lunes, 27 de agosto de 2012

Polizón - V

Hola a todos, siguiendo con este fic dejo otro capítulo más. Pongo un regalo que me lo dio Tiffany TwcLover Muchas gracias a ella por tan lindo presente *-*


Tom despertó primero y aún no amanecía. Despertó porque había un peso en su pecho que no le dejaba respirar bien, era la cabeza de Bill quien dormía plácidamente sobre él. Estiró una mano tomando sus cabellos negros en ella, peinándolo con sus dedos, aquel chico seguía durmiendo y de vez en cuando se movía y suspiraba acomodándose más sobre él, Tom sonrió ante eso, hace tanto que no tenía una compañía así de cercana, se puso a pensar si realmente había tenido a alguien así, durmiendo en su pecho al cual le haya confesado sentimientos aunque no hayan sido con palabras más intensas. Pues no, él no tuvo tiempo para enamorarse. 

Hacía un año, en el barco, subió una familia algo refinada. Él seguía con el trabajo agotador de siempre. Pero una tarde, la hija refinada de esta familia se le acercó mientras él limpiaba los botes salvavidas. Ella parecía interesada así que luego de algunos días terminaron encamándose en un cuarto del almacén. Aquello para Tom había sido especial, esa jovencita no era una prostituta con las que solía pasar en América cuando tenía día libre lejos del mar, la jovencita era de familia, quién sabe y él pudo haber iniciado una con ella si otras hubieran sido las circunstancias. Pero el padre de ella se la llevaba a América para hacerla casar, su hija de apenas dieciocho tenía un partido esperándola allá y Tom no tenía ni dónde caerse muerto, simplemente dejó pasar el tiempo. Un día aquella jovencita le regaló una hermosa muñeca de porcelana, con rizos rubios como ella tenía y le dijo que eso era para que la recordara por siempre… Tom se la recibió con una sonrisa y aunque él no tenía nada para darle, simplemente le sonrió, por fuera aparentaba estar bien, pero cuando el barco llegó a Boston, la vio irse junto a sus padres, se despidió con la mano mientras bajaba de aquel barco. Tom le sonrió solo hasta cuando ella dejó de verlo, después de eso juró nunca más ligarse a alguien sabiendo que se iría. Tomó la muñeca y la metió en una caja junto a cartas de su mamá en Inglaterra. Él no sacaría nada de ese armario, y así fue. 

Y ahora tenía a este jovencito hermoso que prácticamente dependía de él, ¿qué debía hacer? Ayer por la noche le había confesado que le gustaba, Tom no pensó que aquel pequeño le correspondería, se supone que debía rechazarlo y discutir un poco, pero no lo hizo, ahora lo tenía ahí pegado más y cada que quería empujarlo un poco el pequeño gimoteaba acomodándose mejor. Tom dejó de querer librarse, lo abrazó y le sobó la espalda. 

Sus ojos se cerraban otra vez, pero los rayos de la mañana entraban por la ventana sobre su puerta, debía despertar. 

Bill abrió los ojos y al percatarse que estaba recostado casi sobre Tom reaccionó rápido, recostándose a su lado, musitando un inaudible “lo siento”. 

—Ya, no te preocupes. —Tom se sentó en la cama dándole la espalda. Bill se arrodilló en la cama y se le acercó algo tímido. 

—Buenos días Tom —susurró cerca del oído para luego apoyar su barbilla sobre su hombro buscando alguna reacción de parte del otro. 

Tom se tensó un poco, pero las manos del pelinegro acariciaron su espalda dulcemente, Tom sonrió de lado para verlo. Tan agraciado el otro siendo la mañana, con sus cabellos azabaches casi en su rostro, le sonreía tímido, esperanzado, buscando contacto. Tom estiró una mano para tomar su nuca y le plantó un beso corto en sus labios. Que lindo empezar el día así. 

