domingo, 1 de junio de 2014

En el campamento - 8

Hola a todos *-* lamento tardar mucho u_u espero les guste este capítulo. Saludos a Nico~

El silencio reinó entre los dos otra vez. Tom se angustió un poco, pero no se retractaría, le había dicho la verdad, le importaba Bill, lo consideraba especial. No sabía si eso había sonado atrevido, pero sintió que debía decirlo.

Por su lado, Bill suspiraba de rato en rato buscando dormir, no quería decirle nada y quería que Tom no esperara nada de su parte, ¿para qué alimentar falsas esperanzas? Él sabía que luego que el campamento terminara cada quien vería su camino.

—Bill… —susurró esperando alguna respuesta, pero Bill no dijo nada, sólo cerró los ojos y buscó relajarse. Tom le daba calor en la espalda, lo tenía abrazado y eso le gustaba mucho. 

Tom se atrevió a juntar sus labios a la piel de la nuca de Bill dejándole un pequeño beso tembloroso que estremeció al otro. Así, muy junto, decidió dormir.

*

Hace un año atrás Bill esperaba nervioso despedirse de Matt, ya le había dicho tantas veces que luego que el campamento terminara, no se verían más, entonces la despedida debía ser algo especial y significativa.

Era una tarde calurosa y ya todos estaban ansiosos por volver, menos Bill. La mayoría permanecía en los grupos, hablando, jugando, pasando el rato, pronto vendría la Van que los regresaría a la ciudad.

Matt lo llamó desde el bosque y Bill casi corrió emocionado… parado frente a Matt, se empinó y le dio un pequeño beso en los labios.

—Hum, debemos regresar a nuestras casas, pero estaba pensando que… —calló y eso desesperó un poco a Bill.

—¿Nos veremos? Quiero verte Matt, yo… —enrojeció, pero quería decirlo así como él se había atrevido una vez—. Te amo —dijo y luego se mordió el labio inferior. Matt sonrió de satisfacción y tomó su cintura con una mano, atrayéndolo más a su cuerpo y lo besó.

—Estoy pensando que podríamos vernos en forma privada allá, en la ciudad… —Bill sonrió tímido, se verían, eso era lo que más deseaba, verse con él, que lo que tenían perdurara por siempre. 

—Te doy mi dirección, te doy todo lo que me pidas. —La risa de Matt sonó extraña, pero Bill no sabía cómo descifrarla.

—Me darás algo que quiero… —susurró acariciando la parte baja de su espalda y Bill abrió la boca jadeando cuando pasó una mano por una de sus nalgas, pero Matt se alejó y acarició su mentón viéndolo nervioso—. Voy buscarte este sábado, me dices donde vives y yo iré.

—¿Me dirás dónde vives tú? —Matt negó con la cabeza.

—Seré yo quien vaya por ti. —Y eso emocionó a Bill quien abrazó a Matt como despedida y no quería soltarlo.

Luego tuvieron que regresar a las carpas y Bill terminó de cerrar su mochila no sin antes percatarse de Matty, el pequeño muñeco de trapo que descansaba sobre su ropa. Sonrió ante eso, se iba del campamento habiendo encontrado su primer amor, no podía estar más contento, él, el más raro chico, al que todos echaban a un lado, estaba con Matt, el impresionante rubio, rebelde y fuerte. 

*

Bill despertó y se separó de Tom quien aún dormía. Buscó en los lados, se arrodilló para luego encontrarlo cerca de las cosas de Tom, el pequeño Matty, ¿cómo había aparecido ahí? Eso era sumamente extraño, así que decidió revisarlo, sentado en su bolsa de dormir, tomó al pequeño muñeco y buscó su espalda. Tenía cierto temor por encontrar lo que buscaba, pero no halló ninguna abertura. 

Entonces se percató que no era Matty, era otro nuevo, diferente, no tenía ningún significado. Se quedó mirando un punto fijo dentro de la carpa pensando y recordando las palabras de Matt “lo hice para que me recordaras…” A Bill le había parecido el más hermoso detalle jamás antes tenido y ahora ataba cabos en su mente, Matt no había hecho el muñequito como una muestra de cariño, quien sabe y se lo encontró en algún lado y le engañó… otro más de sus engaños.

