jueves, 6 de diciembre de 2012

Helado de Fresa - III


Hola a todos *-* si les contara mi vida xd bueno, estoy tan atareada y mis tiempo libres lo uso para escribir otras cosas ;_; estoy escribiendo una novelita ajena a TH y mi familia está interesada en leer, así que por eso tardo. Espero les guste este capìtulo. Besitos~
Tarta de Fresa

—Ya pues mamá —reclamaba Tom, ella era de tratarlo como a un niño—. Sólo será una noche, nada más, necesitamos estudiar mucho.

—Ya pasaron los examenes Tom, tú quieres jugar, no estudiar. —Quizá quería jugar, pero no de la manera en la que su mamá pensaba…

—Sí, estudiar, lo juro, sólo será una noche, nada más… —Puso carita de cordero degollado y su madre suspiró, aún pensaba que Tom le mentía, pero, ¿acaso los niños no necesitan tiempo para la recreación? Es un derecho. Ella lo pensó detenidamente poniendo una mano en su mentó y haciendo sonar uno de sus tacones en el suelo.

—Hum… —Miraba a Tom que aún mantenía su cara patética—. ¿Y allá te darán de cenar y te arroparán antes de dormir, verdad? —Eso era tan infantil, pero su madre lo hacía.

—Sí madre.

—¿Tendrás el celular encendido?

—Sí. —A Tom se le empezaba a formar una sonrisa.

—¿A qué hora dormirás? —Lo miró seria, haciendo sonar su tacón en el piso.


—Eh… —Él en realidad ni pensaba dormir—. Eh… a las nueve, como siempre, Bill también duerme a esa hora, sus padres son estrictos madre, son muy cultos y lo mandan a dormir temprano, existe mucha disciplina en su casa así que por esa parte ni te preocupes.

—Hum… —Simone era tan sobre protectora—. Me das el teléfono de su casa y sólo así podrás ir.

—¡Sí! —Gritó tan fuerte y subió corriendo hacia su habitación a alistar su mochila.

Días antes Bill le había insistido para pasar toda una noche en su casa, había hablado con sus padres y ellos felices de conocer a su amigo especial del cual Bill les hablaba, pero Tom tenía a su madre complicada, ella no le dejaría pasar una noche fuera de casa… pero, aceptó después de tanta súplica.

Estaba que sentía muchas sensaciones dentro de él, conocería más a Bill, conocería su casa y su familia, y todo lo que hacía allá. Se sentó en su cama y mandó un mensaje de texto.

“Bill, podré ir, hoy dentro de horas estaré allá, sólo mándame el número de tu casa, mi mamá lo necesita” Esperó la respuesta, y no se imaginó que su celular cambiara de música por una de llamada, en la pantalla el nombre de Bill.

—A… aló Bill —contestó emocionado.

Tomi, no lo creo, vendrás ¡wuiii! —chilló emocionado—. Entonces te espero a las seis, ¿de acuerdo?

—Sí, estaré a esa hora…

Una cosa, ¿te gustan las tartas? —Uy, a Tom le encantaban.

—Sí, me encantan.

¿De fresa? —Exactamente de fresa no, pero ya no importaba, sabía que algo de fresa comería.

—Claro, tiene que ser de fresa.

Jijiji, sí, entonces te veo pronto.

—Ahí estaré —Y Bill cortó.

Se recostó aún pensando en todo, movía los brazos como formando ángeles de nieve, aunque estaba sobre su cama, es que estaba contento, una risita salió de sus labios y luego se sentó en busca de su mochila, ¿qué llevar? Alistó algo de ropa y algunas revistas, debía pensar en llevar alguna película, pues era obvio que no estudiarían, no había tareas ese día, era un viernes y al día siguiente, sería un relajante sábado.

—De seguro le gusta Strawberry Shortcake. —Rió imaginándose a Bill mirar algo como eso en la televisión.

