domingo, 20 de enero de 2013

Demente II

 Hola a todos~ lamento demorar mucho con estr fic, pero aquí está el capítulo dos que es la mitad de todo el fic. Los quiero.
Bill Kaulitz es perfecto, creo que no le encuentro defecto alguno, es mi precioso.

Una semana llena de emociones ha pasado, me siento feliz con él, nos vemos a la salida de la universidad y manejo hacia su casa. Él me hizo pasar la primera vez y así conocí de cerca a su gato Pochi, uno blanco y esponjoso.

Le regalé mis libros, me la pasé horas arreglándolos para él y cuando los recibió, la sonrisa que me dio fue tan dulce, quería estrujarlo en mis brazos, pero tuve que contenerme… Sería arriesgado aprovecharme.

Miro mi reloj y ya es la hora de salida. Tengo en mi mochila una barra enorme de chocolate, se lo he comprado, y se lo daré cuando estemos solos.

Salgo y voy inmediatamente a su salón, aún él no sale, sé que tenía una práctica, así que me cruzo de brazos a esperarlo. Las sensaciones que me invaden son agradables, suspiro emocionado. La puerta se abre y comienzan a salir muchos chiquillos de primer año, quiero pasar de todos y verlo salir.

—¿Te irás con él? —escucho detrás de la puerta la voz de Georg.

—Sí, es mi amigo. —Ese es mi Bill.

—Bill, ten cuidado. —Frunzo en ceño fastidiado, ¡y ese qué se cree! Deseo entrar e interrumpir esa conversación. Pero quiero escuchar qué dice Bill.

—No Georg, no, él es un amigo; además me ha regalado sus libros, sabe mucho de las materias, es becado…

—Me refiero que no lo veo de fiar, te das cuenta cómo te mira… es… —no le dejo hablar y entro al salón, Bill se sorprende y Georg me mira atónito.

—Hola Bill. —Le sonrío y él también lo hace.

—Hola Tom, él es Georg, mi compañero —me lo presenta aunque yo ya le conozco y le estrujo la mano de tal manera que abre la boca como queriéndose quejar y ahí le suelto.

—Un gusto, Georg. —Sonrío y miro a Bill, él suspira y carga en el hombro su mochila.

—Georg, me voy —anuncia él y yo sonrío triunfante—. Nos vemos mañana.

—Adiós —digo y tomo del brazo a Bill, él es mío, lo jalo a mi lado y poso mi mano en su cintura, él se sobresalta y se ruboriza, yo simplemente lo saco de ahí.

En el pasillo lo suelto, no quiero que se asuste, él me mira y al ver mi sonrisa, suspira.

—Debo ir primero a la veterinaria, Pochi no tiene comida —me dice tan tierno, y asiento.

—Lo que tú digas. —Y se pega a mí, me toma un brazo, sus suaves manos toman un brazo mío y me siento contento.

Luego de las compras, al fin estamos en su casa. Al entrar, el gato se frota en mis piernas, me agrada, hasta él está contento conmigo. Me siento en el sofá mientras observo a Bill darle la comida al gato, se inclina hacia su plato que está en la sala. Me da la espalda, me muerdo el labio al verlo así… exponiendo su trasero que algún día le profanaré, le haré mío completamente. Se mueve suavemente, está hablando con su gatito, y yo le veo el culo descaradamente, ladeo la cabeza y él se levanta, voltea a verme y rápido le miro a los ojos. Se ruboriza sonriendo un poco, se dio cuenta de mi mirada anterior, sonrío de lado y él se me acerca, es el momento perfecto. Meto mi mano en mi mochila y saco el chocolate.

—Te traje esto. —Se lo extiendo y él sonríe aún más.

—¡Tom! —exclama mi nombre—. Gracias. —Toma el chocolate y luego me mira, se balancea un poco—. ¿Y por qué me regalas esto? —Me rasco la cabeza, no sé qué decirle.

—Sé que te gusta… —Lo sabía como tantas cosas más. Él asiente y rompe la empaquetadura y le da un mordisco al chocolate.

