viernes, 28 de diciembre de 2012

Minino~ 18

Hola a todos, lamento tardar en actualizar, espero no vuelva a pasar e_e Este es uno de mis capítulos preferiddos ni idea del porqué, pero quizá sea porque lo llegué a visualizar más. Espero les guste y dejo una imagen de la diosa Bastet.

Simone despertaba en los brazos de Georg. Casi de un sobresalto se sentó en la cama despertando a su pareja.

—Simone, apenas son las seis de la mañana… —se quejaba.

—Lo sé, pero debo llamar a Bill. —Buscó su celular en el bolsillo de su pantalón que yacía sobre la cama y marcó su número.

—Ya es grande… —balbuceó Georg—. De seguro duerme.

—No me contesta, debemos regresar. Lo dejamos solo totalmente en el estado en que estaba después de terminar con el novio. —Georg frunció el ceño.

—Mataré a ese desgraciado si lo vuelvo a ver cerca de nuestro niño. —Simone rió comenzando a vestirse.

—Será mejor que te apures o te dejo, Geo. —Éste la tomó del brazo, recostándola en la cama otra vez—. Oh no, nada de otra vez… sabes que no me gusta hacerlo en la mañana.

—Al menos un besito, uno grande. —Hizo un puchero con todo el cabello revoloteado y Simone accedió.

Georg quería más besos, pero Simone lo detuvo. Georg se sentó en la cama y le tomó de la mano deteniendo por un momento sus intenciones de salir de la cama. —Espera, Simone, hay algo que quiero comentarte. —Ella lo miró curiosa y asintió—. Esto puede sonar raro, pero lo he estado pensando, es con respecto a Bill. —Simone se sobresaltó un poco, pero Georg acariciaba su mano.

—Dime.

—Pues… La otra vez vi un programa de televisión, de una mujer que había sufrido algo… no sé cómo lo llamaron, pero ella, se desorientó, o sea, ella no era conciente de eso y cambió su nombre, su identidad de la noche a la mañana por alguna cosa que le pasó, esta señora caminó tanto que llegó a otra ciudad en… no sé qué estado de Estados Unidos, la cosa es que ahí ella encontró un niño, que decía que era su hijo, lo secuestró de su familia…

—Espera —cortó ella algo incómoda—, ¿qué estás queriendo insinuarme?

—Déjame terminar… Ella creía que ese niño era su hijo, pero ¿sabes? En la vida real de esta mujer nunca había tenido uno, solo su mente le hacía creer eso… Creo que lo que sufrió los psicólogos lo llamaron un trastorno disociativo, como una amnesia… o sea su mente se partió en dos y creó una parte… ella sin darse cuenta creó una vida paralela de la suya, recuerdos nuevos...

—¡Georg! ¿Estás insinuando que estoy loca?

—¡No! Simone, calma. —Ella quería levantarse de ahí pronto—. Digo esto porque… quizá la manera en como llegó Bill a tu vida no sea la manera real, la manera que tú crees…

—Oh claro, él salió del desagüe de la bañera y creí que lo parí, ¿a eso te refieres?

—No, o no lo sé…

—¡Georg! —gritó molesta.

—Lo qué sé es que debemos llegar al fondo de todo esto, Simone, algo pasó ese día, no pudo haber estado en tu vientre y luego salir así de la nada…

—Sabes Georg, no me importa, así me lo hayan entregado extraterrestres y me hayan puesto en la mente que lo parí, no me importa, él es mi hijo y lo quiero así. Ahora, si me lo permites, debo ir por mi hijo. 


***

Muchos besos, uno tras otro, en sus labios, en sus mejillas, en su frente. Su respiración otra vez volvía a agitarse. Aún estaban en la cama.

—Debo irme —dijo en un susurro mientras Tom le besaba simplemente.

—No, no te vayas, Bill —suplicaba teniendo una pequeña esperanza de hacerlo quedar.

—Debo… Mis padres tienen todo listo para que me vaya, no hay marcha atrás —dijo sincero, no pensando en sus palabras. Abrió los ojos en cuanto Tom dejó de besarle en todas partes.

