martes, 2 de septiembre de 2014

Vagabundo - 2

Hola a todos *-* como dije, no demoraría en el siguiente capítulo de este fic, espero les guste~ aquí se verá un salto en el tiempo y la vida de Bill~ No olviden comentar, es importante para mí *-* tengan un lindo inicio de setiembre. 
Los dos ancianos acompañaron a Bill a su casa y cuando llegó recibió más reproches.

—… ¿con un indigente? ¡Por Dios! Quizá debemos ir a la delegación policial, quizá ellos han querido robar a mi hijo… ¡Dios Santo! —Simone también se escandalizó y Bill se sintió cada vez peor.

Sus padres estaban algo asustados, agradecieron a los ancianos por haber traído a Bill a la casa y cuando éste subió a su habitación, le cayó encima todo un sermón.

—… ¿sabías que trafican con la gente? ¡Con niños! Les quitan los órganos, las córneas, Bill, cuántas veces te lo hemos dicho —repetía Simone—. O te pueden inducir a las drogas y luego te convertirías en uno como ellos, ¿eso quieres? Responde. —Bill apenas alzó la vista y miró a sus padres.

—Simone, ya fue suficiente —dijo Jörg—. Creo que ha entendido, ¿no es así? —Bill asintió muy apenado—. Bien, porque ahora yo te voy a hablar del verdadero peligro… —Bill puso los ojos en blanco y suspiró del cansancio—. ¿Sabes lo que son los pedófilos? —Bill abrió un poco más los ojos y Simone se alarmó.

—Es aun un niño —dijo su mamá—. No creo que le debas hablar de esas cosas.

—Tiene doce.

—Justamente.

—Bill —su padre se le acercó y lo tomó de los brazos para mirarlo a los ojos, se arrodilló a su altura, mientras Bill permanecía sentado en la cama—. Existe gente perversa en este mundo, gente que… que… que busca niños para… para hacerle cosas muy malas. —Bill lo miraba asustado, podía imaginarse a qué se refería, él no era un infante, ya antes le habían hablado de eso en la escuela, pero escucharlo de sus padres era diferente—… algún hombre puede querer tocarte con engaños… y eso es muy malo Bill, debes decirnos, si ese sujeto te quiso llevar para más adentro, en la zona peligrosa, con engaños, capaz con un dulce… —Bill recordó que fue él quien quiso darle un dulce a Tom y no al revés—. Con un regalo o haciéndose el bueno, pero luego… luego puede hacerte un daño muy grande, puede abusar de ti, ¿me entiendes? —El corazón de Bill se aceleró, pero no de temor sino más bien de imaginar a Tom acercándose para… para quizá tocarlo y eso en vez de causarle un rechazó le produjo un dolorcito agradable en el vientre que lo inquietó. Bill asintió ante lo que su padre le decía y luego Jörg lo soltó.

—Ya fue suficiente —dijo Simone—. Lo estás asustando… —Pero Bill se había asustado más con el escándalo de su madre que con las palabras de su padre.

Y luego ambos salieron de su habitación, cerrando la puerta y dejando a Bill solo quien luego se recostó en la cama tratando de recordar el rostro de Tom y si lo volvería a ver… oh, anhelaba volverlo a ver, ¿lo vería pronto?

Lo cierto fue que Bill no pudo verlo en mucho tiempo.

La vecina anciana tuvo razón, la gente había hecho una petición a la gobernación del lugar para que tomara medidas en el asunto, los indigentes y personas de mal vivir fueron perseguidos por programas del estado para meterlos en acilos o desaparecerlos.

Bill veía a lo lejos, con mucha preocupación, como la policía realizaba intervenciones todas las semanas y eran como persecuciones que muchas veces terminaban en noticias feas en los periódicos, pero no podía ver a Tom, no lo vio caminando nunca más cerca de las rieles del tren.

Luego, los vecinos gestionaron poner una enorme reja a los lados de la entrada al puente y las personas indigentes fueron desapareciendo, o mejor dicho, se adentraron más hacia el otro lado para así no dar problemas al sector urbano reservado.

Los años pasaron y Bill tenía en mente aquella experiencia con el joven vago y hasta lo había escrito en un diario personal, para Bill era como el primer hombre del cual había gustado y luego de él vinieron sus primeros amores como Georg y después Andreas, aunque éste último era solo un amigo a quien tenía mucho cariño.

Ya para sus diecisiete años, sus padres sospechaban de su orientación sexual. Bill no era como otros chicos.

