jueves, 17 de enero de 2013

Fresas amargas III

Hallo n_n aquí les dejo un nuevo capítulo de Fresas amargas, continuación de Helado de fresa y no, no es el capítulo final, pero tiene ese nombre... Y para aclarar, todos los fics que publico en mi blog son míos, jamás plagiaría algo, si ven mis fics en otras páginas y no dice "Pink Girl" es un plagio. Espero me los hagan saber.
El final de un primer amor

Un año más había pasado y Bill no había ido a Alemania ni Tom a Francia. No se habían visto, ni llamado, ni escrito, aunque ambos sabían que podían hacerlo, sin embargo, ahora estaba en ellos esa sensación de que si lo hacían se harían daño, así que ninguno lo hizo.

Bill, en Francia, había tenido muchos altos y bajos en su relación con Astrid, las cosas no eran como al principio cuando ella supo por él mismo que antes había tenido una relación homosexual con su amigo Tom, eso para ella fue demasiado impactante, pero Bill sintió que debía contárselo a ella para quitarse ese peso horrible de la culpa, esperaba que ella le perdonase, pero el impacto había sido mucho para la frágil mujer de alta sociedad. Él ahora ya no vivía con ella, había regresado temporalmente a la casa de su madre y hermana Daniela.

—Bill —llamó su madre Helen—, ¿qué ha pasado? Tenías una relación de años con ella. —Era la tercera vez que se le acercaba para preguntarle lo mismo.

—Estoy buscando un departamento cerca de la universidad, no te molestaré más en casa.

—Eso no fue lo que te pregunté.

—Mamá, tengo veinte años, y tengo una vida privada, además los amores no duran para siempre. —Helen se molestó con aquella respuesta.


—Sigues siendo un adolescente irresponsable, espero no te estés metiendo en problemas —le mandó una indirecta, no quería tocar el tema, pero algo en ella le hacía rememorar aquel beso que vio en el jardín, su hijo con su amigo hace ya seis años—. Tú no eres gay…

—¡Déjame en paz! —gritó sonrojándose para luego subir a su habitación por sus cosas—. Voy a un hotel —sentenció.

No pudo evitar ir al hotel que una vez había compartido con Tom, sabía que se estaba torturando a sí mismo, pero no podía evitarlo, necesitaba recordar aquello para sentirse aliviado.

Aquella habitación había cambiado de color y lucía nuevos muebles, pero la cama era la misma, casi podía sentirlo, cerrando sus ojos pensó en Tom, ¿qué sería de él? ¿Aún le recordaba? ¿Estaría mejor que él en esos momentos? Bill no lo sabía y una duda enorme comenzó a crecer en él, ¿aún sería su mundo? ¿Aún sería capaz de mirarle como el ser más importante de la tierra?

Se levantó de la cama y salió de ahí, necesitaba caminar, pensar, despejarse. Comenzó a sentirse vacío, a inundarse de sentimientos que no sabía descifrar, era como una fuerte angustia que lo debilitaba, como si nada en la vida le estuviera saliendo bien y eso que tenía una buena carrera y sobretodo prestigio.

Regresó al hotel para tomar su pequeña laptop y comprar un pasaje de regreso a Alemania, a su tierra… Estaba muy nervioso de lo que allá podría reencontrar.

Viajó sin decirle nada a nadie y se hospedó en cada de Amelia, la que era su nana cuando era niño, ella, la única mujer que le entendía del todo y sabía sus secretos.

—Wow, mi niño es todo un hombre y mira… ¿cabello negro y blanco?

—Son rastas —le sonrió Bill, ella lo miró cómplice.

—Con que rastas… Creo tener la ligera sospecha de por qué tienes ese cabello. —Bill le sonrió. Esperaba tener algo más que eso en común con Tom.

Conocía su departamento, sabía qué tren tomar para llegar allá, pero no se decidía… ¿y si ya era demasiado tarde? Pero estaba en Alemania, en la misma ciudad de su niñez, debía buscarle.

Se alistó tan meticulosamente que Amelia movió la cabeza suspirando, ese era su Bill, el niño que solía mirarse por mucho rato frente al espejo probando de todo y luego iba donde ella a mostrarse, pero esta vez solo salió sigiloso de su casa, tenía puesto unos lentes negros y una gorra, no quería ser fácilmente reconocido.

