Como ya saben, estoy tardando porque estoy trabajando en un pueblo lejos de la ciudad en donde no hay internet y el trabajo y la adaptación me está costando, así que por este tiempo es probable que tarde mucho u_u pero solo hoy estoy en casa y decidí subir todo lo que pueda. Espero les guste este capítulo, ¡los extraño, joder ;_;!
Por Tom:
Lo invité a cenar, él tanto decía que mi comida era repugnante, pero sabía que mentía, quería impresionarlo con lo que había aprendido a hacer y también pasar más tiempo con él, a solas.
—Al fin a solas —dije mientras le servía su plato de verduras con una salsa especial—. ¿Con arroz o sin arroz?
—Con arroz. —Me miraba embelesado, noté su esmero por arreglarse, no hacía falta, él era hermoso sin todo lo que se había puesto… sin nada, aún mejor, me lo imaginé así y quise pasar de la cena, pero no, no arruinaría todo por mis deseos.
Nos sentamos a la mesa a cenar, Bill no sabía pero yo había hecho algo para él… le tenía una pequeña sorpresa.
—Espérame Bill, ahora regreso. —Él asintió mientras se acomodaba en la mesa, fui a mi habitación, que era en el sótano, no era tan linda como la que teníamos, pues carecía de luz natural, había una pequeñísima ventana arriba pero no era como la gran habitación que compartíamos al principio. Cogí mi libro de dibujo y regresé al comedor. Bill me miró expectante al darse cuenta lo que traía en manos—. Yo… —Me puse nervioso—. Yo hice esto. —Le extendí un dibujo que le hice, le dibujé mientras él estaba con Bambi una tarde, él no supo que lo observé desde la cocina, no sabía que siempre buscaba la manera de observarlo. Me miró sorprendido y recibió el dibujo, puso una de sus caras de emoción más lindas que tenía y se paró de la silla para lanzarse en mis brazos.
—Awww, Tom —gritó en mi oído prácticamente—. Es hermoso. —Aún no leía lo que decía, pero mientras me abrazaba pude percibir que lo hizo—. “Gracias por ser mi todo”. —Lo leyó y una lágrima se le escapó, se emocionó y otra vez me abrazó, aún más desesperado.
—Tranquilo, Bill —susurré pues estaba llorando.
—Lo siento, lo siento, sabes que soy emocional… yo no te hice nada.
—Te pusiste lindo por mí. —Le sonreí separándome de él—. Aunque si lloras así arruinarás tu maquillaje—. Soltó una risita y secó sus lágrimas, luego me miró fijamente.
—Te amo, Tom. —Eso no me lo esperaba—. No sabes cuánto. —Se acercó a mí y me besó con dulzura, lo pegué más a mí, y rodeé su cintura con mis brazos.
—El postre es después de la cena —dije al separarme, él más calmado rió bajito y ambos nos sentamos otra vez, a cenar y sobre todo a hablar de nosotros.
Nos contamos muchas cosas, de cómo nos trataban los abuelos, de que nuestro plan funcionaba muy bien, que mejor era despistarlos para que no nos tengan vigilados.
—Así será en Hamburgo también —le dije—. Debemos estar preparados para regresar.
—Debemos estarlo, aunque aún me cuesta pensar en todo esto, pero por ahora sólo quiero estar contigo. —Brindamos con el vino y puse una música para bailar, una lenta y suave, nunca antes intenté bailar con él, nunca con un chico, pero era Bill, mi reciente y descubierto amor.
—¿Quieres bailar? —Le extendí la mano en una invitación, él se paró y aceptó sonriente, entonces bailamos una especie de Vals.
Se acercó a mi oído tímidamente
—Tomi… —susurró.
—¿Sí?
—Quiero bailar…
—Ya lo estamos haciendo. —Hizo una pausa, lo sentí nervioso.
—Bailar contigo sobre mí… en tu habitación. —Tragué duro, era una invitación a algo más—. No tenemos mucho tiempo.
Era verdad.
No sé cómo caminamos los dos abrazados, lo conduje directo a mi guarida, a mi nuevo lugar privado, el sótano de la casa de los abuelos.
—Tom… —Su voz sonaba tan sensual, estaba agitado y no dejaba de besarme.
Lo recosté en mi cama, y él empezó a revolver todas las sábanas, arrodillándose en la cama se quitó la polera y se desabrochó los pantalones, hice lo mismo, detestaba que no había tiempo… aún tenía que calmar mis nervios. Moría por tocarlo y eso haría, me acerqué a él y tomé su rostro angelical.
—Lo que haremos será especial.
—Estoy nervioso. —Se mordió el labio—. Sabes que será mi primera vez.
—Lo sé, déjalo en mis manos. —Me acerqué y lo besé—. Te lo haré despacito… —Sus mejillas se colorearon de un tono rosa, y abrió los labios para besarme, caí sobre mi espalda con él encima mío, rodamos un poco, las sábanas se enredaban en nuestros cuerpos. Terminé sobre él comenzando a besar su largo cuello, antes no me había percatado de la cantidad de lunares que tenía ahí, era tan sexy, todo él, cómo antes no me di cuenta… lamenté un poco el tiempo perdido, y justo eso era lo que menos teníamos en este momento. Debía ser cuidadoso, pero debía empezar ya. Me desnudé frente a él, se mordió el labio y su respiración se agitó más que antes.
