jueves, 30 de agosto de 2012

Algodones rosados - III

Hola a todos, subo el final del minific, espero se entienda el pequeño mensaje que tiene. Saludos a todos y gracias por leer. Besos<3

—Quiero verte… —dijo Tom recostado en la cama frente a Bill, extrañaba ver su desnudez y tocarlo íntimamente, aunque sabía que en lo último no se dejaría. 

—No. —Bajó la mirada y se encogió esperando escuchar a Tom bufar molesto, pero no escuchó nada y al alzar la vista Tom le sonrió. 

—¿Quieres una nube rosada de esas? —Bill sonrió mostrando sus dientes y rió. 

—Tom, me comí dos de esas en la mañana… no quiero nada. 

—De acuerdo. —Siempre tan complaciente, cumpliendo todos sus deseos, cada uno de ellos, su voluntad de no ser visto, ni visitado. Tenía el mejor novio del mundo y por eso no quería decepcionarlo con sus cambios extraños—. ¿Pasa algo? Te noto… no sé, mejor me callo. —Bill sonrió apenas y suspiró. 

—Quieres ver mi cuerpo y tengo miedo que… que te dé asco. —Tom se sentó en la cama mirándolo desde arriba, estaba indignado. 

—¿Cómo puedes pensar eso? El hecho de que estés embarazado no me da asco, ni el vientre que tienes, ni tu particular anatomía; te amo así, deja de pensar por mí, yo sé muy bien lo que siento y te amo. —Bill se puso serio y tomó el borde de su ancha camiseta blanca para subirla poco a poco viendo como los ojos de Tom se ponían expectantes, solo una vez en seis meses lo había visto desnudo y tocado, respetaba que Bill no quisiera más intimidad así que el simple hecho de ver su piel desnuda lo excitaba y llenaba de emoción. 

—Creo que no te gustará ver esto… —Terminó por alzarse la camiseta hasta las axilas descubriendo su pecho y vientre. Las aureolas de sus pezones estaban ligeramente más grandes que la primera vez que lo vio, mas Tom no miró ese hecho con descontento, todo lo contrario. 

—Oh, Bill… ¿duele? —Se bajó la camiseta y negó con la cabeza—. Puedo… puedo. No. —Tom quiso pedir algo, pero Bill enmudeció por un momento. Eso no era justo, la forma en cómo Tom lo veía, conteniendo su deseo para satisfacerlo, para respetar su decisión, ¿acaso ambos no merecía sentir placer? Bill se sintió culpable, se había condenado a no sentir y había arrastrado a Tom a eso inmerecidamente. Tom aún lo veía como si pudiera contentarse solo con observar su figura, lo hermoso que se veía recostado en su cama con solo una camiseta puesta. Tom miraba su pecho por encima de ésta, sus pezones podían notarse trató de satisfacerse solo con mirarlo, mas Bill prefirió romper esa barrera. 

—Sí, puedes tocarme, están algo crecidos, no me gustan, antes no eran así, no sé… 

—Es que de seguro cuando nazca le podrás dar de lactar y eso es bueno, ¿no crees? —Tom se recostó a su lado otra vez y Bill accedió a que se acercara más dejándose tocar por encima de la ropa. 

—No sé, no quiero pensar en eso. Cierra las cortinas Tom, ciérralas y ven conmigo. —El vientre de Tom dolió de la emoción, los ojos de Bill irradiaban deseo. 

—No quiero dañar al bebé… 

—Tampoco yo, pero no creo que le hagas daño, ven conmigo. 

Luego de cerrar todas las ventanas y constatar que hubiera algo de oscuridad Tom fue con él y Bill lo recompensó. Se desnudó debajo del cuerpo de Tom quien estaba impaciente y se recostó de costado, Tom fue detrás abrazándolo para luego buscar fusionarse con Bill de esa manera. Tuvieron que hacerlo lento y con mucho lubricante, Tom recordaría ese momento especial. Lo hicieron más de una vez esa tarde, como para recompensar el tiempo perdido, Tom tuvo cuidado en todo momento y fue muy satisfactorio volver a oír los gemidos de Bill en toda su habitación. 

