Póster - 71

Hola a todos *-* lamento no subir tan seguido como antes, pero al fin, este fic se va acercando a su fin. Estoy viajando de regreso al trabajo y demoraré, pero la buena noticia es que tendré pronto internet. ¡Los quiero y extraño muuucho! *-*

La gira había terminado, Bill estaba exhausto pues casi había un concierto inter diario, era una vida de viajes por países y sus ciudades, entrevistas, salidas en programas de televisión y muchas otras cosas más como campañas publicitarias.

Terminaba cansado y en lo único que pensaba era en ese tiempo que pasó con Tom en la isla, qué lejano se le hacía todo, como si fuese un sueño… un hermoso sueño pese al estrés que vivió en las Maldivas, pero ¿qué otra persona se hubiera enamorado así de él? Antes no era consciente de eso pues creía que Georg le amaba cosa que no era así, solo era interés a su dinero o a su físico, no entera a su persona porque él era especial en el sentido de poseer un carácter poco manejable.

—Bill, estás nominado en los Comet —le avisó David Jost en una reunión de trabajo, era de esperarse que sería nominado—. Creo que arrasarás con todo pues estás nominado en varias categorías, debemos de ponernos de acuerdo en muchas cosas.

Más trabajo para el cantante, nuevas exigencias, nuevas metas altas; todo eso intentaba llenar ese vacío extraño en su corazón de sentirse solo aunque estuviera rodeado de gente casi a todas horas, gente a su entera disposición y que dependían de él, pero no pasaba nada, seguía sintiéndose como siempre, vacío.

Entró a su habitación seguido de Dave, necesitaba hablar al menos con un empleado de confianza.

—¿Está usted mejor? —le preguntó parado cerca de la puerta.

—No lo sé —le contestó algo molesto y prefirió desnudarse para ponerse un pijama, Dave se dio la vuelta—. Estoy pensando dejarlo atrás, ya sabes…

—Hace bien, no gana nada martirizándose por algo que no se podrá.

—Pero, ¿sabes? Me siento solo, ese es el problema. —Dave le encaró.

—Usted necesita comenzar de nuevo, después de lo de Georg lo he notado diferente, sáquele lo positivo que pasó con Tom, usted ha mejorado como persona en muchos sentidos, pero ahora debe seguir, continuar con la vida.

—¿Te gusto, Dave? —preguntó con una risita recostándose en la cama aún mirándole a los ojos, Dave retrocedió un poco con las mejillas sonrojadas, él era un hombre de casi cuarenta años aunque lucía joven.

—Joven, estoy casado, ¿lo olvidó? —otra vez la risa de Bill se escuchó en la habitación y le lanzó una almohada.

—Deja de ser tan serio… vamos, dime, ¿podrás querer a alguien más que no sea tu mujer?

—Siento que no, porque la amo. —Bill se puso serio y se recostó de costado abrazando otra almohada.

—Tú sabes Dave, sabes qué es el amor, ese es el problema conmigo, ahora que siento esto no sé cómo sacarlo de mí, quiero pero no puedo, como usted no puede dejar de amar a su esposa.

—Mi esposa me ama y yo la amo, supongo que eso refuerza nuestra unión, en el caso suyo me temo, pero…

—Lo sé, solo yo le amo, él ya no…

—Exacto. Mejor tener la verdad clara que hacerse ilusiones… —Bill se quedó mirando a un punto fijo y luego recordó algo saltando en la cama de la sorpresa.

—Pero él me amó… me lo dijo y el hechizo desapareció gracias a él, a su amor, era real, no eran solo palabras, él me amó, quizá no sea tarde… —Dave suspiró resignado, su joven jefe estaba ilusionado y eso podría debilitarlo en su carrera musical.

—No se martirice, céntrese en las cosas más importantes…

—¿Para ti yo soy más importante que su mujer?

—Pues no.

