sábado, 4 de agosto de 2012

Niñerías - IV

Hola a todos *-* regresé de mi viaje de trabajo, no eran vacaciones u.u pero la pasé muy bien y ni bien regresé escribí esto. Gracias por los bellos comentarios y el apoyo, lo valoro mucho. Ahora sí, al capítulo <3 

Bill observaba las largas pestañas de Tom y su respingada nariz, pero luego de un momento, dejó de hacerlo al ver que fruncía el ceño y pestañeaba más rápido. 

—Tom —volvió a llamar Liam y Tom bajó la mirada hacia él, un poco confuso—. ¿Estás bien? 

—Liam, no hables —susurró Bill—. La enfermera dice que él no dirá nada. 

—Pero nos está mirando. Tom, ¿cuándo saldrás? 

Tom parecía escucharlos, sin embargo no respondía nada. Lo que Bill notó fue que Tom no estaba de acuerdo con su visita, podía sentir su rechazo y solo pudo esquivar su mirada y centrarse en Liam. 

El niño extendió su otra mano y buscó la de Tom que tenía una aguja incrustada, era el suero y se sobresaltó. 

—¿Por qué no dice algo? ¿Le dolerá esto? —preguntó a Bill. 

—No dice nada porque está descansando, pero ves que está bien, los médicos saben hacer su trabajo. 

Liam aún miraba con duda y enseguida entró la enfermera para decirles que era tiempo de salir. El pequeño no quiso obedecer pero Bill tuvo que insistir. Antes de poder partir, Liam pidió a Bill que lo cargara un poco para besar la frente de su hermano. 

—No sé si es buena idea —susurró Bill. 

—Por favor. —Miró con súplica. 

—Está bien. —Tomó su cintura y de ahí lo alzó. Un beso era depositado en la frente de Tom quien cerrando los ojos, descansó. 

—Vamos —dijo Bill bajito—. Ya lo has visto y necesita dormir. 

—Por aquí, por favor —habló la enfermera guiándoles por el pasillo. 

Liam no parecía satisfecho con la visita, estaba decaído, con la mirada hacia el suelo y no decía nada. Bill lo notó y pensó que era por el ambiente del hospital así que le dijo al señor Arthur que mejor los llevara de regreso a casa. 

Luego de horas, la señora Dunja llegó y Liam estaba en su cama intentado dormir. Bill le había puesto dibujos animados en la televisión, mas eso no había funcionado. Dunja entró en silencio y Liam se sentó en la cama. 

—¿Cómo estás? Sé que fuiste a ver a Tom, ¿todo bien? 

—Él no está bien, mamá. 

—Se recuperará, quizá dentro de poco esté en casa. 

—¿Qué tan poco? —Dunja torció la boca. En realidad no lo sabía, pero sí que estaba recuperándose. 
—Muy pronto, quizá mañana o la otra semana. Los médicos dirán. 

—Papá y tú son médicos. 

—Sí, pero Tom tiene otros médicos, ellos saben mucho más. 

Liam miró a Bill que estaba sentado en una silla al lado de su cama observando todo. Dunja se acercó a su menor hijo y le dio un beso en su frente deseándole que durmiera tranquilo y luego llamó a Bill con la mirada. 

—Nos vemos mañana —susurró Bill y salió detrás de Dunja. 

Bajaron y la señora denotaba estrés y cansancio. Le extendió un sobre con su pago por adelantado para que no le diera preocupación si es que optara por irse a otro empleo. 

—Te pido que cuides a mi niño, ya no soporto todo esto, si supieras lo que estamos pasando mi marido y yo con esta situación de Tom y mi madre no quiere cuidar a Liam porque se ha puesto agresivo. Estoy pensando que mañana no vaya a la escuela, lo noto triste y sé que dará problemas a su maestra. Si puedes venir más temprano te lo agradeceré. 

—No hay problema, trataré de venir temprano. 

—Gracias. 

—Señora, ¿cómo está Tom? —preguntó con temor y un ligero rubor en sus mejillas. 

—Está en observación, esperamos que no tenga daños cerebrales pero no responde bien a los análisis, así que no queremos que le den de alta sin antes saber todo lo que tiene y qué cuidados deberemos tomar. 

Bill se angustió, no podía imaginarse ese cuadro. Si Tom quedara con alguna afectación de por vida, ¿cómo lo tomaría el pequeño Liam? 

