jueves, 3 de septiembre de 2015

Cautivo - 27

No sé qué piensen de este capítulo pero dfbdfbdfbdfb espero les guste. Gracias a todos los que me animan<3 a ellas les dedico este capítulo, ellas saben *-* y gracias a quienes comentan!!! A pocos minutos de que acabe la parte tres de la grandiosa gira de Tokio Hotel por Latinoamérica ;_; decidí subir un capítulo más. 
Una semana después Bill reposaba en una camilla, su cuadro comenzó a empeorar y la idea de darle de alta estaba aún lejos.

El doctor Morgan, encargado del área de medicina, llamó al psiquiatra de turno para explicarle el caso y evaluara a Bill a fin de tener un pronóstico del caso. El psiquiatra era un hombre viejo de muy poca paciencia.

—Mire, doctor Morgan, ese caso ya lo he visto antes, sé de quién me hablas y hay uno terapeuta que lo ha visto por años, mejor llama al doctor Müller para un pronóstico porque ya sabes mi postura, ese chico debe ir a un psiquiátrico, pero si quieres hacer algo por él, el doctor Müller entiende su caso, a mí no me gusta andar con rodeos. —El doctor Morgan se horrorizó de esa opinión.

—Es su deber atenderlo, no derivarlo a un terapeuta.

—Como dije, ya sabes lo que diré de él, solo emitiré su orden de referencia para que sea internado en un sanatorio, está trastornado, acá no podrá recibir la ayuda que necesita, al menos que lo vea Müller. Eso es todo con respecto a ese caso, me retiro.

Así fue como el joven médico Morgan, buscó llamar al terapeuta de años, el doctor Müller, que luego de escuchar el caso por teléfono no pudo evitar angustiarse, debía hacer algo por Bill o terminaría muriendo, ese era su pronóstico. 

El doctor Müller llamó a la familia de Bill luego de saber que no eran de ir a visitarlo y su equipo en el hospital le informó que el paciente Kaulitz empeoraba. 

—… eviten juzgarlo, eviten mencionar el tema del secuestro o de Tom, sólo pregúntenle qué desea para sentirse mejor…

—Pero doctor, él no quiere saber nada de nosotros, Bill ya es demasiado terco, es otra persona, ese hombre lo ha cambiado tanto… mi hijo ya casi no es mi hijo. —dijo Simone con voz temblorosa. 

—¿Usted desea que se suicide? Porque si no lo va visitar en estos momentos, Bill tomará esas medidas porque está muy depresivo y tiene los síntomas de un suicida. Vaya rápido. 

—¡Sí! —fue lo último que dijo Simone y luego miró a su marido con mucha angustia.

—Debemos ir por Bill —informó y Jörg frunció el ceño.

—Qué fácil para ti, ¿no es así? No pienso pisar ese hospital otra vez, no dicen que está ese monstruo también, ¡han de estar juntos! Ve tú si deseas, no cuentes conmigo para rogarle a Bill regresar a casa…

Simone se decepcionó de Jörg, pero no podía quedarse a discutir. Tomó su bolso y salió en su auto para el hospital.

Efectivamente, Bill parecía peor que antes. Había adelgazado considerablemente en una semana. Había sido trasladado a la sección de pacientes psiquiátricos y él ya sabía cómo era todo eso.

—¿Manorexia? —preguntó Simone con cara de asco al doctor Morgan.

—Es anorexia pero en hombres tiene ese nombre. Nos preocupa ese nuevo síntoma, necesita más el apoyo de ustedes, su familia y voy a enfatizar en eso, si ninguno es capaz de venir, Bill simplemente se irá, ¿entiende eso? —Era la segunda persona que se lo advertía.

—Claro que sí, déjeme verlo.

—Sí. Le recuerdo que él está… está a la defensiva. —Simone bajó la mirada entendiendo a qué se refería.

Hacía años, cuando apenas era un adolescente de diecisiete, sus padres lo habían internado luego de su intento de suicidio. Cuando Simone lo fue a visitar una semana después, Bill parecía un fantasma, irreconocible, sedado y quejoso de todo. Y al entrar otra vez a la similar habitación blanca, Simone sintió que revivía esas épocas angustiosas de ver como su único hijo se moría en vida. 