—Eso mismo siento ahora, Dave. Siento que hay algo más importante que todo esto de la música y la fama… —Dave sonrió un poco y es que muy pocas veces lo había escuchado hablar así, Bill era tan calculador y frío que su asistente tenía que fingir simpatía muchas veces pero ahora estaba contento con Bill y su forma de ver la vida y es que quizá el amor lo había cambiado.

—Usted necesita hablar con ese joven otra vez y decirle lo que siente. —Bill se recostó boca abajo pataleando como solo él solía hacer.

—No podré, no podré… —golpeaba su almohada y le quitó el relleno de plumas— ¡No podré! —gritó resignado.

***

—Al parecer sabes mucho de Bill, pensé que eras de esos antis —le decía Molly, ahora los dos tenían más confianza. A Tom le aburría hablar con su tía, prefería hablar con su prima, de todas maneras se sentía identificado con ella con respecto a su fanatismo.

—Bueno, sé algunas cosas, nada importantes…

—De niño sufrió tanto —dijo ella con pena, sacando su álbum de fotos, Tom suspiró nostálgico recordando que sí, efectivamente de niño había sufrido—. Su madre tuvo que cargar con él sola y darle su apellido Kaulitz.

—Ese es el de su padre.

—No tonto, ella es Kaulitz, su padre es Trümper pero no lo quiso firmar por malo, su madre siempre quiso que sea una estrella…

—Su madre tampoco deseaba eso, ahora Bill controla a sus padres, los tiene comiendo de su mano y les dice qué decir y qué no a la prensa.

—Mentira, eres repugnante Tom, su padre es un camionero que poco le importa Bill…

—¡Bill paga a su padre para que se mantenga lejos!

—¡Carajo, Tom! ¿Crees saber más que yo? ¿De dónde sacas todo eso? Yo investigué su vida, sé todo de él —Tom rió estrepitosamente.

—Molly, ¿qué pasaría si te dijera que no es lo que tú piensas? Por ejemplo, si te dijera que tiene una relación con Georg. —Molly rió tirándole el álbum encima.

—¡Eres de esos que creen en el Biorg! ¡Por dios, tengo un primo pervertido! ¿En serio crees en esa mierda? Bill es tierno de por sí, se pega a él en las fotos, eso no indica que tenga una relación con su guitarrista, es hetero… —Tom rió tanto que terminó recostándose en la cama tocándose el vientre—. ¡Tom!

—Es que… es gay, en serio lo es, creo que nunca ha hablado de mujeres… Molly, ¿qué pasaría si fuese gay? —Ella frunció el ceño.

—No lo es.

—¿Pero y si lo fuese?

—Igual lo amaría…

—Y si su vida fuese una farsa, es decir, eso de encontrar el amor verdadero y de ser virgen —rió estrepitosamente y luego se puso serio—. Eso de sus padres, su apellido que no es de Simone, que en realidad no es tierno, o bueno, un lado de él lo es pero predomina el histérico manipulador y todo eso, ¿dejarías de quererlo? —Molly estaba seria, demasiadas ofensas para su estrella favorita.

—Creo que igual lo amaría, es decir, le perdonaría de todo, si es gay, si llega a ser un travesti cantante, si se rapara el pelo si… si, no sé, si fuma droga o cosas así, le perdonaría, lo único que no le perdonaría es que dejara de cantar y se desapareciera a una isla lejos de todos —dramatizó haciendo la que lloraba sentada en la cama—. Pero eso no pasará —sonrió—. Bill es quien conozco y por eso soy su fan.

Tom se puso a pensar… Bill no tenía que temer mucho el dar a conocer quién es realmente, pero sabía que jamás de los jamases él haría algo así…

—Hipócrita de mierda —musitó para sí y Molly le pegó en el vientre causando que se asfixie, esa niña tenía fuerza.