Era ya muy tarde y tuvo que irse. En el camino de regreso a casa estuvo pensando en cómo podía ayudar a Liam superar este incidente. 

Al día siguiente fue temprano, antes de las tres de la tarde llevando en una bolsa un animalito que tenía en casa. A su madre le gustaba criar conejos y una de las conejas había dado crías hace ya semanas, así pensó que sería buena idea llevar a uno y ver si se podía o no quedar. 

—¿Es un roedor? —preguntó Arthur al abrir la puerta. 

—Un conejito para Liam. 

—No podrá quedarse, a la señora Dunja no le gusta ningún tipo de criatura que parezca un ratón. —Bill frunció el ceño, lo hacía por Liam, ¿no podía tragarse su temor? Total, dudaba mucho que ella lo viera ya que solo estaba en casa en las noches. 

—Si no puede quedarse me lo llevaré al salir, solo lo traje por el niño. 

—Está bien y creo que es buena idea de todas formas, él está insoportable, ha destrozado el jardín y deberé arreglarlo hoy. 

Bill no sabía exactamente cuál era el trabajo de Arthur en esa casa, pero siempre lo veía o arreglando el jardín, o recogiendo a alguien en el auto o a veces cocinando alguna cosa. 

Entró y fue directo al jardín trasero, ahí lo vio arrancando algunas flores y luego pisándolas en el cemento para así hacer una especie de arte macabro de colores. 

—¡Liam! —llamó enérgico, el menor alzó la vista y después se cohibió por lo que estaba haciendo. El niño vio que tenía una bolsa de tela en sus brazos y corrió por la curiosidad. 

—¿Qué es eso? 

—Es un amigo, pero se pondrá triste al ver que has destrozado el jardín. —Liam enrojeció un poco, no sabía cómo ocultar de la vista de Bill su gran desastre. 

—Yo solo jugaba un poco. ¿Qué es eso? ¡Se mueve! —Bill rió un poco por la emoción del niño. 

—Es un amiguito que come muchas verduras y le gusta el jardín. —Abrió la bolsa para que Liam vea que era un bonito conejito gris con orejas cortas. 

—¿Puedo tocarlo? Es lindo, quiero tener uno, ¿es para mí? —Liam lo miró con una sonrisa y Bill suspiró aliviado de que al menos lo vea sonreír. 

—Quisiera que sea para ti pero quizá no se pueda. 

—Lo ocultaremos en el jardín, le haremos una casita para que viva sin que nadie lo vea, solo nosotros. 

—Parece buena idea, pero él no va a querer vivir en un jardín destrozado. —Liam echó una vista al jardín y todas las flores rotas. 

—Ay, no sé… no sé qué haremos pero quiero que se quede. 

—Arreglaremos su casita, ¿te parece? Las flores pueden volver a crecer pero las que has sacado de raíz tenemos que meterlas en la tierra otra vez. 

—¡Sí! —El niño se emocionó y de inmediato comenzó a recoger las flores rotas y algunas plantas arrancadas de raíz para plantarlas nuevamente. Bill suspiró aliviado y dejó la bolsa con el conejito a un lado. 

—¿Qué nombre le pondrás? —preguntó Bill. 

—¿Debe tener un nombre? 

—Claro. —El niño se quedó pensando por un momento mientras arreglaba el jardín. 

—¿Puede tener un nombre de persona? 

—No veo por qué no. 

—¿Puede llamarse Tom? —Bill le miró con sorpresa. 

—No lo sé, depende de ti. 

—Se llamará Tom. 

—De acuerdo, es Tom entonces, pero no se lo digas a tu hermano cuando regrese. 

—No regresará… —dijo bajito y luego corrió en el jardín para que Bill no le preguntara cosas. 

El día pasó dolorosamente lento entre juegos y discusiones. Era extraño el comportamiento de Liam, a veces parecía estar feliz, corriendo y gastando energía como dé lugar, y otras veces estaba tan molesto que lloraba de enojo y se encerraba en algún lugar o hacía que Bill le persiguiera ocultándose de él. 

Cansado, Bill terminó en el jardín. Liam se había escapado de su vista y él ya no tenía más energía para buscarlo, ni intentar convencerlo de hacer algo juntos, simplemente el niño no quería. 

Pasados los minutos, las luces del jardín se encendieron y Bill tenía al conejito en sus brazos, sabía que debía levantarse dentro de poco para preparar la cena a Liam. 

