domingo, 24 de noviembre de 2013

Vacaciones - 25

Hola a todos, lamento demorar tanto u_u me olvidé de mi propio fic D: pero aquí les dejo éste capítulo, espero les guste *-*~ gracias por seguir la historia.
Por Tom:

La ira recorría mi cuerpo, quería destrozarlo.

Preferí salir de su habitación lo más rápido posible o le haría daño. Haberlo visto besar a otro hombre había sido demasiado.

En mi habitación aun no salía de mi asombro de todo lo acontecido. Pensando, se me vino a la mente un recuerdo vago de cuando teníamos catorce años, hace casi dos años atrás…


Estaba viendo un programa de televisión, uno que hablaba sobre la atracción sexual, temas de sexualidad siempre eran de mi interés. Ahí decía algo así como que para evitar el incesto la gente por naturaleza desarrolla una aversión inconciente con los propios miembros de su familia, esto se debía al olor corporal que desprendemos todos. Me puse a pensar en Bill.

—Olor corporal, ja, mi hermano apesta. —Reí ante esa noticia, era verdad lo que decían, no me parecía en nada atrayente su olor, era demasiado artificial.

Pero como era curioso, fui a la habitación de Bill aquella vez, él no estaba, era de noche y había salido quien sabe con quien. Su habitación estaba abierta, así que entré y busqué su almohada, la olí descaradamente. Era verdad… no me atraía en lo más mínimo. Me sentí ridículo por hacer ese experimento, pero insistí y busqué en su ropa sucia una polera, la olí y realmente era desagradable. 

Eso quedó ahí, regresé a mi habitación a dormir. Más tarde, horas más tarde, Bill llamó a mi puerta, no era común que lo hiciese, nosotros no nos llevábamos nada bien. Pero accedí que entrara, sigilosamente él entró algo tímido se sentó en mi cama.

—¿Puedo dormir aquí? —preguntó bajito.

—No. —Fue mi escueta respuesta. Realmente me incomodaba todo de él, era demasiado quejica, delicado, opuesto a lo que yo era.

—Tomi… —Insistió. Con sueño y pesadez me hice a un lado, él se recostó ahí y le di la espalda.

—Si roncas te boto de mi cama. —Amenacé.

El tiempo pasó y otra vez caí en sueños, o eso creí, me removí en la cama y di con la espalda de mi hermano. No sé por qué me desperté algo agitado, tenía plena conciencia de lo que estaba pasando, su cabello cerca de mi nariz me hacían cosquillas, su respiración pausada por el sueño se escuchaba en toda la habitación. Y noté algo extraño, tenía una curiosidad por él en ese momento, algo pasaba conmigo que hacía que mi corazón latiese un poco más rápido de lo normal. Abrí mis ojos sorprendido, me acerqué un poco más a él, pudiendo oler su cabello, mis labios dieron con su nuca y él gimoteó bajito, fruncí en ceño… ¿Y si sólo lo tocaba? Me sentía como un abusador o algo así, pero tenía mucha curiosidad, más que curiosidad era el deseo de calmar algo que crecía en mí en ese momento. Pasé el dedo índice por su cuello, se removió un poco. Otra vez me acerqué a él y besé parte de su piel desnuda sintiéndome realmente mal, culpable y avergonzado por mi comportamiento, la incomodidad en mis pantalones de pijama se hizo presente, me había empalmado con mi hermano, no era nada agradable saber eso, entonces descubrí que Bill era atrayente, no sé cómo pero para mí en ese instante era atrayente, olí otra vez su cabello y su piel. Todo yo temblé de manera rara. Recordé el maldito programa de televisión, no era verdad, el olor de Bill en ese momento era embriagador, tanto así que sentí la sensación desbordante de querer tomarlo, ni siquiera me imaginé cómo podía ser, solo quería tocarlo hasta correrme en él. Me odié mucho.

—¡Levántate! —Le grité empujándole.

—Ahh… Tom, qué pasa. —Se dio la vuelta encarándome.

—Apestas, largo de mi cama, sal, no quiero que duermas aquí, haces ruido, ¡Vete! —Me miró confundido.

—Te odio —dijo tajante—. Nunca me podré llevar bien contigo, eres egoísta, un mal hermano, no debiste ser mi gemelo.

—Tú no debiste ser el mío, un chico que se cree una princesita ¡Sal de mi cuarto! ¡Ahora! —Me dio una bofetada—. ¡Ves, y más encima das bofetadas como las nenas! ¡Vete!

Salió de mi cama muy molesto, tiró mi cuaderno de dibujos al piso, gritó muchas cosas que papá y mamá salieron de su habitación a ver qué pasaba… hubo sermones y cosas por el estilo, pero nadie quitaba mi molestia.