Tom permaneció solo tres días más y luego regreso a casa, las pequeñas vacaciones le habían servido para despejarse un poco, tener las cosas en claro. Regresaría para trabajar en la misma fábrica de muebles lo suficiente como para pagarse la universidad, no era posible tener diecinueve años y aún no haber empezado, la cuenta de dinero de Bill prefirió cerrarla así no tener acceso a su dinero, no quería saber nada del cantante.

Nuevo comienzo, nuevos aires. Ya no trabajaría tiempo completo, su mamá le ayudaría a pagar el departamento, así que tendría más tiempo para él mismo, lo necesitaba. Lo primero que hizo al llegar a casa fue limpiar todo del polvo y abrir las ventanas, no más oscuridad. Tomó el póster vacío de detrás de la puerta y lo hizo pedazos con el pesar en su corazón, no más de ese pedazo de papel ahora inservible que no le llevaría a nada bueno, compró cuadro de autos y de deportistas.

Caminando por las calles, llevando uno de los cuadros, pasó por una tienda de mascotas, sería lo ideal tener compañía, no más tiempo solo, así que con sus últimos ahorros compró un perro labrador color negro, aún era cachorro, muy cariñoso ni bien se lo dieron comenzó a lamerle toda la cara, eso le hizo sonreír, sería una buena compañía.

Hizo todas las modificaciones en casa, compró incluso algunas plantas reales para realzar la vida ahí.

—Durkas, ni se te ocurra mearte en las plantas —le amenazó con el dedo índice, el perro le movía la cola.

Esa noche, después de todo, llamó a sus amigos Andreas y Jared para pasar un tiempo en casa, no quería salir pues casi todo el día se lo había pasado de compras y modificaciones. Necesitaba un tiempo de esparcimiento y prefirió hacerlo en casa.

Un par de cervezas, cigarros, comida rápida, música de hombres y juegos de póker no faltaron esa noche. Los chistes y bromas de mal gusto, había extrañado sentirse así pues en casa de su tía no era tan divertido compartir con Molly, una niña prácticamente.

—Oye Tom, ¿no te aburre estar solo? —preguntó Andreas mientras tomaban unas cervezas y ahora veían algo de televisión—. Es sospechoso, amigo.

—Sí —presionó Jared—. Es raro, recuerdo en el colegio eras de tener alguna chica, ahora nada, ¿qué pasa contigo? —Tom se rascó la nuca, temas de parejas eran los que menos quería tocar, no deseaba hablar sobre eso.

—Bueno… hay alguien sí, pero es imposible, eso es todo lo que tengo que decir al respecto.

Sus amigos rieron mas él no contó nada sobre Bill, sabía que no lo entenderían, ¿para qué dar explicaciones?

Jared cambió los canales de la televisión encontrando uno nacional sobre espectáculos en donde estaba pasando los Comet, una premiación musical a los mejores artistas y a sus presentaciones.

—¡Déjalo, déjalo ahí! —pidió Andreas, Tom se sobresaltó en el mueble con una cierta incomodidad.

—Eso es pura tontería —dijo él y Andreas le fulminó con la mirada.

—No seas agua fiesta, Tom.

En la televisión aparecieron las nominaciones a los mejores artistas masculinos y su vientre dolió al ver a Bill entre los nominados.

—Si ese marica gana a Bushido juro salir desnudo a la calle —ofreció Andreas.

—Tranquilo, ése no es hombre —dijo Jared y Tom se mordió el labio comenzando a ponerse nervioso.

“Y el ganador es… Bill Kaulitz”

—¡Qué! —gritaron los dos amigos, Andreas comenzó a jalarse de los cabellos rubios, lanzando maldiciones a todos lados.

Tom apretó sus puños cuando la cámara logró posarse sobre Bill, vestido de negro, con el cabello liso como pocas veces lo había visto, con ese maquillaje especial, tan sexy, tan él; gritaba emocionado abrazando a los de su equipo, lucía feliz, se podía ver a leguas que se había recuperado y vuelto a ser lo que él era, una perfecta diva.