Media hora pasó y Tom se acomodaba las rastas frente a su espejo, debía verse lindo. Luego bajó con su mochila a pedirle dinero a su madre, ella miraba una de sus novelas de siempre.

—Listo madre, ahora me voy y necesito… eh… algunos euros. —Ella lo miró analizando su aspecto, Tom rodó los ojos, venía una tanda de observaciones.

—¿Llevas tu cepillo?

—Sí.

—¿Calcetines?

—Sí

—¿Pijama?

—Sí. —En realidad no, su pijama tenía ositos por algunos lados, era vergonzoso e infantil, no dejaría que Bill le viera con eso, además en realidad no dormirían, hablarían toda la noche de seguro, su vientre se revoloteó al pensar en eso.

—¿Libros, celular, chaqueta de abrigo, jabón, toalla de mano, linterna, pasta de dientes, pañuelos, números de emergencia por si algo pasa en el camino? —Tantas preguntas, Tom contestó a todas con un ‘Sí’ casi automático.

—¿Algo más? Estoy retrasándome.

—El teléfono de esa casa. —Tom se lo dio escrito en un papel. Después de tanto Simone se despidió con un abrazo prolongado—. Mi niño, recuerda todos los valores que has aprendido en esta casa, los buenos modales, no nos hagas quedar mal, ¿de acuerdo? —Tom asintió—. Y mañana estás aquí antes del almuerzo.

—En la noche mami.

—No, antes del almuerzo. —Resignado lo aceptó. Caminó hacia la puerta y salió—. ¡Estudien mucho! —gritó ella y a Tom se le formó una sonrisa en sus labios.

Una hora en tren era mucho, pero era lo que tardaría para ver a Bill al llegar al paradero en donde quedaba la calle de su casa, caminó buscando su dirección anotada en un papel. Se intimidó al ver todas las casas que había por esa zona, era una muy residencial.

—483, aquí. —Que nervios tocar el timbre, miró su reloj, hora exacta seis de la tarde, que puntual. Tocó aquel timbre y una voz sonó.

—Residencia Kaulitz, ¿a quién busca?

—¿Está Bill? —Hubo un silencio, Tom no sabía cómo tomarlo, ¿y si era por su voz? Que eternos minutos, quiso tocar otra vez pero pensó que sería de muy mala educación. Luego un sonido lo alertó, tragó saliva, frente a él la puerta de abrió y un emocionado Bill lo abrazó.

—Tomi. —Dio unos saltitos y lo jaló para dentro de casa.

—Hola Bill…

Entraron ambos chicos por un camino algo largo, era un enorme jardín con pequeños árboles, Tom divisó a un lado una piscina y al otro lado un lugar con mesitas y sombrillas. Luego entraron por una enorme puerta de vidrio hacia su sala, Bill lo invitó a sentarse. Estaba tan emocionado que no dejaba de sonreír, eso le infundía confianza a Tom que estaba tan nervioso.

—Tu casa es muy grande.

—Nah, es normal, ¿quieres conocerla? Vamos. —Tomó de la mano a Tom y lo condujo, luego lo soltó al ver que su padre salía de un estudio—. Él es papá; papi, él es mi amigo Tom. —Tom tragó saliva, su papá tenía cara de malo, le extendió la mano y lo saludó.

—Hola Tom, Bill habla mucho de ti, que bueno que hayas venido. —Uf, le regresó el alma al cuerpo, su padre era amable como Bill.

—Mucho gusto señor.

Luego Bill lo jaló por un pasillo, hacia el jardín trasero, uno grande donde había muchas flores, estaba una señora ahí regando las plantas.

—Ella es la señora Amelia, es mi nana. —Tom no sabía que Bill tenía una—. Me conoce desde que nací, es muy buena.

—Buenas tardes señora —saludó Tom y ella le sonrió.