—Buenos días —le saludó cerca de sus labios y Bill le abrazó, Tom no lo rechazaba, no había sido un sueño lo de la noche anterior—. Otra semana, Bill… hoy no vendré en la noche, debo vigilar el mar junto al capitán. 

—Pero… —Una mueca de angustia apareció en su rostro, Tom sonrió. 

—Tranquilo, ahora en la mañana debo reportarme, luego tendré libre toda la tarde para descansar y así estar bien en la noche, estaré aquí con algo de comer dentro de poco y ya sabes que tienes que hacer. —Bill asintió. 

—Gracias… —Lo miró sincero, y a Tom le provocó tocarlo, así que tomó su mano y se la besó en un gesto de quererlo, algo que nunca había hecho, Bill se sonrojó y sonrió nervioso, suspirando. 

—Regreso. —Y se levantó de ahí para entrar al baño y terminar de alistarse. 

Bill se quedó en la cama, dormir hasta tarde era muy placentero, esperaría por Tom. 

*** 

Tom detestaba el trabajo bajo presión, pero como era el día de cambio de turno el capitán le pasaba algunas cosas. 

—Tom. —Andreas lo llamó y éste lo encaró, estaban en el comedor desayunando—. Ayer pasé por tu habitación muy de noche. —Tom se sobresaltó un poco, pero trató de disimular—, tenías la luz del lamparín encendida, ya sabes lo que el capitán piensa de ello… —Tom frunció el ceño, él pagaba una cuota para el agua y el aceite de las lámparas. 

—Aishh… lo tendré en cuenta —dijo no queriendo seguir con el tema. 

—Hoy te toca turno, así que ahorrarás aceite. —Le sonrió. Tom cogió muchos panecillos y se los guardó en la chaqueta, Andreas no se percató de eso, pero se quedó extrañado de lo mucho que Tom comenzaba a comer. Comenzó a sospechar. 

Tom acompañó al capitán siguiendo sus órdenes, no le hacía trabajar pesado puesto que no dormiría toda la tarde y luego dejó que fuera a la cocina para almorzar algo para así poder irse a descansar y salir en la noche. Allá en la cocina tomó algunas verduras y las guardó en su chaqueta. 

Prácticamente era un hombre lleno de comida, regresó a su cuarto y entró con cuidado, cerrándolo con cerrojo, Bill no estaba a la vista, éste se aseaba en el baño, había dormido toda la mañana. 

—¿Bill? —El pequeño lo escuchó y se emocionó, estaba semidesnudo lavando su ropa en una tina, y es que ya tenía días con lo mismo, había cogido una camisa grande de Tom y se lo puso esperando que éste no se molestara y así abrió la puerta del baño, se quedó observando la expresión de Tom, como lo hace un perrito moviendo la cola tímidamente, esperando alguna reacción—. ¿Qué haces con eso? —cuestionó algo extrañado. 

—Perdón… pero quería lavar algo de ropa. —Y es que estas ya ni olían bien. 

—Oh, claro. 

—¿Puedo quedarme con esto? —Se refería a la camisa— Luego lo lavaré y te lo regresaré cuando mi ropa esté seca. —Tom comprendió y asintió 

—Descuida, pequeño, esa camisa no la necesito, puedes quedártela. —Bill sonrió emocionado, agradecido—. Ven aquí. —Extendió su mano y Bill fue con él comenzando a ponerse nervioso—. Hoy pude traerte más comida. 

—Gracias… 

Se sentó en la silla y Tom sacó todo lo que tenía en varios de sus bolsillos poniéndolo en un platillo en la mesa, a Bill se le hizo agua a la boca aunque sean pedazos de pan, se los comió tan rápido y Tom le pasó un vaso de agua. 

Por fuera parecía silencioso y poco expresivo, pero por dentro, estaba satisfecho de por fin poder darle algo de comer al polizón, y verlo contento, lucía frágil y él deseaba protegerlo. Sabía que se metía en problemas, pero ya estaba en ellos, no había marcha atrás. 

