sábado, 19 de octubre de 2013

Rebelde - Epílogo

Hola a todos *-* lamento tardar tanto u_u pero este es el epílogo que decidí para esta historia, a muchos les gustó a otros no, pero no vi necesario. Esto es para ti nene Jace, agradezco que te vuelvas a comunicar conmigo, te quiero mucho pequeño hermano *-*

Epílogo

Había pasado cuatro años y Tom era un exitoso abogado tenía un prestigioso trabajo es un staff de abogados.

Siempre iba hacia aquel lago a echar unas flores en señal de que Bill estaba en su mente.

En la otra orilla de aquel lago comenzaba un bosque, él muchas veces se había adentrado en él buscando señales de Bill, toda la gente le decía que no lo hiciera pues ahí vivían osos salvajes y además le decían que encontrar a Bill con vida sería muy remoto. Imposible.


Pero la esperanza es lo último que se pierde, ¿verdad? Él creía en eso desde el principio.

Remó en un bote que había podido comprar y arribó hacia la otra orilla. Estaba prohibido puesto que los osos eran protegidos, aquel lugar era un parque nacional. Pero no le importaba hacer algo ilegal, por eso era un abogado, sabría salirse con la suya.

Caminó algunas horas, muy sigiloso, detestaba un poco la naturaleza, él era un joven más de ciudad, pero recorrer aquel camino lleno de pinos le hacía recordar a Bill en cierta forma.

Llegó hacia la cima de una pequeña montaña, siempre se quedaba ahí arriba mirando el lago en donde hace cuatro años aquel auto con su hermano había caído, nunca encontraron su cuerpo, decían que quizá se haya hundido y desintegrado en sus negras aguas, él no podía imaginar aquello.

Debía regresar por donde vino antes del anochecer puesto que estaría expuesto a ser atacado por algún oso. Pero decidió esta vez ir por otro lugar, bajar la montaña y adentrarse por un camino de herradura que logró divisar a lo lejos. De seguro llegaba a algún pueblo y así le sería más fácil tomar un auto directo a la ciudad. Parecía una idea genial.

Aunque la caminata le demoró cerca de cuatro horas, siguió. Estaba exhausto y muy solo por aquel camino. Comenzaba a tener el presentimiento de que se cruzaría con algún oso. Por si acaso él poseía un arma, estaba prohibido, pero era por seguridad.

El cielo se oscurecía poco a poco y comenzaba a hacer mucho frío. El camino le llevó a un prado enorme de pastos verdes en donde había un establo de caballos y algunas casitas dispersas por aquel lugar, personas… De seguro podía preguntar por algún auto que lo llevara a casa o alguna posada para pasar la noche, mínimo algún lugar para comer algo.

Caminó hacia aquel establo percatándose de un vaquero que domaba unos caballos que parecían locos, gritaba montado en un caballo negro con una soga girando en una mano, los otros caballos corrían por aquel establo inmenso. A Tom se le hizo extraña esa imagen. Avanzó hasta que el vaquero detuvo su caballo mirándolo.

—¡Disculpe! —gritó Tom caminando más rápido hacia él—, creo que me he perdido —alzó la vista y abrió la boca mirándole, aquel hombre era un joven menor que él— Por Dios, no… no…

—¿Le pasa algo? ¿Desea ayuda?

—Tú… —aquellos ojos color avellana, el cabello negro corto siendo cubierto por un sombrero de vaquero, la figura larga y delgada solo podía ser de alguien. Le miró los labios detenidamente, aunque poseía un poco de barba, aún podía ver aquel pequeño lunar que tenía debajo de sus lindos labios— Bill… —se acercó un poco más y vio como el otro hacía retroceder su caballo.

—¿Qué? ¿Qué está diciendo?

—Eres Bill, mi hermano Bill… Soy Tom, oh por Dios —su emoción era tal que creyó estar alucinando, pero el vaquero frunció el ceño.

—No soy Bill, usted está confundido… —Tom se acercó hasta tocar al caballo y parte de la bota del vaquero, quería que bajara de ahí, quería verlo de cerca— No se acerque así, parece loco, ¿está usted bien?

—Bill, eres Bill Kaulitz.

—No, me llamo William, y no conozco a Bill.