—No hay tiempo, Tom… —Jadeó en mis brazos mientras le quitaba los pantalones, vi su blanca piel descubierta y toda su desnudez, él tenía temor, se puso de costado tímido—. No me mires mucho. —Había un poco de luz, tenía la lámpara prendida, quería verle bien cuando se lo hiciera.
—Eres hermoso… vamos, mírame. —Así lo hizo, con esos ojos tan brillosos, llenos de ternura. Tomé sus piernas y las acaricié, debía prepararlo—. Debo hacerte… date vuelta. —Abrió los ojos asustado y se aferró a las sábanas.
—¿Qué piensas hacer? —Parpadeaba rápidamente.
—Ya lo sabes, no quiero que te duela. —Tomé sus caderas e intenté voltearlo, pero él se resistió un poco, parecía que la idea no le agradaba.
—Tom, es que… no sé. —Besé su vientre descendiendo. Él se agitaba dulcemente.
—Te va a gustar, vamos, que no tenemos mucho tiempo. —Dudó un poco, pero después de un buen rato, mientras besaba ese tatuaje de estrella que tenía él se puso de costado, tímidamente, me miró y lo tomé de las caderas, terminándolo de voltear, se pegó a la cama totalmente, agarrándose de las sábanas, ocultó su rostro en una almohada—. Vamos Bill —susurré al oído, me dio la cara muerto de vergüenza, y apoyó sus manos en la cama, entonces lo tomé de la cadera y pude alzarlo un poco, se arrodilló temblando y expuso su lindo trasero—. Gracias. —Él suspiró.
Pasé mis dedos, por sus nalgas, abriéndolas un poco, toqué su entrada cerrada directamente, él se estremeció y se sacudió un poco.
—Tom, me da cosas. —Estaba nervioso, pero sabía lo que hacía, no por experiencia, nunca se lo había hecho a alguien por ahí, era mi lógica. Lo había pensado y sabía que funcionaría. Me acerqué a su trasero un poco más.
—Lindo culito —dije divertido.
—¡Tom! No me mires ahí. —Intentó pegarse a la cama otra vez, pero tomé sus caderas e inesperadamente le besé ahí, hundiéndome en él, sintiendo como se desesperaba y decía un montón de cosas, llevó una mano a mi cabeza, me jaló algunas rastas, pero continué, le lamí y humedecí directamente—. ¡Tom! ¡Qué haces! ¡Tom!... Tom… —Suavizó su tono de voz mientras le pasaba la lengua humedeciéndole bien—. Humm… Tom… ahh… —Si, lo había conseguido, sabía que le gustaría.
Por Bill:
Demasiado calor…
Mi cuerpo estaba ardiendo y Tom aún seguía lamiéndome como un animal directamente ahí. Las sensaciones eran realmente placenteras, mi cuerpo temblaba involuntariamente, mi respiración estaba agitada, sudaba como nunca antes. Mi Tom continuaba con lo que empezó, mis manos temblaron débilmente sobre la cama, me dejé caer gimiendo, pero luego lo sentí alejándose, giré mi rostro para verlo, por el rabillo del ojo, el seguía mirándome ahí… qué vergüenza.
—Tomi.
—Oh Bill, esto es algo que jamás olvidaré. —Apoyé mis manos al cabecero de la cama, aún le daba la espalda, estaba arrodillado sobre la cama con el trasero al aire, jamás creí estar algún día así con Tom… con mi hermano.
—No lo creo… —dije tímidamente, fue cuando sentí sus manos posarse posesivamente sobre mi trasero, empezó a abrirlo, a colar un dedo, metiéndomelo—. Ahh… —Jadeé de la sorpresa, sentí su torso dar con mi espalda y sus labios fueron directamente a mi cuello.
—¿Qué no crees, lindura? —susurró al oído con una voz sensual mientras seguía metiendo otro dedo más, me sentí extasiado, no sabía cómo responderle, su cercanía y dominio me paralizaban, aún temblaba y jadeaba sin control.
—Esto… —Hizo un movimiento con sus dedos, simulaba penetraciones con ellos, cerré mis ojos fuertemente, me besó la comisura de mis labios, saqué mi lengua y se la pasé por sus labios, él me sonrió y quise más contacto, moví mis caderas insinuantemente, él me mordió ligeramente el hombro, le gemí de cerca.
—Esto es real —dijo, para después sacar sus dedos, tomó mis caderas con una mano, pegó su rostro al mío, posó su barbilla en mi hombro y lo sentí entrar—. Es real, Bill. —Entró tan fácilmente que no lo creí, sentí como se deslizaba en mi interior de una manera nunca antes sentida, sin mucho dolor, como si encajáramos de manera perfecta.
