Niñerías - XXXIX

Al fin. sé que tardé un poco, pero lo subo ahora *-* Capítulo 39 y ya corresponde a las partes finales del fic. Un beso grande y que lo disfruten~

Bill despertó el viernes, el día de su cumpleaños.

Estaba un poco ansioso porque tenía que estudiar y luego no sabía, quizá algunos amigos de la escuela pasarían por su casa y después se seguro irían a beber algo. Pero luego recordó que Nicole ya no era más su amiga, ella era la que siempre organizaba esos encuentros. Pensó entonces que no tendría un cumpleaños con amigos, sino uno familiar…

Eso también sería un poco complicado pues ahora sus padres estaban separados y lamentablemente Bill podía percibir que ese hecho aún le dolía a su mamá más que a su papá e imaginarse que estarían juntos por su cumpleaños lo tenía ansioso, además estaría Tom por la tarde, de seguro su papá compraría una torta.

Imaginarse a todos juntos lo llenó un poco de temor, esperaba que su cumpleaños pasara rápido.

Bajó muy bien cambiado a tomar el desayuno, su mamá lo esperaba con una sonrisa y algo en sus manos, era una cajita y lo intrigó.

—¡Feliz cumpleaños, mi niño! —Lo abrazó fuerte.

—Ya soy adulto —recalcó y Simone rió. Bill se separó y recibió la cajita—. ¿Y esto qué será?

—Ábrelo.

Lo abrió y era un collar con un relicario un poco extraño, se sorprendió porque pensó que le había costado mucho y ellos no estaban en condiciones para pagar lujos de ese tipo.

—Mamá…

—Deja que te explique, esto perteneció a tu abuela alguna vez y cuando cumplí los dieciocho años y mi papá me encontró embarazada, me llevó a la casa y mi mamá me lo dio, pero ella dijo que este relicario no era cualquier cosa, no era una simple joya, era un amuleto que traería buena suerte. A mí me ayudó a tenerte y luego a criarte como te crié, entonces te lo entrego para que haga lo suyo contigo.

Bill lo recibió como quién recibe algo sumamente especial y luego se lo puso en el cuello.

Tom no bajaría pues de seguro seguía durmiendo, así que desayunó solo con su mamá y luego tuvo que irse a la escuela.

Efectivamente Tom bajó cerca de las nueve mientras Simone terminaba de realizar la limpieza de su casa. Tom vestía muy diferente a los días anteriores en donde solía vestir con sus ropas anchas y oscuras, esta vez tenía una chaqueta gris y un pantalón más ceñido.

Le ofreció desayuno y Tom se sentó con ella.

—Parece que irás a algún lugar especial —se atrevió a decir y el rió.

—Tengo muchas entrevistas hoy, pero espero poder estar para la tarde. Señora Simone, ¿cuál fue el argumento que le dieron las corporaciones de medicamentos para no darle las donaciones que solicitó? —Ella se quedó extrañada por la pregunta.

—Muchas cosas, en primer lugar, debíamos ser una institución y para eso se requiere de inversión, solo somos un grupo de civiles unidos por una causa; luego, ellos buscaban algún tipo de publicidad, sin publicidad no darían nada y eso me molestó un poco, nadie de mi grupo hace esto por fama o por ganarse el respeto de la gente, ellos buscaban hacer una especie de documental y ninguna e mi grupo aceptó.

—Pero quizá eso hubiera movido a más gente que no sabe del trabajo que se hace a ayudar, ¿no cree? —Simone lo pensó.

—Es que es más complicado de lo que parece. ¿Te gustaría que metieran cámaras que filmaran tu desgracia solo para que filmen cómo personas desconocidas de ayudan? Me parece abusivo. —Tom se sorprendió un poco de lo considerada que era Simone para con los demás.

—Quisiera que me dé una lista de los medicamentos que la gente más necesita.

~*~

En la escuela algunos lo felicitaban y otros no. Nicole se le acercó un poco nerviosa y Bill evitó verla cuando se sentó a su lado.

—Oye… estuve pensando mucho ayer. —Bill giró a verla—. Ya no quiero estar peleada contigo. —Bill sonrió, de todas formas ella significaba mucho en su vida—. Estoy saliendo con Gustav y ya dejé atrás lo que pasó.

—Está bien —dijo emocionado—. No tienes que explicarme esas cosas, solo quiero ser tu amigo.