—Soy Tom, oh por favor, reconóceme —William se le quedó mirando y luego llevó una mano hacía su vista, se remangó la manga de la camisa y le mostró unas marcas que apenas se notaban, el nombre de “Tom” yacía marcado ahí en leves cicatrices.

—Entonces podrías explicarme de esto… —Tom de la emoción cayó sentado en el pasto, era él y no lo podía creer, sus ojos se aguaron y comenzó a llorar incapaz de hablar, era algo tan irreal, estaba lleno de emociones que querían salir de su pecho o sentía que se asfixiaría— ¿Qué pasa? Vamos señor, parece loco —comenzó a bajar de su caballo, había algo de todo aquel alboroto que no podía entender.

—Eres él… eres mi hermano —William abrió los ojos algo asombrado— ¿No puedes recordarlo? ¿Qué pasó? —William se sentó a su lado y sacó un cigarro. El cielo se oscurecía.

—Así que mi hermano… Nunca pensé tener uno… Estoy sorprendido —dijo sin mirarle.

—Esto es increíble… —Tom le miraba minuciosamente, cada gesto que hacía, escuchaba lo grave de su voz y veía lo crecido y fuerte que lucía— Cuanto tiempo, son cuatro años, Bill.

—¿Bill es mi nombre? Suena muy marica —rió un poco mirando a Tom con los ojos llorosos.

—No recuerdas nada… No puedo creerlo, por eso no me buscaste, algo ha pasado… Por Dios, deja que me reponga un poco.

—¿Un cigarro? —le extendió uno, Tom lo tomó con manos temblorosas y luego William lo encendió, Tom le tomó un poco la mano, a lo que el otro le esquivó rápidamente— Si le contara a mamá… ella no podrá creerlo —Tom le miró anonadado.

—Caíste a un lago hace cuatro años y nunca nadie te encontró.

—No recuerdo eso… es decir, no recuerdo nada, a veces, no sé, sueño cosas, con un perro… uno negro.

—¡Scoty! Oh por Dios… hubieron dos perros con ese nombre en tu vida…

—No sé, sueño con un solo perro… ¿Tengo padres? —Tom negó con la cabeza.

—No, ellos murieron en un accidente… hace ya muchos años, vivías conmigo, vivimos muchas cosas.

—Mamá me dijo una vez que estuve sin hablarle casi… no sé, creo que dos semanas. Me dice que me encontró en el bosque, desnudo y casi muerto, no me llevó a la ciudad, pensó que alguien querría matarme pues estaba como asustado delirando cosas, según ella parecía un loco poseído… Ana me acogió en su casa y desde aquel día sentí que nací de nuevo, no quise buscar mi pasado pues en mi mente no había un pasado… Quería vivir solo el presente.

—Oh por Dios…

—Deja de decir eso, suena… raro, si eres mi hermano no lo digas.

—De acuerdo… —levantó sus manos, suspirando de rato en rato, no dejaba de verlo— Quiero saber de ti y de tu vida… son cuatro años —William le sonrió y se levantó.

—Vamos a mi casa, a esta hora salen los zorros y detesto matarlos —Tom se levantó de ahí y caminó junto a William quien jalaba su caballo— Soy domador de caballos, amo hacer eso, los cazamos allá a tres días de camino y luego los traemos aquí, los entreno junto a mis primos y luego los vendemos en los pueblos aledaños.

—Domar caballos rebeldes…

—Sí, salvajes —le sonrió y Tom se quedó fascinado con ello.

—Eres más alto que yo…

—Creo que sí —rió—. Pero tengo estas botas…

Llegaron a su casa, una pequeña cabaña cerca de una granja de vacas y pollos. Había una chimenea y adentro una señora muy anciana vestida de falda larga amasaba un pan, tenía trenzas largas y canosas. 

—Mamá Ana, quiero que conozcas a alguien —ella les dio la cara en la pequeña sala— Él es Tom —ella abrió los ojos, sabía que ese nombre era alguien importante en William pues lo llevaba marcado en su brazo desde que lo encontró.

—Mucho gusto señora —habló él tan amable.

—Oh, Tom vaya… eres real…

—Dice que es mi hermano —habló William con sus manos en los bolsillos—, y que me llamo Bill Kaulitz.

—Ya veo… —ella estaba sorprendida y luego llevó ambas manos a su arrugado rostro— Te irás con él… —se lamentó.

