miércoles, 30 de enero de 2013

Fresas amargas V

Hola a todos *-* actualizando como siempre, les dejo un capítulo más de estas secuelas de Helado de Fresa, espero disfruten el amargo reencuentro. Los quiero *-*
Emergencia del corazón
Tres años sin verse… Era mucho.

Bill frunció el ceño en cuanto lo vio, ¿qué hacía Tom ahí? Bajó la mirada y el féretro de su nana estaba siendo cubierto por la tierra.

—Vámonos, Bill —le dijo Daniela, detestaba los entierros. Su padre Jörg Kaulitz, había asistido, tantos años había trabajado la señora Amelia para ellos.

Bill detestaba ver a su papá puesto que fue él quien dejó a su mamá Helen por otra mujer con la cual tenía dos hijos que ahora eran niños. Bill ni Daniela los conocían y tampoco querían conocerlos. Pero la muerte de Amelia logró juntarlos.

—Están invitados a mi casa —ofreció él, Daniela estaba animosa pues extrañaba a su papá.

Luego de que Bill pusiera un enorme ramo de flores blancas en la tumba de Amelia, se dio media vuelta para seguir a su hermana y padre, aunque vio a lo lejos, aquel chico que le observaba ya no estaba, suspiró. Así mejor debían ser las cosas… No iba a retroceder para después hundirse en la tristeza.

Su papá estaba nervioso, después de tantos años ahora les llevaría a su nueva casa para que conocieran a su nueva mujer y sus dos hijos varones, la anterior casa que tenían la habían vendido y repartido el dinero entre las dos familias.


—¿Cómo están mis nietas? —le preguntó a Bill ya en el auto.

—Bien, están creciendo. —Le pasó su celular con fotos de ella.

—Son hermosas, salieron a tu mujer. —Rió él pensando que había hecho una broma lo cual no fue así porque él era de fijarse en otras mujeres… Eso incomodaba a Bill, no podía entenderlo, cómo él fue capaz de cambiar a su mamá quien era una bella mujer, lo hizo por esa debilidad. Pero cuando estuvo por reclamarle, la conciencia le pesó, puesto que él engañaba a Astrid con hombres, engaño era lo mismo sea con quien sea. Miró hacia la ventana queriendo olvidar aquello.
 

***

Tom había regresado a la clínica algo alterado, nervioso, todo el cuerpo le temblaba, se sentía culpable de haberle mentido a todos, tanto su jefe como a Andrej argumentando haber salido por una emergencia de una paciente… Claro que fue a ver a una paciente, pero no en vida. Sabía que encontraría a Bill ahí, quería verlo, recordarlo. Y ahora ni podía controlarse, necesitaba regresar a casa, tomar una pastilla para dormir y olvidarse de aquello.

Habló con su jefe y éste pudo notar su angustia, algo había pasado y en realidad faltaba poco para la hora de salida, era ya la tarde así que dejó que se fuera.

Sus manos temblaban al manejar su auto, no debió haberlo visto… Tantos años había hecho que lo olvidara sí, pero cuando Bill estaba en Alemania había algo en Tom que automáticamente rememoraba todo lo que vivieron cuando estaban juntos y también las veces en las que se reencontraban esporádicamente, solo por días en los cuales se la pasaban lejos del mundo, los dos solos amándose, recordándose, teniéndose… él sabía ahora que nada volvería a ser como aquellas veces puesto que Bill tenía una familia la cual no merecía ser traicionada y él tenía una relación estable lo cual también sería de malos traicionar, así lo veía él y otra vez esa sensación de sentirse tentado pero no poder acercarse para no cometer un error lo tenía al borde de un colapso nervioso.

Llegó a su departamento y subió las escaleras, entró en su casa y no había nadie, Andrej aún no llegaba de la clínica. Su perrito Max le saltaba buscando atención, pero Tom no le hacía caso, se desnudó masajeándose el cuello para tomar una ducha y tirarse a la cama para dormir. Horas más tardes su pareja llegó a la casa con una bella sonrisa en sus labios y cargando uno de sus gatos se sentó en la cama buscando atención de Tom.

—Tom… —le arañaba la espalda como un gatito, pero éste no despertaba—. Tomi… son apenas las nueve de la noche, creí que hoy veríamos una película…

—Bill… —susurró entre sueños y el otro dejó de acariciarle la espalda, se quedó ahí serio, ya había pasado tanto y aún su novio mencionaba ese nombre, eso era el colmo, Andrej odiaba a Bill, quería que se mantuviera muy lejos de Alemania y de todo lo que era suyo. 


