Inalcanzable - 19

Hola a todos, no me olvidé de este fic, espero les guste~ se viene el lemon XDDDD ok, basta. Gracias a cada uno por comentar y aun leer este complicado fic que ya va en su recta final.

No había tiempo y eso los desesperaba. Aún continuaban besándose sobre la cama, ambos frente a frente, con las manos entrelazadas y las piernas que se movían ansiosas, rozándose. 

Sus respiraciones estaban tan agitadas que eran sonoras en toda la habitación, la ansiedad reinaba entre los dos y sus pensamientos estaban conectados en ese momento, ¿quién debía dar el siguiente paso? Parecía que los dos tenían cierto temor y solo continuaban besándose. Una lengua traviesa entró en la cavidad de Bill, era mucho más agradable cuando pasaba eso y Bill solo de dejó hacer, cayendo hacia atrás para dejar avanzar a Tom sobre él, el cual, con mucho cuidado, posó ambos brazos a los lados de su cabeza y sus rodillas chocaron con las de Bill, quien abrió las piernas. 

Ese contacto se hizo abrumador en el sentido de que ambos sabían muy bien lo que significaba, esa cercanía… 

—¿Estás seguro? —preguntó Tom con la voz entrecortada de la excitación, separándose de Bill para verlo a los ojos. Pestañeó ante su rostro rojo y sudado, Bill lucía hermoso así. 

—Sí… —susurró y vio cómo Tom tragaba saliva sonoramente y suspiraba tratando de tomar valor—. Si tú quieres… solo si tú… 

—Quiero, quiero. —Y volvió a besarlo. 

Su mente era un enredo de situaciones que lo ponían ansioso, ¿cómo lo haría sin dañarlo? Quería que todo saliera perfecto, no quería pensar en el mañana, solo quería complacer a Bill, hacerlo sentir muy bien. 

El pequeño Bill se desesperaba por los besos y por sentirse muy apretado en la entrepierna, estaba excitado y deseaba moverse. Solo podía pensar en Tom, en que lo tenía en ese momento y quizá no lo tendría mañana… eso lo asustaba y ponía más ansioso. 

Llevó sus manos temblorosas hacia su polera gris y se la alzó. Tom se separó para mirar eso, la piel de Bill dándose paso poco a poco. Sintió que la garganta se le secó, ¿cómo podía desear a alguien con tanta fuerza? ¿Cómo era eso posible? El poco control que sentía se fue. Su cuerpo tembló con tanta necesidad del otro que sus movimientos fueron rápido, haciendo gemir a Bill en el proceso en que Tom tomó el control y comenzó a quitar prenda por prenda a su Bill. 

Su piel lo hipnotizaba, no dejaba de ver cada porción que podía. Su vientre se le hizo excitante, su pecho, su largo y delgado cuello y cuando llegó a sus caderas su pene dio un respingón terminando de quedar erecto dentro de sus prendas. 

Las manos de Tom no pudieron desabrochar el extraño jean que Bill tenía, así que éste lo hizo, llevando hacia abajo con todo y su ropa interior. 

Bill gimió cuando Tom fue el que terminó de quitarle todo y se miraron a los ojos por un momento. Ambos tenían las bocas abiertas, respirando por ahí. Bill llevó ambas manos para cubrir su excitada masculinidad y Tom se quedó quieto por un momento ante lo que veía: Bill desnudo sobre la cama, esperando por él, entregándose a él. 

—Bill… —susurró admirándolo, y Bill vio cómo Tom bajaba la vista, repasando su cuerpo. Algo sintió, era la excitación recorriéndole el cuerpo, la gratificación de saber que a Tom le gustaba lo que veía. No sabía cómo, pero sentía la recompensa en la forma de mirar del otro. 

No supo cómo ni de dónde sacó el valor, el atrevimiento de abrir sus piernas y ponerlas a ambos lados de Tom, flexionando la rodilla, aun cubriendo su miembro, apretó con ellas a Tom y lo atrajo a él quien tomó las dos largas piernas de Bill, acariciándolas y sintiéndose tan afortunado por esa invitación. 