El polizón suspiraba satisfecho, dejando el plato totalmente vacío, Tom se recostó en la cama. 

—Bueno, ahora voy a descansar un poco, deberé salir al anochecer. 

—Entiendo —habló el pequeño limpiando la mesita y luego fue a la cama, se arrodilló ahí mirando a Tom—. ¿Desea algo? —ofreció; Tom le sonrió, el polizón estaba muy servicial… 

—A ti —probó él para ver cómo reaccionaba y el otro no reaccionó, se quedó quieto con sus manos apoyadas en sus muslos, sintiendo sus mejillas arder. 

—Oh… —No sabía qué decirle y Tom rió un poco, entonces Bill se relajó—. Entonces venga por mí. —Tom se tornó algo serio, y no es porque estuviese molesto, solo se le quedó mirando, viendo sinceridad en el otro. 

—¿Sabes lo que pides? —Bill lo miraba rojo de vergüenza y aún así asintió—. No polizón, no sabes… —Se sentó en la cama encarándolo, al parecer a Tom le gustaba observar cada una de sus inocentes reacciones. Alzó una mano y acarició su rostro, Bill cerró sus ojos dejándose llevar—. Bill… —éste abrió la boca un poco. 

—Béseme ya… por qué no lo hace. —Luego de decir eso, en un susurro prácticamente, Tom se precipitó sobre él, cayendo Bill de espaldas a la cama. Abrió los ojos algo asustado, Tom estaba acomodándose encima de él y lo besaba de una manera diferente. Eso lo agitó, pero luego se dejó llevar, cerrando sus ojos otra vez y llevando sus temblorosas manos al cuello del otro. 

Segundos en los cuales se sentía florar en una nube, donde su estómago se contraía en sensaciones agradables e intensas. Todo aquello no pasaba desapercibido por Tom, le sentía vibrar y temblar. Se separó de él solo para acomodarse en la cama, le acariciaba el rostro y Bill le sonreía complacido, tratando de confiar en Tom. 

—¿Te gusta? —preguntó Tom y Bill asintió. Otro beso más en sus labios, Bill no quería que sea la noche y lo vea salir de la habitación… Quería estar mucho tiempo así, sintiendo ese calor, esas caricias. 

Pronto ya Tom tenía sus manos metidas por debajo de la camisa crema que Bill llevaba puesta, sus piernas estaban descubiertas y solo tenía sus calzoncillos, comenzó a agitarse por todo aquello, en cambio Tom, él no quería desistir, buscaba más de Bill. 

—Tom, ahh… —gimió algo asustado por las manos del otro en su piel, tocaba sus costados y luego su pecho agitado, le sonreía atrevido—. No soy una mujer… —dijo imaginando las intenciones del otro por tomarlo esa misma tarde, era imborrable esas ganas que Tom tenía. 

—Lo sé… —dijo para volver a besarlo. Ahora tomaba sus muñecas y las aprisionaba en la cama, Bill se agitaba otra vez, pero se dejó—. Así Polizón… 

Los minutos pasaban y Tom se posicionó entre sus piernas comenzando a moverse en un vaivén erótico que hizo gemir a Bill. Nunca antes había emitido tales sonidos, Tom intentaba acallarlos con besos más prolongados. Metió una de sus manos dentro de la ropa interior del otro y lo acarició de tal manera hasta sentir todo su cuerpo temblar bajo en suyo. 

Una corriente agradable le sacudió al pequeño y se corrió gimiendo y estremeciéndose de gusto. Cerró sus ojos suspirando hondamente, eso había sido intenso, se sentía relajado y Tom aún seguía acariciándolo y dándole pequeños besos. Se quedó ahí pensando cuánto le podía gustar un chico, y es que Bill era bonito, irradiaba una ternura e inocencia única. 

Luego de darle algo de tranquilidad, Tom volvió a moverse sobre Bill, él aún no había acabado. 

