Póster - 5

Siguiendo con las actualizaciones, un capítulo más de Póster. Besitos.

Llegó la hora de la merienda de las doce y Tom no pudo evitar llamar a su propia casa a ver si Bill le contestaría, tenía más noticias de él. 

Resulta que en su casa, una mansión en una zona residencial de Hamburgo, Georg, uno de los integrantes de la banda, había reportado que Bill había desaparecido de su habitación cuando se fue a dormir, no había forma de salir de ahí sin que alguien lo viera, eso era muy extraño. Toda la disquera y su familia no podían explicar dónde se pudiera encontrar el cantante y habían dicho que nadie había llamado o algo parecido como para sospechar de un secuestro. 

La música de Bill Kaulitz sonaba más en las radios ese día. Tom estaba un tanto apenado por la familia de Bill, debía regresarlo a su casa, reportarlo a las autoridades que de inmediato lo llevaría a su mansión, pero Bill no le contestaba el teléfono, ¿seguiría durmiendo? 

En la habitación de Tom Bill se lamentaba, dormía boca abajo y el teléfono sonaba a su lado sobre la mesita de noche. 

—¡Joder! ¡Quién puede estar llamando tanto! —Se removió fastidiado y con el cabello revoloteado alzó el auricular—. ¿Aló? 

—Hola Bill —respondió Tom agitado—. Soy Tom. —Los ojos de Bill se abrieron mucho recordando dónde estaba y quién era Tom. 

—Hola… 

—Hola —rió como un niño—. Sabes, hay noticias tuyas en la radio, te están buscando. —Bill se llevó una mano al pecho sintiéndose extraño, ¿qué sería de él teniendo que declarar a la prensa que simplemente había aparecido en la habitación de un chico? ¿Qué sería explicar eso a sus familiares que ni él mismo recordaba quiénes eran?— ¿Bill? —llamó por el silencio. 

—Ah, ¿tardarás mucho? —Tom suspiró ante eso, no preguntó por regresar ni nada parecido, preguntó por él. 

—Estaré en la noche, cerca de las nueve lamentablemente, pero te estaré llamando, puedes entrar a la cocina y prepararte algo… oh no, debo colgar —advirtió al ver a su jefe entrar al comedor y verlo usar el teléfono de la empresa. 

—Entiendo, te espero. —Aquellas palabras significaron mucho para Tom. Y luego colgó. De regreso a la rutina aburrida, pero sonreía de oreja a oreja. 

—¿Feliz Trümper? 

—Absolutamente señor. 

En la habitación, Bill salió de la cama, ahora podía observar ese sobrio lugar, una cama con mantas azules, al lado una mesita de noche con una lámpara y el teléfono puesto ahí, en la pared un ropero de madera, una silla al lado, una ventana y al frente la puerta de madera. Sobre la silla estaba el pedazo de cartulina plastificada con su nombre escrito. Se le hizo muy curioso, así que se acercó para tomarlo. 

—¿Salí de aquí? Esto es tremendamente loco. 

Lo tomó con algo de temor sintiéndolo extrañamente delgado, como un plástico y no como papel cartulina, sus ojos se abrieron en cuanto lo vio brillar cual sol y absorberlo sin poder alejarse. Ahogó un grito y sintió temor. 

Era absorbido por el póster y se quedó ahí. Dentro de él.

Póster raro que adsorbe a Bill. Veremos qué más pasa. Los quiero *.*~