Rumbo al departamento de Tom, decidió ir por la noche así sería más probable encontrarlo. Eso esperaba. Subió al ascensor con el corazón bombeándole a mil, casi no podía respirar bien, ¿Tom seguiría pensando en él? No tenía la certeza, ni la seguridad.

Al llegar a la puerta de su departamento, sacó un pequeño espejo para ver si aún todo su maquillaje seguía como él lo había planeado, y sí, se cercioró de que seguía igual de atractivo, se sintió seguro y suspiró para luego tocar el timbre. Su cuerpo se puso todo frío, eran demasiadas emociones, después de un año regresaba, ni se habían llamado, ni se habían escrito.

Tom escuchó el timbre y se fastidió, estaba tan cansado que cualquier visita que tuviese lo mandaría por un tubo. Había terminado de bañarse y se secaba con cuidado las trenzas nuevas que tenía, se había quitado las rastas, el anterior Tom había quedado atrás con ello. Gruñó fastidiado cuando el timbre volvió a sonar y se puso rápidamente una camisa que no pudo abotonar. Salió de su habitación y abrió su puerta dándose cuenta del extraño chico que bajó sus lentes negros y lo miró con ese particular maquillaje en su fino rostro, era él, Bill Kaulitz. Casi le cierra la puerta en la cara, pero solo pudo quedarse petrificado viéndolo ahí parado frente a él un poco más alto y además con el cabello diferente, Bill le miró de pies a cabeza.

—Hola… —le dijo—, cambiaste las rastas. —Tom le frunció el ceño, comenzó a incomodarse, no sabía cómo reaccionar. Las cosas habían cambiado un poco.

—Hola, hem, sí… tú también… —hubo un silencio, Tom aún no lo invitaba a pasar y eso incomodó a Bill mucho, sus manos temblaban y suspiró armándose de valor.

—Perdón que haya venido así, sin avisar, quería saber cómo estabas, estoy aquí temporalmente. —Se mordió el labio recordando el año pasado en el cual venía y entraba con confianza en el departamento de Tom y terminaba en su cama.

—Ya veo… —Pero ahora no tenía la certeza de que eso sucediera—. Este… bueno… Bill… —Se rascó la parte de atrás de la cabeza, Bill lo conocía, eso le indicaba que estaba incómodo.

—No quiero incomodar, sé que vine sin avisar, lo lamento. —Se sintió desplazado, pero Tom le abrió la puerta de su departamento invitándolo entrar.

—Pasa, no te preocupes. —Sonrió y eso le infundió confianza, le hizo recordar al Tom del cual se había enamorado.

Le invitó a sentarse en su sofá, no lo llevó a su habitación, Bill se limitó a sentarse ahí como un invitado. Tom se excusó un momento diciendo que terminaría de vestirse y Bill asintió.

Se asombró de ver su cuadro en una de las paredes de su casa, el cuadro “Fresas amargas” que alguien anónimamente lo había comprado vía Internet, Bill y Astrid habían decidido venderlo pues el postor había planteado una buena suma de dinero por él. Bill no había podido adivinar que se trataría de Tom puesto que él no era alguien de dinero. Pero Bill no sabía que Tom ahora trabajaba y había obtenido una beca en la universidad.

Tom regresó a la sala poniendo un plato de galletas en la mesita del centro.

—Tú lo compraste —señaló Bill el cuadro y Tom asintió.

—Así es. —Bill se le quedó mirando y Tom se sentó a su lado, evitando su mirada—. ¿Cómo has estado, Bill? —éste le sonrió apenas.

—No sé… —dijo bajito, su vida se había convertido en un desastre el año que había pasado. Tom alzó una ceja—. Bueno, en la universidad me va muy bien, aún hago exposiciones en el museo de arte.

—Ya veo, eso es muy bueno.

—Aham… —Se miraron por un momento, Tom podía casi adivinar que algo no andaba bien.

—Algo te pasa —Bill agachó la cabeza y asintió, Tom permaneció en silencio esperando que le explicara.

—Astrid, ella está distinta… —Tom se alejó un poco de él y evitó mirarlo—. Sabe que tuve algo contigo, ahora lo sabe. —Tom comenzó a creer que Bill había ido a buscarlo con la finalidad de que él hablara con la mujer para que regresara con Bill, respiró hondo por la nariz y trató de controlarse—. Ya no vivo con ella… Tuvimos algunos problemas y ella me sacó en cara esto.

