martes, 8 de julio de 2014

Impredecible - 2

Hola otra vez~ lamento tardar x_x espero les guste este capítulo, se llama "Planificaciones, es el transcurso natural de la vida, ¿no?". Gracias a todos por comentar *-* me animan a seguir.
Al llegar a casa, entró a su respectiva habitación, seguía igual de desordenada y con cada cosa rara que le gustaba conservar. Tomó un baño y luego se echó en su cama a reposar un momento, hacía semanas que no dormía en una.

Buscó en su bolsillo una hoja de papel, esta vez era amarilla, estaba llena de letras por todos lados, había aprovechado en escribirla totalmente. Se frustró al leer su contenido y la arrugó tirándola en algún lado de la habitación.

Se levantó de ahí y fue a la habitación de Bill. Todo estaba sumamente arreglado, incluso tan femenino. Frunció en ceño.

Bajó a la sala, ya eran como las seis de la tarde y su madre estaba en la cocina muy estresada, él la observó desde el lumbral de la puerta de la cocina, su madre no había cambiado en nada. Su idea para llegar a casa era traerle flores, pero, la idea lo metió en problemas horas antes.

—El pollo se está cocinando, oh, ¡santo cielo! olvidé la salsa, no alcanzará el tiempo, Bill… Bill… tárdate una horita más. —Tom rió ante eso—. Oh, hijo, estabas aquí.

—¿Estás estresada?

—Sí, es que debo darles de cenar… —Simone lo observó—. Hijito, cariño, ¿por qué no te cambias de ropa? —Lo mismo de siempre, vestía sus comunes ropas anchas, está vez era una polera amarillo encendido y pantalones azules—. Tu hermano te presentará a su prometida, ella es una chica decente. —Empezó a molestarle la conversación.

—Mami… —dijo cansado.

—Sí, lo sé, pero, por esta vez, hazme caso, ¿sí? Al menos vístete de negro que se ve más elegante, pero amarillo con azul de esa manera, por favor… —Tom puso los ojos en blanco y se balanceó con las manos en sus bolsillos.

—Bueno. —Simone sonrió triunfante. Pero el timbre de la puerta sonó, muy mal por ella.

—Oh, no. —Se quitó el delantal y fue a enjuagarse sus manos, no quería que Tom abriera la puerta, pero mientras ella hacía eso, él se adelantó—. Tom —llamó pero el otro no hizo caso.

Tom avanzó hacía la puerta de su casa y la abrió. Frente a él los ojos maquillados de su hermano Bill le miraron. 

Ninguno dijo nada por algunos segundos, era como una sorpresa para ambos. El corazón de Tom latió desbocado al verlo, era lo más único que tenía y aunque no podía descifrar sus sentimientos, él lo consideraba sumamente especial y hasta sagrado. Su hermano pequeño, al que siempre escribía una carta en papeles de colores.

—¿Tom? —dijo dudoso, pero acortando la distancia lo abrazó fuertemente perdiéndose en ese aroma tan, pero tan familiar—. Te extrañé hermano… casi nunca estás, por Dios, te extrañe —dijo sincero. Las manos de Tom se aferraban a la espalda de Bill.

—Has crecido… —dijo cuando se separaron—. Te extrañé también. —Aún estaban en el lumbral de la puerta. Simone logró alcanzarlos, emocionada.

—Debo presentarte a una personita especial. —Estiró su mano y jaló a su chica, la atrajo un poco a su cuerpo y luego su mano bajó hacia la cintura de ella—. Ella es Melissa, mi prometida. —La chica estaba algo ruborizada, era un poco tímida, pero suspirando estiró la mano y saludó.

—Mucho gusto. —Tom la miró indiferente, regresó a la vista a su hermano.

—Él es Tom cariño, mi gemelo del cual te hablé mucho. —Bill rió y Simone los interrumpió.

—Pasen mis amores, que gusto, oh, mi Bill. —Abrazó a su hijo llenándole de besos y diciendo toda clase de palabras bonitas, luego Bill le presentó oficialmente a su novia. La chica estaba emocionada, su futura suegra era tan cariñosa—. Pero qué hermosa mujer, es un ángel, linda, eres la indicada para mi Bill.

—Gracias señora, son muchos halagos. —llevó sus manos hacia su sonrojado rostro y rió nerviosa.

—Vengan mis amores, vamos, cenaremos ahora y luego hablaremos del acontecimiento más importante para sus vidas.

Los presentes avanzaron hacia la sala con sus maletas, Simone estaba tan agitada. Jörg aún no regresaba de su trabajo, estaba sola y no recibía el apoyo de Tom.