—Me encanta —habla con sus mejillas infladas, se ve precioso así. Se me acerca y me pone la barra cerca de la boca—. ¿Quieres? —Sin decirle nada me inclino un poco y muerdo sacando un pedazo, ¿cómo negarme? Él ríe y luego suspira—. ¿Estudiamos? —le sonrío.

—Por supuesto… —Y así empieza otra tarde con él.
 

***

—¡Tom! ¡Tom! —grita mi nombre entre risas. Acabo de cargarme a su gato… Ya no estudiamos, solo estamos los dos juntos en su casa, es demasiado agradable estar aquí, quisiera mudarme con él.

Bill corre por mi tras con la esperanza de rescatar a Pochi, el gato parece no quererme ahora que lo utilizo como anzuelo vivo. Está maullando y lo aprieto un poco.

Me lo cargué porque Bill lo acaricia mucho, me entró algo y lo alcé del pescuezo ante la mirada atónita de Bill. Luego de correr un poco, él reía. Él no sabía si lo hacía en serio o no. Y sí lo estaba haciendo en serio, quería estrangular ese gato. Pero por consideración suya, tuve que perdonarle la vida, así que lo solté en el sofá.

—Mi Pochi… —dice Bill y se sienta ahí abrazando a su gato—. Te rescaté de esas manos —dramatizaba. Me acerco a él y me siento a su lado.

Los libros estaban sobre la mesa del comedor, ya no estudiábamos.

—Bah, Bill, le engríes mucho, así lo volverás un gato marica, debe aprender a defenderse. —Se ríe ante mis palabras y abraza a su gato. Extiendo mi mano y la pongo sobre la espalda del gato que abrazaba a Bill también y presiono, maúlla fuerte y sale de en medio de nosotros.

—¡Tom! —me reclama haciendo un puchero y yo tomo su mano, se ruboriza otra vez y eso me encantaba, me acerco un poco más.

—No quiero que le abraces —suelto cerca de sus labios, él me mira confundido, y asiente a pesar de todo.

—Tom… —llama mirándome a los ojos—. Gracias por acompañarme —dice serio y suspiro.

—Es un placer Bill, me encanta estar a tu lado. —Me mira extrañado, como tratando de descifrar mi mirada—. Me gustas… —dijo y él abre la boca, acaricio más su mano y él deja de verme, se muerde el labio, hasta sus orejas estaban coloradas. Luce hermoso. Así que alzo su mentón para verlo de cerca.

—No sé qué decirte… Todo esto es tan raro. —Puedo ver la sinceridad en sus palabras, en sus gestos—. Pero… —sonríe apenas—. Me gusta estar a tu lado…

—A mí también, como no tienes idea… —acorto distancia para besarle y así lo hago, sus labios ahora son míos. Tan suaves, tan cálidos.

Él hizo varios soniditos con su garganta, logro presionar un poco su mejilla para que abra la boca un poco más. Parece no saber besar, y me deja entrar en su boca, tan húmeda y tan deliciosa… Esto se siente como estar en éxtasis, haber conquistado a Bill… Haber cumplido mi meta, siento toda esta adrenalina recorrerme el cuerpo. Tomo su fino rostro en mis manos y le beso más profundo, él no puede mantener la distancia, sus manos en mi pecho no impiden que logre empujarlo contra el sofá y ante eso él solo gime, como desesperado; dejo de besarlo y él me mira extrañado, le sonrío y él solo jadea excitado… Mi niño se excitó con un beso, deseo tomarlo, deseo… Comienzo a pensar en ello mirándolo a los ojos.

—Tom… —Trata de librarse de mí y se lo permito. Se acomoda el cabello y luego me sonríe, espera algo de mí, puedo intuirlo.

—Te amo —le confieso y es que llegó el momento de decirlo—. Desde que te vi, te amo… —Él me mira dudoso, no sabe qué decirme, o no quiere decirme algo, pero toma mi mano y me sonríe.

—Es tan pronto… —dice dulcemente y me sonríe, a mí no me parece pronto, a mí me parece que desde siempre le he amado.

—Pero te amo, es inevitable, te amo demasiado. —Me acerco otra vez, ya no está esa barrera de la duda que me impedía tomarlo, ya es mío y lo beso… él se deja, pero creo que voy tan rápido que comienza a jadear y a desesperarse.