—Y quieres que la llame para decirle que no pasó nada, que confíe en ti, ¿eso quieres? —Bill pestañeó seguido, ni había pensado en esa opción.

—No… —susurró— No quiero nada, solo —se mordió el labio—, no sé, no sé ni para qué he venido… —otro silencio incómodo, a Bill se le hacía raro que Tom no lo mirara, que no quisiera tocarlo o algo, así que movió su cabeza pasando una mano por dentro de sus rastas y así captó su atención.

—Tampoco sé a qué has venido… Y así… —Se sintió tentado y quiso probar, tomó la muñeca de Bill y vio como éste se sonrojaba con solo ese toque, Bill le miraba ansioso y deseoso sin esa culpa que antes le carcomía, estaba aún dispuesto después de tanto tiempo—. Hermoso cabello… linda boca, ojos penetrantes, piel tersa y suave, no has cambiado, has mejorado. —Bill sonrió un poco y sintió como Tom se acercaba a sus labios, cerró sus ojos y se dejó besar suavemente—. Labios sabor a fresa… —susurró y Bill sintió tal emoción que se impulsó sobre Tom para sentarse en sus piernas y así besarlo con más ganas. El de trenzas se dejó, no pudo resistirse a ese sabor, a esa única sensación que solo con Bill experimentaba, su aroma, su piel, todo él era exquisito, demasiado tentador.

—Tómame Tomi… hasta amanecer en tus brazos. —Volvió a comerle la boca, con muchas ansias, demandando del otro. Tom le tomó de la cintura alzándolo, Bill rodeó su cintura con sus largas piernas, aún Tom podía levantarlo. No rompieron el beso, así lo condujo a su cama, Bill parecía distinto a como era antes, es que estaba libre, quería, ansiaba con todas sus fuerzas fusionarse con Tom, volver al pasado, sentirse único y querido, como si no hubiera pasado el tiempo, como si todo fuese como a los catorce en donde no había complicaciones y todo parecía más fácil.

Cayó sobre la suave cama de Tom y comenzó a quitarse la ropa, siempre tan sensual, siempre queriendo captar toda la atención del otro. Podía ver la erección del de trenzas crecer dentro de sus pantalones de algodón, metió sus manos ahí causando un jadeo de excitado de parte de éste.

—Espera, Bill… —Éste se arrodilló en la cama y abrió la bragueta del pantalón de Tom sacando su miembro erecto, Tom jadeó sonoramente cuando Bill se inclinó para lamerle ahí, algo que nunca antes había hecho ya que por lo general era Tom sobre él, el que se desesperaba por penetrarle y hacerle el amor.

Le acarició las mejillas y Bill miraba hacia arriba, a los ojos intensamente, succionando con pasión, tratando de que Tom disfrutara al máximo. Dejó de hacerlo para terminar de quitarse la ropa ante la atenta mirada de Tom quien descubría tatuajes en su piel, Tom le sonrió con los ojos acuosos, acariciándose la entrepierna, eso era demasiado erótico, así como Bill lo miraba, chupándose un dedo y luego terminándose de quitar todo, le dio la espalda mirando por encima de su hombro, se inclinó un poco y lo esperó. Tom no pudo resistirse, subió a su cama y tomó a Bill por las caderas.

—Estás diferente… —susurró Tom mientras le preparaba, Bill gemía ansioso.

—No sé… creo que tú lo estás, tu cabello y cierta parte de tu cuerpo ha crecido —dijo con una mirada cómplice, Tom rió un poco comenzando a besarle la espalda, los hombros y entrando en esa cavidad tan caliente y angosta como siempre era en Bill, extrañaba mucho esa sensación. Bill gimió entregándose a Tom totalmente.

Muchos besos, caricias y embestidas. Muchos gemidos y gruñidos, la cama se movía intensamente con Bill fuera de control. Tom trataba de satisfacerlo, pero Bill, él estaba desesperado de algo.

Encaró a Tom y se subió encima, penetrándose y comenzando a moverse mirando a Tom y éste repasaba todo su rostro, como estaba sudado y abría la boca gimiendo mientras subía y bajaba tan rápido y sus rastas nuevas se movían al compás… Era hermoso. Lo masturbó para que se corriera puesto que Tom ya se había corrido minutos antes por lo estrecho que era Bill y así fue, un gemido agudo salió de su garganta para luego caer sobre su pecho aún moviéndose, alargando esa sensación de éxtasis.

