Adultez - 4

Hola a todos *-*~ lamento demorar, quizá es mejor así ya que en mayo mi vida cambiará drasticamente que quizá no tenga nada de tiempo, o no lo sé, este 12 lo estaré anunciando. Pero bueno, espero disfruten de este capítulo que se llama "Nidos".

Bill seguía dormido en la cama y su cabello negro cautivaba a Tom quien lo observaba a las seis de la mañana, hora que debía levantarse para alistarse e irse a trabajar, pero tenía una pesadez única ese día, no quería pensar en el trabajo.

Vio que Bill movía sus labios y sus ojos debajo de sus párpados cerrados, aunque seguía dormido, parecía inquieto, quizá soñaba algo, así que le dio un beso en su mejilla y el menor suspiró, pero luego frunció el ceño, eso inquietó mucho a Tom.

—Profesor… hum… —susurró en su sueño y luego vio cómo hacía puños con sus manos.

Tom se sentó en la cama comenzando a preocuparse. Por una parte quería despertarlo y sacudirlo para encararle por qué mencionaba a ese tipo, pero por otro lado se puso a pensar en el porqué de esa mención y tuvo un cierto temor debido a lo que sentía en esos momentos. ¿Acaso se estaba enamorando de Bill? Tom se sentía que estaba enamorado porque nunca antes había sentido ese sentimiento, solo creía que Bill era suyo y esa sensación de posesión le infundían los celos que sentía, pero no el amor.

Ese momento duró poco. Se había molestado con la mención de ese nombre que tenía ganas de ir a buscar a ese profesor y encararle que Bill era su novio y que no se metiera entre los dos, pero luego recordó que casi no tenía tiempo para eso.

Salió de la cama ofuscado y molesto, ahora no sabía cómo iba a mirar a Bill luego, pero lo que sabía era que esa mención del nombre lo había incomodado tremendamente.

No desayunó, aún no habían comprado lo que comerían en la semana, así que simplemente salió del departamento cuando el reloj le marcó las siete y media.

Bill terminaba de soñar muchas escenas raras de Tom y Jared, estaba molesto por tener que soñar eso luego de haber estado tan bien con Tom, así que cuando despertó, suspiró pesadamente, sabía que todo se debía a ese extraño beso en su mejilla que lo había confundido y el pensamiento de que Jared sería un buen amante, pero tenía a Tom y no solo lo tenía sino que lo amaba.

Sonrió sentándose en la cama al recordar lo de anoche y su vientre dolió de la emoción, sin duda el sexo había sido mejor que la primera vez, le había encantado sentirse cubierto por Tom en tan íntimo vaivén que le hizo sonreír la idea de hacerlo todas las noches en adelante.

~*~

Tom llegaba al trabajo y se adentraba a la oficina de Vicky. Ella estaba sentada y le indicó con la vista tomar asiento en su escritorio.

—Llegas tarde —reclamó y Tom evitaba verla a los ojos—. Mírame cuando te hablo —la miró—. Bien, tengo trabajo para ti…

—Si es lo que me corresponde hacer, lo haré. —Ella rió un poco ante eso.

—No me vengas con esas cosas, harás lo que te digo…

Minutos después Tom estaba en el auto de la empresa rumbo al hospital con una consigna específica que no tenía nada que ver con repartir y promocionar los medicamentos.

Llegó al hospital donde sus padres trabajaban pero fue directo a la oficina del doctor Harry, un rubio hombre alto que había denunciado a la empresa por vender los medicamentos al precio que no era y Tom estaba implicado.

—Oh, eres tú, pero ya hablé contigo, Tom —dijo frío.

—No vengo en mi nombre, vengo en nombre de Vicky —habló con pesadez y vio el rostro del hombre mayor transformarse en una mueca de incomodidad—. Quiere que sepa que no dará su brazo a torcer, que…

—Mira niño, no sé qué es lo que pretende, pero a mí no va a venir con sus mensajes estúpidos; que se quede con su hija, se demostró que no es nada mío y no tendrá nada mío, dile eso.

—Disculpe doctor Harry, esta situación me incomoda más a mí que a usted.

—Tom, busca a tus padres, ellos podrían sacarte muy rápido de ese lío, yo no quitaré la denuncia, el proceso seguirá hasta sancionar a Vicky, quiero que la saquen de ese puesto…

—Doctor, ella no tiene la culpa, fui yo el responsable, vendí esas medicinas por otra causa. Y no, no me pida contar con mis padres.