Le sonrió a Bill y comenzó a quitarse la ropa ante su mirada oscura. la camiseta, la otra que tenía debajo de esta y vio cómo Bill abría la boca complacido con lo que veía y luego fue el pantalón y lo último que quedaba… Y a diferencia de Bill, Tom no ocultó su erecto pene de sus ojos traviesos, se lo mostró casi con un orgullo nunca antes sentido. Bill jadeó ante esa imagen, nunca antes había visto algo así tan cerca de su cuerpo y se llenó de temor, ¿cómo haría Tom para entrar en él? Tragó saliva de solo pensar en eso, en el proceso y se agitó. 

—¿Estás bien? —preguntó Tom, llevando una mano hacia las de Bill en su entrepierna. 

—Yo… yo… —pestañeó seguido, preso del temor, de la ansiedad, de una mezcla de tantas cosas—. Yo solo quiero que esto salga bien y… y… —cerró los ojos porque estaba demasiado nervioso, Tom lo podía entender, él también se sentía demasiado ansioso. 

—Lo será, ¿confías en mí? —Quiso darle seguridad, sentía que así debía ser aunque él no se sentía nada seguro, quería que para Bill sea una de las mejores experiencias de su vida y se encargaría de eso sea como sea. 

Bill abrió la boca botando aire, sintiendo las caricias de las manos de Tom sobre las suyas aun cubriendo su miembro ya erecto. Asintió queriendo confiar. —Será perfecto —dijo Tom con una sonrisa. 

—Yo solo quiero que te guste —dijo Bill sabiendo que quizá le dolería mucho más a él y que debía soportar porque quería agradar a Tom, que él lo disfrute y que acabe dentro, muy dentro. 

Tom sonrió y besó sus labios. —Me va a encantar, tenlo por seguro —susurró. 

Bill jadeaba de tantos nervios y solo optó por recostarse en la cama y dejarse besar por Tom, los dos con los ojos muy cerrados se besaban y acariciaban. Las sensaciones placenteras subían cada vez más y la necesidad de sentirse era ya casi palpable. 

La cama comenzó a sonar por las embestidas que daba Tom al friccionarse contra el otro cuerpo haciéndolo todo muy placentero. Bill gimió y se desesperó cuando sintió los dedos de Tom buscando su entrada, sintió mucho nerviosismo y se removió queriendo cerrar sus piernas, pero Tom no se lo permitió. —Debo hacerlo —susurró, nervioso. Bill llevó sus manos a su rostro, se había avergonzado con solo la idea. 

—Creo que… que será difícil, ¿sabes? No entrará… oh, Dios, esto es horrible. —Tom se detuvo suspirando. Su erección dolía un poco, estaba ansioso, más de lo normal por penetrarlo y sentirlo más cerca. Pero sabía que debía esperar a Bill. 

—Se podrá, confía en mí… ¿lo quieres? ¿Quieres esto? —preguntó comprensivo y Bill abrió los dedos de sus manos para mostrar uno de sus ojos y mirar a Tom. 

—Sí —musitó y sintió cómo Tom volvía a bajar su mano para tocar más debajo de su miembro. Bill cerró los ojos fuerte ya que era lo más incómodo, ardía en cierta forma cuando Tom quería entrar—. Ahh… Tom, no, no sé. —dijo derrotado, rechazando la intromisión. Tom quitó sus dedos y besó la frente de Bill, jamás lo obligaría. 

Bill se quedó quieto por un momento, esto no saldría nada bien si él no ponía de su parte. Tom se arrodilló en la cama solo para verlo. —Eres tan bello —dijo Tom para que Bill dejara de sentirse mal—. Creo que esto me basta mi Bill, ver tu precioso cuerpo este día. —Bill le sonrió y destapó su rostro. 