—Ahh… —casi aulló Bill estado sobre Tom de una manera que nunca había estado, aún así tocaba su vientre cubriéndolo con uno de sus brazos y apoyándose con la otra mano en el pecho de Tom, éste lo miraba totalmente ido, embelesado por la imagen erótica de Bill moviéndose sobre él, subiendo y bajando; Tom tocaba su vientre de vez en cuando y su otra mano estaba en una de sus caderas, Bill gemía fuerte disfrutando por primera vez de eso que tanto se negaba a sí mismo—. Ow, Tom —gritó agudo—. Se mueve… no sé si esto esté bien. —Todo él temblaba por el placer y es que estando sobre Tom podía controlar la profundidad de la penetración, le había permitido entrar a su “abertura” la cual no quería llamar vagina por su propia negación, sin embargo, se sentía tan bien y ahora su vientre se movía, como si vibrara. Tom lo tocó sonriendo. 

—A él también le gusta —dijo. Ambos no podían creerlo, pero al parecer era así, el cuerpo de Bill se oxigenaba y su sangre corría por su cuerpo de tal manera que la criatura que crecía ahí disfrutaba también de ese hecho en particular. 

Era un perfecto trío. 

Bill bajó ambas manos hacia las sábanas y llevó la cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados y la boca abierta, soltó un gemido tan largo y se retorció sobre Tom contrayendo sus músculos. Su orgasmo fue diferente al de Tom esa vez y cayó exhausto sobre su pecho, el de rastas lo llenó de besos. 

*** 

—No recuerdo lo que me dices… —Tom rió ante eso. 

—¿Cómo vas a recordarlo si eras un bebé? Es normal no tener recuerdos. 

—Mamá es muy lindo —dijo viendo más fotos. 

—Lo era, muy hermoso. —Abrazó más fuerte a William en su regazo. 

*** 

Tom subía las escaleras de su departamento con una bolsa llena de compras además de algodones de azúcar, los cuales tiró en las escaleras cuando le imposibilitaban correr con más velocidad. 

Bill lo había llamado diciéndo que tenía dolores muy fuertes y eran extraños como si los huesos de sus caderas quisiesen romperse. Apenas había entrado al séptimo mes. 

Entrando a casa lo halló sentado en el suelo de la habitación con las piernas abiertas, semi desnudo. Respiraba como un animal agonizante. 

—¡Bill! —dejó de verlo para tomar el teléfono de emergencias, estaba por dar a luz. Regresó donde Bill e intentó subirlo a la cama cosa que Bill se negaba entre gritos de dolor, estaba totalmente sudado y hasta lloraba pero de miedo, sabía que no podría dar a luz a un bebé, tenía el presentimiento que sus caderas no cederían tal cuerpo. 

—Tom, tengo miedo. 

—Tranquilo, todo saldrá bien… aló, emergencia, tengo una persona alumbrando en casa, está… —Tom detalló la dirección—. ¿Veinte minutos? Apúrese, no puede esperar. 

—¡No! —chilló Bill queriéndose sentar para quitarle el teléfono, Tom no se lo permitió. 

—Bill, estás mal, debemos ir al médico, por ti, por nuestro hijo, por favor. 

—Me tratarán como fenómeno —digo para luego gemir por el dolor, volvió a recostarse en el suelo esta vez retorciéndose, mojando el piso de un líquido. 

—Va a nacer, Dios mío. —Volvió su atención a la operadora de emergencias que aún estaba en la línea. 

—Tom, no puedo, esto es… —Era como sentir que se destrozaba por dentro, el dolor le imposibilitó seguir. 

La operadora le preguntó que si veía la cabeza del bebé que instara a su mujer a pujar y respirar como se es debido, pero Bill estaba casi ido, vencido. 

—¡Bill, debes hacerlo! —Había pasado ya como quince minutos de puro dolor, Tom apenas escuchó que la operadora de emergencias le dijo que presionara un poco la parte superior del vientre para ayudarlo, así lo hizo y pudo sacar al bebé en medio de sangre, todo parecía espeluznante pero pasó desapercibido al momento en que Tom tomó al niño que no lloraba. 

