lunes, 22 de abril de 2013

En el barrio de St. Georg - Capítulo final

Hola a todos *-* estoy feliz por mi trabajo nuevo aunque implica que nos separaremos un poco u_u de todas formas no dejaré de escribir y subiré fics cada vez que pueda. ¡Los quiero!
—No abras —advirtió Bill poniéndose en alertar.

—Espera aquí —dijo Tom, dejándolo en la cama. Fue hacia la puerta y vio por el ojo de ésta. No había nadie.

Cuando estuvo por regresar al cuarto, el timbre sonó otra vez. Y Tom sin problemas abrió un poco la puerta, mirando por el espacio que había, nadie… entonces, por lógica, abrió en su totalidad la puerta siendo ésta empujada por Bushido, kay One, Chakuza y Sean; quienes entraron empujándole. Chakuza lo arrinconó a la pared amenazándolo con un chuchillo mientras Bushido y los demás avanzaban por su casa hacia su habitación.

—Bushido —reclamó Tom—. Puedo explicarlo.

Bushido alzó una mano en señal de que se callara.

—Bushido —habló Kay One—, encontré a tu zorrita.

—¡No! —gritó Tom al ver como todos se dirigían hacia la habitación en donde Bill permanecía.

El pequeño intentó salir de la cama, pero Bushido se lo impidió, arrodillándose ahí, tomando a Bill de los brazos y presionándolo para que no saliera.


Tom se enfureció y removió tanto.

—¡Suéltame! —quiso librarse de Chakuza, pero Sean fue con él y lo agarraron entre dos. Llevándolo luego a la habitación.

—¡Qué hiciste, hijo de puta! —le gritó Bushido a Tom— ¡Sabes cómo se paga la traición!

—Bushido —Tom tenía los ojos rojos llenos de rabia—. Deja que Bill se vaya y arreglamos esto…

Bushido vio a Bill temblando en la cama, éste le suplicaba con un hilo de voz que no le hiciese daño.

—No me hizo nada… —le dijo Bill con voz temblorosa—. No pasó nada.

Rápidamente Bushido lo tomó por debajo de las sábanas causando que Bill gritara de la desesperación y tomando su cuerpo lo puso boca abajo, jalándolo de los pelos, expuso su desnudez, abriendo sus nalgas con sus rudas manos, le tanteó ahí, comprobando si había follado o no…

—Ahh… ¡Déjame! —gritaba ya con lágrimas en los ojos.

Tom le mordió el brazo a Chakuza quien casi lo ahogaba. Y se desató la pelea… Dos contra uno y luego tres contra uno.

Bill terminó arrodillado en la cama con Bushido tomando su rostro para que viera como molían a golpes a su acompañante.

—Te lo mereces, zorra —le susurró al oído—. Conmigo, o con ninguno…

—Déjalo… —dijo entre llanto, su voz ni se escuchaba en medio de los gritos de Tom, ahora tirado en el suelo siendo pateado por los otros tres—. Vámonos Bushido… déjalo a él, y llévame, qué esperas. —Bushido lo miró siendo tentado.

—¡Alto! —gritó a sus compañeros—. ¡Ya déjenlo!

Tom tirado en el suelo, pudo levantarse y escupió sangre. Miró a Bushido retadoramente, con ira en sus ojos aún queriendo arremeter contra él por estar cerca de Bill y tocar su rostro. El pequeño temblaba de miedo, no pudiendo evitar llorar arrodillado sobre la cama.

—¿Qué haremos, Tom? —preguntó Bushido desde su posición—. ¿Qué harías tú? Si viene un tipo, al que tú le confiaste muchas cosas, y luego te quita descaradamente a su perrita, ¿qué harías? Te lo dejo a ti, dime una solución y yo lo haré, que sea algo justo, claro, ¡nada de mariconadas aquí!

Todos los demás presentes seguían a su alrededor. Tom pudo arrodillarse sobre la alfombra, aún agitado y adolorido por todos los golpes recibidos, ¿qué decirle?

—Pido disculpas —habló apenas—. Lamento llevarme a Bill así… no le hice nada…

—¡Esa no es una solución! —dijo él para luego poner boca abajo a Bill quien se removió en la cama con la mano de Bushido en su espalda.

—¡Déjalo! —reclamó Tom comenzando a creer que algo malo pasaría... Bushido miró a Sean quien después de esa mirada pateó a Tom en el vientre.

—¿No me darás una solución? Bien… tengo la mía —rió emocionado—. Me follaré aquí mismo a éste, y luego tú podrás, ¿vale? Es algo justo y equitativo pues yo lo vi primero.

—¡No! —dijo Tom angustiado, se arrodilló otra vez—. No lo toques, no es justo… —Bushido frunció el ceño bajándose un poco el pantalón, teniendo a Bill contra la cama que gimoteaba llorando incapaz de hacer algo—. ¡No! —Tom recibió otra patada que lo dejó en el suelo.

—No tienes otras soluciones, pues bien.

