miércoles, 9 de enero de 2013

Galletas de Navidad

Hola a todos, sé que ya no es Navidad ;_; pero bueno, quería publicar este pequeño oneshot que hice para Ascanya *-* en el intercambio de fics organizado por ToHo Eventos y recibí un bonito oneshot de parte de ella *-* incluso debemos de escribirlo a mano. Bien, espero les guste. Ah, y le he creado una segunda parte que subiré pronto, Ascanya sabe de qué va ;-)
Resumen: 

El nuevo vecino parecía ser un poco huraño, pero no habría mejor cosa que tocar su puerta para ofrecerle galletas de Navidad recién hechas.


Autora: Pink Girl
Clasificación:  +16
Advertencias: Twincest no relacionado, Chan.
Género: Romántico.
Pareja principal: Bill - Tom.
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, solo la trama y fue escrito para el intercambio de ToHo Eventos.

Tom era un adolescente distinto a todos. Por su forma de vestir y sus rastas aparentaba ser un tipo rudo, pero en realidad tenía mucho de sensibilidad. Quizá otros optaban por salir a divertirse, sin embargo él era muy hogareño y sus padres no tuvieron problemas en ese aspecto, aunque como adolescente ya llamaba la atención que no saliera mucho como otros de su edad.

Su especialidad era la repostería, en especial las galletas caseras y qué mejor que prepararlas para Navidad. Solía hornear cientos de ellas, de muchas formas, sabores y colores para ser repartidas a su familia, sus amigos, los amigos de su familia y cuanto quisiera probarlas.

Se había enterado que la casa de al lado había sido recientemente habitada por un hombre huraño que nadie quería conocer. De todas formas Tom lo había incluido en su lista de reparto.

Una tarde antes de Navidad, salió con las últimas cajas de galletas para repartirlas por su barrio y luego regresaría a casa para ayudar con los preparativos de la cena.

Caminó titiritando de frío hasta la casa aledaña y se quedó inquieto parado cerca de la puerta. Tuvo un poco de temor por encontrarse un viejo amargado de esos que lo confundiría con un adolescente vándalo, pero luego tomó la determinación de tocar y ver qué pasaba, total, era Navidad y nadie podría resistirse a unas galletas recién horneadas, más si estas eran gratis.

Pasaron algunos minutos los cuales hicieron que realmente pensara en lo que estaba por hacer y poco a poco se desanimaba, hasta que la puerta se abrió y se encontró con un hombre desalineado, con mirada penetrante y mal semblante. Tom titubeó, pero sonriendo, extendió la cajita de galletas y dijo un “Feliz Navidad”, el hombre alzó una ceja y ladeó la cabeza para luego enfocar su vista en la cajita que el chico tenía en sus manos enguantadas.

—¿Para mí? ¿Por qué?

—Bueno, por ser Navidad.

—Aún no lo es. —Tom comenzó a ponerse aún más nervioso y a desistir sus intenciones de ofrecer galletas por simple placer.

En cuanto estuvo por retroceder y propiciar unas disculpas por su atrevimiento, el otro hombre lo tomó del brazo y luego le quitó la cajita de galletas. No dijo más, solo cerró la puerta y Tom se quedó pestañeando seguido, eso había sido raro.

Su casa se empezó a llenar de gente, familiares que llegaban por Navidad, sus padres comenzaron a estresarse por darles la mejor bienvenida y Tom se convirtió en el salvavidas. Si faltaba arreglar algo, él lo hacía; si faltaba quien vea la comida en el horno, él lo hacía; si faltaba acomodar las luces navideñas en el árbol, él lo hacía; así sucesivamente hasta que ya para la tarde moría de cansancio y aún tenía que cuidar a sus cerca de cuatro primos para que no destrozaran más su casa.

Decidió salir sin decir nada a nadie pues de seguro lo harían quedar para seguir ayudando y si eso continuaba así, para la noche no podría estar despierto.

Caminó sintiendo el frío invernal y cubriéndose bien las orejas con su gorra rusa. No dio ni diez pasos cuando ya estaba deteniéndose a observar la casa aledaña sin ningún tipo de decoración y luciendo tétrica, sin vida. Torció la boca y se sintió curioso.

Él no podía estar tranquilo hasta saber si había alguien o no en esa casa, así que se animó y entró al camino que conducía a la puerta y tocó el timbre con temor, pero cuando estuvo por irse, porque nadie salía a su encuentro, simplemente entró.

Era costumbre en el pueblo dejar las puertas sin seguro, ¿quién entraría que no sea invitado? Ese era Tom y poco le importó su osadía, solo quería saber si el hombre que vivía ahí estaba bien o no. ¿Por qué su casa lucía como para Halloween en vez de Navidad?

Había una chimenea apagada y ninguna bota adornaba sus bordes. Los muebles de la sala estaban cubiertos con telas blancas y es que recién la habían alquilado y al parecer su inquilino ni siquiera se había tomado la molestia de acomodar sus cosas.

Tom fue hacia la cocina y halló sobre la alacena su caja de galletas semi abierta. Aún había algunas ahí y suspiró, el nuevo vecino había comido alguna de ellas.

