Adultez - 5

Hola a todos *-* lamento la demora, pero sí estoy escribiendo, espero les guste este capítulo aunque es raro... Prometo pronto actualizar. Aquí les dejo los otros links: Adutez

Esa noche ambos durmieron dándose la espalda. Tom estaba estresado por todo lo que implicaba la denuncia de Vicky, el estrés de sentir que perdía a Bill y la incomodidad que le generaba todos esos sentimientos raros que sentía, simplemente no quería verlo u oírlo, ya cuando Bill había querido decir algo Tom lo callaba y le había dado la espalda. 

Por su lado, Bill, con los ojos abiertos en plena noche, solo buscaba en su mente su falta, ¿qué había hecho? Y el recuerdo de anoche, el hecho de haberse acostado con Tom y que todo había sido tan perfecto a comparación de lo que ahora vivía, lo puso mal, ¿qué había hecho? Volvía a preguntarse. 

La mañana no tardó en llegar y Tom salió de la cama antes que Bill, para él no había aun responsabilidad, en cambio Tom sentía que debía ir a la fuerza. 

Recibió la llamada de su mamá quien le dijo que lo esperaba en la empresa. 

—No te metas —dijo Tom muy molesto, pero Dunja quería encarar directamente a Vicky para ponerla en su lugar, sin embargo eso molestaba tanto a Tom quien prácticamente salió del departamento vociferando cosas, despertando a Bill en el proceso y dado un sonoro portazo. 

Bill se sentó en la cama y se quedó pensando en todo con un semblante de tristeza, definitivamente pensó que la idea de vivir juntos no había sido una buena. «Quizá solo yo lo amo y él no a mí, quizá solo piensa en vivir conmigo porque le parezco lindo nada más», fueron sus pensamientos que lo llenaron de inseguridad y no supo qué es lo que debía hacer, solo pensó en que quizá Jared le pudiera ayudar aunque la discusión con Tom había empezado por él, y Bill no tenía ningún otro amigo de confianza. 

—No creo que haga mal si voy un rato a su casa —se dijo a sí mismo—. Además es solo un amigo. —Estuvo pensando en eso y en la rara sensación de estar empezando algo con Jared. Bill no quería siquiera pensarlo, pero en sí la idea estaba muy en su cabeza haciéndole sentir culpa—. Mejor solo lo llamo y listo. 

Pero en esa ocasión Jared no respondió porque no tenía tiempo, debía dar clases y enfocarse en su trabajo, sin embargo, sonrió ante la llamada perdida de Bill así que estaba seguro lo buscaría para invitarlo a salir aunque sabía que estaba perdidamente enamorado de ese tal Tom a quien consideraba que se estaba prácticamente aprovechando y no veía futuro en esa relación. En su opinión, Bill necesitaba de alguien más estable. 

~*~ 

Tom se quedó en la puerta de la empresa, nunca antes en su vida había experimentado tal estrés y el simple hecho de pensar que quizá podría ir a la cárcel lo enfermaba. 

Todo el cuerpo le dolía y por un momento pensó en escapar. 

Dunja salió a su encuentro, ella había estado esperándolo y fue precavida en decirle al guardián de la puerta que si veía un joven alto y rubio le pasara la voz. 

Tom le puso mala cara, sabía el carácter conflictivo que tenía su madre y que de seguro haría muchos problemas para defenderlo, él nunca había estado en una situación parecida y se sentía muy perdido. 

Su madre lo abrazó como si él fuese el niño pequeño que ella tuvo alguna vez. Tom se dejó puesto que sintió que necesitaba algo así. No más discusiones por ese día, al menos buscaría olvidar el rencor y el concepto frío que le tenía a Dunja, al menos por ese día buscaría dejarlo atrás y centrarse en lo bien que se sentía ser abrazado por alguien. 

—Esa mujer escapó —dijo ella luego del abrazo y Tom no supo cómo reaccionar, es más, ni lo entendió. 

—¿Qué dices? 

