Hasta el final de los tiempos - 19

fbdfbdfb No sé qué decir, solo diré que este es uno de los capítulos que más me gustó escribir de este fic, no sé, pero espero sus opiniones al respecto *-*~

Unos sonidos fuertes en la puerta despertaron a Jörg, eran las criaturas, muchas de ellas que se habían aglomerado en la puerta debido al olor… al olor de vidas dentro de la casa.

El corazón del padre de los gemelos se aceleró de temor y tomó su arma para correr hacia el segundo piso donde dormían los demás.

No podía creer que por su descuido, por querer salir a conseguir un mapa, semejante tragedia estaba pasando… había puesto a todos en grave peligro y estar encerrados en una casa era lo peor, ¿cómo escaparían? Estaban perdidos.

Pamela fue la primera en abrir los ojos encontrando al pequeño Alex durmiendo sobre su vientre. Se sentó en la cama despertando al niño y encendió la linterna. No había fluido eléctrico pero sí estaban provistos de lamparines que funcionaban a batería. 

—Descuida, Alex —dijo ella pues el niño quería llorar. Aun no hablaba, pero con sus gestos podía indicar sus temores.

Pamela terminó saliendo de la cama y buscando su ropa, estaba solo con una bata escotada y así no saldría. El pequeño Alex salió de la cama sintiéndose avergonzado por haberse orinado y es que estaba tan afectado que últimamente eso pasaba con él. Había retrocedido casi hasta hacerse un bebé.

*

Tom se sobresaltó sobre el pecho de Georg. Horas antes éste le había obligado a dormir a su lado, Tom no puedo resistirse más, sentía que estaba en falta con Georg por todo el drama que había hecho por su hermano. Y cuando habían entrado a la habitación, Georg le reclamó todo ese desplante y Tom vio conveniente aceptar dormir juntos. 

Fue un poco incómodo para el de rastas casi soportar los muchos besos que Georg le dio. No había excitación en ellos, no podía sentir nada más que muchos besos, mordidas y lametones por casi toda su cara, parecía que Georg disfrutaba eso y mucho, pero Tom solo se aferraba con ambas manos a su fuerte pecho y cerraba los ojos dejándole hacer al otro lo que quisiera. Era una pequeña venganza. Lo peor fue cuando Georg gruñó deshaciéndose de placer y friccionándose contra el cuerpo de Tom, se había corrido de tanto que le había gustado los besos y Tom suspiró aliviado de que todo había acabado. Georg se durmió jalando a Tom sobre su pecho y éste también decidió que era hora de dormir.

—¿Qué pasó? —preguntó un somnoliento Georg, sentándose en la cama, viendo cómo Tom estaba de pie ya asustado.

—Criaturas… —dijo en un susurro—. ¡Debemos salir, Georg! —habló en un tono bajo pero exigente. 

Georg salió volando de la cama, él aún tenía mucho miedo a todo esa situación de los seres zombis, aún tenía miedo de sufrir un ataque de pánico producto del gran temor.

*

Jörg se horrorizó al encontrar a Bill boca abajo en el suelo, muy sudado, pero frío. —¡Bill! —gritó sacudiendo el cuerpo y luego levantándolo para ponerlo sobre la cama.

Tom fue el primero en entrar al escuchar ese ruido. Ya estaba vestido con su traje y tenía en la espalda su arma escopeta. Le siguió Georg, entrando e inmediatamente apuntó con su arma el cuerpo inmóvil de Bill.

—¡Qué mierda haces! —gritó Tom al ver que su amigo/novio apuntaba a la cabeza de su hermano—. ¡Ni te atrevas, imbécil! 

—Baja esa arma —advirtió Jörg acomodando la cama y abriendo los ojos a Bill, viendo sus pupilas.

—Debemos ser precavidos —dijo Georg.

—No, no seas tonto, él no se convertirá.

—Tiene la fiebre, despertará como una de esas cosas, lo sabes.

Tom no podía creer algo así y pensó incluso que si eso pasaba se pegaría un tiro en la cabeza. Sí, eso haría, moriría de solo saber que su hermano había muerto, no soportaría otra pérdida más.

