martes, 15 de abril de 2014

En el campamento - 1

Hola a todos, en vista de que algunos no pueden entrar a THficción ni idea del porqué, decidí subir este fic a mi blog rosa n_n espero les guste *-*
Las vacaciones para Tom eran las más aburridas. 

Se suponía que a sus ya catorce años podría tener un poco de más libertad y hacer de sus días libres los que le venga en gana, pero eso no era así para Simone, su mamá.

—Estoy harta de que no hagas nada.

—¿Qué quieres que haga? No me dejas ni salir.

Esas eran las mismas discusiones todo el tiempo, Tom estaba cansado de lo mismo, definitivamente la adolescencia no le estaba llegando nada bien.

Se sentía solo, ser hijo único cuidado por su mamá, sus tías y su abuela no le permitían conocer el mundo como él quería. Se sentía preso y eran las vacaciones.

Los años anteriores no se quejaba pues solía ver televisión, salir con su tía a pasear, visitar a la abuela, jugar, ir a la piscina; pero ahora sentía que quería relacionarse más con chicos de su edad. La mayoría de los de su escuela viajaban o iban a campamentos o salían a fiestas, eso era lo normal a esa edad, salir con amigos, tener reuniones, ver películas, salir a pasar, quedarse conversando y bromeando hasta muy tarde. Pero él no podía.

Un día en la tarde, Simone llegó a casa y lo encontró jugando en su consola de video juegos y le pasó un papelito de publicidad.

—Irás a este campamento por dos semanas, está muy barato y parece ser interesante. Dale una chequeada. 

Tom se incorporó en el sillón y ojeó el papelito.

“Campamento para adolescentes. Ven y pasa los mejores momentos a cargo de nuestro grupo al estilo boys scouts quienes te enseñaremos muchas cosas positivas para la vida, como el compañerismo, el trabajo en equipo y muchas cosas más”. 

Había muchas caritas felices y abajo una nota para los padres lo cual decía el precio, uno bastante bajo para dos semanas y también la ubicación en un bosque a horas de la ciudad. 

Tom torció la boca pues no parecía ser la gran cosa y luego pensó en si algunos de sus compañeros irían, si alguien que él conocía iría entonces podría ser divertido, así que llamó a Louis, uno de sus amigos de la escuela.

—¿Qué dices? ¿Campamento para adolescentes? ¿Es de alguna parroquia?

—No, o no lo sé, pensé que sabías, no sé si ir o no, mi mamá quiere mandarme allá…

—Suena mal como lo describes, si es como esos niños que venden galletas ha de ser aburrido, de seguro tienen un local de esos como internado…

—Dicen en el bosque, no sé la verdad…

Estuvo por varios minutos hablando con su amigo hasta que llegó a la conclusión que él ni nadie de sus amigos iría a ese campamento, entonces, ¿para qué ir? 

Simone lo llamó a cenar y le preguntó si había decidido.

—Pues no iré, de seguro es aburrido, no quiero, gracias.

—Ah, qué gracioso, te quejas que tu madre no te inscribe en nada, que no te deja salir y ahora cuando consigo algo para ti te niegas; no me molestes, tú irás a ese campamento, además está barato, algo así no se puede desaprovechar.

—Justamente, mamá, qué clase de atención nos darán ahí, ¿no piensas eso? ¿Y si nos matan de hambre?

—Tonterías, esos grupos Scouts son muy organizados, será algo bueno y si no, pues me llamas y voy a recogerte.

Tom bajó la cabeza, no podía negarse o quejarse porque sabía que discutiría sin parar, su madre siempre ganaba.

Días después, tenía una maleta lista con sus cosas y era conducido a una dirección puesta en el aviso.

—Pórtate bien, no quiero quejas, Tom, o nunca más vuelvo a confiar en ti —amenazó Simone cuando llegaron. Tom suspiró resignado, no podía dar marcha atrás. 

Llegaron a un edificio, parecía ser como una compañía y había muchos adolescentes entrando algunos con sus padres. Tom sonrió al ver chicas, eso sería interesante, conocer a alguien ahí y pasarla bien.

Simone pagó y firmó algunos comprobantes y luego le pidieron despedirse de su hijo.

—Nos vemos, mi niño.

—Mamá… —se quejó por el apelativo que usó.

—Lo siento, jovencito. Ya sabes, pórtate bien. —Y lo besó en la frente.

Tom entró a una especie de patio en donde había muchos de su edad, buscaba con la vista algún conocido especialmente de su escuela, pero no hallaba a ninguno. 