—Escapó hijo, la vine a buscar y no se ha aparecido aquí. Hablé con el gerente de esta empresa, le conté todo el caso y tu papá y yo hemos pagado las medicinas que sacaste para donarlo, eso de la denuncia quedará archivada puesto que es como si lo hubiéramos devuelto, no tienes de qué preocuparte. —Tom sintió como si el alma volviera a su cuerpo tenso, no sabía cómo reaccionar ante esas palabras, solo sentía alivio y ganas de abrazar a alguien, pero luego la cara de Vicky se proyectó en su mente y le borró la sonrisa que había formado en sus labios. 

—¿Y ella? No pudo haber escapado así no más… 

—Sí, lo hizo pues se descubrió que hacía malversación de fondos e incluso su intención era implicarte en sus cosas, pero ya todo se ha descubierto. 

Dunja era así, cuando se proponía algo no titubeaba, era capaz de invertir mucho dinero en seguir a Vicky y hasta en buscar la forma de hacerle daño por haberle arruinado el trabajo a su hijo que casi nunca era de trabajar. 

—No sé qué decirte… mamá —dijo eso último con cierto temor. Tom siempre se sentía distante de su familia, no veía a Dunja como una buena madre y casi siempre se quejaba de su carácter frío y que era quien mandaba en la casa. Nunca tuvo un padre autoritario, solo una madre controladora, pero justamente ahora ese detalle considerado malo para él era lo que le había librado del problema. 

—Vamos a la casa —ofreció—. No tienes que trabajar aquí ni vivir en ese departamento pequeño… —Eso último trastocó a Tom—. Nos tienes a nosotros tu familia, tendrás todo lo que quieras pero vuelve Tom y déjate de niñerías. 

—Mamá, yo vivo con Bill. 

—Podemos discutirlo, podemos hablarlo con calma en la casa. Vamos hijo, de seguro tu padre te tiene más noticias, él está en casa, ambos pedimos días libres justamente para ver este asunto. 

Tom no dijo nada más. Todo un enorme peso había caído y hasta tuvo apetito para querer comer alguna cosa, sentía que poco a poco su cuerpo volvía a la calma y el hecho de no volver a entrar a esa empresa le gustaba, ¿para qué trabajar en un ambiente que le traería recuerdos de Vicky? Quería dejar eso atrás a como dé lugar y rehacer su vida. Así que aceptó la invitación de su ahora heroína. 

Subió al auto y Dunja lo llevó a casa. 

Hogar dulce hogar, nunca antes le había parecido así su propia casa y ahora volvía a sentirse el niño de mamá. 

Dunja se acercó a David contándole toda la historia y todo lo que había hablado con el gerente de esa empresa, las cosas que había descubierto de Vicky en horas nada más y como Tom estaba libre de toda acusación, además de que ya no volvería a trabajar nunca más en esa empresa. 

—Si quieres trabajo, puedo conseguirte alguno que quieras en el que no tengas problemas como estos —ofreció su tranquilo padre—. Un auto nuevo si gustas, todo lo de antes, hijo. —Sonrió ante su propia oferta y Tom dudó un poco porque no sabía en dónde entraría Bill en todo eso, pero luego frunció el ceño pensando en que no debía considerar a Bill, parecía como si los sentimientos buscaban atraparlo en algo que no era para él. 

—Lo pensaré —dijo con una sonrisa, recibiendo el vino que el señor Arthur le pasaba. 

—Lo pensará porque se siente atado al niñero —dijo Dunja buscando bromear y Arthur fue quien soltó una risa inevitable pues desde que Tom tenía catorce años había sido su confidente de conquistas… Tom era de contarle algunas de sus intimidades, pero el señor Arthur había notado el cambio que ahora tenía por causa de Bill. 

Tom se incomodó mucho, pero no quería ocasionar una discusión que arruinara el momento. 

—Hijo, debemos hablar sobre eso, no es normal —dijo David—. Pero en otro momento, no te preocupes, hoy nada arruinará este momento. 

Tom accedió brindar y concentrarse en el momento, dejar de pensar en Bill por ese instante y encontrar la paz en su familia. 