—Tomi… —dijo el otro sintiendo como Tom daba contra su cuerpo una y otra vez, así que prefirió cerrar sus ojos dejándose simplemente. 

—Argg… —Con un gruñido logró correrse, se levantó de sobre Bill y fue al baño. El pequeño se quedó ahí con una sonrisa en sus labios. 

Había dormido horas, había comido y Tom lo había acariciado, ¿qué más podía pedir? Solo que Tom regresara del baño y se recostara junto a él, y así fue. 

—Oh, Polizón… ¿cómo trabajaré ahora? —preguntó con una sonrisa, Bill rió y se recostó a su lado. 

—Tom… —Éste le miró— ¿Qué pasaría si me atrapan? —preguntó con temor. Tom se quedó en silencio imaginándose aquello. 

—No pasará, ya te dije que debes ser silencioso. 

—Lo soy, trato. Pero si uno de estos días… ya sabes, algo pasara. 

—Te tirarían por la borda, lo sabes, ¿qué preguntas son esas? —Se alteró un poco y Bill se puso nervioso. 

—Pues… —Se mordió el labio—. ¿No harías algo por mí? —En realidad Bill deseaba saber hasta dónde él otro sería capaz de hacer por él. No se le ocurrió otra forma de averiguarlo. 

—No haría nada porque no podría. —Lo miró algo serio—. Por eso te digo, silencio total. 

—Lo sé… —se recostó totalmente mirando hacia el techo, suspiró. No tenía más preguntas. 

—Igual no te veré más, Bill —habló serio—. Te quedarás en América… y yo aquí. —Bill apretó los labios pensando aquello, era verdad. 

—Lo sé… 

—Sí, entonces… Pasémosla bien. —Trató de romper esa tensión, pero no obtuvo respuesta, miró a su costado, Bill estaba estático ahí—. ¿No la estás pasando bien? —Le codeó y Bill lo miró algo apenado. 

—Sí… —contestó un poco ido. 

Tom suspiró, algo pasaba, Bill no lucía cómodo—. Debo descansar, polizón… Las noches son frías y no vale dormirse. 

—Sí. 

—Hablamos al rato —diciendo eso le dio la espalda para descansar… Aún era la tarde. 

Bill lo abrazó y cerró los ojos también, aquello último vivido lo había cansado. De todas maneras, dormir junto a alguien era agradable que pasarla solo. 

Algunas horas pasaron y alguien tocó la puerta. 

—¡Tom! —llamó Georg, uno de sus compañeros—. Estoy yendo a dormir, te toca salir. 

Tom se puso en alerta y se levantó cubriendo a Bill con sus mantas, éste guardaba silencio total. 

—¡Ya va! —gritó sin abrirle la puerta, escuchó que Georg se había ido y enfocó su vista en la del otro—. Lo oíste, ya debo irme. —Bill se sentó en la cama viendo como él se alistaba. 

—Entonces, ¿no te veré hasta mañana en la mañana? 

—Exactamente —respondió serio, Bill comenzó a agitarse un poco—. Ya regreso. —Se le acercó y besó sus labios en un beso pequeño. 

Bill suspiró prolongado al verle salir de la habitación. No debía ilusionarse, no debía pensar en él que después no lo vería. Debía pisar tierra… Bueno, aún no pisaría tierra, pero tener presente que no debía ligarse mucho a Tom. 

*** 

Hacía frío en alta mar, Tom miraba aquel gélido líquido, debía observar el mar por horas y así reportar alguna cosa extraña. Tenía en manos una bebida caliente, estaba en una especie de torre titiritando del frío, Andreas estaba con él, era su último día en el turno de noche. 

—Tom —llamó algo incómodo, éste le dio la cara bebiendo su taza de mate—. Escuché cosas… —dijo como quien cuenta una historia de terror, Tom se atoró y dejó de beber. 

—¿Qué cosas? —Andreas puso mala cara. 

—Sé dónde está el polizón. —Tom lo miró extrañado, se alejó de él por un momento. 