Tom lo puso en la cama comenzando a masajear su cuerpecito como le decía la operadora de emergencia. Pensaba que no reaccionaría, que quedaría con un severo daño cerebral, su angustia fue tal que perdió el autocontrol que tenía comenzando a llorar. 

—Oh, vamos, no puedes dejarnos… —El bebé reaccionó llorando, un llanto débil, Tom había dejado a un lado el teléfono para luego enfocar su vista en Bill asustándose de lo que vio, labios blanquecinos, miraba moribunda al borde de cerrarse, el suelo estaba lleno de sangre, algo malo había pasado—. Mi Bill, Bill, reacciona, está vivo, no me dejes tú… 

—Llámalo William —alzó una mano y Tom se la tomó, estaba frío. 

Lo cargó en sus brazos para ponerlo en la cama, Bill parecía tan cansado. 

—Si algo me pasa, ten presente que te amo a ti y a… él. —Cerró los ojos y Tom gritó. 

En ese momento la ambulancia llegó y se apresuró para sacar a Bill del departamento, envuelto en el cobertor de la cama. 

*** 

—¿Murió cuando nací? — preguntó con pequeña voz, sintiéndose culpable. Tom lo tenía sentado en sus piernas mirando fotos, había algunas de Bill con su vientre abultado recostado sobre el césped de un jardín, la foto había sido tomada desde un ángulo en donde el cielo, extrañamente rosado, podía apreciarse. 

—No William, él no murió cuando naciste. —El niño lo miró queriendo escuchar más de la historia. 

—Pero él está… está vivo, ¿dónde está? —Tom cerró los ojos por un momento, él no quería decirle la verdad, además Bill le había dicho que no lo hiciera… 

*** 

—No diré nada al respecto, quiero que me dejen en paz a mí y a mi hijo, no contaré a nadie sobre esto. —Fue lo que Tom dijo a la prensa. 

Los padres de Bill querían quitarle al hijo, mas Tom luchó por él. La gente supo el rumor del supuesto hombre embarazado que estaba en una clínica particular. Acosaban a Tom por la noticia y él tuvo que vender su auto para pagar las cuentas y sobre todo la discreción del hospital. Los paramédicos habían sido los que delataron el hecho a la prensa y en el pueblo cada quién sabía eso. 

Tom se mudó de ciudad cuando a Bill le dieron de alta, sus padres lo apoyaron. 

—Saldremos de esto, no te preocupes —decía Tom conduciendo el auto que su mamá le había dado temporalmente. 

Bill cargaba en brazos al muy pequeño niño, había nacido frágil. 

—¿Estás bien? —preguntó por su silencio. 

—Sí —dijo Bill con minúscula voz. 

—Por favor, te lo ruego, dime qué te pasa, no soporto verte así, desde que salimos del hospital estás, no sé, extraño. 

—Tom, ¿cómo tomarías el hecho de salir embarazado? Soy un hombre y los médicos quieren decir lo contrario, cada uno de ellos me trataba como una mamá, no me siento así… —Su mirada al vacío alteró un poco a Tom quien detuvo el auto para tomar al niño que casi se le caída de los brazos a Bill—. Lo siento, ni sé cargarlo. 

—Trae aquí. —Eso logró angustiarlo un poco. Las hormonas en su sistema iban a volverlo loco, todo sonaba dramáticamente horrible, sintió el rechazo de Tom con esas palabras. Se giró y abrió el auto en un campo desolado—. ¡Bill! 

El pelinegro corrió y cayó a pocos metros con la respiración agitada y los ojos nublados de lágrimas, Tom salió a su tras con el bebé que lloraba en sus brazos. 

—¡Bill, por Dios! Bill… —se arrodilló con cuidado no sabiendo como tomar a Bill y al bebé juntos, no tenía más manos. 

—No sé lo que me pasa —dijo llorando, aún arrodillado en el suelo rocoso—. Siento que no debió pasar esto, siento que querrás más a él que a mí o que en algún momento le pasaré mi mal. —Lloró más por eso—. Pregunté a los médicos tantas veces si él era un niño, ellos decían que sí, pero con respecto a mí no. 

—Eres un hombre, para mí lo eres, no te dejaré por William. Por favor, Bill aún no estás bien, debemos quizá… ver a un especialista. 

