Artificial - 3

Hola a todos *-* espero les guste este capítulo, gracias por sus comentarios, me animan a seguir y tengo ya bastante de este fic~ ¡Los quiero!

Tom se alistaba para salir, debía ir a la fábrica de plantas, debía llevar a Bill quien le enseñaría cómo programar robots agrícolas que no eran humanoides, eran máquinas de diferentes formas que plantaban y cultivaban plantas, pero que Tom no tenía idea de cómo dominar.

—¡Es tarde! —gritó tomado su desayuno, pero Bill empacaba tostadas pues sabía que Tom no iba a comer en casa, podía predecirlo pues ya había gritado tres veces que era tarde.

—Vamos, salga, vamos ya —apuró Bill abriendo la puerta.

—¿Irás sobre el auto?

—Sí señor.

—Debo adquirir otro de a dos, se lo pediré a la empresa. ¡Vamos!

Bill tuvo que viajar arriba otra vez, como el equipaje y pudo ver a otros robots en su condición. Algunos lo miraban y ponían caras de extrañeza por el enorme parecido a un humano, no todos eran así, en su mayoría eran como maniquís, ese aspecto los diferenciaba para que no hubiera confusiones, pero Bill era un modelo reciente y nuevo.

Llegó a la industria y entró por una oficina en un rascacielos junto con Bill.

Los otros robots humanoides vieron a Bill también con extrañeza, Tom no hacía caso ni prestaba atención a nada que no sea humano, ese había sido el primer choque que tuvo cuando se mudó a la ciudad, pero ahora solía ver el rostro de algunos robot solo para comparar en su mente la calidad de Bill, definitivamente Bill parecía humano.

—¡Tom, al fin llegas! —saludó su jefe quien lo esperaba en una amplia oficina de máquinas, habían plantas en invernaderos especiales y debía programar a los robots para su cuidado—. Te dejo… ah, ¿él quién es? —preguntó percatándose de Bill vestido similar a Tom, poleras anchas y desalineado como él.

—Es Bill.

—¿Es humano? —preguntó dudando.

—¿Tú qué crees? 

—Wow, no lo sé, ¿quién eres? —le preguntó al robot.

—Me llamo Bill, androide diseño 483.

—¡Es un robot! ¿Cómo conseguiste algo así? Sus facciones son exactas.

—Lo sé —dijo Tom un poco aburrido—. Me lo dieron, ¿se acuerda que le dije que no sabía de robots? Bill me ayudará.

—Vaya, Tom, es… es fantástico, ¿cumple fantasías? —Tom se incomodó mucho—. ¿Me lo prestarías?

—No, no hace esas cosas, no es del tipo sexual.

—¿Eres del tipo sexual? —preguntó su jefe a Bill y Bill se vio en un dilema, había escuchado a Tom decir que no, pero él era también del tipo sexual, no podía mentir pero tampoco contradecir a su amo.

—Tom se lo dijo.

—Dímelo tú, el robot está dudando, Tom.

—Señor, déjelo, Bill vino a ayudarme, no lo interrogue.

—Tom, es un robot, ellos responden preguntas.

—Lo sé, pero es mi robot y no quiero que responda nada —dijo serio y tomó a Bill del brazo para alejarlo.

Su jefe se puso serio y entendió que Tom no se lo prestaría. Prefirió irse, ya vería la forma de saber de dónde había conseguido un modelo tan exacto a lo real.

Tom vio como Bill suspiraba inflando sus mejillas, era un gesto de molestia y sonrió ante eso, Bill se había incomodado y lo había demostrado como un humano. Estaba molesto por las interrogantes, ahora resultaba que Bill llamaba de manera anormal la atención, Tom debía ser cuidadoso o buscarían quitárselo.

—Bill —llamó.

—Sí, mi amo.

—Cuando alguien te pregunte y te sientas incómodo, no tienes que responder.

—Me pondré incómodo si a usted le incomoda.

—De acuerdo. Eso último fue incómodo, no quiero que te toquen —dijo sabiendo que eso sonaba muy posesivo. 

