sábado, 13 de julio de 2013

Vacaciones - 20

Hola a todos *-* lamento la demora en este fic, espero les guste este capítulo. Les cuento que ya tengo internet en el lugar donde trabajo, así que yanno me ausentaré mucho, wuii *-* Este capítulo se llama "Días"
Por Bill: 

Abrí mis ojos, la luz entraba por la ventana, estaba recostado en mi cama, tenía los ojos hinchados. 

Me levanté y grité, para luego taparme la boca cerrando mis ojos fuertemente, me volví a recostar boca abajo. 

—Oh, mierda… —jadeé, el dolor punzante en mi trasero me hizo lagrimear otra vez. 

Entonces me di cuenta que no había sido una pesadilla. Tom me había hecho daño. Miré la cama, estaba sin sábanas, él se las había llevado, yo estaba solo con mis pantaloncillos de pijama. 

Recordé que me pedía perdón, pero yo estaba aterrado por la sangre, él había sido un bruto, el dolor que había sentido en esos momentos era como si una espada filuda me hubiera estado penetrando. Fue horrible, nada como la primera vez. Que irónico, se supone que las primeras veces son así, pero no, nuestra primera vez había sido mágica, esto que había pasado ayer había sido un desastre, y fue decepcionante realmente. 

Como pude me paré, caminé hacia la ducha. Caminaba como un pato o un pingüino, que vergüenza. Me duché y alisté, tenía que dar la cara. 

Bajé y no estaba Tom, no quise preguntar pues el abuelo me miraba extrañado y la abuela también. Debía intentar caminar mejor. Que dolor al sentarse, debía ser fuerte, en verdad me había dejado mal. 

Tom no apareció para el desayuno, y los abuelos me miraban expectante a que yo preguntase por él, pero no lo haría, aun estaba en pié disimular, fingir. Así que tomé el desayuno sin hacer preguntas y sin mirarlos. 

Salí con el abuelo, debíamos terminar el establo que estábamos construyendo. Maderas, herramientas y un calor de mierda me esperaba allá. Pero debía seguir. 

—Bill, ¿qué pasa? —preguntó él, respiré agitado tratando de caminar mejor. 

—¿Por qué? 

—Caminas raro. —Agaché la cabeza, no podía decirle. 

—Es… es mi forma de caminar, jeje… —Me sonrojé un poco, aún así continué. 

Debía cortar más maderas, era lo último para luego clavar y clavar formando el establo. Sería un día duro. 

—Debes cortar así. —El abuelo me indicó como hacerlo. 

Agarré el serrucho y empecé a cortar. Por mi mente vino Tom ¿Qué estaría haciendo? Ayer sólo me besó la frente, antes de irse, después de pedirme perdón muchas veces, no le dije nada, estaba completamente asustado así que sólo me envolví con las otras mantas y me quedé ahí, tratando de olvidar el dolor. No sé cómo pude dormir, tal vez el cansancio de tanto llorar. Suspiré triste, miré hacia arriba tratando de borrar ese recuerdo de mi mente. Y fue cuando el serrucho dio con uno de mis dedos. 

—¡AHHHHHHHHHHH! —grité, me había cortado, estaba de muy mala suerte. Empecé a temblar inmediatamente pues sabía que la sangre estaba saliendo a borbotones—. ¡Ahh! ¡AHH! —El abuelo vino hacia mí asustado, caí de rodillas al piso poniendo mi mano en mi pecho, no quería ver la herida. El aire me faltaba, todo yo temblaba, tenía mucho miedo de perder la conciencia. 

Esa sensación era absolutamente poderosa, me debilitaba tanto, no podía controlarme, simplemente quería escapar, huir de esa sensación y tenía mucho, mucho miedo tanto así que el miedo mismo me daba más miedo aún. Eso provocaba en mí la sangre, unas inmensas ganas de huir, de no tener control. 

—¡Bill, tranquilo! —El abuelo me sostuvo de los hombros intentando levantarme, no podía verlo bien pues las lágrimas en mis ojos me empañaban la vista, además del mareo y las arcadas que sentía. Me alzó del piso y me zarandeó. 

—¡AHHHHHHHH! —grité de puro miedo, sentía la sangre, la sentía fluir y mojarme el polo que llevaba puesto, miraba al abuelo fijamente mientras me zarandeaba y me decía muchas cosas que no podía procesar por el estado en el que me encontraba, tenía miedo de mirar la herida, realmente tenía pánico. 