***

La cena con su papá era la más incómoda del mundo ya que Daniela no se quedaba callada, el dolor de la separación de sus padres lo llevaba por dentro cuando era una niña, ahora podía expresarse mejor, y al conocer a la nueva mujer de su papá y sus dos hijos, ella no pudo evitar comentar su molestia.

—Mamá preparaba una deliciosa ensalada, no le echaba mayonesa… —criticó la ensalada de Cristina, la nueva mujer de su padre.

—Daniela, creo que mejor nos vamos —interrumpió Bill algo molesto, estaba incómodo más por los comentarios de Cristina para con él y esa mirada algo burlona por su maquillaje, apostaba que su papá ni le había dicho que él solía pintarse los ojos.

—Sí, mejor —habló Daniela levantándose de la mesa.

—Mal educados como les crió su madre —masculló Jörg y Bill prefirió callar, él odiaba las confrontaciones así y ni que pensara su papá que él no sería capaz de meterle un puñetazo como el hombre que era.

Salieron tan rápido como entraron ahí, Daniela estaba hastiada y Bill, él quería regresar a Francia, Alemania le traía ahora recuerdos tristes.

Tomaron un taxi hacia un hotel, pasarían la noche ahí y al día siguiente tomarían un vuelo hacia casa… Así lo habían planeado.

En el hotel, ella no quiso separarse de su hermano, por lo que pidieron un cuarto para ellos solos. Daniela estaba aburrida y Bill miraba por la enorme ventana la ciudad de noche, su ciudad de Leipzig donde pasó su niñez y se consideró feliz… Luego volteó a ver a Daniela sobre la cama, reía burlándose en el teléfono.

—Daniela, ¿qué haces?

—Jajaja… Hay línea libre, estoy llamando a cualquier persona para hacerle una broma.

—No hagas eso, es de mala educación.

—¿Has escuchado lo que papá ha dicho? Según él no la tenemos, jajaja…

—Lo que diga él no tiene importancia, deja ese teléfono. —Se le acercó como el hermano mayor queriendo poner orden y forcejeó con su traviesa hermana en la cama hasta que cayó en el suelo la guía telefónica… A Bill le entró curiosidad.

—¿Llamarás? —le preguntó ella traviesa, apoyándose en su hombro mientras él tomaba la guía buscando un apellido con una dirección que él conocía.

—Quiero llamar a un amigo —dijo bajito y ella se puso curiosa, escuchaba a su mamá hablar con Astrid sobre las amistades peligrosas que su hermano tenía, que al parecer había tenido un romance con alguien en Alemania, ella sabía eso y casi toda la familia en sí.

—¿Amigo? Humm… —Bill la miró serio, ella sospechaba.

—Hey, Daniela, ¿qué es esa cara? —Ella le sonrió y puso un dedo en sus labios para no decir más—. ¿Mamá te ha dicho algo? —Ella asintió— Todos hablan a mis espaldas y luego el maricón soy yo, nadie es capaz de decírmelo en la cara.

—¿Eres homosexual? Ya te lo dije en tu cara. —Bill frunció el entrecejo.

—Es mi vida privada.

—Por eso nadie te lo dice en la cara, porque siempre es eso lo que respondes…

—Son cosas que nadie entenderá Daniela, ¿para qué contarles algo que considero especial si todos lo verán como algo enfermo? —Ella pudo entenderlo y no bastó que le repreguntara.

—Astrid te matará hermanito, eso no se le hace a una mujer, ¡Jum! Eres despreciable —Ella se lo decía en son de broma, aunque lo que le decía tenía razón.

—Solo quiero saber cómo está, ¿vale? Nada más que eso, pero no puedo llamarle yo, o sea… no sé cómo explicarte a ti que eres una niña. —Ella rió y le golpeó la espalda.

—Tengo dieciocho, no soy virgen y soy bisexual.

—¡Daniela! —gritó asustado y ella volvió a reír.

—Ya, mentí con lo último, pero igual soy tu hermanita, quiero que confíes en mí.

—¿Puedes llamarle tú y cuando te cerciores que es él me lo pasas? —Ella asintió y Bill comenzó a buscar el número de su teléfono, vio la hora y ya eran las diez de la noche, ¿estaría durmiendo?— Aquí está… —con voz nerviosa le dictó el número—. Se llama Tom… —Daniela pudo recordar a aquel amigo de rastas de su hermano con el cual un día habían jugado Guitar Hero.

—¡Está timbrando, está timbrando! ¡Wuii! —Ella le puso emoción palmeando la espalda de su hermano, éste no podía ocultar su nerviosismo.