—No sé de qué hablas. —Andreas le sonrió de lado. 

—¿Hacemos un trato? —Tom frunció el ceño. 

—No sé de qué mierda hablas —habló un poco airado, Andreas rió. 

—Pasé por tu habitación en la tarde y cuando estuve por tocarte la puerta escuché algo… —Tom enmudeció, de noche hablaba con Bill y nadie podía escucharlo, pero de día era otra cosa—. “Te gusta, Polizón” y luego alguien gimió, se ve que la estás pasando bien. 

—Andreas. —Tom lo cogió de la chaqueta y lo miró furioso a los ojos—, puedo lanzarte al mar ahora mismo, tú no has oído nada, ¿escuchaste bien? ¡Nada! 

—Tranquilo… —Trató de librarse—. Claro que no escuché nada… bueno, si hacemos un trato no escuché nada. 

—¿Qué trato? —Andreas sonrió. 

—Quiero verlo y… disfrutar como tú. —Tom sintió una corriente pasarle por el cuerpo hasta ponerle la cara roja de la cólera. 

—¡No! No entiendes, no tengo a nadie ahí. —Quiso rectificarse fuera de tiempo, Andreas rió y Tom sintió angustia. 

*** 

El amanecer había llegado, Andreas ya no era más su amigo, Tom estaba abajo en la cubierta caminando cerca al capitán, no quería ver a Andreas, comenzaba a frustrarse y tenía un fuerte dolor de cabeza. 

—Tom —habló el capitán—, anda a la cocina, come algo y luego ve a descansar, luces terrible. 

—A sus órdenes. 

Salió de ahí y fue a la cocina, aún miraba a sus espaldas por si Andreas lo seguía. Los cocineros no se percataron que comenzaba a llevar provisiones para Bill. Desayunó velozmente y luego fue a su habitación, encontrando a Andreas en la puerta cruzando de brazos y con una sonrisa pillina. 

—¿Y Bien?, quiero verlo —dijo amenazante. 

—Largo de mi cuarto, no tengo a nadie aquí, ¿quieres ver? —Comenzó a abrir el candado con las manos temblorosas—. Anda, pasa y revisa. 

Tom temblaba cerca de la puerta mientras Andreas entraba y miraba a todos lados, ningún movimiento, abrió la puerta del baño y no había nadie y luego salió de ahí para buscar dentro de su ropero. 

—Eres de lo peor, Andreas —dijo amargo—. Voy a darte una paliza por rebuscar mis cosas. 

—Espera… —lo encaró alzando una mano y luego su vista descendió hacia la cama, se arrodilló para ver debajo de ésta. 

—¡Largo! —gritó angustiado jalando a Andreas, éste solo pudo alzar la manta y divisar apenas, debajo de la cama habían algunas cajas, eso nada más alcanzó a ver puesto que Tom lo jalaba de sus cabellos. 

Lo arrastró fuera de su cuarto y lo empujó contra la pared mirándolo a los ojos. 

—Quiero que te alejes de mí, mantén tu distancia, ¿escuchaste? Si te vuelvo a ver rondando te tiraré por la borda, entrometido. —Andreas le sonrió. 

—Veremos a quien tiran antes. 

—¡Grr! —Lo sacudió y soltó para después entrar en su habitación y cerrarla con llave. 

Caminó hacia su cama y se sentó ahí. Un movimiento de debajo de la cama le indicó que Bill salía. 

—Lo siento, Tom —susurró muy bajito para luego abrazarlo. 

—No me toques, no ahora. —Estaba airado y no quería hacerle daño, Bill se sentó a su lado en silencio total—. Ya saben que estás aquí… Andreas no se quedará callado —susurró. 

—Prometo no hablar fuerte nunca más. —Extendió una mano para tocar el brazo de Tom—. Gracias por no delatarme. 