Por Tom: 

Había hablando con la abuela, no me sentía nada bien. No pude dormir toda la noche y decidí dormir en la mañana. No tenía las fuerzas suficientes para darle la cara a Bill. Estaba arrepentido por lo que le había hecho, me sentía tan culpable que realmente pensaba que no me permitiría estar a su lado. Debía tomar un poco de distancia. 

Dios, sus ojos de miedo, yo sabía perfectamente que él tenía un pánico total a la sangre, aún sabiendo eso, no lo preparé como se es debido. Me había dejado llevar por mis deseos. Fui un animal de los peores, así que me lamentaba horriblemente haberle causado eso. 

¿Cómo estaría ahora? Ojalá se le haya pasado el enojo hacia mí. 

Al salir de la habitación la abuela me dijo que el abuelo se lo había llevado para seguir con la construcción del establo. Pobre mi hermano, quería saber cómo se encontraba, realmente me preocupaba, pero no podía levantar sospechas. 

—Abuela, debo alimentar al Bambi —dije preparando un biberón, esa era la excusa perfecta para dirigirme al lugar donde estaban los animales, y así poder ver a Bill. 

—Claro, ve, pero regresa rápido que tenemos que hacer las tartas. 

—Sí. 

Salí sigiloso, pasé la huerta que ellos tenían y divisé el establo de animales, en donde se encontraban las vacas y caballos, al lado de éste se estaba levantando la nueva construcción, más bien era una ampliación del establo que tenían, ahí viviría el cervatillo, los abuelos así lo habían decidido. 

De lejos divisé a mi abuelo cerca de Bill. 

—¡AHH! —No pasó desapercibido aquel grito de mi hermano, se me cayó el biberón de las manos y corrí donde él, algo había pasado. 

Vi al abuelo zarandeándolo, la ira corrió por mis venas en sólo instantes, me precipité y corrí con furia. 

—¡Deja a mi hermano! —grité y lo empujé molesto, caí sobre mi abuelo en un arrebato desesperado, algo le estaba haciendo. 

El abuelo me miró asustado, giré mi rostro y vi a Bill, él me miraba atónito, con un brazo pegado a su pecho, estaba pálido y lloroso. Entonces lo comprendí, se había lastimado, o lo habían lastimando. Mi vista giró rápidamente hacia el abuelo que se había liberado de mi agarre, se levantaba adolorido y me levanté con él, para encararlo. 

—¡Tom, qué haces! – Me gritó el abuelo, lo miré furioso. 

—¡Qué le hacías a mi hermano! 

—Tom… —Mi hermano me habló con voz agonizante, me preocupé y quise acercarme pero el abuelo me tomó del brazo impidiéndome acercarme a él, giré el rostro y lo miré amenazante. 

—Déjeme abuelo ¡Déjeme! 

—¡No! —Me gritó con autoridad—. ¡Déjalo tú! Escúchame. —Miré a mi hermano, otra vez cayó de rodillas, quise ir por él pero el abuelo apretó su agarre en mi brazo, me estaba enfadando, no dejaría a mi hermano sufrir así, gotitas de sangre caían de su mano, él temblaba y cerró sus ojos, se estaba desvaneciendo por el miedo que tenía a la sangre—. Bill —llamó con voz amable. 

—Abuelo, usted no entiende, él le tiene miedo a la sangre, por eso está así, tiene fobia a la sangre. 

—¡Tonterías! —dijo el abuelo, mi hermano aún estaba conciente pues temblaba arrodillado en el piso, se encogió y apoyó una mano en el piso—. Bill, levántate. —Empezó a llorar sonoramente, me partía el corazón, y otra vez intenté ir con él pero el abuelo, me zarandeó, ¡Mierda, que mi abuelo era fuerte y eso me desagradaba mucho! 

—Bill —dije—. Tranquilo Bill… 

—Sh… —me calló el abuelo, lo miré molesto—. Bill, hijo, debes superar ese miedo, es sólo sangre. 

—Abuelo, usted no entiende, es una fobia —dije insistente—. Diga lo que le diga igual le tiene miedo. 

—Shhh, Tom ¿No confías en la fortaleza de tu hermano? Bill, hijo, tú puedes, tú puedes vencerlo, levántate. —Mi hermano, temblando y llorando intentó levantarse, su cuerpo no respondía bien por los temblores. 

—N-no… puedo… snifff… —Volvió a caer al piso y se apoyó con su mano sana que temblaba. 

—Sí puedes —decía el abuelo—. Es sólo sangre, es un líquido, vamos mira tu mano, no vas a morir por eso Bill, mírala. 

