sábado, 7 de diciembre de 2013

Hasta el final de los tiempos - 20

Hola a todos *o* luego de algún tiempo traigo otro capítulo. Sinceramente estoy emocionada por lo que imagino de este fic, espero ustedes también~ Aquí hay una muy pequeña parte de la sugerencia que me dio Adriana por ser la que primero comentó en el anterior capítulo*-*¡Los quiero!
Ninguno encontraba lógica a lo que veían sus ojos, ¿qué había pasado? De un momento a otro las criaturas habían dejado de empujar las paredes, rasguñarlas y amenazar con romper todo a su paso para poder entrar.

De un momento al otro se habían detenido y miraban expectantes a los ojos de quien había gritado. Bill, con cuchillo en mano, se quedó sorprendido por el extraño comportamiento de los otros.

—¿Qué mierda pasa? —preguntó Tom con la respiración acelerada, todos estaban agitados por la adrenalina, el temor de morir y la disposición de atacar.

—No sé —dijo Bill mirando fijamente a uno de la criaturas que estaba más próximo a él.

—¿Qué pasa? —preguntó Pamela.

—No entiendo —habló Georg.

—Es todo tan extraño —dijo Jörg acercándose a la puerta y fue cuando una de las criaturas quiso morderlo, Bill se alteró y le clavó un cuchillo en la cabeza del atrevido matándolo al instante.

Los zombis se miraron unos a otros extrañados de ese comportamiento y luego miraron a Bill, uno de ellos le gruñó cerca del rostro.

—Esto no está bien —dijo Jörg a los demás, tomando el brazo de Bill para jalarlo dentro de la casa por si alguna de esas cosas decida atacarlo.

La puerta estaba semi abierta y Bill se libró de agarre de su padre. Quería salir para comprobar si le atacarían o no, era una situación muy arriesgada, pero Bill no sentía el miedo como los demás presentes, casi sentía el nerviosismo extraño que sería salir hacia una multitud de personas normales, no podía sentir el miedo como los otros.

—Espera, hey, espera —dijo su papá jalándolo de la vestimenta—. Bill.

Tom observó cómo se resistió a ser jalado por su papá y abrió un poco más la puerta, mirando a las criaturas a los ojos, vigilando sus movimientos.

—Comida —dijo uno de los zombis con una grave voz y lento. Era uno tipo B, uno gordo y más alto que los demás. Bill lo miró a los ojos analizando las cosas.

¿Poseían inteligencia? ¿Por qué le estaba mirando como si fuera consciente de la realidad.

—No hay comida —dijo serio y todos los zombis gruñeron insatisfechos—. ¡No hay comida! ¡Largo! —Amenazó alzando su brazo con el cuchillo, gritando. 

Las criaturas gruñeron, pero cuando él salió, cada una se iba haciendo a un lado para dejarlo pasar.

—¡Qué haces! —gritó Jörg, algo como eso no estaba en sus sueños, no podía predecir ni intuir nada, Bill simplemente actuaba sin medir las consecuencias—. ¡Bill!

—¡Bill! —gritó Tom saliendo para tomar su brazo.

Bill respiraba agitado, mirando a todos lados directamente a los ojos de las criaturas, algunas de ellas evitaban verlo a los ojos, ladeaban la cabeza y otros la bajaban, eran como animales intimidados, pero uno de ellos, el más alto de todos, estaba a su frente con el rostro bien en alto, mirándolo.

—Tienes comida —habló lento con voz muy grave, Bill se le acercó y alzó la vista para mirarlo, le llevaba una cabeza de alto y era como el doble o hasta triple de su peso.

—Dije que no, quítate —habló entre dientes, alzando el cuchillo. Todas las criaturas se miraron entre ellos, ansiosos, respiraban rápido y hacían sonar sus dientes masticando el aire y oliendo a su alrededor. Sabían que había comida.