El doctor se quedó un poco extrañado ante esa confesión, pero luego Tom salió de ahí.

Caminando por el pasillo, su madre lo vio y fue con él, Tom evitó verla o querer saludarla, pero ella tomó su brazo para mirarlo a los ojos.

—Tom, ¿estás bien? —Como la madre que era podía percibir que algo no andaba bien, quizá era la forma distinta que tenía en su caminar, arrastraba el paso y estaba medio encorvado, su hijo no era así.

—¿Qué quieres? —respondió arisco.

—Algo te pasa, ¿seguro que no necesitas dinero? —Su madre creía que eso era lo que siempre le afectaba, si no tenía un auto lujoso, si no tenía buena ropa qué vestir o relojes de oro, pero Tom ya no se sentía ese Tom caprichoso de antes, estaba arruinado por otras causas.

Miró a su madre a los ojos y no supo qué decir. Sintió una caricia en su brazo, Dunja estaba desesperada por ver su semblante, esas ojeras, sus labios formando una mueca de tristeza y el brillo de sus ojos…

—¿Por qué siempre crees que todo lo que necesito es dinero? —preguntó serio.

—No sé, es que te has mudado con ese niñero pobre y… —Ella prefirió callar al ver su mueca de disgusto—. Disculpa, yo solo me preocupo por ti.

Tom suspiró sintiendo que iba a explotar, su cabeza le dolía y la sola idea de regresar a la oficina y ver a Vicky para tener que informarle que su plan no había resultado le pesaba mucho porque presentía que ella se desquitaría con él de alguna manera.

—Mamá, debo irme…

—Espera, si en algo puedo ayudar, solo tienes que decirme.

Eso sería difícil pues Tom no confiaba en nadie. Titubeó por un momento, pero sentía un horrendo nudo en la garganta que quería dejar salir, sin embargo, su orgullo era más grande que sus ganas de pedir ayuda, así que se zafó de su madre y salió de ahí.

Dunja se quedó intrigada, pero lo había visto salir de la oficina de uno de sus colegas y como la madre que era, curiosa y entrometida, caminó hacia el lugar y entró sin ser invitada.

El doctor Harry tenía un paciente, pero al ver a Dunja se detuvo y supuso que ella ya sabía todo el asunto de la demanda.

—Permíteme un momento —le dijo a ella pues su ética le decía que no debía dejar a su paciente sin atención o explicación. Dunja salió del consultorio y se quedó esperando en la puerta algunos minutos en los que pensaba que Tom estaba siendo imprudente o se estaba metiendo en algún lío.

Cuando fue tiempo, el doctor la dejó pasar otra vez y Dunja se cruzó de brazos esperando que él dijera algo pues ella pudo intuir que él sospechaba del porqué ella estaba ahí.

—Así que tu hijo te contó…

—Sí —dijo rápido.

—Yo no quería demandarlo, la cosa no es con él, es con la empresa y no deseo dar explicación, ustedes pueden usar sus influencias para librarlo de todo, estoy de acuerdo con eso, pero quiero la indemnización, quiero que la empresa pague.

—¡Qué! —Dunja no lo podía creer, ahora lo sabía todo y el doctor Harry abrió los ojos de la sorpresa. Sabía que Dunja no lo dejaría en paz por ese día y así fue, ella se quedó por mucho en la oficina, discutiendo con su colega, pero cuando quiso llamar a la empresa para hablar con Vicky directamente el doctor se lo impidió.

—Te diré una cosa que no sabes, Vicky es de las personas más despreciables que hayas podido conocer, ten cuidado, te lo advierto como colega que soy, no te metas con ella.

—Será mejor que quites esa demanda, Harry, no puedo creer que nos traiciones así, es mi hijo.

—Para librar a tu hijo solo tienes que sacarlo de ahí, asesorarlo con un buen abogado y listo, yo no quiero que él salga perjudicado, en sí la culpa lo tiene Vicky, son los productos de ella más que todo. —Para Harry todo era así de sencillo. Dunja estaba indignada y salió muy rápido de ahí, iría a la oficina de su esposo a decirle lo acontecido, porque era él quien tenía contactos.

~*~

Simone al fin conocía el departamento de su hijo y al igual que él estaba de acuerdo con ambientarlo un poco y personalizarlo.

—¿Todo bien con Tom? Aún tu padre no sabe de esto, no lo verá con buenos ojos.

—Lo sé, no pienso decirlo, sé lo que me dirá, además no me creerá capaz de poder independizarme así, siempre quiso controlar mi vida.