—Espera, deja a Bill… él no tiene culpa, fui yo quien quiso llevarlo conmigo, le obligué y él no pudo resistirse… —Bushido lo miró desde su posición arrodillado en la cama con las caderas de Bill en sus manos.

—¿Y qué hacemos? —preguntó con una sonrisa—. Solo dejo ir a Bill, ¿y luego?

—Haced de mí lo queráis —dijo apenas.

—Somos cuatro —habló Bushido para luego reír. Tom agachó la cabeza.

—Sólo déjalo ir…

Por el intenso miedo, Bill no pudo escuchar la negociación. Fue alzado por Bushido y luego lo encerraron en el baño.

Bill ahí adentro, reaccionó tocando la puerta y gritando. Su corazón latía de miedo por lo que pudiera pasarle ahí a Tom, y luego a él.

Aún yacía desnudo ahí y se tapó con una toalla. No escuchaba nada al otro lado… Pero luego de algunos minutos escuchó un grito de Tom que le puso la piel de gallina.

—¡Déjenlo! —gritó impotente, Tom gritaba y gruñía y los otros reían disfrutando aquello, Bill pudo adivinar que lo violaban…

Tortuosos minutos pasaban y cada grito de Tom le angustiaba más.

Vio una pequeña ventana del baño y se paró sobre el lavabo para llegar hacia ésta. Con cuidado, quitó el vidrio y pudo ver la calle abajo, el aire de la mañana entraba. Tomó una toalla pequeña y la tiró desde ahí arriba, cayó en la cabeza de un señor, éste miró hacia arriba. Bill no podía salir por la ventanita, pero al menos pediría ayuda.

—¡Ayuda! —habló no muy fuerte.

—¿Pasa algo? —le habló en hombre mirándolo desde abajo, podía ver el rostro lloroso del menor.

—Están violando a mi compañero, ayuda… —dijo para luego llorar. Vio como el hombre sacaba su celular y llamaba a la policía.

—Quédate ahí, ahora vienen para ayudarte, ya no llores.

—Gracias… —apenas dijo y se bajó de la ventanita, sentándose en el suelo del baño para luego tapar sus oídos de los gritos de afuera…

Tom estaba boca abajo en el colchón de la cama, aún había algunas plumas. Ya la parte más angustiosa había pasado… Aún faltaban algunos más. Ya no era tan doloroso como al principio.

Cerró sus ojos fuertemente en cuanto sintió otra intromisión, no quería saber quien de todos era… en ese estado de soportarlo todo, vino a su mente la sonrisa de Bill en el supermercado. Quería tener las fuerzas suficientes para hacer respetar el acuerdo, después de que todo pasara, dejarían libre a Bill sano y salvo, él se encargaría de que cumplieran eso.

—Te tenía ganas… —le susurró Kay One al oído—. Aún estás apretado, ricura.

Tom se aferró a las sábanas y trató de no abrir los ojos.

Luego, la persona que lo montaba se detuvo en una… —No abran —dijo Bushido poniéndose alerta.

Pero en la puerta insistían. Después de minutos, Chakuza fue a abrir. Siendo cuidadoso.

—Policía de St. Georg, ¿podemos pasar? —preguntó un de los dos policías.

—Pues… estamos ocupados, usted ya sabe…

—Solo hacemos una revisión a domicilio, será un momento. —Chakuza trató de ponerse firme, pero los policías sospecharon.

Dentro de la habitación, Bushido alertó a los demás, pusieron a Tom sobre la cama y Sean le mostró una navaja para que no gritara.

Pero en ese instante la policía entró. Y Tom gritó pidiendo ayuda.

Dos oficiales apuntaban a la cabeza de Bushido y a Sean —¡Pongan las manos sobre su cabeza!

—¡De qué se nos detiene! —gritó Bushido—. ¡Esta es una orgía matutina, no pueden entrar así sin pruebas, éste es nuestro esclavo sexual, largo! —Entraron otros tres policías y uno de ellos se acercó a Tom, viéndolo agitado sobre la cama, cubierto por las sábanas.

—¿Está usted bien? —le preguntó y Tom negó con la cabeza.

Inmediatamente, Bill golpeó la puerta del baño, y fue el fin para los cuatro ahí. Sacaron a Bill, lloroso y tembloroso fue donde Tom que estaba con una sábana puesta en su cuerpo, aún temblando.

Todos salieron y llevaron a Tom a una ambulancia, no estaba nada bien… Bill fue con él. Y los cuatro restantes fueron llevados en una patrulla, serían detenidos y encarcelados.

***

Tom no quiso pasar la noche en el hospital, prefirió regresar a su casa. Bill había regresado a la suya por un momento.

Ya en casa, Tom caminaba con dificultad, aún no había visto a Bill… Y ahora que lo pensaba, todo lo que había pasado, fue por fijarse en ese niño marica, y aunque estaba aliviado de que no había sido tocado y estaba a salvo, había decidido alejarse de él y de todo St. Georg, ese barrio no era para él, suficiente había soportado apenas solo días.

Comenzó a empacar sus cosas, tenía la intención de regresar a casa de su mamá hasta que pudiera conseguir un departamento en otro lado.