—Ahh… - Gemí para luego morderme el labio, cerré mis ojos y me apoyé fuerte contra el cabecero de la cama, Tom me empujó un poco cuando terminó de entrar, totalmente, me sentí lleno de él, era genial—. Es real Tomi… ahhh.
Empezamos a hacer el amor como nunca antes lo había imaginado, él entraba y salía cada vez más rápido, besándome la espalda, el cuello, pasando sus manos por mis costados, una de ellas tomó mi miembro erecto empezando a acariciarlo, mi cuerpo se estremeció.
—Te amo… susurró y luego gruñó mientras seguía embistiéndome fuerte, los ojos se me llenaron de lágrimas.
—Ahh… Tom, no muy fuerte… —Cerré los ojos fuertemente, sollocé un poco, de todas maneras era mi primera vez y aunque me gustaba como me lo hacía, mis brazos se cansaban de sostenerme del cabecero sintiéndole dar contra mí una y otra vez.
—Lo s-siento… —Jadeó cerca de mi oído, y me besó la nuca, pasando su lengua por mi cuello—. Eres… eres lo que siempre quise. —Entró fuerte y gemí de placer.
—Tom… —Giré mi rostro para verlo, alcé un brazo y busqué su mano sobre mi cadera – Quiero… —Se hundió más en mí tocando ese punto dentro—. Quiero sentirte más. —Lo hizo más fuerte, y luego salió inesperadamente de mí, me volteó para verlo y me recostó sobre la cama, tomó mis piernas y las abrió, entró otra vez sin dejar de mirarme a los ojos los cuales los abrí y apreté los labios por sentirlo así, era carne contra carne.
—Eres… tan estrecho, me aprietas —dijo cerca al oído, tomando mis caderas y dándome fuerte que sentía que mi cabeza chocaría contra el cabecero.
No era de cristal, a mi me encantaba sentirlo así, somos dos chicos.
—Gime, Bill… gime alto para mí. —Le sonreí y claro que gemí, gemí su nombre con cada estocada, con cada vez que sentía sus caderas colisionar contra mi cuerpo y hundirse tanto en mí que veía estrellas plateadas por todas partes, los ojos de Tom brillaban intensamente, pegó su frente a la mía y me sonrió, era sexy, la experiencia más sexual de toda mi vida, como fusionados, como complementados, hacíamos el amor como dos amantes.
—Ahh… Tom… —Mi cuerpo estaba al límite, arqueé mi espalda, me alcé un poco sobre mis codos, quería verlo de cerca, él se irguió un poco, mirando hacia abajo como entraba y salía de mí con suma facilidad, me mordí el labio—. Tom… —Dejé caer mi cabeza hacia atrás, y llevé una mano a mi miembro palpitante, una punzada dio con mi bajo vientre, encogí los dedos de los pies, envolví fuertemente a Tom con mis piernas, él daba en mi punto una y otra vez, lágrimas salieron de mis ojos por la intensidad.
El momento se volvió intensamente sublime.
Apreté mi agarre alrededor de mi virilidad para luego sentir como me derramaba en todas partes gimiendo como nunca, una liberación de placer que luego me tumbó en la cama, rebosante, todo yo temblé y me sacudí producto del orgasmo sentido. Enfoqué mi vista en la de él, me miraba embelesado aún dándome más, se lamió los labios, viéndome como alguien delicioso, alzó una pierna mía y la puso sobre su hombro.
—La cara que tienes… ahh… ¿Estás bien, cómo fue eso? —Le sonreí, él aún no había acabado, seguía más fuerte, me agarré de las sábanas mientas lo seguía sintiendo.
—Increíble… —Me sentía en las nubes, se me acercó y besó de una manera pasional para luego moverse, y entrar tan hondo, lo sentí llenarme de su esencia mientras él se estremecía contra mis labios, contra todo mi cuerpo.
—Grr Bill. —Tomando mis caderas se deslizó hacia fuera.
Eso había sido increíble…
Se recostó en la cama frente a mí, alzándome un poco me recosté sobre su pecho, aún recuperándome de mi placer.
—Tom… —susurré su nombre, él me miró aún acompasando su respiración, besó mi frente sudada, le sonreí—. Lo hicimos.
—Aún no lo creo, eres fantástico. —Estuvo por cerrar sus ojos, de tanto cansancio, pero le codeé.
—Tom, debo regresar a mi habitación.
Caminamos como pudimos, besándonos, lamiéndonos, ninguno quería separarse del otro… después de lo que habíamos vivido.
Por Tom:
Habíamos caído en una trampa…
Al menos para mí era así, ahora que sabía cómo era sentir a Bill de esa manera, no tenía idea de cómo parar…
Yo quería más.
Y estaba seguro de que así sería siempre. Me preocupé, pero en ese momento decidí dejar esa preocupación de lado y centrarme en el hermoso chico que tenía al frente, mi Bill.
Lo llevé a su habitación, subimos la escalera como pudimos, él y yo desnudos, tomando lo que podíamos de nuestras ropas en nuestras manos. Lo recosté sobre su cama y caí por inercia sobre él. Rió un poco sobre mis labios y pasé mis manos por su trasero, tan suave y perfecto.