—¡NO! No quiero médicos, ni psiquiatras. 

—¿Qué quieres? Pide Bill, dime, te daré todo lo que quieras. —Bill lo miró con ojos acuosos. 

—Quiero haber nacido normal. —Tom bajó la cabeza angustiado, esa no era la respuesta que esperaba. 

—Recuerdo cuando te conocí en el instituto, me pareciste una chica… 

—Tom, por favor. 

—Espera… déjame terminar, sé que me dijiste que antes, cuando eras niño, eras como una chica y decidiste cambiar porque no te sentías así, sé eso y por eso era tu ropa masculina más el maquillaje que usabas. Me pareciste una chica pero fue tu lado masculino el que me enamoró, me enamoré de Bill, del hombre que eres y eso es lo que importa. —Tomó su brazo para alzarlo y Bill accedió—. Hay cosas que no podemos cambiar, mi príncipe, solo debemos afrontarlas, mírale el lado positivo, mira a William, mira nuestro futuro. —Bill asintió y caminó junto a Tom hacia el auto, aunque por dentro estaba ese vacío, esa especie de desesperación… El hecho de haber dado a luz un bebé había transformado su mundo totalmente que por más que quería aceptar y tomar en cuenta las palabras de Tom, simplemente no podía, pero calló. 

Dentro, Tom se desesperaba por calmar al bebé, miraba de reojo a Bill, pero no quería darle órdenes. Bill vio cómo el pequeño bebé chupaba el dedo índice de Tom con desesperación. 

—Debemos llegar a la ciudad para comprar leche —dijo arrancando el auto con una mano en el volante y otra sosteniendo al bebé, era una posición peligrosa e incómoda. 

—Bueno. —Se extendió tomando a William para ponerlo en su regazo—. Yo… yo creo poder. —Se alzó la camiseta negra, sus pequeños pechos le dolían un poco y cuando el bebé succionó uno de ellos sintió como su leche se descargaba, puso una mueca de incomodidad y cerró los ojos. Tom vio eso de reojo y prefirió no interrumpir, podía ver lo mucho que a Bill le costaba—. Tiene hambre —dijo mordiéndose el labio, meciendo al bebé en sus brazos. 

—Te amo, te ves hermoso así —Bill lo miró y sonrió apenas. 

*** 

—¿Tomaba su leche? Pero… 

—Lo sé, sé que algunas cosas son extrañas, pero él lo hizo esa vez. —William vio una foto de Bill con el cabello más corto y poco maquillaje, lo sostenía en brazos amamantándolo. 

—Mi mamá me daba leche —dijo como si eso fuera especial. Tom prefirió cerrar el álbum queriendo no pensar más en eso. 

*** 

—¡Tiene hambre! —gritó Tom angustiado—. Bill, por favor… —Éste estaba recostado de costado, hecho una bolita en las sábanas, dándole la espalda a Tom—. ¿Bill? —gateó en la cama tocando su costado, el pelinegro parecía ido, como si estaría metido en sus pensamientos, como hipnotizado—. No estás bien, ¿qué pasa? —De fondo, el llanto del bebé era insoportable. 

Volteó a Bill y éste pestañeó frunciendo el ceño, como regresando a la realidad, buscó los ojos de Tom y se enfocó en ellos… —Tom, Tom… —balbuceó reconociéndolo. Tom lo miraba angustiado, buscando la lógica en eso. 

—El bebé necesita leche, pero… algo te pasa, no estás bien, ayer no estabas así. 

—Me dejaste solo. 

—Dios mío, salí a vender más de estos libros, ¿lo olvidaste? Debo venderlos casa por casa para traer comida. Estaba pensando que si tus padres desean tanto conocer a William ellos podrían darnos el dinero que necesitamos, podríamos pedirle un préstamo… solo debes hablar con ellos, sé que a ti te harán caso. 

—No, no. Mis padres querrán atormentarme. —Por un momento puso una mueca de desagrado ante el llanto del bebé—. Dales a William, que se lo lleven… 

—¡Qué! Eso nunca, es nuestro hijo… Bill, ¿qué pasa? 

—Es por él que te pierdo y… y que todo está mal, ¿qué pasó con la idea de terminar el instituto? —Tom se desesperó tomando a Bill de los hombros y sacudiéndolo. 

