Una esperanza - 22

Hola a todos *-* lamento tardar tanto, no es que no tenga capítulo, es más mi tiempo u_u no me alcanza, pero bueno, ya al fin subo otro capítulo más. Espero les guste *-*

Louis se aisló de todos por un momento. Comenzó a recriminarse mentalmente por todo lo que estaba diciendo y haciendo. Era como si nada tuviese sentido luego de sentir que ni familia tenía y además de que había perdido a Harry. Sabía que no podía acercarse a él sin sentir las enormes ganas de partirle la cara.

Sus amigos Liam y Niall habían sido intervenidos y ahora los auxiliares lo buscaban a él porque Liam había dicho que era Louis quien solía golpear a Harry.

Lejos de todos, en el patio de la enorme escuela, Louis trataba de pasar desapercibido de todos, pero por alguna extraña razón, no podía evitar pensar en Harry, en sus ojos, sus besos y todo lo que había pasado y en lo mucho que lo necesitaba en esos momentos, contradictorio a sus deseos de desquitarse con él.

*

Harry pasó toda la mañana en cama, su mamá se ausentó luego de dejar la comida lista y cuando Harry bajó a verla, ella ya se había ido dejando en el aire el rastro de su perfume más caro. Suspiró resignado, su mamá era una adolescente enamorada.

El teléfono sonó y fue a contestar. Era su padre, Des Styles, con quien tenía una comunicación esporádica.

—Papá… qué sorpresa.

—Hola, ¿no se supone que debes estar en la escuela? ¿Qué pasó? 

—Oh… —No sabía cómo explicarle—. Ah, es que me enfermé, eso es todo.

—Y tu madre te está cuidando.

—Hum, no.

—Ya veo, de seguro no está…

—Nop. ¿Querías hablar con ella?

—Sí, quería decirle que… bueno, cosas personales.

—¿Qué está pasando?

—Hijo, son cosas de mayores.

—Por Dios, papá, tengo casi diecisiete, ya no soy un niño. —Hubo un silencio en la línea que le preocupó.

—No sé si sabes que tu madre está saliendo con alguien.

—Lo sé, se le nota, no te preocupes, por mí está bien que rehaga su vida así como tú lo hiciste, ¿no te parece justo, papá? —Hubo otro silencio y un suspiro prolongado en la línea—. ¿Papá?

—Sí, sí. Mejor llamo en otro momento.

—No, espera, ¿qué tenías que decirle?

—Es personal.

—Pues no me parece que debas controlar su vida, ustedes ya tiene años de…

—Tu mamá sale con alguien casado, ¿comprendes? Se meterá en un lío. —Harry enmudeció y frunció el ceño—. Me preocupa porque siento que puede afectarte, es decir… sé que está saliendo mucho, ella puede tener las parejas que quiera, pero en este caso, ella está haciendo mal.

—Hablaré con ella.

—Hum, quería hacerlo yo.

—No creo que debas hacerlo, pienso que ella lo tomará mal.

Harry tuvo que colgar luego de eso y se quedó frío, pensativo; no sabía en qué andaba su mamá y le preocupó. Pero al menos había otra cosa más en qué preocuparse que solo en Louis y su seudo cariño. 

Al llegar la tarde, Harry no podía controlar la ansiedad. Parecía como si su cuerpo se hubiera aliado con sus pensamientos y hasta temblaba de tanta ansiedad. Sentía que debía salir o ni podría dormir. Casi ni había comido, la especie de fiebre había pasado y solo quedaba un malestar general, un dolor de cabeza y hasta de espalda. Aun así no dudo en tomar las llaves y su chaqueta e ir a caminar. 

Hacía un poco de frío y caminó por varios minutos, solo pensando en los problemas que tenía. Tomó el tren para sentarse y viajar sin rumbo por algún tiempo hasta que las luces de la ciudad se encendieron y el tren paró en un paradero conocido.

La gente comenzó a bajar, todos de buen humor, sonriendo, todos con la idea de llegar a casa, abrazar a sus familias y él se sintió un poco perdido. 

Se levantó del asiento y se dejó envolver por toda esa gente rumbo a la puerta del tren. A su alrededor la gente reía, murmuraba en el celular un “ya pronto estoy allá”, “sí, te quiero mucho, estoy llevando la cena…” y cosas parecidas. 

Bajó y caminó por un sendero conocido, era el barrio de Louis y se lamentó por estar ahí, se supone que no debía hacer lo que estaba haciendo, pero ahí estaba.

Comenzó a arrastrar el paso, caminando hacia la casa de Louis, quizá solo podría calmar su ansiedad si lo veía, quizá solo así y regresar a casa para pensar. Pero al momento de llegar a su casa descuidada, la halló apagada, como si no hubiese nadie dentro.

Resignado, dio media vuelta y continuó caminando. El barrio de Louis no era nada agradable, mucha gente, poca luz, muchas tiendas de comida y así caminó varias cuadras hasta que se hizo noche. 

Sonrió al sentir un poco de alivio, una caminata sin rumbo le ayudó mucho a despejar su mente. Debía afrontar toda la situación, tanto lo de la escuela, como lo de Louis y lo de su mamá.

