martes, 29 de enero de 2013

Vacaciones - 6

Hola a todos, nio me olvido de este long fic, espero les guste este capítulo n_n saludos

Por Bill

Estábamos los cuatro sentados ahí, bebiendo y francamente quería olvidarme de todo, perder la conciencia si es posible, pero escapar de alguna manera de esta estúpida realidad. Georg Andreas y Paúl empezaron a contar chistes más horribles, sin sentido para mí.

—Vamos Bill —llamó Georg—. Tómate esta. ¡Salud! —Me sirvió un trago, era realmente desagradable, pero justamente lo desagradable hace efecto más rápido.

—¡Salud! —dije extendiendo mi copa.

—Bien, aquí les va otro chiste —dijo Andreas—. Entra una señora a la carnicería y dice: Deme esa cabeza de cerdo de allí. Y contesta el carnicero: Perdone señora, pero eso es un espejo jajaja. —Se reían como locos, golpeando la mesa con lágrimas en los ojos de tanto reírse y claro que yo intentaba encontrarle el chiste a lo que decían, pero era en vano, me parecían estúpidos.

—Bueno, me sé otro —dijo Paúl—. Le dice el padre a su hijo: la vida es larga y dura; y el hijo le responde: pues papá me pica la vida, ¡Jajaja! —Esa si no la entendí definitivamente, pero igual intenté reírme como para entrar en la honda.

Georg me dio una palmada en la espalda que casi me hace escupir todo el trago que tenía en la boca.


—Vamos Bill, cuéntate una tú. —Ahora estaba en problemas, yo no era de saber chistes.

—Es que no sé de chistes, jeje. —Lo que quería era perderme, salirme de esta realidad y sobretodo ahogar este sentimiento que crecía en mí… Sentía cosas por mi hermano y eso no estaba bien.

—Pues les tengo otro —dijo Andreas. Oh no, otro más—. Dos prostitutas estaban hablando en una esquina en plena fiesta navideña, y una le dice a la otra ¿Tú qué le pides a papá Noel? Y la otra le responde sesenta euros como a todos, jajaja. —Aunque no entendiera nada, igual me reía, y a decir verdad el tiempo pasaba extrañamente y empecé a sentir los efectos de la horrible sustancia que estaba ingiriendo.

—Hablando de putas —dijo Georg—. ¿Dónde está Débora? Se supone que debe estar por aquí atendiendo.

—Debe estar arriba trabajando. —Comprendí que ese bar era un bar burdel, estaba en un burdel de mala muerte.

—Hey, Bill —Me pegó un codazo el tal Andreas—. Oe niño, tú ya te estrenaste, ¿ya eres un hombre de verdad? Te funciona o no. —Le fruncí el ceño, atrevido, cómo me va a hablar así.

—¡Qué te importa! —Grité en su cara y cogí la botella de licor que había sobre la mesa y me la tomé, el escozor en la garganta me molestaba un poco.

—Bill, vamos cuéntanos —pidió Georg—. Creo que aún eres un niño, pero para eso estamos nosotros, tus nuevos amigos de Overhaberbeck. —De repente empezaba a ver todo borroso y Andreas me tomó del brazo invitándome a pararme.

—Suéltame —pedí molesto.
 
—Tranquilo, Bill —habló Andreas y Georg se levantó de la mesa también y ambos me llevaron hacia donde estaba la barra. Ahí estaba el señor cantinero que repartía las bebidas, era un señor bastante feo y descuidado, como todo ese lugar claro, no lo encontraba nada interesante—. Ya verás, hoy te haremos un gran favor, como eres nuevo, tienes que conocer a las mujeres de aquí, oh sí, no te arrepentirás. —«Mujeres», lo que menos deseaba era conocer mujeres, ni siquiera me conocía yo mismo, estaba confundido, pero me quedé callado, en realidad estaba ligeramente adormecido.

—Señor Julio, éste es muestro amigo Bill, es de Hamburgo, un niño rico como lo ve, ¿sabe? queremos que conozca a Débora. —Georg le guiñó el ojo al señor—. Y corre por nuestra cuenta.

—¡Hey, qué dicen! —Bufé—. No quiero conocer a nadie.

—No te arrepentirás, o ¿acaso eres marica? —Los ojos de ellos se abrieron mirándome y fruncieron el ceño y pusieron cara de asco—. ¿Eres gay? —Terminó de preguntar Georg.

—¡No! Claro que no, qué dicen. —Me ruboricé, es que en realidad sentía que no era gay, pero si empezaba a sentir cosas por Tom y Tom es hombre pues la conclusión lógica sería que fuese gay y eso significaba marica, débil, entre otras cosas más.

—Débora es capaz de convertir hasta el más marica de los maricas en macho – Dijo el tal Julio—. Ella está arriba.