Tom permaneció de pie cerca de la cocina observando la escena, Bill no dejaba de mirarlo de vez en cuando, tenían mucho de qué hablar, pero no había la oportunidad en ese momento. 

Tom se percató que la mano de Bill viajó por su costado y luego se posó en la mano de Melissa, ella cerró su puño y llevó las manos entrelazadas hacia su muslo. Simone seguía hablado y hablando, ellos escuchaban todas las ofertas de artículos de boda, los invitados, las decoraciones, todo.

Tom suspiró no soportando estar más ahí y subió las escaleras rumbo a su habitación.

Horas más tarde Simone lo llamó para cenar, pero él prefirió no bajar. Después de un tiempo Simone subía con Bill y Melissa a las habitaciones, estaba un poco nerviosa porque no había mucho lugar.

—Bill, cariño, alisté tu habitación, está para que ustedes la usen. —Melissa se puso un poco nerviosa ¿Iban a dormir juntos? Claro, iban a casarse, pero ella no había dormido antes con Bill.

—Oh, madre. —Miró un poco avergonzado a Melissa y ella agachó la cabeza no sabiendo qué decir—. Es que… creo que mejor mi habitación se la doy a Melissa —dijo de forma educada. Simone se puso muy roja de la vergüenza, eso debió haberlo dicho ella.

—Oh… oh… entiendo —dramatizó un poco—. Es que soy una suegra moderna, descuiden, ella dormirá aquí y tú… —Se quedó pensando mirando a su hijo.

—Puedo preguntar si Tom me cede un espacio en su habitación .¿Aún tienes la bolsa de dormir que llevábamos a los campamentos?

—Sí, sí, sí —dijo una agitada Simone—. Te la traeré.

Se dieron las buenas noches, y Melissa entró a la habitación de Bill después de despedirse de él con un beso y unas declaraciones de amor, ella había sido bien recibida por Simone y estaba muy feliz.

Bill caminó por el pasillo con la bolsa de dormir en sus brazos y se dirigió al cuarto de su hermano, tocó algunas veces pero la puerta no se abrió, decidió entrar.

Tom estaba sentado en su cama y lo miró con tristeza.

—Tom, ¿pasa algo? —preguntó cerrando tras si la puerta—. Ya sabes cómo es mamá de emocional ¿Eso te sigue afectando? ¿Puedo dormir contigo esta noche? Por favor…

—Claro, siempre puedes —dijo y para Bill no pasó desapercibido el tono de su voz, era como rota. Se arrimó a un lado y le cedió un espacio a Bill.

—No… yo puedo dormir en el suelo, no hay problema —dijo un poco nervioso y empezó a retirar algunas bolsas, ropas, cosas raras que estaban en el suelo, arrimando eso acomodó la bolsa de dormir y empezó a desvestirse para ponerse un pijama cómodo—. Cuánto tiempo —dijo para romper el hielo sintiendo a Tom observarle con insistencia. Aún permanecía sobre su cama, sentado, con la misma ropa de hace algunas horas. 

—¿Por qué te casas? —preguntó serio—. Por qué… —antes de que vuelva a hablar Bill suspiró sonoramente y cerró los ojos.

—Tom, merecemos una vida normal, ¿no te parece? —dijo algo cansado y nervioso a la vez, tenía miedo recordar el pasado.

—Aún te quiero ¿Qué no lo notas? —Los ojos de Bill se abrieron más de la sorpresa.

—Por favor, voy… voy a casarme en dos días…

—¡Ya! Lo sé, no tienes que repetirlo tantas veces. —Le dio la espalda y se recostó en su cama, estaba dolido.

—Tom… —Susurró su nombre, pero el otro ahí se quedó.

Habían pasado años desde que todo pasó. 

La adolescencia es a veces una excusa para dar rienda suelta a experimentar cosas… pero muchas veces puede salirse de control, muchas veces lo que uno prueba, puede ser un grave error.



A la edad de catorce años, Bill y Tom solían quedarse solos totalmente, los días domingos, todo el día. Como los adolescentes que eran, siempre planeaba llenar la casa de sus amistades, pasar un tiempo divertido, montar una pequeña fiesta. Esas cosas eran lo ideal. 

Pero ese día, fueron encerrados en casa, los dos. Su madre se había enterado de lo que hacían, las fiestas y todo eso, así que ese era su castigo, estar solos en la casa con llave.

—Qué jodido día —dijo Tom—. Ella no tiene por qué hacernos esto, ya somos grandes, uno de estos días escaparé, lo juro.

—Ya Tomi, no más lamentaciones, pensemos en cómo matar el tiempo. —Bill lo miró interesado.

—Vamos a tomarnos unas cervezas… no, ya sé, el minibar, esa será nuestra venganza, les vaciaremos todos los licores. —La sonrisa de Bill era maquiavélica.