Cuando todos salieron de la habitación y otra vez hubo silencio, maldije mucho… la erección que tenía entre las piernas seguía ahí como recordándome aquella sensación prohibida. Su olor permanecía torturándome toda la noche.

Después de ese incidente la relación entre Bill y yo empeoró… nos odiábamos a muerte. Todo hasta que ambos fuimos de vacaciones, en menos de un mes las cosas había dado un giro tremendo.


Afirmar en mi mente que Oberhaverbeck era un pueblo maldito porque me hacía ver a Bill de otra manera sólo era una manera de justificar mis pensamientos impuros con mi hermano. Sabía desde antes que algo podría pasar si él y yo estuviésemos solos… 

Si Bill supiese todo lo que tuve que hacer para no romper los límites, realmente él no sabía nada.

Antes de que Bill llegara a la casa, estuve en su habitación merodeando sus cosas, cada cosa de él ahora me parecía interesante. Odié sus peluches, era verdad que tenía una colección bastante patética ahí, ositos, osotes, peluchitos de cachorritos, de seguro todos dados por Gustav. Tomé uno de esos peluches y le quité el relleno, no fue difícil, después de darme cuenta de lo estúpido que había sido tuve que botarlo a la basura, sólo esperaba que Bill no se diera cuenta, pero es que la cara de ese peluche era como la de Gustav, se sintió muy bien destrozarlo. Regresé a su habitación tenía su cómoda con muchos perfumes y maquillaje, su ropero lleno de ropa fina, que lujo de vestirse así. Me recosté en su cama a esperarlo, tenía una botellita de lubricante en el bolsillo, hoy supuestamente probaríamos algo nuevo. 

Recostado en su cama abracé su almohada sintiendo su olor, ese olor que ahora me volvía loco, todo de él. Intenté llamarlo por milésima vez para decirle que se apurara, que ya no aguantaba más, pero no contestaba.

Y luego escuché el auto de Gustav, fruncí el ceño al ver la hora, que tarde… lo que aconteció después fue horrible. Miré por la ventana, ahí estaban los dos, abajo en la vereda de la casa, Gustav se le acercó y mi hermano no se movía, se le acercó demasiado y luego se besaron como dos novios. Bill no lo abofeteó o le pateó los huevos como yo lo hubiera hecho, probablemente le hubiera hecho lo que le hice al peluche, pero él ni le gritó, nada. Entonces, qué quería que piense, él me engañaba con ese sujeto, ni bien llegamos aquí. 

El odio que sentí la rabia era tanta que lágrimas de frustración se acumularon en mis ojos, las sequé como pude. Escuché que subía… y yo me oculté en la esquina de su habitación, quería saber qué tramaría. Entró agitado, nervioso, asustado encendió su lámpara… y al verlo frente a mí solo quise destruirlo. Después de encararlo, salí de su habitación pues sería capaz de hacerle daño, no podía controlar esta sensación horrible dentro de mi pecho, esta sensación de sentirme traicionado y de que perdía lo más lindo de mi vida.

Recostado en mi cama empecé a golpear mi almohada, quería destrozarla… oí pasos en el pasillo. Luego un “toc, toc” en la puerta me hizo sobresaltar de mi cama.

—¿Quién? —pregunté dudoso, podría ser mamá o papá… o tal vez…

—Yo… —La voz de Bill resonó en el silencio de la noche, ¿cómo se atrevía a venir a mi puerta después de lo que hizo?

—¡Vete! —Grité sin darme cuenta de que papá y mamá pudiera oírme… Hubo un silencio prolongado en donde sentí mi corazón bombear como loco, y empecé a ponerme ansioso, nervioso, intranquilo.

—Tomi… —Otra vez ese tono de voz, esa voz que me derretía.

Pero sabía que si abría esa puerta solo tenía dos maneras de actuar, la primera sería golpearlo severamente y la segunda follarlo hasta que sangre, ambas eran horrendamente dañinas. Así que me contuve ahí recostado en mi cama, me puse la almohada en las orejas para no escuchar nada más. Me sentía mierda—. Déjame explicarlo… —Con la voz llorosa se humillaba, pero no le daría la cara, no lo haría o lo dañaría.

No sé cuanto tiempo más estuvo suplicando entrar, aplastándome en la almohada me quedé ahí… pensando, recriminándome y lamentándome. Pude dormir después de un largo rato, horas tal vez.



Por Bill:

Mi corazón se había roto. Había perdido mucho aquella noche. Un amigo, un amante, un hermano. Era demasiado ¿Era mi culpa? ¿Qué hice mal?

Pasé toda la mañana en mi cama, pues en la noche dormí algo en el pasillo pidiendo entrar al cuarto de mi hermano.