“Quiero agradecer a todos mis fans, sin ellos no sería lo que soy… gracias por el apoyo, los amo a todos”. Fueron sus palabras.

—Andreas, cumple tu palabra —le dijo Tom como para dejar de pensar en Bill.

Tomó el control y apagó la televisión, no quería seguir viendo eso, además, por lo que decía una de las conductoras, ése era su quinto premio de la noche, Bill había arrasado con los Comet esa noche.

***

La After party del evento era en una de las mejores discotecas de la zona, custodiada por un equipo de seguridad entre ellos la seguridad de cada artista que ahí se encontraba, Bill fue arrastrado por todo su equipo a celebrar su victoria.

Cinco premios, muchas reacciones de todo tipo, envidias, felicitaciones, de todo y era beneficioso para él.

Estaba en la cima de su carrera musical, su sueño hecho realidad.

—Bill, eres lo máximo —le dijo Georg pasándole un trago—. De aquí en adelante no pararemos, hasta alcanzar las estrellas, nacimos para esto. —Eran palabras que antes las hubiera tomado como ciertas y hasta le hubiera besado por eso—. Mi Diva, ¿bailamos? Aquí no hay prensa.

—No gracias, es decir, no deseo bailar. —Ellos dos se habían amistado pues compartían mucho tiempo junto mas ya no eran pareja, Bill hace tanto dejó de quererlo y era visible que a Georg solo le interesaba su fama y belleza más nada.

Vio a Georg mirar unas modelos que estaban por ahí, dejó su trago en la barra y caminó cual galán, Bill puso los ojos en blanco, Georg le dejaba y solo rondaba Bushido por esa sala donde bebía, temía que se le acercara. Su equipo le había dicho que sería muy tonto hacerle algún desplante en público pues Bushido era uno de los artistas más influyentes de Alemania, Bill debía fingir, estaba seguro que el rapero se le acercaría y buscaría ocupar las noticias con algún rumor sobre ellos así que se mientras lo veía acercarse decidió escapar.

—¡Bill! —le llamó David Jost quien lo vio casi correr por entre la gente.

—¡Me voy! —fue lo único que dijo para luego adentrarse por un pasillo por donde salían el personal de servicio.

La gente lo miraba con desconcierto y Bill le robó la gorra a uno de los de servicio para cubrirse un poco.

—Disculpe joven, oh… oh… Bill Kaulitz —le interrumpió el pase una señorita del servicio.

—Quiero salir por alguna puerta, ¿puedo? Es urgente.

—Bu-bueno, sí, venga…

Le guió por el pasillo a una puerta que daba hacia la salida trasera custodiada por algunos guardias los cuales le reconocieron y permitieron su salida.

Bill en realidad no escapaba de Bushido, sabía que ese hombre no le seguiría. Escapaba de su vida, de todo lo que ahí había, ¿de qué servía estar en la cúspide si tenía el corazón roto?

Corrió por la calle llena de luces y gente, y solo fue cuando un grupo de mujeres gritaron y algunas le tomaron del brazo en que se dio cuenta de la locura que estaba haciendo. Todos sabían quién era Bill Kaulitz, la fama sería su enemiga en ese momento.

—¡Taxi! —gritó casi corriendo entre jaloneos, la gente comenzaba a aglomerarse y se metió a un taxi.

—¿Usted? —hasta el taxista lo reconoció.

—Prometo pagarle muy bien si me saca de aquí.

—¿A dónde le llevo?

—A… —cerró sus ojos, no recordaba esa dirección—. Sólo siga de frente, le indicaré.

El viaje hacia la casa de Tom dudaría cerca de una hora… Bill sabía que quizá no lo encontraría pues lo último que sabía era que había viajado a Italia, pero no le importaba, quería si quiera tocar la puerta de su casa, alguna cosa… lo deseaba tanto.

¿Leegará? XD
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