—No —dijo rápido y Tom le miró—, no lo sé… no quiero.

—Entiendo —le dijo Tom—. Tranquilícese señora, no vine a llevármelo, solo… estoy sorprendido por todo esto, deseo saber más de mi hermano menor.

Ella le invitó a cenar pan horneado con leche, Tom se sentó a gusto en esa mesa y más personas comenzaron a llegar, todos “familiares” de William, sus primos eran unos varoniles vaqueros, algo mayores que él.

Todos querían escuchar el pasado de William, aunque éste mismo comenzó a sentirse incómodo, tenía un ligero temor de descubrir alguna cosa mala.

—¡Cállense todos! —los casi siete presentes en la mesa le miraron—. ¡Nadie preguntará al forastero nada de mí! ¡Me oyeron!

—Hijos, no ofusquen a William —habló la anciana mujer quien conocía su especial carácter—. Mucho tuvo por hoy.

—Gracias madre…

***

Tom dormía en una cama de lana de oveja que le picaba. Prácticamente no podía dormir más que todo por haber encontrado a Bill como otra persona. Buscaba en su mente alguna explicación. Así entre pensamientos y sensaciones agradables vio el amanecer. En aquel lugar hacía mucho frío. Estaba durmiendo en la sala.

Decidió levantarse y salir afuera. Ahí encontró a Bill a lo lejos montado en un caballo que caminaba a paso lento en el inmenso prado verde. Era una imagen solitaria en medio del alba.

Se animó a correr para alcanzarlo de paso entrar en calor. Bill lo vio y silbó de manera extraña y hacia él se le acercó un caballo marrón.

—Buenos días, Tom —le sonrió. Tom no podía creerlo, por ratos su actitud no parecía la del Bill que él conoció alguna vez.

—Bill… digo, William.

—Sube a ese caballo, vamos, te mostraré este lugar, es hermoso… —Tom quería, pero no sabía montar un caballo. Bill rió a carcajadas viendo como intentaba subirse en ese caballo marrón—. Si fuera Pegazo hace tanto te hubiera botado de una patada, jajaja…

—Lo lamento —dijo algo avergonzado al fin sobre el caballo, estaba nervioso y temía caerse.

Avanzaron por un sendero hacia un corral de caballos, todos corrían en círculos ahí adentro, asustados de ver a William otra vez.

—Te presento a los novatos, los cazamos hace dos días.

—Se ven muy asustados… que histéricos.

—Sí —rió el con autosuficiencia—. Los domaré esta semana. Los caballos son en realidad animales muy mansos, podría asegurar que hasta sienten como nosotros, pero en estado salvaje son muy rebeldes, no entienden razones y no quieren cooperar, les entiendo, pero aquí mando yo —sacó pecho y Tom rió ante ello.

—No lo dudo cariño… digo, Bill, oh… disculpa, William —éste le miró extrañado y luego sonrió debido a un rubor que apareció en el rostro de Tom.

—Vamos, corramos un poco, ¡Arre! —gritó mandando a correr a su caballo negro, Tom movió sus piernas para mover el suyo y el caballo le miró retadoramente.

—Vamos caballín, ¡Avanza! —a paso lento comenzó a trotar. Bill se alejaba de su vista y podía oír su risa como se alejaba burlándose… Ese era su Bill, el amante de la velocidad—. Dale caballo, anda, síguele —su caballo parecía no querer hacerle caso y luego Tom le pateó fuerte uno de sus costados provocando que el caballo relinchara histérico y comenzara a correr a gran velocidad— ¡Ahhh! —gritaba asustado.

Bill lo esperaba cerca a un pequeño riachuelo. No podía evitar reírse de la escena que veían sus ojos. Le dio el alcance a Tom, y con una mano tomó las riendas del caballo, gritando un “ow” lo cual paró al agitado animal.

Pero al parar así de inesperado, Tom cayó del caballo causándose daño en las rocas. Se quedó ahí sin moverse. Bill se asustó un poco y bajó inmediatamente de su caballo acercándose y luego arrodillándose a su lado, tocando la espalda de Tom para que éste despertara.