—Abuelo… —Lo miré amenazante, lo que le decía era muy drástico. 

—Alienta a tu hermano —me dijo sincero—. Él puede, sé que puede. —Miré a Bill, y él intentó levantarse, alzó la mirada y me miró, no sabía cómo reaccionar quería ir con él y abrazarlo, eso quería, curar su dedo dañado, evitar que él lo vea, mimarlo, besarlo y protegerlo. 

—Tomi… —me dijo con voz quejumbrosa. El abuelo aún me agarraba del brazo. 

—Bill —llamó el abuelo—. No hay mejor manera que vencer tu miedo que enfrentándote a él. —Bill lo miró molesto, pero intentó ponerse en pié, suspirando pesadamente, intentándose calmar, aún no miraba su mano herida. Se apoyó en la pared del establo, y se quedó ahí, estático respirando agitado temblando de miedo, como un ratoncito acorralado—. La herida… —Le recordó, y Bill parpadeó varias veces, nervioso, asustado. 

—Tú puedes, cariño —dije, ya nada me importaba, él enfocó su vista en mí y mi corazón latió rápidamente—. Tú puedes vencerlo —volví a insistir. Parpadeó muy rápido y alzó su mano herida, temblorosa, puso una mueca de querer llorar otra vez—. Vamos, sé que puedes. —El abuelo me soltó el brazo lentamente y avancé un paso hacia Bill mirándolo fijamente, infundiéndole confianza, sus ojos viajaron a través de los míos hacia su brazo y avanzó hacia su mano cerrada, gotitas de sangre caían al piso, cerró los ojos fuertemente respirando agitado. 

—Amor… —susurré estando más cerca, toqué su hombro y se estremeció, abrió los ojos, y temblando bajó la vista hacia su mano, la abrió y pudo ver la herida, al fin, la pudo ver, una pequeña herida en la punta del dedo índice, sangraba mucho. 

—Eso es —dijo el abuelo—. Mira bien esa herida, dime lo que vez. 

—Sangre… —dijo con una voz diminuta—. Horrible sangre. 

—¿Cómo te sientes? 

—Mal… 

—Eres fuerte Bill, lo eres —dijo el abuelo y Bill sonrió ahora calmándose—. Es solo sangre, todos tenemos sangre. 

—Ay… —Se quejó—. Esto es horrible, es realmente fea y asquerosa. —Aún la miraba. 

—Lo venciste —le dije—. Puedes ver una herida con sangre ahora. —Me miró y me sonrió, alzó un poco sus brazos y lo abracé. Un abrazo de hermanos, pero en el fondo ambos sabíamos que era algo más. Pasé mis manos por su cintura, apretándolo a mí. 

—Perdóname por haberte hecho daño —susurré y él asintió—. Perdóname… —Insistía. 

—Cof… cof —El abuelo nos interrumpió—. Bueno, en vista que ahora estás mejor Bill, anda a la casa y véndate tú mismo ese dedo, por hoy descansaremos, o Tom puede tomar tu lugar. 

Más trabajo para mí. 

Había tomando su lugar. Ahí me percaté lo arduo que era el trabajo que él hacía. Cortar maderas y alzarlas, todo eso, la construcción era realmente cansada y matada. Pero mi abuelo no se sentía bien, el cojeaba un poco. 

—Tom, creo que me golpeé cuando te abalanzaste contra mí. —¡Aish! Yo no dejaba de dañar a la gente sin querer, me sentí culpable, esa culpabilidad se estaba haciendo común en mí. 

—Lo siento abuelo, realmente no fue mi intención… creí, pues creí que le estabas haciendo daño a Bill o algo. 

—Tú y tus celos, sabes, debes cambiar eso. —Lo miré incómodo—. Puede traerte problemas, ya sabes, la gente puede pensar que él es algo más que tu hermano, eso sería muy horrible Tom. —Tragué saliva, no quería tocar ese tema con él, suficiente tenía con la abuela que trataba de hacerme entrar en razón, pero yo no le hacía caso. 

La abuela sabía lo que yo siento por Bill, se lo dije aquella vez que nos contó la horrible historia de los otros gemelos. Ella me escuchó, le conté como este sentimiento creció de la nada, y que era correspondido. Ella me miró comprensiva, y me dijo que aún así era su nieto favorito, pero que por favor no lo esté diciendo así a todo el mundo, que ella lo entendía en cierta forma porque una situación de incesto es un gran tabú en las familias pero no es algo que esté fuera de lo común. Ella no me dio detalles, pero saber que me entendía era suficiente para mí. 