Para Bill fue todo un alivio, aunque se daba cuenta de la mirada extraña que Gustav le daba. De todas formas nada sería lo mismo, pero ¿acaso la vida tenía que ser siempre la misma? Personas cambian, relaciones cambian, todo cambia constantemente y Bill debía asumirlo como también Nicole.

A la hora de la salida, el profesor Jared se le acercó en el pasillo con una sonrisa y Bill supo que se había enterado que era su cumpleaños. Lo abrazó y le dijo que algunos de sus compañeros le habían dicho para ir a su casa en la tarde.

—¿Dijeron eso?

—Oh, era una sorpresa —se lamentó el profesor y Bill rió ante eso.

Regresó a casa un poco más animado. A veces la escuela es así, uno cree que es odiado cuando en realidad no, la gente suele cambiar de parecer muy rápido y cuando uno no suele dar muchos motivos para ser odiado, la gente opta por ignorar y seguir con su vida. Eso había pasado y para él eso era un alivio.

Encontró a su papá muy bien vestido en la salita de su casa quien fue a abrazarlo. Tener un solo hijo en la vida era especial, Bill no podía quejarse del amor de sus padres, los dos lo querían por igual, solo que lamentablemente la pareja se había roto. Sabía que su mamá estaba en la cocina solo para evitar estar cerca de Gordon.

—Feliz dieciocho años. Quiero mostrarte algo, pero debemos salir. —Bill se inquietó un poco, temía en cierta forma de cuál pudiera ser el regalo de su papá.

Salieron y doblaron una esquina, Bill se asombró de encontrar un auto negro para él, era nuevo y muy bonito.

—Papá, es demasiado, no creo poder aceptarlo.

—Sé que necesitas uno para ir a la universidad, como hombre independiente que ya eres, te lo regalo. —Le extendió unas llaves y Bill se emocionó y preocupó a la vez. Pero no diría nada más que agradecer, sabía que su mamá iba a poner muy mala cara porque aún había deudas en casa y Gordon no quería pagarlas no porque no tenía dinero, sino más bien por Simone, porque él pensaba que ella debía poner una parte.

Regresaron a la casa luego de estacionarlo en una cochera, de todas formas Bill estaba tan emocionado en especial por querer enseñárselo a Tom y que le diera su opinión con respecto a autos.

Tom no llegó para el almuerzo porque pensó que Bill merecía pasarla solo con sus padres, él no quería arruinar nada.

Estaba estresado hasta la coronilla, su papá tenía mucha razón en cuanto a los trabajos en esas industrias. No era como él pensaba y debía acogerse al sistema o simplemente sería despedido, aun como promotor debía tener jefes que midieran su producción en cifras de dinero que haga ingresar a la empresa. Estaba furioso por eso.

—Venderé sus putas medicinas si me dan un porcentaje de ellas sin costo —dijo ya alterado a uno de los coordinadores quien se rió de su propuesta.

—Bien, podemos darte un pequeño porcentaje que ellas y quitarte parte de tu sueldo.

—Lo que ofrecen pagarme es una miseria.

—Lo justo es lo justo Tom, si trabajas con nosotros debes vender estos productos y no regalarlos porque no son tuyos.

Salió de ahí y regresó a su casa, necesitaba hablar con el señor Arthur pues él sabía mucho de negocios.

Se encerró en la oficina de su papá junto al señor Arthur quien alzó una ceja por su repentino interés en esos asuntos.

—Necesitas una carrera, Tom.

—A la mierda esas cosas, no quiero estudiar, quiero entrar a trabajar y tengo muchas influencias.

—Pero lo que me dices no podrá ser al menos que entres a la administración de esas industrias y ahí sí tienes influencia.

Tom se quedó pensando. Pronto, su mamá entraba a la oficina, sorprendiéndose de verlo ahí, bien vestido y con cara de preocupación. —¿Fuiste a los lugares que te recomendé?

—Sí y adivina.

—Desististe de trabajar porque lo ves complicado para tu estilo de vida, ja, debí suponerlo.

—¡No supongas nada! —gritó comenzando a airarse y Dunja calló un poco nerviosa—. Esa gente son como ustedes, es eso lo que pasa, solo piensan en llenar sus bolsillos de dinero y más dinero. Yo no quiero esa mierda.

—Se trabaja para ganar dinero, Tom, no veo el problema.

—No lo entenderás, ninguno de ustedes me entenderá, así que no se los explicaré.

