viernes, 15 de agosto de 2014

Impredecible - Capítulo final

Hola a todos, espero les haya gustado el minific :3 lo escribí hace muchos años. Gracias por los que leyeron hasta aquí. Saludos *-*~ y no olviden comentar. 

—Es mi destino… —trató de creerse eso.

Melissa caminó despampanante sobre la alfombra, se veía pura, hermosa, feliz… no merecía ser traicionada, no lo merecía. Bill se angustió en su día especial, pero era tan cobarde para echarse para atrás en semejantes circunstancias. 

—Estamos aquí reunidos para presenciar un pacto de amor… —Hablaba el sacerdote. Melissa estaba frente a él con un velo blanco que tapaba parte de su bello rostro. El sacerdote hablaba tanto, su mente no podía procesar todo aquello…

Que recuerdos tendría de aquel día, recuerdos angustiosos de sentir que cometía el error más grande… y todo para sentirse normal, como debía ser.

Media hora después, estaba con el aro propiamente de casado y todos sus familiares lo felicitaban, les tiraban arroz y celebraban la unión en matrimonio.

Se dirigieron hacia un local cerca del lago en donde tendrían un almuerzo familiar y el baile oficial, pero realmente Bill no se sentía bien, sentía una incomodidad en su pecho, algo que dolía, se sentía el villano, el que hacía mal, tanto a Melissa como a Tom. Es que lo hacía, no amaba a Melissa, no del todo, no como debería amarla; amaba a Tom, aún lo amaba con esa intensidad de antes, pero sabía que no era correcto estar con su hermano. Sacrificaba su felicidad para encajar en las normas de la sociedad y la moral, aunque amarlo no le hacía daño a nadie.

Bailó con su reciente esposa y ésta lo miraba extrañada.

—Bill, a ti te pasa algo —Bill enfocó su vista en ella y le dio un beso forzado, ella se separó. —quiero una respuesta no un beso.

—¿Qué quieras que te diga? Esto es nuevo para mí, no sé cómo actuar.

—¿Actuar? Es nuestra boda, parece que fuera el funeral de alguien, la cara que tienes es así, como si alguien hubiera muerto —Es que era algo así… Tom había muerto.

—Perdóname Melissa… —fue lo único que pudo decir.

Había llegado la tarde y un hermoso atardecer apareció en el horizonte… la familia brindaba por la boda pero ya era hora de dejar ir a los recién casados a disfrutar de esa nueva etapa, comenzaba oficialmente su luna de miel, y Bill no parecía tan entusiasmado, y secretamente Melissa tampoco, ella sabía percibir los cambios de ánimo de su amado.

Presionado por la multitud emocionada cargó a su esposa y la metió en el auto adornado para la ocasión… Se irían a un hotel lujoso en la ciudad, sus padrinos de Boda se lo habían pagado como regalo, por cinco días, después de los cuales partirían a Hamburgo a regresar a su vida laboral en esa ciudad.

En el auto Melissa estaba de brazos cruzados con los ojos aguados, sentía que había perdido un esposo inmediatamente después de casarse con él… Bill por su parte, estaba mirando hacia la ventana, debía explicarle cosas a Melissa, se sentía mal por arruinarle en momento que debería considerarse como el más especial en su vida, pero no encontraba las palabras, se sentía un cobarde…

Llegaron a aquel lugar y pasaron a la habitación, adentro una espectacular vista de la ciudad alumbraba aquel lugar, había vino, había un jacuzzi y pétalos de flores blancas adornaban la cama.

Melissa se sentó ahí con su hermoso vestido blanco, miró fijamente a Bill, éste se arrodillo mirándola. 

—Melissa… hay algo de mí que no sabes —ella cerró los ojos y suspiró temblando de miedo. —no te pongas así… lamento que esto sea aún más difícil para ti, para mí lo es.

—Habla de una buena vez, ¿hay alguien más, verdad? —él asintió y ella comenzó a llorar. Bill se sentía morir —¡Y por qué esperaste hasta casarte conmigo! ¡Eres un maldito! —Bill se merecía más que gritos, pero Melissa trató de mantener la compostura.

—Yo no quiero arruinarte la vida Melissa, no quise… yo… lo que quería era ser feliz, pero fallé en el intento, esto no será felicidad para ambos.

—¿Por qué te casaste conmigo?

—Quise… quería poder hacerlo y formar una familia, realmente lo quería, no quise escapar hoy, por ti… —ella lo miró con odio. 

—Hubiese sido mejor que lo hicieras, sería una mujer soltera, ahora… ahora estoy destinada a ser dejada de esta manera, eres lo peor que me ha pasado en la vida —Bill cerró los ojos pensando un momento.

