miércoles, 18 de diciembre de 2013

Vacaciones - 26

Hola a todos *-* espero les guste este capítulo, lamento demorar y eso que ya lo tengo listo! XD Espero comenten *-* los quiero!
Por Bill:

Después que él me gritó fui a mi habitación. En la oscuridad de ésta, me recosté en mi cama llorando por todo lo ocurrido, mi hermano era un monstruo, nada de lo que habíamos vivido le importaba ahora. Nada.

No pude dormir, era muy temprano, abajo la bulla continuaba, tal vez Tom estaba otra vez tomando y bailando con sus amigas. Mientras yo aquí muriéndome de tristeza. 

Tres largas horas pasaron, y me percaté que la bulla había cesado y decidí salir al baño, tal vez ya todos se habían ido. 

Pasé por el cuarto de Tom y oí ruidos de voces. Un escalofrío recorrió mi espalda… Como si no me diera cuenta de sus intenciones. Las voces se hicieron notorias, Heidi estaba ahí dentro.

Antes de ir a la casa de mis abuelos, Tom era de tener muchas chicas a su alrededor, ninguna buena, decía tener como veinte novias de las cuales ahora sabía que solo tuvo dos en serio, una de ellas era Heidi, una rubia con una voz horrible, siempre mascando chicle, no tenía estilo, era una zorrita, no sé cómo Tom la prefería entre tantas amigas. Heidi fue alguien serio en su vida pues la última Navidad en casa ella estuvo presente como la novia oficial. Yo la odiaba porque ella me odiaba a mí, además, como dije, ella para mí carecía de educación y estilo.

Me paré delante de la puerta, la curiosidad y sobre todo los celos me mataban.

—Tomi… —dijo ella insinuante.

—No me llames así, solo dime Tom.

—¿Te duele? Cómo dejaste que te dé esa paliza sólo por el idiota de tu hermano.

—Calla, tú no sabes nada… —Claro, ella no sabía nada.

—Humm… —Sus soniditos de esa chica eran provocativos todo el tiempo—. Ya está, espero que cicatrice, ahora quiero a mi novio de regreso… —Había vuelto con ella, ni bien llegamos, la cólera me hizo apretar los dientes.

—Tengo sueño.

—Tom… tú para eso no tienes sueño, humm, sé que quieres recordarme… te extrañé nene. Traje condones especiales. —Oí sonidos de besos… la sangre me hervía, ¿qué debía hacer? Tomé el pomo de la puerta y dudoso la abrí.

Delante de mí la cama de mi hermano, él recostado con la chica semidesnuda sobre él. Una sensación de nauseas se apoderó de mí en ese instante, me dolía mucho lo que veía.

—¡Ahh! Tom, tu hermano —Advirtió la chica poniéndose sus manos sobre sus pechos desnudos. Tom me miró e inmediato frunció el ceño molesto.

—¿Qué haces aquí? —preguntó mientras trataba de levantarse de la cama empujando a Heidi a un lado, enmudecí por el momento—. Responde, qué te crees para entrar en mi habitación estando con visita.

—Eres un maldito —dije débilmente—. Te odio Tom, te odio. —Lo dije con lágrimas. La chica gateaba por la cama buscando su sujetador. Tom terminó de levantarse de la cama, me percaté que tenía una venda en la frente, el golpe que le habían dado, mi vista se nubló con mis lágrimas y mis labios temblaron nerviosos, tenía mis manos en mi pecho conteniéndome de mucho, empecé a agitarme mientras él se me acercaba con esa mirada amenazante y sigilosa. Retrocedí lentamente.

—¡No encuentro mi sostén, Tom, dile que se vaya! —gritaba la chica ocupada en vestirse.

—Tom… —Terminé contra la pared otra vez, algo dentro de mí me hizo levantar la cabeza y encararlo—. ¡Insensible! —grité y luego lo abofeteé de tal manera que casi se cae, apoyándose en un mueble me tomó del brazo ni bien se dio cuenta de mis intenciones de escapar—. ¡Suéltame!

—¡Qué te has creído! —Me gritó aplastándome con su cuerpo contra la pared, agitados ambos nos miramos con fuego en los ojos. Su mejilla se ponía roja por el golpe.

—Me haces daño, ¿acaso no lo ves? —susurré. La chica nos tiró sus pantalones, ella hablaba y gritaba mucho pero mi mente estaba enfocada en Tom y en este momento.

—¿Y el daño que me hiciste tú? ¿¡No cuenta!? —gritó cerca de mi rostro, todo yo temblé.

—Interpretas todo mal… ¡Actúas como un idiota! —Tomándome del rostro me miró con ira. Una lágrima mía cayó y mojó su mano, él la miró y respirando agitado empezó a calmarse.