—Yo… hum… quiero, Tom, quiero hacerlo. Quizá es… —Miró a Tom y decidió darse la vuelta tomando la almohada para abrazarse a ella—. Quizá es la posición —terminó de acomodarse y Tom se quedó totalmente mudo con la vista de su bonito trasero. 

—Sí… —casi jadeó. 

Bill llevó una mano hacia su trasero, sus dedos estaban ensalivados y decidió él mismo metérselos para prepararse. 

Luego de eso, se dejaron guiar por su instinto. Tom echó saliva, tocó a Bill como nunca antes había sido capaz de tocar a nadie, sus dedos se adentraron y lo escuchó gemir pidiendo ser más tocado. Vio cómo se contraía y casi se arrodillaba alzando su trasero cuando dos de sus dedos estaba tan dentro como nunca antes. Supo que estaba listo. 

Bill, con ambas manos en las sábanas y los dientes clavados en su pequeña almohada, contenía sus ganas de gritar. Quería gritar fuerte y si se tocaba su miembro podía predecir que se correría ahí mismo. Lo que Tom le hacía con los dedos era muy agradable que por momentos, cuando tocaba ese punto en especial, sus piernas se tensaban, sus rodillas temblaban y todo él gemía deshaciéndose de placer. 

Era el momento, cuando Tom sacó sus dedos, guió su miembro hacía esa cavidad y sin esperar más se hundió en él sintiendo la más grata satisfacción en cuanto su miembro se vio envuelto en las paredes estrechas de Bill. 

Apretó la almohada, la mordió para no gritar, se sentía lleno, desbordante, adolorido, una mezcla de todo y su corazón latía mucho más acelerado. Se puso a pensar que quizá Tom lo estaba destrozando, sentía como si algo filudo había entrado y casi gritó cuando ya estuvo todo dentro. Había sido rápido, Tom no lo resistió y jadeó sonoramente tomando con ambas manos el pequeño trasero de Bill para presionarlo. Cerró sus ojos concentrado en esa agradable sensación mientras Bill ahogaba un grito. 

Su primera vez estaba siendo demasiado dolorosa, pero no quiso avisarle a Tom, solo cerró los ojos y se dejó hacer con una mueca de dolor. Sus piernas temblaban y sus manos se movían tomando la sábana. 

—Oh, Bill... ow… —gimió su nombre varias veces, sus manos apretaban su trasero, lo tomaban con fuerza y su cuerpo temblaba ante tan grata sensación, toda su concentración fue directo a su pene, a lo que sentía al estar dentro de Bill, a lo caliente que era todo y lo dificultoso que se le hacía salir para volver a entrar, le encantaba justamente eso, lo angosto que era y que con eso podía correrse muy fuerte en ese instante—. Esto es… oh Bill… —Pero al notar que Bill no respondía parpadeó para buscar su mirada. Le daba la espalda, casi no podía ver su hermoso rostro. Estaba arrodillado con el trasero de Bill en sus manos, unido a él muy profundo y no podía verlo… entonces fue cuando escuchó sus leves sollozos y se percató de lo mal que estaba—. Bill —salió de él provocando un grito fuerte de parte del otro. Tom pudo ver su rojiza entrada contraerse otra vez y había un rastro de sangre en su pene—. ¡No puede ser! 

Todo salía muy mal, todo se había arruinado y lo único que pudo hacer es recostarse al lado de Bill para tomar su rostro. Se asustó de cómo lo vio. 

—Bill… —besó sus ojos de lágrimas y Bill solo pudo encogerse de dolor en sus brazos. 

—Lo siento… no iba a funcionar. —Tom se sintió más culpable. 

—Perdón… me precipité, me hiciste sentir muy bien y… lo siento Bill —dijo con mucha preocupación. Bill suspiró aliviado y se dejó besar. 

—Perdóname a mí, no se podrá, no entrará. —Quizá no, eso era lo que creía, había sentido tal dolor que hasta sangre tenía. Tom quiso acariciarlo ahí, limpiarle, pero Bill no se dejó. Le había gustado mucho estar desnudo cerca de Tom y quería sentir más de esa sensación. 