—Nada está perdido para ti Melissa… aún nuestro matrimonio no ha sido consumado, y no pienso hacerlo… te mereces alguien mucho mejor que yo —ella lloraba ahí sentada, pero luego lo pensó, el matrimonio podría ser anulado y ella podría casarse con otro después… aunque en estos momentos era lo que menos quería.

—¿Quién es ella? Por la que me cambias —preguntó sería, molesta.

—No sé si decírtelo… no es alguien del cual debería estar enamorado.

—Exijo saberlo Bill. —Él tardó tanto para hablar, ella puso una mano sobre su hombro y presionó —dímelo… 

—Lo lamento… no quiero hacerte daño con esto.

—El daño ya está hecho, quiero saber quién es ella, a ver si la conozco.

—Es que… no es ella, es él —Ella abrió los ojos como platos y quitó su mano de sobre su hombro.

—¿Eres gay? ¡Por Dios! —Su reciente esposo, pero que en realidad ya no lo sería, era gay, y eso para ella fue una sorpresa grande y algo desagradable.

—Bueno… no lo veo así de literal, no ando por ahí mirando hombres y que ellos me gusten, sólo pasó con él. Sólo él…

—¿Quién es? —se hizo a un lado e invitó a Bill a sentarse a su lado, él así lo hizo algo nervioso e intimidado.

—Es… Tom

—¡Tom! ¡Tu hermano! ¡Tu gemelo! —ella se alejó un poco de él, algo intimidada…

—Por eso no quería decírtelo, lamento tanto esto, pero en el corazón no se manda por más que la mente te diga lo contrario…

—Es algo que no puedo entender… en verdad que no —ya no lloraba, ahora estaba algo asustada y fría. 

—No quiero que me entiendas… esto no es normal, pediste saber, ahora lo sabes. —ella se quedó pensando…

—Él me contó que estaba casado —Bill rió ante eso, no podía ocultar su emoción —no veo el chiste, él ya se casó y tú ríes… no lo entiendo. —Bill la miró y negó con la cabeza.

—Se supone que estábamos casados —Ella golpeó su hombro y le sonrió, se estaba relajando.

—Eres un completo maldito Bill… felizmente ya no eres mi esposo, no me mereces, ¡ja! —lo empujó un poco y ante eso Bill no pudo hacer nada.

—Lo sé —agachó la cabeza…

—¿Qué harás?

—No lo sé…

—Que tonto.

—Lo sé.

—¡Ya Bill! Debemos planear como saldremos de este lugar, por mi parte no moveré ni un dedo, tú tendrás que hablar con mis padres y con los tuyos, tú me dejaste así que tú lo arreglarás —era lo justo.

*
Su vida era un fracaso, había hablado con sus padres, con los padres de Melissa, con el sacerdote, había hecho todos los trámites para anular su matrimonio y había recibido toda clase de insultos y reproches de todos incluso haber soportado ver llorar a su madre y a la madre de Melissa. Algunos amigos y compañeros de trabajo no podían entenderlo, Georg y Gustav le cuestionaban mucho, Bill ya estaba harto y cansado, por último puso de excusa tener 21 años 

—¡Tengo 21 años! ¡No debía casarme, era eso! —gritó una vez.

Los cinco días habían pasado… aún no sabía nada de Tom y debía regresar a Hamburgo, su trabajo y más explicaciones le esperaban allá…

Entró a su habitación y sacó el baúl de recuerdos… tenía mucha nostalgia de Tom, él era tan inubicable a parte de impredecible. Sacó el contenido de las cartas de colores y las metió en su maleta, esta vez las llevaría todas. Encontró una que no había leído, curiosamente era de la misma fecha de su boda, hace cuatro días atrás. Bill se emocionó.

Amado Bill: Sé que te casaste… felicidades. Aún no sé cómo rehacer mi vida mientras tú empiezas la tuya, pienso que es correcto darte tu espacio aunque eso sea tan difícil para mí… recuerda que te amo como siempre lo he hecho, y ese amor grande que siento por ti me obliga a desearte que seas feliz, si es con ella, que así sea… 

Con todo mi amor: Tom.

Lágrimas de tristeza bajaron de sus ojos… había perdido todo, se lo merecía. Guardó la carta en su maleta y luego cerró su habitación con llave. Bajó a la sala a despedirse de su mamá, ella le había hecho la ‘ley del hielo’ no le hablaba por haber renunciado a su matrimonio. Pero ya las cosas estaban hechas.

—Mamá me voy… sé que no quieres hablarme más, pero siento que hice lo correcto, por mi bien y también el de Melissa —ella ni lo miraba —Lamento todo… —él no podía hacer mucho, caminó hacia la puerta y la abrió, miró hacia atrás, su madre lo miraba y luego se le acercó para abrazarlo.

