Una esperanza - 5

 Hola a todos *-* me alegra que algunos me pidan que publique más seguido n_n y mejor ya que tengo adelantado el fic. Espero les guste este~

Esa noche Harry no pudo dormir.

Luego de haber recibido la galleta, Louis le invitó otras más, pero esta vez no llevo alguna a su boca, así que Harry tomó varias por su cuenta hasta llenarse.

También terminó los ejercicios, aunque Louis argumentó que se sentía cansado, así que Harry no quiso cansarlo.

Eran casi las diez de la noche cuando Harry le entregó en una hoja los sesenta ejercicios resueltos y Louis salió de su casa más que apurado.

Louis corrió varias cuadras antes de llegar a la estación de tren. Se sentía mareado, confundido y asqueado consigo mismo por tan siquiera observar a Harry.

“No puedo creerlo, Louis, ¡no te creo!” pensó cuando esperaba en el tren. “Fue bastante arriesgado la cercanía que tuve con ese raro, no está bien. Todo lo que tengo que hacer por una tarea, espero nunca más tener que estar cerca”. Cerró los ojos por un momento, suspirando. “Pero dibuja bien…” “Y cocina bien…” frunció el ceño, “Y…” sacudió la cabeza. “Cállate, Louis”.

Esa noche Louis tampoco pudo dormir.

*

Al día siguiente, ambos fueron a la escuela con ojeras en el rostro. 

Como era de costumbre, no se saludaron y Harry trató de pasar desapercibido para no ser agredido. Se sentó atrás, cerca de Will y Tom.

—¿Tienes la tarea? —preguntó Will y Harry abrió su mochila pasándole el cuadernillo resuelto.

A un lado del aula y muy lejos de Harry, el grupo de Louis se sentaba y Liam puso su pesada mano sobre el hombro de Louis.

—La tarea —pidió apretando un poco su hombro.

—Sí, ya… —se quejó Louis adolorido y sacó de su mochila en cuadernillo.

—Vaya, eres genial —premió Liam con una sonrisa—. ¿Lo hiciste tú solo?

—Sí… —dijo un poco nervioso.

—Pero si no sabes ni una mierda. —reclamó comenzando a airarse.

—Me ayudó una chica del trabajo, ya sabes, la convencí —sonrió sugestivamente.

—¡Ese es mi chico! —dijo con una sonrisa aunque eso sonara atrevido, casi le besó en la mejilla y Louis retrocedió. Algunos de la clase se percataron de eso y silbaron, pero Liam los hizo callar a todos con un gesto de su mano.

Así empezó el día.

Harry tenía un dolor de estómago por haber comido tantas galletas anoche y por todo el nerviosismo que sentía al recordar el detalle de las mismas.

El profesor de matemática entró y todos hicieron silencio.

—… recogeré los trabajos y habrá una prueba del mismo, sacaré un nombre al azar de cada grupo a la pizarra. —Anunció y todos con pereza entregaron sus trabajos grupales.

Louis se puso un poco nervioso y esperaba no tener mala suerte y que le tocara a Liam enfrentar las consecuencias de no haber hecho un trabajo grupal. 

—A ver jovencitos del grupo tres —dijo el profesor y Harry se puso nervioso, era su grupo—. Sale al frente… —hizo una pausa leyendo el trabajo—. El joven Kuliz.

—Es Kaulitz —dijo Tom levantándose. La clase se reía de él porque era extranjero y Harry sintió un poco de pena.

—Tú puedes —le dijo Will y Harry también le dio una sonrisa que le infundía fuerza.

Tom salió a la pizarra y con manos temblorosas resolvió el ejercicio recordando lo que Will le había enseñado el día anterior.

—Bien —dijo el profesor—. Se ve que han trabajado juntos, aunque te falta practicar, ¿me entiendes? —dijo lo último de forma lenta y la clase rió.

—Tiene que hablarle en alemán —dijo Liam burlándose y luego imitó unas frases como Adolfo Hitler que molestó al profesor.

—Silencio. Dígame el número de su grupo. —Apenas Liam lo musitó y el profesor buscó en su lista.

Louis suspiró un poco aliviado, llamaría a Liam, estaba seguro.

—El joven Tomlinson —Liam suspiró de manera audible y Louis palideció. No podía tener peor suerte que esa.