Había sido de lo mejor estar dentro de él. Como tocar el cielo. Apretado y virginal, ¿Qué más podía querer? Solamente que fuese mío para siempre.
—Es tarde —dijo él, pero no quería irme, continué besando su cuello, saboreando de él un poco más—. Tom.
—¿Hum? —Me senté en la cama y tomé sus caderas, alzándolo un poco, lo puse sobre mí.
—Puede ser peligroso —dijo, pero empezó a moverse insinuante sobre mí, marcaba el ritmo con mis manos sobre su cintura, se apoyó sobre mis hombros, y comenzó a besarme el cuello.
—Sólo un rato más… —Jadeé mientras sentía su erección crecer cerca de mi vientre, yo ya la tenía dura y él se percató—. Otra vez —dije, él gimió y tomando mi miembro se lo introdujo en su aún dilatada entrada.
No puedo describir lo que sentía, era simplemente perfecto, envueltos en nuestra nube, él y yo. Sus movimientos rápidos subiendo y bajando me mataba, abría la boca gimiendo, pasé una mano por su frente sudada, quitándole algunos cabellos que estaban pegados. Posé mis manos a su trasero y lo apreté, él gritó arañándome los hombros, mirándome con lujuria.
—Tom… ahh… —Me montaba desesperado, no sabía ese lado de él así de erótico, no sabía mucho de mi propio hermano.
Quería descubrirlo todo esta noche.
—Prométeme Ugh… que será así. —Lo abracé fuertemente contra mí, su aliento rozó mis labios, me gemía de cerca—. Prométeme, Bill.
—Sí… siempre. —Apreté los dientes fuertemente cuando él se tensó y me apretó, su cabeza dio hacia atrás y gimió, me corrí otra vez en su interior y él entre nuestros vientres, quiso caerse pero lo sostuve, besando su cuello, lamiéndolo prácticamente, lo quería marcar, sólo mío, por siempre.
Hice un espacio en la cama y lo puse ahí, él me miraba fijamente aún agitado, temblando, puso una mano en mi rostro de una manera tierna, los ojos le brillaban pero debía irme… no quería.
—Nunca pensé… no lo buscamos Tom.
—No me arrepiento.
—Tampoco yo. —Lo besé, lo besé tan fuertemente que creo que le dolía, mordí un poco su labio, me rodeó el cuello con sus manos, pero debía irme—. Debes irte. —Besé su frente y golpeé la cama con mi puño, no quería, ¡No quería! Quería dormir con él y amanecer a su lado. Había sido nuestra primera vez… quería simplemente estar a su lado.
Pero nuestros corazones latían asustados, vigilados, amenazados, desprotegidos… así que separándome de él salí de su habitación.
Ya abajo, me lamenté, comencé a vestirme como pude, tenía sudor, tenía la esencia de Bill por todo mi cuerpo, las rastas sueltas, un desastre, pero debía poner todo en su sitio.
Escuché la puerta abrirse y los abuelos entraron vestidos de negro.
—¿Tom? —llamó la abuela—. ¿Qué haces despierto? —La mirada del abuelo era sigilosa, escudriñante, tragué duro, debía disimular.
—Es que... tuve hambre y me preparé algo de comer, buenas noches, voy a dormir. —Caminé rumbo al sótano, pero el abuelo se me acercó sigilosamente y me señaló el cuello.
—¿Y esto? —La abuela se puso una mano en la boca, llevé mi mano ahí y empecé a rascarme. Pensé rápidamente.
—Pulgas, Bambi tiene pulgas. —Enarcó una ceja dudoso, pero la abuela me sonrió.
—Hans, déjalo tranquilo, mañana veremos eso de las pulgas. —Me encargaría de infectar al pobre Bambi de pulgas mañana mismo, no sé cómo haría eso.
En mi habitación, me desnudé otra vez, me recosté en mi cama y abracé todas las sábanas que tenía a mi alrededor, oliéndolas…
—Sólo minutos, Bill. —Mordí las sábanas—. Sólo unos putos minutos y ya te extraño… quiero tenerte otra vez.
Estaba ansioso y a la vez asustado…
Estar enamorado de tu propio hermano traería problemas.
Y él lo había jurado para siempre, me encargaría que cumpliese su promesa, no lo dejaría, no lo haría.
Él era sólo mío…
Lo invité a cenar, él tanto decía que mi comida era repugnante, pero sabía que mentía, quería impresionarlo con lo que había aprendido a hacer y también pasar más tiempo con él, a solas.
—Al fin a solas —dije mientras le servía su plato de verduras con una salsa especial—. ¿Con arroz o sin arroz?
—Con arroz. —Me miraba embelesado, noté su esmero por arreglarse, no hacía falta, él era hermoso sin todo lo que se había puesto… sin nada, aún mejor, me lo imaginé así y quise pasar de la cena, pero no, no arruinaría todo por mis deseos.
Nos sentamos a la mesa a cenar, Bill no sabía pero yo había hecho algo para él… le tenía una pequeña sorpresa.