—Tom… —le agitó un poco pero nada, así que lo volteó, sus ojos cerrados y sus trenzas negras sueltas por todo el suelo pedregoso le llamó la atención, lo miró de cerca, golpeando su pecho— Vamos forastero, no fue tan fuerte el golpe —ninguna reacción, entonces hizo un puño y le impactó fuerte en su vientre causando que Tom abriera los ojos y la boca, poniéndose de costado, tosiendo desesperado— Sabía que estabas conciente…

Pero la manera en como Tom tosía y se retorcía en el suelo, los sonidos que hacía le parecieron conocidos y una imagen de Tom con rastas, escupiendo sangre y tosiendo en el suelo de una habitación desordenada vino a su mente como una película, tan rápido que le provocó un sobresalto y se puso frío.

Se alejó de Tom por un momento mientras éste se sentaba en el suelo suspirando hondamente, buscando oxígeno. Bill le dio la espalda, poniéndose serio. Luego de un rato, Tom se puso en pie y se le acercó.

—Bill… —caminó otros pasos más, tratando de no asustarlo, hasta que le tomó del brazo, Bill no se resistió.

—Tom, hay cosas que prefiero no recordar, no sé qué hice antes, tengo el presentimiento que me toparé con algo lo cual no podré manejar…

—Te entiendo, no vine a confundirte, siempre te quise y quiero tu bien.

***

Tom tuvo que regresar a casa, sin Bill, pero le prometió regresar, esta vez sabía un camino menos peligroso rodeando algunos pueblos. Tardaría más, pero valdría mucho la pena.

Bill le había invitado a un torneo de vaqueros en el cual él participaría la otra semana. Tom se alistaba para asistir ahí, e incluso decidió llevar a Scoty.

En todo el viaje estaba pensando si sería bueno confesarle que le amaba, que recordaba cada experiencia que pasó con él aún sabiendo que era su hermano, pero no sabía cómo reaccionaría Bill, ¿él seguiría amándole? Era una pregunta difícil, Tom no lo sabía, al parecer Bill tenía toda una vida realizada como William. Había averiguado con especialistas de lo que posiblemente había pasado, al parecer se trataba de una “Amnesia disociativa” y es cuando una persona olvida parte de su vida por alguna experiencia traumática. Lo raro era que Bill había podido olvidar toda su vida. Un especialista le había dicho que la mente humana es tan frágil, quizá todo su pasado fue traumático, o quizá había sufrido algún golpe fuerte en la cabeza, lo que le había aconsejado era que no presionara a su hermano a recordar su pasado, eso con el tiempo y la disposición de Bill podría lograrse.

Llegó al pueblo y ahí lo vio, riendo y bromeando con sus “primos” y algunas mujeres, él era popular ahí, lo veía reír y estar feliz, suspiró, si tan solo él recordara que le amaba…

—Hola Tom —se le acercó dejando a su grupo cerca de un establo.

—Hola…

—Wow, mira… —se arrodilló para saludar a Scoty quien aulló y movió la cola reconociéndole— Scoty, que hermoso perro… tal como está en mis sueños —Tom sintió celos de aquel perro, Bill soñaba hasta con Scoty y no con él…— Gracias por traerlo, el torneo está por comenzar dentro de poco, tengo un lugar preferencial para ti —le sonreía, Tom se sintió flotar, era tan hermoso, en eso no había cambiado.

Estuvo en un lugar como un palco en donde vería toda aquella actividad, no podía imaginar qué. Había una banda de músicos que amenizaban todo y muchos vendedores ambulantes.

El torneo empezó y a Tom le pareció sexy ver como su hermano montaba caballos salvajes tratando de durar la mayor cantidad de tiempo, y luego como corría tras vacas locas para atraparlas con una soga y así meterlas en corrales. La gente gritaba, muchas mujeres estaban ahí solo para verlo, lo varonil y guapo que se veía las ponía locas.

Tom se sonrojó un poco cuando Bill se le acercó en su caballo y le hizo una venia con su sombrero de cuero, guiñándole un ojo. Tom solo le sonrió, aunque su corazón bombeaba queriendo salirse de su pecho.

Llegó la tarde y el torneo terminó cerca de la noche. La fiesta continuaba, la gente se iba a centros de baile y a tomar cerveza en grupos alrededor de fogatas armadas en el campo. Bill se le acercó para invitarlo a pasar el rato con sus primos. Tom le acompañó, su corazón latía enamorado y no sabía si Bill sentía lo mismo.