—¡No puede ser que pienses así! —Lo soltó contra la cama y fue a tomar a su bebé para sacarlo de la cuna. Olía mal, estaba sucio, Bill no le había cambiado sus pañales, y su llanto era ronco, como si su garganta estuviese rasgada. 

Corrió hacia la cama poniéndolo ahí para cambiarlo y luego vio que estaba tan sucio que lo llevó al baño para bañarlo con agua tibia. Murmuraba muchas cosas molestas, estaba indignado de la poca reacción de Bill. 

El cuadro depresivo era grave, Bill no tenía las fuerzas suficientes para hacerle frente a la vida, aún recostado sobre la cama pensaba en lo que sería estar solo con Tom en alguna isla, en lo mucho que extrañaba un algodón de azúcar rosa… en que si no hubiese tenido a William todo sería color de rosas. En eso pensaba y se martirizaba. 

Tom salió del baño, recostando al bebé al lado de Bill y casi usando la fuerza volteó al pelinegro para subirle la camiseta. —Juro que iré por leche, pero está llorando y mucho, dale lo que necesita. —Bill le miró airado y se bajó la camiseta cubriendo sus pechos. 

—No, no quiero, aléjalo de mí. —Eso fue demasiado para Tom, él no creyó que Bill haría eso, que sería capaz de rechazar así al bebé inocente. 

Tom le dio la espalda buscando algo en la habitación, tomó unas joyas que eran de Bill y salió dando un sonoro portazo. 

Vendería eso para comprar leche. 

*** 

—¿Papi? ¿Pasa algo? —Tom había cerrado el álbum y tenía una mano sobre su frente recordando cosas que no quería recordar, él quería mantener la imagen de Bill como el ser hermoso que conoció en el instituto, como cuando salían al parque y comían esos algodones rosados. 

—No, no pasa nada… 

—¿Bill murió? —William estaba angustiado más por ver el semblante de su papá compungido que por el hecho de saber que Bill había muerto—. Papá, ¿es por mí? 

—No, él no fue consciente de eso, quiero decir, él no estaba bien y tomó esa decisión, él no quiso vivir. 

—Él… ¿él era feliz? —Tom abrazó a William, tan pequeño haciendo esos cuestionamientos, le sorprendió, al parecer William intuía cosas, tenía presentimientos. 

—Solo sé que fue cobarde, ¿sabes lo que es eso? —William negó con la cabeza mirándolo confundido. 

—Tuvo miedo a enfrentar a la vida, no tuvo fuerzas y se dejó vencer. 

—Oh… —el niño frunció el ceño—. por eso él… 

—Sí, lamentablemente. 

—Ya no quiero hablar de eso. —Tom entendió, no quería atormentarlo con temas feos—. Papi, tú no me dejarás, ¿no? 

—No, nunca lo haré. —Besó a su hijo en la frente y lo cargó para abrazarlo. 

El legado de Bill en sus brazos. 

*** 

—¡Qué! 

—Lo lamento, él ha fallecido. 

Tom sintió que caía en un hoyo negro, había recibido una llamada de la policía al trabajo, estaba de mesero en un restaurant y Salió corriendo de ahí rumbo a su casa, no podía creerlo. 

Al llegar había una ambulancia y mucha gente alrededor, Tom estaba en shock. Se acercó a los paramédicos argumentando ser el padre del niño que uno de ellos llevaba en brazos, se lo arrebató con desesperación y buscó con la mirada a Bill. 

En una camilla estaba cubierto con sábanas blancas. 

—¡Qué pasó! Él es mi pareja —Se acercó temblando y subió a la ambulancia. 

—Se lanzó del quinto piso —dijo el médico. 

—No puede ser… —su voz se apagó comenzando a llorar, abrazando a su bebé, no podía creer que había sido capaz de eso. 

Tom se sintió culpable. Si no le hubiera hecho caso a sus súplicas de no ver a nadie, si un día lo hubiera sacado de ahí para llevarlo con un especialista o si hubiera hecho caso a su petición de dar a William a sus padres, quizá él no hubiera tomado esa decisión, pero Tom solo esperaba poder ganar algo más de dinero para sacar adelante a ambos. Realmente se sintió responsable al punto de no poder procesar ese hecho fatídico. 