—No —sonrió de forma maléfica—. ¿Qué te hace pensar que así lo haremos? Hemos venido a comerlos. —La forma en cómo hablaba alteró a los demás, parecía como si estuvieran hablando con demonios.

Adentro de la casa, los demás observaban el escenario, no podían creer lo que pasaba, cómo así las criaturas se habían detenido y no solo eso, uno de ellos hablaba como si nada con Bill, precisamente él y ninguno se atrevía a atacar.

Bill estaba sorprendido también, pero no se inmutaba, no se intimidaba, tampoco tenía temor, solo una corriente de excitación que por ratos le hacía sonreír hasta mostrar sus dientes y no dejaba de mirar a los ojos al zombi que tenía enfrente. 

—Danos a tu gente y te dejamos pasar —ofreció la criatura y Bill se puso serio.

—No, nosotros no somos comida. —El zombi abrió la boca y le mostró sus colmillos, su aliento apestaba a podrido y Bill alzó su cuchillo y se lo clavó directo en la frente. Le costó mucho clavárselo pero lo hizo en un movimiento rápido. El enorme ser, cayó muerto haciendo un sonido como si se hubiera desplomado un saco de papás muy pesado en el suelo. Las demás criaturas se hicieron a un lado y se exaltaron comenzando a gritar como águilas.

En la casa, todos estaban muy asustados, esas cosas podían arremeter contra Bill y era muchas, pero ninguna hizo nada, solo protestaron. 

—¡Alguien más quiere de esto! —gritó Bill con cuchillo en mano—. ¡Alguien quiere poner en peligro su mugrosa existencia! —Regresó hacia la puerta de la casa y la abrió.

A unos pasos hacia el frente estaba el enorme tractor que a Bill y su papá los había traído a casa la última vez. Bill había visto por conveniente subir todos ahí y partir.

—¿Estás loco? No saldremos, nos comerán —dijo Pamela muy asustada.

—Mujer, nadie comerá a nadie, ¿no ves? —dijo Bill con una sonrisa, tomando su brazo—. Estas cosas parecen entender nuestro lenguaje, no nos harán nada, pero por precaución mantengamos nuestras armas en alto. 

Todos los presentes se miraron a los ojos. Bill volvió a asomarse a la puerta, se habían aglomerado y salió con cuchillo en mano amenazando clavarlo a la cabeza que se acercara más.

—¡Fuera! —gritó moviendo su brazo con violencia. Parecían buitres acercándose cautelosos, oliendo en el aire y gritando como aves de rapiña. Tenían mucha hambre y las personas que podían oler solo les provocaban salivación y ganas de morderlos para comerlos.

Bill abrió paso y detrás de él avanzó su papá con arma en mano, más atrás Georg tomaba de la mano a Tom mirando a ambos lados a cada momento mientras caminaban por entre las criaturas, detrás de ellos Pamela iba con el niño Alex sin ningún arma en la mano, iba tomando la camiseta de Georg.

Bill abrió la puerta del tractor matando a una criatura que se le acercó mucho y todas las demás gritaron enfurecidas. 

—¡Ahhhh! —un grito horrible se escuchó entre la multitud y todos miraron hacia atrás, era Pamela quien gritaba luchando contra un grupo de criaturas que le arrebataban al niño.

El niño… el pequeño de cuatro años lloraba despavorido y Bill corrió apresurado viendo como las criaturas lo arrebataban de sus brazos y luego se amontonaban.

Todos gritaron, las criaturas se aglomeraron en el pequeño cuerpo, la pequeña presa capturada… todos querían un poco de él. Fue cuando la balacera comenzó, todos dispararon hacia las cabezas de los zombis y Bill intentó salvarlo, pero todo había pasado tan rápido que no encontró ni sus huesos. 

Uno a uno los más de cuarenta seres iban cayendo al suelo muertos. Bill usaba el cuchillo y luego vio escapar a algunos que eran conscientes de que podían morir, prefirieron retirarse dejando un escenario sangriento.

