lunes, 8 de abril de 2013

En el barrio de St. Georg

Hola a todos *-* hace tiempo me habían pedido que suba este fic que consta de tres capítulos, pero no me sentía cómoda con él, realmente no es algo que se pueda recomendar y en las advertencias podrán verlo. No recuerdo exactamente de dónde nació, pero me alegra que sea pequeño.
 Resumen:


Por error, Tom termina mudándose al barrio de St. Georg, un lugar preferido por homosexuales. El problema, que él es casi homofóbico, y termina conociendo a Bill, al cual, luego de saber las intenciones de su novio para con él, decide “salvarlo” sin saber que esto podría costarle tanto…

Autora: Pink Girl
Clasificación: +18
Advertencias: Incesto no relacionado, Lemon, Violación, Violencia, Lenguaje mal sonante, Violencia verbal (._. están advertidos)
Género: Romántico, Drama, Universo alterno.
Pareja principal: Bill - Tom.
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, solo la trama y el banner está hecho por Aliss R aleman, es precioso ;_;

Tom tenía veintiún años, estudiaba en una muy buena universidad hace ya tres años. Estudiaba una carrera tan aburrida como lo era Ciencias Políticas. Claro que a él le gustaba, pero en sí, quizá no trabajara en ello en el futuro.

Su padre había muerto hace poco y tuvo que dejar su departamento que él le pagaba en Altona, una zona residencial en Hamburgo. Lamentablemente tuvo que dejar algunas comodidades y se fue a vivir a un barrio medio extraño en el mismo Hamburgo, a un poco más de distancia que su universidad. Se mudó al barrio de St. Georg.

Él le daba poca importancia, parecía un barrio atrayente pero poco seguro, eso nada más. Aunque en las noches, cada que llegaba de la universidad, podía escuchar las fiestas medias locas que por ese barrio había.

Extraño, pero nada tan fuera de lo común. Era el nuevo vecino y poco a poco conocería su nuevo barrio.

Gracias a Dios, tenía buenos vecinos que vivían en algún piso del condominio en donde él estaba, con los cuales se llevaba muy bien, se había hecho amigo de uno de ellos, Bushido se hacía llamar, parecía tener buen oído musical casi como Tom.

A veces le tocaba al departamento para que salieran con sus amigos a algún bar un fin de semana. Parecían buenos tipos, todos con la misma mente. Ton no había podido ir hasta ahora, pero él quería.

Tom ese día no tenía universidad. Así que aprovechó para salir al supermercado por compras de la semana y llevar sus anchas ropas a la lavandería cercana.

Era aún de mañana y era un día soleado.

Pasó por la lavandería, dejando ahí su ropa y luego manejó hacia el gran supermercado del barrio. Allá se acercó a la zona de comida rápida y puso en una canasta algunas sopas instantáneas entre otras cosas enlatadas fáciles de comer.

Cerca de él, un jovencito de apariencia extraña también hacía compras, llevando en una canasta casi las mismas cosas que Tom.

Tom no le dio mucha importancia, total, era uno más en medio de tantos otros. Pero el joven se le acercó chocando la mirada, le sonrió risueño. Tom pestañeó extrañado, aquel chico era atractivo… Tenía el cabello negro liso, tenía finas facciones, y estaba algo maquillado, tenía los ojos remarcados, además de su ropa un poco ceñida al cuerpo. Tom le hizo un saludo con la cabeza y siguió su camino.

“Afeminado”, pensó. Tom tenía un pequeño problema con la gente homosexual, gay, afeminada, travesti, maricona, entre otros adjetivos que su mente le daba a esos especimenes o fenómenos de la naturaleza.

Pasó de aquel joven, aunque en un principio le había parecido lindo. Ahora le tenía una cierta repulsión, es que… no debía tener los ojos pintados. El cabello le pasaba, esa ropa rara también, pero ojos pintados, no; eso era de maricones, así que mejor alejarse de él.

Siguió su camino y salió del supermercado. Llevó sus compras a su auto y otra vez aquel jovencito se cruzó en su camino, llevaba una bolsa pesada en sus frágiles manos y caminaba algo cansado por todo aquel lugar hacia una ¿bicicleta? Tom rió por dentro, pobre niño marica, no tenía al menos una moto.

