viernes, 21 de diciembre de 2012

Minino~ 17


Hola a todos, lamento demorar en actualizar, aquí está este capítulo que algunos esperaban jujú~ 1313 XD veremos n_n Un abrazo grande a todos :*


La oscuridad comenzó a adquirir tonalidades azules, más para Bill que para Tom.

Algunas lucecitas se iluminaban en sus ojos, como estrellas salidas de algún lado, flotando frente a él mientras su garganta ronroneaba y todo su cuerpo temblaba tanto.

Tom besaba su espalda. Y cada beso que le daba le hacía estremecer. Se movía agitado sobre las sábanas azules, hasta que una mano comenzó a acariciar su trasero de manera suave. Eso lo tensó mucho, y se encogió en la cama, evitando el contacto de Tom.

—No… —se quejó nervioso. Y comenzó a cubrir su cuerpo desnudo con las sábanas.

—Minino, ven aquí. —Tom se arrodilló en la cama, podía verlo un poco ahí, envuelto entre sus sábanas como un animalito asustado. Le pareció tan inocente.

Bill no quería mirarlo mucho, sentía que le quería comer con esa mirada penetrante que tenía. Se hizo a un lado y Tom sonrió, se metió bajo las sábanas y le abrazó por la cintura, de costado los dos, frente a frente, podía ver el brillo de los ojos de Bill, pestañear a cada momento.

—Tom…

—Humm… —Tom podía sentirlo temblar y estar agitado. No quería asustarlo, así que detuvo sus caricias, solo permaneció ahí, cerca suyo besando de rato en rato sus labios y su frente.

—Estoy… estoy caliente —dijo en un jadeo y luego se mordió el labio arrepintiéndose de hacer dicho semejante cosa vergonzosa.

Vio como Tom le sonrió emocionado y luego le besó en los labios, bajando por su cuello y hasta su hombro desnudo— lo estamos… No eres el único.

Aún así, Bill se sentía algo extraño. Como si Tom pudiera descubrir algo de él, o avanzar tan lejos que su mente no alcanzaba a imaginar eso.

Sus manos traviesas fueron a las trenzas de Tom, a perderse en ellas y le quitó las orejitas de conejo que ahí tenía. Escuchaba la respiración agitada de Tom, algunos soniditos extraños que salían de su garganta y se perdían en la noche tormentosa.

Estaba sudando, y todo contacto le producía tanto calor. Las manos de Tom eran directamente sobre su piel, y esta vez se movían de arriba hacia abajo sobre su cintura y caderas desnudas. Bill gimió un poco alto, ocultando luego su cabeza en la almohada. Estaba muy nervioso. Tom se detuvo otra vez.

—Lo lamento —se disculpó Tom, acariciando su espalda. Bill estaba boca abajo otra vez…él se sentía bastante infantil, pero no podía evitar intentar ocultar lo que su cuerpo quería y demandaba. Sentía que pronto estaría fuera de control y no sabía qué podría pasar. Estando boca abajo se lamentó por Tom, pues podía percibirlo inquieto y muy deseoso de él.

—No sé —dijo en un susurró—, no sé cómo complacerte… —Tom besó sus hombros insistentemente, podía entenderlo.

—Me complaces, siempre lo haces con cada cosa que haces —le habló en susurros, y luego el cielo se iluminó de un relámpago. Pudo apreciar a su novio boca abajo con esa colita que se movía de un lado al otro, haciéndole cosquillas en el cuello, y el mover inquieto de sus orejas negras—. No haré nada que no quieras…

—Es que no sé qué quiero… —se sinceró— quizá no sé qué quieres…

—Yo solo quiero estar contigo así, todo lo que dure nuestro tiempo juntos. —Bill sonrió desde su posición y luego su cuerpo tembló en cuanto Tom volvió a tocarlo, esas caricias suaves que sabía que le gustaban.

Con la yema de sus dedos sobre su fina espalda, causando que se arquee hacia arriba, levantara el trasero y gimiera largo y agudo. Se tapó la boca ante eso, pero fue incapaz de pegarse a la cama otra vez. Las luces en sus ojos volvieron a parpadear, esas cosas como una aurora boreal, como la misma electricidad le recorría la espalda y estallaban en el ambiente, eso le asustaba un poco pero a la vez deseaba mucho más.