Había crecido y se había puesto hermoso, como pasa con los cisnes. En la escuela solían hacerle bullying por su apariencia delicada además de que padecía de asma, pero poco a poco lo había superado y comenzaban a admirarlo porque era de buen parecer, alto, delgado y solía cuidar su imagen mucho, tenía el cabello pintado de negro, lacio hasta sus hombros, solía vestirse bien y así logró conseguir un poco de respeto de los demás. 

—Simone, debemos hablar —dijo una noche Jörg a su esposa. Ella lo miró y asintió sentándose a su lado en el sofá—. Es sobre Bill.

—Qué tiene mi bebé —solía aún llamarlo bebé pese a que ya casi sería mayor de edad y lo grande que estaba.

—Bueno, encontré algo… sé que para ti sonará un poco… un poco malo, pero entiendo a Bill. —Simone se asustó un poco, ¿qué era eso que podía considerar malo? —. A Nuestro Bill le gustan los hombres. —Simone se quedó quieta en el sofá, sus ojos se pusieron rojos y brillosos, comenzó a temblar un poco y no era que no sabía, sospechaba, pero nunca quiso pensar en que esa posibilidad sea real.

—No puede ser…

—Lo es y necesita nuestro apoyo.

—No quiero que le hagan daño, mi bebé será un papá alguna vez, no tiene que desgraciarse la vida siendo… siendo eso que dices, ¿sale con alguien? ¿Cómo sabes que le gustan los hombres?

—Tranquila Simone, sé que es difícil, para mí también lo es, pero si él es feliz así entonces yo también, nuestro hijo no está haciendo nada malo, solo descubrí una carta en sus cosas, tiene un amigo especial, ya antes vino a la casa, creo que a nuestro hijo lo pretenden varios jovencitos, está en la edad.

—¡Pero son hombres! Deben pretenderle las jovencitas, no lo contrario.

—Ya Simone, cálmate…

Y así continuaron conversando, al momento en que Bill entró a la casa, vio el cuadro y se asustó. Seguido su papá lo llamó a sentarse en la sala y Bill se asustó.

—¿Quién es ese? —reclamó Simone con lágrimas—. Hijo, recapacita… —Bill se puso rojo de la vergüenza, sabía que su mamá reaccionaría así, que no lo entendería, pero extrañamente su padre sí.

—Es… es un amigo —dijo y eso era cierto, Andreas era solo un amigo como Bill, o sea, a Andreas también le gustaban los hombres, gustaba de Bill pero a Bill no le gustaba ni un poco, Andreas era fino, alto, delicado, a Bill le gustaba todo lo contrario…

Y hasta el momento a Bill difícil le gustaba alguien, por más guapos que sean sus amigos, no había alguno que le llamara lo suficiente la atención. 

Bill tuvo que enfrentar su realidad con sus padres y esa noche supo reconocer que tenía la mejor familia del mundo a pesar que su mamá lloró toda la noche.

—… yo no pedí venir así al mundo, no es culpa de ustedes, yo… no sé por qué soy así, simplemente me gustan los hombres —dijo con la cabeza agachada y hombro caídos. Su padre se le acercó y puso una mano en su hombro.

—Eres valiente Bill, eres el mejor hijo que pude haber tenido.

—Esto es tan difícil —dijo Simone secándose las lágrimas—. Pero eres mi único pequeño, así que… supongo debo aceptarlo.

Y así lo abrazaron, y para Bill significó mucho, ya no tenía que aparentar algo que no era, además la seguridad en sí mismo creció pues si tenía el apoyo de sus padres, el resto ya no importaba. 

Bill terminaba la escuela secundaria y pensaba mucho en qué podía estudiar cuando esto pasara, en eso mantenía su tiempo, en la escuela, sus amigos y además de eso la cocina. Su madre decía que él era muy creativo para eso, Bill amaba crear postres, platillos especiales, tortas y esas cosas. A veces solía ganar algo de dinero con pedidos especiales que sus familiares le hacían.

Una tarde, regresando de la escuela, vio a lo lejos un tumulto de personas y un patrullero. Sabía que aun existían indigentes, pero no supo más de Tom. Apenas podía recordarlo como un viejo recuerdo de niños. Aun, al pensar en él, había esa curiosidad. Luego de analizarlo por varios años se dio cuenta de que era porque desde pequeño gustaba de hombres prominentes y Tom encajaba en ello. Siempre buscaba en los periódicos ese nombre “Tom” cuando salían noticias relacionadas con el barrio peligroso pasando debajo del puente.

Al parecer habían atrapado a algún sujeto. Bill podía ver que se trataba de un hombre alto, con barba, lentes negros y un tatuaje en el cuello, de seguro un mafioso. Estaba cerca de la reja que habían puesto para dividir las dos áreas y de repente pudo ver a alguien que le se hizo familiar.

