Una Esperanza - 11

Hola a todos *-* lamento la tardanza, tuve que viajar, mudarme, firmar contrato, recibir mi inducción de trabajo y tantas cosas más, no tenía ni cabeza para publicar algo, pero aquí estoy n_n una de las recomendaciones que nos dieron a los nuevos trabajadores para evitar el Síndrome del Born Out fue tomar medidas de autocuidado y para ello se nos pidió que pensáramos en lo que más nos gusta hacer y claro, yo pensé en esto, escribir, crear historias es lo que más me gusta hacer~ así que decidí que no lo dejaré, le sacaré provecho. Este fic tiene nuevos capítulos creados hasta el 16 n_n estoy segura que les gustará lo que viene... ¡Disfruten! 

Al final, después de casi una hora, Louis tuvo que irse a casa, pero se fue en paz y sonrió todo el camino por saber que Harry no lo odiaba o algo parecido, sabía que así podía dormir en paz.

Habían acordado verse el fin de semana para que, en una primera hora, Harry le enseñara algo de matemática para su recuperación el día lunes, y luego, en la noche Louis le enseñaría a ser “un verdadero hombre”. 

Reía mientras caminaba por las oscuras calles de su barrio, imaginándose a Harry sorprendido por todo lo que le enseñaría y que luego, después de algunas semanas, le agradecería emocionado porque ahora sería un verdadero hombre. También rió al imaginar a Harry con mujeres, no sabía cómo éste iba a reaccionar, pero en los planes de Louis estaba que conociera algunas amigas especiales. 

Al llegar a su casa, le asustó el hecho de no encontrar a su madre. Frunció el ceño, él no quería aceptar algunas cosas de ella.

Otra vez la depresión y angustia regresó haciendo que subiera a su habitación y se encerrara para buscar dormir. Mañana sería un día mejor.

Cerró los ojos y recordó la mirada de Harry, el especial interés al escucharlo hablar de temas delicados y lo parecido de sus vidas… Harry también tenía padres separados aunque le había dicho que para él había sido hasta positivo, Luis no podía imaginar lo positivo en su condición… una madre sufriendo el rechazo de sus hijos, una madre enferma por la situación, su familia destruida en su totalidad. Si tan solo viera todo como lo veía Harry, quizá para él sería más sobre llevable la situación.

*

Fin de semana para Harry significaba día de limpieza total. Se ponía una pañoleta en la cabeza y ropa vieja para asear toda la casa.

—Parece que estás de buen humor —decía Anne ante su entusiasmo. Harry había hecho todo lo que ella le había pedido, incluso tarareaba una canción de tanta emoción.

Pero Harry se puso serio recordando que cuando Louis se fue de su casa, su madre aun no llegaba de “estar con sus amigas” y cuando la vio llegar se percató que esa no era la forma de vestir para salir solo con sus amigas.

—¿Dónde fuiste anoche? —dijo serio, sin mirarla, terminando de acomodar los cojines de los sofás que tenía en la sala.

Anne caminó despreocupada, intentando ocultarse en la cocina. —Hey —reclamó Harry—. Parece que tengo una madre adolescente. —Ella rió—. ¿Con quién estás saliendo esta vez? —Ella se puso un poco roja.

Harry sabía que no podía reclamarle mucho, su madre lo tuvo cuando ella tenía dieciséis, muy joven y era hermosa, ¿cómo esperar que no tuviera pretendientes?

—Es un buen tipo… —Harry se incomodó un poco.

—Espero no se atreva a hacerte algún daño. —Ella sonrió ilusionada y lo miró.

—No, él es… creo que es el indicado. —El corazón de Harry se partió por la mitad, pero trató de disimular una sonrisa.

—Espero mi padre lo tome bien —dijo serio.

—Hablando de tu padre, no vendrá este fin de semana, me llamó y dijo que lo disculparas, pero que había depositado tu mesada en el banco. —Harry suspiró, extrañaba a su padre, pero también sabía que de seguro hacía una vida próspera con su nueva mujer y hermanastros, ¿de qué quejarse? Debía aprender a vivir sin depender de sus padres, sabía que ellos harían sus vidas y no lo tomarían en cuenta.

Así es la vida, pensó, nada de lamentaciones.

Terminó de arreglar la casa, ahora bajaba las escaleras con un montón de ropa sucia para meterla a la lavadora mientras su mamá cocinaba varios platillos en muchas ollas que luego congelaría para tener comida rápida en toda la semana y cuando llegó la tarde, Harry se encerró en su habitación para terminar de arreglarla pues sabía que Louis llegaría en cualquier momento.

Todo muy bien acomodado y perfumado, bajó a la cocina a sacar las galletas del horno. Sabía que a Louis le gustaban mucho las galletas caseras.

—¿Esperas a alguien? —preguntó su madre, leyendo una revista en la sala, descansando de la faena de limpieza.

—Sí, vendrá mi amigo, ¿te acuerdas de él? El hijo de la señora Johana. —Anne sonrió recordando.

—Oh, claro que me acuerdo de ella, venía a visitarnos cuando estábamos en la otra casa.