—¡Shh! ¡Daniela! —Ella tenía los ojos muy abiertos con una sonrisa, a Bill le estaba pareciendo muy mala idea haberle dicho que ella lo llamará.

—¿Aló? —Bill abrió los ojos algo asustado cuando ella dijo eso—. ¿Se encuentra Tom…?

—Trümper —le susurró Bill.

—Tom Trümper… ¿Cómo? ¿Está durmiendo? —Bill bajó la mirada, sabía que le había contestado Andrej—. Es una emergencia del corazón, por favor… —Bill la miró nervioso, ella ni sabía que Tom era cardiólogo—. Sí, puedo esperar… de parte de Daniela…

—No digas tu apellido —le susurró Bill velozmente.

—Daniela Franz —usó el apellido de su nana fallecida—. Ok, muchas gracias… —Ella lo miró con una sonrisa—. Me lo pasará —susurró traviesa—. Y no te lo pasaré. —Le sacó la lengua.

—Daniela… —habló grave.

—Hola —dijo ella y Bill dio un saltito en la cama mirando muy atento a los ojos de su hermanita—. ¿Sabes quien soy?

—Daniela, pásamelo…

—Soy Daniela, una vez jugamos Guitar Hero y eras muy pésimo, jajaja —Bill quería quitarle el teléfono—. ¿Bill? Sí, su hermana, claro… ¿qué para qué te llamo? Ehem… ¡Ahh, Bill! —éste le había picado un brazo y estaba rojo de la vergüenza, logró quitarle el teléfono y se lo llevó al oído con mucho temor, Daniela suspiró y después de que él le lanzara una mirada retadora ella decidió calmarse.

—¿Alo? —susurró y en la otra línea reinó un silencio—. Tom…

—¿Para qué llamas? —Bill reconoció aquella grave voz. Y por esa pregunta se sintió pequeño.

—Humm… Lamento haberlo hecho así —miraba algo molesto a Daniela, al parecer a Tom no le había gustado para nada todas esas bromitas y es que no podía expresar todo lo que quería puesto que tenía a Andrej vigilándole de cerca—. Que estés bien…

—Espera… no cuelgues, espera… —otro silencio, Bill suspiró y Daniela se levantó de la cama para darle privacidad, nunca antes había visto esa expresión en el rostro de su hermano, parecía un niño enamorado, del fuerte de su hermano solo quedaba un manojo de gelatina—. Quiero verte… —susurró y eso le agradó— ¿Puedo? —su corazón latía mucho, él no sabía qué contestarle.

—Mañana estoy por regresar… Pero también quiero verte.

Al otro lado de la línea, Tom le daba la espalda a Andrej quien estaba sospechando de esa llamada extraña…

—Tom —llamó él—, ¿quién te llama a estas horas? —le interrumpió y éste le hizo una seña de que estaba ocupado, quería que mantuviera distancia.

Tom estaba sudando de nervios, y le susurró—: Estoy saliendo en media hora… nos vemos —colgó el teléfono y se dio la vuelta encarando a Andrej—. Debo salir… —le dijo con los ojos que denotaban nerviosismo— es… es… una emergencia del corazón. —Andrej frunció el ceño, había algo raro en todo ello. Pero no podía hacer nada…

Su pareja fue a bañarse, eso le pareció extraño así no iba a atender emergencias, salió del cuarto cambiado y ni le miró, se detuvo en la puerta y recién alzó la vista para verlo.

—Andrej… —tragó saliva sintiéndose nervioso—. Regresaré a dormir, lo juro… debo hacer esto —dijo sin mirarlo—. Por favor no pienses mal —lo dijo porque él sabía que estaba haciendo mal. Andrej no dijo nada por el nudo que tenía en su garganta y cuando la puerta sonó se echó a llorar angustiado.

Fue y cogió el teléfono viendo el número que recientemente había llamado, y llamó.

—Hoteles Paris, muy buenas noches —le contestó una mujer y él enmudeció por un momento.

—Disculpe, alguien ha llamado recientemente de este número…

—Puede ser alguno de nuestros clientes —le dijo.

—¿Está Bill Kaulitz?

—Déjeme ver… —el silencio le mataba—. Sí, está hospedado… —colgó el teléfono sintiéndose morir… Maldito Bill, regresaba para hacerle la vida imposible. 


***

—¿Vendrá? —le preguntó Daniela algo incómoda—. ¿Astrid y tus hijas? ¡No seas mal hombre! —Ella como mujer podía predecir que eso estaba muy mal, su hermano se cambiaba de ropa, estaba nervioso dándole la espalda.