—Espera… hum… —Está ruborizado y sus manos me sujetan de los hombros con algo de fuerza, me alejo, no quiero asustarlo—. Vamos con calma…

—Lo que tú quieras… —concedo y es que hoy tuve una gran parte de él, lo atesoro y pienso en el mañana.

—¿Te parece si estudiamos? —propone y le sonrío acariciando sus mejillas.

—Sí, vamos…

Mañana será otro día.

Mi vientre brinca de la emoción.

Mi sangre revolotea en mi ser.

Mi mente me domina, todo es Bill, todo. 


***

Somos novios… He comprado un peluche para Bill, uno de un gato blanco con una mirada grande, sé que le gustan esas cosas, lo escondo en mi auto y entro a la universidad. Saco mi celular y le mando un mensaje… Creo que hoy le he mandado cerca de diez y apenas es la mañana…

Le digo que lo veré a la salida, me responde un: “Lo sé, me lo has dicho ya, jiji, te veo en la salida”. Cierto, ya se lo había dicho, pero siempre es bueno recalcar las cosas por si algo pasara.

Debo hacer un esfuerzo sobrehumano para centrarme en las clases… y es que mi mente ahora está en Bill, me da una curiosidad saber qué está haciendo, así que le mando otro mensaje: “¿Qué haces?”. Se lo mando y espero; espero tanto que comienzo a agitarme, muevo las piernas, goleo la carpeta con el lápiz, la punta se rompe y lo volteo para seguir golpeando con el borrador.

—Trümper —llama la maestra, una señora de edad, le frunzo en ceño—. ¿Podría responder la pregunta? —Ni idea qué pregunta, pero estoy seguro que podré responderla si me lo repite.

—¿Qué pregunta? —Ella luce fastidiada con mi pregunta, solo camina a su pupitre y hace una anotación en alguna hoja, ¡me gané una mala nota!—. ¡Si usted me repitiera la pregunta, la respondería! —le desafío y la clase me mira.

—Tom, la pregunta está en el power point —me susurra Erick, un compañero a mi lado.

—Retírese de mi clase —habla la maestra airada. Golpeo la carpeta con mi puño y levanto mis cosas… el celular en mi pantalón vibra y yo sonrío, lo saco y miro “Lo siento Tom, estamos en clases…”. Sí, tiene razón.

Salgo de mi clase, expulsado por una idiotez y voy al salón de Bill, la puerta trasera está abierta, así que entro y me siento sigiloso en la última carpeta. Los demás niños me miran con asombro, me importa un pepino, levanto mi dedo medio hacia ese rubio pequeño, el tal Gustav, me mira como si fuese delincuente, esta no es su universidad, puedo entrar a la clase de quien quiera. Deja de mirarme y yo sonrío triunfante.

Busco con la mirada entre todos los niñatos ahí… Y lo veo, él está muy adelante, presta atención y mueve una pierna, está impaciente.

Saco una hoja y escribo: “El profesor Lucas es de enredar con sus palabras, yo tengo el libro de donde saca sus clases y sus exámenes… Mira hacia atrás”.

—Ey… —pincho con mi lápiz a la chica que está sentada al frente mío, ella se sobresalta, voltea y le sonrío—. ¿Puedes pasarle esto a Bill? —Ella me mira boba y luego asiente.

Vigilo que el papelito sigua su curso hasta que se lo entregan a mi Bill, éste se sobresalta y luego de leerlo, busca con la mirada, me mira y yo le hago un gesto… Desde aquí puedo ver su rubor, regresa la mirada al frente y se encoge, ¡qué bello es! Hago un puño con mi mano y me la llevo a los labios, trato de contenerme.

El tiempo pasa y el profesor Lucas se despide de la clase. Antes que ingrese el siguiente profesor, todos los estudiantes aprovechan para conversar. Bill me mira y antes de que decida a acercarse, Georg se le acerca y comienza a hablarle, ese idiota me mira de reojo, ¿qué le estará diciendo? Luego el tal Gustav se le acerca, ambos le están hablando, Gustav me mira y yo le frunzo el ceño, me mira como si yo fuese un monstruo o algo así, ¿y yo qué le hice? Mocoso infantil, quiero que dejen de hablarle a mi Bill.