Para el almuerzo, el señor Arthur recogió a Liam del colegio y éste cuando vio a Tom, se le lazó en su encima gritando de emoción. 

—Te extrañé, campeón —dijo Tom riendo de felicidad. 

—¡Tom! Creí que no volvería a verte. —Besó su mejía y se balanceaba sobre sus muslos mientras estaba sentado en el comedor. 

Luego de Liam, llegó la abuela quien cuidaba al pequeño los días de semana. Ella se emocionó con la noticia de que Tom estaba libre de culpa. 

—Eso es para que no vuelvas a tratar con gente como… como ya sabes —dijo refiriéndose a Bill—. Cada quien con los suyos. —Eso logró molestar a Tom, pero tampoco dijo nada, solo prefirió cambiar de tema. 

—¿Podrían servirme la comida? Tengo demasiado hambre —habló y Liam lo abrazó con emoción sintiendo luego su celular vibrar. 

Tom lo sacó muy rápido y era una llamada entrante de Bill y ese nombre pudo leer el menor quien se emocionó. 

—¡Es Bill! —gritó Liam. 

—De seguro piensas irte —habló la abuela sentada a su lado. 

—No abuela —respondió escueto, poniéndose de pie para buscar privacidad y así responder a Bill. 

El teléfono seguía vibrando y cuando pudo librarse de todos para estar en privado, la llamada dejó de sonar. Tom torció la boca sin muchos ánimos de devolverle la llamada. 

~*~ 

Bill, sentado en la cama, casi en la tarde, se sintió decaído e incluso tuvo un mal presentimiento. Cada vez estaba más claro que su relación estaba yendo en picada. 

—Evitaré pensar en esto y me pondré a arreglar la casa —se dijo a sí mismo pues aun habían maletas en la habitación que faltaban acomodar en los muebles y luego buscaría hacer una lista para el supermercado, debía aprovechar el poco tiempo que tenía antes de que sus clases en la universidad comenzaran. 

Con pesadez y desánimo, abrió varias de sus maletas para sacar su ropa y luego vio una azul marino de Tom, así que quiso ayudarlo en acomodar sus cosas. Con una pequeña sonrisa se inclinó ante la maleta para abrirla y quizá oler parte de su ropa, sentir su aroma tan propio y recordar momentos íntimos con eso. 

Sacó varias sudaderas extra largas que eran más el estilo de Tom y luego su cantidad de gorras ordenadas con mucho cuidado, algunas revistas sobre autos, incluso una pequeña revista porno de mujeres con senos grandes sentadas sobre autos la cual decidió destruir, él no tenía senos ni curvas como una mujer, debía aclararle eso a Tom cuando llegara pues lo había ofendido. 

Sacando algunos documentos personales encontró una libreta escrita con la letra de Tom. Parecía tener hojas agregadas, lucía más como un recetario de cocina antiguo pues las primeras hojas eran como las del colegio y había una muy blanca atrás. 

Bill se emocionó por descubrir algo propio de Tom, ¿qué sería? Se llenó de curiosidad. Imaginaba encontrar un viejo poemario o descubrir algún talento oculto de su Tom, pero al abrirlo se quedó extrañado por su contenido. 

—A Gelga le gusta en cuatro —leyó y enmudeció de inmediato cuando su vista fue bajando por el listado… nombre de mujeres, muchas de ellas y descripción de todas sus actividades sexuales que le llenaron de una sensación parecida al asco. 

Cada cosa peor que la otra, era evidente que a Tom le gustaba mucho retratar en letras sus experiencias. 

Casi por la mitad, encontró una experiencia homosexual que le llamó la atención ya que recordó que Tom le había dicho algo así mientras paseaban por el zoológico. Un chico le había realizado sexo oral y Tom lo describía como si le hubiera gustado mucho. «Parece que los hombres conocen mucho más esto, fue increíble, nunca antes alguien me la había chupado con tanto esmero, pero lamentablemente él es de riesgo, no es virgen, no me arriesgo», eso decía. Bill se había puesto pálido y no sabía qué pensar… Tom no era ningún príncipe azul, era un perfecto cerdo y aunque Bill ya lo sabía no dejaba de sorprenderse aún más. 