—Daniela por favor, no haré nada malo, solo lo veré, es un amigo, está comprometido o casado, ni sé, pero tiene una pareja estable y yo tengo la mía, ¿de acuerdo? Deja la paranoia.

—Donde hubo fuego cenizas quedan, ¡qué no entiendes! —Bill frunció el ceño, había sido muy mala idea haberle dicho algo a ella.

—Escúchame, seré claro —le encaró terminando de ponerse una chaqueta negra—, no quiero que te metas en mi vida ni estés diciéndole esto a mamá o Astrid o quien sea que puedo dejar de hablarte por mucho, no me perjudiques… —Ella lo miró impotente y los ojos le brillaron.

—Quien se perjudica eres tú… y si no regresar a dormir dentro de una hora juro que llamaré a tu mujer. —Él frunció el ceño, eso era una amenaza.

Pronto el teléfono sonó y Bill contestó, la recepcionista le decía que había una visita para él en la sala del hotel.

—Si no llego, no pienses mal —le dijo saliendo de la habitación, Daniela se echó en la cama pensando en todo aquello, no pudo evitar sentir pena por su cuñada, ella allá en Francia cuidando a las gemelas, mientras Bill hacía lo que quería en Alemania.

Pero hay cosas que no se pueden evitar. Las piernas de Bill se movían por sí solas, caminando apresurado por el pasillo para bajar por el ascensor e ir a una de las salas del hotel, se tocaba el cabello ahora corto, trataba de que todo estuviera en su lugar, tan perfeccionista como siempre lo había sido.

El ascensor se abrió y caminó hacia la sala, se la abrieron unos señores y ahí, en los refinados sofás, estaba Tom, quien al verlo se puso en pie denotando nerviosismo en su mirada, Bill sonrió de lado, no quería lucir emocionado, pero lo estaba hasta el punto de sentir que se mareaba.

—Hola Tom —le saludó yendo a su lado.

—Hola Bill —extendió sus brazos para abrazarle lo cual el otro correspondió. Para Tom era confrontar muchas emociones, remover el pasado otra vez… Casi nunca podía resistirse a Bill, él era exquisito, tentador, cada parte de Bill y lo que irradiaba, podía con él—, mi pésame por lo de tu nana…

—Gracias… Pero sé que ahora ella está mucho mejor. —Se separaron para sentarse, por cortesía había una botella de vino con copas en una de las mesitas de esa acogedora sala además de bocaditos.

Tom le miraba meticulosamente y le sonrió.

—Es sorprendente como cambias cada vez que te veo, ahora luces distinto, pero sé que eres el mismo. —Bill le sonrió y le miró intensamente.

—Tú sigues igual… con ese piercing —se mordió el labio en una sutil provocación, Tom carraspeó y suspiró luego.

—Supe que te casaste —Dijo Tom y Bill rió.

—Nop, ¿quién te ha mentido?

—Tienes gemelas…

—¿Para tener gemelas hay que casarse? —preguntó Bill, y es que él convivía con Astrid, aún no se habían casado aunque cada miembro de la familia le presionaba para que formalizaran.

—Ya veo… Amelia me mostró una foto hace algún tiempo.

—No la culpo —agachó la cabeza—. ¿Y tú, Tom? Estás casado, lo sé —Tom rió un poco.

—No, tampoco, aún no es legal, si fuese legal, hace ya dos años me hubiera casado —dijo algo seguro.

—Entiendo —bajó la mirada, Bill sintió que era el único que aún amaba… que patético comenzó a sentirse—. Es lindo saber que estás bien, ya eres médico, con una relación estable… —habló pesadamente.

—Pienso lo mismo —dijo viéndole de cerca de los ojos, Bill trataba de esquivar su mirada y luego rió nervioso algo que Tom no podía interpretar.

—¿Quieres un helado de fresa? —ofreció Bill causando en el otro cierta incomodidad, sabía lo que eso significaba.

—Es de noche… —ahora no quería ver a Bill, su imagen penetraba sus sentidos, lograba perturbarlo—. Hem… —Tom podía sentir la ansiedad de Bill por querer cruzar la línea, como intentaba decirle algo, pero se limitaba mordiéndose el labio.

—Tom… ¿Eres feliz? —El trenzado carraspeó, se mantuvo callado buscando en su mente palabras coherentes que no sonaran patéticas ni tampoco como si fuese el más feliz del mundo.

—Pues… creo que eso no se puede alcanzar así no más, ya sabes… aunque tengo momentos felices eso sí. —Sonrió tímido y Bill se le acercó un poco más rozando su hombro con el suyo, escuchó como Tom suspiraba tratando de relajarse.