Tom desde su perspectiva, se excitaba cada vez más, al verlo así. Cada relámpago le daba una bonita visión de su novio gozando en la cama. Era algo que no pretendía olvidar. Y eso que aún no había ido lejos, pero él sabía que debería tener el control, o podía echarlo todo a perder.

—Ahh… no puedo —jadeó Bill abriendo instintivamente sus piernas y sintiéndose tan duro. Se mordió los labios, aún con la cabeza apoyada en la almohada y arrodillando sobre la cama.

Sintió a Tom tocarle las piernas con tanta delicadeza y sus labios estaban repartiendo besos en su espalda, causando en él tantas intensas reacciones. Casi no respiraba bien, tenía la boca abierta por oxígeno y ronroneaba cada que podía. Sin querer, de sus ojos se derramaban lágrimas hacía la almohada. Era una experiencia nueva, intensa, que le producía un cierto temor, pero a la vez, el placer era tal, más siendo conciente de que estaba con Tom ahí.

Una mano de Tom, subió por la cara interna de una de sus piernas, lentamente hacia su miembro endurecido. Bill gritó del susto y sus manos se clavaron en las sábanas, desacomodando todo, se estremeció, pero Tom con más besos en su espalda, lo tranquilizó. Ya le estaba tocando ahí, y no quería sacar su mano de esa zona.

Tom, con los ojos cerrados, se centró en el placer del minino, acariciándole lentamente, sintiendo luego su mano humedecerse por el líquido preseminal.

—Ahh… ¡Tom! —se asustó un poco en cuanto sintió la otra mano de Tom en una de sus nalgas, acariciándole.

Tom pudo sentir todo aquel estremecimiento y el minino se deshizo de su agarre. Se removió en la cama desesperado y agitado. Se dio la vuelta encarando a Tom. Éste solo podía ver los ojos amarillos brillar tan grandes en la oscuridad.

—Minino… —Tom jadeaba excitado, arrodillando sobre la cama. Quería abalanzarse sobre Bill y hacerlo suyo. Pero Bill estaba en las sábanas intentando controlar su calentura—. Tranquilo…

—No sé qué me pasa… —Se recostó ahí, mirando a su novio respirar agitado, esperando por él ahí cerca. Un relámpago le mostró a Tom que Bill estaba recostado en la cama con las piernas semi abiertas y se removía desperado con una mano sobre su vientre y otra reposaba cerca de su cabeza, con la que cogía las sábanas y las desordenaba.

—Oh, cielos, eres precioso… —Quiso avanzar, pero sus pensamientos lo detuvieron, se mordió el labio reprimiéndose e hizo puños con sus manos. No presionaría a Bill, sabía que todo ello era tan nuevo para el pequeño.

Bill inocentemente se tocó la entrepierna y gimió ante ello, quitando su mano de ahí, mirando cómo Tom intentaba verlo, y le acariciaba una pierna.

—Ahh… —gimió otra vez al tocarse de nuevo.

—Eso es normal Bill, todo lo que haces, es normal, así pasa… —tragó saliva, su erección dolía.

—Creo que… —pestañeó seguido, y volvió a tocarse ahí—. Me gusta esto… ahh…—se removió en la cama en cuanto su pulgar presionó su glande, gimió de placer.

Y luego alzó tan alto una pierna tocando la mejilla de Tom con la punta de su pie. Éste se lo tomó y avanzó entre sus piernas. Y fue cuando Bill se agitó al verlo totalmente desnudo, especialmente con la tremenda erección que tenía entre sus piernas. Su pene erguido dispuesto a penetrar, un poco más grande que el suyo. —Tomi… —jadeó siendo tomando de la cintura por Tom entre sus piernas, y alzado luego para ser atraído hacia él. Se apoyó en sus codos arqueando su espalda.

Y luego sintió sus suaves besos en los labios, como sonaban, como jadeaba en su boca, y como tocaba sus piernas, abriéndolas un poco más poniéndolas en sus costados para que se sujetaran ahí, mientras su pequeño trasero se apoyaba en sus muslos, para que no esté directamente en la cama y aplastara su colita.

Las manos de Bill se aferraban a la cama, apoyado por sus codos, recibía los besos de Tom, que se hacían más intensos.

