Afortunado - Capítulo final.

Hola a todo *-* muchas gracias por sus bellos comentarios que me animan mucho! Y por sus regalos *o* en especial a Corina<3 por este bello banner para Afortunado, me encanta! sobretodo la sonrisa de Tom, es así en el fic. ¡Muchas gracias! Y a los siguieron el minific~ espero les guste este último capítulo, bastante corto y concreto, pero es el final :3

Una semana después, Bill ponía una demanda de alejamiento por acoso. Alex no le dejaba ir y le destrozó sus cosas, quemó su ropa gritándole que era él quien se las había comprado.

Llamé a mis padres y les expliqué la situación, habían desalojado a Bill de su departamento y no tenía a dónde ir, había venido a mi departamento a las tres de la mañana con un ojo morado y una mochila.

—… es un amigo —tuve que mentir—. Vivirá conmigo porque no tiene a dónde ir.

—Está bien, hijo —me dijo mi madre—. Hablaré con tu abuela para que lo sepa. —Mi abuela me pagaba parte del alquiler del departamento.

—Tengo miedo… —dijo Bill sentado en el sofá, tembloroso—. Él me va a matar, ya me lo ha dicho, no entiende, Tom.

—¿Y regresarás? No des tu brazo a torcer, Bill, alguien como él jamás te haría feliz, solo quiere manipularte y tenerte a su lado a la fuerza… —No era que no sintiera miedo cuando él me hablaba de todo lo que Alex sería capaz de hacerle o hacernos, pero estaba harto de las injusticias, Bill merecía rehacer su vida y estaba dispuesto a ayudarlo.

Esa noche Bill se dio una ducha y luego acomodó la poca ropa que tenía en un cajón de mi cómoda. Lo vi llorar de frustración. —¡Lo perdí todo, todo! —sabía que era de tener cosas refinadas, pero eran regalos de Alex. Quería entenderlo, pero lejos de hacerlo, lo tomé de los hombros y lo sacudí.

—¿De qué vale el oro, Bill si se es infeliz? ¡Piensa! ¿Quieres estar a su lado para que te siga regalando ropa, joyas y dinero a cambio de tu cuerpo y de tu vida? ¿Acaso no vales más que eso? —me miró tembloroso y luego me abrazó.

—Sí… —me susurró—. Tienes razón… perdón, perdón por ser tan idiota.

Esa noche no pudimos dormir ni hacer otra cosa más que mirarnos a los ojos recostados en la cama. Bill estaba asustado, nervioso y adolorido y yo me sentía asustado sí, pero muy feliz, demasiado feliz por tenerlo en mi cama.

—Te protegeré —le susurré en la madrugada, quería que pudiera dormir.

—Tengo miedo…

—Ya me lo has repetido miles de veces, no creas que no tengo miedo, pero también pienso que si nos ponemos firmes Alex se cansará y te dejará en paz, pero si retrocedes y sedes a su chantaje entonces él siempre lo usará para manipularte y nunca serás libre.

—Tom…

—¿Hum?

—¿Por qué haces todo esto? 

—Qué pregunta… —dije serio—. ¿Acaso no se nota que te amo? —Me sonrió y luego me besó. 

Creo que esa noche me sorprendí de mí mismo, antes no hubiera imaginado que sería capaz de confesarle mis sentimientos a alguien, pero ahí estaba, abrazando al chico que había amado en lo secreto durante mucho tiempo.

*

Las semanas siguientes sí fueron todo un problema.

Alex se apareció en mi departamento y luchamos en la puerta para no dejarlo pasar. Pude ver el pánico en los ojos de Bill y verlo correr cual ratón hacia algún rincón de la casa.

—¡Sal de ahí, pequeña rata, sal! —gritaba Alex.

—¡Retírate o llamo a la Policía! —grité haciendo fuerza y él se rió.

—Mocoso, marica, tú no podrás darle todo lo que yo le di, invertí mucho en él ¡y así me las paga! ¡Por éste me cambiaste, Bill, qué bajo has caído!

No pude seguir empujando la puerta y él terminó entrando.

Nunca había sido golpeado por una persona, no sabía que podía doler tanto al punto de casi desmayarme cuando caí al suelo. —¡Maricón, maricón! —era lo único que Alex podía gritarme mientras me seguía pateando. 

—¡Aló, emergencias, aló, auxilio, auxilio, nos quieren matar! —oí a Bill gritar desde mi habitación, había llamado a emergencias y Alex fue hacia allá, dejándome tirado en el suelo escupiendo sangre.