***

Al fin, la hora de salida para el primer año. Todos se levantan y cuentan chistes, se ríen, parecen unos críos, bueno, lo son en sí.

Camino hacia Bill, otra vez habla con Georg, ellos me dan la espalda, alistan sus mochilas.

—Parece un demente —le oigo hablar a ese castaño.

—No… y —se ríe mi Bill—. No te he contado, pero estoy saliendo con él, jiji…

—¿Qué? ¡Estás loco, Bill! Apenas lo conoces, piensa lo que haces, no sé, tiene una mirada extraña, te mira… —Fue suficiente, me acerco y tomo a Bill de la mano, éste se sorprende y me mira, le planto un beso en sus labios.

—¡Tom! —me dice agitado y ruborizado, algunos de sus compañeros han podido ver aquello y comienzo a escuchar sus estúpidas bromas y risas.

—¡Es mi novio y tú no te metas! —le grito al entrometido ese y jalo a Bill conmigo.

—Tom, mis cuadernos, espera… —me dice algo agitado, retrocedo por él y tomo todas las cosas que veo en su pupitre, las saco como si fuesen mías, y es que todo él es mío junto a sus cosas.

En el camino, me mira de reojo, sé que luzco serio y es que me mortificó en sobremanera que Georg le haya dicho semejante cosa, sé que debemos hablar así que lo llevo al aparcamiento de autos, en busca del mío.

—Tom… —otra vez esa vocecita extraña, como reclamándome algo.

—Qué —hablo duro.

—No debiste sacarme así… No todos saben que estamos saliendo. —Lo miro y frunzo en ceño, acaba de molestarme ese comentario, así que tomo su rostro con una sola mano.

—Soy tu novio, eres el mío, no estamos saliendo, nos pertenecemos. No quiero que hables con gente que está en contra de lo nuestro, ¿te queda claro? —Me mira disgustado y se cruza de brazos, me niega la mirada, parece un niño ofuscado.

—Qué celoso, Tom… No me gusta que me hables así, y Georg es mi amigo… —Lo miro y tengo ganas de meterlo al auto y follarlo fuerte para que le quede claro mis palabras, pero me contengo, suspiro una y otra vez, le doy la espalda abriendo el auto, él toca mi espalda y tiemblo.

Es él… es Bill, no debo pensar en precipitarme. Veo el oso de peluche en el asiento y lo tomo.

—Esto es tuyo. —Se lo paso y él se queda mirando aquel suave peluche, no sabe qué decirme y solo avanza hacia mí y pone su cabeza de leoncito en mi pecho abrazando el peluche.

—Gracias, no quiero pelear contigo. —En algo coincidimos.

—Debes dejar de hablarle a ese tipo.

—No podré. —Me mira suplicante. Tomo su brazo queriéndolo presionar, pero me contengo otra vez.

Debo hacer algo… 

***

Ahí está él… Sonrío maliciosamente.

Fue divertido seguir a Bill, pero a Georg, era la cosa más aburrida del mundo.

Georg tiene un auto plomo, qué chulo se cree. Acabo de conocer su casa, vive en una zona algo agraciada. Que lujo.

Ha dejado su auto estacionado frente a su casa. Veo mi reloj, apenas son las nueve de la noche, y pensar que a estas horas estaría besando a Bill en el sofá de su casa. Pero me decidí a arreglar cuentas.

Debía sacarme la piedra en el zapato.

Espero hasta que son más de la media noche. Bajo de mi auto y en la oscuridad me meto debajo del auto de ese tipo. Alumbro con mi celular, debo ser rápido y encontrar esos cables… Y cuando los encuentro sonrío triunfante.

Bueno, Georg tendrá un pequeño accidente, quizá deje la universidad o este mundo, qué genial se me hace la idea. Manejo de regreso a casa, con una sensación de alivio.

Mis planes salen bien. Un problema menos.

***

Me encanta besarlo, él parece disfrutarlo más que yo, gime en mis brazos y hasta tiembla, esas sensaciones me trastornan, quiero ir más allá siempre, es algo que me domina, me hace hervir la sangre.