Simone suspiró mientras le ayudaba a acomodar las cosas en la cocina pequeña, estaba casi segura que Jörg discreparía en esto de la convivencia, ella en parte desconfiaba de Tom, de sus intenciones, pero no había forma de hacer retroceder o cambiar de idea a Bill, y ella decidió apoyarlo.

Era ya la tarde y debía terminar con los arreglos del departamento para centrar en la compra de sus nuevos libros y todo lo concerniente a la universidad, empezaría la próxima semana y debía estar preparado.

Simone, como toda buena madre, se quedó esa tarde, saliendo y entrando del departamento llevando cosas, estaba gastando un pequeño ahorro, pero su hijo lo valía. Ya su departamento tenía unas bonitas cortinas, las compras de la comida estaba muy bien guardada en la alacena pequeña y su habitación contaba con una suave alfombra.

—¿A qué hora viene Tom? —preguntó Simone luego de arreglar la salita, Bill estaba sentado en el sofá con su laptop buscando libros para comprar, lamentablemente debía comprarlos usados pues los nuevos costaban muy caro.

—En la noche —contestó mirando su laptop.

—Bien, creo que es hora de irme. —Bill la miró y cerró su computadora para acercarse a ella y darle un abrazo de esos que hacía tiempo no se lo daba. Simone suspiró evitando sentirse triste, lo extrañaría, le parecía muy pronto para que su niño (ahora adulto) la dejara, pero así era la vida, todos los hijos universitarios dejaban a sus padres para volar, aunque Bill no solo volaba sino también formaba un nido.

La puerta sonó y ambos se miraron un poco extrañados y es que Tom tenía llave, ¿quién podría ser? Ninguna de sus amistades sabía la dirección…

Bill se preocupó sin embargo, se apresuró en abrir y cuando lo hizo se topó con la rubia mujer vestida de blanco, la mamá de Tom, la señora Dunja, alta, maquillada y prepotente como siempre.

—Señora Dunja —dijo sorprendido, ella estaba seria.

—¿Puedo pasar?

—Oh, sí… —titubeó y Dunja pasó mirando todo con crítica hasta que se topó con Simone, una mujer simple de cabello castaño, vestida de jean y una camiseta floreada—. Señora Dunja, ella es mi madre Simone… —Simone se levantó del sofá y se acercó para saludar, podía darse cuenta que era la madre de Tom pues tenía un parecido—. Mamá, ella es Dunja, madre de Tom.

Las dos señoras se saludaron superficialmente.

—Tuve que venir porque quiero hablar seriamente contigo. —Ese tono que usó con Bill incomodó a Simone quien se cruzó de brazos y miró fijamente a la otra señora.

—Dígame…

—Tom está en problemas, no sé si lo sabes o no, pero hoy me enteré que está en un lío en el trabajo y se debe a la venta de unas medicinas.

Bill no lo entendía, pero se puso frío ante el relato de Dunja, decía que Tom podría ir a la cárcel, que estaba siendo procesado por esa acusación y que su jefa tenía que ver. Simone se llevó las manos a la boca, hilando la información con la maleta de medicamentos que le había donado, casi no lo podía creer.

—Señora Dunja, su hijo fue bondadoso en donarme medicamentos de esa empresa para una noble causa… —dijo angustiada, pero Dunja lo tomó mal.

—Hizo mal en aceptarlo, las donaciones que son de una empresa vienen con un documento de la misma o algo que certifique la donación o podría considerarse robo, debió haberlo sabido. Ahora comprendo por qué se metió en ese lío.

Las dos mujeres comenzaron a hablar no muy amistosamente, pero mientras ellas discutían ese hecho, Bill se sentía morir… Tom no confiaba en él, ¿qué estaba esperando?

—¿Y qué sugiere? No puede venir aquí y reclamar, debemos ayudar a Tom —dijo Simone y Dunja se calmó un poco.

—Solo vine por Tom, solo quiero decirle que lo sé todo y que lo ayudaré.

—Pues hace bien ya que Bill y yo lo apoyaremos también, en lo que podamos.

~*~

Tom se sentía sucio, muy sucio por tener que estar en casa de Vicky otra vez y en similares circunstancias que la anterior, solo que esta vez se defendió usando su fuerza y terminó por botarla de la cama.

—¡Sabes lo que puede costarte!

—Solo quiero que sepas que todo tiene un límite, llegaste al mío, adelante, demándame, haz lo que te venga en gana, soy libre de hacer lo que quiero.