Había unas gradas en donde decidió sentarse para esperar. «Vaya, esto será más aburrido de lo que pensé», se dijo a sí mismo mientras esperaba y se aburría. Al parecer muchos ahí se conocían entre ellos, habían grupos de chicos y chicas conversando, riendo a su alrededor, él no tenía a nadie.

—Hola —saludó un chico de cabello negro corto a sentándose a su lado. Vestía de negro y tenía un largo cuello.

—Hola —respondió con una sonrisa.

—Eres nuevo —dijo sin más.

—Sí, me llamo Tom, ¿tú?

—Bill.

—¿Ya antes has estado aquí? —Bill sonrió.

—El año pasado. —Tom sonrió más, al menos él podría decirle cómo sería el campamento.

—Y dime, ¿qué tal es todo? ¿Qué hacen allá en el bosque? —Bill sonrió un poco y lo miró extraño.

—Nada.

—¿Nada? Pero en la publicidad habla de… —Bill comenzó a reír.

—¿Y tú crees lo que dice esa publicidad? Mira cuántos somos, casi cincuenta, no tienen un local porque les saldría más caro, así que nos llevan al bosque en donde colocan unas carpas para dormir y somos custodiados por unos tipos que parecen militares que nos obligan a seguir sus estúpidas reglas infantiles para pasarlo bien. En las mañanas nos sermonean de temas aburridos y nos obligan a jugar y competir, luego nos darán una simple comida sin sabor y tendremos la tarde libre para el compañerismo. Y esos son las dos semanas. Esta gente vive de campamentos.

Tom regresó su vista al frente, así que sería mandado al bosque con un grupo de perfectos desconocidos y la pasaría mal. Debía llamar a su mamá con urgencia, pero le habían exigido dejar sus cosas en un lugar especial y luego se lo darían allá, en el bosque.

—Debo ir por mis cosas.

—Está prohibido —dijo Bill tomando su brazo, impidiendo que vaya.

—Debo hacer una llamada.

—También está prohibido, tus familiares firmaron una cosa, ahí dice que solo en caso de emergencias podrás usar el teléfono y vaya, allá te explicarán cuándo son esos casos de emergencia.

—¿Cuándo son? —preguntó nervioso.

—Solo si estás herido. —Tom tragó saliva, se sentía perdido.

Pronto un señor con voz ronca llamó la atención de todos los adolescentes usando un megáfono.

—¡Atención chicas y chicos, estamos por enrumbarnos hacia las mejores vacaciones de tu vida, es indispensable seguir las reglas para pasarla bien, así que lo primero que haremos será formar una fila de mujeres y otra fila de varones para dirigirnos a nuestros buses especiales que nos llevaran al centro de la diversión! ¡Ojo, sigan a los guías vestidos de marrón, obedezcan, no querrán pasar un mal rato, todo tiene consecuencias! ¡Pasen un buen día!

Tom se sintió mal, estaba angustiándose, pero su nuevo amigo le codeó para que se levantara junto con él.

—Vamos, no querrás quedarte sin asiento.

—¿Cómo dices?

—En los buses, son pequeñas vans en realidad, si no nos apuramos iremos parados más de dos horas.

Tom lo siguió, total, su suerte ya estaba trazada. 

Efectivamente, al subir a la van apenas alcanzaron asientos. Tom veía a Bill saludar a algunos chicos. —¿Los conoces? 

—Algo, ellos también han estado antes. —Pero todos los demás parecían distantes de Bill, solo lo saludaban porque lo conocía, mas no eran sus amigos.

—¿Y chicas? —preguntó un poco tímido. Bill rió.

—A algunas, he visto algunas. La mayoría no regresa, Tom, yo regresé porque me obligaron, sino no hubiera regresado.

—Vaya. —Miró hacia la ventana, no le gustaba nada de lo que estaba viviendo, nada.

Escuchó el sonido de una envoltura de algo y cuando giró a ver, Bill le extendió un poco de chocolate. —Cómelo rápido, está prohibido, pero antes que me lo quiten, ten. —Tom tomó la pequeña barra y se comió ese dulce.

La palabra “está prohibido” le estaba cansando, pero al menos tenía un nuevo amigo y parecía amable.

¿Qué les pareció? *-*~ ¿Comentarios?

3 comentarios:

  1. graxias pink Siii deecho yo intente de entra para leerlo pero no pude y ahora q ya lei el primer capitulo me gusto sigela porfa

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