—¿Y? ¿Qué dices, Bill? Es raro que te resistas a conocerla, es una belleza de mujer y sabe tratar con primerizos.

—Oh, sí —habló Andreas.

—¡Sí! —contestó desde la mesa el tal Paúl, al parecer todos ahí habían pasado por la tal Débora, pues bien no me quedaba otra opción, tal vez podría contarle lo que me pasara, tal vez beber algún trago con ella, todo menos acostarme con una perfecta desconocida.

—Está bien… —dije resignado, pero ellos notaron mi cara de mal ánimo—. ¡Sí! Jeje, quiero verla —mentí con una sonrisa.

Me acompañaron hasta subir las escaleras de esa taberna, todo de madera, había un olor a incienso arriba y llegamos a una puerta pintada de rojo con luces de neón a los lados, bastante feo, no sé cómo les podía parecer atractivo algo como eso, Georg tocó la puerta con nerviosismo.

—Bill, nos tienes que contar después lo que pasó, ¿está bien? —Qué chismoso, no iba a contar nada.

—Está bien —mentí—. La puerta se abrió y una mujer con cigarro en la mano me miró de pies a cabeza. Ella vestía un vestido muy pequeño, en realidad era un baby doll y ella aparentaba tener casi treinta años con todo ese maquillaje que tenía en la cara, era castaña y de semejantes pestañas postizas. Se podría decir que parecía una drag queen.

—Hola cariño —le dijo a Georg—. ¿Vienes a recordar viejos tiempos? —Georg estaba embelesado por la mujer que tenía en frente y se ruborizó.

—La verdad hoy no, pero te he traído a un nuevo amigo, se llama Bill.

—Mucho gusto —Jamás pensé saludar a una puta así, con la mano, como si saludase a una amiga de la escuela.

—Que muñequito más lindo, pasa. —Me abrió la puerta y prácticamente fui empujado hacia ese lugar, la combinación de colores rojos, rosados con luces azules de neón me enceguecieron, pero qué habitación más fea era esa.

—Señora… diré, Débora… yo… —Ella me tomó de los hombros y me sentó en su cama, una muy amplia y fue por una batea de agua.

—¿Qué edad tienes, muñequito?

—Me llamo Bill, tengo dieciséis años.

—Qué linda edad. —Oh sí, de seguro ella extrañaba mi edad.

—¿Y tú? —Me miró consternada.

—No se pregunta la edad a una dama, cariño. —Se me acercó y retrocedí un poco hasta que mi espalda dio contra la cama, estaba recostado mientras ella puso sus manos a los lados de mi cabeza.

—Oh, lo siento —dije nervioso.

—Es tu primera vez, ¿no? Tranquilo, quítate la ropa, lo disfrutarás mejor y ¿sabes? a los que tienen su primera vez conmigo les permito de todo. —Se rió tímidamente y tragué duro, como explicarle que no deseaba nada, que quería conversar y pasar el rato. Por otro lado me sentía muy mareado y no respondía muy bien a mis estímulos.

—Bueno, no sé si podré jeje, es que me siento algo raro. —Me miró provocativamente.

—Pequeño, para todo hay solución. —Se levantó de sobre mí y fue hacia un pequeño minibar que tenía cerca de las luces horribles de neón y sacó una botellita y unas cosas—. Con esto verás que te pones a mil, me gusta cuando los hombres se ponen a mil porque yo voy a un millón. —No la entendía, todo me daba vueltas y habían muchas cosas en ese lugar.

—Como sea, la verdad que preferiría, humm, no sé. —Me senté en la cama y ella me pasó en cóctel de alguna bebida.

—Bebe esto, después de esto no hay marcha atrás muñequito.

—Bill —dije serio.

—Sí, jaja —Se rió traviesa.

Después que bebí ese trago, me recosté en la cama y empecé a sentir los latidos de mi corazón acelerarse, me sentía muy activo, empecé a retorcerme en esa cama, quería sentir lo suave que era, sí, estaba loco, pero todas las sensaciones empezaron a hacerse placenteras, no sé qué me había dado, pero lo que fuese me iba a hacer cometer lo que no quería, si ella me llegara a tocar de seguro le correspondería y no tenía la intención de parar, estaba a mil como ella dijo.

—Humm, qué lindo te has puesto, te lo dije, ahora eres mío.



Por Tom:

Tenía a Ximena colgada de mi brazo todo el tiempo, y caminaba de un lugar a otro en busca de Bill. Regresamos al rodeo y efectivamente la gente estaba saliendo y otros entraban, iba a comenzar otro espectáculo de toros.

—Ximena, por favor, dime dónde puedo encontrar a Georg con los demás.

—La verdad es que pueden estar en muchos lugares, les gusta el billar, a veces paran en el bar de Julio, o a veces están jugando pelota en el parque. —Muchas opciones y mi desesperación aumentaba debía encontrar a Bill.