Mi celular sonaba tanto que terminó por quedarse sin batería, no pensaba cargarlo pues sabía que era Gustav, en parte el causante de todo esto, con más razón no quería ni verlo.

Recuerdo que antes, cuando teníamos catorce años había problemas con nuestros padres, yo intentaba acercarme a Tom, pero siempre él era el que me rechazaba. Era como un odio que tenía hacia mí y yo llegué a detestarlo porque siempre estaba en mi contra, siempre insultándome, y despreciándome. En esta casa las cosas eran así.

Suspiré ansiando regresar al bosque, allá no había complicaciones como aquí, allá sólo éramos dos jóvenes queriendo experimentar el amor. Lo habíamos conseguido el uno del otro. Allá había aprendido a amar, allá nos habíamos entregado el uno al otro.

Aquí, todo volvió a ser como en el principio. 

Me levanté de la cama cerca del medio día. Al bajar por un vaso de leche no encontré a nadie excepto a mi mamá.

—Mami —dije cansado.

—Bill. —Ella preparaba el almuerzo—. Debo hablar contigo.

—Sí.

—Tu padre y yo hemos sido invitados a cenar a la casa de Ernesto, regresaremos tarde, y me ha dejado algo de dinero para tus cosas, sé que perdieron todo allá en la casa de los abuelos, puedes tomarte la tarde en comprar lo que quieras. —Con este estado de ánimo, salir de comprar no era realmente importante. Pero lo necesitaba—. Tom no está, por eso te informo esto a ti, te dejo su dinero y se lo das cuando decida aparecer. 

—¿Dónde está?

—No lo sé, salió esta mañana, no quiero que estén peleando.

—¿Él dijo que peleamos?

—Sí, algo pasa con tu hermano, cuando vinimos a casa ustedes estaban bien, salió diciendo que no quería estar aquí por ti. —Mis ojos se aguaron, si mi madre supiese lo que eso significaba para mí—. ¿Pasa algo?

—No… —dije con un nudo en la garganta—. Todo está bien…

Me fui con el dinero de ambos a la calle. No llevé el celular, fui a la casa de una de mis amigas, Karem, ella era buena acompañándome en hacer compras. 

—¡Te extrañé! —gritó abrazándome al llegar a su casa, ya no sabía cómo interpretar ese “Te extrañé”. Ahora sería precavido.

Ambos fuimos de compras, quería distraerme un poco ¿Qué estaría haciendo Tom? Mi amiga no dejaba de hablarme.

—Bill, te estoy hablando y hablando, y tú tan callado, ¿pasa algo? —Por más confianza que le tuviese no podía contarle todo lo que había pasado.

—Bueno, discutí con Tom.

—Siempre lo haces, qué tiene eso de raro, más bien pobre tú, de seguro la pasaste muy mal allá en ese pueblo a donde te fuiste solo con el bestia de tu hermano, te compadezco jajaja… —Si supiera…

—Él es bueno. —Suspiré—. Un buen hermano, y atento, es… —Suspiré otra vez—. Es especial.

—Wow, que profundo, jamás pensaría así de mi hermano, menos si fuera como el tuyo.

Así me desahogué un poco contándole algunas experiencias allá en Oberhaverbeck como cuando nos perdimos en el bosque y encontramos un cervatillo, como cuando él y yo paseamos con los caballos después de estar en el lago allá perdidos otra vez, tenía tantos recuerdos buenos a parte de todas las veces íntimas, había compartido mucho con él, las veces sobre la pradera, cuando hablábamos, cuando reíamos. Obvié decirle que me había dibujado desnudo y todo lo que habíamos sido capaz de hacer. Cada recuerdo dolía.

—En serio que no pensé que se llevarían bien, es un milagro.

—Sí… fue un milagro Karem, uno muy lindo.

Ahora todo era mierda, como una pesadilla. Terminé de comprar algo de ropa, aún mantenía conmigo el dinero que correspondía a Tom, se lo daría cuando esté en casa. Me despedí de mi amiga, debía regresar, ella y yo decidimos ir a matricularnos en el instituto dentro de poco. Las vacaciones terminaban y era tiempo de regresar a lo de antes.

Que literal sonaba eso, regresar a lo de antes…

Al llegar a casa, ya a las seis de la tarde, había música que se escuchaba hasta la calle, Sami Deluxe, sólo puede ser música de Tom. Tuve miedo de entrar, había tantas voces ahí dentro ¿Una fiesta? ¡Una fiesta mientras mis padres no estaban! ¡Una fiesta después de lo que pasó entre nosotros! Abrí la puerta decidido. Al entrar ahí estaban todos sus amigos, de esos que siempre he detestado, vestidos de una manera horrenda, tomando cerveza. Siempre eran de molestarme, avergonzarme, e incluso había uno que se las daba por hablarme obscenidades e intentar ligar conmigo, maricón empedernido, pero como yo era el que se pintaba los ojos, para todos ellos yo era el marica. Tom no era de defenderme de ellos, por eso, cuando los veía siempre trataba de evitarlos. Y ahora estaban dentro de la casa tomando cerveza, escuchando música a alto volumen y tenían compañía femenina, dudaba mucho que sean simples señoritas de su casa, todas eran unas zorras calienta pollas. 