—Ahh… Tom, espera —se agita y es que he metido una de mis manos por debajo de su polera blanca con rayas negras, o será negra con rayas blancas; no lo sé, pero huele a él, tan delicioso. Vuelve a gemir y me precipito, parece que él no se da cuenta que eso me encanta. Le beso el cuello, marcándolo con ganas, que delicia sentirlo así, está caliente, su piel y su respiración agitada me da calor. Me presiono contra él y gime otra vez—. Por favor, Tom… —pide con aguda voz y lo miro.

—Tranquilo. —Beso su nariz, la punta de su bella y perfecta nariz, él me sonríe y trata de separarse de mí.

—Hemos venido a… a estudiar, la hora se pasará —me dice y luego hace un puchero para besarme en los labios, de manera rápida, se me hace enternecedor, así que cedo, dejo de presionarme contra él y lo libero de mis brazos. Suspira y se pasa las manos por el cabello, aún lo mantiene en alto, qué curioso.

Se levanta y yo con él, le palmeo fuerte el trasero a mi antojo y para mi sorpresa gime algo extraño y luego se aleja de mí, se asustó, pero le gustó. Me acerco y lo tomo del brazo.

—Lo siento. —De todas maneras debo comportarme como un caballero, él asiente y yo… trato de caminar bien ya que, lamentablemente, me he empalmado.

En el comedor de su pequeña casa, se sienta y saca sus libros, hora de estudiar, de todas maneras tener que estudiar materias que ya he estudiado me beneficia, aunque descuide las actuales.

Su teléfono suena y me da ganas de ser yo el que conteste, pero él me gana. Miro sus gestos al contestar, quiero saber con quién habla, si es hombre o mujer.

—¿Sí? ¿Qué? ¡Qué! —Parece asustado, me mira y busca mi mano, se la tomo, se está poniendo frío—. ¡No puede ser! ¡Cómo así! —Sus ojos se ponen rojos, se llenan de lágrimas, no lo entiendo—. Oh, por Dios…. ¡Voy, espérame Gustav, voy para allá! —Y cuelga.

—¿Qué pasó? —pregunto asustado.

—¡Mi amigo Georg está en el hospital, Tom! ¡Está grave! —Su voz se quebranta y lo miro serio.

Georg sufrió un accidente, me lo imagino y sonrío sin querer.

—Ya veo… —pongo una mano en mi boca, no quiero reír en su delante, pero el hecho de que mi plan haya funcionado me pareció genial.

—¿Te estás riendo? —Ladea la cabeza buscando adivinar lo que pienso, empiezo a toser disimulando aquello, trato de estar sereno, de fingir que me ha afectado.

—No, estoy sorprendido, un accidente de tránsito ha de ser grave. —Me mira y abre la boca como asustado.

—¿Cómo sabes que fue un accidente de tránsito? —Sus ojos denotan miedo, comienzo a ponerme nervioso, esto está saliendo mal. Pestañeo seguido y le encaro.

—Lo intuí… es común eso entre jóvenes de dieciocho, está en las estadísticas… —miento descaradamente y él sigue analizándome con esa mirada—. ¿Qué? —Le frunzo el ceño y él sacude la cabeza.

—Acompáñame Tom, no quiero ir solo al hospital… —Su preocupación me molesta mucho, demasiado… ¡Es que es por ese desgraciado! Es lamentable que no haya muerto, creí que me deshacía de él de una vez, veo que no. Trago saliva y suspiro hondo, como dos veces, Bill me mira algo impaciente—. Debo ir, Tom… te veo mañana…

—Espera, te llevo, claro que te llevo. —Tomo su mano y se la acaricio.

Ambos salimos como los novios que somos. Se conmociona y yo le abrazo, le oigo sollozar, no lo entiendo.

—¿Qué pasa, Bill?

—Es que está en coma… —¿Y? es mi pensamiento, no lo entiendo, pero verlo así me preocupa, así que lo abrazo, parece gustarle mucho eso, se cuelga de mi cuello.