—Sal de aquí —me dijo serio—. No quiero verte ahora… yo… te haré daño si sigues aquí, vete. —Tomé su mano que sostenía mi rostro suavemente—. ¡Vete! —Dio un puñetazo fuerte al lado de mi cabeza y me sobresalté. Soltándome fue hacía la puerta y la abrió.

—Eres injusto, injusto Tom, no lo besé, no lo hice… —Vi como intentaba controlarse, estaba aun furioso, agitado. Mis piernas temblaban, pero tenía dignidad, salí de su habitación con la frustración y la cólera a flor de piel.


Por Tom:

Me sentía peor que la mierda, mi cuerpo temblaba haciéndome sentir débil e idiota. Heidi aún no encontraba su sujetador y yo había dejado ir a Bill así sin más, mejor dicho, lo eché de aquí pues tenía tanto rencor que tenía hasta miedo de que fuese capaz de golpearlo o violarlo así Heidi esté presente. 

—¡Tom! —Esta mujer me sacaba de quicio—. ¿Se puede saber qué pasa aquí? hace ratos estoy llamando tu nombre y nada, le das más importancia al intruso de tu hermano, por culpa de él te han golpeado, ¿qué pasa?

—¡Calla! Ya basta, sal de mi cuarto. —Ella se había terminado de vestir y lucía bastante furiosa, levantándose de la cama se me acercó y como si fuese lo que me faltaba me abofeteó, el la otra mejilla, ella era zurda.

—¡Ni me vuelvas a llamar a tu cama! —Salió de mi habitación molesta, ella tenía un carácter algo pesado. Pero en este instante era lo que menos me importaba.

Para ser franco, la había hecho subir sólo para molestar a Bill, Heidi era de hacer mucho ruido, sabía que Bill la escucharía, sería una forma de vengarme… pero no me sentía tranquilo, me sentía peor, peor que un perro.

Estaba seguro ahora de que había perdido a Bill, la había arruinado. De nada había funcionado haberle hecho lo que le hice, ahora estábamos iguales y ahora comprendí que las cosas volverían a lo de antes… como perros y gatos viviendo en una casa. ¿Cómo pararíamos esto? no tenía ni la más mínima idea.

Aquella noche no pude dormir, primero porque había encontrado el sujetador de Heidi debajo de la almohada y segundo porque simplemente no podía, este pesar me carcomía la cabeza.

—Mierda… —Vi el amanecer, la luz del verano entrando por la ventana muy temprano. Otro día más, otro día más sin Bill.

**

Dos días pasaron y la última semana de vacaciones se terminaba.

Ayer papá me llamó para conversar, me dijo que había encontrando a Bill llorando en su habitación y lo único que le dijo fue que quería regresar donde los abuelos. Sinceramente eso me dolió mucho pues sabía a lo que se refería. No dije nada a papá, su idea era que hablase con Bill… pero eso escapaba de mis posibilidades, me sentía fatal. No sabía cómo acercarme a él, y siempre Bill tenía una mirada fría hacia mí, no me hablaba y pasaba de mí, ni un buenos días, nada de nada. Yo no era de estar en casa todo el tiempo. Salía todo el día, con mi grupo de amigos, salíamos a caminar o a la casa de alguien a montar una fiesta improvisada. 

Estos dos días habían sido los peores para mí… hoy regresé a casa para cenar y dormir, mañana sería el día de ir al Instituto a matricularme otra vez y ver la lista de libros, y todo lo que necesitaría para iniciar el ciclo.

Todo para iniciar la vida aquí, para retomar la vida que llevaba antes, eso me deprimía mucho.

Estaba en la cocina terminando de comer un emparedado, ya era de noche, mis padres no estaban, ellos prefirieron regresar a sus trabajos, dijeron que era lo mejor. No veía a Bill por ningún lado, y si lo viera iría a mi habitación para dejar de verlo. Sí, aún no sabía qué decirle para arreglar las cosas.

Un sonido proveniente de la sala me hizo levantarme de mi lugar e ir a ver. Era Bill, entonces estaba en casa, talvez todo el día estuvo aquí y yo ni enterado. Lucía demacrado, algo dolió en mí, la culpa… era otra vez ese sentimiento molestándome. Él se sentó en el sofá y empezó a mirar la televisión, cambiando los canales. Lucía hermoso… su perfil tan igual pero diferente al mío, el movimiento de sus manos, todo en él era jodidamente provocador. Volteó a verme y entonces agaché la cabeza. Me puse nervioso con mi propio hermano, al alzar la cabeza otra vez mis ojos impactaron con los suyos, inexpresivos, tristes… pestañeé un par de veces, suspiré y esquivé su mirada, yo no sería el que resolvería esto, él era quien había besado a Gustav, recordarlo me enfurecía, así que decidí irme, tiré el emparedado que tenía a la basura, se me fue el hambre, salí de la cocina y subí para mi habitación.