Esa noche casi no pudo dormir, se recostó en la oscuridad sobre un sofá, no quería entrar al cuarto con las sábanas revueltas que le recordaran lo terrible que había sido ser violado.

Se despertaba a cada momento, casi no podía dormir de corrido, pesadillas y temores lo asechaban… quería salir de ahí, escapar.

A la mañana siguiente, había llamado a su mamá para que le alistara su cuarto allá en su casa cerca de Altona. Tenía todo en maletas, mandaría a una empresa de mudanzas para que sacara sus muebles después.

Suspiró dejando aquel lugar atrás… Pero al abrir la puerta, los ojos de Bill le sorprendieron.

—No te vayas… no… —dijo aferrándose a él en un abrazo desesperado.

—Bill… —El otro no sabía cómo reaccionar—. Este lugar no es para mí.

—No conoces todo St. Georg, yo… —se mordió el labio—. Quiero… quiero que vengas conmigo, a vivir… a mi departamento. —Sus ojos suplicantes hizo que Tom desistiera de pasar de él y continuar con sus planes de irse.

—¿Qué dices? ¿Qué viva conmigo? —Bill se ruborizó un poco.

—Se supone que tú deberías invitarme a mí —rió y luego se puso serio—, pero tú no lo harías. —Tomó su mano—. Por eso te lo pido yo… ¿quieres vivir conmigo? —Tom sintió algo revolotear en su interior, pero luego su mente lo rechazó, él no era gay.

—Claro que no, niño marica —reaccionó casi impulsivamente, y el otro decayó en tristeza, soltando su mano y dándole la espalda para irse—. Bill, Bill, espera. —Se arrepintió en sobremanera de haberle hablando así, pero es que era tan de gays vivir juntos, él aún tenía esa aversión, más aún después de lo que le pasó…

Pero Bill no tenía la culpa, no él.

Corrió dejando su puerta abierta, fue tras el pequeño que salía del condominio con el corazón roto, logró tomarle del brazo deteniendo su seguir.

—Bill…

—¡Déjame! —Le soltó, pero Bill no se fue. Tenía lágrimas en los ojos y respiraba agitado.

—Es que… quiero irme de aquí Bill, todo esto me trae malos recuerdos. —Bill lo miró a los ojos y acarició su rostro con su suave mano.

—Eres mi héroe, no sé qué sería de mí, Tom. Te debo todo… Y por ello quiero que vivas conmigo o… —calló sin saber qué más decir. Tom lo miraba fijamente.

—Soy alguien difícil, Bill, no funcionará.

—Fuiste capaz de mucho por mí… me tienes en tus manos, siento que te pertenezco, no me dejes.

Hubo un silencio prolongado, en donde Bill solo lloraba en silencio, apretando sus labios ahí, parado frente a Tom que prefería no mirarlo a los ojos. Suspiró resignado y luego lo miró.

—¿Qué tan lejos está tu casa? —Bill sonrió emocionado y se le colgó del cuello—. Ya… no en público, no…

—Estamos en St. Georg —Tom dio una vista rápida a aquel barrio, una pareja gay estaba tomada de la mano, entonces, sin dudarlo, le plantó un beso a Bill.

***

Bill vivía a quince cuadras de donde Tom, cerca de un pequeño lago, las casas eran todas hermosa y grandes…

Tom estaba ya ahí, terminando de trasladar todas las cosas que él tenía, Bill tenía un departamento grande y espacioso.

—¿Cómo pagas este departamento? —Bill le sonrió.

—La verdad es un misterio. Cuando escapé de casa, vine aquí a la casa de un amigo, se llamaba Georg, vivía en su cuarto, los dos ahí, aplastados como sardinas. —Rió.

—¡Vivías con un hombre antes! —le reclamó Tom algo airado.

—No, no… —reía—. es Georg, hahaha… es… como yo, ¿entiendes? —Tom seguía serio.

—Eres un hombre tú también. —Bill puso los ojos en blanco.

—Sí, pero Georg y yo somos pasivos —se ruborizó—. Sabes a lo que me refiero, ¿verdad? —Tom achinó los ojos no queriendo hablar más de ello.

—Mariconadas —masculló y Bill asintió riéndose.

—La cosa es que… Cuando Georg ya me dijo que no podíamos compartir más el cuarto, quise vivir con algún otro tipo, estuve preocupado por casi una semana de desesperación, no quería regresar a casa, y de repente llegó una correspondencia a la casa de Georg, era una carta anónima de un contrato para vivir por tres años en un departamento, estaba la dirección y una tarjeta para abrir la puerta, entonces vine aquí y así es como vivo en esta casa… No pago nada por suerte.

Tom se quedó pensando.

Lo cierto es que el padre de Bill, el señor Jörg era un homofóbico frustrado. Le castigaba con frecuencia por cada cosa que hacía, aunque quería a su hijo.