Lo ignoró otra vez, aunque aquel niño parecía sonreír a medio mundo, eso le fastidió un poco, pero algo le decía que debía ignorarlo simplemente.

Subió a su auto y arrancó.

Y en un semáforo, volvió a verlo. En su bicicleta con la enorme bolsa de compras en su canasta. El pequeño le sonrió mostrándole todos sus dientes, Tom le sonrió de lado, y volvió a enfocar su vista al frente.

Aceleró rápido para perderlo y así fue, ese joven quedó atrás, manejando a la velocidad de la bicicleta.

Llegó a su casa y se dio una ducha. Pretendía salir a caminar por el barrio nuevo, aunque extraño, claro. Y recibió un mensaje de texto de Gustav, su mejor amigo que había dejado en la ciudad de Altona al mudarse de departamento consiguiendo uno más barato. “Qué hay, Tom. Ahora estás en el barrio Gay” había una carita de burla en aquel mensaje. Tom frunció el ceño, ¿barrio gay? Claro que no era un barrio gay, era un barrio simple y algo raro, solo eso, raro y nada más.

“No me jodas” le respondió. “No, lo digo en serio, me dijiste que estabas en St. Georg y pues, es un barrio gay, ¿qué pasó? ¿Cambiaste de gustos?” Tom apagó el celular, la conversación le fastidiaba. Y recordar al niño marica de la tienda, aún más.

Un “toc, toc” llamó a su puerta y se dispuso a abrirla. Afuera estaba Bushido con tres de sus amigos, Chakuza, Kay One y Sean. Ninguno de ellos usaba sus verdaderos nombres, quizá Tom debía buscarse uno. Vestían como él, con ropas anchas, Tom les sonrió saludándoles con la mano en una forma solo de ellos.

—Tom, qué tal.

—Ahí.

—Estamos bajando para una fiesta por aquí cerca a tomar unas cervezas, si te animas, nos sigues. —Tom les sonrió bastante cómodo. Nada de maricas por ningún lado, tomar unas cervezas con esos tipos le sentaba muy bien para seguir conociendo ese lugar.

Salieron del condominio y subió al auto de Bushido, uno medio elegante. Sus amigos solían hablar idioteces realmente, Tom le entraba un poco en aquella conversación simplona.

De mujeres, de culos de mujeres, de cervezas gratis, de bromas pesadas a la policía, y de otras más estupideces, eran los temas más tocados.

Llegaron al local, a Tom le pareció medio extraño el ambiente de luces, con una música media electrónica y especimenes humanos caminando por ahí, medio asexuales, entre femenino y masculino, algunos travestis, gente que parecían prostitutas, homosexuales y todo lo que él consideraba escoria de la humanidad.

Trataba de no toparse con esa gente, pasar de ellos. Entraron en el local que curiosamente tenía su nombre “Tom´s Saloon” Frunció el ceño, pero siguió a Bushido y los demás. Se sentaron en unos muebles y ordenaron algunas cervezas heladas. Tom miraba a todos en aquel lugar, había muchos maricas en su opinión. Tragó saliva.

—Hem… Bushido, ¿y esa clase de gente? —preguntó cerca al oído y Bushido le sonrió.

—Estamos en Tom’s Saloon, es así el ambiente, pero descuida, hay mujeres también. —Tom asintió dándole una miraba de complicidad.

Bien, no pasaba nada extraño, en ese barrio había una discoteca Gay, nada de otro mundo, ¿cierto? Él podía toleras a esos especimenes, total, eso no era contagioso.

Sintió una sensación de asco en cuanto un travesti se sentó en las piernas de Chakuza, y éste se lo había permitido.

Más cervezas en la pequeña mesa y luego, cerca de la barra, vio a un chico bastante joven, él lo conocía… el chico maricón del supermercado. Estaba muy bien arreglado, tenía una camiseta negra con estampados brillantes, su cabello perfectamente liso y ese maquillaje perfecto relucía en su rostro.