—Vamos, despierta, hijo, despierta…

—Yo no lo animaría a despertar —dijo un serio Georg y Tom no soportó ese comentario. Fue hacia él y lo empujó con ambas manos hacia la puerta.

—¡Te vas, te vas! —terminó por sacarlo de la habitación y luego cerró la puerta.

Afuera estaba Pamela con el niño en sus brazos, ya vestida y tenía en su pierna el arma puesta en el traje. Miró a Georg asustada, temiendo lo peor y él solo asintió ante su mirada.

—Es el fin, debemos cubrirnos porque si Bill muerde a Tom y a su padre, debemos de matarlos y permanecer juntos —dijo sabiendo que era una locura, pero sus deseos de supervivencia eran tales, no había otra salida que eso.

Pamela se horrorizó, pero así como Georg apuntaba con el arma hacia la puerta cerrada, con manos temblorosas y la respiración agitada, sacó el arma del estuche que estaba en su pierna y apuntó temblorosa hacia la puerta. El pequeño Alex abrazó a Pamela comenzando a llorar.

—Mi papá… mi papá —decía refiriéndose a Bill, sabía que al igual que su familia que ni quería recordar, serían todos mordidos para después convertirse en monstruos como las películas de terror que tantos sus padres prohibían que vea por ser solo un niño de cuatro años.

*

Jörg le daba respiración boca a boca a su menor hijo. No podía creer que efectivamente estaba muriendo, y con tanta desesperación no podía percatarse de si tenía pulso o respiraba. Todo era un caos de nerviosismo. Y Tom no ayudaba en lo más mínimo.

Estaba llorando al lado de la cama con ambas manos en una de su hermano.

—Despierta, despierta —susurraba en muchas lágrimas.

—No ayudas, Tom, retírate de la cama.

—¡Despierta! —gritó dándole una cachetada a Bill, creía que quizá con un golpe fuerte podría lograr despertarlo.

Luego, al no conseguir nada, decidió mirar su brazo, la herida que tenía, el vendaje lucía amarillento con rastros de sangre. Entonces cuando lo abrió, se quedó asustado de lo que vio, olía mal, en tan poco tiempo esa herida parecía podrida cubierta con una capita blanca de materia.

—Está infectado… infectado de pus, papá, está infectado. —Jörg vio ese detalle y se le ocurrió algo lógico, Bill tenía fiebre aunque no estaba caliente, eso era lo más extraño, parecía frío como muerto, pero si tenía una infección entonces debía arder en fiebre alta.

—La bañera, debemos llevarlo a la bañera —dijo sabiendo que quizá no funcionaría.

—Sí…

—¡Prepara la bañera, llénala de agua!

—Sí, sí. —Corrió hacia el baño que la habitación tenía e hizo lo que su papá le ordenó.

*

Afuera, Pamela se percató de los sonidos en la puerta de la sala, eran más constantes y había gritos desesperados de los seres. Solían gritar como águilas hambrientas cuando encontraban comida.

—¿Qué haremos? Si son muchos tumbarán la puerta. —Georg se quedó pensando.

—Ocultarnos…

—No, nos encontrarán.

—No sé Pamela, si esas cosas entran yo me pego un tipo. —Al parecer él no era el único que prefería pensar en suicidarse a ser mordido por alguna criatura.

*

Jörg cargó a su hijo y corriendo entró al baño donde la bañera era llenada con agua fría. Tom se hizo a un lado para que su papá pusiera el cuerpo inmóvil de Bill quien hizo contacto con el agua y no despertó angustiando más a los dos.

—No puede ser… —Tom se arrodilló en el frío piso de ese baño y tomó una mano de Bill—. Despierta, despierta, mira que si no lo haces me mato, ¿me oíste?

—No digas tonterías —habló su padre buscando darle golpes en las mejillas a un Bill frío… como muerto.

Tom se puso de pie y se alejó un poco hasta que su espalda chocara contra la fría pared del baño. Se puso a pensar en todo lo que estaba viviendo, en el angustioso temor de morir viendo morir a todos los que ha amado alguna vez, ¿qué sería de él? Estaba seguro que si Bill estaba muerto se mataría porque no soportaría estar solo en el mundo lleno de criaturas horrendas.