Llevó una mano hacía su miembro erecto y la otra hacia el de Tom. Éste jadeó sabiendo lo que quería hacer y seguido de eso, ambos comenzaron a darse mucho placer de esa forma. Bill cerró los ojos y jadeó en los labios de Tom. Los dos con las bocas abiertas, respiraban agitados, con la frente sudada, las piernas que se movían insistentes con los temblores. Sus manos se movían a tal velocidad, masturbándose el uno al otro. Los gemidos aumentaron y ambos, casi al mismo tiempo experimentaron un agradable prolongado orgasmo que los debilitó con rastros de semen en sus vientres, manos, brazos y parte de la cama. 

Todo había sido fantástico. Ninguno pensó que el sexo podría ser así de agradable. 

Los ojos de Bill se cerraban por el cansancio y sintió a Tom atraerlo hacia su pecho. Sintió sus besos pegajosos en su frente y sus varios “Te amo” susurrarle al oído. 

—Nunca me dejes —pidió Bill con los ojos cerrados, suspirando, relajando su cuerpo luego de esa experiencia—. No te vayas sin mí… —Tom evitó ver su bello rostro, miró hacia el frente, había un espejo en la cómoda de Bill y podía verse reflejado, recostado en la cama con Bill sobre su pecho. Lucía como un pequeño niño que se aferraba con desesperación. El nudo en su garganta aumentó. ¿Qué decirle? No podía prometer algo que no podía cumplir. 

—Duerme mi precioso. —Acarició su espalda y Bill suspiró para luego dormir en los brazos de su primer amor. 

Solo pasaron algunos minutos, Tom no dormiría, no permitiría ponerse así en peligro. Debía vigilar por si Simone regresaba, no podía bajar la guardia. 

Se deleitó observando a Bill dormir plácidamente en sus brazos. Era muy hermoso, ¿cómo podría superarlo? No podría dejarlo, podría percibir que se sentiría morir si eso pasaba, pero qué podía hacer. 

Pasaron algunos minutos más en donde Tom tuvo que despertar a Bill con pequeños besos. El menor se percató de que estaba desnudo, que había semen y dolor en su cuerpo. Tomó las sábanas con desesperación cubriendo su cuerpo y un sonrojo apareció en sus mejillas lo cual a Tom le pareció muy lindo. 

—Te vi todo —le dijo con una sonrisa—. Y eres precioso. 

—Tom —reclamó buscando su ropa. 

—Esto fue increíble, eres increíble. —Tom no podía ocultar su deseo, incluso llevó una mano a su miembro el cual quería despertar por Bill. Éste sonrió tímido, lo que Tom le decía le había gustado. 

—Me gustó —dijo refiriéndose a su primera vez. Tom recordó lo que había pasado, la sangre que vio. 

—Pero… lo siento, la próxima vez tendré más cuidado. —Bill le sonrió, le dolía mucho, pero no se quejaría, no arruinaría ese bello momento. 

—¿Qué hora es? —Ya casi oscurecía, debían salir de la cama pues en cualquier momento llegaría Simone. 

—Es tarde, debo irme. —Eso afectó a Bill, pero no dijo nada, vio cómo Tom salía de la cama y lo observó cambiarse. 

—¿Cuándo nos veremos? —pudo observar la incomodidad en Tom, éste no sabía qué decirle, no quería mentirle, pero tampoco desilusionarlo. 

—Espero sea pronto… —Se acercó a Bill y tomó su rostro con ambas manos para besarle en los labios—. Te amo, Bill, nunca olvidaré esto… 

—Lo dices como una despedida —reclamó algo asustado. 

—No, no… no pienses así, nos volveremos a ver, déjame coordinarlo. —Y le dio otro beso para luego salir de la habitación. 

El corazón de Tom latía tanto al momento de irse, tenía mucho miedo, miedo de no volver… 

u:u ¿cómo creen que puede terminar? Espero alguien me lo diga~ Gracias por leer y ahora, ¿cometarios? No sean fantasmas x_x