El estar distraído en observar la cocina, le impidió escuchar los pasos de arriba y luego el crujir de la madera de las escaleras cuando el nuevo dueño de la casa bajó con una botella de licor en mano, tambaleándose para no caer y Tom reaccionó con un sobresalto cuando lo vio entrar a la cocina. El hombre también se sorprendió y fue rápido a tomar las manos del chiquillo entrometido y muy molesto lo aprisionó contra la alacena, preguntando qué hacía ahí metido en su casa. Tom forcejeó un poco, estaba asustado y no tenía respuesta. El nuevo vecino le creyó sospechoso de estar robando y le gritó algunas ofensas, Tom comenzó a agitarse más y pronto las manos del otro hombre estaban en sus bolsillos rebuscando por si se estaba llevando algo. Tom suplicó que lo soltara, que él no era un ladrón y el otro hombre se tranquilizó poco a poco, más cuando vio su rostro compungirse de esa manera.

Tom suspiró aliviado y rojo de vergüenza trató de excusarse, inventar algo, decirle que estaba preocupado y por eso entró. El nuevo vecino sonrió de una manera extraña que intimidó a Tom.

—Solo me preocupé —volvió a repetir Tom—. No quise entrar sin avisar, solo…

—Ya, no importa. Te creo. Me gustaron tus galletas, fue lo único que probé en el día.

Tom sonrió ante eso, y su sonrisa hizo sonreír al otro. Tom extrañamente se sintió aliviado por ver la bonita sonrisa del hombre que acababa de conocer hace horas. Así que le preguntó su nombre.

—Llámame Bill.

Y así comenzó una extraña relación un tanto secreta.

Tom se quedó un poco más esa tarde, decidió prepararle una cena ya que Bill parecía no tener idea de qué cocinar, mucho menos lo deseaba. Recientemente se había mudado porque había conseguido un nuevo trabajo como ingeniero en esa ciudad, era como empezar de cero una nueva vida.

Tom tuvo que regresar a su casa cuando anocheció. Sus familiares estaban tan ensimismados en pláticas y risas que poco se percataron de que Tom entraba y salía de la casa a su antojo, pero luego su madre lo hizo quedar porque cenarían y brindarían, él estaba un poco incómodo porque detrás de las paredes cálidas de su casa, Bill la pasaría completamente solo, aún no le había dicho las razones por las cuales ni la pasaría con su familia, pero tampoco Tom deseaba inmiscuirse en sus asuntos personales, solo se preocupaba por él.

Bill la pasó fumando un cigarro mirando una fotografía familiar, su reciente ex esposa con su menor hija de tres años a las cuales había dejado en otra ciudad. No había un motivo para celebrar Navidad en ese estado.

Cuando estuvo por ir a dormir, escuchó el timbre sonar, ya casi serían las dos de la madrugada. Bajó a abrir y lo encontró ahí, con esa miraba en particular demostrando inocencia, con sus labios rojos y titiritando del frío, en sus manos, una cajita de galletas y lo dejó pasar entre pequeñas risas y conversaciones superfluas.

—Feliz Navidad, Bill —habló sonriente.

—Otra vez tú —dijo con una sonrisa y Tom bajó la cabeza. Otra vez lo buscaba y no sabía cómo explicar lo que sentía, simplemente no quería dejarlo solo.

Entró y dejó las galletas en la mesita del centro de la pequeña sala. Bill lucía desanimado y cansado, apoyado en el sofá sin sentarse, mirando al vacío, Tom se le acercó con cierto temor y Bill lo miró a los ojos, ante él apenas un niño sin malas intenciones, no podía aprovecharse, aunque era tan obvio el interés del adolescente por él, pero Bill se sentía poca cosa, incapaz de intentar darse otra oportunidad, así que no intentaría nada aunque en ese momento necesitaba al menos un abrazo que le haga sentirse humano.

Tom sintió un impulso extraño, no es que Bill le indicara algo, Tom solo se acercó un poco más y tomó una de sus manos para luego acercarse lentamente y darle un beso en su mejilla que sorprendió a Bill, sin embargo no se movió de su lugar.

—No puede haber alguien tan triste en Navidad —susurró mirándolo a los ojos y Bill sonrió apenas.

Lo que aconteció esa noche, quedó entre ellos dos. Tom pasó el resto de la noche junto a su nuevo vecino, comiendo galletas y hablando de sus vidas. Eso animó a Bill a encender su chimenea y mientras miraban algo de televisión, pasó su brazo por encima de Tom, rodeándolo. Sonrió cuando éste se durmió con una pequeña sonrisa en sus labios a los que besó con cuidado y suspiró pensando que al menos tenía alguien agradable al lado, alguien a quien deseaba conocer más los próximos días.

Dormir esperanzado era su deseo de navidad y gracias a ese joven quien le trajo galletas una tarde gélida, lo había cumplido.

Lo sé e_e fue corto y rápido XD es que lo escribiré a mano, tenía que ver la forma de hacerlo así. Para los que desean leer la continuación, la subiré pronto~ 

12 comentarios:

  1. Que tiernoooooooo T__________T y que Tom mas sensible
    Muy lindo tienes un 10 de parte mia xD

    ResponderEliminar
  2. Que tierno! :3 Tom ess tan lindo con Bill :) quedo muy lindo..

    ResponderEliminar
  3. owwwiiii :3 ..esta rekete-tierno!! x3...me gusto me gusto! ;3...mis Felicitaciones a la escritora ;D... SALUDOS BESOS Y APAPACHOS! <3..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. hallo <3 muchas gracias *-* pronto subiré el que sigueb
      besos

      Eliminar
  4. Muy lindo y tiernooo!! :3
    Ya quiero leer la segunda parte!!! *--*

    ResponderEliminar
  5. Awwwwwww, Tommie ! c: <3 Me encantó! (:

    ResponderEliminar