—Bien, vamos a cualquiera de ellos, pero vamos.

—Está bien —dijo de lo más serena con una sonrisa.

Caminamos y ella empezó a hablarme de tantas cosas como una cotorra.

—Sabes, mi padre es el teniente de este lugar, es muy influyente y… —Mientras hablaba pensaba en lo que le diría a Bill, debía disculparme con él y es que si regresaríamos a casa de mis abuelos peleando probablemente se llevarían una mala impresión de nosotros, pues nadie conocía a Bill cuando se enoja, es una fiera.

—Mira Tom, ese es la taberna de Julio, es un lugar muy feo, es un burdel clandestino, mi padre siempre ha querido cerrarlo pero no ha podido, es muy popular.

—Como sea Ximena, debo buscar a Bill.

—Que tanto con tu hermano, él no es una chica. —Eso me disgustó y a ella que le importaba, sé que era una linda chica, mi tipo en realidad, pero no le iba a permitir que hablase a si de Bill.

—Bueno Ximena, la verdad es que tengo que encontrar a mi hermano y punto. —Me miró sorprendida y se resintió conmigo.

—Que poco gentil con las chicas, Tom, hasta podría pensar que no te gusto. —Oh no, detestaba el drama de las mujeres y si iba a perder mi tiempo así con ella probablemente no encontraría a Bill sino hasta el anochecer.

—Perdóname Ximena, debo encontrar a Bill y después hablamos. —Prácticamente me despedí de ella y me enrumbé por aquella calle en donde ella me señaló la taberna del tal Julio.

—¡Eres un niño malo, Tom Kaulitz! —gritó ella, ¿debía tomar eso como un insulto? Bueno, mi prioridad era otra cosa en ese momento.

Al legar a ese lugar, escuché risas conocidas, eran los amigos de Georg. Entré y los vi sentados en una mesa circular, uno, dos, tres. Conté mentalmente y no estaba Bill con ellos, un frío horrible recorrió mi espalda y prácticamente corrí hacia ellos y le di un golpe en el hombro a Georg que estaba a espaldas a mí.

—¡¿Georg, dónde está Bill?! —Volteó para mirarme con sorpresa.

—Tom, que tal, siéntate con nosotros, tu hermano está ocupado ahora.

—Jajaja —Rieron todos ellos.

—Pero qué dices, vengo por él ya van a ser casi la tarde, donde está. —Comencé a ofuscarme, no debí dejarlo, en eso pensaba una y otra vez.

—Está debutando —dijo Andreas y yo fruncí el ceño, pensando.
 
—Estrenando —dijo Paul.

—Realmente la está pasando bien —habló Georg. Y entendí a que se referían, mi cuerpo se llenó de una sensación rara… como si me quitaran algo que me pertenece, cómo se atrevieron, me llené de cólera.

—¡Pero cómo se atreven! ¡Dónde se lo llevaron! ¡Dónde esta! —Prácticamente les grité y Georg se levantó de la silla algo consternado, tal vez lo había molestado.

—Mira Tom, no te conozco, no sabes en qué lugar estás, y aquí gritar está prohibido. Tu hermano necesita ser hombre, porque digamos que tiene una apariencia rara, así que le estamos haciendo un favor. —En ese momento sentí tanta rabia que pensé que terminaría golpeándolo, ¿quién era él para hablar así de Bill?, no lo conocía. Pero me calmé, debido al hombre de la barra que se me acercaba mirándome raro.

—Eres el hermano del chico raro, ¿no? —Me preguntó y yo asentí.

—¿Dónde está él?, vengo por él.

—¿Ustedes son gemelos o algo?, tienes su misma nariz, y ojos, claro que él otro los tiene pintados. —¡Pero qué decía y qué!, quería ver a mi hermano y me salía con toda esa conversación.

—¿Dónde está él?

—Pareces celoso… —Su mirada se hizo rara, como si me viera conocido y hasta repugnante.

—Disculpe señor, sí es mi gemelo y vengo por él, no conocemos este lugar venimos de Hamburgo, ¿quiere saber algo más? —Estaba ofuscado y temía perder la poca paciencia que tenía.

—¿Cómo te apellidas?

—Kaulitz, ¿contento? —Y me miró aterrorizado.

—¡Lárgate de mi taberna! —Georg y los demás se miraron entre si y yo tuve temor que forma de hablarme yo no le había hecho nada, que poca educación.

—Pues me largo pero con mi hermano. —El señor me miraba como si había visto al mismísimo demonio.

—¡Está arriba con la puta de Débora, ve y lárguense de aquí y no regresen más por este pueblo! —Oh, por Dios, jamás me sentí tan humillado, pero sí quería largarme de este pueblo, así que subí las escaleras lo más rápido que pude y Georg me siguió confundido.