Jörg no podía creer que lo que le había dicho su amigo David alguna vez podía pasar. “Si uno de tus hijos muere, el otro morirá ese mismo día… por eso inyéctale esto, es una sustancia”, le dio el pequeño maletín negro y las manos de Jörg temblaron ante eso, “Y esto qué es” preguntó nervioso. Su amigo lo miró y dudó en decirle algunas cosas. “Verás Jörg, has hecho muchas cosas, cosas que para cualquiera serían consideradas acciones de un psicótico, un demente, un loco; pero si sigues obedeciendo lo que te digo verás que podrás sobrevivir cuando se acerque el final de los tiempos, ¿comprendes?”. Jörg, muy asustado, asintió. “No olvides, debes inyectarlo al más fuerte de tus hijos, esto no es para los dos, es solo para uno y tampoco es para ti. Tienes dos frascos, usa uno para uno de tus gemelos y guarda el otro frasco para cuando uno de ustedes sea mordido, ponlo en la parte afectada inmediatamente en el momento de la mordida, no dejes que haga fiebre, de lo contrario no funcionará.” Jörg asintió ante las indicaciones y luego sintió una enorme duda… “¿Cómo sabes todo eso? Es que… amigo, cómo pudiste saber todo esto, ¿solo por el arte?”, su amigo David sonrió, y luego sacó una hoja de papel de su bolsillo, era su nuevo bosquejo de pintura. “Mira, ¿este es uno de tus hijos, verdad?”, le mostró un dibujo de Bill sobre una cama y una jeringa puesta en su brazo, Jörg asintió. “Robert, el científico que creó la fórmula Vi, ¿recuerdas lo de la rata Vi?” preguntó y Jörg asintió. “Robert me mandó a llamar cuando vio uno de mis cuadros, uno con criaturas, él me dio la maleta con los dos frascos y me dijo… me dijo que podía hacer lo que quiera con esto y sentí una intuición… sentí que debía dárselo a quien visualice en mi próxima pintura.” Jörg abrió la boca sorprendido. “Pintaré esto que te muestro, por eso te doy la maleta y ya sabes cómo es esto, aquí debemos guiarnos de nuestra intuición o todo podría salir muy, muy mal Jörg, guíate de tu intuición y a quien hayas visto en esta hoja de papel, inyéctale esto, quiera o no, debe ser inyectado”. Jörg muy nervioso, preguntó “¿Y si algo malo pasa?”, su amigo David sonrió, “Nada puede ser más malo de lo que vendrá, tú lo sueñas, yo lo pinto, Robert crea todos los elementos para que se dé.” Jörg frunció el ceño, “¿Robert lo crea? Hay un culpable”, sentenció molesto y David bajó la cabeza, “Si hay un loco en medio de nosotros, ese es Robert, yo ya hablé con él y le advertí todo lo que pasará, pero él no es como nosotros, ¿entiendes? Él no ve nada en su cabeza, solo se guía del presente y de sus deseos de poder, no me cree todo lo que le he dicho, por eso apenas me ha dado este maletín y promete darme otros, pero no me confió, no debemos confiarnos de quien no tienen nuestro don, eso es importante. Y no olvides, guíate de la intuición…”

Jörg recordó esa conversación y se puso de pie, mirando el cuerpo muerto de Bill en la bañera y escuchando los sollozos de su otro hijo. Debía concentrarse en su intuición, el miedo, la muerte, la extinción no podía desconcentrarlo y aunque ya no soñaba con el futuro, mandó a callar a Tom con un grito fuerte y cerró sus ojos, debía concentrarse en lo que le decía su mente, en su intuición…

—Vamos, joder, vamos…

—¿Papá? —Tom se calmó y se asustó un momento por verlo así, con los ojos cerrados, esforzándose en pensar en algo.

—Vamos… —“Bill, mordida, fiebre, criaturas… Bill, mordida, fiebre…” pensaba buscando algo, “Bill infección… no, Bill mordida, mordida… mordida, sí, mordida herida, herida… herida… carajo, no veo nada, herida dolor… dolor muerte… no, dolor… dolor, despertar”. Su corazón latió acelerado, no sabía lo que hacía, pero su intuición le avisó que debía poner énfasis en la herida, así que abrió los ojos y se arrodilló al pie de la bañera, buscando la herida podrida de Bill en su brazo, era casi a la altura de su hombro, un poco más abajo.