—Espérame Bill, ahora regreso. —Él asintió mientras se acomodaba en la mesa, fui a mi habitación, que era en el sótano, no era tan linda como la que teníamos, pues carecía de luz natural, había una pequeñísima ventana arriba pero no era como la gran habitación que compartíamos al principio. Cogí mi libro de dibujo y regresé al comedor. Bill me miró expectante al darse cuenta lo que traía en manos—. Yo… —Me puse nervioso—. Yo hice esto. —Le extendí un dibujo que le hice, le dibujé mientras él estaba con Bambi una tarde, él no supo que lo observé desde la cocina, no sabía que siempre buscaba la manera de observarlo. Me miró sorprendido y recibió el dibujo, puso una de sus caras de emoción más lindas que tenía y se paró de la silla para lanzarse en mis brazos.
—Awww, Tom —gritó en mi oído prácticamente—. Es hermoso. —Aún no leía lo que decía, pero mientras me abrazaba pude percibir que lo hizo—. “Gracias por ser mi todo”. —Lo leyó y una lágrima se le escapó, se emocionó y otra vez me abrazó, aún más desesperado.
—Tranquilo, Bill —susurré pues estaba llorando.
—Lo siento, lo siento, sabes que soy emocional… yo no te hice nada.
—Te pusiste lindo por mí. —Le sonreí separándome de él—. Aunque si lloras así arruinarás tu maquillaje—. Soltó una risita y secó sus lágrimas, luego me miró fijamente.
—Te amo, Tom. —Eso no me lo esperaba—. No sabes cuánto. —Se acercó a mí y me besó con dulzura, lo pegué más a mí, y rodeé su cintura con mis brazos.
—El postre es después de la cena —dije al separarme, él más calmado rió bajito y ambos nos sentamos otra vez, a cenar y sobre todo a hablar de nosotros.
Nos contamos muchas cosas, de cómo nos trataban los abuelos, de que nuestro plan funcionaba muy bien, que mejor era despistarlos para que no nos tengan vigilados.
—Así será en Hamburgo también —le dije—. Debemos estar preparados para regresar.
—Debemos estarlo, aunque aún me cuesta pensar en todo esto, pero por ahora sólo quiero estar contigo. —Brindamos con el vino y puse una música para bailar, una lenta y suave, nunca antes intenté bailar con él, nunca con un chico, pero era Bill, mi reciente y descubierto amor.
—¿Quieres bailar? —Le extendí la mano en una invitación, él se paró y aceptó sonriente, entonces bailamos una especie de Vals.
Se acercó a mi oído tímidamente
—Tomi… —susurró.
—¿Sí?
—Quiero bailar…
—Ya lo estamos haciendo. —Hizo una pausa, lo sentí nervioso.
—Bailar contigo sobre mí… en tu habitación. —Tragué duro, era una invitación a algo más—. No tenemos mucho tiempo.
Era verdad.
No sé cómo caminamos los dos abrazados, lo conduje directo a mi guarida, a mi nuevo lugar privado, el sótano de la casa de los abuelos.
—Tom… —Su voz sonaba tan sensual, estaba agitado y no dejaba de besarme.
Lo recosté en mi cama, y él empezó a revolver todas las sábanas, arrodillándose en la cama se quitó la polera y se desabrochó los pantalones, hice lo mismo, detestaba que no había tiempo… aún tenía que calmar mis nervios. Moría por tocarlo y eso haría, me acerqué a él y tomé su rostro angelical.
—Lo que haremos será especial.
—Estoy nervioso. —Se mordió el labio—. Sabes que será mi primera vez.
—Lo sé, déjalo en mis manos. —Me acerqué y lo besé—. Te lo haré despacito… —Sus mejillas se colorearon de un tono rosa, y abrió los labios para besarme, caí sobre mi espalda con él encima mío, rodamos un poco, las sábanas se enredaban en nuestros cuerpos. Terminé sobre él comenzando a besar su largo cuello, antes no me había percatado de la cantidad de lunares que tenía ahí, era tan sexy, todo él, cómo antes no me di cuenta… lamenté un poco el tiempo perdido, y justo eso era lo que menos teníamos en este momento. Debía ser cuidadoso, pero debía empezar ya. Me desnudé frente a él, se mordió el labio y su respiración se agitó más que antes.
—No hay tiempo, Tom… —Jadeó en mis brazos mientras le quitaba los pantalones, vi su blanca piel descubierta y toda su desnudez, él tenía temor, se puso de costado tímido—. No me mires mucho. —Había un poco de luz, tenía la lámpara prendida, quería verle bien cuando se lo hiciera.
—Eres hermoso… vamos, mírame. —Así lo hizo, con esos ojos tan brillosos, llenos de ternura. Tomé sus piernas y las acaricié, debía prepararlo—. Debo hacerte… date vuelta. —Abrió los ojos asustado y se aferró a las sábanas.
—¿Qué piensas hacer? —Parpadeaba rápidamente.
—Ya lo sabes, no quiero que te duela. —Tomé sus caderas e intenté voltearlo, pero él se resistió un poco, parecía que la idea no le agradaba.