—¿Padres? —Bill abrió los ojos captando su error. No debió decirlo así, pero ¿hasta cuándo podría seguir callando eso? No quería seguir mintiéndole, no a Tom quien era su novio y ahora lo sentía más íntimamente conectado—. Bill, ¿por qué los llamas padres?

—Lo son. Bueno, más Simone, ella es mi mamá y Georg, es el novio de mamá que me crió desde pequeño. —Tom lo miraba sorprendido, pero no le creía.

—Simone es sólo tres años mayor que yo, y ella me dijo que era tu hermana, es diferente que tú quieras llamarla mamá, pero en realidad no lo es. —Bill suspiró resignado ante la explicación sabia de su novio.

—Sí… —Y calló. No quiso decirle que tenía cinco años y que Simone lo había engendrado de la nada y un día nació en una bañera siendo él del tamaño de una mano.

Se levantó de la cama, buscando su ropa. Le pesaba tener que irse. Tom se levantó con él, y ambos se vistieron.

—Al menos desayuna conmigo —le pidió Tom, tomándole de la mano para salir de la habitación. Bill asintió y Tom salió primero a poner un poco de agua caliente para el desayuno.

Bill suspiró yendo al baño a asearse. En el camino se encontró con Casimir, quien se lamía una pata.

—Casimir… tú no has visto nada —le dijo a lo que Casimir se le acercó enredándose en sus piernas, comenzando a frotarse.

La mañana era fría, y luego que el desayuno estuviera listo, ambos tomaban una taza de café y comían algunas galletas. Tom hacía llamadas telefónicas.

—Es una emergencia… sí, juro trabajar este fin de semana, gracias señor Morris, allá nos vemos —Y colgó. Tom miró a Bill y le sonrió.

—Minino, les ayudaré con la mudanza, ¿puedo? —Bill sonrió y apoyó su cabeza en su pecho.

—Claro, así conocerás Teltow y podrás regresar a visitarme. —Tom acarició la mejilla de Bill, para él sería aún más difícil dejarlo ir… si tan solo habría una forma de hacerlo quedar.

Salieron de la casa de Tom muy abrigados y Bill le hizo pasar a la suya. Todo estaba en cajas, Tom suspiró resignado.

—¿Tu hermana no está?

—No, se fue con Georg a… no lo sé, cosas de padres. —Rió. Pero otra vez Tom lo miraba serio.

—Se ve que son muy sobre protectores contigo… para que los llames padres. —Bill lo miró algo triste y le jaló de la mano hacia el sofá, Arrimando algunas cajas, él se sentó ahí viendo como Bill abría una caja buscando algo—. ¿Qué buscas, Minino? —El rostro del pequeño era de tristeza en cuanto le pasó un álbum de fotos.

—Mira esto… y dime qué piensas —las orejas de Bill decayeron y su colita de puso hacia arriba, tensa.

Tom tomó el álbum y lo abrió. —Minino, eres tú. —Sonrió emocionado al ver las fotos de bebé, pero luego su rostro cambió a uno de sorpresa—. Espera, Simone… ella es… se supone que ella debe ser niña si tu eras un bebé… Espera, un bebé no es así… —cerró el álbum y miró a Bill quien estaba con un rubor en las mejillas y totalmente triste. Tom tenía los ojos muy abiertos y mentalmente decía que se calmara.

—Trae el álbum —pidió Bill extendiendo su mano.

—No. Espera un momento —suspiró—. Quiero verlo… y quiero que te sientes a mi lado a explicarme.

—No podrás entender muchas cosas…

—Intentaré, ¿no crees? —Tom se levantó del sofá y lo jaló, Bill se resistió un poco, pero luego terminó sentado junto a Tom.

—Me querrás menos —dijo Bill con minúscula voz, Tom se sobresaltó y lo encaró.

—¿Qué clase de persona crees que soy, Bill? No hay nada en este mundo que me haga quererte menos, en serio. —Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Bill, y Tom cogió su colita acariciándola—. Esto debe estar moviéndose, no tensa. —escuchó cómo Bill comenzaba a ronronear y su vista se enfocó en el libro de fotos, uno pequeño de algunas fotos, solo algunas.

La primera que vio, era de Bill con un roponcito blanco durmiendo sobre una almohada.

—Eras muy pequeño… ¿naciste sietemesino? —Bill negó.