—¿Qué haces? —preguntó Tom.

—Lo despertaré. —Y diciendo eso, metió dos dedos lo más que pudo en esa herida, logró sentir cómo se adentraba en su carne.

—¡Arhhh! —Bill gritó muy fuerte, pero con una voz irreconocible… como los zombis, exactamente como ellos.

Afuera de la habitación Georg preparó su arma para disparar. —Se convirtió, Pamela, es el fin, debemos defender a Tom y Jörg o nos quedaremos solos.

—No… no —lloraba ella imaginando a Bill hecho un zombi con deseos de comer.

—¿No escuchaste? Se convirtió.

Adentro de la habitación, Tom estaba asustado, horrorizado de ver a Bill con los ojos totalmente rojos en sangre, la piel pálida, como un monstruo, como muchos allá afuera, se había convertido en un ser horrible… había muerto y eso lo asustó. 

Por su lado Jörg solo se quedó muy quieto, ayudando a Bill a salir del agua. —¿Hijo? ¿Bill? —Bill solo estaba sentado en la bañera, respirando agitado y ahora había bajado la cabeza. Su padre le tomaba de un brazo y ya era obvio ver que Bill no parecía nada sano… era uno más de esas criaturas pero no reaccionaba.

—Bill, si te has convertido en una de esas cosas, me mato aquí mismo —amenazó Tom—. ¡Hablo en serio!

Bill movió la cabeza lentamente, buscando la voz de Tom y alzó la vista, mirándolo con ojos color sangre. —¿Qué mierda dices? —dijo con una pequeña sonrisa—. ¿Qué me pasó? ¿Por qué estoy en esta mugrosa agua? Mi cuerpo… —se quejó—. Carajo, me duele todo…

Jörg rió emocionado, su hijo no había muerto y cuando dijo eso, Tom se arrodilló para verlo.

—¡Bill, Bill! Creí que estabas muerto, santo cielo, no lo vuelvas a hacer. —Tomó su rostro y vio sus facciones y rostro pálido como la hoja de un papel y los ojos rojos ya que venitas se habían reventado—. Luces terrible, estás horrible…

—Debe ser la fiebre alta, debe ser la mordida —dijo Jörg ayudando a levantar a Bill.

—Soñé… —se cogió la cabeza—. Soñé que era un monstruo. Me duele todo, sáquenme de aquí.

Tom comenzó a llorar, todo había sido demasiado emocional para él y cuando ayudó a su papá a trasladar a Bill hacia la cama de la habitación, éste se percató de su extraño comportamiento y arremetió contra Tom tomándolo de la chaqueta, lo arrinconó desprevenido contra una de las paredes y lo miró a los ojos. —Te quiero de vuelta, ¿me oíste? Estoy harto de verte así, débil, ¿dónde está mi hermano que me llevó de la mano, que me dijo que no llorara cuando rescatamos a nuestro padre? ¿Qué mierda le pasó a ese Tom? Ahora solo escucho tu llanto y me perturba. —Soltó mirándolo con cólera. Tom estaba sorprendido y tomó ambas de sus manos puestas en su cuello.

—Yo…

—¡Dime que dejarás los sentimientos! ¡Acá no tienen valor, ¿me entiendes?! —Tom asintió, Bill tenía razón.

—Sí. 

—Bien, entonces dime que me acompañarás a sacar a todos de esta casa y con vida.

—Bill, afuera se han amontonado muchas criaturas. —Interrumpió su padre.

Bill volteó a verlo y soltó a un Tom desconcertado por su comportamiento, pero comprendió que Bill tenía razón, debía ser fuerte, no había tiempo para lamentarse ni mucho menos llorar. Se secó las lágrimas y Bill miró a su padre.

—Pues debemos matarlos a todos —dijo buscando su arma.

Jörg solo asintió, debían enfrentarlos porque nada ganaban escondiéndose, confiaría en Bill y en su energía.