Tom frunció el ceño pensando, que claro que ese chico tendría que estar ahí, en esa discoteca gay, aunque Tom también estaba ahí, pero él se sentía diferente.

—Oh, oh, wow… —Rió Bushido lamiéndose los labios en cuanto vio al otro chico en la barra, solo sentado ahí, moviendo sus hombros al compás de la música—. Carne fresca… —dijo lamiéndose los labios.

—¿Qué dices? —preguntó Tom, mirándole con cara de asco.

—Ese nene de allá, ¿lo ves?

—¿El niño marica?

—Ese mismo. —Se relamió los labios—. Apuesto que es virgen, nunca lo he visto aquí. —Dejó su cerveza en la mesa sin quitar sus ojos de encima del jovencito allá sentado—. Regreso… será mío. —Algo en Tom revoloteó de incomodidad. Primero, resultaba que Bushido le gustaban los gays, y segundo, él podía adivinar que sus intenciones no eran buenas para con ese “niño marica”.

Tom siguió con la mirada a Bushido, cómo se le acercaba coquetamente y el otro chico le sonrió, haciéndose a un lado, aceptando una copa de algo.

—No… —apenas dijo, por su mente pasaba una serie de imágenes de Bushido haciéndole daño a esa criatura—. Es un marica, Tom —se dijo a sí mismo—. Los maricas son así, se acuestan con todo el mundo, ¡Ya! Deja de pensar en eso. —Regresó su vista hacia los demás. Chakuza no estaba… ahora solo quedaban Sean y Kay One, que seguían bebiendo y hablando de ociosidades.

—Hem… ¿Bushido se acuesta con hombres? —preguntó Tom con esa curiosidad en la cabeza. Los dos presentes lo miraron retadoramente.

—¡Qué pregunta es esa! —habló Kay One.

—Pues… está hablando con un marica. —Ambos chicos se alzaron de hombros como si eso fuera normal en ellos.

—Es solo un culo de una noche, nadie de nosotros es marica, ¿entiendes? Follar maricas no te hace uno. —Le miró amenazante Sean. Tom asintió entendiendo esa nueva información.

Volvió la vista a la barra, ahora Bushido tenía una mano en la cintura de su pequeño acompañante y le manoseaba el trasero. Tom comenzaba a molestarse. Bushido sólo quería follarlo y nada más, se llevaría a ese jovencito quien sabe a dónde para desvirgarlo y tirarlo luego por ahí.

Quizá debía hacer algo… o quizá no.

Pensaba y pensaba en qué podía hacer. Se levantó de ahí y caminó hacia la barra, dudando un poco.

—Hem… —Le tocó el hombro a Bushido, éste lo miró sorprendiéndose de él y también su pequeño acompañante.

—¿Sí? —contestó frunciendo el ceño.

—Lo lamento —le sonrío—. Me despido pues me voy… de todas maneras gracias por traerme.

—De nada. —Le sonrió y le extendió una mano. Tom aún no se iba… El jovencito de ojos pintados lo miraba fijamente—. Por cierto, él es Bill.

—Hola —dijo el otro con una dulce voz.

—Hola, soy Tom. —Le extendió una mano. El saludo demoró algo, Tom no quería dejarlo con Bushido… Sabiendo su destino y las intenciones de éste para con él.

—Bueno, Tom, nos vemos allá —hablo Bushido como botándole.

—Sí, que… que… q-que se diviertan —apenas pudo decir.

Los ojos del pelinegro no dejaban de verlo y ese brillar inocente lo llenó de culpa.

Tom se alejó de ahí, dejándolos solos. Salió del local sintiéndose impotente.

Caminó por entre las calles algunos minutos hasta que llegó a su departamento. Trató de olvidar haber salido de casa, no había valido la pena en nada.

Ya acostado en su cama, no podía dejar de visualizar en su mente aquellos lindos ojos del niño marica…

—Es un jodido marica… —se dijo a sí mismo y cerró los ojos para dormir.