—Hola Tom, Bill me habla mucho de ti. —Tom casi se sonrojó, le conocían… ¿qué le diría Bill a ellos? Tragó saliva—. Sé que te gustan las fresas como a él, por eso les he preparado una rica tarta, ¿la sirvo ahora? —Bill saltó de la emoción gritando un ‘¡Sí!’ luego de un rato estaban sentados en unas mesitas ahí en el jardín y la señora Amelia les servía unos trozos de aquella tarta.

Bill estaba tan feliz, no podía ocultar su emoción, a cada rato lo miraba y le sonreía, entonces Tom agachaba la cabeza incapaz de hacer algo, se reía cómplice y a veces le guiñaba un ojo. Así continuaron comiendo esa tarta y Tom vio a una niña acercarse a ellos.

—¡Billy! —gritó ella, tendría unos ocho años y vestía un vestido verde muy bonito.

—Ella es mi hermana Daniela, es algo gritona, pero divertida. —Ella se detuvo al ver a Tom, lo miró extrañada, ¿quién era él?

—¿Quién es él? —Lo señaló con descaro sin mirarlo.

—Daniela él es Tom, Tomi, ella es Daniela —habló Bill terminando su tarta de fresa.

—Hola.

—Hola. —Tom se intimidó, ella no sabía de él.

—¿Qué es eso? —Le señaló su cabello—. ¿Es de verdad? —Tomó una rasta y la jaló.

—¡Auch!

—¡Daniela! Déjalo en paz —gritó Bill algo molesto.

—Oh, era de verdad, jijiji. —Ella dio media vuelta y se fue corriendo.

—Hermanitas menores —justificó Bill. Tom desearía haber tenido una o uno, ser hijo único no era divertido… Y además Bill tenía un papá. Tom ahí sentado, pensó en lo mucho que su madre significaba para él, aunque sea algo sobre protectora, era la única que tenía, debía valorarlo.

Ambos chicos llevaron sus platillos a la cocina y los dejaron ahí, estaba oscureciendo y Bill quería mostrarle su habitación y su lugar de juego, no sería una noche de estudio, iba a ser algo diferente, quería estar con él todo el tiempo y compartir sus cosas. Lo llevó a su pieza y le señaló una camita que se armaba, la que sería de Tom para cuando tengan sueño, estaría cerca de su cama y a Tom se le encogió el estómago de imaginarse que vería a Bill dormido en aquel lugar, su corazón se aceleraba a cada momento que descubría algo de su pelinegro. Dejó su mochila sobre la camita y salieron de ahí. Bill lo condujo a otro cuarto, al que llamó ‘cuarto de video’ y Tom pensó que verían una película, esperaba que no sea alguna tipo Strawberry Shortcake, pero se encontró con unos ‘juguetes’ extraños puestos sobre unos almohadones. Aquel lugar estaba acolchado y alfombrado, parecía relajante estar ahí. Se quitaron las zapatillas y Bill acomodó los almohadones y prendió el enorme televisor conectando muchas cosas que Tom no entendía.

—¿Conoces Guitar Hero World Tour? —preguntó conectando cada cosa del juego. Tom no sabía qué era eso, pero no iba a quedar como un retrasado a comparación de Bill.

—Claro, de guitarras... sí.

—Ajá, sólo que este es una banda, tiene micro y una batería. —Buscó con la mirada a lo que se refería y lo encontró, esos juguetes eran del juego, una guitarrita, una batería algo rara con círculos de colores y un micro negro estaban cerca de él.

—Que genial, jejeje… —¿Por qué su madre no le compró algo así alguna vez? Ni Mario Bross sabía jugar. Estaba nervioso, no quería decepcionar a Bill, parecía tan entusiasmado armando ese juego.

—Tocarás la guitarra, pareces un guitarrero, Tomi. —Lo miró con sus ojos brillantes, el corazón de Tom se aceleró y tomó esa guitarra que ni cuerdas tenía, sólo una, y botones raros. Él había tomado clases de guitarra en la escuela sabía algo de ella, pero no de un juguete así de extraño—. Yo seré el cantante y la loca de mi hermana sabe tocar la batería, ¡Danielaaaaaa! —gritó y ella apareció saltando.