Vestía con ropas sucias y simples, tenía una gorra crema y gritaba a los policías aparentemente defendiendo al otro sujeto capturado. Bill se quedó paralizado… era él, era Tom, el vagabundo. 

Su corazón comenzó a latir desesperado por saciar su curiosidad, por acercarse y preguntarle si estaba bien, si podía reconocerlo, si la policía o la gente había logrado que se fuera a un acilo o saber de él lo que sea, pero saber. 

Sus piernas se movieron casi solas hacia la reja, poco le importó si la gente de su barrio le llamaba la atención por curioso, casi nadie se acercaba a esa reja, pero él necesitaba hacerlo para observar mejor.

—Le juro que le digo la verdad —decía Tom angustiado—. Éste hombre no ha hecho nada de lo que dice, estamos hartos que nos mezclen a todos, no todos somos de mal vivir.

—¡Suéltelo o usted también será detenido por cómplice! ¡Estamos hartos que trafiquen con las mujeres! —Bill se asustó, al parecer capturaban a un proxeneta, pero qué tenía que ver Tom en todo eso.

Un grupo de indigentes mayores salió hacia la patrulla y la cosa se puso bastante mal. Otra patrulla se acercó para reforzar la primera y agarraron a varios a palazos. Era una pelea, pero Tom logró liberarse, no sin antes recibir un golpe fuerte cerca del ojo, eso fue lo que le hizo retroceder y ceder de defender a su amigo. Al final la policía se llevó un buen grupo de detenidos y la gente se dispersó.

Bill se quedó agitado, en la reja, sin saber qué hacer. Había visto a Tom y la curiosidad que había descansado por años regresó de golpe y se sintió otra vez el pequeño Bill en busca de respuestas.

Caminó hacia la entrada, bordeando la reja. Había algunas piedras grandes y es que hace años que el tren ya no funcionaba, sus rieles estaban abandonados. Habían puesto piedras como una advertencia, pasadas éstas significaba que se estaba entrando hacia territorio prohibido. No supo cómo siguió sus deseos y terminó caminando asustado por entre las rieles del tren.

El lugar lucía un poco diferente, ya no se veían personas de mal vivir. Sabía que si avanzaba más allá estarían esas callecitas angostas de los departamentos congestionados de personas indigentes, aunque eso era hace ya cinco años. Lo que le asombró fue ver los mismos departamentos pero más arreglados. Habían algunas personas que transitaban y lo miraban con reproche.

—¡Hey, tú! —le gritó una señora fea, vestida con ropas pequeñas, un escote que hacía ver un tatuaje de mariposa en medio de su pecho—. ¿A quién se supone que buscas? ¿No sabes que está prohibido que ustedes entren aquí así como no quieren que ni pisemos las veredas de sus casitas lindas? ¡Largo! —Bill palideció. Muchas otras personas lo miraron y se sintió como rodeado.

Se asustó un poco y no supo qué contestar, así que retrocedió por donde vino, pero cuando estuvo por irse, vio a Tom salir de un callejón por donde él recordó haber caminado aquella vez cuando le dio el ataque de asma.

Era extraño ver a Tom tan igual de joven como hacía cinco años, Bill pensó que quizá Tom podía reconocerlo así que antes de terminar de salir de ese lugar, se armó de valor.

—¡Tom! —Y llamó con temor, mirando hacia el hombre de vestimenta sucia quien alzó la vista, estando extrañado y vio la delgada figura de lo que en un principio pensó que era una señorita poco desarrollada, pero por la voz supo que era un joven, pero ¿quién sería? Miró a ambos lados, algunas personas también se extrañaron de ese hecho. 

Tom se acercó un poco fastidiado, no podía reconocer a ese joven y eso logró molestarlo porque en sí él no podía recordar muchas cosas y si ese joven representaba su pasado, Tom sería capaz de dañarlo para librarse de esa sensación de persecución.

—¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó cuando ya estuvo cerca y vio cómo Bill lo observaba como si lo conociera, como si su rostro tuviera algo especial. Podía ver sus pupilas moverse por cada rincón de sus facciones y logró molestarse aún más.

—¿No me recuerdas? —preguntó preocupado y se mordió el labio.

—No me acuerdo, no te conozco —dijo serio.

Estaban parados en una de las calles, frente al angosto pasaje donde habían muchas entradas a edificios. 

—Hace cinco años tú… perdón, usted me ayudó. Tuve un ataque de asma cerca del puente y usted…

—¿El niño? —supo reconocerlo—. El niño con asma…

—Ese mismo —le sonrió emocionado.

