lunes, 26 de mayo de 2014

En el campamento - 7

Hola a todos *-* esto va para Nico<3 espero te guste n_n Y gracias a todos los que siguen esta historia.
La noche llegó y otra vez los casi cincuenta jovencitos estaban en el comedor, hambrientos, esperando por la cena. Al parecer los guías tenían una sorpresa para los adolescentes pues andaban de un lugar a otro discutiendo entre ellos.

—Creo que habrá fogata —dijo Bill un poco aburrido.

—¿Fogata?

—Sí, nos reúnen cerca al fuego y cantamos canciones cursis, quemamos malvaviscos y así hasta que todos preferimos ir a dormir. —Tom suspiró resignado, él pensaba que estarían pronto en las carpas a punto de dormir y quería… quería ver si podía robarle un beso a Bill, pero ahora sus planes estaba arruinados, debían estar en la fogata.

—¡Su atención! —gritó uno de los guías que tenía la voz lo más cercaba a un payaso de circo—. ¡Hemos preparado para ustedes una fogata divertida! —A estas alturas del campamento, la mayoría de adolescentes cooperaban con las ocurrencias de los guías, mejor así a recibir un castigo o ser avergonzado en público—. ¡Iremos al campo y formaremos un enorme círculo donde cantaremos y aprenderemos sobre la amistad!

—¿Y la cena? —preguntó Tom a Bill en un susurro.

—No lo sé… —se preocupó—. Me imagino que nos la darán en la fogata.

Los casi cincuenta jovencitos se movilizaron ayudando a los guías en todo, llevar algunas sillas, el equipo de sonido y un recipiente grande donde al parecer estaba la cena.

Tom pudo notar una jovencita de quizá doce años que le miraba a cada momento. Tenía lentes gruesos y dos trenzas de su cabello naranja, además de pecas y una forma de vestir muy recatada. Se quedó pensativo, ¿y si ella era su amiga secreta? Quizá, y es que siempre que la veía se topaba con su tímida mirada. Era de juntarse con las más pequeñas del grupo. Tom se incomodó un poco, podía sospechar que se trataba de su amiga secreta, pero eso estaría por verse.

Todos los adolescentes se juntaron formando un círculo grande. La fogata empezó y así como le había dicho Bill, pasó. Canciones, juegos un poco estúpidos y luego la cena, sándwich con algo para beber.

—¿Eso es todo? —Se quejó Tom y Bill asintió.

—Y ahora debemos dejar los regalos para los amigos secretos antes de dormir. 

Y así pasó. Esta vez la mayoría tenía su regalo. Bill lucía emocionado por el que le había tocado, estaba envuelto en hojas de plantas y Tom recibió también el suyo que era como un pergamino.

—Esto no es un regalo —reclamó—. Parece más bien una carta.

—¡Su atención! —Los guías darían las últimas indicaciones —. ¡Tienen dos días para sorprender con un regalo a su amigo o amiga secreta, no olviden, estamos en la última semana! —Eso incomodó a Tom, no podía creer que así pasara, pero el saber que pronto el campamento llegaría a su fin lo ponía triste. Sabía que el campamento era un fiasco, con una pésima organización y todo, pero había algo nuevo que empezaba y eso era la amistad con Bill.

Por su lado Bill sabía cómo pasarían las cosas, ¿de qué valía encariñarse con Tom si pronto ya ni lo vería? Era consciente de eso y sabía guardarse, aunque también estaba el recuerdo del beso atrevido que le dio, él sabía que no debió haberlo hecho. 

De regreso a las carpas, todos lucían cansados y también curiosos por ver sus regalos. Efectivamente, el regalo de Tom era un pergamino con palabritas cursis.

—Le gustas, es confirmado —decía Bill con una sonrisa en sus labios.

Gustav tenía una especie de cajita de madera con nada adentro. —¿Qué se supone que es mi regalo? ¿Un cofre? ¿Qué se hace con uno? —Estaba un poco molesto.

Tom centró su atención en Bill y en lo que tenía en sus manos, algo envuelto en hojas de planta. —Vamos, abre el tuyo —pidió con una sonrisa.

