Minino~ 32

Hola a todos *-* les traigo el último capítulo escrito de este fic, pero no es el último o_o o sea, no ha finalizado, solo es el último que tengo escrito, los demás que publique serán inéditos. Quiero hacer recordar a Sooeninahkaulitz que me comentó que tenía un dibujo para este fic *-* por favor, espero me lo des<3

Volvía a hacer maletas, metía muchos regalos de recuerdo, pequeñas pirámides y una estatua de la diosa Basted que encontró en uno de esos lugares en donde vendían antigüedades, Furst se la compró pagando un dineral pues el señor del pequeño museo le dijo que era original de un templo antiguo, Jared casi lloró al ver la escultura y lo parecida que era a la criatura que vio una vez estando inconsciente, además había escrituras indescifrables en la base de ésta. Furst se reía por dentro, él sabía que esa estatua no era original del tiempo, pero vio a Jared totalmente loco. Compró también un mapa antiguo que tenía la indicación de una zona pantanosa en donde se veía dibujado cabezas de gatos; su corazón latió desbocado al ver que quizá ese dibujo representaba a sus antepasados.

Furst gastó unos miles de dólares comprando chucherías para Jared y al fin éste tenía muchas cosas en su maleta que llevaría para investigar.

El viaje de regreso fue lento y cansado.

—Hey, Jared, sabes que ahora tocará mudarnos, ¿no? —Le dijo el hombre de negocios a lo que Jared asintió—. Regresaremos a la mansión, todos juntos. Ustedes tres deberán llevarse bien, no quiero peleas ni oposiciones, deberás ponerte de mi lado. —Jared tragó saliva, sabía que debía recompensar el viaje.

—Lo sé, amo. —Esa forma de llamarlo aún estaba en él y esa concepción de pertenencia.

—¿Estás contento? ¿Te gustó Egipto? —Jared asintió y luego miró la ventana del avión.

—Solo… solo hubiese querido que me dijeran que Basted fue real…

—Sabes que nadie creerá que existió una mujer con cabeza de gato, lo creen leyenda, pero tú y yo sabemos que ella existió, que vino de las estrellas y se juntó a un humano.

—Lo dices porque es lo que quiero escuchar… estoy dudando que eso realmente pasó y que… no sé, que salimos de otra dimensión, ¿cómo explicas que me conecte con Misha mientras duermo? No puedes explicarlo porque no conoces el lugar a donde vamos en los sueños.

—No es la realidad, es un mundo psíquico, no es real, Jared, solo está en sus mentes. Nosotros los humanos también soñamos, así que eso no es real.

—Sí lo es… es palpable y tiene elementos extraños que no existen en este mundo, ¿de dónde sacamos eso Misha y yo? No tiene sentido, eso existía antes, eso es… es el mundo de nosotros mostrado en sueños.

Furst frunció el ceño, su científico Lucas había hecho mapas y dibujos por medio de los relatos de Misha de ese mundo que soñaba y era cierto que había elementos que no existían en el mundo humano además de que ambos seres podían conectarse. Y ahora recordaba que cuando estaba buscando a Bill, Misha tuvo la idea de buscarlo por medio de sueños cuando le dijeron su ubicación geográfica, ella pudo calcular distancias y transformarlas en el mundo de los sueños para así poder encontrarse con Bill.

Sus hombres gatos podían aliarse ahí, hablar secretos, conspirar desde sus sueños y eso le asustó, él debía controlar ese mundo también de alguna manera debía hacerlo.

***

Bill miraba hacia el horizonte por una ventana, todo lucía ahí congestionado, la ciudad de Teltow, el mismo corazón. Si él pudiera atravesar esa reja y saltar estaría seguro que caería en sus cuatro extremidades. Su corazón latía acelerado ante esa idea. Ir a casa con su mamá, llorar en sus brazos la pérdida de Tom y escapar… escapar de la gente mala, ser libre, ser uno más de los humanos. Pero luego sus pensamientos dieron con Jared, Bill lo entendía, entendía que quería ser normal, que se había deslumbrado de verlo a él en el mundo de los humanos, como se había adaptado e incluso alguien había sido capaz de amarlo por encima de sus extrañas diferencias… Sabía que Jared ansiaba esa misma libertad y no podía ser egoísta de pensar en él mismo.