—Pero mira tú, ya no eres un niño, haz crecido demasiado, estás… estás ya un jovencito. —Bill pestañeó un poco, le gustaba la voz de Tom, estaba que le sonreía coqueto sin darse cuenta, Tom no entendía por qué lo miraba así, es decir, él era un vago horrendo y un joven tan bien arreglado como Bill no podía mirarlo así, pero pasaba. 

—Hum, gracias —dijo sonriendo—. No supe de ti…

—¿Querías saber de mí? —Eso le extrañó y Bill se dio cuenta de sus palabras, se mordió la lengua y trató de retractarse.

—Oh, no, o no sé, es decir… —tartamudeó—. Pensé en volverte a ver… Oh Dios, qué digo —rió nervioso—. Solo que esa vez no me hiciste daño como la gente pensó. —Tom recordó eso.

—Vaya, la gente de tu zona es bastante injusta, todos aquí estamos molestos, nuestros derechos son pisoteados y se nos mira a todos como los malos, no todos aquí lo somos —dijo indignado. 

—Lamento todo eso… —Bill no sabía qué más decirle, pero estaba contento de solo hablar con él, saciar su curiosidad, ver que el tiempo no había pasado, seguía siendo el mismo de siempre, solo que no lo veía enorme como cuando era más pequeño ya que había crecido casi a su altura. 

—Y bien, ¿qué te trae por estos lares del mal?

—Bueno yo… —¿Qué decirle? Justo no quería que le preguntara eso porque temía delatarse—. Quería… yo… —miró hacia atrás tratando de disimular su nerviosismo—. Tenía una curiosidad… es que vi que la policía se llevó a una persona y tú estabas ahí, entonces… —lo miró a los ojos—. Quise verte… —dijo eso y sus mejillas se colorearon. Tom no podía entender lo que decía, ¿cómo así quería verlo? 

—¿Querías verme?

Tom estaba sorprendido, ¿cómo así un chico tan bonito quería verlo? Bill se agitó, pero no bajó la cabeza… él quería verlo.

Este Bill, a diferencia de los otros personajes que suelo hacer, es más atrevido, ¿se dieron cuenta? Es arriesgado y aventurero, quizá eso le sea muchas veces beneficioso pero otras no... y Tom, oh, Tom es todo un misterio, pero no creo que haya algo bueno del todo en él, pero veremos. ¿Comentarios? *-*~

12 comentarios:

  1. waaaa re lindo!!! subi mas rapido porque me mata la intrigaaaa aaaajaja

    Yeyu

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  2. Siiii me gustó que Bill fuera más decidido y que Tom no entendiera nada :D (Ivi)

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  3. Me encantó que Bill fuera tras Tom y que fuera igual de directo. Ahora espero el próximo saludos c :

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  4. ay este Bill me gusta taan lindo *3*
    pero tom que pensara ?
    Contiii !!

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  5. awww me encantaa!!
    Hace mil años que no pasaba x el blog y ahora me encuentro con este fic que se ve muy interesante. Me gusta que Bill es atrevido adskafsj
    espero no demores mucho en actualizarlo porque muero x saber que hará Tom

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  6. awwww hace tiempo que no leía fics *-* los tuyos siempre me dejaban con intriga infinita!! jaja me encantoo, ojala que publiques prontoo, saludoss :D

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  7. Lo prometidooo... estoy aquiii!!! Me re gusto el 1er capi!!! Qué chiquillo atrevido este Billy!!! Y Thomas todo rotoso y enmugrado es liiindo igual!!! Grandes Jörg y Simone por entender y apoyar la orientación sexual de su hijo (bueno ella se escandalizo ¬¬) El fic promete, oh!si! Y de seguro lo amare como a los demás de tu autoría!!! espero otrooo te quierooo!!! Cuidate!!! :) ♥

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  8. aknvdfak:3 Siguelaa! Bill si que es un atrevido<3 y Tom es misterioso<3 porfavor siguela!:DD me encantan tus fics:33

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  9. Sigueee, amo este fic desde ya ��, Bill es tan mandado y dvsvaga ��;; estaré atenta por actualización;;

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  10. Muchas gracias a todos por comentar, es valioso para mí *-* espero les guste lo que viene, estoy por subir nuevo capítulo.
    Los quiero *-*<3333

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  11. Bill é muito atrevidinho jejeje, estou adorando esse menino, e a estória tá incrível, sinceramente gostaria que nessa fic, Tom fosse carinhoso com ele. Mil bjs carinhosos

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