Bill yacía sentado en las sillas de visita, vestido de blanco, con un suero en un brazo. Estaba muy pálido y huesudo, le habían dicho a Simone que se negaba a probar comida así que lo alimentaban mediante suero.

—Bill… —susurró ella sentándose al frente suyo y extendiendo una mano temblorosa hacia la suya huesuda y pálida—. Hijito, cómo estás.

—¿Vienes a sacarme?

—No lo sé, no creo que me lo permitan… al menos no estás en un hospital de esos… ¿lo recuerdas? Este es temporal.

—No recuerdo nada… —dijo débil—. Detesto estos lugares, quiero irme…

—Sabes que te darán de alta cuando vean una mejoría, por ahora… por ahora quizá mejor quedarte. —Bill evitó contestarle—. No sé qué tengo que hacer para que te mejores, Bill, no sabes la falta que me haces, quisiera… —Simone se quebró—. Quisiera que fueras mi bebé otra vez y tenerte en mis brazos, protegerte y que nunca te pasara lo que te pasó, me siento tan culpable… debí enseñarte a defenderte, quizá debí evitar que salieras solo… —Bill alzó la vista y la miró inexpresivo, su madre lloraba en su delante y a él solo le provocó náuseas—. ¿Qué hice mal? —dijo con débil voz—. Dímelo ahora, necesito saber en qué me equivoqué para que ahora estés así. —Bill suspiró y miró hacia la enorme ventana.

—No lo sé —dijo débil—. Ustedes simplemente no estuvieron. 

—¿No estuvimos?

—Ustedes eran perfectos. 

—No entiendo, Bill. —Simone lo miraba sorprendida.

—Mi vida era… era vacía, no sé cómo explicarlo. —Bajó la cabeza—. Él llenó todo de golpe. Ustedes no son los culpables, ustedes simplemente no estuvieron como él estuvo. 

Simone nunca lo iba a entender, pero ese día estaba ahí con él no precisamente para entenderlo, quería ser su apoyo.

—Quiero que te mejores, Bill, no descansaré hasta recuperarte. —Bill la miró con pena, dentro de él estaba la fatal idea de que la muerte era la mejor solución y así fue como se dejó solo caer en la nada… el hambre se había ido de su cuerpo, muchos pensamientos le eran confusos ahora, sabía que la medicación invadía su sistema y pronto dejaría de ser él.

Tom no estaba, había desaparecido y esa ausencia lo sumió en una fuerte depresión. Su lucha sería larga.

Largos días en los que Simone se la pasaba en el hospital, largos días en donde ella rogaba un día más de permanencia en ese hospital para no ser trasladado a un manicomio.

—Le costará, señora, acá no puede quedarse, es un caso crónico.

—¡No me diga que es crónico! Mi hijo se recuperará… —Los médicos perdían las esperanzas, los ataques de Bill comenzaban a hacerse frecuentes y el hospital general no se abastecía para tratarlo, debían derivarlo a un hospital psiquiátrico hasta que un equipo del doctor Müller se hizo presente con la modificación de su tratamiento, una serie de pastillas y un riguroso control de su evolución.

Bill fue amarrado a una cama por una noche y a la siguiente comenzó a sentirse más relajado, cansado y con ganas de poner de su parte.

Las pastillas inhibían todo tipo de pensamiento destructivo, no podía concentrarse bien en ello ni maquinar en cómo matarse, así que volvió a bloquearse, como una máquina, a reconstruir nuevamente cada parte, a reprogramarse. Y Simone estuvo con él mientras todo duró otro mes de hospitalización.

Al final Simone vendió su auto para pagar los gastos del hospital y su nuevo tratamiento. Bill había perdido todos sus ahorros, su auto, su departamento, la confianza en la academia de música, sus amigos, casi toda su vida… La recuperación le pareció la más complicada de todas las anteriores. 

Simone perdió su matrimonio además, Bill perdió a su padre. Cansado de tanto estrés, el motivo de la separación fue Bill, Simone era la más preocupada y Jörg solo veía problema más problema… así que un día Simone le pidió el divorcio.