—Pues esa libertad te durará poco.

Se levantó del suelo y le dio la espalda. Tom buscó sus ropas comenzando a vestirse muy rápido, quería escapar, correr hacia el pequeño departamento lleno de cosas, pero lleno de Bill también, perderse en la noche sin importar si sería su última noche o no, pero quería sentir la libertad de poder hacer lo que mejor le venga en gana.

Fue hacia la puerta y escuchó a Vicky hablar por teléfono diciendo que Tom sería procesado por perjudicar a la empresa y que ella tenía las pruebas suficientes. Pero Tom no se detuvo, la dejó hablando, total, si su destino estaba trazado, que sea así.

Casi corrió saliendo de ese lugar y se subió a su moto manejando hacia su nido.

Su corazón latía tanto y el miedo le hacía titiritar, la espalda le dolía no más que su cabeza, pero por otra parte una especie de alivio le daba la fuerza suficiente para escapar, esa fuerza era saber que hacía bien, que hizo bien y que no cometería más errores similares.

No sabía si iba a tener el valor o no de poder decírselo a Bill, pero estaba seguro de que no retrocedería.

Llegó al departamento y maldijo por lo bajo cuando vio el auto de su mamá estacionado en la calle. Corrió escaleras arriba pues temía que le estuviera reclamando alguna cosa a Bill, pero cuando llegó a su casa y abrió la puerta, Bill corrió hacia él y lo abrazó de una forma que nunca antes había sentido.

Desesperado, temblando, al borde del llanto, se colgaba del cuello de Tom y no quería soltarlo. —¿Qué tengo que hacer para que confíes en mí? —reclamó Bill en un susurro.

Dunja se incomodó un poco, sin embargo, luego de un momento, se sintió enternecida por el gesto del niñero, de todas formas parecía quererlo mucho y quizá por ese cariño su hijo había madurado un poco.

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo supiste que vivo aquí? —preguntó Tom a su mamá luego de que Bill lo soltara.

—Lo sé todo, Tom y tuve que ingeniármelas, ayer dejaste una nota en la casa, se te cayó y era esta dirección, tenía que constatarlo de paso decirte que hablé con el doctor Harry y me contó el asunto, ¿por qué no confías en tu familia? —Tom bajó la cabeza, se sentía abrumado.

—Hijo —dijo Simone—. Tienes un noble corazón para haber donado medicinas y cargar con las consecuencias tú solo, pero estamos aquí para ayudarte.

Bill volvió a acercársele y entrelazó su mano, mirándolo con amor. Tom no sabía cómo sentirse, pero esa noche se sentó en el sofá al lado de su madre, una Dunja recriminadora, pero de todas formas era su mamá y lo quería ayudar, a su frente estaba Bill mirándolo fijamente con esos ojos hermosos llenos de comprensión y en la cocina Simone alistaba unos platillos de alguna comida para la cena.

—Ella… ella se encargará de hundirme, hoy me lo dijo —comenzó a contar parte de la historia por presión de los presentes.

Dunja reaccionó mal y es que ella era una mujer de carácter, Tom estaba acostumbrado a verla así, gritando y arremetiendo contra él, pero luego tuvo que hacerla callar pues estaba en su departamento.

—Duerme tranquilo que no tienes que temer —dijo Simone—. Oíste a tu mamá, hay soluciones.

Tom suspiraba tratando de relajarse, pero no lo conseguía, había tenido un día difícil y no sabía qué esperar del mañana.

Las dos señoras tuvieron que irse luego de que fuera algo tarde y cuando la puerta se cerró, Bill fue a sus brazos, tomando su rostro lo miró a los ojos con preocupación.

—¿Podrás confiar en mí? —preguntó Bill en un susurro—. Soy tu novio Tom, tu novio, no me debes ocultar tus problemas de esa manera…

—¿Y tú? —dijo serio causando extrañeza en Bill—. Tú sí puedes ocultarme cosas.

—¿De qué hablas?

—Sabes muy bien de qué hablo. Estoy cansado como para discutir, quiero dormir.

Se zafó de su agarre y se fue a la habitación. Bill llevó una mano hacia su pecho, Tom volvía a cerrarse y lo peor era que Bill no tenía la más mínima idea de a qué se refería Tom.

Tom se cerró otra vez u_u pero veremos si logran arreglar ese incidente. Al parecer Tom se va a librar del lío injusto en el que se metió. Comentarios, sugerencias y críticas son bienvenidas. Gracias por lee *-*