—De todas maneras eres mi hijo —le habló y Bill se tranquilizó —Espero y recapacites Bill, y la próxima vez no me hagas pasar por todo esto por las puras…

—Lo sé mamá —No lo haría nunca más porque no se casaría, sabía perfectamente que no podría romper ni borrar lo que había vivido hace años… llevaría a Tom en su corazón por siempre. 

Salió de ahí y tomó un taxi… el viaje se le hizo largo y al legar al aeropuerto se sintió desfallecer, regresaría a su vida rutinaria y regresaría solo. Caminó hacia la puerta de entrada.

—¡Bill! —Escuchó su nombre pero no podía creer de quién venía ese grito, dudó en voltear y continuó —Bill —su mente lo traicionaba, no estaba bien. —No te vayas… —volteó y frente a él estaba Tom. Bill tembló ante él, no sabía qué hacer, sólo sintió una emoción abrumadora —No llores, ven —lo jaló y lo abrazó.

—Siento ser tan cobarde...

—Shh… no lo eres, no ahora Bill —acarició la espalda de su amor, Bill no quería separarse no ahora que al fin se sentía protegido y sentía que había pasado lo peor. —Quédate conmigo, no te vayas…

—No quiero… pero debo Tom —estaba otra vez ahí las exigencias de la vida. Es que era así. —Ven conmigo, no quiero separarme de ti, no más. —Tom lo miró y dudó…

—Me gusta viajar… ¿qué haré allá?

—Viajar conmigo… tomaré vacaciones, pero antes debo trabajar un mes más, sino de dónde tendré dinero, no soy cómo tú en ese aspecto, soy de planificar Tomi.

—Lo que planificamos a veces no sale así.

—Lo sé, pero… si integramos nuestras formas de ser como lo hacíamos cuando teníamos quince años, ¿verdad que se puede? Te amo y quiero arriesgarme a sacar eso adelante. —Tom se emocionó, Bill era poco determinante a arriesgarse.

—Siempre he querido sacar esto adelante. —Bill sonrió y se sintió seguro.

Ambos salieron del aeropuerto y Tom lo llevó con engaños hacia una casa cerca de un lago, no era suya… la había tomado “prestada” de alguien que ni conocía, aquella casita tenía de todo. Bill estaba impresionado de lo loco que su hermano podía ser, pero ya estaba ahí con él.

—¿Y si el dueño viene?

—Escaparemos y buscamos otra casa, es así de simple —Bill se sentó en los sofás de aquella casa, se sentía algo incómodo mirando a todas partes, no era igual que estar en un hotel.—¿Quieres vino? Hay muchos aquí —dijo desde un pequeño minibar.

—Eh… yo no sé, eso sería robar.

—Nah, robar sería si entro y saqueo su casa, pero nunca hago eso, sólo tomo lo que necesito que por lo general son cosas que son fáciles volver a conseguir, como una botella de vino o algo de comer. —Se acercó a su hermano con dos copas y el vino —merecemos celebrar esto.

—Pudiste haberme dicho y yo podría haber pagado un hotel.

—No… eso no tiene clase Bill, mira esta hermosa cabaña, y el lago afuera, aquí estaremos mejor —se acercó a sus labios y le dio un pequeño beso. —Estás conmigo… —eso era cierto, Tom era experto en cosas así de locas e impredecibles, podía confiar en él si algo pasaba, él tendría alguna salida para todo.

Luego de brindar y beber vino, Tom recostó a Bill sobre el mueble, éste se rindió y ambos hicieron el amor como aquellos tiempos en donde todo había empezado, pero esta vez eran distinto, ambos sabían que no podían vivir sin el otro, la vida se lo había enseñado de una dura manera, pero nunca era tarde para volver a empezar…

—¿Eres mi esposo, verdad? —preguntó Tom con Bill desnudo sobre él, acompasando su respiración después de un orgasmo intenso.

—Lo soy, tu Bill 

—Y yo tu Tom…

Fin.

Espero les haya gustado, un fic pequeño que hac años escribí. ¿Comentarios? *-*~ Gracias por leer.

7 comentarios:

  1. Muy bonita historia me encanto >.<

    ResponderEliminar
  2. Diooos, que hermosa historia.
    Estuve a punto de llorar. Mira, aunque lo parezca, no dejé de leer tus fics, he estado ocupada. Me leí el primer capítulo se Vagabundo, me encantó. ¿Qué tienes que todo lo que escribes mm e encanta?

    ResponderEliminar
  3. Aaaaw que hermoso me encantó!!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. Este fic es bellísimo, me conmovió mucho. Excelente trabajo!

    ResponderEliminar
  5. Awwww me hiciste llorar, mi corazón dolió tanto por el dolor de Tom por perder a su amado, me dolió mucho el sufrimiento de ambos, pero ahora estoy feliz de que ambos terminaron juntos como desde el principio debió ser ❤ Me gustó mucho tu historia, gracias por haber hecho un final feliz para los gemelos.

    ResponderEliminar