—¿Puedo acariciarlo? —preguntó Liam apareciendo por el jardín sin deseos de correr. 

—Sí, ellos están hechos para eso. —Le pasó al conejito y Liam lo tomó con cuidado. 

—Tom va a molestarse si sabe que él tiene su nombre, no le gustará —rió Liam imaginándose la reacción de su hermano—. Pero a Tom le gustan los animales. Antes teníamos un perro, se llama Little Boy, pero murió una noche, recuerdo que mi hermano estuvo muy mal, creo que no quiso dormir en casa al día siguiente, así fue como mamá dijo que no tendríamos más animales porque son de morir pronto. Y no hemos tenido nada, hasta que llegó este conejito. 

—Bueno, no sé si se puede quedar, lo traje para que nos haga compañía pero preguntaré a tu mamá si lo puedes tener. 

Liam apoyó su cabeza en el hombro de Bill y ahí se quedó un tiempo mirando al conejito sobre sus muslos comer un pedazo de zanahoria que Bill le había dado. 

En la noche la señora Dunja no quiso que el conejo se quedara, pero sí le dijo que podía traerlo las veces que quisiera para que Liam jugara con él. Bill aceptó. 

Los días siguientes fueron lo mismo, el niño no regresó a la escuela y Dunja insistía a Bill para que lo animara en eso y por más que trataba, Liam seguía mostrando el mismo comportamiento de aislarse y evitar confrontaciones y solo se le acercaba si era para alimentar al conejo o para hacer algo divertido. 

Bill estaba comenzando a estresarse, el trabajo no parecía algo que él hubiese querido, ir a esa casa significaba horas de cansancio y un tira y afloja constante con el niño. 

—¿Qué quieres? Anda dímelo, estoy harto de seguirte a todos lados y que no obedezcas en nada lo que te digo. —Liam lo miró serio, Bill lo había acorralado en la cocina y no lo iba a dejar salir hasta que le dijera qué quería. 

—No quiero nada. —Se cruzó de brazos. 

—No mientas, quieres algo y me lo vas a decir. 

—¡No me hables así! ¡Eres un empleado más! ¡Solo estás para cuidarme, verme, pero no te importa nada de mí, así que no preguntes y sal! ¡Fuera! 

Arthur escuchó los gritos del niño y fue a ver. 

—¿Todo bien? —preguntó a Bill y éste asintió. 

—Tenemos una conversación difícil aquí. 

—¡Fuera los dos, largo de mi casa! —Liam se había puesto muy agresivo. 

—El niño no está bien, si fuera mi hijo le hubiera dado una zurra hace ya tiempo. Te dejo, si se pone así de difícil lo mejor es ignóralo. —Fue el consejo del señor Arthur. 

Bill se quedó en la puerta de la cocina mirando a Liam darle la espalda y luego ir a la alacena, abrir un cajón y sacar un cuchillo, entonces Bill entró muy rápido y detuvo lo que el niño pensaba intentar. 

—¡Dame! —gritó Liam. 

—No, esto es peligroso, salgamos de aquí. 

—¡No quiero! 

—¡Vamos! —le insistió con voz fuerte y tomó su brazo para sacarlo de la cocina y fue cuando el menor se desesperó de tal manera que comenzó a golpearlo con mucha fuerza. Patadas, golpes y hasta mordidas. Bill nunca antes había visto alguien tan violento incluso llegar a llorar de tanta rabia contenida. 

Gritaba y vociferaba insultos hacia Bill, pero él continuó avanzando hacia afuera, lo llevó a la sala y lo sentó en el sofá. El niño se hizo una bolita y cubrió su rostro con un cojín, estaba llorando y daba puñetazos a la nada. Bill solo observaba con el pulso acelerado, era la primera vez que pasaba algo así de fuerte. 

Se sentó al borde y Liam le dio una patada. Recostado boca abajo aún lloraba. Arthur volvió a entrar a la sala y al verlo ahí solo movió la cabeza en negación y se retiró otra vez. 

—Sé que estás molesto, también lo estaría, pero aunque esto sea un trabajo para mí deseo que estés bien, no quiero verte así, pero ¿qué se puede hacer? No podemos cambiar algunas cosas. 

—¡Estoy harto! 

—¿Harto de qué? 

—De todos; de esta casa, de ti y de mis padres ¡y de Arthur también! —gritó para que el hombre mayor pudiera escucharlo—. De todos menos de Tom, de los dos Tom porque el conejo también cuenta. 