—Sí —dijo Harry con una sonrisa y vio cómo su mamá se quedaba pensando, se sentía culpable de algo que no le diría a Harry—. ¿Por qué no la visitas? ¿Sabes algo de ella?

—No… —dijo incómoda—. No sé nada y… creo que nuestra amistad quedó olvidada. —Harry no lo entendía.

—Pero quizá puedas llamarla, puedo pedirle a Louis su teléfono, no sé.

—No hijo, no; no te metas en esas cosas —dijo seria y casi molesta, Harry se sorprendió por eso—. Ella ya no es más mi amiga, no creo que le guste saber de mí.

—¿Pero qué pasó? —Harry no lo entendía.

—Aun eres muy chico para saberlo.

—¡Tengo dieciséis! Ya entiendo cosas.

—Harry, basta. —Ella se levantó y prácticamente escapó del interrogatorio, dejando a Harry con el ceño fruncido, no entendiendo nada.

*

Harry olvidó la conversación con su mamá cuando recordó que Louis vendría pronto, apenas faltaban quince minutos y él corría por todos lados, arreglando, limpiando y respirando hondo cada vez para calmar sus nervios. Su mamá, al saber quién era el amigo que vendría a visitarlo, decidió ocultarse en su alcoba y no saldría hasta saber que se había ido. Se sentía culpable.

El timbre sonó y Harry corrió a abrir la puerta.

—Hola —dijo Louis con una sonrisa.

—Hola, pasa —dijo nervioso, suspirando muchas veces para que se le quitara esa sensación.

Subieron a su habitación y Louis sonrió emocionado al ver el platillo de galletas con formas humanas y rociadas con azúcar en polvo. Se sentó en el típico escritorio de Harry y esperó por la clase de matemática.

Harry se sentó a su lado, y comenzaron con lo ya acordado. Sacó varias hojas de papel y le tomó un pequeño examen a Louis. Éste se comió el borrador del lápiz de Harry de tanta ansiedad y hasta garabateó la hoja de la frustración.

—No entiendo nada —dijo rayando parte de la hoja.

—Lou, no, si sigues así tu mente se bloqueará, observa bien el ejercicio y dime qué fórmula crees que funcione, es cuestión de aprenderse las fórmulas y aplicarlas, nada más.

—No se me ocurre nada —dijo serio mirando a Harry y éste le indicó mirar la hoja de papel.

—Míralo y pregúntale a los números, analiza Louis, pero no te frustres. —Louis regresó su vista a la hoja y se concentró. Mordió lo que quedaba del borrador del lápiz e intentó sacar partes del extenso ejercicio de matemática, separarlo poco a poco como Harry le había enseñado, emparejando las operaciones para hacerlas más simples y luego juntando cada resultado. Harry sonreía ante lo que veía, Louis había hallado la forma luego de tanta práctica. 

—¡Trece mil quinientos veinte más ochocientos cuarenta y cinco! —Exclamó cuando estuvo por terminar de resolver su primer ejercicio.

—¡Catorce mil trescientos sesenta y cinco! —contestó un emocionado Harry y Louis se puso serio.

—¿Cómo rayos lo sumaste sin la calculadora? 

—Con mi mente —contestó con una sonrisita. 

—Eres un fenómeno, aparte de gay, eres una máquina —dijo bromeando y Harry rió emocionado.

—Te salió, tu primer ejercicio complicado, ¡lo lograste!, ahora haz unos más y estarás listo para el lunes. —Louis asintió, nunca antes había sentido esa sensación de superar un problema del todo, ahora que había encontrado la forma de hacerlo, era cuestión de mantenerlo fresco en la mente y quería aprender.

Pasaron una media hora intentado más ejercicios, Harry se los ponía creativamente más complicados y Louis se frustraba, pero cuando Harry le decía cómo resolverlos Louis podía darse cuenta de que no era cosa de otro mundo, eran fáciles de hacer y se emocionó.

—Último… —dijo Harry, pero Louis estaba ya satisfecho que tomó su brazo deteniendo su escribir y Harry lo miró a los ojos estando serio.

Louis le miraba con una sonrisa amplia y Harry enrojeció de a pocos porque aún no soltaba su brazo. Su mano bajó de su brazo a su muñeca la cual acarició.

—Gracias —dijo sincero y Harry abrió la boca para decirle algo pero no supo qué decir.

Louis notó que Harry lo miraba con… con ese amor raro que le tenía y lo soltó para suspirar y mirar a todos lados menos a los ojos de Harry. Se puso en pie y se estiró.

—Bien, como era el trato, ya aprendí matemática, aunque soy lento, al menos sé cómo resolver un puto ejercicio. Ahora te toca. —Harry lo vio con una sonrisa—. Noche de desenfreno, Harry, noche de hombres.

Harry rió y asintió, era parte del trato y sabía que saldría con Louis quien sabe a dónde y a qué, pero que saldría con él y aunque Louis pretendía “volverlo un verdadero hombre” Harry no podía evitar pensar que esa sería su primera cita…

Una cita *.*!!!~ y luego viene el capítulo 12 que amé hacerlo XDDD ya quiero subirlo, capaz les guste n_n ¿Comentarios? Agradezco a quienes siempre comentan! ME animan mucho. Gracias por leer *-*!