—Lo siento, pero mientras mi cuerpo ocupe un lugar en el espacio me tocarán si invado un espacio. —Bill se refería a la forma común de toque, en cambio Tom no.

—No, no tocar de hacer contacto, tocar con otra intención.

—¿Intención?

—Intención sexual —fue específico y Bill entendió.

—No permitiré que me toquen de manera sexual otro que no sea mi amo —dijo Bill para que Tom le dijera si su concepto estaba bien.

Tom se puso nervioso, no quería seguir tocando ese tema, la idea de tocar a Bill le había incomodado pues ahora no podría evitar pensar en lo sexual por culpa de su jefe, pero no contradijo a Bill, si él pensaba así y no se dejaría tocar por otro, todo estaba bien.

De regreso a los quehaceres, los robots esperaban muy quietos las instrucciones. 

—Verás, necesito que todos ellos funcionen, hum, necesito que les ordenes seguir esto —le dio un libro en donde estaban los pasos para la atención de las plantas y Bill lo entendió muy rápido, su capacidad para leer era sobrehumana y no necesitó de mucho tiempo para grabar el libro en su mente.

Era extraño que Tom tuviera un libro, pero su abuelo le había enseñado el valor que ellos tenían y no quería comprar de los virtuales, así que llevaba en su maleta algunos sobre plantas.

—Están funcionando —dijo Bill mostrándole cómo los robots se movilizaban hacia los viveros y se distribuían el trabajo.

Eso era todo lo que debía hacer, las máquinas simplificaban el trabajo y mucho, ya estaban programadas para seguir sin supervisión, si Tom quería irse, podía hacerlo, pero tuvo hambre y salió con Bill hacia el comedor.

El sentido de individualidad era tal que los comedores a veces eran para una persona y sus robots, Tom detestaba eso, recién tenía dos días en esa compañía y ya extrañaba el bosque.

Se sentó en una mesa vacía y Bill buscó el lugar de la comida para llevarle a Tom lo que deseara.

—¿Qué desea?

—Ah, cierto, vamos. —Se levantó para ser él quien vaya por su orden, pero antes de que pudiera ir a la sección de comida, una robot mesera se le acercó. Tom evitó verla a los ojos, pero ella le siguió.

—Señor Tom, puede pedirme su orden.

—No deseo, aléjese. —La robot retrocedió y luego se acercó a Bill.

—Joven, puede pedirme su… —hizo contacto visual percatándose de los códigos de su fabricación, Bill no era humano pero la robot lo había confundido—. Disculpa. —Tom se percató de eso y volteó a ver.

—¿Confundiste a Bill con una persona?

—Sí, lo lamento —bajó la cabeza en señal de disculpas—. Él es un modelo muy nuevo, casi no logro descifrarlo. 

—¿Viste Bill? —dijo con unja sonrisa—. Esa robot te creyó humano. —Bill al ver la sonrisa de Tom, sonrió demostrando emoción sabiendo que eso para Tom era agradable. 

—Lo veo —sonrió más y se despidió de la robot.

—¿Sabes? Antes de tenerte detestaba todas estas máquinas, era la razón por la cual no deseaba vivir en la ciudad, esto de caminar y toparse con seres androides, es desagradable, me perturba, por eso no deseo que ninguno me atienda.

—¿Usted los detesta?

—Sí, es que el mundo no era así antes, mucho antes… si leyeras las sociedades pasadas, Bill, te darías cuenta de muchas cosas.

—Quiero leer.

—Te puedo mostrar, ten. —Le pasó su bandeja de comida—. Otra bandeja sin comida —pidió para Bill y el robot que atendía se la dio sin cuestionar, solo seguían órdenes. —Bill llevó la bandeja de comida y la puso en el asiento de Tom y Tom hizo lo mismo con la bandeja vacía, Bill lo acompañaría. 

—¿Usted me detesta? —preguntó sacando conclusiones lógicas.

—¿Ah?

—Usted detesta a los robots, yo soy uno, entonces me detesta a mí —dijo serio, mirándolo a los ojos.