Creo que ha sido beneficioso lo que le ha pasado a ese tal Georg, sonrío sin poder evitarlo…

Ay, Bill, eres tan sensible, no lo entiendo… Se nace, se muere, es así de simple.

Pero sabré aprovechar esta situación. Oh, sí.


Sí, lo sé, Tom está uy mal...

9 comentarios:

  1. :S Tom me da miedo... :S
    Enserio espero nada malo suceda con Bill en el futuro...
    aunque realmente, algo me dice que nada bueno pasara.. :S

    Cuidate! Besos!
    Criis.

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    1. hallo <3 ya pronto el descenlace final :x y como dices, nada bueno pasará o quizá sí, una cosa mala para que todo esté bien u_u veremos...
      besos <3

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  2. Demonios, la actitud de Tom me da miedo, si que es un psicópata.
    No puedo creerlo! hacer que Geo sufriera un accidente solo por un comentario!!! no, no, no. D:

    Hasta se pone celoso de un gato! ¿Que persona hace eso? eso ya es demasiado, es un gato!.

    Buen capítulo! me ha gustado. :)

    Que estés bien, Cuídate.
    Besos.

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    1. hallo
      lo es u_u un obsesivo casi compulsivo, no sé qué diagnóstico le di cuando lo escribí xd pero ya bordeaba a lo psicótico
      besos <3

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  3. No sé porqué me gusta mucho este minific, creo que captas muy bien la forma de actuar de las personas obsesivas o psicópatas, la gente piensa que son puramente locos y ya está, pero realmente las personas así no se dan cuenta de que su comportamiento no es bueno... Una vez tuve un novio así, obviamente no era tan exagerado pero él era muy manipulador, al cabo de un mes con él ya no tenía amigos y estaba peleada con mi familia todo por él, parecía que él odiase a todas las personas que me rodeaban... Gracias a Dios eso fue hace mucho y ese chico desapareció de mi vida :/

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    1. hallo <3 me alegra que te guste y en parte me da cosas que te guste xd para confesarte que me dolía la cabeza al escribir porque era en primera persona, tuve que editar muchas cosas porque no se pegaban al patrón de un obsesivo, fue un poco difícil, por eso quise que solo tuviera 4 capítulos.
      que pena lo de tu novio,debió darse cuenta que estaba mal y buscar ayuda.. u_u espero él esté bien, no? y con más razón tú ;)
      besos<3

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  4. Se escuchará mal, tal vez, pero es una de las mejores fics que he leído. No sé, se podría decir (lamentablemente) que está apegado un poco más a la realidad ya que aunque parece algo increíble existen demasiadas personas así como ese Tom tal vez no hacen cosas a tal grado como él, pero son obsesivos, son maniáticos y eso. Tal vez es eso lo que me atrapó de la historia y bueno... me llama la atención ese tipo de comportamiento en las personas. Para ser sincera esa fue la razón en la cuál me inscribí en la facultad de psicología mientras muchos decían que para ayudar a los demás mi respuesta siempre es/será: elegí la carrera para comprender el comportamiento humano, mi comportamiento. Quiero saber el porqué hacemos esto, aquello & lo otro y todas esas cosas. Bueno, espero leer el capítulo tres pronto *-* Saludos!

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    1. hallo
      gracias por apreciarlo de esa manera, me sorprende un poco pues este tipo de casos son tan tristes u_u la persona no veo su problema como lo puedes ver en estas narraciones desde el punto de vista de Tom, o sea, no ve la gravedad :x interpreta las cosas a su manera y las cree así.
      La razón por la que estudias psicología es una de las razpnes más más recurrentes, nadie piensa en sí en los demás, son pocos los que así lo ven. Los psicólogos que han tenido muchos problemas y han sabido solucionarlos son los que mejor están preparados para poder guiar a los demás, más porque pueden hacer muy rapido empatía, la empatía es escencial en el trabajo de psicología.
      espero te vaya bien en la carrera *-*!!!

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  5. Qué miedo o-O xD Me encanta el fic pero aún así... Qué miedo. xD Empiezo a creer que Bill sólo lo tiene para su estudio y le vale el amor de Tom, aunque bueno... Repito, qué miedo XDD
    Besitos.

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