bill, como el Bill que él había comenzado a querer, así que con cuidado se asomó a la sala en donde Bill, sentado en un sofá, le daba la espalda y hablaba mirando hacia una cámara en su celular.

—Lamento todo esto, les extraño mucho, no saben todo lo que es esto para mí, pero la intervención quirúrgica es necesaria, debo ausentarme, pero solo será un tiempo. Les pido por favor no crean nada de lo que la prensa dice, estoy…

—En las Maldivas conmigo —interrumpió Tom causando un sobresalto en Bill que incluso la cámara se le cayó de las manos volteando rápidamente y encarándole.

—¡Mierda!¡Qué pasa contigo! —Perdió el poco control que tenía, para Tom era algo gracioso verlo explotar así, el pelinegro casi se le lanzó encima prácticamente, tomando a Tom de los hombros y empujándolo.

—Ya, ya. Lo siento… ¿qué hacías?

—No te debo explicaciones, desaparece de mi vista, lárgate, no quiero verte, ¡ahora, fuera! —Tom se sintió un poco dolido, pero lo dejó.

Se adentró en la cocina y tomó una piña colada para luego salir a la terraza, deseaba observar la isla en la que estaba.

Al llegar a la capital Malé, había visto que era una ciudad muy bonita llena de turismo, pero al parecer, al llegar al hotel Paradise, le llevaron a una de sus islas privadas lejos de toda civilización. Miró desde arriba la cantidad de pequeñas islas que ahí había, ¿cómo haría para llegar a la capital otra vez? Quería conocer gente, con Bill ahí sería un tanto aburrido, más soportando sus arranques de mal humor.

Vio a lo lejos un bote acercándose a su isla así que se emocionó bajando de la terraza y abriendo la puerta principal del búngalo.

—Buenas tardes, señor —saludó en inglés un joven.

—Buenas tardes.

—Traemos su pedido y además algunos servicios del hotel.

—Adelante.

Bill no estaba cerca, estaba en la habitación grabando su mensaje para sus fanáticos, debía parecer enfermo, así que estaba en la cama y se filmaba a sí mismo.

Entraron a la casa unos dos hombres con algunas cajas y luego entró una señorita de limpieza, una castaña con uniforme del hotel caminaba rápido por todas partes poniendo todo en su lugar y luego adentrándose a la cocina con un pequeño carrito, renovaba las cosas del refrigerador.

—Ehem… —Se le acercó Tom—. Hola —le sonrió y ella hizo un gesto de saludo, como una reverencia.

—Si se le ofrece algo, sólo pídalo por teléfono y se lo traeremos en cinco minutos.

—Ya veo… pero no deseo nada en estos momentos excepto salir de aquí, ¿tienes tiempo libre? —La señorita casi se atragantó con su propia saliva, nunca antes algún cliente de prestigio se había atrevido si quiera a conversarle, su trabajo era limpiar y ver los insumos de la cocina o llevar pedidos de comida a los búngalos que el hotel tenía en islas privadas.

—Yo… bueno, sí, en la noche acaba mi turno, ¿desea algún servicio de paseo? El hotel dispone de muchos servicios, entre ellos buceo, visitas a otras islas, un tour en la capital…

—No, no quiero nada de eso, solo quiero salir de esta isla y pasear con alguien en algún lado, ¿eres de Maldivas?

—No, soy de India.

—Mira tú, no pareces…

Bill, en la habitación, escuchaba voces afuera, había personas y él sabía que eran los del servicio del hotel, había hecho algunos pedidos y de seguro estaban ahí. Terminó de grabar su mensaje y se asomó a la sala viendo ahí a los dos jóvenes que instalaban su nuevo mini gimnasio.

—Su pedido, señor.

—Instálenlo todo —les ordenó sin mirarlos.

—A sus órdenes…

Y luego toda su atención se fue a la cocina, puso los ojos en blanco, Tom hablaba con la sirvienta como si la conociera de hace mucho. Entró a la cocina y ella agachó la cabeza en reverencia.

—Si desea algo más solo pídalo por teléfono —dijo ella.

—¡Deseo que te vayas! —gritó Bill con ruda voz y ella salió casi corriendo de ahí.

—Espera. —Tom la siguió.

—¡Tom! —gritó Bill queriendo detenerlo, pero Tom salió y la tomó del brazo.

—Quiero ir en el bote. —La mujer abrió la boca sorprendida, no sabía qué decir, nunca antes había pasado tal cosa.

Tom se va o_o veremos si Bill logra hacer algo para impedirlo. muah <3