Sus ojos se abrieron al sentir su miembro tocar el suyo, gimió algo desesperado llevando la cabeza hacia atrás. Y viendo intensificarse las luces en su vista, casi como pequeños fuegos artificiales de colores medios rojizos.

—Tom… Tom… —Tom amaba tanto que su novio gimiera su nombre, qué cosa más agradable era escucharlo así.

—Te amo Minino —le dijo comenzando a moverse tanto sobre él, la fricción entre sus miembros los hizo temblar a ambos de una manera intensa. Era como hacer el amor. Lo estaban haciendo.

Todo comenzó a salirse de control en cuanto Bill llevó sus manos hacia atrás y apretó la cintura de Tom con sus piernas, arqueándose por más contacto. El de trenzas gimió y tomando las caderas de su novio, aprovechando su posición, las alzó tan alto que ambas piernas fueron a sus hombros y sus labios directamente a su trasero causando eso un grito de sorpresa al otro.

—¡Tom! —gritó removiéndose desesperado ante esa nueva posición y sobre todo ante el atrevimiento de Tom de hundir su cabeza ahí… justamente ahí.

Pero Tom no le contestó, solo sacó su lengua y lamió como nunca antes había hecho en su vida. Las pupilas brillantes de los ojos del felino fueron hacia atrás, perdiéndose en esa sensación extraña, muy extraña. Todo su cuerpo tembló en una, y trató de librarse moviendo sus piernas, e impulsándose hacia atrás con sus brazos. Pero Tom le sostenía de las caderas fuertemente, manteniendo su cuerpo hacia arriba, abriéndole las nalgas con ambos pulgares y metiendo su lengua en su pequeño agujero.

Bill tenía la mente totalmente en blanco en aquel instante y los colores en su vista brillaron tanto como miles de estrellas fugaces que pasaban chocaban entre ellas y explotaban en destellos luminosos de muchos colores. La electricidad de su cuerpo aumentar que incluso Tom la sintió como pequeñas ráfagas de calor entrando a su cuerpo y causándole estremecimiento. Era algo totalmente nuevo jamás experimentado con ninguna mujer antes. Era algo quizá sobrenatural.

Sintió que Bill pronto llegaría, y con sus manos en sus caderas, lo bajó un poco. La cola de Bill le rodeó el cuello de inmediato en cuanto Tom se metió todo el miembro de Bill en la boca.

—¡Ahh! —un grito fuerte y algo desesperado lo llevaba al clímax de la situación. Apretó el cuello de Tom con lo único que pudo, su cola.

Tom sonrió un poco y lamiéndole ahí, Bill pudo enfocar sus ojos acuosos y brillantes en los suyos, lujuriosos. —Minino, tu colita está como una bufanda en mi cuello, no pretendes ahorcarme, ¿cierto?… —Le sonrió otra vez, y Bill desenroscó su cola de su cuello, y acarició con ésta las mejillas de Tom—. Gracias… ¿te gusta? —preguntó sintiendo como Bill movía las caderas en dirección a su boca, queriendo entrar ahí. Tom la abrió entendiendo que sí le gustaba aquello.

Bill maulló tan alto que Casimir, sentado cerca de ahí apreciando todo, se erizó hasta las orejas y se dio la vuelta nervioso.

—¡Ahh! —gritó sintiendo como su cuerpo llegaba al máximo de todo aquel placer. Una corriente lo azotó fuertemente y abriendo la boca se impulsó hacia arriba, y sintió como se corría, liberando todo su placer en luces luminosas, como fuegos artificiales intensos que vio en toda la oscura habitación.

Todo su vientre manchado de algo que al principio su mente absorta le dijo que era leche. Pero luego supo lo que eso era. Miró a los ojos de Tom, cómo éste se lamía los labios aún entre sus piernas, poco a poco lo bajaba hacia la cama y ahí lo dejó.

Bill temblaba tanto, aún la electricidad caliente recorría su cuerpo, eso había sido tan intenso. Podía ver a Tom que se acariciaba él solo ahí arrodillado, escuchaba sus jadeos. Bill no sabía qué hacer…

—Tomi… —susurró aún agitado, suspirando hondo cada vez que abría la boca.

Tom se corrió en su mano. — Espérame Bill… no tardo —En plena oscuridad se levantó tomando la bata que estaba sobre la cama, se la puso como pudo y salió rumbo al baño.