—¡Sí! —gritó ella tomando su pequeño instrumento empezó a golpearlo locamente, Tom tragó saliva mirando la enorme pantalla en donde aparecería ese juego, estaba frío, ¿y si no podía?

Una música fuerte empezó y no sabía qué hacer, Daniela le miraba feo y Bill se concentraba en cantar energético… Tom no dejaba de mirarlo.

—¡Mira la pantalla, tonto! —Gritó Daniela—. Sigue los colores, esos ¡esos! —Señaló con su baqueta—. Aplasta los botones, ¡principiante! —Que niña más gritona, pensó Tom, pero poco a poco pudo seguir las instrucciones.

Rato en rato Bill lo miraba y le guiñaba un ojo, Tom agachaba la cabeza perdiendo puntos, qué importaba, se estaban divirtiendo. Daniela parecía una posesa en su instrumento, así que Tom se acercó a Bill, se miraban provocativamente.

Jugaron así por casi dos horas en las que Bill terminó sin voz, Daniela terminó recostada en un almohadón y cayó dormida segundos después, y Tom aún tenía el corazón acelerado, todo había sido intensamente divertido.

Amelia, la nana, entró y se llevó a Daniela dejando a ambos chicos estar hasta un poco más tarde, ya no eran niños, estaban creciendo, podían dormir a las doce.

Bill se dejó caer exhausto sobre un almohadón e invitó a Tom a su lado.

—¿Te divertiste? —preguntó y Tom asintió recostándose a su lado.

—Mucho… deberías ser cantante, ¿lo has pensando? —Acarició su mejilla y Bill cerró los ojos, suspirando.

—Sí, lo he pensado muchas veces, pero mi padre quiere que sea un abogado como él y mi madre quiere que sea un médico como ella, así que lo que yo quiero dudo y pueda ser posible.

—No te rindas Bill, no dejes que nadie arme tu vida, tú eres una estrella, naciste para brillar… —Bill le sonrió y se pegó más a él, Tom extendió una mano y lo abrazó por la cintura, a Bill le dio cosquillas y se rió un poco—. Me encanta cuando ríes. —Bill extendió una de sus manos, acarició sus rastas metiendo sus dedos entre ellas, sus rostros estaban tan cerca que inmediatamente Bill se sonrojó sintiendo mucho calor y Tom estaba helado de nervios, tenía a Bill en sus brazos y no sabía si besarlo o no besarlo.

Generalmente cuando lo besaba o Bill lo hacía, eran pequeños besos que después ambos disimulaban al romperlo, buscando cambiar el tema, o hablar de algo que no tenga que involucrarlos sentimentalmente, ¿por qué? Pues porque no tenían la experiencia para manejar eso a sus catorce años, y casi siempre los besitos eran motivos de mucho nerviosismo y sonrojos prolongados para ambos… pero parecía que esta vez no había escapatoria, estaban tan cerca y ambos los deseaban. Entonces Tom tomó la iniciativa y se acercó, sintió como Bill se estremecía en cuanto sus labios dieron contra los de él, esta vez presionando un poco más y fue largo… Tom no se movía, tampoco Bill, ambos estaban tan nerviosos, era como descubrir algo nuevo y excitante.

Se separaron y ambos estaban agitados, pero ninguno se alejó del otro, Bill lo miró y Tom miraba cada detalle de su fino rostro cerca del suyo, empezó a besar cada parte de él, sus mejillas, su frente, su mentón y luego otra vez sus suaves labios, esta vez Bill jadeó sonoramente, era algo diferente, era casi un gemido y Tom se separó mirándolo curioso, Bill respiraba agitado y se pasó la lengua por sus labios esperando por más… Tom tenía su rostro entre sus manos y lo besó, esta vez se pegó aún más, tenían sus vientres pegados y Tom se precipitó sobre él, apoyándose a ambos lados de Bill y éste abrió su boca un poco más, la lengua de Tom acarició la suya y Bill gimió.

