Lamento tardar tanto con este fic en pedacitos~ pero como hoy es viernes *-* espero lo disfruten. Besos <3 <3 <3
Bill se sentía muy deprimido y es que darse cuenta que no había una solución le hacía pensar en formas muy rudas de lograr su cometido. Y si tomaba a Tom por la fuerza, quizá así las cosas funcionarían, tenía dudas… Lo que Tom le había dicho en la piscina tenía sentido, ese fotógrafo, el tal Jeff, capaz y no tenía razón, quizá era todo un engaño para desgraciarle la vida y tenerlo así, sufriendo, y vaya que lo estaba logrando.
Bill sintió ganas de mandarlo a matar.
Por otro lado, se ponía a pesar ¿cómo sabría que Tom estaría enamorado de él? ¿Qué tendría que pasar?
Recostado boca abajo con solo sus bóxers no quería salir de la habitación, solo pensar, solo tramar y calcular cómo solucionar ese problema.
Algunos días atrás había hecho un hueco pequeño en el póster con un marcador, pero se sorprendió de que todo un día le estuviera doliendo la mano como si de un castigo se tratara, el dolor era tan punzante que se asustó y renunció a toda forma de destrucción de ese pedazo de papel al cual comenzó a odiar cada vez que lo veía cerca a la cama, parecía que no se envejecía, siempre liso y brillante, esperándole.
Tom entró en la habitación caminando sin zapatos a paso lento, ver a Bill recostado como sin vida le hizo sentirse culpable, sabía que estaba muy estresado con el tema del póster y que le había desesperanzado sus palabras, pero ¿qué iba a decirle? Tom sintió que le había dicho la verdad, nada funcionaría aparentemente… estaba condenado a vivir esa maldición e indirectamente le pedía regresar a casa.
Bill sintió el peso de Tom a un lado de la cama, se había sentado ahí en silencio, Bill aún no le daba la cara y no pensaba hacerlo.
—Ehem… —Tom quería hablarle, arreglar las diferencias, ya se estaba cansado de sus arranques de mal humor y de cómo a cada momento quería imponer todo sobre él—. ¿Recuerdas en el aeropuerto dijimos no pelear?
—Tom, cállate y sal de aquí.
—A eso me refiero, justamente a eso, ¿por qué siempre así? Nada te estoy haciendo, todo lo contrario, quiero arreglar las cosas. —Bill suspiró evitando airarse, hizo puños en las sábanas y Tom notó esa ira reprimida, sus piernas temblaban y casi gruñía.
—¡Todo es mierda! ¡Estoy cansado! Harto, Tom; he perdido, tienes razón, nada pasará, me quedaré así, yendo y viniendo de ese maldito póster hasta que muera, ¿contento? Ríete todo lo que quieras de mi desgracia, a mí… —Su voz se quebró y se sintió impotente—. A mí no me importa. —Abrazó la almohada conteniendo su llanto, Tom se quedó un poco paralizado.
Si fuera el otro Bill no dudaría en consolarlo, sentarlo en su regazó, secar sus lágrimas y besarle el rostro hasta que se calmara, pero con éste Bill dudaba mucho, sabía que no se dejaría. Estaba temblando por el llanto el cual no sonaba porque tenía la boca en la almohada, prefiriéndose ahogarse antes que Tom le escuchara. Tom podía ver como sus puños se apretaban en la sábana hasta dejar sus nudillos blancos. Lloraba de verdad como nunca antes lo había visto.
Tom posó una mano en su hombro y Bill se estremeció quejándose. Ya le había dicho que le dejara solo, ¿qué más podía hacer? Pero lo que Tom no entendía era toda esa reacción de rabia del pelinegro, era muy exagerado para él, así que se arrodilló en la cama y su lado para verle el rostro.
—Bill —llamó con suave voz y éste lo miró con lágrimas en los ojos, Tom, con el pulgar, le secó unas cuantas viendo como su rostro se contraía de tristeza y le giró la cara—. Solo quiero entenderte, de verdad quiero poder comprenderte. —Bill suspiró hondamente y se sentó en la cama, aún semi desnudo, abrazó la almohada y Tom fue a su lado. Trataba de no llorar, de sonar natural, y luego se quedó viendo a un punto vacío por un momento.
—Quisiera saber por qué soy así —dijo sin mirarlo, secándose sus lágrimas con cierto rencor hacia él mismo, cómo odiaba mostrarse débil y tenía un rubor en el rostro, estaba avergonzado.
Tom tenía los ojos muy abiertos, estaba algo temeroso, pero le codeó con confianza y cuando Bill lo miró con el ceño fruncido éste le sonrió bajando un poco la cabeza, apaciguando sus reacciones agresivas, en realidad Tom tenía mirada de cachorro, como si le moviera la cola a un pitbull y con eso le indicaba que era amistoso lo que causó gracia a Bill y le sonrió bajando la mirada.
—Pues, tengo todo el tiempo del mundo para escucharte y tú para pensarlo.
Bill suspiraba hondamente y cerró los ojos, pensando…
—Hay cosas de las cuales odio hablar… —Silencio por parte de Tom y Bill se animó a continuar…
Bill sintió ganas de mandarlo a matar.
Por otro lado, se ponía a pesar ¿cómo sabría que Tom estaría enamorado de él? ¿Qué tendría que pasar?
Recostado boca abajo con solo sus bóxers no quería salir de la habitación, solo pensar, solo tramar y calcular cómo solucionar ese problema.