—Tom, es que… no sé. —Besé su vientre descendiendo. Él se agitaba dulcemente.
—Te va a gustar, vamos, que no tenemos mucho tiempo. —Dudó un poco, pero después de un buen rato, mientras besaba ese tatuaje de estrella que tenía él se puso de costado, tímidamente, me miró y lo tomé de las caderas, terminándolo de voltear, se pegó a la cama totalmente, agarrándose de las sábanas, ocultó su rostro en una almohada—. Vamos Bill —susurré al oído, me dio la cara muerto de vergüenza, y apoyó sus manos en la cama, entonces lo tomé de la cadera y pude alzarlo un poco, se arrodilló temblando y expuso su lindo trasero—. Gracias. —Él suspiró.
Pasé mis dedos, por sus nalgas, abriéndolas un poco, toqué su entrada cerrada directamente, él se estremeció y se sacudió un poco.
—Tom, me da cosas. —Estaba nervioso, pero sabía lo que hacía, no por experiencia, nunca se lo había hecho a alguien por ahí, era mi lógica. Lo había pensado y sabía que funcionaría. Me acerqué a su trasero un poco más.
—Lindo culito —dije divertido.
—¡Tom! No me mires ahí. —Intentó pegarse a la cama otra vez, pero tomé sus caderas e inesperadamente le besé ahí, hundiéndome en él, sintiendo como se desesperaba y decía un montón de cosas, llevó una mano a mi cabeza, me jaló algunas rastas, pero continué, le lamí y humedecí directamente—. ¡Tom! ¡Qué haces! ¡Tom!... Tom… —Suavizó su tono de voz mientras le pasaba la lengua humedeciéndole bien—. Humm… Tom… ahh… —Si, lo había conseguido, sabía que le gustaría.
Por Bill:
Demasiado calor…
Mi cuerpo estaba ardiendo y Tom aún seguía lamiéndome como un animal directamente ahí. Las sensaciones eran realmente placenteras, mi cuerpo temblaba involuntariamente, mi respiración estaba agitada, sudaba como nunca antes. Mi Tom continuaba con lo que empezó, mis manos temblaron débilmente sobre la cama, me dejé caer gimiendo, pero luego lo sentí alejándose, giré mi rostro para verlo, por el rabillo del ojo, el seguía mirándome ahí… qué vergüenza.
—Tomi.
—Oh Bill, esto es algo que jamás olvidaré. —Apoyé mis manos al cabecero de la cama, aún le daba la espalda, estaba arrodillado sobre la cama con el trasero al aire, jamás creí estar algún día así con Tom… con mi hermano.
—No lo creo… —dije tímidamente, fue cuando sentí sus manos posarse posesivamente sobre mi trasero, empezó a abrirlo, a colar un dedo, metiéndomelo—. Ahh… —Jadeé de la sorpresa, sentí su torso dar con mi espalda y sus labios fueron directamente a mi cuello.
—¿Qué no crees, lindura? —susurró al oído con una voz sensual mientras seguía metiendo otro dedo más, me sentí extasiado, no sabía cómo responderle, su cercanía y dominio me paralizaban, aún temblaba y jadeaba sin control.
—Esto… —Hizo un movimiento con sus dedos, simulaba penetraciones con ellos, cerré mis ojos fuertemente, me besó la comisura de mis labios, saqué mi lengua y se la pasé por sus labios, él me sonrió y quise más contacto, moví mis caderas insinuantemente, él me mordió ligeramente el hombro, le gemí de cerca.
—Esto es real —dijo, para después sacar sus dedos, tomó mis caderas con una mano, pegó su rostro al mío, posó su barbilla en mi hombro y lo sentí entrar—. Es real, Bill. —Entró tan fácilmente que no lo creí, sentí como se deslizaba en mi interior de una manera nunca antes sentida, sin mucho dolor, como si encajáramos de manera perfecta.
—Ahh… - Gemí para luego morderme el labio, cerré mis ojos y me apoyé fuerte contra el cabecero de la cama, Tom me empujó un poco cuando terminó de entrar, totalmente, me sentí lleno de él, era genial—. Es real Tomi… ahhh.
Empezamos a hacer el amor como nunca antes lo había imaginado, él entraba y salía cada vez más rápido, besándome la espalda, el cuello, pasando sus manos por mis costados, una de ellas tomó mi miembro erecto empezando a acariciarlo, mi cuerpo se estremeció.
—Te amo… susurró y luego gruñó mientras seguía embistiéndome fuerte, los ojos se me llenaron de lágrimas.
—Ahh… Tom, no muy fuerte… —Cerré los ojos fuertemente, sollocé un poco, de todas maneras era mi primera vez y aunque me gustaba como me lo hacía, mis brazos se cansaban de sostenerme del cabecero sintiéndole dar contra mí una y otra vez.
—Lo s-siento… —Jadeó cerca de mi oído, y me besó la nuca, pasando su lengua por mi cuello—. Eres… eres lo que siempre quise. —Entró fuerte y gemí de placer.