—¡Qué mierda hiciste! —reclamó Bill a Pamela. Ella solo lloraba desconsolada, no sabía cómo así esas cosas le habían quitado al pequeño de sus brazos y luego se lo habían comido tan rápido. Aun no salía del shock, estaba aterrada de saber que ese niño ya no existía más.

Los demás subieron muy rápidos al tractor, veían algunas criaturas enormes correr hacia ellos y ya no tenían más municiones, si seguían enfrentándose de seguro habría otra víctima que lamentar.

Georg tomó el volante y encendió el tractor, a su lado subió Tom y al lado de éste Bill, luego su padre alzando a Pamela para que se sentara en sus muslos. Bill estaba tan molesto con ella que ni la miraba. Dentro del tractor era puro llanto de la adolescente. 

Georg estaba tan asustado que aceleró aplastando a algunas criaturas con las enormes llantas. Tom miraba al frente con los ojos muy abiertos del susto, podía ver las sombras de muchas criaturas acercándose por los sonidos. Bill tomaba en sus manos todas las armas para revisarlas, quería contar las balas, eso era lo que le importaba en esos momentos. Jörg abrazaba a la pequeña, podía verla como una hija y le pareció muy mal de parte de Bill haberle gritado. Pamela lloraba sentada en las piernas del señor Kaulitz, no podía creer lo que había vivido, el pequeño Alex había sido comido cruelmente y pensó que nunca tendría hijos en esas circunstancias, si fuera posible se esterilizaría antes de quedar embarazada. 

—Ya… shh… —decía Jörg soplando el rostro de la pequeña quien tenía ambas manos cubriendo su rostro mientras el tractor avanzaba apresurado.

—Mi pregunta es… ¿cómo mierda Pamela y el niño estaban atrás? ¿Qué les pasa? —exclamó Bill en un momento en que todo fue silencio.

—Yo… —dijo Tom.

—Bueno, no sé… —dijo Georg.

—Yo no lo quise —dijo Pamela llorando otra vez.

—¡Cállense todos! —gritó Bill—. Estas cosas no deben de pasar. Hoy fue Alex, mañana puede ser uno de nosotros.

—Menos tú —dijo Tom mirándolo—. Explícanos qué fue lo que pasó, por qué a ti no te atacaron y qué fue lo que conversaste con esa cosa. —Bill sonrió un poco y miró a su papá.

—Creo que nuestro padre tiene cosas qué decir, ¿no es así? —Todos miraron a Jörg algo sorprendidos.

—Inyecté a Bill una cosa verde, lo hice por órdenes de alguien con mi mismo don. 

—¡Hay una cura! —exclamaron todos.

—No, no, esperen —dijo Jörg—. Solo era para Bill, tenía dos frascos, uno se lo inyecté a Bill y el otro se quedó en el sótano, lamentablemente es así. Pero por eso debemos ver la forma de seguir los mapas y llegar a los demás refugios. Nuestra meta es llegar donde David y los suyos, hay más como nosotros, debemos encontrarlos, pero antes… antes, mis sueños dicen que debemos ir a las montañas, acá solo encontraremos peligro, debemos ir al refugio que está en las montañas.

Si antes le discutían cada cosa que Jörg decía, ahora todos confiaban en sus palabras, por algo estaban ahí, porque Jörg lo había soñado.

Otra vez el silencio reinó entre todos y en la desolada carretera vieron el amanecer. La luz del sol entraba a través de la enorme ventana del tractor. Necesitaban parar porque el calor comenzó y luego de la lucha todos necesitaban con urgencia un baño además de comida.

—Si no me equivoco hay un río cruzando este bosque —dijo Georg estacionando el tractor al lado de la entrada de un bosque. No había criaturas cerca, todo lucía desolado, era la carretera que llevaba a las montañas.