Dejó de ver la ventana y caminó rumbo a su cama, Casimir, el gato negro de Tom, estaba ahí limpiándose sus partes íntimas. Bill achinó los ojos y le dio un manotazo para que deje de hacer eso.

—Cuándo aprenderás a ser más civilizado, haces quedar mal nuestra raza, porque sí, te comento que tenemos algo en común aparte de Tom. —El gato lo miraba sin entender.

Bill sabía que podía comunicarse con los animales, que él tenía esa habilidad, así que se recostó en la cama y miró fijamente al gato, entrando en su pequeña mente. El animal se removió queriendo resistirse pero al final Bill entró. Estaba aburrido y decidió experimentar esa habilidad pues Simone nunca le dejó tener animales, pero Jared le había dicho que todos ellos tenían habilidades especiales como Misha buscar en sueños a ellos o incuso meterse en sus sueños, o Jared meter imágenes en la mente de otras personas, Bill solo podía con animales… era una habilidad menor, pero era algo que lo unía más a ellos, a los hombres gatos que eran como él y ese sentimiento de identidad crecía pese a su contradictoria.

Bill se metió en la mente de ese animal viendo adentro en sus recuerdos a Tom muy alto, apenas veía sus pies y luego como acariciaba a Casimir, podía hasta sentir la electricidad que el gatito sentía cuando pasaba su mano por su lomo haciéndole ronronear y desistió de seguir viendo, cerrando sus ojos que se llenaron de lágrimas, Casimir se vio liberado de la intromisión mental y salió corriendo de ahí un poco asustado.

Decidió salir de su habitación, estaba muriendo ahí y no iba a permitirse llorar más, solo lo ponía peor hasta derrumbarlo en un manojo de nervios recostado en la cama, no más de eso por ese día.

Los empleados se le acercaron preguntándole si deseaba alguna cosa, órdenes de Furst atenderlo como un principito, pero Bill se sentía hostigado.

—¡No quiero nada! —le gritó a uno de ellos y Misha apareció por el pasillo meneando la cola.

—Ya déjenlo, él no necesita que lo estén vigilando así. Ven aquí.

Bill dudó en ir con ella, últimamente se portaba como la dueña de casa en ausencia del principal, Bill no confiaba en ella ni un poco pues parecía estar de lado de Furst. Ella le insistió y Bill tuvo que ir con ella o sabía que podía ser jalado.

Le llevó a su amplia recámara en donde había unas maletas sobre la cama.

—Qué quieres, Misha. Te recuerdo que detesto entrar y ver las cosas de ese maldito con el que te acuestas.

—Bah, no dramatices. Ya basta Bill, debes superarlo, la vida debe continuar y es lo que todos nosotros hacemos. —Bill apretó sus puños reprimiendo su rabia, ella podía notarlo y hasta olerlo—. Debes saber que nos iremos, regresaremos a Hamburgo, conocerás la mansión.

Bill tembló de impotencia y fue donde ella a suplicarle. —Por lo que más quieras, sácame de aquí, sabes que no soy de aquí, no pertenezco a este lugar, ni pienso como ustedes…

—Lo sé, ya te lo he dicho, en cuanto se pueda te ayudaré, solo debes tener paciencia. Hoy vendrá Furst con Jared y pues solo quiero que cooperes, solo eso, Furst me pide ayudarlo y si no lo hago habrá problemas, prefiero decírtelo de una vez.

—Oh, no, no puedo, no puedo llevarme bien con ese sujeto a quien odio… No quiero. —Misha frunció el ceño, ella tampoco quería pero debía ponerse de lado de su amo.

—Finge, por tu bien, ¿de acuerdo? En esta vida uno tiene que ser así, Bill. Lamento que tengas que pasar por esto, te entiendo, pero deberás estar de nuestro lado para que las cosas salgan bien o habrá problemas.

—¡Qué problemas! ¡Si quiere matarme que lo haga de una vez! Estoy harto, Misha, harto de colaborar, de callar, de tener que fingir que esto que siento se me pasará… No puedo creer que mi vida, del amor que tenía en mi corazón, ahora todo sea un odio doloroso por todo, TODO mi ser. Detesto mi raza y todo lo que implica ser anormal… —su voz se quebró y lágrimas bajaron por sus mejillas—. Ser diferente, no ser humano… quisiera ser uno ¿sabes? Daría todo por ser uno.