Ambos casi corrieron hacia el pequeño minibar en la habitación de sus padres y lo abrieron. Sacaron todas las botellas y latas de licor que ahí había y se sentaron en la cama.

—Bill, ¿alguna vez has deseado escapar de todo? —preguntó Tom mientras se quitaba las zapatillas y se acomodaba en la cama de sus padres con una lata de cerveza en una mano. Bill rió.

—Pero, ¿escapar por qué?

—Porque todo en sí es aburrido, el sistema, la vida común ¿No te fastidia? —Bill pensó por un momento.

—No me molesta, es que hay cosas que tienen que ser así, así es la vida.

—Pero… es que la mayoría de la gente se guía de otra gente ¿Qué has pensando cuando tengas dieciocho años? —Bill terminó una lata de cerveza y abrió una botella de vino, se sentó más cerca de Tom. Su hermano, cuando estaba de buen humor, era interesante. 

—Humm… supongo que a esa edad estaré ya en alguna universidad, estudiaré música, si no es eso, algo de negocios internacionales y buscaré mi independencia, eso haré ¿Tú?

—Nada de lo que has dicho… —Se rió y recostó en la cama—. Yo… viajaré por todos lados y amaré, eso es todo. —Bill lo miró dudoso y le codeó.

—Eso es ridículo, eso no es planificar la vida, vivir sin rumbo no es vivir.

—Blah. —Le empujó un poco y Bill cayó a su lado—. Lo que sé es que no te dejaría… eso sí lo planifiqué. —Sus mejillas se colorearon un poco, tragó saliva tratando de no estar nervioso y temía la interpretación que su hermano pudiera dar a eso. Pero Bill le sonrió, eso le pareció tierno, es que lo era, su hermano tenía pensamientos locos, pero lo consideraba.

—Gracias —dijo y después hubo un silencio, Tom vio como su hermano tomaba del pico de la botella directamente una buena cantidad de vino. Bill lo miró otra vez—. ¿Has planeado besar a Lucie? —Tom se sobresaltó y negó.

—¡No! —Se ruborizó—. ¿Cómo crees semejante cosa? Yo no planifico eso… además… olvídalo. —Calló.

—Olvidar qué, anda dime.

—No, es… es un poco vergonzoso.

—Somos hermanos Tom, no hay vergüenzas entre gemelos. —Le sonrió y Tom se encogió en la cama.

—Es que… no he besado a nadie, ya sabes, no quiero planificarlo si tengo que besar a alguien por primera vez. —Bill rió un poco y Tom le codeó haciendo que un poco de vino manchara la cama de sus padres.

—¡Oh, idiota! Mira lo que has hecho. —Puso la botella en la mesita de noche y lo encaró, Tom estaba ruborizado hasta las orejas—. ¿Tomi? Ya no te sientas mal – Tom intentó levantarse de la cama, pero Bill lo cogió del brazo haciendo que se recostara otra vez.

Bill pensaba que se sentía mal por haberle dicho idiota, pero Tom se sentía avergonzado por lo que le había contado a Bill, nunca haber besado a alguien era vergonzoso.

—Déjame ir – Protestó esquivando su mirada.

—¿Qué pasa contigo? —Con una mano aprisionó su muñeca y llevó la otra a su rostro, Tom se agitó mucho, se removió cuando Bill se le fue encima tratando de controlarlo.

—Bill… no, suéltame… —Empezó a agitarse y Bill se sonrió. Soltó su mano y dejó que Tom la posase en su hombro—. Gracias —Le sonrió tímido y ambos empezaron a removerse. Y cuanto Bill intentó levantarse de sobre su hermano éste posó su mano en la nuca del menor y atrayéndolo a él lo besó en los labios. Bill, con los ojos abiertos, empezó a removerse sobre Tom tratando de liberarse, emitió un sonido de protesta en los labios de Tom pero éste empujándose con su codo siguió besándole hasta que Bill dejó de protestar, tomaron una bocanada de aire y Tom volvió a besarlo hasta que puso a Bill de costado frente a él y siguió e incluso, se posicionó sobre Bill.

—Oh no… —Jadeó entre el beso, para luego ser besado otra vez—. Tom —Lo empujó con un poco de fuerza pero otra vez fue besado—. ¡Tom! —Su voz era como un chillido agudo y eso le gustó aún más a su hermano.

—Calla. —Lo besó otra vez—. Es mi jodido primer beso. —Intensificó el beso utilizando su lengua. Su primera experiencia así de intensa. Se movía contra el cuerpo de su hermano hasta que Bill con su rodilla empujó hacia su entrepierna, había un bulto ahí que había comenzado a crecer y se frotaba contra Bill insistentemente, esto lo asustó mucho y decidió parar, aunque a él le había pasado exactamente lo mismo. 