—Tomi… —Su voz, esa voz que tanto me fastidiaba sonó en toda la sala, pero no volteé, seguí mi camino hacia mi cuarto.



Por Bill:

Esto me estaba matando, lentamente lo estaba haciendo. ¿Qué debía hacer? Lo había perdido y tal vez definitivamente y todo por una estupidez, la mía y la de él, porque una cosa es que Gustav me bese y otra que una chica esté sobre su regazo desnuda; existe una gran diferencia. Yo era el que debía estar más que molesto. Pero sólo conseguía estar triste y deprimido, suspiré recordando nuestra última noche en Oberhaverbeck…

—Ahh… —Mi interior ardía, tanto físicamente como mi corazón. Tom daba contra mí una y otra vez, haciéndome estremecer con cada estocada—. Ahh… Tom… —Acalló un gemido con un beso mientras lo sentía dar contra mi punto, las lágrimas salían tanto las mías como las de él… todo era intenso. Mis manos viajaron por su espalda mientras trataba de abrirme lo más que podía para él. Le arañé con fuerza al intentar tener un poco el control de todo, quería gritar pero no podía—. Te amo… —Logré susurrar cerca de sus labios mientras que él descendía sus manos hasta mis caderas, las tomó y alzó un poco para pegarme más a él, llevó la cabeza hacia atrás al sentirse completamente dentro de mí. Me mordí el labio y llevé mis manos hacia mi boca tapándomela para no gritar.

—Tú no me amas como yo a ti… —susurró jadeante al bajar la mirada, podía ver sus ojos brillar en plena oscuridad, empezó a embestirme aún más fuerte y yo me deshacía en temblores incontrolables. Enredé mis piernas en su cintura, haciendo presión para que él entrase con más fuerza… yo no tenía remedio, quería sentirlo aún más si se podía—. Esto… —Entró en mí fuertemente—. Esto no se compara con nada… —No podía contestarle o gritaría en plena noche. Llevé una mano hacía su rostro limpiando sus lágrimas o sudor. Mi Tomi—. Aunque nos quieran separar no podrán… ahh… —Me moví un poco y liberé mi boca.

—No podrán —contesté jadeante. Llevé mis manos a sus hombros mientras él seguía dándome más.

—Ven… —Tomó mis brazos y me alzó un poco, me apoyé en sus hombros mientras él se sentaba aun en mi interior, frente a frente lo más unido que podíamos estar. Logró recostarse en la cama conmigo encima. Me abrazaba posesivamente por la cintura y espalda fuertemente. Gemí en sus labios al sentir sus manos descender otra vez y posarse en mi trasero, estrujándolo alrededor de la penetración, ya no dolía, estaba muy dilatado. Empezó a marcar el ritmo sensual y yo le seguí. Tomé sus rastas mirando su rostro de cerca mientras escuchaba sus jadeos y declaraciones de amor—. Te amo… pequeño hermano… —La combinación de esos términos me hicieron derramar lágrimas. Si antes le dije que no pensara que era su gemelo mientras lo hacíamos o algo así para evitar los sentimientos de culpa, lo que me dijo, pequeño hermano, había llegado fondo.

—Mi gemelo… —dije con movimientos rápidos sobre él. Me erguí montándole, sintiendo como se hundía aún más en mí, él me sostenía de las caderas con posesión, sus dedos se clavaban en mí tan fuerte… 

—Te amo… —Volvió a decirlo y yo no di más, volviéndome a alzar y descender tan fuerte como pude sentí toda esa descarga que me enceguecía bajar por mi espalda hacía lo más sensible de mí… me derramé en el vientre de Tom mientras sentía como él lo hacía en mi interior. Caí sobre su pecho agitado y temblando, me rodeó con sus brazos besándome la cabeza con dulzura mientras sentía los latidos de su corazón tan acelerados aún como los míos. Nuestras respiraciones aun se escuchaban por toda la habitación. Me moví un poco para romper con la penetración.

—No… —Me susurró tomando mi trasero, luego me besó suavemente aun en mi interior—. Amo estar dentro de ti… —Sus mimos y besos, sus caricias en mi cuerpo, todo me daba paz en ese momento, todo me hacía entender que él era mi todo.

—Prométeme que siempre será así… siempre.

—Siempre, Bill… así nos quieran separar, siempre serás mío, ¿me escuchaste? —Sonó demandante – Sólo mío… - Estrujó mis nalgas y gemí bajito asintiendo lo que decía.

—Sí… —Levantándome de sobre él me acomodé en el desastre que habíamos hecho, él me obligó a que le diera la espalda, me abrazó por la cintura.