—Tom… —Giré mi rostro para verlo, alcé un brazo y busqué su mano sobre mi cadera – Quiero… —Se hundió más en mí tocando ese punto dentro—. Quiero sentirte más. —Lo hizo más fuerte, y luego salió inesperadamente de mí, me volteó para verlo y me recostó sobre la cama, tomó mis piernas y las abrió, entró otra vez sin dejar de mirarme a los ojos los cuales los abrí y apreté los labios por sentirlo así, era carne contra carne.
—Eres… tan estrecho, me aprietas —dijo cerca al oído, tomando mis caderas y dándome fuerte que sentía que mi cabeza chocaría contra el cabecero.
No era de cristal, a mi me encantaba sentirlo así, somos dos chicos.
—Gime, Bill… gime alto para mí. —Le sonreí y claro que gemí, gemí su nombre con cada estocada, con cada vez que sentía sus caderas colisionar contra mi cuerpo y hundirse tanto en mí que veía estrellas plateadas por todas partes, los ojos de Tom brillaban intensamente, pegó su frente a la mía y me sonrió, era sexy, la experiencia más sexual de toda mi vida, como fusionados, como complementados, hacíamos el amor como dos amantes.
—Ahh… Tom… —Mi cuerpo estaba al límite, arqueé mi espalda, me alcé un poco sobre mis codos, quería verlo de cerca, él se irguió un poco, mirando hacia abajo como entraba y salía de mí con suma facilidad, me mordí el labio—. Tom… —Dejé caer mi cabeza hacia atrás, y llevé una mano a mi miembro palpitante, una punzada dio con mi bajo vientre, encogí los dedos de los pies, envolví fuertemente a Tom con mis piernas, él daba en mi punto una y otra vez, lágrimas salieron de mis ojos por la intensidad.
El momento se volvió intensamente sublime.
Apreté mi agarre alrededor de mi virilidad para luego sentir como me derramaba en todas partes gimiendo como nunca, una liberación de placer que luego me tumbó en la cama, rebosante, todo yo temblé y me sacudí producto del orgasmo sentido. Enfoqué mi vista en la de él, me miraba embelesado aún dándome más, se lamió los labios, viéndome como alguien delicioso, alzó una pierna mía y la puso sobre su hombro.
—La cara que tienes… ahh… ¿Estás bien, cómo fue eso? —Le sonreí, él aún no había acabado, seguía más fuerte, me agarré de las sábanas mientas lo seguía sintiendo.
—Increíble… —Me sentía en las nubes, se me acercó y besó de una manera pasional para luego moverse, y entrar tan hondo, lo sentí llenarme de su esencia mientras él se estremecía contra mis labios, contra todo mi cuerpo.
—Grr Bill. —Tomando mis caderas se deslizó hacia fuera.
Eso había sido increíble…
Se recostó en la cama frente a mí, alzándome un poco me recosté sobre su pecho, aún recuperándome de mi placer.
—Tom… —susurré su nombre, él me miró aún acompasando su respiración, besó mi frente sudada, le sonreí—. Lo hicimos.
—Aún no lo creo, eres fantástico. —Estuvo por cerrar sus ojos, de tanto cansancio, pero le codeé.
—Tom, debo regresar a mi habitación.
Caminamos como pudimos, besándonos, lamiéndonos, ninguno quería separarse del otro… después de lo que habíamos vivido.
Por Tom:
Habíamos caído en una trampa…
Al menos para mí era así, ahora que sabía cómo era sentir a Bill de esa manera, no tenía idea de cómo parar…
Yo quería más.
Y estaba seguro de que así sería siempre. Me preocupé, pero en ese momento decidí dejar esa preocupación de lado y centrarme en el hermoso chico que tenía al frente, mi Bill.
Lo llevé a su habitación, subimos la escalera como pudimos, él y yo desnudos, tomando lo que podíamos de nuestras ropas en nuestras manos. Lo recosté sobre su cama y caí por inercia sobre él. Rió un poco sobre mis labios y pasé mis manos por su trasero, tan suave y perfecto.
Había sido de lo mejor estar dentro de él. Como tocar el cielo. Apretado y virginal, ¿Qué más podía querer? Solamente que fuese mío para siempre.
—Es tarde —dijo él, pero no quería irme, continué besando su cuello, saboreando de él un poco más—. Tom.
—¿Hum? —Me senté en la cama y tomé sus caderas, alzándolo un poco, lo puse sobre mí.
—Puede ser peligroso —dijo, pero empezó a moverse insinuante sobre mí, marcaba el ritmo con mis manos sobre su cintura, se apoyó sobre mis hombros, y comenzó a besarme el cuello.
—Sólo un rato más… —Jadeé mientras sentía su erección crecer cerca de mi vientre, yo ya la tenía dura y él se percató—. Otra vez —dije, él gimió y tomando mi miembro se lo introdujo en su aún dilatada entrada.
No puedo describir lo que sentía, era simplemente perfecto, envueltos en nuestra nube, él y yo. Sus movimientos rápidos subiendo y bajando me mataba, abría la boca gimiendo, pasé una mano por su frente sudada, quitándole algunos cabellos que estaban pegados. Posé mis manos a su trasero y lo apreté, él gritó arañándome los hombros, mirándome con lujuria.