—Tom te hace falta, pero si regresa a casa en mal estado será peor, mejor que regrese sano, ¿no crees? —Liam no dijo nada, se quedó pensando. 

—Dile a Arthur que te dé la llave de su cuarto, quiero entrar. 

—No creo que sea buena idea. —El niño pataleó en el sofá otra vez y gruñó a lo que Bill se puso en pie—. Lo intentaré, ¿de acuerdo? Si no me da la llave no será mi culpa. 

Se lo pidió y Arthur aceptó rápido pues si eso calmaría al histérico niño, haría cualquier cosa. 

Liam casi corrió escaleras arriba y Bill subió a paso lento hacia el segundo piso. Abrió la puerta y se encontró con una habitación enorme y algo desordenada llena de pósters de autos, chicas y otros de deporte. Liam fue hacia la cama sin tender y se lazó en ella oliendo todo y metiéndose en los cobertores. 

—Tom, Tom —decía con una sonrisa en sus labios. Bill rió al verlo—. Ven Bill, mira, de seguro te gusta la habitación de mi hermano, él es grande como tú, tiene cosas interesantes, ¡mira! —Le lanzó una almohada en forma de perrito—. Debes ver sus revistas, espera… las buscaré. —Removió las almohadas y luego se bajó de la cama—. Hum, creo que las ha botado, a mamá no le gustaba eso. 

—¿De qué era? 

—Gente sin ropa, mujeres con enormes pechos, debes verlo. —Bill casi enrojeció, no quería que Liam viera esas revistas pornográficas. 

—¡Oh, no! No, gracias, sé que son pero no quiero ver, ya no busques. 

—¡Aquí están! —sacó un grupo de revistas de mujeres desnudas junto a autos lujosos—. Chicas y autos, mira. 

—¡No! —Bill fue hacia Liam y le quitó las revistas—. No debes ver estas cosas, son de mayores. 

—¡Tonterías!, ya las he visto y películas también, él tiene cosas así en su computadora pero tiene clave. También tiene esto. —Abrió su cajón de la mesita de noche y sacó una tira de condones—. Son como unas gomitas pero algunos no tienen sabor. 

—¡No toques eso! 

—¿Por qué no? Algunos saben a frutas, pero son grasosos, a mí me gusta aplastarlos así —comenzó a jugar con los condones y Bill sudaba de nerviosismo. 

—Eso no es para jugar, son cosas de mayores. 

—¿Qué son? Yo las llamo gomitas redonditas. 

—Son condones y son para mayores. 

—Deja de decir que son para mayores, ya lo sé, pero quiero saber cómo lo usan, algunos huelen bien, mira. —abrió uno de ellos y lo olió—. Humm… esto es a… no sé, ten. 

—Dame todo eso. —Trató de quitarle la tira de condones—. Debemos guardarlo. 

—No. Es más, algunos se pueden inflar así —comenzó a hacerlo y Bill se llevó las manos al rostro, estaba rojo de vergüenza y no sabía cómo hacer para quitarle eso al niño. 

—Hablo en serio, dame eso. 

—Te lo doy si me dices para qué es. —Bill infló sus mejillas y aceptó. 

—Está bien, los condones se ponen en el pene. —Vio como Liam escupía saliva y soltaba toda la tira y Bill rió a carcajadas. 

—¡Me estás mintiendo! 

—No, es en serio, si quieres podemos preguntarle a Arthur. 

—¿Para qué uno querría ponerse esto ahí? Es ridículo. 

—Para tener sexo, ¿sabes lo que es eso? —Liam se quedó pensando y asintió. 

—Ah, era eso, ¡qué asco! —Bajó de la cama y no quiso recoger la tira de condones esparcidos en el suelo, lo tuvo que hacer Bill y se le pasaron muchas cosas por la cabeza. 

Aún era casto, no había tenido la oportunidad de acostarse con alguien y al ver tantos condones se percató de que Tom tenía una intensa vida sexual. 

Liam siguió rebuscando cosas por los cajones, estaba decidido a encontrar su oso de peluche que Tom le había quitado alguna vez. Bill guardó la tira de condones en el cajón encontrando ahí una botellita de lubricante y una trusa de mujer muy corta. 

Escuchó los pasos de alguien subir las escaleras y cerró el cajoncito. Era Arthur y estaba agitado. 