—Momentos felices… ¿cómo cuáles? —Tom lo miró con una pequeña sonrisa.

—Como cuando das esperanza a una persona que está enferma, como cuando llegas a casa después de un día de mucho trabajo y encuentras la cena en la mesa, como cuando juegas con el perro o le sacas a pasear, o… como cuando puedes conversar con alguien especial. —Bill sonrió mostrándole sus dientes, en ninguno de esas cosas que decía estaba su pareja—. ¿Eres feliz? No puedo imaginar lo que sería tener dos hermosas niñas, eso es… es genial. —Bill agachó la cabeza, él no se consideraba feliz aunque tuviera a sus nenas.

—Creo que si no fuera por ellas… no lo sé, creo que sería el ser más infeliz de este mundo. —Se mordió el labio no queriendo decir más. Tom estiró una mano hacia su rostro, tomándole del mentón le alzó la cabeza para verle a los ojos, quiso hablar, pero por un momento no supo qué—. ¿Tomi? —Bill extendió su mano y la puso sobre la pierna de Tom y le presionó ahí, el de trenzas cerró los ojos recodando sus catorce años cuando Bill le había tocado exactamente de esa misma manera mientras le daba su primer beso en aquella heladería cerca de la estación de tren… Retiró su mano del rostro de Bill y agachó la cabeza.

—Creo que debo irme… Mañana te irás, ¿verdad?

—Sí… —Bill suspiró y luego casi temblando tomó la mano del otro causándole sorpresa.

—Bill… —jaló su mano queriendo ser soltado, pero la miraba penetrante del pelinegro logró sonrojarlo—. Bill… —volvía a decir su nombre.

—Quiero que me contestes una pregunta, solo esta y luego puedes irte. —Tom tragó saliva, no podía creer lo nervioso que estaba y el otro parecía tan seguro que no dejaba de apretar su mano con la misma intensidad, fuerte—. ¿Le quieres más a ese rubio que a mí? —soltó la pregunta tan rápido como pudo. Tom tomó aire, inflando sus mejillas sonrosadas y luego evitó la mirada intensa del otro pelinegro.

—Claro que le quiero…

—¿Más de lo que me quisiste una vez? —Tom lo miró algo fastidiado.

—¿Y tú? ¿No quieres a Astrid? Responde.

—Te responderé después que me respondas tú, y mírame a los ojos. —Tom mantuvo su vista en la de él.

—Es diferente… él es como renacer, como darme una oportunidad para querer, ser querido y no sufrir, ¿por qué no quererle?

—¡Contesta mi pregunta! —Bill parecía algo molesto y eso logró intimidar a Tom quien frunció el ceño alejándose un poco de Bill.

—No… no le quiero más de lo que alguna vez te quise, aunque lo intento cada día y él merezca ser querido puesto que es…

—¡Ya! No lo digas…

—Ahora responde tú, ¿Astrid? —Tom jaló su mano para que Bill le soltara y así fue.

—Sí la quise una vez, no puedo negarlo.

—¿Más que a mí?

—Es distinto Tom, es mujer, tiene otras necesidades…

—Amor es amor, Billy —éste le miró y otra vez le tomó la mano causando que Tom abriera la boca siseando algo nervioso.

—Entonces no la he amado… no como te amé a ti… —se mordió el labio y con una mano apoyada en el gran sofá se impulsó sobre Tom y le plantó un beso algo rudo.

Todo Tom se tensó y ni cerró los ojos… esos labios sabían a fresas y se movían sobre los suyos insistentemente, era rudo, tosco, desesperado; no era como cuando su Bill tenía catorce y sus labios temblaban nerviosos de ser besados por Tom y todo él se deshacía en suspiros. Un brazo de Bill le rodeó parte del cuello y su otra mano tocaba sus muslos, apretando ahí de manera sensual, Bill destilaba fuego y Tom sentía que se quemaría ahí mismo. Las manos de Tom se clavaron como garras en la chaqueta suave del otro, queriéndole contener, alejarlo, hacerle ver que eso estaba mal… que no había ido al hotel para acostarse con él, que esta vez no sería como todas las anteriores veces. Casi hábilmente, Bill sacó su suave lengua, besando a Tom con ella, lamiéndole y metiéndosela con insistencia en el otro, calentando a Tom, sabía que lo hacía pues la mano que tocaba sus muslos, subió un poco y se posó sobre su entrepierna, Tom jadeó ante ello y con algo de fuerza le alejó.