Tom salió de ahí muy frustrado. Dunja y el señor Arthur se miraron a los ojos un poco extrañados, Tom parecía diferente, pero Dunja pensó que era un capricho más como tantas de las cosas que hacía.

—Arthur, ¿crees que tenga algo que ver ese niñero? —preguntó bajito y muy consternada.

—No lo sé, señora.

—Anda dime, yo sé que no puedo despedirlo, pero tú eres de observar mucho las cosas de mi casa. —El señor Arthur se puso serio y asintió.

—Tom anda saliendo con ese chiquillo, pero parece ser algo bueno ya que Tom no ha vuelto a salir con sus amigos, esos que le hacían perder el tiempo.

—¿Mi hijo es gay? —preguntó ella asustada y el señor Arthur no supo cómo contestar eso—. Dios mío, ¿eso es grave? No sé qué pensar, quizá pueda ser una mala influencia para Liam… ¡El niñero es gay!

—Señora, no se altere. No he notado ni una sola vez que Bill haya actuado mal en esta casa, era Tom quien lo buscaba, pero ahora Bill lo ha acogido en su casa.

La señora Dunja no sabía qué pensar de todo eso, estaba un poco sorprendida por confirmar sus sospechas, pero trató de centrarse en las cosas buenas que veía en Tom, al menos le había dicho que quería trabajar.

~*~

—¿Ya? —preguntó Tom desde afuera del cuarto de Liam quien se terminaba de perfumar.

—¡Espera!

—No tengo todo el día. Además deberás pedir permiso tú, dudo que mamá quiera que te lleve.

Los dos hermanos habían planeado ir al cumpleaños de Bill, pero Tom sabía que Dunja no los dejaría así no más y surgió la idea de parte de Liam de que podía pedir permiso si ya estaba listo para ir, así presionar un poco a su mamá.

Salió perfumado y bien vestido, Tom sonrió de lado y se sintió un poco celoso, él sabía que Bill quería mucho a Liam, claro que en una forma muy diferente a lo que ellos sentían.

La parte difícil vino cuando Liam fue donde su mamá en el estudio y ella se molestó un poco por la pedida de permiso más sabiendo que Tom lo llevaría.

—Vamos, Dunja, es el cumpleaños de su niñero —reclamó Tom cuando ella se negó.

—Es que le podrá dar su regalo la semana que viene, ¿no puede esperarse? —Liam estaba comenzando a ofuscarse.

—¡Mamá, quiero ir, es importante!

—¡Me parece injusto que me hagas esto, Tom! —reclamó ella—. ¡Llévatelo si quieres!

De todas formas Dunja era de perder la paciencia. Tom tomó el brazo de su hermanito y lo sacó de ahí. Lo subió a su moto y enrumbó hacia la casa de Bill. Liam estaba muy ansioso por conocer dónde vivía su niñero favorito y se imaginaba muchas cosas.

—¿Tiene un jardín en casa?

—No.

—¿Mascotas?

—No. —Tom nunca había visto los conejos que tenía Simone en el cuarto de lavado.

—¿Patio?

—No.

—Hum, ¿sala?

—Sí, pero una diferente a la nuestra.

—¿Cómo es?

—Ya lo verás, deja de hacerme preguntas. —Liam no podía imaginarse nada—. Verás, solo te llevo por un momento, de seguro iremos a otro lugar, no lo sé, pero solo es por un momento.

—¡No! Yo quiero estar mucho tiempo.

—No se podrá.

—¡Tú siempre quieres llevarte a mis niñeros! ¡Mal hermano!

—¡Hey! Te estoy llevando a su cumpleaños, deja de gritarme así o te regreso a casa. —Liam hizo un puchero ahí en la moto.

Llegaron a la pequeña casita y Liam se quedó un poco extrañado, era pequeña de dos pisos con un pequeño jardín en la parte de adelante, puerta de madera y ventanas con cortinas floreadas.

Tom estacionó la moto pero se fijó en algunos autos que ahí estaban, de seguro había llegado gente.

—¡Bill! ¡Bill! —gritó Liam ya impaciente y la puerta se abrió. Bill vestía como una estrella de rock, una chaqueta negra y una polera estampada. Se sorprendió de ver a Tom junto a Liam y el niño corrió a sus brazos, Bill lo abrazó emocionado, no se lo esperaba, Tom observaba eso desde una distancia mientras terminaba de estacionar su moto—. Feliz cumpleaños. —Sacó de su bolsillo una cajita forrada y se lo dio—. Ábrelo —pidió ansioso.