Necesitaban mover las piernas, ir al baño, mojarse la cara, quitarse esa tensión o explotarían. Sus vientres rugían de hambre menos el de Pamela, ella se sentía depresiva, como si viviera una pesadilla, no tenía ánimos de nada, pero se juntó más al padre de los gemelos que era el único que parecía entenderla.

—Ya pequeña, no estés así. A Bill se le pasará la cólera, tenlo por seguro —dijo él esperando que ella dejara de estar triste. Pero no le contestó nada, lejos de eso, se le juntó más y Jörg pasó un brazo por sobre sus hombros, en un fraternal abrazo.

Bill vio con recelo la escena, pero se sentía aun molesto así que evitó decir algo al respecto, no sabía por qué últimamente su carácter era irritable y por esa razón necesitaba salir a matar criaturas como una forma de desestresarse de esa sensación. 

Se adelantó por el camino boscoso en busca del agua, detrás de él iba Georg con Tom. Eso también logró molestarlo, Tom siempre estaba con ese tipo, ¿acaso eran pareja? Bill no podía negar que sentía celos, Tom era su hermano, era suyo en cierta forma, Georg parecía estar enamorado de él y eso no lo tenía en paz.

Al fin encontraron el dichoso río, era pequeño con mucha vegetación y grandes piedras a ambos lados. Todos tenían ese grueso traje que les protegía de las mordidas, pero ni bien vieron el agua cada uno comenzó a quitárselos, menos Pamela, el hecho de ser la única mujer y estar depresiva la llevó a quedarse en la orilla viendo como los cuatro hombres corrían en ropa interior hacia la fresca agua. 

Los ojos de Tom buscaban a su hermano sumergido en el agua. Bill podía sentir eso y le sonreía malicioso cada que podía, pero Georg captaba su atención con sus bromas y le salpicaba agua a la cara cada vez que veía que volteaba el cuello para buscar a Bill.

—Estoy aquí, oye… —reclamaba Georg y Tom le frunció el ceño.

Georg se sumergió en el agua y los ojos de Tom buscaron a su hermano. Se alejaba de todos por la orilla, caminando hacia unas rocas donde sus ropas estaban. Al otro extremo de ellos estaba Pamela, sentada en una roca, remojando sus pies, sintiendo sus lágrimas caer de a pocos al agua. Jörg se le acercó percatándose de que ninguno de los jóvenes le prestaba atención.

—Sé por qué estás así… por mi hijo. —Ella lo miró y sus labios temblaron.

—No, no es por Bill, hace tiempo dejé de ser alguien importante para él. —Bajó la cabeza llorando—. Es solo que… que en este mundo uno no puede aferrarse a nadie, señor, ¿se da cuenta? Yo llegué a querer a ese pequeño que no hablaba, casi como… como un hijo —dijo en un susurro—. Juro que nunca seré madre en este tiempo, así como está el mundo ser madre sería condenarse. Usted no entiende esto que digo porque usted es hombre. Para mí, en mi condición de mujer, renunciar a la maternidad no es algo tan fácil, pero es necesario. —Jörg no sabía qué hacer, detestaba estar sin Simone en ese momento pues lo que necesitaba la pequeña era un abrazo, pero él era un señor, no se sentía con la suficiente confianza para estirar el brazo y pegarla a su cuerpo.

Extrañas sensaciones nacieron ese mismo día en Jörg, una pequeña promesa de cuidad en lo secreto de Pamela a quien le sobó la espalda escuchándola llorar.

Tom buscaba a Bill, no podía ser que se le haya escapado de la vista. 

—Hey, Tom —reclamó Georg.

—No jodas Georg, iré a buscar a mi hermano.

—Hey… —reclamó un poco molesto.

—Es mi hermano, deja de verme así. —Georg sabía que esa sería la excusa de siempre para ver a su novio correr detrás del otro. Se plantearía de manera seria el tener que controlar sus sentimientos, Tom le gustaba mucho, lo quería, lo deseaba, pero no podía obligarlo a quererlo como él quisiera.