—Ya no soy un niño, es tiempo de aprender a manejar todo esto. —Suspiró aliviado y luego sintió su vientre doler de hambre. Miró a su alrededor y vio una tienda de comida donde decía que vendían ofertas especiales. Sonrió ante eso, no había sacado mucho dinero y pensó en que sería bueno cenar algo y de paso llevar algo para su mamá. 

Al entrar, se dio con la sorpresa de ver a la chica de cabello castaño, Eleanor, atendiendo en la caja y lo reconoció, alzó la mano incluso para llamarlo.

—¡Hola! —dijo ella emocionada y un poco sonrojada.

—Hola… —dijo él un poco agitado y con una sonrisa.

—Vaya, qué sorpresa.

—Sí, no sabía que trabajabas aquí, solo pasaba y tuve hambre. 

—Siéntate y pide lo que quieras, cortesía de la casa. ¡Louis! —gritó hacia atrás y el vientre de Harry se contrajo—, ¡Ven, mira quien vino a visitarnos!

—Oh, no, no —Harry no quería que lo llamara, él no sabía que ahí laboraba Louis, sabía que él no deseaba verlo, lo podía intuir, además no quería que pensara mal.

De tantos lugares done vendían comida, no pensó terminar justo ahí, parecía como si el destino osara en arruinarle la vida… o quizá no.

Louis no entendió lo que Eleanor le había dicho, así que se acercó con escoba en mano y traje de limpieza, le tocaba ese día el turno de la cocina, limpiar y lavar platos, pero al ver a Harry sintió todo un remolino de sentimientos.

No quiso acercarse, solo lo vio y luego vio a Eleanor, sonriendo y llamándolo con la mano.

—Debo trabajar —dijo Louis, volviendo a adentrarse.

Harry lo vio un segundo y sintió que algo andaba mal.

—Qué extraño, él está raro últimamente, es decir, está obsesionado con el trabajo, pero su turno está por acabar y podrás hablar con él. —Ella le guiñó en ojo y él bajó la cabeza, algo avergonzado. 

—Eleanor, no quiero incomodar, solo vine por algo de comer. 

Y así fue, se sentó en las mesitas, pidió una hamburguesa y una bebida. Estaba tan nervioso que casi ni pudo terminar lo que pidió y también pidió una orden para llevar. 

El mesero de turno, le dio lo que había pedido y volvió a acercarse a la caja para pagar.

—No, te lo invito —dijo Eleanor con una sonrisa.

—No, descuida, puedo pagarlo.

—Pero yo quiero invitarte para que así vuelvas otra vez —sonrió algo avergonzada, bajando la mirada. 

—Está bien —dijo él—. Nos vemos pronto entonces…

—Sí. —Ella extendió su mano y le pasó un papelito con su número. Harry sonrió para luego darle la espalda e irse.

Salió y se detuvo al lado de la tienda, suspirando, apoyado en la pared, estaba agitado y se sentía un poco patético por haber terminado en esa tienda, cerca de Louis.

Al momento en que cerró los ojos, escuchó una conversación, como una discusión en la tienda.

—… ya se fue, tú no quisiste salir.

—¡Cómo que se fue! —Era Louis que discutía con Eleanor.

—¡Creí que no querías verlo, te llamé para que salieras!

—¡Tenía trabajo! 

Harry se puso más nervioso y decidió mejor irse, fue cuando lo escuchó salir de la tienda y ambos se miraron a los ojos.

—Harry… —lo miró con cólera y Harry tragó saliva.

—Yo… yo no quise venir, es decir, no sabía que trabajabas aquí, ¿comprendes? No ando buscándote, solo quise comer algo antes de irme… —Louis se le acercó y observó su rostro.

Louis lucía serio, molesto, estresado, con los ojos un poco rojos, pero aun así extendió una mano hacia la mejilla de Harry y se la acarició. —¿Estás bien? —preguntó asombrando a Harry quien enrojeció rápido por el tacto.

—Yo… Hum… —tartamudeó de manera vergonzosa—. No me toques —pidió bajando la cabeza.

—No fuiste a la escuela.

—¿Te preocupa? —Alzó la vista y Louis asintió.

—A la vez hay algo que debo decirte. Es algo muy grave. 

—Te espero entonces… ¿Quieres que te espere? —preguntó dudando.

—Sí. —Harry pestañeó seguido y asintió.

—Te espero entonces.

—No tardaré, no te vayas.

—No me iré, aquí te espero.

—De acuerdo.

Harry se quedó esperando con el corazón bombeándole rápido, odiaba mucho no tener el control de sus emociones.

Louis entró con los puños apretados, evitando mirar a todos en el trabajo, por un lado quería estrangular a Harry y por otro… por otro quería solo abrazarlo y besarlo.

¿Le dirá Louis todo lo que le aqueja? Veremos >:D recuerden que estamos llegando al desenlace... muchas cosas pueden pasar. ¿Comentarios? Siempre son bienvenidos!! Gracias por leer.