Estaban sentados dentro de la carpa, Tom en medio de Gustav y Bill. El rubio Gustav les dio la espalda, quería dormir y se recostó tapándose con su bolsa de dormir, restándole importancia a Bill. Sabía que era un chico un poco extraño, no le simpatizaba del todo, así que prefería ignorarlo. 

Tom tomó de las manos de Bill su pequeño regalo, pero Bill reclamó, quitándoselo.

—Ya Bill, ¿qué será? —Bill también estaba curioso y desató el lazo del tallo de una planta para abrirlo. Pero cuando pudo ver el contenido lo soltó sintiendo una incomodidad muy grande. Así como se había quedado en el riachuelo, quieto, sin reacción, se quedó por unos momentos atando clavos en su mente, buscando una explicación razonable para lo que había visto sus ojos—. ¿Bill, Bill? —Tom insistía una y otra vez sacudiéndolo del hombro, quería verlo a los ojos y buscar una explicación. El regalo había caído sobre las piernas de Bill, pero Tom sólo podía ver pétalos amarillos, no lo entendía—. ¿Qué pasa contigo? —Se preocupó y tomó su mano para acariciarla, ocasionando que Bill reaccionara de manera brusca y se levantara de ahí.

—Debo ir al baño —se excusó y trató de salir sintiendo sus manos frías, el dolor en su vientre y esas sensaciones que le recordaban sólo una cosa: El pasado.

Caminó medio tembloroso hasta llegar cerca del baño y recibió el grito de los guías, pero solo debía mojarse un poco el rostro y respirar hondo muchas veces.

Tom, en la carpa, se quedó frío de la sorpresa, no entendía a Bill por más que quería hacerlo. Podía presentir que le ocultaba algo importante y no estaría tranquilo hasta lograr averiguar de qué se trataba.

Su vista se enfocó en lo que había caído de las manos de Bill hacía momentos. Las hojas de planta estaban abiertas y adentro había pétalos de flores amarillas y metió los dedos para hurgar en ello hasta que se topó con algo esponjoso. 

Lo sacó y observó con curiosidad, era un simple muñeco de trapo color blanco y tenía los ojos de botones marrones, una sonrisa bordada y una corbatita azul cielo, nada más. Pero le causó cierto temor, no parecía ser algo hecho con buena intención, hasta parecía un muñeco vudú. Lo revisó por si había una nota o algo más y no halló nada.

Gustav se removía a su lado buscando comodidad, pronto caería dormido, y Tom se acomodó esperando a Bill, quería explicaciones, su actitud no era para nada normal. 

Bill regresó luego de haberse mojado la cara y discutido con un guía. Había unas tenues luces de los faroles que hacían ver a la carpa azul por todas partes, parecían habitantes de Avatar. 

Tom observaba cada cosa que hacía, cómo se sentaba para acomodarse en la bolsa de dormir y luego se recostaba buscando mirar a otro lado que no sea Tom.

—Bill… —susurró en el silencio de la noche.

—Quiero dormir… hum, ¿mi regalo lo guardaste?

—Lo tengo conmigo, ¿lo quieres?

—No. 

Tom no lo entendía, se incomodó mucho, pero podía ver cómo Bill lo rechazaba. Le había dado la espalda hablándole como si fuera un amigo más… ahora estaba callado y hasta podía darse cuenta que fingía dormir.

Bill trataba de relajarse. Suspiraba de rato en rato buscando concentrarse en la nada y poder dormir. Se sentía muy incómodo, incómodo de haber demostrado su molestia ante Tom, podía predecir que le cuestionaría su actitud, ¿y qué le diría? Nunca antes le había contado a otra persona lo que le había pasado… tampoco pensaba hacerlo, sería un secreto de esos que se jura jamás contar. 

Una mano de Tom tocó su espalda y Bill se tensó mucho, pero no dijo nada, así el rubio pudo darse cuenta que estaba aún despierto. Quería una explicación, que al menos le hablara… o como en noches anteriores, se dejara acariciar o lo acariciara. Había estado esperando la noche por mucho rato y ahora que se encontraban juntos parecían dos témpanos de hielo, inmóviles en la noche.