—Gracias Liam, pasen. —Tom se acercó a él con una sonrisa tímida en sus labios y lo abrazo para luego darle un pequeño beso rápido en sus labios.

—Feliz cumpleaños, niñero. —Bill sonrió y tomó su mano.

—Gracias. ¿Pasas?

Ambos pasaron y adentro Tom frunció el ceño inconscientemente. Cerca de siete chiquillos estaban bebiendo unas sodas y su papá conversaba con algunas de sus amigas, Nicole estaba ahí con Gustav y también el profesor Jared. Bill estaba un poco nervioso, pero acercó a Tom a sus amigos junto a Liam y se los presentó.

—Mi amigo Tom y su hermanito Liam. —Los dos saludaron a los presentes y Liam estaba algo sorprendido, no sabía que Bill vivía en una casa tan pequeña.

El niño estuvo inquieto queriendo conocer toda la casa, entrando a la cocina y asustando a Simone, metiendo el dedo a su torta de chocolate y luego saliendo hasta que Tom tomó su brazo y lo aplastó un poco. —O te comportas, o nos vamos ahora.

Bill se acercó a Liam y lo abrazó para animarlo, sonrió a Tom quien estaba serio y no quería hablar con nadie, además el padre de Bill rondaba por ahí y lo miraba con sospecha, eso incomodó a Tom mucho.

—Estamos pensando ir a un video pub de por aquí, mis amigos quieren cantar algo y… y… Tom, quiero mostrarte algo, pero no sé cómo —hablaba emocionado y ansioso, Tom trataba de entenderlo pero él quería irse de ahí.

—Debo llevar a Liam de regreso.

—¡No! —gritó el niño.

—Sí, se hará noche después y Dunja se molestará, ¿quieres originar otra pelea más?

—¡Bill, dile que quieres que me quede, dile! —reclamó Liam. Bill lo miró apenado y luego a Tom, éste lucía serio, fastidiado.

—Liam, quizá mejor… ¡Ya se! Cuando vaya a tu casa haremos una fiesta larga, ¿te parece? Pero ahora si Tom dice que debes ir, es mejor que sea así.

—Regreso —dijo Tom serio y salió de ahí casi arrastrando a Liam. Bill salió con ellos y cargó en sus brazos al niño y lo miró a los ojos.

—No vayas a llorar, mira que no ha pasado nada malo, gracias por venir a mi fiesta. —Abrazó a Liam y éste no lo quiso soltar, se envolvió a su cuello cual koala y fue Tom quien lo tuvo que jalar para desprenderlo.

Como el niño caprichoso que era estuvo un buen rato discutiendo con Tom, pero ganó Tom por ser mayor y manejó de regreso a casa.

Bill regresó con sus amigos y planearon irse de una vez al video pub. Bill ya era mayor de edad y eso le daba la libertad de poder tomar sin sentirse culpable.

El profesor Jared advirtió a los alumnos que solo los acompañaría pero que por ética no podría beber con ellos. Bill los llevó hacia la esquina de su casa en donde estaba el auto negro que su papá le había regalado, sus compañeros se emocionaron y Bill quiso manejarlo por primera vez.

En casa se quedó Gordon y Simone, después de tanto tiempo volvían a conversar sin sentirse incómodos, aunque era difícil una reconciliación, Gordon quería hablarle sobre el futuro de Bill, sobre los planes de la construcción del tercer piso y todo lo que tenía que ver con la economía del hogar. Simone se dispuso a escucharlo.

~*~

El profesor Jared se sentó junto a Bill en el video pub y pidieron algunas bebidas. Era un lugar para cantar e incluso bailar.

Bill mandó un mensaje de texto a Tom con la dirección del lugar.

—¿Es tu novio? —preguntó el profesor y Bill se puso rojo—. Al que nos presentaste.

—Es… es especial, estamos juntos pero no sé cómo explicarlo.

—Quizá haya llegado el momento que le aclares las cosas, ¿no crees? —Los demás presentes no se percataban de esa conversación, ya estaban bailando Gustav y Nicole y sus otros compañeros contaban chistes.

—Quisiera un día poder hablar con usted y me ayude, la relación que tengo con él es un poco complicada… —Su teléfono vibró y Bill vio un mensaje de texto.

«Estoy afuera, ven». Bill se incomodó un poco y el profesor entendió la razón.

Lo que viene después de esto ya será el desenlace final ;_; Un beso a todos <3 No se olviden de comentar, los respondo todos.