En el día en que a Bill le dieron de alta, había podido comer por su cuenta y lo que más deseaba era salir de ahí, era como sentirse preso, ya estaba harto de tantos lamentos, los antidepresivos habían hecho efecto, quería recuperar su vida y ese día cayó un sábado.

—¿Y papá? —preguntó cuando Simone lo trajo a casa en un taxi.

—Hijo, de eso debemos hablar.

—¿Qué pasó?

—Tu padre me dejó, pero no te preocupes, me sobrepondré. —Fingió una sonrisa y Bill dejó de verla. Miró hacia su casa, la acogedora casa de familia de clase media, cristiana y casi perfecta, ahora estaba dividida, su madre no tenía un trabajo, no tenía auto y ahora era separada.

Eso le dolió mucho… no solo se había dañado a sí mismo, había dañado a sus seres más queridos y era algo que le dolió después de casi creer que no sentía nada.

Al fin su corazón sentía.

Entró a la casa, se sentó en la sala, suspiró hondo y comenzó a llorar. Simone se asustó, pensó que era otra recaída, pero no era como ataques de ira o ansiedad, era solo llanto.

—Perdón… —musitó al ser consciente de todo el daño. Su pequeño perrito, ya viejo, Scotty comenzó a aullar sabiendo que su dueño lloraba.

—Mi Bill… —abrazó su madre—. Ya todo terminó, ¿verdad? Ya saliste, ya recuperaste tu vida… lo que quedó en el pasado, está ya olvidado.

—No creí que esto terminara así… no lo quise. —Miró a su mamá—. ¿Por qué lo hiciste?

—Porque soy tu mamá.

Los sentimientos de culpa de Simone eran tales, ella quería reivindicarse. Ya los psicólogos, los hermanos de la iglesia, los vecinos, todos, le habían echado la culpa de que su hijo corriera a los brazos de un secuestrador. ¿Cómo eso era posible? Solo podía ser porque tenía una mala madre.

Pero no era así… 

Bill había creado una fuerte dependencia para con Tom que no había sido superada, mas ahora, sentía que volvía a nacer, como un nuevo comienzo… así que lo que más intentaba en esta nueva etapa de su vida, era dejar de pensar en el pasado.

Había muchas cosas que arreglar en su presente, y una de esas grandes cosas era su familia.

Bill volvió a ser el niño mimado que antes era, con la enorme diferencia de que ahora tenía veinticuatro años.

Vendió las cosas que tenía en su anterior departamento, el cual se venció la renta, perdió sus animales que tenía junto a Tom, tanto el perro como el gato fueron adoptados por otras personas. 

Se mudó con su mamá y luego de un mes recibió la visita de Jared, uno de los profesores de la academia de música de donde él había salido.

Bill era mucho más alto, había recuperado peso y se había hecho crecer la barba en un intento de lucir más masculino que antes. Dejó de vestir ajustado, por el contrario, optó por vestir ropa deportiva.

—Vaya, qué sorpresa —dijo Bill cuando su madre le pasó la voz.

—Nadie me decía sobre ti lo que quería escuchar, así que vine por mi cuenta a ver cómo estás.

Hacía años el profesor se había intentado aprovechar de él, había sido su pareja cuando terminó con Tom, pero sabía que Bill nunca podría darle una oportunidad, pero de todas formas podía ver su potencial, sabía quién era Bill y lo mucho que podía dar en la vida, quería escuchar de sus labios la historia ya que era una especie de leyenda en la academia y a nivel de todos los músicos de la zona, todos hablaban de los dos horrendos secuestros, del monstruo del bosque y de todas las muchas violaciones a las que Bill había sido sometido.

Bill sabía todo lo que se hablaba de él, y por eso se alejó de todos, viviendo en casa de su mamá, saliendo de noche a trabajar temporalmente en un almacén, evitando socializar, cubriendo su cabeza con gorras y capuchas, tomando siempre sus antidepresivos y llamando por teléfono a su psiquiatra cada vez que se sentía mal.

Había superado casi todo, pero las secuelas aun persistían. 

Bill lo miró serio, su visita no le pareció nada grata.

—¿Viniste a conocer de mi boca la historia? —Jared se percató de su incomodidad.

—Bueno, no exactamente, vengo porque quiero saber qué planes tienes, tengo propuestas para ti y quiero ayudarte.