—Es… es en esa puerta, ahí está Bill —me dijo algo nervioso, yo lo miré como buscando respuesta, todas esas reacciones me parecían raras, fuera de sí. Asentí con la cabeza y me adentré por ese pasillo, los colores de ese lugar eran incombinables, una rareza. Llegué a la puerta y la toqué.

—¿Bill? —Llamé. Escuché risas y gemidos adentro, algo pasaba… Me incomodé mucho y ¿si Bill y esa mujer estaban en pleno acto? Me molesté de solo pensarlo. Toqué más fuerte. «Bill, no hemos venido a esas cosas en este pueblo qué estás haciendo». Toqué aún más fuerte—. ¡Bill! —Sonaba como mi padre cuando quería que le abriera la puerta… o tal vez como su novio, no, eso no.

La puerta se abrió y una mujer con hermosos pechos me miró de pies a cabeza y se mordió el labio.

—Humm, hola muñequito —Me intimidó semejante mujer, me ruboricé sin querer.

—Ehem, ¿está Bill?

—¿Vienes por él? —Al fin alguien me entendía en este lugar. Lo oí gemir, mi hermano estaba gimiendo ahí adentro y me puse frío.

—Sí —dije molesto—. ¿Con quién está ahí adentro?, soy su hermano mayor y vengo por él, debemos irnos.

—Está solo conmigo, pero pasa, si tienen que irse pues ayudarás a vestirlo, está muy travieso, me gusta.

Cuando aquella mujer me hizo pasar, la imagen que vi de mi hermano me hizo saltar de golpe. Bill estaba semi desnudo en aquella cama y se movía serpenteando su cuerpo gimiendo y se chupaba un dedo, era la imagen más impactante que había visto de Bill… y los sonidos que hacía recorría toda mi espalda y llegaban hasta un punto, sin querer yo estaba teniendo una erección ahí abajo. Él me miró y se pasó la lengua por sus labios.

—Humm Tomi, ven aquí, te estaba esperando.

—Bill —Tragué duro—. Debemos irnos.

—Sí… —Se tocaba el cuerpo insinuándose y no era a la chica que estaba a mi lado, mirándolo sorprendida, era a mí—. Fóllame Tom —Oh, no—. Oh, Sí… —Gimió.
 >:3 Bill está con los efectos de algo jojojo, veremos cómo logra salir de ahí con Tom~

8 comentarios:

  1. Ahahahahahaahahaha recuerdo este cap. *3* aksjalslaskaskas porque Débora le dio a tomar eso a Bill está así, morí con el 'Fóllame Tom' XDDDD
    alsjjakjskasjs *.* Señorita Rosadita *u*

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    1. hola *-*!! Xd sí~ luego viene la parte divertida XDDD Débora le dio un afrodisiaco >:3 por eso está así
      besos <3

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  2. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA XD
    Me encanto! ame eso del "Fóllame Tom" Oh dios! que ara Débora?
    Por que el señor reacciono así? Quiero saber! me as dejado con la duda y especulando sobre posibles razones.
    Tomi se puso celoso (-8
    Espero subas pronto C:

    Que estés bien, Cuídate!
    Besos.

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    1. hallo <3
      XDD no creo que Débora pueda hacer algo, ya vino Tom a recogerlo, veremos qué más pasa >:3
      besos <3

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  3. ¿porque el tal julio vio tan extraño a Tom? ¿que demonios le puso la tipa esa a Bill en la bebida? la cara de Tom cuando escucho el "Fóllame Tom" de su hermanito debio ser un poema >.<
    espero el proximo >.<

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    1. jajajaja le puso un afrodisiaco XDDD pobre Bill, está tan excitado, veremos qué más pasa
      Ah, y el señor del bar actúa así por una leyenda, ya verás más adelante
      besos <3

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  4. :O :O :O Ok, no me esperaba que Tom encontrara a Bill así..
    ¿por qué el señor los echo al saber su apellido?..
    bueno, ahora eso es un poco irrelevante, el problema esta en
    ¿cómo saldrá Tom a la calle con un Bill... O_O en ese estado?...
    y prácticamente diciendo cosas... incoherentes (?
    o extrañas (para los demás, y bueno, de momento aún para Tom).
    :3 ya quiero saber que pasara...
    es más, quiero saber si Tom le ayudara al pobre de Bill con su.. problema. xD 1313

    Cuidate! besos y amor!
    Criis. :3

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    1. hallo <3 XDD ese señor del bar está loco, bueno, se basa en una leyenda de ese lugar que luego se sabrá...
      Veremos si logran salir >:3 ese Bill está calenton por el afrodisiaco
      besos <3 <3 veremos si le ayuda o no >:3

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