—Así es mejor —dijo oliendo mis cabellos—. Hueles muy bien… siempre hueles bien, me enloqueces —susurró y sonreí emocionado. 

—Antes decías que apestaba.

—Antes Bill, tú no sabes mucho de esos tiempos —suspiró cerca de mi oído y solté una risita por las cosquillas—. Tu olor es tan exquisito que si pudiera no permitiría que nadie más lo perciba.

—Tomi… celoso

—Lo soy, tú lo sabes, no quiero perderte, no quiero.

—No me perderás, soy siempre tuyo… —Besó mi hombro descubierto y se pegó más a mí sintiendo su cuerpo pegarse al mío totalmente. Sus manos me acariciaban, aspiró oliéndome. Pasó un tiempo mientras él se restregaba contra mi cuerpo—. Tomi…

—Otra vez… —Me susurró – Di que sí – Su voz de niño insistente, quién se resistía, no iba a ser yo. Con una mano alzó una pierna mía y me penetró sin aviso.

—¡Ahh! —Tuve que taparme la boca y reprimir todos mis gemidos. Se me acercó demandante de mí, besándome el cuello, susurrándome lindas declaraciones de amor.

Hicimos el amor otra vez… una de las noches más ardientes de mi vida, la última noche.

—Mío… - Dijo al correrse otra vez en mí—. Siempre mío. —Aún agitado yo trataba de controlarme, giré mi rostro para verlo, le sonreí complacido, me besó en los labios y luego habló algo más, pero el cansancio hizo que mis ojos se cerraran y durmiera sintiéndome amado, perteneciente a alguien.

*

Sólo de él… esa noche entendí que era sólo parte de él y ahora estábamos así…

Me recosté en mi cama secando mis lágrimas, cada vez que pensaba en Oberhaberveck la nostalgia de lo vivido me carcomía por dentro.

—Maldito Tom —Me lamenté—. Maldito corazón estúpido latiendo por tu hermano, Bill… —Me recriminé.

Oí pasos en el pasillo, se detuvieron al frente de mi puerta cerrada, limpié mis lágrimas y me senté en la cama.

—Bill… —Su voz grave retumbó en mis oídos, Tom—. ¿Puedo hablar contigo? — Quería hablar con él, quería sentirlo otra vez, quería tanto de él. 

—¡Sal de aquí! —grité con la voz entrecortada, de todas maneras él me había hecho daño, la rabia que sentía podía dominarme.

—Por favor… —Hubo un silencio largo, sabía que él seguía parado frente a mi puerta – Bill… —Me recosté en mi cama tapando mis oídos con la almohada.

Me sentía fatal por hacer eso. Pasó largo rato mientras yo acallaba mi llanto con la almohada sobre mí, hasta que sentí unas manos sobre mi espalda, posarse gentilmente. Volteé a ver algo asustado.

—Tom… —dije sorprendido, no había trancado la puerta.

—Sí, debemos hablar…

Al fin hablarán :3 pronto subiré lo que sigue, no se olvicen comentar ;_; no sean fantasmas! 

7 comentarios:

  1. Cuando vi la actu me emocioné tan espontáneamente y casi mande a la mierda mi taza de café :c xD Tom tiene metida esa idea del engaño de Bill,como no quiere escuchar -w- pero ahora deben conversar ojalá que a Tom no le dé su wea como a él se le cruzan los cables de repente klvhjddg eres la onda Pink! ;w;

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  2. Ash! Casi lloro :'( ya que se arreglen por favor Pink! Y luego escuchando la canción de Maná - El verdadero amor perdona, es hermosa, ¿la haz escuchado?- por poco me convierto en un mar de lágrimas. Bello capítulo aunque un poco triste. Gracias por actualizar.

    Bubblegoth.

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  3. Son unos necios los dos x.x
    amo este fic gracias por subir pinky *w*

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  4. Tom idiota xD ok no.
    Pobre Bibi :( me da cosita que sufra tanto :(
    bueno, al menos ya van a "hablar", o al menos eso espero, ya basta de gritos y peleas u.u deben de aclarar las cosas.

    Cuídate! Muchos besos!

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  5. Las cosas entre los dos están demasiado torcidas porque ambos son tercos, ojala que puedan hablar sin alterarse.

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  6. Holaaa! Lo siento por ser lectora fantasma, en realidad esta es la segunda vez que leo vacaciones y me gusta tanto como la primera vez, perdón por no comentar siempre, pero ten por seguro que he leído todas tus publicaciones, me encantan tus fics y aun espero cautivo, espero que algún día te animes a subirlo aquí...

    Saludos y que tengas un buen mes de trabajo, sin rollos malla onda :3

    atte. Lily V.

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  7. Ya quiero saber que pasa ya es mucho drama de Tom por un beso

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