No dije nada al abuelo, no quería hablar de eso con él. Los dos regresamos a la casa, el abuelo descansaría porque sentía que su pierna le dolía mucho. Mi culpa, sí, otra vez. 

Mi hermano estaba con la abuela, tenía el dedo vendado y preparaban las tartas. Me uní a ellos. 

Pasamos una mañana y una tarde familiar, nada me importaba tanto como haber recuperado la confianza de mi hermano, él me miraba sonriente y eso significaba mucho para mí. 

Bill había vuelto a mí… y esta vez no lo echaría a perder. 



Por Bill: 

Los días volaban en la casa de los abuelos. Los dos nos habíamos acostumbrado a la rutina. Faltaban casi una semana para regresar a casa… eso nos tenía a los dos muy preocupados. En cierta forma ¡No queríamos regresar! 

Algunas noches nos veíamos a solas, para besarnos. Ambos siempre queríamos hacer el amor. Pero por un buen tiempo no pude. Había dolor en mi cuerpo. Así que utilizábamos nuestra imaginación para pasar un tiempo placentero. Aunque eso no era nuestra prioridad, al menos la mía. No puedo hablar por Tom ya que él era el que siempre proponía un encuentro más pasional. 

A veces lo consentía y terminábamos haciendo el amor, hasta dos veces seguidas. Controlaba mejor mis expresiones de amor, trataba de no ser ruidoso y él, claro, aprendió a saber cuando estaba listo. 

El sexo duro duele, pero tiene sus cosas gratificantes. Haberlo descubierto con Tom no tenía precio. Creo que nuestra relación había crecido mucho, no sólo en el aspecto sexual, en nuestra comunicación, en nuestra forma de ver la vida. Para ambos nuestra prioridad estaba en el otro, la mayor parte del tiempo, claro que muchas veces teníamos discrepancias. 

Aún nos cuestionábamos el hecho de amarnos. Era muy raro, demasiado raro, dudábamos juntos de que era verdad. Pero en las noches, mientras estábamos a solas nos encargábamos de demostrarnos cuan real era para cada uno. Aún así temíamos regresar, temíamos que todo esto sólo pasase aquí, en la casa de los abuelos, temíamos enfrentar todo lo que nos esperaría allá, en Hamburgo. 

Nos encontrábamos en la pradera, de las flores amarillas y las mariposas azules, nuestro lugar especial en medio de todo el bosque. Los abuelos estaban en la iglesia, nos quisieron llevar a la fuerza, pero ganamos, ellos sabían que merecíamos un tiempo libre. Ninguno quiso regresar al pueblo, preferíamos la pradera. 

Estábamos recostados uno frente al otro, descansando, había nubes que nos escondía de los rayos abrasadores del sol. Tom me sonrió para luego llevar una mano a mi mejilla y acariciarla delicadamente. 

—¿Cómo le haremos amor? —Suspiré… no tenía idea. 

—No lo sé, supongo que cuando estemos allá veremos —dije. Pensar en nuestra casa, me ponía nervioso. 

—No quisiera regresar —me dijo serio—. Quisiera quedarme aquí contigo. 

—Sí… —Me acerqué y le di un pequeño beso en sus labios—. Aquí contigo para siempre. —Me sonrió. 

Nos quedamos callados, mirándonos a los ojos, pasó sus manos por mi cabello, suavemente, suspiré. 

—Niño, niño rubio —le fruncí el ceño—. Allá en Hamburgo de seguro querrás teñir tu cabello. —Me miraba las raíces del cabello, por más moreno que quisiese ser, yo era rubio como él. 

—Andrajoso —dije. Tomó mis manos, me resistí un poco… mis manos ya no eran suaves como antes, después de haber construido el establo, mis manos eran mucho más ásperas, sin manicura y con las uñas rotas—. No me toques —dije serio. Él se apoyó sobre sus codos para mirarme mejor. 

—Bill, te quiero igual, con manicura y sin ella, rubio o moreno, con ropa o sin ella. —Pensó un poco—. Sin ella definitivamente te amo más. —Se sonrió atrevido. 

—¡Tom! – Besó mis manos y me derretí ante ese hecho. 

—Sólo digo lo que pienso, hablando de eso… ¿Recuerdas que hablé de dibujarte sin nada? —Le sonreí tímido, sí me acordaba de aquello. 

—“Tendrás que acostarte conmigo si quieres pintarme así” —le dije mis propias palabras que le dije la vez que me dibujó sobre una roca, cerca de aquí—. Me acosté contigo —dije con voz sugerente—. Más de diez veces… —Me mordí el labio. 