Miró a Tom con una sonrisa amplia en sus labios y se acomodó para dormir abrazado a su pecho, suspiraba hondo y los ojos se le cerraban.

—Eso fue genial —dijo Bill con voz agradecida. Tom rió un poco y sacó un cigarro de la mesita de noche, él no podía descansar, no después de lo que había pasado—. Gracias…

—No agradezcas algo así. —Bill ronroneó en su pecho y se dispuso a dormir—. Bill…

—¿Hum? —dijo con los ojos cerrados.

—Estoy saliendo con alguien… —Abrió los ojos y un ligero frío recorrió su columna vertebral.

—¿Cómo? —Se removió en la cama para ponerse de costado y verlo.

—Lo que oíste… Ya vamos tres meses juntos, es estudiante de veterinaria… —Bill lo miraba serio, moviendo lo ojos, pensando, comenzando a asustarse.

—Pero… —no supo qué decirle—. ¿Quién es? —Tom se puso serio y suspiró.

—Se llama Andrej. —Bill abrió la boca sorprendido, era un hombre, ¡un hombre! Sintió una pequeña indignación que comenzaría a crecer.

—¡Un hombre! —habló exaltado y Tom le miró con el ceño fruncido.

—Claro que lo es, no me gustan las mujeres, desde que estuve contigo ninguna me ha gustado… —Eso era nuevo para Bill, él no podía entenderlo, se sintió dolido—. Recuerdo una vez, en la fiesta de Heidi, me dijiste que éramos homosexuales, eso en ese tiempo no lo sentía así, pero tú parecías seguro… Resulta que nunca más me gustó una chica y a ti sí, es curioso como la gente cambia, ¿no? —Bill permanecía de costado, mirándolo serio, imaginando todo aquello, Tom ya no era el mismo por eso.

—¿Lo hiciste porque estuve con Astrid? —Tom cerró los ojos soltado una risa floja.

—Por favor, no digas semejante tontería —lo miró serio—, ¿acaso no podía hacer mi vida como tú la hiciste allá en Francia? —Bill se agitó, no sabía cómo decirle su punto sin sonar grosero o injusto.

—Claro que sí, pero no con un hombre… Tom, estás con un hombre. —Lo miró molesto, estaba celoso.

—Sí, ¿y? ya te dije que me gustan, eres un hombre tú también. —Bill se sentó en la cama comenzando a vestirse.

—¿Te lo has traído aquí y le has follado en esta cama? —preguntó dolido.

—No, él es importante, no es alguien al cual quiero follar cada vez que viene a mi casa. —Golpe bajo, muy bajo el cual terminó de airar al de rastas bicolores quien volteando a verlo se lanzó en la cama y fue sobre Tom.

—¡Solo soy alguien al cual follas nada más! —intentó salir de la cama, pero Tom, en un rápido movimiento, lo inmovilizó, que Bill se fuera así no más sería muy trágico para él.

—Espera, Bill.

—¡No quiero! ¡Suéltame! —dijo con los ojos aguados de lágrimas—. No tienes nada más que decirme, ya entendí todo perfectamente… —Sus labios temblaron y su voz se entrecortó—. Oh, Tomi… —sollozó tapándose el rostro de vergüenza, lo había perdido, y ya no había marcha atrás.

—Escúchame —lo jaló hacia su cuerpo y lo abrazó entre forcejeos de parte del otro—, ya… shhh… —besó sobre su cabeza—. No quise decirlo así, no quise causarte dolor, perdóname si lo hice. —No dejaba de llorar avergonzado. Bill se removió alejándose un poco de Tom, ahora tenía todo el maquillaje corrido y las rastas desordenadas, comenzó a angustiarse.

—No puedo creerlo… —Tom suspiró pasando una mano por su espalda, consolándolo, le partía el corazón verlo llorar, quería protegerlo, hacerle bien.

—Sé lo que sientes, lo entiendo. —Bill lo miró a los ojos, ahí sentado de costado entre sus piernas.

—¿Aún me amas? —Tom esquivó su mirada—. Tomi…

—No lo sé —fue sincero—. Y tampoco sé si se puede dejar de amar a alguien a quien se amó demasiado hasta que dolía.

