Póster - 46

Hola a todos *-* aquí un nuevo capítulo de este fic~ que lo disfruten.

Luego de esa cena, Tom arrastró a Bill, colgado de su cuello, hacia la habitación. Eran casi las doce de la noche y moría de sueño aunque precisamente en ese momento Bill jadeaba entre sus brazos esperando algo de él, como ansioso, deseoso. El de rastas recordó las advertencias de parte del otro Bill, no acercarse a su otro lado, no tocarlo, evitarlo, sólo hacerlo dormir y alejarse, pero ¿cómo podría hacer semejante cosa con tan encantador ser? E incluso parecía como si Bill intentara agradarle a como dé lugar.

—Mi Tomi, solo mío, ¿verdad? Tan fuerte, tan bello… —palabras de halago—. Sin ti no sé qué sería de mí—. Algunas le hacían sentirse todo un héroe—. Quisiera… —calló provocando que Tom alzara una ceja en duda.

—¿Qué quisieras? —Le besaba la mejilla y le acariciaba el cabello, Bill parecía muy ansioso, ahora no decía nada, solo se dejaba llevar a la habitación—. Dime.

—No. —Rió sentándose en la cama y acomodándose el cabello suelto, se lo alzó un poco para darse aire la nuca, estaba sudando un poco y tenía las mejillas sonrojadas, a Tom le pareció muy enternecedor ver a Bill así, frágil ante él, sentado en la cama esperándolo.

Por un momento lo pensó, qué sería tomarlo ahí, estaba seguro que Bill no pondría mucha resistencia, casi podía sentirlo en el ambiente, él quería contacto de ese tipo, que lo besara por todas partes y le haga gozar en esa cama. Algo en su pecho dio una punzada y su vientre se contrajo, su sangre se dirigía hacia una parte de su anatomía conforme pensaba y se reprimía ante esos pensamientos algo perversos. Bill lograba ponerlo así.

Bill al ver su escaza iniciativa gateó en la cama buscando algún pijama en ella, comenzó a incomodarse por la lejanía de Tom para con él y le echó la culpa al otro Bill. Tom apagó la luz y no había lámpara qué prender pues estaban rotas. En silencio se recostó a su lado y sabía que había un ambiente no tan cómodo entre ambos.

—Bill…

—¿Hmm? —A su lado, volteó a verlo y la luz de la enorme luna entraba por la ventana iluminando parte de su rostro, se veía hermoso, Tom tragó saliva.

—Yo, bueno… yo quisiera tantas cosas en este momento, precisamente ahora contigo. —Casi podía sentir la emoción de Bill, ese estremecimiento y como movía las piernas bajo las mantas—. Me atraes mucho, demasiado, eres… tentador.

—Tom… —habló con emoción estirando una mano para tocar su mejilla la cual Tom tomó evitando la caricia.

—No, espera —dijo con aguda voz, sintiendo en su parte baja un revoloteo, su entrepierna estaba toda erguida y sus bóxers le ajustaban casi dolorosamente, además era inevitable no respirar agitado—. Si me tocas cometeré una locura y no quiero hacerte daño, significas mucho para mí, quiero tu bien.

—¿Daño? ¿Qué daño podrías hacerme? —Se le acercó aún más hasta pegar su pecho con el de él y sintió su miembro abultado, curiosamente el de Bill también lo estaba y no pudo evitar reírse bajito ante eso, Tom solo suspiró hondamente y contuvo un poco la respiración, ahora no valdría nada pensar en frutas…

—Daño simplemente…

—¿Las caricias hacen daño? —Bill bajó una mano por debajo de las sábanas y le tocó entre las piernas gozando de la reacción de Tom al cerrar sus ojos y jadear sonoramente.

—No lo hagas… —Pero ya lo estaba haciendo y Tom fue por esos labios húmedos besándolos fuerte, tomándolos entre sus dientes de vez en cuando y metiéndole la lengua causando que Bill gimiera abriendo las piernas y abrazando a Tom con éstas sintiendo dar todo su sexo contra el suyo tan sensible que chilló en su boca causando todo un estremecimiento en Tom a quien se le puso el vello de punta—. Oh, no —le dijo al oído—. No podré parar, Bill —dijo al no poder separarse pues las piernas del pelinegro le aprisionaban y le incitaban a moverse sobre él, haciendo fricción.

—No pares —susurró—. Quiero saber qué se siente, ¿tú no? —Tom tragó saliva.

Qué más daba, el momento estaba ahí, Bill entregándose con esa inocencia que a él le gustaba, la noche semi oscura sin nadie alrededor, el sonido del mar a escasos metros de ellos. Tom tocó su vientre y metió una mano por debajo de su polera blanca acariciando su piel, quería desnudarlo.

Bill se agitó pero luego se aferró a los brazos de Tom como un gato asustado, su cuerpo comenzó a levitar alzando un poco a Tom, el póster le reclamaba.

—¡No otra vez! —gritó Tom no pudiendo impedirlo, el póster yacía al pie de la cama para facilitar su entrada en él y así fue, lo tragó dejando a Tom arrodillado en la cama esperando los segundos respectivos para verlo aparecer en algún lugar.

La cama se iluminó y apareció Bill removiéndose en ella algo agitado encontrando oscuridad cuando abrió los ojos.

—¿Tom? —llamó al ver su sombra y éste hizo chasquear sus dientes—. Ahh —gimió al removerse—. Dios, qué me pasa —se quejó con pesada voz—. ¿Qué me hiciste?

—¿Yo? ¿Por qué? —Comenzó a alejarse un poco de él pues sabía que podía reaccionar de mala manera.

—Estoy caliente, estúpido… oh… —gimió otra vez metiendo sus manos en sus pantalones—. Sal del cuarto. —Le dijo con voz entrecortada.

—Puedo aliviarlo —le canturreó y Bill lo pensó.

—¡Estuviste tocándome! Mejor dicho, a ese otro lado mío, ¿cómo pudiste? —Y luego recordó más—. ¡Te fuiste con esa sirvienta dejándome solo y luego en mi ausencia te aprovechaste de mí! —Más reclamos que sacaron a Tom de la cama.

—Bien, te dejo. —Tomó una sábana—. Dormiré en la sala. Buenas noches.

Bill lo vio salir y solo pudo concentrarse en aliviar su calentura, después pensaría qué hacer.

Regresó o_o qué pasará... muajaja~