Había una cama y sobre ésta una hermosa criatura de cabellos negros y mirada acuosa… Pero lloraba intensamente después de ser empotrado a ésta con las piernas abiertas de par en par, siendo follado intensamente por Bushido. El más pequeño lloraba y gritaba por la brutalidad del otro. Luego salió de él y lo volteó tocándole todo, lo folló a su antojo hasta saciar su hambre. Y cuando todo terminó, lo dejó en un charco de sangre, en medio de la nada, escupiéndole encima. Él otro se quedó en las sábanas manchadas de él, cerrando las piernas intentaba cubrirse con éstas.

Tom despertó agitado… Jamás en su vida había soñado algo así, algo entre dos hombres y en donde uno saliera así de destrozado.

—Bill, pequeño afeminado —dijo saliendo de la cama viendo que era otro día.

No podía quitarse de la cabeza a Bill. Estaba preocupado por el destino de anoche, ¿Bushido habría podido realizar su cometido? No lo sabía.

Ese día tenía universidad y con mala gana fue a sus clases. Ahora sí estaba seguro que no le diría a nadie dónde se había mudado.

—Lo mejor será salir de este lugar —dijo manejando su auto hacia la universidad.

Y el día pasó tan rápido, sin embargo, de su mente no salía el bendito niño marica.

***

Tres días habían pasado, y Bushido tocó su puerta cerca de las diez de la noche. Tom se sorprendió al verlo en su puerta acompañado de Sean.

—Qué hay, Tom —le saludó con cigarro en mano.

—Hola —sonrió fingido.

—Vinimos a ver si te animas a ir por cervezas… —Tom en realidad no quería, estuvo por decir que no hasta que el celular de Bushido sonó y éste contestó—. Bill, sí, te espero, en Tom´s saloon… claro, otro beso. —Rió y luego colgó. Ahora Tom sabía que aún salía con Bill—. Y, ¿qué dices?

—Vamos —dijo Tom cerrando su puerta tras sí.

Prefirió seguirles en su auto por si se aburría y regresaba solo otra vez.

De nuevo esa bendita discoteca, sentados en el mismo rincón, se juntó al grupo Chakuza y Kay One, y pidieron algunas cervezas.

—No viene… —masculló Bushido.

—¿Sales con Bill, entonces? —preguntó tratando de sonar disimulado, bebiendo una cerveza. Bushido le miró y le sonrió de manera extraña.

—Se hace el difícil… está demorando, deberás ayudarme. —Le codeó y él casi escupió su cerveza, ¿ayudarlo? ¿Justamente con el niño marica?—. Llevármelo a la cama tomará su tiempo… Se supone que tú eres mi compañero de clases, ¿de acuerdo? Él me cree universitario y todo. —Rió y eso le pareció muy mala idea a Tom.

En ese instante, apareció Bill quien caminó con una sonrisa tímida en sus labios, estaba tan bien arreglado que hasta de lejos olía muy delicioso. Tom no podía evitar sentirse atraído por ese olor exquisito… Saludó extendiendo su mano a los presentes y le dio un tímido beso a Bushido quien lo jaló para que se sentara en sus piernas, así lo hizo.

Tom frunció el ceño, simplemente no debió haber aceptado salir, pero quería saber de Bill… si estaba bien, si Bushido aún no le había hecho daño.

Bushido pidió un trago especial para Bill, éste parecía estar cómodo sentado en sus piernas, parecía estar a gusto con Bushido, pero solo Tom sabía las intenciones de Bushido para con él.

—Mi compañero Tom es de mi clase, estudiamos… —miró a Tom fijamente como para que él contestara.

—Ciencias Políticas —habló Tom.

—Claro, eso mismo —dijo Bushido.

—Linda carrera —habló Bill—. Yo seré arquitecto. —Rió inocente—. Pero aún me preparo para entrar a la universidad…

Que pequeño era, Tom se sentía mal con sus ya veintiún años… Supo que Bill tenía diecisiete y no sabía la edad de Bushido, pero podía calcular que pasaba de los veinticinco definitivamente, quizás treinta.

La conversación se llenó de tantas mentiras, Tom podía darse cuenta de todo lo que Bushido decía, era con la finalidad de impresionarlo y llevárselo a la cama.

Los vio besarse, y era claro las intenciones hambrientas de su amigo, y lo nervioso que todo eso ponía al menor.