—Bill… —su voz sonó aguda a tal punto de provocar una risa en Bill, Tom frunció el ceño y tomaba aire como si hubiera sido ahogado, o como si hubiera corrido una maratón… Bill le volvió a besar, casi mordisqueó aquel negro piercing, y le gimió en los labios, Tom tomó su rostro y lo separó—. No… no… —dijo jadeante.

—¿No quieres? Puedo pedir una habitación… puedo amanecer contigo, total, mañana será una mierda… solo hoy, esta noche cuenta, solo soy feliz cuando logro sentirte… —Tom le miraba algo sorprendido.

—¿Qué pasa contigo? —susurró— ¿Y tu mujer e hijas? Luego que todo pase, la culpa nos carcomerá a los dos, ¿por qué seguir haciéndolo? —A Bill le temblaron los labios, él estaba tan deseoso y no solo físicamente, era las ganas inmensas de recordar lo que era sentirse especial con Tom.

—Yo… ya no siento culpa, nada de culpa. —Eso era verdad, si él pudiera contar las veces que le fue infiel a su mujer, aquel número sería de dos cifras. Tom lo miró algo sorprendido.

—Pero yo sí… —los ojos de Bill se aguaron, sentirse rechazado por Tom precisamente, era terrible—. Oh, no llores, Bill. —Extendió una mano tocándole el rostro, acariciándole con delicadeza—. No llores, menos por mí que sabes que me tienes en tus manos, solo que… es que, si retrocedo, sé que será difícil reponerme… él no merece que le haga esto. —Bill se incomodó por la mención de “él”. Y se puso en pie, Tom con él, era la despedida.

—Está bien… —dijo Bill y Tom sintió un pequeño dolor en el pecho, qué contradictorio.

—Espera Bill… yo quiero verte, saber de ti…

—Puedes escribirme un mail.

—No, quiero verte en persona… me importas mucho —Bill se le acercó y tomó su cintura con ambas manos, Tom se puso nervioso otra vez, Bill se le acercó al oído jugando la última carta.

—Me importas también… ven conmigo, esta noche —le lamió la oreja—, no me rechaces…

—No te rechazo —dijo susurrando, con los ojos cerrados, con sus manos en la cintura de Bill quien comenzaba a balancearse y luego le tomó de una mano jalándolo para sacarlo de la sala—. Bill, espera… —lo dijo casi inaudible, que difícil era rechazarlo, sus piernas se movieron al mismo ritmo que el de Bill quien iba a la recepción y habló rápido con la recepcionista para luego jalar a Tom rumbo al ascensor—. Bill… si alguien me ve, será el fin… —Bill le sonrió de una manera distinta, Tom ladeó la cabeza tratando de descifrar eso, su Bill había cambiado en muchos aspectos. 


***

Astrid estaba en casa de sus padres con sus dos hijas, ahí tenían un cuarto para las bebés. Su mamá le apoyaba en todo.

—¿Cuándo regresa Bill? —Ella le miró algo preocupada.

—Mañana por la tarde… —Su madre lucía seria.

—Humm… algo me dice que tardará allá… —Astrid frunció el ceño, ella no quería tocar ese tema con su mamá.

—No, viajó junto a su hermana… ellos vendrán mañana. —Su celular sonó y era un mensaje de texto de Daniela.

“Astrid, llama a Bill. Saludos”. Eso nada más decía. La angustió un poco y llamó a Daniela.

—Dani… hola… —Al otro lado de la línea, la hermana menor no sabía qué decirle—. ¿Pasa algo?

—Te dije que le llamaras a él no a mí —pero Astrid tenía algo de temor.

—¿Qué pasa?

—No lo sé… es que… ¡Aishh! No lo diré, solo llámalo. —Daniela cortó.

Con manos temblorosas, Astrid llamó al celular de su marido y le dio la espalda a su mamá quien la miraba con ojo crítico. El celular de Bill sonó y sonó, pero éste no contestó.


***

—Creo que escuché tu teléfono… —habló Tom con la voz excitada cuando estaba recostado en la cama, en la fase de los besos intensos, no quería acostarse con Bill, quería tenerlo entre sus brazos para besarlo hasta el cansancio.

—Shh… no me importa. —Volvió a besarle y Tom tuvo que detener sus hábiles manos que querían desnudarle ahí mismo—. Te quiero sobre mí… dentro de mí… fuerte Tom, grr… móntame… —Tom abrió la boca, su Bill le intimidaba, parecía experimentado, era distinto.

—Bill, espera, no, de verdad que no podré —se avergonzó por eso—. Bueno sí —se rectificó—, pero no hoy… no ahora, no me obligues… —Bill se desnudaba, se desabrochaba el ajustado pantalón gris y se lo bajaba lentamente mostrándole sus bóxers negros, lo abultados que éstos lucían.