—Qué bueno que las cuentas… yo iba en nueve, acabo de acordarme lo de ayer. —No hubo penetración pero lo consideraba sexo, sexo oral era sexo también. No podía creer que él me había hecho eso, pero me dijo que moría por mi cara de excitado total y eso lo motivó. 

—Sí. ¿Aún quieres pintarme? 

—Sí, sin nada, por favor. 

Esa tarde, pasé uno de los momentos más eróticos de mi vida, sobre todas las flores me desnudé ante él, lo veía tan excitado, sé que quería tenerme en ese momento, pero se limitó a dibujarme, que profesional mi hermano. 

Creo que hizo cuatro dibujos míos. Para el último que hizo ya ni tenía vergüenza, le abrí las piernas descaradamente. 

—A ver si puedes dibujar esto. —Se lo mostré todo, él se mordió el labio. 

—Espera a que termine y verás, habrá consecuencias por provocarme —amenazó. 

—Uy, que miedo, en verdad tiemblo. —Me burlé. Empecé a deslizar una mano por mi vientre, quería tocarme en su delante, que cosas se me pasaban por la mente, habíamos llegado a un nivel de intimidad en la cual me sentía libre de hacer lo que quería con él. Yo era parte de él. 

—Bill, no hagas eso —me dijo y yo le gemí sugerente—. No podré dibujarte si sigues así. —Su voz sonaba tan extraña, me causaba gracia, descendí mi mano un poco más. 

—A que la tengo grande ¿No es verdad? Tú nunca… tú no me has probado. —Le miré sugestivo, él dejó de mirarme entre las piernas y abrió los ojos pensativo. 

—¿Probado? Ayer te la chupé 

—¡Tom! Que poco tino… —Me sonrojé ante ese recuerdo—. Yo me refiero a otra forma de probar, nene, oh sí, que también yo puedo darte. —Al parecer me entendió y negó con la cabeza. 

—Tranquilo Bill. —Reí un poco, se había intimidado. Dejando su libro a un lado se quitó la polera—. Estás muy ansioso, te quitaré esa ansiedad con algo más grande y bien duro ¿Te parece? —Me reí nervioso, se quitó los pantalones—. Ven aquí. —Se me acercó y me recostó sobre las flores—. Los abuelos regresarán tarde, a que podemos hacerlo tres veces ¿Qué dices? —Mi vientre dolió, estaba ansioso… muy ansioso de él…

Jjejeje, veremos cómo les va con esa ansiedad. Comentarios, sugerencias y críticas son bienvenidas. Gracias por leer *.*

6 comentarios:

  1. jajajaj HEISS!!! me encanta!! :DD hahaha besos :**

    ich kann nicht lieben <3

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  2. Siempre... pero en serio, siempre me dejas con el que va a pasar xD
    Así sea este uno de los fic's que hiciste, es muy bueno :3
    Esos chicos que tienen una vida muy activa y yo... ok no, pero ellos si la llevan y lo mejor es que al menos la abuela acepta su relación -y a mi parecer en cierto modo tambien el abuelo-.

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  3. Me encanto, espero el proximo, saludos c:

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  4. La idea de que Tom "pruebe" a Bill me agrada xD
    ...siento que los descubren :/

    Cuidate! Besos!
    Criis.

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  5. hola .. queria decirte que me encanta este fic esta muy bueno.... sube el procino cap prontoo plissss ... im igual me hubiera gustado que relataras como volvieron a tener relaciones y todo ya que bill aun estaba dolido ... pero bueno me gusto de todas formas c:
    cuidate y sube prontito el prox n_n

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  6. jajajaja bill provocando a tom me gusto y quiero saver como les ira a en su casa siguiran sus roles o los cambiaran no se algo mas...sean unidos tom siguiras con sus chicas? y si si como raccionara wuillam si yo estubiera en su luGAR es como disen si una mujer se pone selosa es la 3 guerra mundial jajajajaja LA VERDAD...bueno comprendo que no tengas internet y estes en un pueblito yo tambien vivo en un pueblito 0.0 y me mudarE muuy pronto asi no internet odio esa idea LA VERDAD 0.0 LA ODIO
    NO SE QUEARE SIN LOS FIC ASIQUE TOMATE TU TIENPO PINK
    si lo se a las demas LECTORAS no les perase buena la idea de tomate tu tienMpo pero esque no tendre internet y si publicas y NO LEEO ME !!!MUERO!!!

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