—Salgan por favor, la señora Dunja está viniendo trayendo a su hijo mayor. 

—¡Tom! —gritó Liam y salió del cuarto tan rápido como pudo. 

—Dentro de una hora —dijo Arthur a Bill—. Le dieron de alta. 

Bill sonrió emocionado, no sabía si era por compartir la emoción junto a Liam o porque de verdad deseaba ver a Tom. 

Toda esa hora que quedaba, Liam se la pasó yendo de un lugar a otro, a veces en la cocina, otras en la sala y ante cualquier ruido de afuera, creía que era Tom. Pasó casi una hora y media más y luego de cenar algo corto, Dunja entraba a casa con Tom apoyado en su hombro y caminaba con una ropa blanca. 

Bill se quedó paralizado por un momento, no sabía cómo reaccionar, solo estaba emocionado por Liam quien había corrido y su mamá lo detuvo pues quería abrazar a Tom. Lo bueno de todo era que Tom le sonrió a su hermanito, y aunque no pudo cargarlo, le acarició su cabeza. Liam saltaba y le decía tantas cosas que Tom no respondía, apenas caminaba y Arthur fue a su alcance, Tom se apoyó en él. Tenía una pierna enyesada y una venda en la cabeza. Las rastas que tenía le habían sido quitadas, estaba algo pálido, pero aún conservaba esa sonrisa que lo caracterizaba. 

—¡Tom ha vuelto! ¡Tom ha vuelto! —gritaba Liam de la emoción. 

Bill decidió esperar en la sala por algunas indicaciones de la señora Dunja que había subido juntamente con los demás al segundo piso llevando a Tom a su habitación que prefería mil veces lucir torpe al caminar que ser cargado por alguien. 

Pasados minutos, la señora bajó y fue donde Bill. 

—Gracias por todo, mañana a la misma hora. 

—De acuerdo, que pase buena noche. 

—Antes que te vayas, quiero pedirte un favor. 

—Dígame. 

—Sé que no es de tu responsabilidad, Arthur se hará cargo de Tom, pero si tú pudieras ver algunas cosas por él como prepararle de cenar lo mismo que le preparas a Liam te lo agradecería. —Bill asintió, no veía mal el hacerlo. 

—No hay problema. 

Esa noche Bill durmió aliviado, esperaba que mañana Liam esté mejor y también deseaba saber más de Tom, inconscientemente quería eso.

Ahora sí, comienza la extraña curiosidad de Bill, veremos qué más pasa. Un abrazo grande 

22 comentarios:

  1. Esto se pone interesante!!

    Tom sin rastas!!! casi muero al imaginar eso.

    Me encantó, espero el siguiente capítulo
    no tardes!!
    Besos

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    1. XD cierto, Tom ya no tiene rastas XD omg, debo describir eso, creo que le han pelado la cabeza x_x veremos qué más pasa. Creo que no tardaré mucho~
      Besos <3

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  2. Me gustooo *-*
    God el Billo ya tiene curiosidad, luego interés, después gusto y al final amor 1313(? pero vamos paso por paso.
    Aww llevo un conejito, yo también tengo un conejo [A nadie le importa :B]y se llama Tom, seria gracioso que un día Bill este hablando con el conejo y diga "Tom eres tan lindo" y tonterias así y Tom creo que es para él pero es para el conejo(?
    ¡Siguela!
    Nos leemos~(:

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    1. XDDD sí, vamos por pasos~ al parecer tiene interés, aunque quizá no lo sabe. ¿Tienes un conejito? aww <3 también tengo uno que se llama Billy y sí xd a nadie le importa.
      Gracias por las ideas, son geniales <3 veremos qué sale de todo eso.
      Besos <3

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  3. Ah me encanta *-*
    Me reí mucho cuando el niño buscaba las revistas & los condones xD

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  4. ¡OMG! No sé ni de qué decir pero intentare comentar algo coherente. El capitulo me dejo sin habla, al principio todo me pareció triste y casi me puse a llorar por imaginarme lo que sería perder a un hermano, pero luego vino la ternura del conejito (Ah mi conejita Neja! T.T) y después la parte de las revistas y condones que casi me meo de la risa y luego la noticia :D, me puso a brincar en un patita de la ¡felicidad!
    Espero el próximo capitulo con ansias, para saber que sorpresas nos vienen y más ahora que Bill, esta tan curioso con Tom xD
    ¡Besos!