Una vez lo había mandado a espiar y le dieron noticias que vivía hacinado en casa de un marica en St. Georg, pero que estudiaba con ahínco y trataba de salir adelante, y pensaba mudarse con cualquier otro tipo. Entonces, le escribió una carta anónima y le hizo un contrato para que se mudara a un departamento mucho mejor, era tanto su cariño que estaba pagando plazos al banco para comprárselo, claro que nunca pensaba decírselo, todo por su orgullo de hombre.

Bill vivía como si hubiera nacido de nuevo…

Tom regresó a la universidad, de todas maneras le costaba concentrarse después de lo había pasado, pero gracias a Bill había podido dejar atrás lo vivido hace días.

Las semanas pasaban y… Bill se preocupó un poco debido a que Tom, desde que había llegado a casa, dormía en otra habitación, casi ni le besaba, había perdido esa sensación de que él era su novio, lo sentía distante…

Una vez, cuando Tom regresó de la universidad ya en la noche, cansado y con mucho trabajo, Bill se le acercó tímido y le dio un beso en los labios, aquella vez Tom enfureció sin realmente poderse controlar, lo empujó hasta que Bill cayó al suelo y le insultó “No soy marica como tú” le gritó y salió de la sala entrando a su cuarto.

Tom se sintió mierda por decir aquello, pero es que en él estaba esa sensación de fastidio, todo St. Georg le molestaba, le daba asco… Pero Bill, con él tenía sentimientos encontrados que luchaban en su interior… Moría por verlo, por tocarlo, por quererlo, pero a la vez, se lamentaba mentalmente, no quería ser gay, marica, ni nada de eso. Y casi sin querer terminó por hacerlo llorar, ahí tirado en la sala.

Tom esa noche no salió por él. Estaba seguro que al día siguiente tendría que irse, Bill lo echaría de casa, era lo justo.

Pero a la mañana siguiente, al salir muy temprano, encontró un fresco desayuno en la mesa, uno para él y también estaba puesto en la mesa una barra de chocolate con un lindo listón rojo… Hace algunos días Tom le había dicho que le encantaba el chocolate.

Tom no tomó ese desayuno, se quedó ahí pensando… Bill ya no estaba, había salido a su instituto… Decidió salir de ahí y faltar a la universidad por ese día.

Salió a dar una vuelta por el barrio, él estaba preocupado por lo que sentía por Bill, si bien es cierto, él antes se había dejado llevar por sus impulsos, sus ganas de salvarlo, de protegerlo… Pero, ¿eso era amor? ¿Amaba o no amaba a Bill, un hombre? Él no quería admitirlo, él no quería ser llamado gay, ni que se burlaran de él.

—Lo mejor será dejarlo —se dijo a sí mismo—. Él merece alguien como… como él… —eso último le fastidió, él quería ser el único, el primero en él, y para siempre. Pero había ese enorme obstáculo en su mente… ¡Él no era gay!

Entró a un café, a beber algo, necesitaba pensar. Y ahí sentado, apreció las otras personas que ahí yacían, riendo, hablando… en su mayoría parejas homosexuales, una que otra lesbiana y alguna pareja que él consideraba “normal”. Podía observar como el resto, lo que él consideraba escoria, vivían tranquilos, eran felices, eran… como cualquier pareja, como personas que buscan ser felices, ¿acaso él no buscaba eso? ¿Por qué se limitaba tanto?

—Es que… joder, no me gustan los hombres —lo dijo sin más, y lo dijo un poco alto que algunos ahí presentes voltearon a verlo, Tom sonrió disimulado.

No le gustaban los hombres, eso era claro, veía a alguno y lo veía como hombre, como su igual, no había nada de interesante en ello… Pero veía a Bill en su mente, y su corazón latía, había algo en él que se removía y no solo era por la belleza de Bill, era por su esencia, lo que Bill irradiaba era como las luces de un arco iris, las melodías más hermosas, los perfumes más suaves y el calor más cálido… Y solo había pasado con él.

Almorzó algo pequeño en un puesto de comida rápida, y siguió caminando. Sacó dinero de un cajero, y quiso comprarle algo a Bill, ¿qué se le compra a una pareja gay? Él no tenía la menor idea… ¿flores? ¿Chocolates? ¿Ositos? ¡¿Qué?! Pero debía comprarle algo, sentía que le debía al menos una disculpa y de ahí que sea él quien decida, si Tom se iba o se quedaba, no huiría más.

Entró a una tienda de regalos y observó todo lo que ahí había. Un Joven vestido de rosado se le acercó algo emocionado.

—¿Busca regalo para alguna persona en especial? —preguntó con una voz aguda, queriendo saltar emocionado. Tom lo fulminó con la mirada, el joven tenía lentes negros y una bufanda rosa floreada en el cuello, Tom sintió el impulso de querer ahorcarlo con esa misma bufanda. Respiró hondo y solo le frunció el ceño.

—Sí —masculló apretando los puños. El otro se emocionó y dio un gritito abriendo sus ojos emocionado.

—Tengo lo que busca —volvió a chillar y quiso tomar a Tom del brazo para jalarlo dentro de la tienda, Tom se negó y el otro le sonrió—. Cómo es… ¿él o ella?