—¿Estás bien? —preguntó Tom, ya que pensaba que Bill se quejaba.

—Sí. —Acercándose a Tom lo besó, pero luego Tom lo presionó un poco, Bill gimió un poco más fuerte y se separó empujando a Tom casi de reflejo—. Lo siento. —Se disculpó—. Debo ir… un momento al baño —dijo agitado y ruborizado sin mirar a Tom.

Y así fue, se zafó de Tom y salió casi corriendo de ahí, Tom se quedó agitado pensado si fue su culpa o algo así, tal vez se había precipitado, aún su corazón bombeaba rápido y su sangre se había concentrado en un solo lugar, se tocó la entrepierna jadeando ante eso, estaba tan duro, y se lamentó por eso.

Bill tardó tanto y Tom tuvo que contar ovejitas en su mente… aunque éstas eran fresitas con patitas. Se durmió sobre los almohadones soñando que estaba junto a Bill comiendo algún postre de fresa, podía ver su sonrisa en su sueño.

Bill regresó y se detuvo en la puerta mirando a Tom dormir de costado sobre un almohadón, se le acercó sigiloso y se recostó a su lado, lo abrazó por la espalda y ahí se quedó dormido aspirando su aroma.

Luego de algunas horas la nana entró y cargó a Bill para llevarlo a su cama, Tom se despertó ante eso y siguió a aquella mujer a la habitación, vio que arropó a Bill que seguía durmiendo. Los latidos de Tom aumentaron cuando pudo ver algo de su piel desnuda, y no lo sintió correcto, se dio la vuelta mientras la nana le ponía el pijama. Luego, al voltearse, vio que Bill tenía puesto un pijama el cual tenía un osito en una parte, Tom sonrió.

—¿Siempre es así? —preguntó curioso, susurrando. Ella lo miró y asintió.

—Aún es un bebé —rió y terminó de cubrir a Bill con las mantas. Tom no era el único infantil…

Luego que la nana se fue, Tom se dispuso a dormir en aquella camita que Bill le había preparado. Así lo hizo…

n_n~ espero les haya gustado, es lindo cuando todo parece amor del bueno. Besos a todos *-*

7 comentarios:

  1. me encanta *-* siempre será mi fic favorito. es muy tierna esta historia y recuerdo cada detalle y no me cansa volver a leer :)
    espero el proximo capitulo
    besos pink
    Cris :)

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  2. me encanta *-* siempre será mi fic favorito. es muy tierna esta historia y recuerdo cada detalle y no me cansa volver a leer :)
    espero el proximo capitulo
    besos pink
    Cris :)

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    1. Hallo *-* ¿de verdad? que lindo n_n
      pronto subiré el que sigue..
      besitos <3

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  3. Bellos!! Hermosos!! Parecen dos peque?os gatitos!! X"3 que le pasio a Bill?? Acaso fue muy sexy?? Jujuju me encantan!! XD

    Esperare el proximo :'3 tomate tu tiempo
    Cuidate... ;)

    Bye, bye

    Ah.. algo mas, tu me podriaz dar el link del blog dd aliss?? Eres muy amiga de ella y me gustaria guardarlo en mi cel comk lo hice con el tuyo.. me ayudas Pink?? :)

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    1. Hallo *-* shi, son así... y pues a Bill le pasó eso que le pasan a los chicos cuando se excitan XD y tuvo mucha verguenza de mostrarse así a Tom.
      muah<3 Y claro, el blog de Aliss es este: http://aliss-r-aleman.blogspot.com/ espero la leas, es genial <3

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  4. Hallo <3 shi *-* me alegra que lo veas desde ese punto pues así es esta primera parte del fic, del fic en sí porque lo otro "fresas amargas" es una extención del fic.
    Besos <3 <3

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  5. Aiññ que tiernos no puedo con tanta ternura

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