—¡Tom! —gritó levantándose de la cama, estaba sudado, y confundido. Tom se encogió en la cama por el dolor y luego miró a Bill, aún con las mejillas sonrojadas por el beso, aún así era un atrevido.

—Te quiero. —Soltó así de repente y Bill lo miró con los ojos muy abiertos, asombrado—. Llámame como quieras, pero es lo que siento, Te quiero…

—Shh… Calla, ya basta. —Se levantó de la cama—. No sé dónde pueda estar tu cabeza ahora, creo que el alcohol te hizo mal. —Miro a su hermano y algo de él lo conmovió, sus ojos, la forma en como lo miraba—. Tranquilo —dijo sentándose en la cama al ver los ojos de Tom aguarse—. Ya… Tom, lo que pasó aquí quedará como un secreto, ¿de acuerdo? No es normal. —Tom escuchó atentamente, él quería decirle muchas cosas—. Deja esa cara. —Acarició con su mano su mejilla y Tom cerró los ojos suspirando.

—Bésame… sólo una vez más, de ahí nunca más. —Otra vez se ruborizó y Bill se puso nervioso.

Habría sido la bebida, pero acercándose a su hermano rozó sus labios para luego sentir a Tom besarle, esta vez con desesperación. Si era el último beso, debía ser dado con ganas. Bill también entendió eso, así que se recostó cerca de Tom, y continuaron besándose por un buen rato.

—Esto no lo planificaste, ¿no? —Preguntó Bill muy agitado, excitado.

—Odio planificar… esto, esto es increíble. —Volvió a sus labios, besándolo con más ahínco…

*

Su primera noche en casa después de algún tiempo y ahora sentía que había perdido a su hermano, después de lo unidos que habían sido.

Algo ardió en su pecho al verlo así, recostado en la cama dándole la espalda y encogido. Se levantó de su lugar y caminó un poco hasta la cama de su hermano.

—Tomi —Susurró en la oscuridad y vio como él se movía haciéndose a un lado—. No… yo sólo quiero saber si estás bien —susurró otra vez, pero de repente, como lo inesperado que era Tom, tan impredecible lo jaló del brazo haciéndolo caer en la cama—. ¡No! —gritó imaginándose lo que su hermano sería capaz de hacerle—. Por favor, no me toques de esa manera… —Tom lo vio en la oscuridad y notó su miedo, pudo percibir su ligero temblor y esos ojos brillarle intensamente.

—Sabes que no te haría daño. —Acercándose a él olió sus cabellos—. Sigues oliendo igual, no has cambiado. —Bill se relajó un poco.

—Tomi, no sé qué decirte, quiero que compartas mi felicidad, no sé cómo hacerte entender todo esto. —Se sentó en la cama tratando de mantener una prudencial distancia con su hermano. 

—¿Tú la quieres? O sea, ¿la amas en verdad, en tan poco tiempo de conocerla? —Bill asintió y susurró un débil “sí” —. No te creo Bill, tú… sólo quieres ser normal, quieres casarte, tener hijos, lo haces por eso realmente —dijo seguro, mirándolo a los ojos.

—No es así, en verdad la quiero, es el transcurso natural de la vida, ¿no? —Hubo un silencio, para Tom no lo era—. ¿Tú no tienes a alguien? Sería bueno que…

—No. No tengo a nadie que no sea tú, aunque no te tengo… —dijo tristemente.

—Aún soy tu hermano y aún mantengo como algo especial lo que pasó entre nosotros Tom, pero las cosas no deben ser así, merecemos una vida normal.

—¡No! Ya hablamos de eso, no soy como tú en ese sentido —diciendo eso, volvió a darle la espalda y Bill sólo pudo quedarse ahí sentado.

Sigilosamente regresó al suelo, a la bolsa de dormir y se metió en ella.

Sólo faltaban dos días para su boda. Pensó que hubiese sido mejor venir para el mismo día de la misma. 

Tener a su hermano cerca sólo hacía que pensara en el pasado…

n_n algo ha pasado y pronto lo sabrán. ¿Comentarios? *-*!!!

4 comentarios:

  1. me encanto!!
    amo como Tom siente ...todo tan intenso, y me encanta como es así de impredecible
    *w*
    gracias por subir pinky ;)

    ResponderEliminar
  2. Nunca lo había leido antes. Me gusta mucho Pink! y espero no se case -.-

    ResponderEliminar
  3. Esto está muy intenso, lloro de emoción. Pobre Tomi

    ResponderEliminar