—Él —dijo serio, algo avergonzado.

—¡Pues que mejor! ¡Estás en St. Georg! ¡Wuii! —Tom lo fulminó con la mirada.

—¡Cállese y muéstreme algo!

Así comenzó aquella tarde, Tom no podía soportar a ese vendedor, quería escapar, pero luego que el otro calmara su emoción, lo llevó a un mostrador en donde había joyas.

—¿Y cómo es él? ¿Le gusta la moda, el arte, la música, es delicado? ¿Cómo yo?

—¡No! —Tom seguía serio—. No es marica como tú. —El otro se puso serio, se sintió ofendido, Tom pudo ver aquello.

—Tienes un problema con la homofóbia, ¿cierto? Desde que entraste aquí, pobre de tu novio. —Tom se quedó ahí pensando… si él no cambiaba esa forma de pensar, no podría hacer a Bill feliz.

—Lo lamento, solo que mi novio no es feo como tú, él es lindo… —Hubo un silencio, el joven lo veía totalmente decepcionado, Tom puso los ojos en blanco—. Disculpa, ya… no hablaré así otra vez… quiero comprarle algo a él.

—Está bien, aquí hay muchas opciones…

La vista de Tom se enfocó en un collar brillante con un dije de piedra—. Me gustaría éste. —El otro joven lo miró sonriendo y dio palmaditas en el aire.

—¡Ese es hermoso! ¡Tu novio te dará una noche de pasión!

—¡Ya! No más de eso. —Tom se sonrojó un poco, pero luego sonrió cómplice al otro chico, quien también sonrió casi con los ojos aguados de la emoción.

Salió de la tienda y casi oscurecía. No quería regresar a casa, estaba nervioso. Había un hermoso atardecer en St. Georg, el cielo se había puesto rojo.

Sus pies le guiaban a casa… pero su mente, hizo que retrocediera y se perdiera en las calles otra vez.

Así pasaron casi cuatro horas. Era ya las diez de la noche y la brisa fría le hizo entrar en la casa, esperaba no encontrarse con Bill, aún no tenía como arreglar las cosas, o como acabarlas de una vez, estaba dudoso e intranquilo.

Al entrar a casa, Bill yacía dormido sentado con los brazos apoyados en la mesa del comedor con una suculenta cena puesta para dos… Había dos velas que se estaban consumiendo. Había cocinado para Tom, pasta como le gustaba… Ya aquella comida parecía media seca, ¿cuántas horas habría estado esperando?

Se le acercó y puso con delicadeza una mano sobre su hombro sintiéndolo despertar, se sobresaltó y se puso en pie de inmediato.

—¡Tomi! —se colgó de su cuello en un abrazo desesperado y necesitado—. No me dejes… haré lo que tú quieras… si es porque soy un hombre, no me toques, lo soportaré… no sé, pero no te vayas… no —comenzó a llorar.

Bill se había enamorado, no podía imaginar su vida sin Tom, y trataba de tenerlo de vuelta como cuando lo conoció y era capaz de tocarlo, besarlo, aunque nunca lo había hecho suyo… Bill había entendido que Tom no era como los otros, Tom no era gay y no le gustaban los hombres.

Aún así, lo amaba tanto así que sería capaz de vivir a su lado aún sabiendo que su amor no era correspondido.

Sus finas manos se aferraban a la chaqueta de Tom y sus lágrimas lo mojaban, hipaba tratando de acallar su llanto.

Tom lo rodeó por la cintura y se quedó ahí pensando… Cuánto sufrimiento, cuánto daño le hacía por su manera de pensar tan cerrada.

—Lamento ser un marica… Hubiera nacido una mujer. —Volvió a llorar.

Había llegado a esa patética conclusión, si él fuese una mujer, al menos así podría agradar a Tom, gustarle…

Tom se sintió cruel.

—No —dijo abrazándole, aún Bill temblaba tanto esperando que lo alejara de él y le dijera que no lo quería, que él no era gay y que se mudaría lejos… Bill se aferró con toda sus fuerzas por si tenga que recibir algún empujón de parte del otro.

Y luego sintió cómo Tom tomaba sus manos y poco a poco las desprendía de su chaqueta, Bill se quejó, pero el otro no se detuvo, lo apartó de sí y lo miró a los ojos, tomando sus temblorosas manos.

—Tom… —susurró para luego seguir llorando. Tom, en un solo movimiento, cayó de rodillas frente a Bill quien se desesperó por avanzar hacía él, levantarlo.

—No, quédate ahí. —Tenía sus manos apoyadas en la cintura de Bill, y lo miró a los ojos de los cuales salían mares de lágrimas de desesperación—. No llores… no por mí.

—Yo… —casi ni podía hablar—. Te amo, lo lamento —dijo desesperado y Tom lo abrazó apoyando su cabeza en su vientre plano y suave—. Tomi…

—Esto es difícil para mí…

—Lo sé.

