Zorrito - III

Hola a todos *.*~ aquí les traigo otro capítulo más de este fic, lamento tardar, mis días se hacen más complicados. Los quiero<3 Ah, dejo un dibujo que hice n_n este fic me hace dibujar XDDD Lamento lo infantil, pero es lo único que sé hacer.

Bill dejó a su novia en casa y se fue a su departamento, aún tenía algunos días más de vacaciones, la academia de modelaje no requería sus servicios por esa semana ni la siguiente así que por eso había planeado ir a las montañas a encerrarse en su cabaña con una bella mujer, pero sus planes no habían salido como él quería.

Se dio una ducha y se dispuso a descansar mirando videos graciosos en su laptop, con su pijama puesto y comiendo palomitas de maíz.

La vida era muy cómoda si tenía un bonito departamento, dinero, belleza y una buena familia aunque precisamente no una buena novia, pero eso estaría por cambiar, cuando más lo pensaba caía en cuenta que Naty era solo una cara y piernas bonitas pero nada más que eso.

El sueño le venció y dejó a un lado la laptop para envolverse en su cama. El caliente edredón azul le hizo entrar en sueños rápidamente.

Se moví insistentemente en la cama, estaba intranquilo pues sin querer veía los ojos del pequeño zorro a quien había dejado en el frío bosque, ¿cómo estaría? ¿Realmente lo entendía? Tenía muchas preguntas en su cabeza y soñó una pesadilla. Había unas fuerzas extrañas que jalaban al zorrito y lo arrastraban hacia un agujero en el bosque.

Bill gritó y se despertó en medio de la noche… había soñado con el zorrito y se prometió mentalmente que aprovecharía el tiempo libre para regresar a la cabaña, pero esta vez iría solo.

En el bosque, en medio de la noche fría, el zorrito dormía en su pequeña madriguera, y desde que tenía uso de razón soñaba casi todos los días…. Soñaba sus preocupaciones, su pasado y añoraba poder volver a ser quien era antes.

~*~

Bill tuvo una sospecha, una especie de revelación que lo dejó intranquilo ni bien despertó. El zorrito había estado mostrándole algo, un periódico que en un principio no tomó mucha importancia, pero le mostraba algo…

Inmediatamente abrió su laptop y buscó noticas del año pasado acerca de hombres desaparecidos y noticias relacionadas al bosque continuo a su cabaña.

—Joven de veintidós años desaparece misteriosamente luego de salir de cacería, su madre sospecha que fue asesinado —leyó en una de las noticias.

Tomó un lápiz y anotó en su libreta una dirección.

Regresó al bosque, quería estar seguro de lo que el zorrito le dijera, aunque no hablara, estaba claro que quería decirle algo.

Manejó cerca de dos horas hasta llegar a la entrada del bosque en donde dejaba su auto y caminaba un tramo hasta llegar a la acogedora cabaña. Suspiró sintiéndose aliviado de que sea solo él ahora.

Entró a la cabaña y dejó su mochila, pero un sonidito lo alertó, provenía de la cocina y sospechó de quién podría ser esos sonidos.

—Sé que estás aquí, vamos, sal —instó y el zorrito salió caminando de la cocina hacia su habitación. Bill yacía sentado en la cama mirándolo y el zorrito se sentó a su frente, cara a cara—. Regresé como te lo prometí, pero ahora quiero respuestas porque esto es muy raro, ¿lo sabías? —El zorrito asintió—. Leí en internet sobre la desaparición de Tom… —cuando dijo eso, el zorrito se le acercó y posó ambas patitas delanteras en una de sus rodillas y lo miró con súplica, Bill no sabía cómo interpretar eso, pero no se asustó—. ¿Eres él, no es así? —Al fin la tan ansiada pregunta, algo que el zorrito no creyó poder escuchar alguna vez en su patética vida.

Lo que aconteció fue que el zorrito aulló tanto que asustó a Bill, estaba llorando pero su voz salía como aullidos tétricos y lamentos de un animal desesperado. Bill trató de comprender ese gesto y solo se llevó las dos manos a los oídos hasta que el zorro se calmó y se recostó en el suelo, debilitado.

Bill se levantó de la cama y se sentó en el suelo, a su lado y tomó su pequeño y delgado cuerpo esponjoso y llevó su cabeza a sus muslos, comenzando a acariciarlo. —Así que eso es… eres un hombre atrapado en el cuerpo de un zorro, pero qué cosa más extraña, ¿cómo pasó? —El zorro lo miró con angustia, lo sabía cómo contarle lo sucedido hace un año.

Bill se puso a pensar y luego se le ocurrió una idea loca. Tomó su libreta y le dio un lápiz al zorro quien lo tomó con sus dientes.

Demoró mucho intentando formar letras en el blanco papel hasta que consiguió formar palabras que sorprendieron a Bill.

—Una zorra me convirtió en esto cuando quise matarla —leyó Bill y lo miró asustado.

—¿Fuiste un cazador y te pasó esto? —El zorro asintió—. Vaya, es como una maldición… —Vio cómo el zorrito bajaba la cabeza—. Pero de seguro tiene una sentencia o no sé, alguna forma de revertirlo, ¿no crees? ¿La zorra no te dijo nada? —El zorrito negó con la cabeza—. ¿No tienes alguna idea? —Negó otra vez.