La mano acarició su espalda sintiendo su incomodidad con cada paso de sus dedos, sus pequeños temblores y como arqueó la espalda, eso hizo que Tom se pegara más a su cuerpo y suspirara sin querer cerca de su nuca.

—Bill… —susurró posando su mano en su cintura y deteniéndose. Era una forma de contacto muy atrevida, pero Bill no hizo nada para apartarlo—. ¿Todo bien?

—Sí. —contestó escueto y eso hizo enmudecer a Tom, él sabía que no era así.

Una mano de Bill fue hacia la de Tom en su cintura y la acarició, eso emocionó mucho a Tom quien aceptó su agarre y suspiró hondo, esta vez con una pequeña sonrisa en sus labios.

—Date la vuelta —pidió atrevido, quería verlo a los ojos, pero Bill no aceptaría, quería sentir a Tom así, abrazándolo sin ese contacto ocular que podía delatar sus misterios.

—No. —Tom se resignó y sólo lo abrazó más fuerte, esta vez pegando todo su cuerpo en Bill.

—Quisiera… —calló no sabiendo cómo explicar todos esos sentimientos y Bill se tensó con eso.

—¿Quisieras follarme? —Eso Tom no se lo esperaba y reaccionó rápido, separándolo un poco de él con un movimiento brusco, aquella palabra había sonado tan fea u ofensiva en su mente que nunca pensó escucharla de esa forma.

—No… no, qué dices… —habló nervioso y Bill permaneció quieto, sin voltear. El abrazo de deshizo y el corazón de Tom latía entre asustado y emocionado—. ¿Qué dices? —Aún no sacaba lo último de la cabeza—. Dios, no… ¿por qué piensas algo así? —tragó saliva, debía reclamarle de otra manera, decirle que eran chicos y cómo harían esas cosas, pero nada coherente salía de su mente—. ¿Bill? —temía volver a acercarse, así que permaneció a una distancia, pero quería explicación.

—¿No quieres? —preguntó en un susurro.

—No… Dios, qué pregunta… no quiero eso.

—¿Entonces? —He ahí el dilema para Tom, él no sabía lo que quería, solo sentía muchas cosas nuevas, extrañas, placenteras y preocupantes a la vez—. ¿No quieres acercarte más?

—Sí… sí, sí. —Así lo hizo.

Los dos muy callados, no sabían qué decirse, el ambiente se había tornado tenso, y eso no pasaba por primera vez, siempre había algo de Bill que desconcertaba a Tom, así que permanecía con los ojos muy abiertos y con una mano en la cintura de Bill.

Bill cerró los ojos recordando vivencias desagradables del pasado que justo esa noche, habían sido detonadas.

Era el penúltimo día en el campamento. Había una pandilla que solía ser castigada muchas veces, todos estaban hartos de esos chicos y es que eran mayores. Bill trataba de mantenerse lejos de todos ellos, pero no de Matt, ese rubio alto le producía sensaciones agradables en el estómago, además que siempre solía ser directo de palabra y eso causaba todo un revuelo siempre. Bill amaba sentir esa emoción del momento… pero nunca pensó que podía salir herido en esa búsqueda de emociones, de aventuras; nunca lo imaginó.

—Bill —llamó Matt una tarde calurosa, todos tenían sus grupos, Bill por ser pequeño, delgado y raro era excluido de los grupos populares, pero no por Matt, no por el más alto de todos, es más burlón y cool del grupo, éste lo buscaba en secreto y Bill esperaba siempre por esos tiempos a solas con él. 

Hace poco le había dicho que lo amaba y Bill no podía recordar si alguna vez alguien le había dicho semejantes palabras emocionantes, solo Matt, así que cuando escuchaba su voz solía buscarlo y seguirlo.

Caminó detrás del chico a quien admiraba, esperaba algún día llegar a ser como él, vestir como él, hablar como él… y llegaron al riachuelo de siempre, Matt extendió una mano para que el pequeño Bill se le acercara. Con el dolor agradable en el vientre y la respiración agitada, Bill le correspondió e hizo contacto con sus manos.

Tenía una sonrisa grande en su rostro, estaba emocionado. Matt era como su novio y no podía más que pensar en un futuro con él. 

Estar por siempre juntos.