Se aseó, se puso unos negros bóxeres limpios y regresó en segundos con una pequeña toalla en manos. Su novio sobre la cama, yacía avergonzado por el desastre causado en aquellas sábanas. Tom pudo adivinar aquello.

—Lo siento —decía el pequeño tratando de cubrirse con las sábanas, intentaba limpiarse su semilla sobre su vientre, no sabía cómo ocultarla.

—Deja… esto es normal, descuida —se sentó a su lado y prendió la pequeña lámpara que tenía al lado. Bill se sobresaltó con eso.

—Tom… no… —Los ojos de Tom repasaron fugazmente todo el cuerpo desnudo de Bill y luego se dio la vuelta por consideración a él.

—Está bien —dijo pasándole la pequeña toalla sin mirarlo. Bill la tomó y con eso se limpió.

Se levantó de la cama con las piernas temblándole y buscó sus bóxers blancos que yacían en el suelo. —¿Puedo usar el baño?

—Esta es tu casa, Bill —habló aún dándole la espalda.

El Minino caminó medio temeroso hacia el baño, y ahí terminó de limpiarse. De curiosidad se pasó los dedos por su trasero, cerró los ojos y sus mejillas se colorearon al recordar los labios y la lengua de Tom ahí.

Se limpió el sudor y otros fluidos del cuerpo, se mojó el rostro y el cabello, pasando sus suaves manos por sus orejas, su rostro y cuello. Demoró algo tratando de estar presentable otra vez para Tom.

Regresó a la cama encontrando a Tom en solo bóxers, con la lámpara prendida y recostado en la cama de sábanas verdes. Las había cambiado. Un espacio a su lado le indicaba su lugar, y una sonrisa de parte suya, le indicaba que lo esperaba y deseaba.

Bill no dudó en apresurar su paso y recostarse ahí, moviendo la cola insistentemente. Apoyó su cabeza en el pecho de Tom y recibió muchos besos en la cabeza.

—Eres precioso… —un susurro agradable entró por sus oídos gatunos— Y eres mío. —Un brazo fuerte rodeó su cintura pegándolo más a su cuerpo tibio, su colita se enroscó en ese brazo, acariciándolo con lo suave de ésta. Bill sonrió de felicidad… sus ojos se cerraban poco a poco.

Y recordó algo.

—Tomi, no dejes que duerma, no me dejes en mis sueños…

—Debes descansar, también descansaré, mucha actividad hoy Minino… —Pero Tom no entendía.

Bill intentó decirle algo más, pero sólo salieron de él balbuceos inentendibles. Tom besó su frente mientras lo dejaba dormir sobre su pecho. Él también dormiría después de aquello. Una sonrisa se formó en sus labios queriendo que no sea mañana en donde su minino tendría que cruzar esa puerta, o quizás su ventana y no regresar más…

Bill movía sus manos, acariciando el pecho de Tom y ronroneando entrado en un sueño profundo poco a poco. Eso le pareció tan tierno a Tom quien ahora entendía cuán gato era Bill… le besó en la cabeza otra vez y tapó su cuerpo semi desnudo con las sábanas. Vio el reloj que tenía sobre su mesa de noche, cerca de las once de la noche… Dormirían hasta el día siguiente.

Y otra vez estaba en aquella habitación. Esta vez lucía algo diferente todo, las paredes ya no eran blancas, eran medias celestes. Frunció el ceño al ver aquello, ¿quién las había pintado? ¡Era su mundo interior, no debieron tocarlo!

Igual él sabía que mejor era quedarse ahí. En sus sueños era de día, uno muy luminoso, el sol entraba por la gran ventana con cortinas blancas que se movían de un lado al otro. Se sentó en el suelo dándose cuenta que estaba semi desnudo.

—¡Y mi ropa! —se angustió un poco… vio un armario grande de madera tallada en un lado de la gran habitación y se acercó a ello.

Dentro del armario había muchos conjuntos de ropas negras, frunció el ceño al ver que todo era del tipo de ropa que usaban aquellos hombres gatos que ahí había visto. La tal Misha y el otro, Jared. De los cuales él no quería saber mucho, más que todo por temor a descubrir algo que lo incomodara, tenía esa pequeña sensación de que ellos tenían malas intenciones para con él.