Tom por un momento pensó que Georg lo seguiría, eso lo molestaría, pero como Georg era su amigo y lo conocía muy bien, se quedó en el río sumergiéndose otra vez y fue así como se armó de valor para buscar a Bill.

Sabía que estaba por entre las rocas donde habían puesto sus ropas. Escuchó su risita infantil cuando bordeó una enorme roca.

—¿Me buscas? —dijo tomando sol, sentado en una enorme piedra. Tom se fijó en la herida fea que tenía en el brazo y se preocupó.

—Pues… creo que alguien debe curarte eso —señaló la herida semi blanquecina. Bill suspiró y se la miró.

—No duele, aunque creo necesita ser cerrada con unos puntos, pero en este tiempo no hay cómo conseguirlo. —Regresó su mirada hacia Tom semi desnudo, los dos estaban en las mismas condiciones y Bill se mordió el labio.

Tom pestañeó intimidado pero a la vez, mirando a ambos lados, terminó por acercarse más a Bill.

—Oye, ¿acaso no tienes novio? Crees que no me he dado cuenta que andas con Georg.

—¿Y eso qué tiene? —Ni lo negó y eso le causó molestias a Bill. Tom se percató de la mueca de disgusto que puso y sonrió para sus adentros—. ¿No puedo venir a buscarte como hermano? —Bill frunció el ceño—. Ya no quiero nada contigo, no te preocupes —mintió Tom con una mueca de tristeza—. Todo lo conseguí con Georg… 

Aquellas palabras lograron molestarlo aún más y se levantó de la roca para tomar el rostro de su hermano quien se intimidó. —¿Crees que no me doy cuenta por qué lo haces? —Se le acercó más y le plantó un beso en los labios sintiendo cómo Tom le correspondía, Bill casi sonrió entre el beso y luego lo soltó para empujarlo sobre la roca y acercársele para subirse ahorcadillas sobre sus caderas. Tom soltó un jadeó y Bill pudo notar cómo su pene se ponía erecto en ese momento. Sonrió complacido ante Tom—. Me quieres —dijo cerca de sus labios—. No quieres a Georg… me quieres a mí. —Tom cerró sus ojos esperando un beso que no llegó.

—Prometo olvidarte —dijo dolido, Bill se separó de él y le dio la espalda.

—No digas tonterías, no arruines el momento con comentarios sentimentales.

—No, hablo enserio, estoy cansado de esto. Los malditos sentimientos no deben dominarme, no hay sentimientos en este tiempo, no debe haberlos. —Bill se quedó estático escuchando a Tom decir todo eso, parecía que había aprendido la lección, así pensaba Bill, no había lugar para sentimientos—. Ayer casi mueres… yo comprendí que no hay lugar para sentir amor, que el amarte solo me hará daño.

—Entonces no me ames —dijo frío, aun de espaldas.

—Te juro que no lo haré. —diciendo eso salió de ahí a paso apresurado, viendo a Georg salir del agua, se veía muy guapo, si a Tom no le gustara Bill de seguro le sería muy fácil enamorarse de Georg, pero no podía, el juramento sería muy difícil.


Bill se quedó por un momento oculto de todos… se sentía extraño, muy extraño luego de esa mordida. La herida de su tobillo había casi sanado, la que tenía en el brazo aún estaba abierta, sin embargo, ya no dolía, los latidos de su corazón eran muy anormales, por momentos sentía como si no latía y por otros como si estuviera muy acelerado que le provocaba dolores de cabeza. Algo había pasado con él y recordaba el episodio de la noche, la conversación con las criaturas, ¿cómo era eso posible? Pero una cosa quedaba claro en él, al igual que Tom, renunciaría a todo tipo de sentimientos para con alguien, ahora que sentía en carne propia lo que es perder a una madre, no quería volver a sentir pena por nadie más… y eso incluía a Tom.