—No. Escúchame… Me importa que seas un hombre. —Le miró a los ojos, una lágrima de Bill cayó sobre su mejilla, Tom parpadeó y Bill se la quitó—. Tengo miedo de esto… Soy yo el marica aquí. —Sus labios temblaban. Pero quiso sincerarse de una buena vez—. Te amo… esa es la verdad, y… —cerró sus ojos—. Tengo miedo, es eso.

Bill dejó de llorar, estaba estático sintiéndose embriagado de una rara sensación como de irrealidad… No podía creer las palabras de Tom. Éste se puso en pie tomando ambas manos de Bill, las llevó a sus labios y las besó.

—Tom… —Abrió la boca asombrado y comenzó a temblar. Tom le soltó una mano y sacó de su chaqueta la cajita de terciopelo que llevaba el hermoso collar brillante.

—Sabes Bill, ¿qué se le compra a un gay? —preguntó sonando nervioso—. No lo sé… no sabía qué realmente comprarte, hasta que te imaginé la primera vez que te vi… Estabas en el supermercado y tenías calor, tus manos acariciaron tu cuello, en milésimas de segundos… Yo quise ser esas manos, aunque luego me lamenté por ello, por estúpido. —Abrió la cajita y le mostró el collar—. Pido disculpas por ser tan bestia. Esto es para ti.

Con manos temblorosas Bill tomó la cajita y luego Tom sacó el collar plateado y se lo puso a Bill.

—Gracias… —enmudeció, todo él temblaba y luego miró a los ojos de Tom, éste esperaba más de Bill que un simple gracias—. Gracias… estoy soñando… —Se tapó la boca con ambas manos y luego regresó a los brazos de Tom—. No sabes lo que significas para mí, mi héroe, mi amor, el primero… En el que pienso cada día.

Tom tomó su rostro con desesperación y vio como Bill se ensalivaba los labios, ansioso por él… Le susurró un “bésame” como súplica y Tom accedió devorando su boca con insistencia, sintiendo todo de él, lo alzó con sus fuertes brazos y Bill se colgó de él poniendo sus piernas alrededor de su cintura.

Muchos besos más, desesperados por sentirse el uno al otro, Tom terminó entrando con Bill en brazos, hacia el cuarto de éste. Y aunque tenía temor de recostarlo sobre la cama, al final sus propios deseos ganaron y terminó sobre él haciendo presión y escuchándolo jadear.

—Tom… —le susurró en sus labios—. Déjame alistarme… —pidió con un fuerte rubor en sus mejillas, aún estaba algo inseguro, no quería defraudarlo, decepcionarlo o alguna otra cosa.

—¿Alistarte? —Bill asintió y se mordió el labio.

—No tardaré… —Estaba muriendo de nerviosismo, del atrevido Bill inicial, solo quedaba uno inseguro por su culpa, Tom sabía eso.

Se separó de él y lo dejó ir. Caminó hacia el baño bastante nervioso y se encerró ahí. Se quitó la ropa lo más rápido que pudo y se metió a la ducha, no quería demorar, pero lo vio necesario. Se aseó tan meticulosamente y luego salió poniéndose una toalla en la cintura. Suspiró muy nervioso aún dentro del baño y escuchó a Tom tocar la puerta.

—Cariño, No tenías que darte una ducha. —Tom se sentía culpable.

Luego de segundos la puerta se abrió, y Bill salió, armándose de valor sonrió a Tom sujetando con ambas manos la blanca toalla que le cubría.

—Precioso… hermoso, y mío —susurró Tom, jalándole de un brazo para pegarlo a su cuerpo, y luego besarlo… la pequeña toalla cayó y Bill estuvo expuesto a él.

Avanzaron poco a poco hacia la cama, Tom podía sentir cómo Bill temblaba y se agitaba, sus manos frías bajaron hacia el borde de su playera y la alzó para luego Tom terminar de sacársela. Tomó a Bill con delicadeza y lo recostó en la cama, éste se puso de costado y Tom fue detrás de él besándole el hombro hasta subir a su largo cuello en donde el collar aún estaba puesto en él. Le mordió la oreja, Bill lo veía de reojo, estaba agitado y su entrepierna palpitaba con cada beso.

—Voy a hacerte el amor —le susurró Tom al oído.

—Yo quiero… —Posó una mano en su cintura mientras con la otra se desabrochaba en pantalón terminándoselo de sacar, y tirándolo por algún lado. Bill se desesperó. Las manos de Tom bajaban por un de sus costados hacia sus caderas. Y luego a sus nalgas, abriéndolas un poco, tocó su entrada con cuidado sintiéndole estremecerse y abrir la boca, Tom le besó la mejilla una y otra vez, Bill logró sonreír, y alzó un poco la pierna.

—Esto… creo que va a dolerte, no quiero que duela… no… —Se lamentaba Tom aun acariciándole con cariño tan íntima zona. Bill rió algo nervioso.

—Espera… —se mordió el labio. Y luego estiró su mano hacia su mesita de noche, se irguió un poco y abrió el pequeño cajoncito, con mucha vergüenza sacó un frasquito semi lleno de lubricante y lo abrió, vertiendo un poco de su contenido en sus dedos temblorosos ante la atenta mirada de Tom.