Siguió leyendo, imaginándose a Tom acostándose de la forma en cómo lo relataba con cada una de esas mujeres, rubias, morenas, pelirrojas, caderonas, de pechos grandes, planas, delgadas, no muy delgadas; una diversidad de mujeres que Bill sintió que estaba con el hombre equivocado. 

Entonces ahora comenzaba a entender el porqué de su distanciamiento, era lógico pensar que Tom se había cansado. 

Y todo eso cambió cuando leyó la última hoja blanca. No decía ninguna obscenidad, ni relataba los hechos como solía hacerlo. Solo decía: «Bill Kaulitz, el niñero, el virgen.» 

Su garganta se cerró en un llanto reprimido, no sabía qué pensar de esas palabras. Era lo último de esa lista, pero ni descripción tenía, ¿qué significaba aquello? Logró inquietarse y se recostó en la cama intentando volver a llamar a Tom, sin embargo, este no contestó por segunda vez. 

Una llamada entrante lo alertó y contestó rápido sin pensarlo. 

—¡Tom! —gritó. 

—Disculpa Bill, soy Jared. —Bill sintió vergüenza. 

—Profesor, disculpe… yo… —Jared podía notar su voz llorosa y se preocupó. 

—¿Pasa algo? ¿Todo bien? Quisiera verte —fue directo y con voz calmada. Claro que Bill quería verlo solo que no sabía si sería bueno o no. Pero luego de pensarlo segundos aceptó sin titubear pues tenía en una mano la sucia libreta de Tom. 

—Por favor… 

—Voy a recogerte, dime dónde estás. 

Así fue cómo Bill terminó por darle su dirección y el profesor no tardó ni media hora en manejar hacia su nuevo departamento. 

Bill estaba algo calmado, sin embargo dentro de sí no lucía nada tranquilo. Había pensado tantas cosas mientras se alistaba para salir, y una de ellas era que quizá Tom no era para él y aunque eso le provocaba el llanto y sentirse peor, él buscaría una solución porque siempre había optado por reponerse ante las adversidades. 

Bajó las escaleras casi a tropezones hasta que salió y corrió hacia el auto de Jared, encontrándolo apoyado en su vehículo. Abrazó fuerte al profesor no pudiendo contener sus emociones y comenzó a llorar en sus brazos sin decir nada, solo sabía que él lo entendería, que ambos compartían algo en común: sufrían por amor. 

—No tengo idea de qué haya pasado, pero me cansé de verte sufrir por alguien que no vale la pena —le dijo sobando su espalda. 

—No doy más… solo soy para él uno en una lista, uno de tantas, a él le gustan las mujeres, yo no puedo competir con eso. 

—Oh, pequeño. —Lo abrazó más fuerte—. No te merece, no mereces sufrir por eso. 

—Lo peor es que siento que lo amo sabiendo que no me quiere… —Había sacado esa conclusión, ya y hasta sentía que Tom regresaría a casa solo para sacar sus cosas y dejarlo. 

Jared lo jaló hacia su auto y Bill no dudó en subir, necesitaba con urgencia a alguien en ese estado. 

Se secó las lágrimas y el auto avanzó, Jared no dejaba de verlo de reojo y mientras se detuvo en una luz roja, posó una de sus manos en la mano de Bill que reposaba en uno de sus muslos. 

Se sintió cálido, sus mejillas se tornaron calientes por un momento y bajó la mirada hacia la mano del profesor que le daba seguridad, pero no podía sentir nada por él más que un profundo respeto; su corazón latía como loco solo por Tom, de solo pensarlo, de solo recordar lo que hicieron hace dos días y ahora todo parecía haber acabado, eso lo llenaba de desesperanza. 

—Bill… —llamó Jared para que lo viera a los ojos y el menor así lo hizo—. Ven a vivir conmigo. 