—¿Bill? —A su espalda, Tom despertaba, se sentó y puso su mentón en uno de sus hombros, mirando así lo que tenía en sus manos—. ¿Todo bien? Es un regalo extraño —dijo, ¿quién regalaba algo como eso? No tenía una aparente utilidad—. Puedes darle a tu mamá para que lo utilice de alfiletero. —Tom buscaba congeniar con Bill, hacerle hablar, pero no lo conseguía. 

Bill permaneció revisando ese objeto hasta que Gustav despertó y ambos jovencitos se separaron disimuladamente y Bill ocultó el muñequito entre sus cosas, averiguaría cómo así había uno igual al suyo en ese lugar.

El día empezaba como siempre, con competencias tontas y tiempos de compartir todos juntos. Los ojos de Tom no dejaban de seguir a Bill a donde vaya. Eso le hizo pensar seriamente en que debía hablar con Bill sobre lo que sentía. El campamento se acabaría y sabía que se arrepentiría por no haberlo dicho. 

Para Bill no pasaba desapercibido esas miradas de Tom, sabía que lo deseaba pero también sabía que sería peligroso entablar una relación, no más de ese tipo de cosas, pensó, no consideraba que estaba hecho para relaciones, así que no ilusionaría a Tom. 

Luego de los juegos respectivos, los chicos estaban cansados, lo único que querían era almorzar, pero tocaba el baño y para Tom era el momento esperado incluso más que el almuerzo.

Los dos hicieron la fila larga para entrar por grupos, cada quien con su toalla y jabón. Bill estaba incómodo, serio, mirando a todos lados, Tom; con una sonrisa intentaba hacerle el habla.

—¿Qué será el almuerzo? ¿Alguna masa con sabor?

—No sé. —Miraba hacia el bosque y Tom suspiró mirando hacia ese lugar.

—¿Iremos a la casa del árbol? Ya quiero que sea la tarde…

—No lo sé.

—Hum… —calló, se había dado cuenta de la seriedad de Bill—. ¿Pasa algo?

—No pasa nada. —Ni se miraban a los ojos, no habían interactuado bien desde que amaneció y eso preocupó a Tom, ¿qué pasaba? ¿Había hecho algo mal?

Andreas con su grupo de amigos estaban cerca de ellos otra vez, se reían de todo, se burlaban de los más pequeños. —¡Hey! —llamó a Bill desde atrás, picando su hombro—. Entraremos primero. —Impuso abusivo, jalando a sus amigos para adelantarse en la cola. Bill se hizo a un lado, pero Tom demostró su molestia empujándolos, ocasionando una pequeña discusión—. ¡Hey, raro, controla a tu novio! —se burló Andreas—. ¡Ya no está Matt para que te defienda! —Su grupo de rió y Bill enrojeció jalando hacia atrás a Tom para que no se metiera en problemas.

Escuchar ese nombre le produjo dolor de estómago y los ojos de Tom clavados en él buscaban respuesta. —¿A qué se refiere? —preguntó curioso, tomando su brazo, era la primera vez que escuchaba ese nombre, aunque no la primera en ver a Bill así de nervioso—. ¿Bill?

—Déjame —pidió que lo soltara del brazo y luego evitó su mirada, miró sus zapatillas blancas sucias de barro y luego buscó jugar con sus uñas. Tom lo observaba con detenimiento y por dentro comenzó a desesperarse por lo extraño que actuaba y la poca comunicación que tenían.

Tuvieron que esperar casi media hora en silencio, conversando con otras personas alrededor, evitando el contacto ocular hasta que llegó su turno.

Los guías gritaban a cada jovencito que se demoraba amenazándolos con castigarlos lavando los platos.

Entraron un grupo a ocupar cada ducha compartida. Se quitaron la ropa a gran velocidad, no había tiempo para estar mirando, aunque Tom de rato en rato trataba de ver a su derecha. Bill ya se estaba enjabonando rápido y Tom suspiró. No lo miraba, y se resignó a sólo bañarse. 

—¡Rápido! —gritaron los dos guías que los custodiaban. 

Así como entraron, salieron tan rápido y luego de eso a sentarse en las bancas que había para vestirse otra vez.

El momento que tanto esperaba Tom terminó en un abrir y cerrar de ojos y dentro de minutos ya estaban todos en el comedor esperando por su ración.