Uno de los paramédicos le extendió una carta que encontró en el pantalón de Bill, Tom apenas leyó esa linda caligrafía. 

«Te amo, pero no puedo más, no sé quién soy, no sé qué soy, no puedo vivir, no funciono así, me siento perdido, siento como si esto no debió pasar, me siento en el fondo y no es tu culpa. Debí hacer esto mucho antes, lo sé, pero hoy desperté con la idea de empezar otra vez y para eso debo hacer esto. No creas que no amo a William, pero no lo siento ya mío, es decir, nada en este mundo lo siento como mío, sé que estoy mal. Nunca le enseñes mi mal ejemplo a él y nunca le digas que fui una mujer porque no lo soy. Te amo Tom y espero me perdones por esto.» 

El cielo rosa se había roto en dos y su corazón no es que se hubiese roto, se había exprimido de tal modo que todo su cuerpo dolió, era como si las emociones se hicieran palpables hasta generar dolor físico. Las enfermeras tuvieron que quitarle al bebé pues Tom estaba en estado de shock. 

Casi ni recordaba cómo fue capaz de enterrar a Bill, ni todo lo que a sus padres tuvieron que decirle, ellos querían quitarle a su hijo, le habían demandado, pero Tom prefirió mudarse a casa de los suyos por un tiempo, necesitaba apoyo y logró ganar el juico quedándose con William. 

Tom no tenía intención de retomar una relación con otra persona… misteriosamente dejó de gustar de la gente, ni hombres ni mujeres lograban llamar su atención. El centro de su vida pasó a William. 

*** 

William de solo seis años, tomaba en manos un delineador negro y se pintaba los ojos como si fuese un mapache, bueno, esa era su idea para agradar a su papá quien soltó una risita al verlo así. 

—¿Así piensas salir? 

—¿Se puede? —Tom dudó un poco y después asintió. No quería vestir de negro a su hijo, ni decirle que debía guardar compostura al ir al cementerio, prefirió no asustarlo. 

—Sí, se puede, ahora ven, vamos. —Era increíble ver como en niño se parecía mucho a Bill con el cabello azabache y los ojos avellana además de esa sonrisa tan de Bill más que de Tom. 

El viaje duró unas horas y luego ambos se adentraron en una especie de jardín lleno de flores, para William el cementerio le pareció un enorme jardín, estaba emocionado por ver la tumba de su otro papá. 

—¿Es aquí? —preguntó un poco asustado. Su papá asintió y lo cargó, no quería que vea lo deprimente que estaba la tumba. 

—Es ésta. —El pequeño William miró esa lápida y Tom lo bajó de sus brazos cuando se lo pidió, ambos se arrodillaron, William parecía estar aturdido por ver a su papá triste como algunas veces lo había visto mirando al cielo. 

El pequeño puso sobre la tumba su algodón de azúcar y Tom sonrió ante eso. 

—A él le gustaba como a ti ahora. 

—Mami Bill… —Acarició con sus manos la tumba fría limpiándola del polvo.

Fin.
u.u Y ese fue el final. No se rindan, la vida no es color rosa pero siempre habrá formas de encontrarle el sentido a todo. Saludos =)

14 comentarios:

  1. Ahhhhh! Llore enserio!! No me cabe que Bill aun haya muerto! >_< ya me imagino a William igualito a su papi, bello!! Pobre de Tom, bueno como dijiste no todo es color de rosa..
    Triste pero hermoso el fic..

    No me canso de decir que eres una de mis autoras favoritas!! ^_^


    Nos vemos en otras historias ;)

    MEOWWWWW!!!! :'3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hallo u.u pues sí, es triste algo así... Y William es idéntico a su papi Bill, Tom cuidará muy bien de él.
      Gracias por el honor *-*!!! demasiado.
      Besos y seguiré subiendo otras historias.
      muah<3

      Eliminar
  2. Que tristeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee pero muy bueno de verdad un lindo mensaje...