Pero no tuvo otra opción que ponerse uno de esos trajes algo ajustados, negros de cuero que le formaban una linda figura.

Luego de eso, en el fondo del armario vio una especie de fotos, unas sumamente raras pues parecían ser de pedazos de telas, parecían ser como pinturas más que fotos. Tomó dos de ellas, eran algo antiguas. En ellas había una mujer con orejas de gato como él, cargando un pequeño bebé, uno casi del tamaño de una mano, un hombre gato bebé desnudo llorando. Pestañeó rápido ante ello, sintió nauseas y tiró la tela estampada tomando otra. En ella estaba pintado a blanco y negro un hombre muy alto, uno que tenía orejas de gato también, en una especie de atardecer algo oscuro y en la imagen se veía esos ojos brillar, Bill suspiró ante ese retrato, aquel hombre gato tenía puesto una ropa media raída y no tenía zapatos, detrás de él, se dibujaba una casa de madera con una chimenea de la cual salía humo. El hombre tenía un pico en una mano.

—¿Será granjero? —cada cosa le desconcertaba más. Mientras miraba esas imágenes, algo en su pecho latía tan audiblemente, su corazón se desesperaba tanto que le causaba temor. Era como descubrir cosas que quizá él no quería saber.

Tomó una última imagen y era una especie de retrato familiar. Una señora con una falda larga de la cual una larga cola negra sobresalía, estaba cerca de un señor, el supuesto granjero, pero esta vez vestía un traje, uno antiguo. Debajo de ellos había tres pequeños niños de tamaños iguales, con orejitas de gato y colitas también. Sonreían todos… como una familia.

Abajo, había una especie de números, y una marca de huella de gato. “1145” decía. Volteó la tela y encontró otra pintura. Una casa quemada, había una fecha “1147” y era la misma casa que había visto, la del granjero.

Se horrorizó y retrocedió, cerrando el armario tan rápido. Su respiración estaba agitada. Él no quería descubrir más cosas… él no quería dejar de ser Bill Kaulitz, ni quería dejar de vivir la vida que tenía junto a Tom.

La luz que entraba por la ventana, fue empañada por una sombra, la silueta de una mujer, Misha entraba, y detrás de ella, su compañero Jared. Ambos vestidos casi igual y moviendo muy seguido las colas que tenían.

—Hola, Minino —saludó ella. Bill estaba parado cerca del armario agitado y con los ojos llorosos.

—Hola —saludó Jared, sonriéndole y haciéndole un gesto con la mano como un saludo.

—No quiero hablar con ustedes… —dijo algo lloroso.

—¿Qué pasa? Somos tus amigos, somos como tú, no debes temernos.

—¡Es mi sueño! ¡Esto no existe! ¡Por qué pintaron mis paredes! —Los otros dos rieron tan alto, y casi se le salen lágrimas de tanto reírse.

—Cierto —habló Jared—. Paredes celestes, un color bonito, pero no lo pintamos, lo hiciste tú… ¡Cómo pudiste dejarte tocar por él! —le gritó causando que Bill diera un salto en su sitio— ¡Él no es tu dueño!

—No me hables así, no te conozco. ¡Y dejen de espiarme! —gritó bastante sonrojado. Al parecer ellos dos sabían lo que había pasado con Tom. Ese recuerdo lo llenaba de bochorno. Era algo tan íntimo.

Y por aquella experiencia sexual de hace poco, la casita de sus sueños había cambiado de color… Pero Bill no entendía eso.

Misha se le acercó, y pasó sus largas uñas por sus mejillas enrojecidas, calientes por la vergüenza. —Minino, él no es para ti, él es… impuro. —Bill frunció el ceño, y de un manotazo quitó la mano de ella de sobre su rostro.

—Él es mi novio. —Jared se le acercó y lo miró a los ojos fijamente, Bill esquivó su mirada pero él tomó su rostro en sus manos y le obligó a que lo viera, Bill abrió la boca de la sorpresa al verlo entrar en su mente. Pero a comparación de Misha, éste no entraba a ver sus recuerdos, él entraba a poner imágenes nuevas en él…

“Un señor vestido de negro, cuidando de un pequeño niño con orejas de gato, uno como él, de ojos muy celestes. Sentado en sus piernas jugando con un pequeño ratón de hule. Aquel hombre era muy alto y su risa era grave, su mirada penetrante. Sentado en un sofá de cuero. Era un humano, no un hombre gato”

Bill se removió tratando de no ver más, y logró bloquear esa imagen algo rara.