Matt lo jaló hacia su cuerpo y puso ambas manos en su pequeña cintura para luego darle un beso grande en los labios, el primero de esa forma para Bill.

Era como una fiera hambrienta que encendió el cuerpo de Bill en sensaciones placenteras. Se puso rojo, agitado y no sabía qué hacer con sus manos las cuales puso en los brazos de Matt y luego en su pecho cuando sintió que se asfixiaba. Un jadeo salió de sus labios que lo avergonzó, ese beso había sido muy intenso. 

—Te tengo algo —dijo cuando se separaron. Los ojos de Bill se abrieron de la emoción, Matt le tenía algo, un regalo. Metió la mano en su bolsillo y le mostró el muñeco de trapo color blanco que tenía ojos de botones.

—¿Y eso? —Bill lo tomó con mucha emoción, como si fuese Navidad y el mismo Papá Noel le hubiese regalado un Play Station de último modelo—. Oh… es tan lindo. —No lo era, era hasta espeluznante, era un objeto raro—. Es… es hermoso, muchas gracias. —Miró a los ojos de Matt con mucha ilusión.

—Lo hice para ti.

—¿De verdad? No lo puedo creer. —Su emoción aumentó con ese detalle, Matt había hecho algo con sus manos para él.

—No hay peluches en este horrible lugar, así que hice eso con algo que encontré de los guías, es para que me recuerdes.

—¿Para recordarte? ¿Por qué? —preguntó preocupado, su sonrisa decayó y buscó una mano de Matt.

—Nos iremos, ¿no crees? Tú a tu casa, yo a la mía.

—Pero regresaré en el otro campamento, lo juro, te buscaré, Matt.

—No me busques, yo te buscaré a ti, pero ni se te ocurra buscarme, ¿recuerdas el trato?

—Esto es sólo de nosotros dos. —Repitió Bill recordando el último acuerdo que hicieron luego de que Matt lo besó por segunda vez.

—Bien, recuérdalo, si tú le cuentas a alguien, estarías quebrantando la promesa, ¿entiendes? Me estarías fallando y eso es grave. —Bill tomó sus palabras con mucha seriedad y asintió muchas veces—. Eres mi Bill. —Asintió otra vez y recibió otro beso. Esta vez sus pechos se juntaron y en el medio de ellos el pequeño muñeco de trapo en las manos de Bill.

*

Tom no pudo más y acarició con la punta de la nariz la nuca de Bill. —No sé qué te pasa, Bill, pero quiero entenderte… me preocupas.

—No hay razón, Tom —dijo en un susurro.

—Sí la hay, yo… —calló otra vez, tenía temor de decirlo y ni siquiera sabía cómo hacerle saber lo que sentía.

—No digas nada de lo cual luego te retractes. 

Tom analizó si al decir algo luego se arrepentiría y lo cierto era que no sentía eso. Por primera vez en su vida, se armó de valor para abrazar más fuerte a Bill y susurrarle palabras que nunca creyó sería capaz de decir—. Eres especial para mí, no me retractaría de decirte lo mucho que me importas.

¿Qué más pasará? Esta parejita comienza  a unirse de a pocos. Espero sus opiniones *-*

5 comentarios:

  1. Aww Pink, qe bello capitulo *.*
    Gustav estaría escuchandolos? O_O
    Matt a regresado nuevamente?.... Oh por Dios qe emocionante!!!!...... QIERO MAAAAAAAAS!!!!! :)
    Besitos pink

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  2. OMG Pink me ENCANTO el cap ya quiero saber que mas pasara... >_<...Pink debo confesarte de que me enamoras con tu forma de escribir eres GENIAL ...^_^...Besos y abrazos!! de Nico.

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  3. wowww lo amee enseriooo �� me pregunto que dira bill? seguira descomfiando?
    oww tom no sabe muy bien como decir todo lo que siente es tan tierno *w

    sigue asi pinky <3

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  4. Hola Karolina, Nico y el anónimo. Gracias por comentar y gustar del gic *-* Matt no es que haya regresado... pero veremos qué más paso >:D y lo que le dirá Bill, dudo que pueda confiar fácilmente... u_u veremos. Ya subí capítulo!!!<3

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