    ResponderEliminar
  3. Pink! siento mucho no haber comentado aqui tampoco ayer :S
    no pude...
    pero aqui estoy ahora.. xD

    :( que mal, no pensé que Bill se fuera a suicidar... en verdad pensé que moriría por el parto, o por una razón aceptable... pero, creo que el peso y presión con la que cargo toda su vida llego a su limite... y lastimosamente para Bill, todo acabo mal... creo que no supo ver lo bueno que le dio esa capacidad tan única de él... y se dejo llevar solo por lo negativo o lo que pensarían los demás... aunque puede ser un tanto justificable debido al miedo del mundo... pero aun así, no supo ver a la persona que se le fue puesta en el camino (Tom) y como él estaría a su lado, lo apoyaría... como él lo amaba por quien era y no por como lucia... me da pena por Tom, debió ser duro para él perder a la persona que amo... al menos esa persona que amo y la vida, le dejaron a William...

    me gusto mucho Pink!
    un final en definitiva singular..
    cuidate! küsses!
    Criis. <3

    PD: Hace 23 años nacieron dos lindas personas que cambiarían nuestras vidas!... :) Feliz Cumpleaños a los Gemelos mas hermosos del mundo!! :) me siento orgullosa de ser una Alien! :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hallo <3 gracias por comentar y por la reflexión *-*
      se dejó rendir eso sí u.u quizá el evento de salir embarazado debilitó sus expectativas de vida llevándolo a sacar conclusiones erróneas y ensimismándolo a pensar negativo :/
      Tom sí, una pena que se haya quedado sin su Bill pero de seguro será buen padre<3
      *-* 23 años de estos amores, jamás lo olvidaré, también estoy orgullosa de ser una fan <3
      besos <3

      Eliminar
  4. Lloré demasiado :( Ojalá Bill hubiera luchado y hubiera cuidado de su hijo, pero a veces la tristeza es tan fuerte que no te deja ver las cosas como son... mas si todos te juzgan por algo que no eres :(
    Igualmente estuvo muy lindo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. <3 ojalá hubiera hecho eso que dices, pero u_u y exacto, ser juzgado así sin tener poco valor propio u.u muy mal, muy mal.
      Besos y muchas gracias<3

      Eliminar
  5. Tantas veces me ha pasado por la kabeza tomar esa determinación, por supuesto, nada en komparación kon lo ocurrido a Billito aunque iwalmente angustiante, doloroso y triste :'c (kerer a una persona de mi mismo género y tener ke ocultarlo ante la familia y los allegados por "el ke dirán" :'c )Demasiado Triste el final y kontinuo llorando por lo leido y tmb por mi. Fantásticamente narrado komo 100pre DamiRosa. Besitos Lily ♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. omg u.u espero nunca tomes una determinación semejante y cobarde. En este tiempo no debe ser un problema tan extremo tener que ocultar uan relación homosexual, pienso que existen muchas salidas.
      ;') gracias
      Besitos<3

      Eliminar
  6. OH! ;_; que triste historia, lo que le paso a Bill fue muy impactante!, ´no supo encontrarle lo positivo, aun teniendo a su hijo y a Tom que lo quería mucho, pero a veces las cosas no son lo que esperas, a veces puedes tener todos los elementos que te pueden hacer feliz, pero no ves mas que tu propio dolor y te ciegas ante el mundo. Tom por otro lado si afronto sus problemas, y todo por su hijo un ser inocente que no tenia culpa de nada.
    Fue muy triste pero reflexivo, con un final inesperado. Me gusto mucho, ya te lo he dicho me encanta como escribes, eres muy realista, asi me gustan las historias :D te felicito en serio.
    Me gusto mucho, mucho.

    Haneul :)

    ResponderEliminar
  7. 2da.vez que leo este fic y segunda vez que termino llorando :'( Bill es una historia hermosa pero muy triste, la vida no es color de rosa cómo tu dices pink, pero debemos hacerle frente :) eres una gran escritora besos
    Fm.

    ResponderEliminar
  8. Lo tengo que decir...eres increible *-* este fic fue tan askaskaskas me encanto <3

    ResponderEliminar
  9. Estuvo increible la historia, no me gusto mucho la parte de la abertura, pero de ahi en adelante estuvo magnifico, impecable...aun no supero la muerte de Bill

    ResponderEliminar