Bill estaba más distinto que los otros días y Tom analizaba, pensaba en el porqué de todo eso, así fue como recordó ese nombre que soltó Andreas… “Matt”, le había dicho que no estaba Matt para defenderlo y Tom averiguaría a como dé lugar a qué se había referido Andreas con ese comentario.

—¿Iremos al bosque? —preguntó Tom cuando ya casi terminaban su ración de fideos mezclados en salsa roja. Bill lucía distraído pero volteó a verlo.

—No sé.

—Hum, ¿pasa algo? Siento que sí.

—No, nada.

—Vamos. —Golpeó la mesa ofuscado—. Se supone que soy tu amigo, desde que recibiste ese regalo andas así, ¿qué tiene que ver eso? —Bill frunció el ceño y evitó contestarle—. Por favor, sólo quiero ayudar.

—Si quieres ayudarme, averigua quién me dio ese regalo, quién de todas las chicas es mi amiga secreta. —Tom se puso serio, sabía que eso era meterse en problemas, pero a la vez era ganarse la confianza de Bill.

Recordó la mirada de la pequeña chica de trenzas en la que él estaba seguro era su amiga secreta, era cuestión de acercarse a ella y averiguar. Todas las mujeres eran de contarse sus cosas, de seguro ella sabía algo.

—Lo haré, averiguaré a quién le has tocado. —Bill le sonrió y eso significó mucho para Tom quien le devolvió la sonrisa también.

La tarde había llegado tan apresurada que asustó a Tom, los días en el campamento pasaban tan rápido que lo ponían triste.

Mientras Bill lavaba los platos por demorarse ya que no tenía apetito, Tom se acercó a la chica, tocando su hombro y viendo cómo ella se sonrojaba al ver que se trataba de él.

—Hum, hola —sonrió y ella le sonrió también, acomodándose los lentes que tenía—. Hum, ¿cómo te llamas?

—Estefany, tú eres Tom.

—Sí… —silencio incómodo y Tom miraba a todos lados. La pequeña Estefany miraba aquellas rubias pestañas que tanto le gustaban—. Bueno, yo… tengo una pregunta. —Ella prestó atención—, es algo que no debo preguntar… —rió nervioso, rascándose la nuca y se mordió el labio, ella parecía emocionada con cada gesto de su rostro—. Hum… sé que tú sabes algunas cosas y… es porque necesito saber…

—Ya, sé directo. —La chica batió las pestañas esperando alguna declaración de amor.

—¿Conoces a mi amigo Bill? El de cabello negro.

—Ah, sí —dijo restándole importancia.

—Verás, sé que sabes a qué chica le ha tocado, ya sabes, lo de amigo secreto, hum, quisiera saber si me lo podrías decir. —Ella se puso seria, no pensó que de eso se tratara la conversación.

—Es secreto. —Dijo cruzándose de brazos y Tom le sonrió, tomando su brazo, la miró con ojos de perrito abandonado.

—Por favor, será nuestro secreto, no le diré a nadie sólo tengo una inmensa curiosidad. 

—Pero es secreto. —Tom se emocionó porque ella no dijo desconocer, ella sabía, estaba cerca de saber la verdad.

—Estefany, por favor, por favor… hago todo lo que quieras, de verdad, pídeme algo y te lo doy. —La chica abrió los ojos y miró a ambos lados. No había nadie, los demás estaban cerca de las carpas y ella permanecía cerca del comedor, adentro, Bill terminaba de lavar los platos.

—¿Lo que quiera? —Tom asintió.

—Lo que sea, lo haré si me dices. —La chica se sonrojó más y ansiosa, movía sus manos y apretaba los labios, mirando a ambos lados y luego abrió la boca.

—Quiero… si tú puedes, quiero un… —Tom abrió los ojos sorprendido por tantas reacciones nerviosas de la chica—. Un… un besito tuyo. —Tom pestañó rápido y luego miró a ambos lados.

—Oh… —rió nervioso y lamió sus labios. Se sentía nervioso, pero sabía que sería la única manera.

Bill terminaba de poner los platos en su sitio y luego de secar sus manos y suspirar hondo, salió de la cocina viendo a los dos jovencitos tan juntos. Su amigo Tom se le acercaba lentamente hasta besarla muy rápido. Bill se ocultó detrás de una columna de madera y frunció el ceño. No pensó sentir celos alguna vez, pero era eso lo que sentía y la incomodidad le hizo poner una mueca de fastidio y permanecer oculto, ¿qué pasaba? ¿Quién era esa chica? ¿Cómo así Tom besaba a alguien?