—No te obligaré… —Le susurró, luego se quitó la polera y fue sobre Tom, entre sus piernas aún con pantalones.

Pero luego de presionarse contra él y hacerle jadear, el sonido de un aparato le hizo retroceder, Tom metió rápidamente una mano en su bolsillo, era su celular de médico, sólo para emergencias.

—¿Una emergencia? —preguntó Bill y luego se asustó de la mirada que Tom tenía leyendo aquello.

«Tom, amigo, Andrej entró por emergencia, se tiró del cuarto piso, ¿qué pasa que no estás aquí?». Eso decía, era uno de sus colegas que tenía turno de noche en el hospital donde trabajaba.

—¿Tomi? —llamó Bill algo consternado.

—No puede ser… debo irme —la mirada de susto que tenía Tom logró bajar la calentura del otro quien se alejó de él para verle salir disparado de la cama, sin siquiera voltear a despedirse, y salir de la habitación tan rápido.

Ahí arrodillado en la cama, no supo qué hacer…


Tom escapó... ¿qué más podría pasar en esa amarga relación? Necesitan superarlo ya... Saludos y no olviden comentar~

15 comentarios:

  1. Que Andrej hizo que?? O.o omg!! No puedo creerlo.. en serio se tiro del cuarto piso?? Ay dios.. no me caia tan mal el rubio, si queria que dejara a Tom pero tirarse? Bueeno... no soy tan mala, pobre de Tom ahora si se quedo solo y Bill? Ay no se.. ahora si empieza a tener mas forma el fic no? Solo espero que Bill no siga engañando a Astrid, ella tambien se mira buena.. tampoco los culpo despues de todo en la guerra todo se vale verdad? >_<

    Hasta el otro.. :)

    Bye,bye

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    1. hallo <3 sí, se tiró por Tom, tentativa de suicidio, o sea, no quiso morir sino solo asustar a Tom o manipularlo.
      aho el fic no volará mucho en años sino todo se verás en este tiempo
      besos<3

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  2. Daniela no debió llamar a Astrid, debió quedarse callada, que no ve que eso le traerá problemas a Bill.
    Andrej no era de mi agrado, pero jamas me imagine que seria capaz de hacer eso, menos por Tom y creo que el pobre se sentirá culpable si algo malo le pasa, total que lo hizo por él. Y no solo Tom se vera mal por ese hecho, Bill también se va a culpar, por lo sucedido.

    están enamorados sin duda, pero también es imposible que estén juntos ambos son tan diferentes de como ellos se recordaban.
    bueno espero el próximo quiero saber que pasa con el rubio y que consecuencias trae eso para Bill y Tom

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    1. hallo <3 bueno sí o_o no debió meterse pero lo hizo
      ese andrej manipulador u_u sabe lo amable que es Tom y lo abusa.
      veremos qué más pasa, serguirá el fic
      besos <3

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  3. "Bill le sonrió de una manera distinta, Tom ladeó la cabeza tratando de descifrar eso, su Bill había cambiado en muchos aspectos". :3 me imagine esa sonrisa.. y me gusto, mas porque yo sí sé que significaba.. :3 y es cierto, si me pongo a comparar al chico del helado de fresas, con el actual.. diría indiscutiblemente que no son para nada la misma persona.. Bill cambio radicalmente.
    Que pena, que Tom haya salido corriendo así, sin siquiera voltear a ver a Bill, no significa que Andrej es mas importante entonces?...
    La verdad yo no le encuentro solución a esta relación...
    y aún así tengo la esperanza que al final todo acabe bien y ambos juntos..
    por cierto, no es que quiera que algo malo le pase a Andrej o no crea en los milagros, pero.. desde una cuarta planta... ya esta difícil que se salve.. que pena.. vv bueno, ni modo. xD
    :O aunque no conviene que le pase algo malo a Andrej, pues, la culpa podría recaer en Bill.. es decir, Tom podría echarle la culpa a Bill... :S y todo sería increíblemente mas desastroso de lo que ya es.
    wow, usualmente hago comentarios mas pequeños, pero hoy sí creo que me extendí.. xD
    en fin, sube pronto de este fic por favor! te lo pido... quiero saber que pasa...