—Déjame —pidió agitado y Jared lo soltó.

—Él es tu dueño.

—No lo conozco… ¡No!

Su miedo se intensificó y una voz conocida entró al sueño.

—¿Bill? Amor mío… —era Tom.

Los otros dos hombres gatos fruncieron el ceño, sabían que pronto Bill se iría, al parecer Tom lo despertaba.

—Verás que no miento —habló Misha—, verás que Tom no es quien piensas, él no podrá cuidar de ti… no perteneces allá, eres de nosotros, nos perteneces Bill —sonrió al saber su nombre de humano.

—No quiero verlos más —dijo Bill—. ¡Quiero que me dejen en paz!

—Bill —la voz de Tom le llamaba.

Moviéndolo con una mano, logró despertarlo.

Bill, al abrir sus ojos y ver los bellos ojos de su novio, se lanzó a sus brazos. Tom lo besó en los labios y trató de calmarlo.

—Parecía que tenías una pesadilla —le dijo. La mañana comenzaba, la luz entraba por la ventana y era un nuevo día. Bill no dejaba de temblar y estar agitado.

—Lo siento —dijo separándose de él.

—No lo sientas, estoy aquí. —besó la punta de su nariz.

—Tomi… —pestañeó seguido, algo nervioso.

—Dime.

—¿Me querrías aún sabiendo que no soy de este planeta? —Tom sonrió y suspiró.

—Sí…

—Aún sabiendo que… quizá viva poco…

—Sí…

—Aún sabiendo que… no soy el único en el mundo.

—Eres único.

—No… Contesta.

—Sí, aún sabiendo que hay dos como tú, te querría solo a ti.

—Aún sabiendo que otros me quieren llevar lejos de ti, ¿me esperarías si tuviera que tardar? —Tom frunció el ceño, él no entendía cuál era el punto de todo eso… Eran dudas extrañas y descabelladas para él.

—Pues sí… Espero y pueda visitarte allá en Teltow, lo haré Bill. —El pequeño se aferró más a él. Se sentía seguro, claro que confiaba que Tom podría protegerlo de cualquier cosa rara que pasara.

Misha estaba equivocada…

—Bésame Tom, antes que salga por tu ventana, bésame como sólo tú lo haces, que el mañana es incierto y mi pasado también. Solo quiero mi presente contigo, solo eso…

Tom podía sentir con cada palabra, con cada latido y esa mirada que algo serio pasaba con Bill. Pero no lo sabía, ni tan siquiera imaginarlo…

Minino... Pronto se verá un poco más de su pasado y de sus antepasados, existe más "gente" como él... Besos y disfruten de la vida <3

6 comentarios:

  1. ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO & soy el primer comentario xD


    WOOW!!! Es es increible!! pero pero ami me hubiera gustado que.. ;_; lo hicieran bien e_é bueno bueno soy una pervertida xd mejor de poco a poco solo espero que Bill no se valla >:c

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    1. hahahha >:3 me laegra que te haya gustado, pero ya tendran tiempo para hacerlo :)
      besos <3 <3

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  2. SIMPLEMENTE LO AMEEEEEEEEEEEEE!!! ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

    Fue tan…tan…Wooow!! *-*
    Pensé que lo harían…pues "bien" :PP pero aun así, fue tan tierno y perve a la vez <33'

    Hum… Misha & Jared no me agradan ewé dejen al minino :@

    Bueno, solo quería decir que ame el capitulo, y esperare el otro, C:

    Cuidate!, que estés bien, besos.

    Atte: Alejandra

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    1. hallo <3
      gracias *-*!! y creo que es muy pronto para que lo hagan jijiji veremos qué más pasa
      pronto subiré el resto
      muah <3

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  3. Ohhhh DIOSSSSSSSSS!!! sos una geniaaa!!!

    Quiero el cap 18 APURATE....

    OH INCENDIO TU CASA :3 y si lo voy a hacer xD
    JAJAJAAJAJA

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    1. hallo <3
      gracias, es demasiado <3 ya subí el que sigue jaja no hay necesidad dde quemar nada
      besos <3 *-*

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