Dio media vuelta y salió, estaba harto y se dio cuenta de que reprimiendo lo que sentía no lograba nada, era una bomba de tiempo de todas maneras.

Casi corrió a su habitación y se echó a llorar en la cama, Casimir fue con él.

—¿Por qué tuve que descubrir quién era? —se lamentaba—. Todo estaría bien si yo… si hubiese hecho caso a mamá de no salir de casa.

Logró dormirse en medio de su llanto y entró a su casita de los sueños a refugiarse ahí, hecho una bolita cerró los ojos.

Una mano suave logró despertarlo y sus ojos celestes se toparon con los azules intensos de Jared.

—¡Jared! —se colgó de su cuello abrazándole—. Jared… te extrañé.

Había regresado de viaje y ni bien pudo había entrado a la habitación de Bill.

—También yo —le sonreía—. Mi viaje fue increíble y… —Se dio la vuelta tomando algo para luego mostrárselo, era una bolita dorada—. Te traje un cascabel, mira. —Lo agitó y los nervios de su cola se esponjaron además de que sintió la necesidad se sobar su espalda contra algo, ese sonido se metía en sus terminaciones nerviosas, era agradable, Jared sonrió ante su reacción—. Sabía que te gustaría, no tengo idea de qué sea —rió un poco—, pero es genial, ¿no? Tenlo.

—Gracias. —Tomó el cascabel en sus manos, deseaba hacerlo sonar otra vez…

Recordaba que hace meses Tom le había regalado uno… Frunció el ceño para no pensar en eso, debía dejar el pasado donde estaba, muy atrás.

—¿Estás bien? —preguntó el otro y Bill alzó la vista para asentir.

—¿Cómo es Egipto? ¿Encontraste respuestas?

—Muchas respuestas y ahora debo trabajar en muchas cosas, quiero hacer mapas y escribir la historia de nosotros…

—¿Amas lo que eres? Digo, ¿te sientes cómodo con ser… esto? Un híbrido, o no sé, un mitad gato o hombre, la verdad no tengo idea de lo que somos, pero no me gusta. —Bajó sus orejas y dejó de mover su cola ahí sentado en la cama, Jared suspiró hondo.

—Somos una raza especial, Bill, no somos un experimento como lo hace ver Furst, él no entiende, fuimos un pueblo una vez, nuestra madre, la primera de nosotros fue considerada una diosa con poderes para los antiguos egipcios. Me siento especial, único y deseo escribir la historia… —Miró a Bill y lo desanimado que lucía le llamó la atención.

—¿De qué vale ser una raza especial si solo Furst nos cría como mascotas sexuales? No me vas a negar que eso es lo que son ustedes y mi futuro por desgracia… ¡No quiero! Me rehúso a ser tocado por ese.

Jared bajó la mirada, Bill pensaba como humano, Jared no entendía muy bien ese pensamiento aunque lo anhelaba, para él era vital necesitar a Furst y estaba acostumbrado al sistema además de satisfacer a Furst, era parte de su vida desde que tuvo uso de razón.

Alzó una mano y tocó su mejilla, Bill suspiró tratando de calmarse, estaba airado pero ya casi el vientre le dolía por eso, las caricias de su igual lograron apaciguar esa ira contenida.

—No quiero, ni permitiré que te toque, no a ti —le dijo Jared en un susurro. Bill suspiró con resignación y Jared lo atrajo a su cuerpo sentándolo en sus piernas, rodeó su cintura poniendo su mentón en su hombro, a Bill le gustó eso, le hacía sentirse seguro—. Estuve pensando mucho en ti…

—Jared —se quejó Bill sabiendo a dónde quería llegar.

—Está bien, no diré nada.

Bill cerró sus ojos suspirando. —He pensado en morir —le confesó—, pero me di cuenta que lo único que me mantiene con vida es saber que te tengo. —Volteó para verle—. Perdona que no te quiera como se deba…

—Shh… no excusas, no me gustan.

—No son excusas, yo… quiero quererte, es eso.