—¡William! —gritó una jovencita con una canasta en sus manos, se la dio ni bien se le acercó— Para ti… —y luego salió corriendo.

—¿Y eso? —preguntó Tom.

—Ella era una ex novia —rió—. Sabe que amo sus pasteles, es algo tímida.

—Así que te gustan las chicas —Bill se puso serio y lo invitó a pasar a su casa, sus primos hablaban de muchas cosas que Tom no entendería, Bill prefirió sacarlo del grupo.

—Vamos a comer esto adentro… —le cambió el tema.

Se sentaron en el sofá y Bill abrió unas latas de cerveza. Tom no sabía como preguntarle ciertas cosas.

—¿Tienes una novia? —preguntó Bill, Tom negó con la cabeza— Siendo guapo no tienes novia… es raro —rió burlón.

—¿Te parezco guapo? —Bill le miró fijamente.

—Yo lo soy, así que tú también.

—Claro que tú lo eres… —extendió una mano tomando su barbilla rasposa por su barba— demasiado —Bill pareció sonrojarse un poco y de un manotazo logró quitar su mano— Lo siento, no quise sonar atrevido.

—Ya, tranquilo es que… —calló algo incómodo— ¿quieres saber un secreto? Es algo bastante perturbador, pero algo me dice que la vida que viví contigo fue… no sé, mala quizá, hay algo en mí que me dice no regresar…

—Te entiendo y puedes confiar en mí —Bill dejó de mirarlo por un momento.

—Bueno… Esto puede sonar muy mal, la razón por la que no tengo una novia, formal claro, porque hay muchas jovencitas allá afuera ofrecidas, es porque… —suspiró algo incómodo— Tengo sueños extraños… con un hombre, alguien que me ama de manera especial y cuando hablo de amor, es… al acto, tú sabes —Tom se quedó como suspendido, pestañeó un poco—, no sé quien haya sido, pero lo que siento cuando recuerdo aquello, es tan especial…

—Un hombre —Bill asintió—. No recuerdas como era… —Bill negó.

—Pero sus… bueno, sus caricias son suaves, y el cabello es suave también, como largas extensiones de cabello esponjoso —Tom tenía trenzas negras.

—Rastas… —Bill asintió. Entonces fue cuando Tom se sintió seguro, acercándose a Bill tomó su rostro y le besó en los labios. Bill mantuvo sus ojos abiertos, sorprendido por el horrible atrevimiento del otro. Pero en ese instante, aquellos suaves labios le indicaron quien era aquel hombre.

Un poco asustado e intimidado empujó a Tom tan fuerte que terminó recostado en el sofá de aquella cabaña.

—¡Tom! ¡Cómo te atreviste! —gritó nervioso.

—Soy yo… tu Tom, vivimos un romance… tú no lo recuerdas… —Bill comenzó a temblar, muchas imágenes golpeaban su mente— Tranquilo, Bill… —vio como se encogía en el sofá poniendo sus manos en su cabeza, subiendo las piernas al sofá, escapando de sus recuerdos— Estoy aquí —se le acercó lentamente y posó una mano en su hombro, Bill se quedó quieto.

—Tomi… —habló con voz suave, casi como la de un niño— yo no quiero regresar… no quiero —las imágenes de su casa, sus amigos, las drogas, las salidas en la noche, las personas con las que se había acostado, todo aquello bombardeó su mente en segundos.

—No regresarás entonces —acercándose a él lo abrazó y Bill se dejó refugiándose en sus brazos, cerrando sus ojos llenos de lágrimas, oliendo su olor, aquello que le indicaba estar seguro—. No sabes todo lo que te extrañé, cada momento… 

—Quise nacer otra vez, y ahora sé lo poderosa que es la mente, no sé cómo pude olvidar todo así, tantos años, esto es lo que consideré mi mundo, aquí, mamá Ana, mis primos, los caballos… Allá, no sé, si no fuera por ti es todo mierda.

—Si no quieres regresar está bien, he visto como eres aquí, estoy orgulloso de ti, es sorprendente lo que haces con los caballos, puedo comprar una casa aquí y venir cada semana…

Bill le miró y tomó su rostro con más confianza.

—Tom, recuerdo que me enseñaste qué es el amor… recuerdo todo, y eres el príncipe de mis sueños —Tom le sonrió y le besó, alzándolo un poco lo sentó en sus piernas.