—¿Te demuestro eso? —cuestionó serio y Bill se puso a analizar buscando en su mente recuerdos.

—Cuando entramos a la casa por primera vez.

—Ah, eso, no… contigo no pasa así, no sé por qué, a ti no te detesto —“porque eres similar a los humanos”, pensó, pero no quería decírselo, no quería darle falsas ilusiones, él nunca sería uno, mejor no alimentar esa fantasía, Tom debía tener los pies sobre la tierra.

—Eso me alegra mucho —dijo con una dulce sonrisa y luego se centró en su inexistente comida e imitó a Tom comer.

La robot mesera centró su atención en ese hecho viéndolo como muy anormal, nunca en su existencia había visto un robot acompañando en la comida a un humano.

—¡Mesera! —y dejó de ver la escena hasta que un humano la llamó para que lo atendiera.

*

De regreso a casa, pero antes pasó con un vale de la compañía de botánica hacia una de autos, quería canjear su pequeño auto amarillo por uno con dos asientos. 

—¿Se ha casado? —preguntó el robot de la tienda quien llenaba un formulario con sus datos.

—No.

—¿Razón por la cual desea canjear su movilidad individual por una dual?

—Porque me da la regalada gana.

—Bien. —anotó inexpresivo tal cual Tom le había dicho y Bill a su lado soltó una risita que llamó la atención de Tom, al parecer había notado el sarcasmo y fue cuando Tom extendió su mano para tomarle la suya, Bill aceptó el contacto sintiéndose bien—. Acompáñeme —pidió mientras caminaba con sus piernas juntas, deslizándose por la superficie como volando, era un robot androide pero de un modelo no muy humanoide. 

—Mira todos esos, Bill —le mostró todos los autos duales que ahí estaban, de muchos colores y modelos. 

—Estoy impresionado —dijo con una sonrisa, aun Tom le tomaba de la mano y seguían al robot principal.

—Tengo estos —anunció el robot—. Escoja el suyo. —Tom miró a Bill.

—¿Cuál quisieras? —preguntó causando sorpresa en ambos robots, ya el robot de la tienda había leído que el que lo acompañaba era uno también, pero nunca antes había visto que le dieran a escoger a un robot al menos que sea una consulta de marcas, calidad y esas cosas.

—¿Querer yo? Disculpe, no puedo querer.

—¿Por qué no?

—No tengo voluntad, no puedo decidir por un humano salvo sea algo peligroso y deba advertirlo, pero estos autos no son peligrosos.

—No son peligrosos —repitió el robot de la tienda. Tom se puso serio y acarició la mano de Bill, quería darle la oportunidad de que Bill escogiera, que sintiera que también tiene voluntad. 

—Vamos, Bill, no seas tímido —dijo riendo un poco y Bill lo imitó, un robot no podía ser tímido, pero las facciones de Bill eran cada vez más humanizadas, sus gestos demostraban timidez pues estaba dudoso—. Te doy voluntad, elige uno tú. —Bill miró a todos los autos y en su mente los analizaba, debía encontrar uno que se ajustara a los gustos de Tom, era un joven simple, no muy sofisticado y así iba descartando muchos, le gustaba el azul o el verde, descartó otros tantos y se quedó con uno que parecía encajar en los gustos de Tom, entonces alzó una mano y señaló.

—El audi 4006. —Tom vio al que se refería y le pareció el indicado.

—¡Es perfecto! Wow, Bill, eres genial eligiendo autos. Quiero el que señaló —ordenó al robot de la tienda. 

Y así, los dos salieron con el auto nuevo, Bill se subió a su lado y sonreía a cada momento. A Tom le gustaba verlo sonreír, parecía que tenía más energía así, pero luego de un momento se lamentó, no debía poner sentimientos o algo parecido en una máquina.

—¿A dónde me lleva? —preguntó Bill al ver que no era a casa.

—Quiero mostrarte un lugar, sé que te sentirás incómodo, el bosque no es para robots, se sobrecalientan y esas cosas…

—No me sobrecaliento, dudo sentirme incómodo si está usted.