Bill ese quedó pensando y luego de un momento miró al zorro. —Dime, ¿qué quieres? —El zorro volvió a tomar el lápiz y se demoró en escribir con su boca una frase—: Quiero ver a mi familia y saber si están bien o no, pero si me acerco a la casa me matarán.

Bill entendió e ideó un plan, él intercedería por el zorrito.

Luego de cocinar para el zorro comida sabrosa y ver cómo, sentado a la mesa, devoraba su plato con desesperación, sintió pena por el hombre zorro, de seguro habría sido muy difícil ser convertido en un animal…

~*~

Tom iba de cacería casi todos los meses, menos en invierno, pero esa su pasatiempo favorito, cazar diversos animales por diversión de los cuales a algunos les sacaba provecho como a los zorros a quienes les quitaba la piel y sus colas las convertía en adornos para su casa.

Acampaba en medio del bosque cerca de una guarida que había creado y ponía carnadas cerca para atraer a esos animales.

Esa tarde logró matar cerca de cinco zorros a los que tenía atados de sus patas para llevarlos a su casa y despellejarlos, sus pieles eran muy cotizadas aunque estaba prohibida su caza había personas que comercializaban con ello clandestinamente y una de esas personas era Tom Trümper.

Salió de la guarida para re matar a un zorro que había caído en una trampa, Tom se dio cuenta que era una zorra, podía reconocer las hembras de los machos y sonrió al verla.

—Llegó tu hora, querida —dijo frío para apuntarle con el rifle en la cabeza. Su pata estaba atrapada en la trampa y le hacía mucho daño, la zorra estaba ahí por la carnada de pollo que Tom había dejado y ella lo necesitaba para la única cría que tenía la cual apareció en la escena muy asustado y se escondió detrás de un árbol.

Tom se dio cuenta de eso y solo pensó que después de matar a la zorra tendría que matar a su cría pues moriría en el bosque sin una madre.

La zorra lo miró con angustia y desesperación, pero Tom no se percató de eso, el animal estaba en la trampa y no había otra opción más que matarla. Apuntó en la cabeza y cuando estuvo por hacer la escuchó hablar un “Si me matas, no mates a mi hijo”. Tom se detuvo por un momento y la miró con extrañeza. —¿Qué cosa eres? —preguntó ya un poco asustado, pero la zorra no volvió a hablar y Tom terminó propiciándole un tiro en la cabeza que la mató al instante.

El pequeño zorrito salió corriendo asustado, pero Tom apuntó hacia el animal y le disparó hiriéndole en una de sus orejas, pero no lo mató.

Luego vio una especie de luz blanca salir del cuerpo de la zorra cuando volteó a verla y retrocedió asustado, algo había salido del animal, como un fantasma y casi gritó del miedo.

—No puede estar pasándome esto, ¿acaso me he drogado?

—Te lo advertí —dijo el alma de la zorra y Tom corrió despavorido pues temió que ese espectro le hiciera algo.

Corrió bosque arriba y se sentó a la sombra de un espeso árbol a respirar bocanadas de aire. Se había asustado y pensó que de seguro había comido alguna hierba alucinógena del bosque porque nada de eso tenía lógica.

Se durmió porque se sintió adormecido y luego, al despertar, se percató de su horrible condición, al principio creyó que era una pesadilla porque algo así no podía ser verdad, su cuerpo era pequeño, peludo, su vista reflejaba las cosas de otra manera, sus oídos captaban las cosas con más intensidad y sus patas tocaban el suelo boscoso en pequeñas garras.

Se asustó tanto que corrió despavorido sintiendo el aire pegarle en toda la cara peluda y sintió una de sus orejas sangrar, estaba herida. Lloró por horas e incluso se golpeó la cabeza en los árboles para despertar, simplemente no podía estar pasando.

Terminó cansado y con mucha sed luego de haberse revolcado en las hojas secas y darse cuenta de que era una cría de zorro… corrió hasta encontrar un riachuelo donde vio su reflejo, no sabía cómo, pero se había convertido en un zorrito y se lamentó mucho por eso.

Los días siguientes se convirtieron en los peores de su vida, en una lucha por la supervivencia. Debía mantenerse vivo porque tenía miedo morir, así que ese miedo extremo lo llevó a aprender a cazar para alimentarse, a refugiarse en madrigueras y alejarse lo más lejos posible de los cazadores y trampas.

Hasta que encontró la cabaña y se adentró en ella con la esperanza de sentirse un poco más humano, ahí fue donde comenzó a coleccionar objetos que le recordaran quién era y así también fue como encontró el periódico de su noticia… Tomó entonces ese papel y se lo llevó con él.

~*~

Llegada la noche, Bill se acostó en su cama y el zorro entró en la habitación, al principio dudó mucho en seguir acercándose, pero Bill se amarró el cabello en una coleta y le indicó seguir entrando.

—Vamos, no muerdo —dijo Bill con una sonrisa—. Tom… —mencionó su nombre y el zorrito se estremeció, hacía un año que no escuchaba su nombre—. Voy a ayudarte, haré lo posible para saber qué pasó contigo.

Y como si los milagros existieran, esa noche el zorrito pudo sonreír.

Veremos cómo evolucionada la cosa y si es que encuentran alguna solución para la extraña condición de Tom... el karma existe x_x