—Yo sí te amo. —Tom lo miró a los ojos y frunció el ceño.

—Ahora sí lo puedes decir, ¿no? Allá en Francia ni querías que te mencionara nada de sentimientos, solo querías sexo. —Bill se removió, pero Tom le encerró entre sus brazos.

—No puedo creer que pienses eso de mí, siempre te lo he dicho, desde que teníamos catorce, soy el que más veces te ha dicho un te amo de miles de formas.

—Men-ti-ra —enfatizó esa palabra sintiéndose seguro y es que era mentira aunque Bill no lo sentía así—. Ahora no seas injusto conmigo, esto en algún momento pasaría.

—Déjame ir… Deseo regresar a Francia —dijo por primera vez, Tom no pudo mantener sus brazos rodeaos con él, los separó y dejó que Bill se levantara para que se fuera.

Se vistió rápidamente ante la atenta mirada de Tom.

—Lamento que las cosas no sean como siempre las deseáramos… —dijo Tom.

—¿Le quieres? —preguntó por su novio. Tom asintió pesadamente, Bill soltó un quejido.

—No se compara a lo que una vez te llegué a querer, pero él es especial, buena persona y muy atento…

—Ya, no tienes que decírmelo…

—Perdón.

Salió de su cama y caminó algo incómodo pues ni se había duchado, quería salir de ahí de inmediato y terminó de vestirse rápido. Tom le acompañó hacia la puerta.

—Bill, espera —lo detuvo antes que se fuera—. Por favor no sufras, no por mí, no quiero que llores ni te sientas desplazado, yo no puedo dejar de amarte, ni de preocuparme por ti. —Bill lo miró serio y suspiró.

—Creo que necesitaba de esto para que de una buena vez pudiera cerrar capítulo. —Tom no pudo decirle nada ante ello.

Se fue, simplemente salió de su casa dejándolo confundido otra vez, con los sentimientos a flor de piel. Ahora se sentía culpable puesto que días antes le había dicho un “te amo” por primera vez a Andrej, un rubio muy simpático el cual quería mucho a los animales e irradiaba una ternura, estaba enamorado de Tom y había sido muy paciente cuando éste le había dicho que había tenido una relación muy significativa con una persona la cual estaría en Francia por siempre. Andrej le había sabido comprender y esperarle todo el tiempo que Tom requería. Y así fue, ya hace tres meses eran novios, aunque aún no se habían acostado, Tom quería ir muy enserio con él y ahora no sabía con qué cara lo vería al día siguiente después de haber intimado con el gran amor de su vida…

Bill estaba destrozado y una parte de él le gritaba regresar a Francia, pero otra parte lo mantenía ahí, tenía curiosidad por conocer quien era ese tal Andrej, así que estuvo una semana más en Alemania, espiando la universidad de Tom, caminando sigiloso y casi cubriéndose el rostro con una pañoleta.

Hasta que lo vio, Tom caminaba por la facultad de veterinaria con su guardapolvo blanco y se le acercó un joven de cabello muy rubio y largo, le dio un pequeño beso en los labios y le tomó de la mano, Bill agachó la cabeza no queriendo ver más, pero la pareja se acercaba por el pasillo hacia su dirección sin que Bill pudiera percatarse de ello. Estaba oculto detrás de una columna y pensó que pasaría desapercibido.

Tom pudo sentir un aroma particular a fresas y buscó con la mirada, encontrándolo apoyado en una columna, con la cabeza gacha, como resignado.

—Andrej, espérame en el auto. —El rubio asintió, pero se detuvo a un lado de pasillo mirando que su novio se le acercaba a un triste joven vestido de negro. Andrej supo reconocerlo y se llenó de inseguridad.

Tom se le acercó como quien se acerca a un conejo herido, con mucho cuidado.

—Bill —susurró y el otro alzó la vista roja de lágrimas cubierta por sus lentes negros—. ¿Qué haces aquí?

—Tenía que verlo con mis propios ojos… —Andrej se terminó de acercar mirando asustado a Tom, Bill retrocedió no queriéndolo ver. El rubio era un poco más bajo que él y tenía los ojos resaltados con delineador negro, vestía un uniforme celeste.

—Andrej, discúlpame —dijo Tom al ver que su novio había podido reconocer al pelinegro rastrudo.