— Bill… —Y luego llevó una mano hacia su trasero, aún de costado dándole la espalda, Tom pudo ver como se metía un dedo ahí, preparándose—. Oh… —Luego escuchó a Bill gemir bajito y Tom detuvo su mano—. Por favor, déjame acariciarte… —pidió y Bill llevó sus manos hacia las sábanas.

Pronto, Tom estaba besándole y Bill sintió entre sus nalgas la erección de Tom, caliente y palpitante. Los latidos de su corazón retumbaban en su pecho y sintió cómo los fuertes brazos de Tom le rodeaban todo, y como sus labios temblaban en su cuello cuando acercándose más entró en él deslizándose en su interior sin problemas gracias al lubricante.

—Ahh… —Bill gimió agudo tensando su cuerpo ante aquello, nunca antes sentido de esa manera, como si le perteneciera a alguien, como si se entregara totalmente, se disponía en cuerpo y alma—. Oh… Tomi…

—¿Duele? —estaba todo en él, era tan apretado y caliente, era la sensación más deliciosa que había sentido en su vida. Cada músculo del cuerpo de Bill temblaba, y ahora su cuerpo estaba caliente y comenzaba a sudar. Tom se preocupó por la tensión de del pequeño cuerpo que tenía entre sus brazos, él sabía que una penetración así, dolía. No quería moverse, no sin antes saber si Bill estaba cómodo. Le besó la nuca y luego sus labios en cuanto Bill le encaró.

—Me… me gusta como duele —dijo con una pequeña sonrisita y luego se mordió el labio—. Anda… ahh… muévete. —Apoyó una mano en la cadera de Tom, presionándolo un poco hacia su cuerpo—. Muévete ¡Ahh! —gritó en cuanto Tom se impulsó saliendo un poco y entrando en él. Bill abrió la boca y llevó la cabeza hacia atrás— Sí… —exclamó con la voz llena de excitación.

—Te deseo —le susurró mientras embestía una y otra vez… Bill gemía tanto arqueándose un poco, llevando su trasero hacia atrás en cuanto Tom tocaba algo placentero que le hacía querer correrse ahí mismo.

Tom notó las ganas de Bill de moverse, y salió de él por un momento, lo tomó de las caderas y se recostó en la cama indicándole al otro subir en él.

—Bill… arriba —le dijo con una sonrisa, el pelinegro se apoyó en su pecho y se penetró enseguida. Miró a Tom extasiado.

—Te amo… no me arrepiento de haberte conocido… ahh… —gemía sin control, las manos de Tom subía y bajaban por sus costados hasta posarse en su trasero y apretarlo entre sus manos.

Se irguió y besó a Bill fuertemente y luego Bill abrió la boca y gritó temblando en sus brazos, casi cayendo hacia atrás. Apretó tanto a Tom que lo obligó a correrse en su interior fuertemente.

Aquella noche, ambos no pensaron que acabarían así… Empezando todo en serio.

Hicieron el amor otra vez, y Bill al estar bajo Tom, le sonrió extasiado.

—Gracias Tomi… —Tom apoyó su frente en la suya, suspirando de cerca.

—Soy gay, Bill —rió emocionado, aún recuperándose del orgasmo prolongado que había sentido—. Si amarte y acostarme contigo me hace gay, lo soy y a mucha honra…

Bill rió y luego lo besó… Tom era su héroe y era suyo...

Un año después, se casaron en aquel barrio de St. Georg. El padre de Bill, dentro de su auto y de lejos, miró la boda de su hijo, y aunque lloró, le mandó los papeles del departamento a su nombre como regalo de bodas.

Y para Tom nunca más fue un insulto ser homosexual, era su nueva vida y era feliz…



Fin.

Y eso fue todo, de todas formas el amor prevaleció. Espero les haya gustado aunque este fic no sea de mis favoritos~ Gracias por leer. No olviden comentar~

14 comentarios:

  1. Awwwwwwwwwwwwwwww!
    -muero de la felicidad-
    Lo amé, por Dioh! me encantó.
    Al final juntos y felices :33
    Sube más fics como este.
    Besos (:

    ResponderEliminar
  2. Dentro de todo lo malo que paso Tom, se puede decir que logro supera esa situación y su amor por Bill fue mas fuerte que todos sus prejuicios y miedos.

    una historia muy linda aunque no sea de tus favoritas. si fue de las más C:

    ResponderEliminar
  3. Me gusto mucho... fue como leer algo fuera de lo que estoy acostumbrada con tus fic's, siendo sincera me encanto porque no se, tiene ese algo que me llamó la atención xD

    A pesar de leer las advertencias (aunque no lo creas si las leí) no me esperaba que la violación le pasara a Tom, nunca me imagine eso D:
    Me alegra que haya aceptado que esta enamorado de Bill... lloré de alegría con eso :'DDD

    Sin duda es uno de mis favoritos :3

    ResponderEliminar
  4. Me gusto mucho :D
    Al igual que el comentario de arriba, jamas pensé que violarían a Tom, pero, no quería que le pasara nada al inocente de Bill... así que ni modo v_v todo por el bien de Bill
    Tom debía aceptar su realidad si es que quería vivir feliz y él sabía que era junto a Bill.