Jared lo apretó más con sus brazos y le dio una lamida en la mejilla para luego morderle ligeramente, Bill ante eso, solo pudo jadear de gusto sonrojándose y calentando a Jared.

***

Tom recibía una llamada a su teléfono de casa y se asustó en responder, pero luego pensó y lo vio positivo.

—Aló…

—Aló, hijo, no sé qué haces de tu vida pero esa idea de ir a América parece descabellada.

—¿Mamá?

—No, la panadera.

—¿Cómo?

—Claro que soy tu madre, y exijo una explicación. —Tom se quedó pensando por un momento cómo era su mamá, no hallaba respuesta en su mente, pero pese a lo chillona que era su voz se sintió a gusto.

—Yo… sufrí un accidente y… ¿puedo verte?

—Oh, ¿estás bien? Hijo, ¿pasa algo?

—Sí, pasa que… no sé quién soy.

Su mamá se preocupó mucho y luego de hablar un poco más acordó visitarlo.

Tom se sintió más aliviado, al menos vería a su mamá, ella debía saber quién era él.

Tocaron a su puerta y en la oscuridad de su casa él abrió, era Heidi otra vez quien le saludó con un beso en sus labios.

—¿Por qué estás a oscuras? —preguntó extrañada.

—¿Yo? Oh, bueno, no lo sé, me siento bien así…

Tom se dio cuenta de lo raro que eso sonaba pues no quería explicarle que la oscuridad le era familiar, podía ver a través de ella y por eso no había visto la necesidad de encender la luz ese día.

Heidi pasó y Tom tuvo que encender la luz. —Creí ver tus ojos brillar.

—¿Qué dices?

—En serio, tus ojos brillaron extrañamente. —Heidi le miraba extrañada y era cierto, ella había visto sus ojos como los de un gato cuando se dispuso a encender la luz.

Tom se preocupó, sus dientes caninos se sentían extraños, sus uñas habían crecido muy rápidas y ahora sus ojos se dilataban y contraían con su voluntad.

—Creo que debes irte… —prefirió decir porque sentía una incomodidad con respecto a ella y sus cuestionamientos.

—¿Qué?

—Sí, no me siento bien, ¿mañana te veo? —Heidi se sintió desplazada pero pudo notar que Tom hablaba en serio.

—De acuerdo, regreso mañana. Buenas noches, amor —le dio un pequeño beso y salió de su departamento.

Tom se agitó un poco al ser consciente de que algo raro le había pasado. Todo ese día se la había pasado en su estudio de fotografías viendo cada foto, algunas de ellas le agitaban el corazón, otras no provocaban nada y luego tuvo demasiado sueño quedándose dormido en el suelo de su casa y al despertar era ya oscuro. Se sentía como un loco o como si perdiera parte de las habilidades humanas y cuando se estiró luego de la siesta un gruñido había salido de su garganta, había ido al baño a asearse todo en plena oscuridad, y al entrar a la cocina a buscar alguna cosa de comer había encontrado un pote de comida para gatos la cual había terminado en su totalidad. Todo había comenzado a ser extraño, luego de terminarse la última galleta él ya sabía que no era normal y que no podía contárselo a alguien.

Abrió la ventana de su departamento y miró hacia abajo, había un callejón y luego la imagen en su mente de un gato cayendo desde ese quinto piso le sacudió un poco.

—Dios mío, esto es raro —dijo con el corazón latiéndole a mil, pero él quería respuestas y solo sintió que debía buscarlas.

Se paró en la baranda de su ventana y luego saltó hacia el vacio extendiendo en el aire sus extremidades. Había sido una total estupidez pero mientras caía su corazón latía de tal modo que logró ser consciente de que podía manejar la situación.

Sus manos se rasparon cuando logró caer sobre sus pies y manos sin causarse más lesiones.

—¿Qué soy? —se preguntó a sí mismo cuando pudo ver a través de la oscuridad del callejón y después un pequeño flash le chocó en la mente.

Un hombre gato. Entonces lo supo como si fuese algo claro: Él había sido un gato y había reencarnado en un humano.

Vaya conclusión de Tom e_e XD veremos qué más pasa, espero tener las ganas suficientes para seguirlo hasta el final que olvidé T_T Comentarios, sugerencias y críticas son bienvenidas, gracias por leer *-*