Vio como Bushido abría una pastilla disimuladamente y la echaba en la copa de Bill, dándosela y el otro tomarla desprevenido. Tom suspiró resignado, se lo llevaría… esa noche Bushido lo haría suyo.

Tom se levantó de ahí y fue hacia el baño, quería echarse agua a la cara y salir de ahí. Bushido no le preguntó nada, lo dejó ir, él ya tenía su noche asegurada.

El baño del local era un lugar casi discreto para el sexo, eso le pareció asqueroso a Tom, tener que escuchar gemidos y otras cosas sonar en aquel lugar. Orinó y luego, cuando estuvo a punto de salir se topó con Bill, quién entraba con las mejillas rojas y un enorme chupetón en el cuello.

—Oh, lo siento —dijo, y Tom se fijó en aquellos ojos aguados, pero algo rojos…

—Dios, pequeño marica —le dijo al ver su estado.

Bill entraba al baño muerto de sed, deseando quitarse ese calor del cuerpo. Bushido lo había drogado y esperaba a que regresara para así llevárselo a su guarida y follarlo todo lo que quedaba de la noche.

Ayudó a Bill a sostenerse en sus piernas y acercarse al cubículo de agua, así mojarse la cara y tomar algo de agua fría.

—No sé qué me pasa… —dijo en un susurró, algo desesperado por quitarse esa calentura—. Bushido me espera… si estás saliendo, dile que tardaré un poquito. —Tom sintió algo extraño dentro de sí.

—Te hará daño —le dijo serio, Bill lo miró con un gesto de duda—. No te quiere.

—¿Qué? —la expresión de tristeza en la cara de ese niño pudo con él. Sintió pena.

Le tomó de la mano y le susurró un “ven conmigo” y lo jaló por entre la gente.

Trató de que Bushido ni nadie conocido los vieran. Bill no quería salir, pero tampoco tenía las fuerzas suficientes como para detener su paso.

Son solo tres caítulos, espero ubir pronto lo que sigue. Comentarios, sugerencias y críticas son bienvenidas. Gracias por leer<3

9 comentarios:

  1. Suele pasar que las personas se enamoran sin percatarse. como Thomas Mann dijo "aquel que ha contemplado la belleza está condenado a seducirla o morir"
    Buena elección Tom.
    Saludos Pink Girl!!

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    1. hallo *-* gracias! linda frase... pobre Tom, está condenado.
      Y sí, ha hecho buena elección *-*
      Besos <3

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  2. Interesante. Deseo leer la continuación y saber que pasa con el pequeño Bill :D

    C.

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  3. Pinkyyyyyyyy!
    Estoy feliz ¡JODER!
    adfasdf leer esto me pone de buenas :DDD
    Y..y...y ¡Estoy feliz! :DDDDDD *--*
    Me encanta Billy, me imagino a ese Billy, tierno, indefenso... Como el propio Bill de hace un tiempo :'3
    & ese Tom tan asdfasdf ¿Que edad tiene?
    Aunque sea homofobico, eso puede cambiar, :3. Creo .-.
    Y Bushido sea un hijo de ><'.
    El lenguaje no es un tanto grosera, de hecho esta tranquilo ... No tiene tantas palabras altisonantes & así... Se que la continuaras :DDD.
    !BESOTES¡ <3
    Atte. July :DD

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    1. Hola July *-*!!!
      awwww me encanta Bill por las mismas características en este fic jajajaj así lo pensé *.* y tiene 17 años o 18 o_o no recuerdo pero es muy jovencito.
      D: Bushido.... ese dará un dolor de cabeza en este fic...
      besos <3 subiré pronto *-*

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  4. Este fic me gustaba mucho, la idea de Tom ayudando al pequeño Bill sin buscarlo, es tan principesca jajaja espero publiques pronto el próximo capítulo es el que más me gusta, el final si mal no recuerdo también tiene cosas interesantes sobre Tom.

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    1. Hola *-*!!!!
      aww me alegra que pienses así *-* sibiré pronto, aunque se viene el drama x_x si ya lo has leído, sabes a lo que me refiero.
      besos<3

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  5. Que linda :) es el primer fanfic que leo de Billy Tom ♥

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