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    1. awww también tuviste una conejita, eso es lindo n_n y sí, es triste sentir todo lo que Liam siente D:
      Habrá muchas cosas, creo que será un fic largo porque las ideas me llueven.
      Besos <3

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  5. Owwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww ¡Un conejito! *--*
    ¿Mi pariente? lol ya pues :$
    ES tan awwwwwwww's *-*
    Y luego Liam x'DDDDDDDD Oh por el amor a todo lo que es sagrado ¿Como se le ocurre?! A Bill casi le da algo, pobre bebe <3 xDDDD
    Casi me atraganto de la risa x'D Y mi papa descubrio que sigo en la lap en lugar de dormir por que trabajare mañana lol. Que importa valio la pena *-*
    ¡Tom volvio! Sin rastas (._. OMG) pero ¡Volvio!*-*
    Ahora a esperar lo que sigue jfkbsfsd omg omg <3

    Besitos gays gatita <3

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    1. XDDDD morí con eso de pariente XD claro May, puede ser tu pariente *-* y Liam XD algunos niños son así, curiosos con las cosas que los adultos ocultan de ellos.
      Espero tengas un lindo domingo <3 veremos cómo va esa cabeza son rastas ;_;
      Besitos <3 gays~

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  6. MUUUUUUUUUUUUUUUUUREO! *-* ay que emoción, sigueeeela, porfavor *-*

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  7. Awwws me encanta que Bill se preocupe tanto por Liam, aunque sea un malcriado, pero es comprensible porque le dolía no ver a su hermano mayor, supongo que los hermanos menores los vemos como héroes. *-*
    ¡TOM REGRESO!
    No puedo esperar para ver como se van dando las cosas entre estos dos. *-*
    Una pregunta que me carcome las neuronas... ¿sera un fic largo? :B
    Espero y andes genial, saludos.

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    1. Sí n_n se preocupa porque es su trabajo, además conoce un poco a la familia y sabe lo caótica que es u.u Y sí, no tengo hermanos mayores pero si tuviera, de niña lo hubiera visto como héroe ;)
      Creo que quitaré la etiqueta de "minific" porque así como vamos, dudo mucho acabarlo en diez capítulos, quizá llegue a los 30 que es mi meta para longfics, pero no estoy segura :/ por ahora, espero pasar los diez para ver si llegaría a la mitad o ya podría tener un final. Veremos.
      Besos<3

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  8. Hola Pink oye no sabes como me encanta este fic jeje adoro lo que escribes y este es muy genial.... ya quiero saber si Tom le dara trabajo a Bill o que pasara estoy ansiosa... nos leemos... saludos =) Lixi

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    1. Gracias por tus lindas palabras y pues, pronto pondré lo que sigue. Veremos si le da trabajo o no >:3
      Besos <3

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  9. aaaaaaaaaaaaaa me encanta este fic

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  10. Hallooo!! Soy nueva lectora!! :3 Amo tus fics, me e leido varios y este esta muy bueno e interesante!! Ya quiero saber que mas pasa entre Bill y Tom *o*
    Espero pronto capi c:

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    1. Hallo <3 gracias por las lindas palabras, veremos pronto qué más pasa, se viene algo.
      Besos <3

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  11. Eres una de mis autoras favoritas, tus historias son muy bonitas y hasta románticas *-*

    Bueno, este ultimo capitulo me pareció gracioso, en la escena en la cual Liam agarra los condones. Eso me hizo acordar que un día encontré uno cuando tenia creo 7 años y pensé que era un chicle, lo abrí y me lo metí a la boca y lo empece a masticar, pero como no tenia sabor y lo vote, después de años supe que era eso y me lamente! mi hermana le cuenta a sus amigos y se burlan de mi, haha

    Volviendo a la historia... me alegra que Tom vuelva a su casa, así Liam estará mas tranquilo, y no se me ocurre que pasara después, por lo que Dunja pidió a Bill. Solo espero que Tom no lo trate tan mala Bill.

    Espero el próximo capitulo pronto y gracias :)

    PD: Te admiro

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    1. gracias *-* por las palabras bonitas. y XDD puedo imaginar la escena del chicle!! que mal tu hermana...
      Muchas cosas pasarán~ comienza el acercamiento y sobre tratarlo mal u.u Tom no es un buen tipo, aunque malo malo no es.
      Besos, pronto el siguiente capítulo.

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