—No quiero regresar, sé todo lo que dicen de mí, no quiero estar dando explicaciones de mi vida. Olvídame. 

Simone escuchaba desde la cocina la conversación, se sintió muy dolida. Por más que veía mejoría en su hijo, sabía que lo que menos quería era recuperar su anterior vida de músico exitoso, quería alejarse de todos a como dé lugar, pero eso no estaba bien.

Simone salió con dos vasos de refresco y se permitió acercar a Bill. —Reconsidéralo, Bill —susurró con una pequeña sonrisa. Bill frunció el ceño. Simone se fue muy rápido y Bill miró a Jared.

—Tengo una propuesta para una obra —soltó Jared bebiendo luego el refresco—. Sé de tu talento y capacidad perfeccionista para levantar una obra musical, me han encargado realizar una de aquí a dos meses, tengo los músicos, tengo algunas obras pero me falta lo principal, no tengo la temática, no tengo suficientes obras, es demasiada responsabilidad, sinceramente no sé por dónde comenzar. Y estoy hablando de mucho dinero, Bill.

—Hum… ¿en verdad crees que podría? Hace meses no he tocado un violín, aun me siento vacío como para crear música, además estoy seguro que tendría que verle la cara a toda la promoción de músicos, detestaría que me preguntaran qué me ha pasado o si aún mantengo contacto con… con Tom —terminando de mencionarlo, comenzó a morderse una uña con insistencia.

—La obra no es acá, es en Bremen, serán otros estudiantes, otra gente… si quieres te presento con otro nombre, no hay problema en eso. —Algo brincó dentro de Bill—. Vamos Bill, sé que tú puedes, nadie más que tú tiene esa habilidad, yo solo soy un profesor de chelo, siempre he detestado la dirección o estar a cargo de grupos, tú siempre tenías a las masas cautivadas, eres bueno en eso.

—¿Sabes? Lo voy a pensar y te llamo, ¿te parece? —Jared asintió y sacó un cheque—. ¿Qué es eso?

—Esto es un pequeño adelanto, para que lo pienses, la productora está pagando hasta para eso. —Le guiñó un ojo y le dejó su tarjeta—. Estaría más que contento si aceptas trabajar conmigo.

Bill, serio y pensativo, sol asintió y lo acompañó hacia la puerta y al cerrarla, Simone salió de la cocina y lo miró emocionada. —Creo que alistaré tus maletas —dijo emocionada.

—¿Crees que aun pueda?

—Totalmente sí.

“Pero la música me recuerda a él…”, pensó triste, aun así miró a su mamá y asintió. Estaba harto de trabajar de almacenero por las noches, harto de no vestir trajes finos y elegantes como antes, cuando era un músico exitoso, harto de reprimir toda la música que tenía en su cabeza.

El músico había nacido otra vez y una semana después, tomaba un vuelo junto a Jared hacia Bremen, una bonita ciudad donde una casa musical los acogió.

*

Georg no era un buen tipo, era un delincuente regenerado, un huraño resentido social, por eso entendía a Tom y por ello terminó gustando de él, a pesar de que sabía que Tom amaba a Bill aunque no de la mejor manera. 

—Oye… —intervino Georg una mañana en la que despertó extrañamente a su lado. 

Le dolía la cabeza, había bebidas por todo lados y Tom dormía boca abajo en aquel colchón con las mantas por todos lados.

Ambos desnudos y Georg se sorprendió de ese hecho. —¡Oye, Tom! —reclamó severo, dándole puñetazos en la espalda y cuando se movió en la cama, un dolor extraño apareció en su parte trasera.

Sintió cómo la presión se le bajaba, se puso frío al ser consciente lo que había pasado.

Tom despertó por los golpes y se sentó en la cama hallándose desnudo, entonces abrió los ojos sorprendido y miró a Georg a su costado, bastante avergonzado y molesto.

—¡Qué me hiciste! —reclamó Georg y Tom dejó de verlo.

No quería, no supo cómo había podido luego de… de tantos medicamentos extraños, pero al dejarlos una semana se había dado cuenta que podía otra vez intimar, sin embargo, no había sido su intención hacerlo con Georg.