Salió a la pizarra con mucho nerviosismo y recibió del profesor el papelito de su ejercicio. Miró hacia atrás, buscando a Harry y vio esos ojos de desesperación que tenía.

—Mire hacia la pizarra —ordenó el profesor y Louis obedeció.

Los números lograron marearlo un poco, no entendía ni cómo empezar, menos terminar. Estaba perdido.

Hizo el intento, unos garabatos, fingió estar resolviendo algo pero luego se rindió, además el profesor se percató de su torpeza.

—El grupo ocho está descalificado —dijo serio—. Tome asiento. ¿Alguien tiene la amabilidad de pasar a resolver ese fácil ejercicio? —preguntó a los demás alumnos y uno de ellos alzó la mano y pasó.

Louis estaba deshecho. Liam y Niall lo miraban como si fuera la peste.

—Eres un maldito.

—Eres un imbécil —decía cada uno de ellos, turnándose para insultarlo.

Louis se sentó y trató de no hacer caso, pero Liam solía ser severo, comenzó a amenazarlo e intimidarlo con solo su mirada. 

Y lo amenazó.

Al final, sintió unos retorcijones en el estómago tan fuerte que lo obligó a pedir permiso al baño y casi salió corriendo. 

Corrió por el pasillo hasta llegar al baño, empujar la puerta y vomitar todo el desayuno. No sabía por qué Liam se había vuelto tan influyente en él, pero cuando le dijo que a la salida le esperaría algo muy grave, su mente se llenó de tantas posibilidades que lo angustió hasta ponerlo en ese estado.

—No puede ser… —suspiraba agitado, aun con la sensación de náuseas. Se sentía perdido y su mayor temor era convertirse en una de las víctimas de Liam, sabía lo severo que solía ser.

Terminó de vomitar y deseó respirar aire puro. Sabía que a esa hora los auxiliares se iban a la cafetería a tomar desayuno y no había ningún profesor o alumno fuera de clases.

Caminó por el largo pasillo rumbo hacia el estadio de la escuela. Un campo grande y verde donde hacían deporte y se sentó en el césped, respirando y tratando de calmarse ya que aún se sentía mareado y la cabeza le dolía de forma extraña.

Había muchas emociones luchando en su pecho. No quería admitirlo, pero era miedo puro. Para Louis era muy importante la imagen que proyectaba hacia los demás. Como todos lo veían con Liam, sabían respetarlo y darle su lugar. Nadie quería enfrentarse a Liam o la pagarían caro.

Puso la cabeza sobre las rodillas, abrazándose a sí mismo y dejó que sus lágrimas cayeran por sus mejillas, reprimiendo llorar de forma audible. Se desahogó.

En el aula, Harry estaba al borde de un colapso. Estaba tan nervioso y curioso por saber de Louis. Podía imaginarse tantas cosas y su preocupación crecía.

Un grupo de alumnos se aglomeró en el escritorio del profesor porque querían hacerle entender de un ejercicio que estaba mal resuelto y algunos aprovecharon para ponerse en pie y caminar por el aula. Harry así lo hizo, fue hacia el tacho de basura a echar alguna hoja que no servía y ya se encontraba cerca de la puerta semi abierta.

Miró a todos lados y se sintió invisible, a nadie le importaba lo que hacía, así que aprovechó eso para salir del aula y escabullirse por el pasillo.

Fue hacia el baño y no encontró a nadie. Caminó por todos lados, pasando aulas y aulas hasta llegar a la enorme puerta semi abierta que llevaba al estadio del colegio.

Caminó por el césped viendo a lo lejos a Louis, sentado y acongojado. El corazón se le estrujó en el pecho al verlo así y lo primero que hizo fue seguir sus emociones. Corrió hacia Louis y éste alzo la vista asustado por el ruido, pensando que había sido pillado fuera de clases, pero sintió alivio al ver a Harry, quien se arrodilló a su altura.

—¿Estás bien? —dijo agitado por haber corrido.

—¿Qué haces aquí? —dijo limpiándose las lágrimas, evitando verlo a los ojos.

—Yo… yo… estaba preocupado. —Vio la mirada de ira que Louis le dio y se alejó un poco.

Louis estaba molesto y eso llevó a una cosa: venganza.

u_u ¿qué creen que pasará? Estoy segura que a muchos le gustará el capítulo que viene *.* no tardaré~ ¿Comentarios? Les he respondido los anteriores *-* gracias!!