El joven rubio sintió tal impotencia que comenzó a temblar mirando de pies a cabeza al otro chico, lo elegante que lucía, lo sofisticado que era y no pudo más, se lanzó sobre Bill quitándole las gafas y gritando. Bill, asustado, comenzó a defenderse. Por un momento, Tom no podía creer lo que pasaba.

—¡Aléjate de mi novio! —gritó Andrej, desesperado pensando que perdería a Tom, él lo quería mucho—. ¡Tú le hiciste daño, a qué vienes ahora!

—¡Suéltame! —gritaba Bill— ¡No me toques! —Bill trataba de empujarlo de sus hombros y el rubio intentaba meterle una paliza.

—¡Suéltalo, Andrej! —le defendió Tom, tomando las manos de su novio, quitándolas de sobre Bill, mirándole furioso— ¡Contrólate!

Bill aprovechó aquello para salir corriendo de ahí tan rápido como dieron sus piernas.

Regresó donde Amelia, llorando de desesperación, ella lo abrazaba y le decía muchas cosas bonitas, que era especial, que no merecía sufrir por ese chico, que debía hacerse responsable de su vida y dejar atrás lo que hace años había quedado atrás.

—Es tan difícil, Amelia… por más que esté con otro, siento que le sigo amando —volvía a llorar.

—Ay Bill, esto te hace daño, mi niño, necesitas olvidarle… —Una llamada entró a su celular, lo cual le llenó de una esperanza, al menos una luz en el túnel negro, así que sin mirar la pantalla, contestó tan rápido como pudo, pensando que sería Tom.

—¡Aló! —habló fuerte y un silencio le puso nervioso y expectante—. ¿Aló?

—Bill… —Una voz femenina y temerosa resonó en la línea, era Astrid—. ¿Estás allá?

—Sí —respondió serio y algo decepcionado.

—¿Con él? —preguntó con la voz entrecortada, Bill demoró muchos segundos en responderle—. Bill…

—No, no estoy con él… ¿Pasa algo? No tengo fecha de regreso. —El silencio de ella se le hizo preocupante—. ¿Astrid?

—Estoy… estoy embaraza…

El teléfono se le cayó de las manos, Bill tuvo que sentarse en una silla y Amelia le preparó un remedio para los nervios. Bill apagó su teléfono y se quedó en silencio pensando como si el mundo se le hubiera caído encima.

—Hijo —llamó Amelia—, debes regresar, debes dar la cara. —Bill ya no tenía más lágrimas que llorar, solo asintió—. Mira el lado positivo, serás papá, eso es algo especial, es un regalo único, quizás las cosas mejoren con eso, verás que sí… A comenzar de nuevo, hijo… —Bill la miró y asintió otra vez dejando atrás su corazón.
 

***

Tom calmaba a un lloroso Andrej, el cual estaba tan nervioso abrazándolo dentro del auto.

—No me quieres, Tom, no me quieres… —lloraba desesperado.

—Te quiero, por eso estoy aquí contigo y no fui tras él, te quiero… —Tom repetía eso con la esperanza de creérselo él mismo. Andrej alzó la vista y tomó su rostro entre sus manos.

—Tom, dímelo mirándome a los ojos. —Sus manos temblaban y Tom suspiró mirando esos inocentes ojos celestes.

—Te amo, Andrej… —volvió a abrazarlo y miró hacia el horizonte, pensando en Bill.

Y así, la tapa de la historia del primer amor, se cerraba.


u_u veremos qué mñas pasa... correremos algunos añitos en el tiempo en el siguiente capítulo. 

17 comentarios:

  1. joder... coño, no pedo escribir nada, me siento... joder como... miera ahh, mejor lo escribo por FB...

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    1. hallo <3 xdddd bueno, lamento eso :x espero puedas escribir más
      besos <3 <3

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  2. Demonios... tendrá un bebe... joder! me quede impactada, todo lo que puedo escribir por el momento es INCREIBLE! muy muuuuy buen cap.

    Que estés bien, Cuídate!
    Besos.

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    1. hallo
      muchas gracias y bueno sí, tendrá un bebé... veremos cómo le va con eso
      besos <3 <3

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  3. tendra un bebe, Tom esta con alguien mas. estuvo genial el capitulo demasiadas cosas. espero pronto leer la continuacion >.<

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    1. hallo <3 muchas gracias *-* y sí, tendrán bebés<3 ya verás
      besos <3

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  4. waaaaaaaaaaaaaa como llore!!! es tan sublime!! no puedo dejar de sollozar, bill con el bebe tendra que olbidarlo ? que pasara!!