Algunos días atrás había hecho un hueco pequeño en el póster con un marcador, pero se sorprendió de que todo un día le estuviera doliendo la mano como si de un castigo se tratara, el dolor era tan punzante que se asustó y renunció a toda forma de destrucción de ese pedazo de papel al cual comenzó a odiar cada vez que lo veía cerca a la cama, parecía que no se envejecía, siempre liso y brillante, esperándole.
Tom entró en la habitación caminando sin zapatos a paso lento, ver a Bill recostado como sin vida le hizo sentirse culpable, sabía que estaba muy estresado con el tema del póster y que le había desesperanzado sus palabras, pero ¿qué iba a decirle? Tom sintió que le había dicho la verdad, nada funcionaría aparentemente… estaba condenado a vivir esa maldición e indirectamente le pedía regresar a casa.
Bill sintió el peso de Tom a un lado de la cama, se había sentado ahí en silencio, Bill aún no le daba la cara y no pensaba hacerlo.
—Ehem… —Tom quería hablarle, arreglar las diferencias, ya se estaba cansado de sus arranques de mal humor y de cómo a cada momento quería imponer todo sobre él—. ¿Recuerdas en el aeropuerto dijimos no pelear?
—Tom, cállate y sal de aquí.
—A eso me refiero, justamente a eso, ¿por qué siempre así? Nada te estoy haciendo, todo lo contrario, quiero arreglar las cosas. —Bill suspiró evitando airarse, hizo puños en las sábanas y Tom notó esa ira reprimida, sus piernas temblaban y casi gruñía.
—¡Todo es mierda! ¡Estoy cansado! Harto, Tom; he perdido, tienes razón, nada pasará, me quedaré así, yendo y viniendo de ese maldito póster hasta que muera, ¿contento? Ríete todo lo que quieras de mi desgracia, a mí… —Su voz se quebró y se sintió impotente—. A mí no me importa. —Abrazó la almohada conteniendo su llanto, Tom se quedó un poco paralizado.
Si fuera el otro Bill no dudaría en consolarlo, sentarlo en su regazó, secar sus lágrimas y besarle el rostro hasta que se calmara, pero con éste Bill dudaba mucho, sabía que no se dejaría. Estaba temblando por el llanto el cual no sonaba porque tenía la boca en la almohada, prefiriéndose ahogarse antes que Tom le escuchara. Tom podía ver como sus puños se apretaban en la sábana hasta dejar sus nudillos blancos. Lloraba de verdad como nunca antes lo había visto.
Tom posó una mano en su hombro y Bill se estremeció quejándose. Ya le había dicho que le dejara solo, ¿qué más podía hacer? Pero lo que Tom no entendía era toda esa reacción de rabia del pelinegro, era muy exagerado para él, así que se arrodilló en la cama y su lado para verle el rostro.
—Bill —llamó con suave voz y éste lo miró con lágrimas en los ojos, Tom, con el pulgar, le secó unas cuantas viendo como su rostro se contraía de tristeza y le giró la cara—. Solo quiero entenderte, de verdad quiero poder comprenderte. —Bill suspiró hondamente y se sentó en la cama, aún semi desnudo, abrazó la almohada y Tom fue a su lado. Trataba de no llorar, de sonar natural, y luego se quedó viendo a un punto vacío por un momento.
—Quisiera saber por qué soy así —dijo sin mirarlo, secándose sus lágrimas con cierto rencor hacia él mismo, cómo odiaba mostrarse débil y tenía un rubor en el rostro, estaba avergonzado.
Tom tenía los ojos muy abiertos, estaba algo temeroso, pero le codeó con confianza y cuando Bill lo miró con el ceño fruncido éste le sonrió bajando un poco la cabeza, apaciguando sus reacciones agresivas, en realidad Tom tenía mirada de cachorro, como si le moviera la cola a un pitbull y con eso le indicaba que era amistoso lo que causó gracia a Bill y le sonrió bajando la mirada.
—Pues, tengo todo el tiempo del mundo para escucharte y tú para pensarlo.
Bill suspiraba hondamente y cerró los ojos, pensando…
—Hay cosas de las cuales odio hablar… —Silencio por parte de Tom y Bill se animó a continuar…
Al fin~ Bill hablará y dirá muchas cosas :3 besos y buen fin de semana, gente *-*
OMG!!! Awwwwww Que lindo!!! Que pasara??? Bill-Diva por fin se animara a hablar!!! Ahhhhh Que le dirá a Tom???
ResponderEliminarPero dejando eso de lado...Awwww en serio morí de ternura...Bueno no es lo mismo a ver a Bill-Tierno sensible!!! El es diferente y como dijo Tom yo tampoco dudaría en consolarlo...Pero con Bill-Diva...Es como dudoso...No se sabe como reaccionara a esa clase a reacciones!!! El esta sufriendo por lo del Poster y no gana nada tragándose toda esa frustración, odio y tristeza!!! El debe liberarse, abrirse y ser sincero con Tom!!!
Ahhhhhhh me super encanto!!! Danke por subir linda n.n Se que me pongo algo insistente pero es que de verdad estoy enamorada de esta fic *w* jejeje Espero y actualices pronto!!!
Saludos y besos nena <3
hallo <3 jajja veremos si le dice todo de una buena vez o no... y esperemos le tenga total confianza, muchas cosas están por pasar luego de esto, ya verás
Eliminarbesos <3 te gustará la continuación
<3 muah
:O recuerdo muy bien lo que dirá Bill.. pobre de Bill-Diva...
ResponderEliminarvv no hay que juzgarle, él tiene su razón de ser como es..
cuidate! besos
Criis.
hallo <3 shuu XD sí, ya sabes su especie de trauma con perder el control y eso, veremos
Eliminarbesos <3333