Tuve mucho miedo, más aun al pensar lo que le podría hacer a Bill, así que saqué fuerzas no sé de dónde y me levanté para tomar una silla con ambos brazos y lanzarla en la cabeza antes de que pudiera derribar la puerta de nuestra habitación.

Alex cayó al suelo desmayado y corrí a abrazar a Bill. La policía llegó quince minutos después cuando Alex estaba reaccionando, pusimos una denuncia de acoso y agresión, él también lo hizo pero la desventaja que tuvo es que fue atacado dentro de mi domicilio y yo hice en defensa propia. 

Esa semana fue muy estresante, tener que iniciar una mudanza de departamento ahora con las cosas de Bill teniendo que explicar a mi familia los motivos, aunque no siento específico, pero al decirles que era por mi seguridad ellos me apoyaron. 

Y así, poco a poco, el acoso de Alex terminó y el alivio llegó cuando nos enteramos de la triste noticia que se había ido preso varios meses por acosar y abusar esta vez a un menor de edad. Bill se sorprendió y asustó por haber estado con un hombre así, pero para mí era lógico, alguien que le gusta someter a los demás, manipular, se podría esperar lo peor.

Abracé a Bill cuando nos enteramos la noticia y él luego sonrió aliviado.

—Creo que al fin tendremos paz, al menos por un buen tiempo.

—Verás que sí, mejor evitemos pensar en ello, ya no tenemos que huir. —Me sonrió y luego me besó.

Amaba a Bill, aunque en la convivencia habían muchos desacuerdos, él era desordenado, aun más que yo, era flojo y derrochador. Discutíamos por eso, yo no tenía mucho dinero para gastar en tonterías y aunque era desordenado al menos trataba de que todo estuviera limpio, a él parecía no importarle ni eso. 

Otra cosa que me molestaba de Bill eran sus amigos, él tenía muchos y los más cercanos eran cerca de cinco, dos chicas y tres chicos que siempre estaban en mí departamento hablando tonterías hasta altas horas de la noche, comiendo y bebiendo lo que yo preparaba. No sabía hasta cuándo iba a soportar ello y Bill podía notarlo.

Una noche lo acompañé al baño, estaba mareado a pesar de mi insistencia en que no tomara, se había emborrachado y sus amigos también, estaban haciendo desorden en mi salita.

—¡Tom, trae más cerveza! —me decían y yo en el baño con Bill, sostenía parte de su cabellera para que vomitara sin problemas.

—Lo siento… —me susurró, se había dado cuenta.

—Ya no tengo que decirte, Bill, lo sabes, te estás pasando. —Asintió y se sentó en el baño.

—Perdón por todo, sé que me pasé, haré que se vayan. —Felizmente así fue, Bill salió del baño y despachó a todos sus amigos, además de eso y estar mareado, limpió la sala y lavó el servicio.

Lo esperé en la cama y como era de esperarse, se recostó y se abrazó a mí. —No sé cómo me soportas —me susurró.

—¿Será porque te amo? —dije con una sonrisa y él me sonrió.

—Gracias por amarme… —Y durmió abrazado a mí.

A la mañana siguiente Bill se quejaba y quejaba del dolor intenso en la cabeza.

—¡Mierda, me da vuelta todo! —lloriqueaba mientras yo le pasaba una pastilla para la resaca. 

—Sabiendo que es así, no sé por qué tomas. —Me miró avergonzado.

—Perdón… —acaricié su cabeza y luego se tomó la pastilla—. Tom…

—Dime. 

—¿Eres feliz conmigo? Siento que… que te doy problemas, quizá un día tu paciencia acabe —bajó la cabeza preocupado.

—Nadie es perfecto, Bill, te mentiría si es que te dijera que creí que las cosas contigo serían perfectas, nunca tuve una relación antes, así que no tengo con qué compararlo, pero a pesar de todo, me siento feliz a tu lado y no pienso alejarme de ti.

—No sé qué decir más que gracias, no pude ser más afortunado… 

Pero el afortunado era yo, y a pesar de las peleas, discusiones y problemas, quería seguir a su lado, porque sencillamente lo amaba.

FIN. 

Y eso fue todo XD no creo que vaya un "y fueron felices por siempre..." xd pero al menos se tienen que es lo más importante~ Gracias por leer *-* espero les haya gustado, no olviden comentar~