Bill buscó un vendaje para ponérselo en el brazo diciendo que no había tiempo, que luego vería cómo buscar medicamentos para la infección, pero solo por el momento debía contener la herida y así lo hizo con ayuda de su padre.

Bill, al momento de abrir la puerta, se encontró con el arma de Georg apuntándole la cabeza.

—¡Alto! —Exclamó Georg con Pamela detrás suyo, ella miraba a Bill con mucho temor y no pudo apuntarle con el arma, la bajó ni bien lo vio. El pequeño Alex, en sus brazos, prefería no mirarlo.

—¡Pero qué demonios te pasa!

—¡No te muevas! —gritó asustado—. No te muevas o disparo.

—¡Hey, Georg! —gritó Tom desde atrás—. Baja esa arma, él no es una criatura.

—¡Pues lo parece! ¡Parece a esas criaturas que hablan, no te confíes! —Bill se ofuscó con ese pensamiento y tomó el arma de Georg para apuntar hacia el techo, acercándose a él mirándolo con cólera.

—Escúchame bien, si vas a seguir con lo mismo te quitaré el arma y luego no te quejes de que no podrás defenderte. ¡Soy yo! Y quiero que dejen esa cara. Afuera hay muchas de esas cosas que necesitamos eliminar, este lugar se ha infestado.

Seguido, comenzó a bajar las escaleras escuchando los ruidos alrededor de la casa… las criaturas golpeaban las paredes de madera y buscaban romper la casa, era demasiado tarde, estaban rodeados de ellos.

Bill se quedó parado frente a la puerta principal con el arma entre sus manos y las piernas abiertas. Los demás bajaron detrás de él y se quedaron muy quietos. Jörg iba detrás y después de él Tom y Georg y más atrás, una muy asustada Pamela con el niño en brazos.

—No pretenden salir, ¿verdad? —Preguntó ella—. Tenemos un pequeño entre nosotros —les recordó. 

Bill se puso a pensar en la situación. Sería muy arriesgado abrir la puerta, pero a la vez sería como un embudo, solo pocos podrían pasar por ahí y sería la única forma de ir matándolos poco a poco.

—Abriré la puerta y quiero que usemos todo lo que podamos para ir quitándoles las cabezas uno a uno.

—¡Es una locura! —gritó Pamela.

—No, no lo es, locura es quedarnos aquí parados esperando que las paredes sedan por el propio peso y ser devorados, nadie quiere eso, ¿verdad? —Todos dijeron un no muy temeroso—. Pues entonces, busquemos todos los fierros y cuchillos que tengamos.

Así lo hicieron, cada uno buscó un arma y había en la casa varias de esas cosas pues en lo único que pensaban era en eso, en cómo defenderse.

—No puedes abrir solo la puerta, Bill —exigió Pamela—. Con el peso entrarán a montones. —Bill se puso a pensar en eso, pero rápidamente ideó un plan.

—Abriré la puerta pero solo un poco para que solo entre el cuerpo de uno de esas cosas, debemos poner todos los muebles que podamos para que la puerta no se abra en su totalidad y cortaré las cabezas de los primeros que entren, papá y Tom jalarán los cuerpos inertes hacia adentro y Pamela con Georg los irán apilando para luego sacarlos de esta casa.

Era algo muy arriesgado, pero no había otro plan. Era matar a todos o morir.

Entonces, cuando todos hubieron tomado sus fierros y cuchillos y habiendo puesto los muebles cerca a la puerta para que ésta no se abra del todo, Bill suspiró hondo y abrió la puerta emitiendo un grito como el de un león y se dispuso a clavarle el cuchillo a la primera cabeza que asomó…

Pero su grito estremeció incluso a las criaturas, que lejos de empujar hacia la puerta, se quedaron estáticos, confundidos y algunos hasta asustados.

¿Las criaturas podían sentir temor? Quedó la fría incógnita en el aire mientras los demás miraban con asombro cómo todos habían dejado de empujar hacia adelante y hubo el primer contacto ocular sin violencia entre los humanos y las criaturas…

El primer contacto con las criaturas... ¿qué creen que saldrá de todo eso? ¿Por qué creen que se han detenido? ¿Creen que Bill es normal? XD Espero saber lo que piensan, no sean tímidos ni fantasmas :c