La mirada de alguno de ellos se clavó en mí después de cerrar la puerta.

—¡Tom, tu hermana! —gritó ese que se llamaba Nick, el que era de molestarme con más ahínco. Pasé de él y me adentré en mi casa. No vi a Tom. Alguien puso su mano sobre mi hombro y volteé furioso—. Hola, nena. —Era él, Nick.

—Aléjate de mí o te parto los huevos. —Amenacé.

—Jajaja, ¿no quieres jugar? —Me dio una fuerte palmada en el trasero y grité asustado, lo empujé, pero alguien vino detrás de mí y lo empujó hasta que cayeron sobre el mueble. Era Tom y mi corazón se aceleró.

—¡Joder, Tom! —Gritó Nick.

—¡Qué le hacías a mi hermano! —Un golpe impactó en su mejilla, Tom lo molía a golpes en mi delante—. ¡No lo vuelvas a hacer! ¡Me entendiste! —Otro golpe más.

Todos los presentes se acercaron confundidos, queriendo separarlos, yo aun no salía de mi asombro, gritaba a Tom que lo dejara, que ya era suficiente, ellos se peleaban peor que animales y cayeron al piso.

—¡Es sólo el marica de tu hermano! —Se atrevió a decir y recibió otro golpe en su rostro—. ¡Qué pasa Tom! —Había sangre saliendo del labio de ambos. Antes me hubiera desmayado, ahora solo me causaba repulsión.

—¡Tom, basta! —grité alto, pero nada, estaba desquiciado golpeando a su amigo, éste se levantó y con una botella de cerveza golpeó en la cabeza de Tom—. ¡Ahh! —Las cosas se salían de control, las demás personas los agarraron y separaron, ahora Tom lucía aturdido pero aun furioso, logró fulminarme con su mirada amenazante.

—¡Lárgate, Bill! —Me gritó mientras era atendido por sus amigos—. ¡Sólo vienes a provocar con tu culo aquí! —Desgraciado, me dolía lo que decía. Muchas voces por todos lados, buscaban explicación, él nunca antes me hubiera defendido de alguno de sus amigos, pero todos podían ver el mismo odio que antes sentía por mí, lo veían en su mirada y en esas ganas de querer liberarse de ellos e ir tras mí para molerme a golpes—. ¡Qué esperas! ¡Fuera! —No iba a llorar delante de toda esa gente así que subí las escaleras rápidamente y me encerré en mi habitación.

Las cosas eran como antes, aunque Tom me hubiese defendido, él me odiaba como antes…
Las cosas empeoraron u_u pero veremos qué más pasará. Los quiero *-*~ espero saber sus opiniones. 

5 comentarios:

  1. D: ¿cómo todo se volvió un caos tan rápido? :/ Tom... Ahh >.< lo que puede causar una mala interpretación :/
    xD me gusta que se compliquen las cosas, es emocionante. XD bueno, mientras todo se solucione luego, claro está.

    Cuídate! Besitos! :3 :3

    ResponderEliminar
  2. oooooooooooh nooooo :(
    era todo tan perfecto
    pero bueno, me queda la esperanza de que Tom igual lo defendió y lo sigue queriendo
    BILL! TOM NO TE ODIA ! </3

    ResponderEliminar
  3. me voy a la vergaaaaaaaa(? vbmkjdsjksddf ;A; Tom se complica hasta los extremos!
    Aunque obviamente aún ama a Bill<3 aunque esto le pone aún más emoción xD
    Entraba todos los días a ver si actualizabas este fic,soy feliz :33

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias a cada una por sus comentarios! pensé que este fic ya no era muy leído, pero me di cuenta de que no es así, así que actualizaré pronto n_n les gustará lo que viene >:D

    ResponderEliminar
  5. Esa Simone es una loquilla, qué madre más desnaturalizada diciéndole eso al chamaco.

    "—Sí, algo pasa con tu hermano, cuando vinimos a casa ustedes estaban bien, salió diciendo que NO QUERÍA ESTAR AQUÍ POR TI. —Mis ojos se aguaron.... "


    y todavía pregunta: " ¿Pasa algo? "


    JajajajjaaxD pero estuvo muy bueno este capítulo Pink. Gracias.

    ResponderEliminar