Estefany miró a Tom con ojos brillosos, era su primer beso y Tom se puso serio, alejándose un poco de ella. 

—Y bien, ¿quién?

—Eso fue… hermoso. —Tom suspiró deseando tener paciencia.

—Gracias, pero tenemos un trato.

—Sí. —Ella se puso seria—. No me junto con ella, pero escuché… 

—Dime ya.

—¿Conoces a Naty? La que anda con Andreas, a ella le tocó tu amigo. —Tom abrió la boca sorprendido, no había sospechado de ella, la chica que lo besó por primera vez a la que ahora restaba importancia.

—¡Gracias! —Tom casi corrió rumbo a las carpas en busca de Bill, pensando que éste se encontraba por allá.

Bill salió de su escondite y lentamente se acercó a la pequeña chica que seguía suspirando, parada en la entrada del comedor.

Los dos se vieron a los ojos y ella se percató que ese extraño chico era una especie de rival, la forma en cómo la miró fue tan clara, no bastaron palabras para declararse enemigos.

Tom buscaba entre los muchachos que se juntaban en grupos para pasar la tarde libre y no hallaba a Bill, ¿dónde estaba? Así que sólo pensó en la opción de la casita, pasando la cerca.

Corrió emocionado y llamó. —¡Bill! —una cabeza se asomó por la pequeña ventana, era Bill quien se había adelantado, y le pasó la cuerda para que subiera. Tom, muy emocionado, subió y se sentó a su lado—. Te tengo noticias…

—¿Qué pasó en el comedor? —preguntó serio y sin mirarlo. Tom tragó saliva analizando, no sabía que Bill había sido elegido como castigado de la tarde para lavar los platos, así que no supo que estaba en la cocina.

—¿Cómo? Bueno, averigüé a quién le tocaste, no lo vas a creer.

—Te vi. —Tom se angustió, se sintió descubierto, entendió que Bill se refería al beso que le dio a la chica de trenzas—. Vi que besabas a esa chica de lentes con trenzas.

—Oh, yo… —Tom no sabía por qué se había angustiado como si hubiera sido descubierto siéndole infiel—. Lo siento, es que era un trato…

—¿Un trato?

—Me pediste averiguar, lo hice, ese era parte del trato, no siento nada por esa niña, no la conozco.

—¿La besaste por averiguar a quién le había tocado? —Tom asintió, aún preocupado, pero el rostro de Bill se iluminó en una sonrisa de satisfacción—. ¿De verdad?

—Lo juro.

—Entonces, dime. —Tom sonrió, Bill no parecía estar molesto o decepcionado.

—Le tocaste a Naty. —Bill se puso serio, Naty era una de las chicas que había estado el año pasado.

—Gracias. —Miró al vacío analizando.

—¿Estás mejor? ¿Gané tu confianza? ¿Me dirás qué es lo que te está pasando? —Bill sonrió y giró a verlo a los ojos.

—Sí, pero ahora no, ahora quiero… quiero esto. —Se acercó a sus labios y los besó dejando a Tom totalmente sorprendido y con el corazón latiendo cada vez más rápido. Sus manos, a ambos lados de donde estaba sentado, tomaron las mantas y las estrujaron y de forma lenta cerró los ojos ante su primer largo beso…

¿Qué les pareció? ¿Qué creen que pasará? Saludos a todos y gracias por comentar *-*~

3 comentarios:

  1. Aww...Por fin ese beso *.* Espero que ahora Bill si confie mas en Tom...Me quedo con ganas de mas >_< realmente no puedo esperar a leer el cap 9...Pink saludos para ti también espero que te este yendo muy bien y que pronto tengas un tiempo para Adultez que estoy enfermo por leer el cap 21...Un beso y un abrazote! de Nico n.n

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  2. OMFG!!...... Me imaginé cada escena *_*
    Estuvo increible Pink.
    Qiero maaas!!!!!!.
    Gracias por subir un nuevo capi,, esperaré ansiosa el siguiente :3

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  3. -Nico: *-* subiré prontito el capítulo nueve :3 y verás qué pasará... y cierto x_x necesito un tiempo especial para Adultez x_x no lo olvidaré. Saludos *-*

    -Karolina: qué bien *,* espero te haya gustado! pronto subiré más n_n Saludos~

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