    Pink! me alegra por ti y tu trabajo... pero te extrañare T-T
    siento como si te fueras para siempre, y no quiero :'(
    (aunque sé que no te iras por siempre... no nos abandonaras.. cierto?)
    (subes póster? por favooor)

    Cuidate mucho pink!
    besos!

    Criis. <3

    ResponderEliminar
  5. Hallo!
    Oh!!! Bueno primero comencemos con lo malo
    Bushido, Siempre te he odiado ¬¬ y como te paso en este fic, me gustaría que te pasara *w* muy merecido, y pobre de Tomi u.u Por la violación, pero ahora tiene una vida realmente bonita c:

    Este fic es boniito, aunque tenga esas cosas malas, pero lo bueno es que Tom ama a Bill y se siente Orgulloso de eso,
    y Wow Bill es un Gran Tierno *-*
    Realmente el Final es hermoso, y no me refiero a la parte en que Hicieron el amor (*w*) Nahh, me refiero a que se casaron y todo eso :DD Tienen un Final Feliz y eso es Hermoso.

    Me Gusto mucho C:
    Cuidate, Besos <3
    Zuii.

    ResponderEliminar
  6. Odio a Bushido y sus perros rastreros ¬¬

    Al fin y al cabo Tom dejo de lado sus prejuicios y Billi es feliz, ambos lo son *-*
    Lastima que fuera un fic corto, si tuviera más capítulos hubiera sido aun más perfecto hsvfisddb

    ~CAARLAA13

    ResponderEliminar
  7. la ptm!! maldito bushido! D:(pobre mi tomaso :c) ..pero mori con lo de; lo lamento pero tu eres feo mi novio es lindo ahjasdkshdjkashdjashd :") oww y luego fueron felices aunque Tom fue un perro al principio, pero Bill tan tierno caraho cuanta bondad!!! *-* yo ya hubiera mandado a Tom bien lejos .-. XD. Ay este fic me trae tantos recuerdos .. :"D que pena que ya haya terminado ,lo bueno es que seguiré leyendo todos tus fics XD espero nunca se acaben, te idolatro *-*

    ResponderEliminar
  8. Preciosa historia... Amo como escribes chica c:

    ResponderEliminar
  9. Esa parte en la que Tom decide tomar el lugar de Bill y le plantean que son cuatro me piso la piel de gallina. Fue un gesto demasiado hermoso, hacer algo así por alguien que casi ni conoces. Me gusto la parte siguiente, que aunque vivieran juntos Tom no precisamente empezó a andar con Y bill tan dispuesto a estar con el aunque no lo tocara, creo que muchos luego están dispuestos a eso, bueno recuerdo haberlo visto en un supuesto caso real

    ResponderEliminar
  10. Muchas gracias a todos por sus comentarios y la apreciación de este fic, lo valoro mucho y espero seguir escribiendo y publicando a pesar que estoy por ir al trabajo en el estado, lejos de la ciudad.
    besos *-* lamento no poder responder uno a uno pero me toma tiempo, así que creo que comentaré así, en resumen u_u espero me entiendan
    los quiero *-*

    ResponderEliminar
  11. Amé tu comentario, me animas a seguir *-*<3

    ResponderEliminar
  12. OWWWWWWW SEÑORA ROSADITA! ME MATASTE X-X como tuve una bronca mal cuando violaron a Tom, posta que casi lloro u,u dsañçsdkçñdcfds uuuuhhh Bushido ojalá te pudras en la cárcel >:c pero Tom dxsdkfaudujksd como Tom cambia su forma de pensar por enamorarse, amé este mini fic ;-; y Bill... Puchacomoloamoooo Bill fue paciente, y persistente, no se rindió ytjzxsjkñhsdhgsd y su papá Owww por más que sea un orgullosos de mierda lo ama ;-------; Es la primera vez que leo que violan a Tom, de verdad ._. Y te juro que me dió tanta rabia impotencia, Tom es mi... No sé, es mi nene pasivo loca favorita, yjkñmdshjksds y me dolió que lo hayan (así se escribe? ._.) violado, Deja una gran enseñanza este mini fic,´en fin, lo amé, sin palabras!, Grosa sos Lady Pinki *u*

    ResponderEliminar
  13. dios...llore por ese final,dios,pinki te amo,espero que sigas y que tu inspiracion sea infinita,y que tus fics puedan crusar el mundo,que viajen atravez del tiempo...que se encuentren donde la lluvia no duela,ni haga daño :')

    ResponderEliminar
  14. ¿Porqué las personas que escriben así de bello escasean tanto?~Esto es demasiado para mi kokoro♥ Y agradezco muchísimo el que compartas con nosotras tus historias, son las mejores♡

    ResponderEliminar