—Bien, allá vamos.

—Wuiii —hizo un grito de emoción que confundió a Tom.

—¿Por qué hiciste eso?

—Por la emoción —respondió con una sonrisa.

—Fue espontáneo, fue raro… ¿dónde lo aprendiste? 

—De usted.

—No —dijo riendo un poco—. Yo no hago eso.

—Sí lo hace, cuando se emociona usted se pone así, ¿hice bien?

—Sí. —Tom se quedó pensativo, ¿por qué le habían dado esa clase de robot? Era extraño todo el asunto, sabía que debía ir el fin de semana a la fábrica de robots para que le hicieran preguntas, pero estaba comenzando a incomodarse un poco pues se había dado cuenta que Bill no era como cualquier robot.

Sobrevolaron por encima de árboles en su mayoría híbridos, alargados y anormales pues los bosques naturales estaban muy lejos, solo estaban los artificiales que daban oxígeno a la ciudad. Pero Tom sabía que nadie iba al bosque por la falta de tecnología.

—Aquí vivía con mi abuelo —le dijo a Bill mostrándole una casa pequeña cerca de los árboles.

—Se ve deshabitada.

—Lo está. 

Bill pudo notar el cambio de semblante en Tom y cómo, al parecer, lo que pensaba lo incomodaba. No sabía cómo reaccionar, qué decir o hacer, solo sabía que estaba a su disposición, pero Tom no le daba órdenes.

Entraron a la casa llena de polvo y lo lógico sería que Bill comenzara a limpiar, pero supo darse cuenta de que Tom no quería eso, al parecer no quería mover cosas, cambiarlas o mejorarlas, así estaba bien, con esa capa de polvo y algunas telas de arañas.

—¿Está bien? —preguntó pues lo veía decaído—. ¿Puedo hacer algo por usted?

—Bill, no me hables así, no me digas usted o me trates con ese respeto de las máquinas.

—Pero si lo trato diferente me cuestionarán, la gente tiene sus reglas.

—Pero eres mío, y aprenderás de mí, no me llames de usted, dime Tom.

—Tom, ¿estás bien? —Tom se quedó callado, eso había sonado tan natural que lo confundió un poco.

—Me siento solo, eso es todo. Mira, la gente ahora vive la vida de otra manera, dependiendo de máquinas, yo solo quisiera tener a mi abuelo, hacer galletas, alimentar animales, forrar libros. —Bill se le acercó más.

—No estás solo, Tom.

—No eres humano… —dijo y se calló cuando Bill tomó su mano y se la acarició como él lo había hecho en la tienda.

—No lo soy, pero soy tu compañía.

—¿Sabes para qué te crearon? Digo, sabes que hay robots para cada cosa, como la mesera, ella solo está programada para atender las mesas, sabe de comida y eso, pero si la traigo al bosque se sentirá perdida. —Bill se quedó pensando.

—Me crearon para estar contigo.

—Eso no es verdad, estabas allá en la fábrica y no me dijeron eso.

—A mí tampoco me dijeron, lo deduje cuando me tocaste y me dijiste que eras mi amo, entonces supe que existo por ti. —Tom se quedó pensativo.

—Bill. —Lo atrajo hacia él solo porque sintió la enorme necesidad de acariciarlo y así lo hizo, lo abrazó por la cintura y acarició su baja espalda, viéndolo a los ojos, quería ver cómo reaccionaba y Bill solo lo miraba. Subió sus manos por sus fuertes brazos y decidió acariciarlo también—. ¿Esto es extraño, sabes? —susurró.

—¿Extraño por qué?

—Porque un humano y un robot no se abrazan así.

—Entonces, soy afortunado —dijo Bill y Tom miró sus labios, eran tan carnosos, brillaban de manera provocativa.

—Yo también —dijo y se acercó a esa boca semi abierta para besarlo.

Besó a su robot y Bill cerró los ojos sintiendo las caricias.

Lo besó... y veremos qué más pasará en esta convivencia extraña... Comentarios, sugerencias y críticas son bienvenidas. Gracias por leer~