Que en paz descanse el pequeño u_u Espero subir pronto. ¿Comentarios, opiniones, no sean tímidos!

5 comentarios:

  1. Nooo! el niñooo! ;w; y lo peor de todo es que no fue Pamela, osea que mierdaaas! igual porque es una inutil los zombies saben que no vale la pena xd maldita sea ;w; ahora me preocupa mucho Bill, es raro lo que le está pasando ;w; ¿qué es? ¿qué le pasa? y no sé ya no veo un feliz final :( yo no quiero que Bill se vuelva un zombie, o mute o lo que sea ;w;
    En fin, sube pronto *-*

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  2. Jörg y Pamela forever together. c: Algo me dice que lo de Bill y Tom comenzará con polvos anti-estrés (?) y terminará en algo mas. :'D

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  3. Ydesde cuando a la bruta de Pamela sentía amor por ese niño? Si al inicio no lo quería, y ahora resulta que lo quiere como a su hijo, ja! No le creo y ahora si bien mustia sentándose en Jorg, claro ahora que a Bill no le interesa ahora ira con el padre y ese viejo rabo verde que no espera tiempo para simone, bien dicen los hombres no pueden estar solos. Grrrr!
    Lo de la mutación de Bill es un misterio. Es fuerte, las criaturas le temen porque se lo dijeron, lo dejaban vivo a él, pero se comerían a los demás. Será una especie de zombi? Fuera de eso, woooow el leer a Bill como manda más y gritar es sexy jejeje. Ya en serio, el único cuerdo dentro de lo que cabe es Bill, me refiero a que todos son unos inútiles: jorg un miedoso, Pamela solo quedándose, bueno supongo que las hormonas del embarazo intensifican su horrible carácter ya de por si. Georg, solo estorba y Tom, otro que luce desconcertado. Sino se ponen las pilas como dice Bill terminarán siendo comida.
    La escena.... karla, Karla graciassssss aunque fue pequeñita, al menos hicieron contacto físico, y puedo sentirme triste porque han decidido dejar de lado los sentimientos, pero algo me dice o mejor dicho el sueño de Jorg que en las montañas Bill y Tom reafirmaran sus lazos, el amor por fin se dará una oportunidad. Digo Jorg los vio juntos y aunque como él mencionó le incómodo esa situación nada puede hacer... y aunque se prometieron olvidar sentimientos, yo creo que encontrarán momentos para satisfacerse mutuamente jejeje.
    Pobre Alex... niño bello, duerme en paz.
    Adriana.

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  4. Zombies más idiotas, teniendo a su disposición a Pamela, deciden tomar al niño ò_ó bueno, igual, no le veía futuro al niño en el fic. XD

    siento tanta pena por Tom >.<
    y siento que Bill se está sobrepasando con eso de "no tener sentimientos"... u.u esto sonara extraño pero, ojalá a Tom le pase algo malo para que así Bill al fin lo valore o al menos que lo deje ser feliz con George.

    Cuídate! Besos! :*

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  5. He quedado :O con la actitud tan valiente y decidida de Bill y dsps de negarse a darle a "su" familia como alimento y aniquilar a algunos de esos seres hambrientos, al dejar la casa para irse al bosque, en un descuido ARREBATAN AL INOCENTE E INDEFENSO ALEX Y SE LO COMEN!!! :'C :'C :'C Ese hecho desemboca en la total indiferencia de Bill hacia Pamela(quien cuidaba al niño) y el acercamiento de su pervertido padre a la exasperante piba esa -_- Logrando escapar hacia las montañas, paran para refrescarse en un lago dnd intenta seducir a Thomas (con beso y aproximación corporal incluida) decidiendo ambos olvidarse uno del otro para siempre! (Geo etara agradecido cuando se entere) pero hasta cuándo durara esa APARENTE INDIFERENCIA???? :/ Gracias por actualizar y disculpas por comentar hasta ahora Cuidate besitos ♥

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