—Profesor… —No supo qué contestar, estaba anonadado con la idea. 

—Te apoyaré en tus estudios, acomodaré un lugar para ti en casa. Sé que es pequeña y que podría tener problemas con Tom, pero en serio quiero que dejes de estar así, no es primera vez que te veo llorar por ese patán. 

—No es un patán… Yo aún no le he explicado lo que ha pasado. 

—Deseo saberlo. —Bill bajó la cabeza otra vez y retiró su mano de debajo de la del profesor quien manejó hacía un parque para estacionar el auto. Bill suspiró para comenzar a contarle, aunque tenía cierto temor de lo que el profesor pudiera decirle. 

—Bueno, creo que él no me quiere… Hoy me enteré que estuvo con muchas mujeres, me enteré de cosas que hubiera querido nunca saber. 

—Creí que una vez me dijiste que él era de tener muchas parejas antes. 

—Pero… —Se tapó el rostro pues las imágenes mentales que tenía de todo lo que había leído lo sofocaban tremendamente—. Hoy descubrí una… unas notas de todo, solo soy uno más en su lista, no represento nada más que eso, uno más. 

—No te merece —dijo serio—. Eres tan especial, bello, hermoso y buen chico, no mereces sufrir por alguien que solo te ve uno más de sus conquistas. 

Bill decayó más con esas palabras. Se encogió en el asiento buscando desahogar todo lo que sentía en ese momento… como si Tom hubiese muerto, como si la vida misma no tendría sentido. 

Jared sabía que hacía mal en decirle todo eso para su beneficio más que para otra cosa, él sabía perfectamente cómo era sentirse mal cuando alguien deja de querer o lo deja por otra relación, él lo sabía pues lo había vivido y en parte se sintió desesperado por Bill, por propinarle el consuelo que necesitaba, así que lo jaló de uno de sus brazos para pegarlo a su cuerpo. 

—Profesor… —reclamó Bill en casi un susurro mientras lágrimas de frustración salían de sus ojos y vio los celestes ojos de su profesor tan cerca de su rostro. 

—No llores por quien no te quiere —dijo cerca de sus labios y Bill dejó de llorar por la cercanía y la sorpresa del momento extraño. 

El profesor tomó su rostro con una mano mientras la otra aun lo sostenía del brazo y luego simplemente lo besó en los labios. 

Bill mantenía los ojos muy bien abiertos y se sintió confuso. No era que quería al profesor Jared, no, solo quería a Tom, pero en ese momento, la cólera misma, los sentimientos encontrados, hizo que ladeara la cabeza y abriera un poco la boca. Solo quería sentirse protegido emocionalmente y esa sensación le brindaba su profesor muchos años mayor que él, pero que había sido el único capaz de entenderlo. 

Jared soltó su brazo y llevó ambas manos al rostro de Bill, sosteniéndolo así y besándolo con ganas reprimidas, sintiendo sus suaves labios y lo delicioso de su aliento tembloroso y esos pequeños gemidos que soltaba inesperadamente. 

—¡Profesor! —chilló jadeando cuando lo soltó. 

Jared se quedó mirándolo a los ojos con mucho deseo, algo que Bill ya conocía puesto que Tom muchas veces lo había visto así, pero cuando el profesor intentó besarlo otra vez, Bill pudo una barrera con sus manos entre ambos cuerpos. 

—Solo quiero protegerte, quiero demostrarte que conmigo no sufrirás. 

—Profesor, es tan pronto… es… yo no lo quiero, por favor no me bese. 

Jared suspiró resignado y no insistió más. Bill comenzaba a sentirse culpable, pero no quería salir corriendo de ese auto. Había mucha culpa sí, pero no arrepentimiento, por más que dijera no, él deseaba otro beso más, uno que le haga sentirse seguro y le quite la tristeza.

De seguro querrán matarme ;_; pero todo tendrá una explicación. Veremos qué pasa en el desenlace final. Comentarios, sugerencias y críticas son bienvenidas. Gracias por leer.