Tom no podía, no lo haría. Le encaró y tomó su rostro. Comenzó a preocuparse, él haría mucho por ese pequeño, lamentablemente había descubierto eso y faltaba menos de dos semanas para llegar. 

Acercándose a él lo besó, eso era lo que Bill necesitaba en ese momento, rodeó su cuello con sus largos brazos y cerró los ojos perdiéndose en aquel suave beso, esperando ese día más que solo eso…

¿Qué más pasará? ¿Andreas será un peligro? >:3 lo veremos en los siguientes capítulos.

8 comentarios:

  1. *¬*'.!
    Pero que cosa tan mas hermosa *ww*'.!
    Bill debe ser mas calladito para esas cosas tan intimas >n<!
    Woaaa! Que por ello tambien Andreas quiere probar!. Pero que se cree ah? Si sera puerco XDD!
    Pink'.! Gracias por subir Capitulo hoy! ñ.ñ
    Sabia que lo harias *ww*. Buaaaano en fin *ww*.!
    Saludos :33 Cuidate baby :33

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    1. hallo <3 ¿qué cosa tan más hermosa? awww~ *.* y XDD pobre Bill, él no es muy callado para esas cosas y eso le costará u.u
      quizá mañana suba~ de hecho quiero subir todos los que tengo de una buena vez XD pero veremos, no es fácil porque quiero editarlos.
      Besos <3

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  2. Te agradezco que lo hayas subido hoy Pink :3, pobre Polizon! Que se cree ese Andreasn sera %@±$%€%&$, amooo a Tom!! Se nota como quiere cuidar a su Polizon!! Ya quiero ver que pasa! Ojala ese Andreas no abra su bocota! >_<

    Nos leemos pronto.. :)



    MEOWWWWWW!!!! :'3

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    1. Hallo <3 trataré de subir seguido :3 y bueno, Tom empieza a gustar mucho del pequeño polizón.
      Andreas~ será como una piedra en el zapato >:3 veremos
      besos y hasta pronto *-*

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  3. :3 Bill es extremadamente tierno en Polizón :3 awww me da mucha ternura! ^^

    Andreas ¬¬ es muy odioso...

    y Tom esta siendo un total Amor!.. :D
    tan lindo!

    "—Pues… —se mordió el labio—. ¿No harías algo por mí? —En realidad Bill deseaba saber hasta dónde él otro sería capaz de hacer por él. No se le ocurrió otra forma de averiguarlo.

    —No haría nada porque no podría. —Lo miró algo serio—. Por eso te digo, silencio total".
    yo sé que Tom no se quedaría de brazos cruzados... :)

    cuidate! küsses!
    Criis.

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    1. Hallo<3 sí, bueno, es que es bastante jovencito, no le queda otra que ser tierno.
      Penaste bien~ Tom no se quedará de brazos cruzados, creo que está enamorado~
      Besitos <3

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  4. Oh dios, juro qe cuando lei esto:

    "—Pasé por tu habitación en la tarde y cuando estuve por tocarte la puerta escuché algo… —Tom enmudeció, de noche hablaba con Bill y nadie podía escucharlo, pero de día era otra cosa—. “Te gusta, Polizón” y luego alguien gimió, se ve que la estás pasando bien.


    —Andreas. —Tom lo cogió de la chaqueta y lo miró furioso a los ojos—, puedo lanzarte al mar ahora mismo, tú no has oído nada, ¿escuchaste bien? ¡Nada!


    —Tranquilo… —Trató de librarse—. Claro que no escuché nada… bueno, si hacemos un trato no escuché nada.


    —¿Qué trato? —Andreas sonrió.


    —Quiero verlo y… disfrutar como tú. —Tom sintió una corriente pasarle por el cuerpo hasta ponerle la cara roja de la cólera."

    me dio un escalofriooo!! siguela pink, me dejaste intrigada xD

    att: wajillo

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    1. Wajillo <3 hahaha pues sí, el peligro siempre ronda u_u veremos y logran salir airosos o no.
      Besitos y gracias por comentar <3

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