Georg se levantó airado, sabía que quien saldría perdiendo en todo ello sería él, porque era consciente que el corazón de Tom aun latía por Bill.

Y fue cuando por primera vez sintió desprecio por su ahora rival.

Jejeje, espero no les haya caído como un balde de agua fría el final, prometo que no es como parece, aunque sí XD ya veremos... ¿Comentarios? Aun falta más de esta triste historia. 

14 comentarios:

  1. Oh dios!!! Que es lo paso y ahora si espero que esta vez Tom y Bill no estén juntos, no pueden.

    ResponderEliminar
  2. OMG ... !!!! continua porfisss ..... quiero leer mas !!! gracias por actualizar !!!!

    ResponderEliminar
  3. OMG ... !!!! continua porfisss ..... quiero leer mas !!! gracias por actualizar !!!!

    ResponderEliminar
  4. OMG ... !!!! continua porfisss ..... quiero leer mas !!! gracias por actualizar !!!!

    ResponderEliminar
  5. sigo esta historia desde sus inicios y amo cómo se ha extendido y el rumbo que esta tomando, me encanta, muy buena
    (;

    ResponderEliminar
  6. Esto se pone buen, Bill parece que va a recueperar su antigua vida como musico y Tom se acosto con Georg, eso jamas lo imagine, y aunque no esten juntos, siguen enamorados, o lo que sea que sientan.

    Espero el proximo, saludos c:

    ResponderEliminar
  7. Por fin Bill se recupero gracias a la atención y los cuidados de su madre quien se sentia culpable de todo lo sucedido a su único hijo, el padre no debio abandonarlos ante la precaria situación de ambos -_- Y ahora se le presenta la oportunidad de recuperar su éxito y prestigio como músico con la propuesta de Jared, OJALA!!! Y lo acontecido entre los "compañeros de presidio" era de esperarse, tal vez... Disculpas por ller y comentar hasta ahora! Saluditos DamitaRosa :)

    ResponderEliminar
  8. :o :o ¡Tom!
    Torg *-* xD
    Pero... wah, me quedé sin palabras, me alegra el que Bill este mejor pero al parecer ahora Tom empeorará :c
    P.d: ¿Como no violarse a Georg si esta re guapo? #FIAenMonterrey, aun no lo supero :3

    Saludos, actualiza pronto.

    ResponderEliminar
  9. Me encanto este capitulo ^_^ esos dos tienen que estar juntos! no importa como >.< Pink perdon por no comentar muy seguido pero tu sabes que te apoyo en todo y soy fanatico de tus fics ;) No te desanimes en seguir escribiendo.=) Espero que te este llendo muy bien, saludos y un abrazo a la distancia.
    De tu fiel seguidor Nico XD.

    ResponderEliminar
  10. Bueno, no se que paso con mi comentario que no esta :'(

    Pero básicamente decía, que así como con el primer final que tuvo este fic estaba feliz de que Bill y Tom estuvieran juntos, con problemas como cualquier pareja, ahora ruego que ya no se vuelvan a juntar nunca más...

    Es terrible todo lo que le ha pasado a Bill y que Tom sea imcapaz de mejorar y Bill de dejarlo, es una terrible dependencia donde nada importa y eso solo se le puede llamar locura, y Bill no merece quedar así, ojala ambos no se encuentren de nuevo.

    ResponderEliminar
  11. Mentiraaaa si estaba!! jajaj es el primero pero no le puse que fui yo jajaja lo siento

    ResponderEliminar
  12. Pofin Bill se recuperó espero que ahora el pueda ser feliz ♥

    ResponderEliminar
  13. Wowsigue asiii fuiste al de lima o Argentina siiii te cuento q ver a los gemesss es genial y bill es un pan ... tiernito y bonitoo
    HaaHaaaa t ienes q continuar amiga x fis siii XD

    ResponderEliminar
  14. Hola a todos<3 omg, muchas gracias por comentar así!!! me animan mucho *-* esper les gute el siguiente capítulo.
    Fui al concerto en Perú Jheciel<3
    Nicoooooo bienvenido otra vez, te extrañaba.
    Veremos qué pasa con Tom... creo que su vida es un misterio para mí en este fic
    muah!!!! nos vemos en el siguiente capítulo.

    ResponderEliminar