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    1. hallo
      veremo qué más pasa, ahora que será padre muchas cosas pueden pasar como no también
      besos <3

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  5. No me parece el drama de Bill, en este fic siempre he estado de parte de Tom <3 Bill es egoísta y el fue el que dio pauta a dar punto final a su relación cuando todavía cruelmente le pidió q hablara con Astrid cuando fue a Francia por el :( y ahora q su relación con ella no funciona si va y vuelve a remover todo y le reclama a Tom, con que derecho! Es un divo ufff soy anti Bill totalmente! Se merece el sufrimiento jeje

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    1. hallo <3
      también he estado de parte de Tom un poco, pero entiendo a Bill un poco... jijiji pobre Bill, epro lo que idces tienes razón, aunque ellos tienen formas distintas de ver la vida
      veremos cómo lo resuelven o si no lo hacen...
      besos <3

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  6. wow O.O...no se ni que decir la verdad...cada ves me impresionas mas con cada capitulo...no solo de esta historia ovio tambien de las demas....la verdad no me imagine ke la historia iba a ser de esta forma...si, habias dicho ke seria totalmente diferente...pero la verada me sorprendiste demaciado :D...no me canso de decirte ke eres increible escribiendo <3.. GRacias! ^^..

    lamento no comentar tan seguido :/...ahora mi compu se descompuso y solo puedo leer por el cel pero no puedo comentar :( ...pero claro ke siguo leyendo las demas historias ;)...solo kek sin comentar :/...y ahorita ke la compu me dio tantita chance pues aproveche...espero y mejore para seguir aqui :)...

    SALUDOS BESOS Y APAPACHOS!! <3..espero el proxmo! ;3..

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    1. hallo <3 te extrañaba<3
      bueno así salio este fic, es un poco caotico... la vida adulta xd con todas sus complicaciones.
      espero tu ompu se componga *.* muah <3
      <3

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  7. hola pink :)
    en thf.es siempre quize preguntarte porque se acostó con bill si ya tenia novio?? y xq la inseguridad de andrej sólo por verle hablar con bill, tanto lo opaco?? ahaha
    saludosss
    cris

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    1. hallo <3
      buena pregunta,s upongo que lo vio hermoso y no quiso desaprovechar ese momento... pienso que eso es lo que hizo.
      Andrej es inseguro porque sabe que a Tom le ha costado mucho olvidar a Bill... ese tema lo pone así
      besos <3

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  8. Wow una amiga me recomendó tus fics y veo que no perdí mi tiempo aquí, escribes sensacional y no puedo esperar a que salga el otro capitulo...

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  9. Hola! Y nuevamente estoy lagrimeando :'( y preguntando me POR KE EL AMOR, ESE SENTIMIENTO KE NOS DEBIERA DAR ALEGRIA NOS HACE SUFRIR TANTO??? :'(
    Bueno ahora al kpi: Billito le kontaste de tu relación amorosa kon tu "amigo" y fue el detonate para ke te separaras de tu novia. Fuiste a buscarlo, a pesar ke le dijiste ke no dejarias a Astrid y keiste ke él aún esperaria por ti. te le insinuaste y por supuesto Thomas te tomó y gozaron intensamente komo 100pre hasta ke PLAF!! BALDAZO DE AGUA FRIA: THOMAS te kuenta ke TIENE UNA RELACIÓN KON OTRO CHICO llamado Andrej y es kasi SERIA (llore ante la konfesión) Y ke esperabas, tú tmb buscaste a alguien estando lejos de él!!
    La histérica y bochornosa reacción de Andrej al kreer perder a Thomas!!! O.O
    Y para enterrar bien profundo todo vestigio de ese amor adolescente junto el angustiado y deshecho korazón del ahora rastudo Billito, la noticia del embarazo de Astrid :O
    " —Te amo, Andrej… —volvió a abrazarlo y miró hacia el horizonte, pensando en Bill. " KOMOOO??? Actualiza en kuanto puedas ke he kedado ya ansiosa por leer la kontinuación DamitaRosa Besitos TKUM Noely :) ♥

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  10. Que intenso estuvo esto,tantos golpes,y un amor que ellos mismos hacen imposible,por miedos,ahora el embarazo

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