—Tom… ahh… —Me montaba desesperado, no sabía ese lado de él así de erótico, no sabía mucho de mi propio hermano.
Quería descubrirlo todo esta noche.
—Prométeme Ugh… que será así. —Lo abracé fuertemente contra mí, su aliento rozó mis labios, me gemía de cerca—. Prométeme, Bill.
—Sí… siempre. —Apreté los dientes fuertemente cuando él se tensó y me apretó, su cabeza dio hacia atrás y gimió, me corrí otra vez en su interior y él entre nuestros vientres, quiso caerse pero lo sostuve, besando su cuello, lamiéndolo prácticamente, lo quería marcar, sólo mío, por siempre.
Hice un espacio en la cama y lo puse ahí, él me miraba fijamente aún agitado, temblando, puso una mano en mi rostro de una manera tierna, los ojos le brillaban pero debía irme… no quería.
—Nunca pensé… no lo buscamos Tom.
—No me arrepiento.
—Tampoco yo. —Lo besé, lo besé tan fuertemente que creo que le dolía, mordí un poco su labio, me rodeó el cuello con sus manos, pero debía irme—. Debes irte. —Besé su frente y golpeé la cama con mi puño, no quería, ¡No quería! Quería dormir con él y amanecer a su lado. Había sido nuestra primera vez… quería simplemente estar a su lado.
Pero nuestros corazones latían asustados, vigilados, amenazados, desprotegidos… así que separándome de él salí de su habitación.
Ya abajo, me lamenté, comencé a vestirme como pude, tenía sudor, tenía la esencia de Bill por todo mi cuerpo, las rastas sueltas, un desastre, pero debía poner todo en su sitio.
Escuché la puerta abrirse y los abuelos entraron vestidos de negro.
—¿Tom? —llamó la abuela—. ¿Qué haces despierto? —La mirada del abuelo era sigilosa, escudriñante, tragué duro, debía disimular.
—Es que... tuve hambre y me preparé algo de comer, buenas noches, voy a dormir. —Caminé rumbo al sótano, pero el abuelo se me acercó sigilosamente y me señaló el cuello.
—¿Y esto? —La abuela se puso una mano en la boca, llevé mi mano ahí y empecé a rascarme. Pensé rápidamente.
—Pulgas, Bambi tiene pulgas. —Enarcó una ceja dudoso, pero la abuela me sonrió.
—Hans, déjalo tranquilo, mañana veremos eso de las pulgas. —Me encargaría de infectar al pobre Bambi de pulgas mañana mismo, no sé cómo haría eso.
En mi habitación, me desnudé otra vez, me recosté en mi cama y abracé todas las sábanas que tenía a mi alrededor, oliéndolas…
—Sólo minutos, Bill. —Mordí las sábanas—. Sólo unos putos minutos y ya te extraño… quiero tenerte otra vez.
Estaba ansioso y a la vez asustado…
Estar enamorado de tu propio hermano traería problemas.
Y él lo había jurado para siempre, me encargaría que cumpliese su promesa, no lo dejaría, no lo haría.
Él era sólo mío…
jejeje, espero les haya gustado :x francamente a mí me está costando leerlo otra vez, pero bueno, ya vamos por más de la mitad del fic. Veremos qué más pasa.
Comentarios, sugerencias y críticas son bienvenidas :3
me encanto >.<... que bueno que sus abuelos, no llegaron antes.
ResponderEliminarespero el próximo, saludos y que estés muy bien c:
Me gusto mucho :3
ResponderEliminarA pesar de ser de los primeros fics que escribiste, debo decir que es muy bueno, me encanta e_e
Espero estés bien y logres ajustarte a tu nuevo estilo de vida, suerte (:
A cada segundo sentía que los abuelos llegaban y los descubrian :S aunque los abuelos no son tontos... A ver po cuanto tiempo más pueden engañarlos...
ResponderEliminarCuídate. Besos.
Criis.
Hallo!
ResponderEliminar*w* Me gusto mucho, este episodio, Tom es tierno tierno tierno *w*!
y wow DD: aal fin lo hicieron *w* fue hermoso porque ellos se quieren
(espero que asi sea uu' y no solo sea por el "hechizo" :'c
Pobre Bambi DD: lo llenaran de pulgas xD aunque estoy pensando si Bambi tiene pelo ._.'
y bueno c:'
él abuelo es muy skbdfvdecsvdbsxna ¬¬'
Porque no llegaron mas tarde u.u'
para que asi no se den cuenta e_e'
*w*! Espero el Proximo :)!
Cuidate mmucho,
Zuii
Me encanta esta historia :D
ResponderEliminarAl fin estuvieron juntos! *W* me pregunto si seguirán pensando igual cuando regresen del viaje u.u
gracias pinky por darte el trabajo de actualizar n.n
pobresitos todo lo que tienen que hacer para tenerse cerca, sus abuelos siempre tienen que regarla, no se llegando mas tarde o mejor vuelvan al día siguiente Xd
ResponderEliminar