    Cuidate! muchos besos!
    Criis. :3

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    1. Hallo <3 me alegra que descifres esos detalles de mis fics *w* y bueno, parece otra persona por tantas cosas que han pasado, tiene frustración, verás que ya son dos hombres, ya no es el nmiño mimado que gustaba de fresas, es un padre de familia que no se siente bien siéndolo... es gay!! XD
      lol, Andrej sobrevivió porque cayó en un toldo de esos de las tiendas, de plástico y rebotó hacia un auto (cuando lo imagino río histericamente XDDD) pero así fue en mi mente y lo escribí ._.
      gracias por extenderte *-* lo valoro <3
      besos

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  4. Bueno ahora que estoy re-leyendo la historia me he dado cuenta que en los últimos 2 capítulos Bill ha sido el rechazado y humillado por Tom y eso me agrada y es por la simple razón de que el tuvo la solución en sus manos y la dejo ir. Ahora que quiere nada le sale bien y es por eso que siempre debemos tomar la oportunidad cuando la tengamos porque tal vez te arrepientas el resto de tu vida porque esta jamás regresara :(

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    1. hallo <3 sí, bueno Tom quiere vivir bien, o sea, quiere evitar el estres y tener una relacion nada estable, en cambio Bill hja comprendido que sin Tom no es nada... D:
      bueno sí u_u perdió su oportunidad y ahora la está pagando...
      besos <3

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  5. Que capitulo mas difícil y complicado :/

    Pobre Andrej, viviendo la angustia de que alguien quiere robarle su amor, comprendo su dolor...

    Pobre Bill, rogando por migajas de cariño y amor, también lo comprendo

    Pobre Tom, si sigue así, puede que se quede como el perro de las dos tortas, sin uno y sin otro. Siento que es él, el de la situación mas difícil.

    Pero esta haciendo lo que menos debería: lastimar al dulce de Andrej

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    1. hallo <3
      bueno sí, pobre Andrej, pero debería quererse un poco más
      lol con Tom, puede que se quede con ninguno, aunque con lo desesperado que está Bill en este tiempo, quien sabe
      besos <3 <3

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  6. Bueno kuantos/as han kometido terribles actos o acciones POR AMOR( ke los komprenda, no kiere decir ke los apruebe) El rubio intuyo algo al oir el nombre entre sueños de la boca de su amado, luego el llamado recibido a deshoras y la konfirmación dsd el Hotel :( UN INTENTO DE SUICIDOO??? Durante el encuentro kada uno revela lo ke siente por su pareja: el de trenzas negras afirma ke kiere a Andrej pero no lo ama y Billito dice lo mismo respecto a Astrid pero si adora a sus niñas. Thomas lucha kontra el recuerdo del tierno y dulce Billito, su 1er amor adolescente,(ke esta kambiadisimo no solo fisicamente). Intenta rechazar su tremenda atracción pero finalmente sucumbe. Pero toda esa fogosidad, esa tormenta de besos y karicias entre ambos termina abruptamente ante un llamado inesperado a Thomas. O: Se salvara o no el rubio??? :/
    P.D. 1 NUNCA DEBIÓ HABER DEJADO KE SU IDIOTA HNA LO "AYUDARA" MIERGDA!
    P.D. 2 LA MISMA IDIOTA NUNCA TUVO KE ALERTAR A SU "KUÑADA" sobre lo ke haria o no su hno !! SHIT!
    Actualiza pronto DamitaRosa, me has dejado re angustiada, komo 1oopre :'( Besitos ♥

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    1. hallo <3 sí, una tentativa de suiciduio que ma s que todo es una llamada de atencion, de ayuda que desear la misma muerte, así pasó aquí D:
      vweremos que hace Tom o no.... muchas cosas aun faltan pasar
      Bill tiene a las nuiiñas, eso es lo que le impide separarse de Astrid D:
      loll, Daniela solo se puso del lado de la mujer XDD haría lo mismo >:3
      besos *-*!

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  7. OMG! Andrej se tiro desde el cuarto piso!! .__. pobre chico! >.< debo admitir que no me caía muy bien que digamos, pero me sorprendió mucho que haya echo eso D:
    Ya nada es igual :'c eso me da mucha pena, Bill a cambiado mas u.u
    Pense que Daniela se quedaría callada ¬¬
    Ojala esta historia no termine tan mal!! >.<
    en este capitulo ya no llore ja! aunque me dio mucha pena la situacion que pasan los 2 :/
    Ya quiero leer el siguiente cap y saber la situacion de Andrej!
    Cuidate! xoxo ^-^

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    1. hallo <3 sí, desde esa altura >:3
      solo quiere manipular a Tom, por eso planificó tirarse sobre ese toldo y no buscar morir...
      epero no llores con el que sigue
      besos <3 <3

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  8. Ay no,un dramático más,bastante con TOLL para que Andrej se tire...y ya deberían perder el miedo a estar juntos...

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