—Gracias por recordar… Aún te amo —Bill pudo ver el anillo que él tenía en una de sus manos. Sacó de su pecho un collar en donde estaba un anillo similar.

—No recuerdo alguna vez que te haya dicho que te amaba… —Tom cerró un momento los ojos recordando, solo lo decía en sus últimas cartas. Bill se le acercó al oído— Te amo… —le susurró con suave voz. Una corriente cálida azotó el cuerpo de Tom en ese momento.

Tantos intensos sentimientos se resumían en una sola palabra.

Cerró la puerta de la cabaña con llave y llevó a Tom a su recámara, y sobre su suave cama hicieron el amor después de años. Sus cuerpos habían cambiado, pero las sensaciones eran las mismas.

Después de amarse, estaban recostados mirándose, contemplándose minuciosamente. 

—Sabes Tomi… Tú creerás que… que quizá ahora soy diferente a lo que era antes, que ahora soy más sensato.

—¿Es así? —Bill se le acercó como un tigre hambriento sobre la cama— Espera Bill… —rió Tom nervioso.

—No es así… He escapado de estar preso —rió—, dos veces por robar ovejas y otra fue por incendiar una cabañita… 

—¡Qué¡ —Tom se asustó un poco. Bill comenzó a besarle el pecho desnudo, quería ir por la segunda vez.

—Pero sabes una cosa, Ana… ella, mi madre aquí nunca me dejó de amar, supongo que eso me hizo recapacitar, y por quedarme junto a ella desistí de lo otro, aunque a veces tengo arranques extraños de ira y me pongo a pelear con mis primos, regreso a la casa todo golpeado y puedo dormir en paz…

—Ya veo —Tom le sonrió tiernamente, pero Bill se lamió los labios insinuándose.

—Date la vuelta —el de trenzas se sobresaltó.

—No…. No Bill, ni lo sueñes, así no…

—¡Que te des la vuelta! —forcejearon en la cama entre risas nerviosas y amenazas cariñosas.

Había extrañado tanto a Bill, no quería salir de aquella cama, quería seguir escuchando sus historias locas, aún por dentro era su pequeño rebelde, pero así lo amaba.

Tom se mudó a aquel pueblo, aunque por semanas debía regresar a la ciudad para trabajar, y así logró comprar parte de las tierras y formó junto a Bill un enorme establo para caballos salvajes.

Fin.
¿Qué les pareció? *-* espero me digan su opinión, siempre es importante. Y también espero hayan entendido el mensaje n_n ¡Los quiero!

6 comentarios:

  1. me sorprendió mucho el ''final'' pensé que ya todo estaba perdido... pero que bueno saber que NO e_e fue emocionante leer un final ''feliz'' a toda esta dramatica historia :'( simplemente genial <3

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  2. El capitulo anterior a este no lo leí así que me puse al día con ambos. Me gustó que hicieras este fnal, por así decirlo feliz. Bill a pesar de perder la memoria y todo su parte rebelde la conservó robando ovejas xD

    Me gustó :D

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  3. No recuerdo haber leído este epílogo en la otra página :O
    Pero me encantó :) Gracias por darle un toque mágico a este fic *_*
    Saludos
    Cris

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  4. :'D antes de leer el capítulo me prepare emocionalmente para un final...triste? :D pero que bueno saber que todo término bien :) me alegra mucho que Bill este vivo y que haya recuperado la memoria :) :D :D y aunque haya perdido ésta, jamás perdió su esencia :) me gusto mucho. Gracias por darle un final feliz y por dejarlos juntos.

    Cuídate! Besos!

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  5. asjksnxalx ame el final <3 realmente inesperado y tiernu y todo :333 <3

    atte vanee

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  6. Holaaa! Ya he leidooo y llore pasando solo dos párrafos :'c tmb me pareció IRREAL !!! 4 años sin saber de él!!! Y Y Y con pocas esperanzas LO HALLOOO!!! Distinto, maduro y tan bello como lo recordaba!! Con paciencia hizo que su Bill lo recordara!!! Y snifsnif volvieron a estar juntos y enamorados!!! :'c :'c :'c Gracias por este emotivo y BUEN final!!! Besitos DamitaRosa ♥

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