—No lo sé… Pero si ves esa foto, la mano de mi mamá cerca… —Tom lo notó, el largo de la mano de aquella mujer, era del largo de su cuerpecito.

—Que pequeño… Es increíble que hayas sobrevivido, y me dijiste que no naciste en un hospital…

—En una bañera —rió Bill, Tom lo miró fijamente, anonadado.

—Eres un milagro… —pero luego vio la fecha de la foto—. Primero de septiembre del dos mil cinco… ¡Qué! ¡Este no eres tú! —Bill se encogió en el sofá queriéndole quitar el álbum—. Lo siento, no gritaré otra vez, quiero ver; descuida, déjame entenderlo, ¿tienes dieciséis años? —Bill negó con la cabeza—. Es que debes tener esa edad… no puedes tener menos, es ilógico —El dedo de Bill fue hacia una foto en donde tenía un año… aparentaba tener tres, y era su fiesta de cumpleaños con una bella torta, ahí estaba Simone, casi como se le veía en este tiempo, con su cabello negro liso, maquillada, a su lado estaba Georg, con el cabello un poco más corto que en este tiempo, pero ya joven.

Tom enmudeció por unos momentos. Él quería a Bill y mucho, pero descubrir tantas cosas nuevas, a él le dio algo de temor, es que una cosa es sentirse enamorado de alguien y otra ser conciente que quizá ese alguien no sea humano, entonces ¿qué era? Las manos de Tom estaban heladas, vio aquella foto de la fiesta…

—Simone es tu mamá —declaró y Bill asintió—, pero Georg, no —negó aún en silencio—. Y tú tienes cinco años.

—Sí —dijo con una pequeña voz.

—¿Debo creer todo esto, Bill?

—No miento —sus ojos se aguaron y Tom sintió partírsele el corazón.

—Está bien —lo jaló para abrazarlo, aún con esa sensación extraña. Bill se dejó abrazar y tocó las manos de Tom frías y algo temblorosas.

—Estás asustado —Tom asintió desde su posición—. Lo lamento…

—No. Gracias por decirme esto… Bill, yo…

La puerta de la casa se abrió. Simone entraba junto a Georg encontrando a los dos sentados ahí, con el álbum de fotos.

—¡No! —gritó Simone desesperada, yendo hacia Tom y quitándole el álbum de sus manos.

—Mamá, calma —dijo Bill poniéndose en pie.

—¡Qué haces tú aquí! —gritó Georg dirigiéndole la mirada a Tom.

El de trenzas se levantó de ahí, alzando ambas manos, intentando decir que no hacía nada malo.

Georg se le acercó con la intención de sacarlo de ahí, pero Bill, sin gorra y mostrando su cola, le gruño molesto, eso sonó como una feroz fiera de esas grandes, que puso los pelos de punta a todos los presentes.

—Él ya lo sabe —declaró Bill y Simone comenzó a llorar, Georg fue con ella.

—Lo lamento mucho —decía Tom muy nervioso—. No tienes por qué ponerte así, Simone. —Intentó acercarse a ella pero Georg le lanzó una mirada de rabia abrazando a su mujer.

—Calma todos —dijo Bill tomando una mano de Tom, y se sonrojó un poco—. Tom y yo somos novios…

—¡Pero Bill! —gritó Georg.

—Papá, tú eres el menos indicado para hablar. —Georg agachó la cabeza, aún abrazando a Simone quien lloraba algo angustiada—. Tom nos ayudará con la mudanza.

—Sí —habló Tom bastante nervioso—. Lamento las molestias que les he causado, ahora sé quién es Bill y créanme jamás le haré algún tipo de daño. —Simone lo miró a los ojos, aún con lágrimas en los suyos.

—¡Cómo confiaremos en alguien como tú!

—No defraudaré a la persona a quien amo —dijo seguro, apretando un poco la mano de Bill—. Lo protegeré igual que ustedes.

Minutos después, todos los presentes estaban sentados en las cajas y el sofá que quedaba. Simone dejó de llorar.

—Tom —habló ella—, esto es importante para nosotros, Bill es mi hijo, la única razón de mi vida, no sabes lo difícil que es renunciar a la vida misma para proteger a quien uno quiere. Y sabes, soy capaz de matar por él, ¿me oyes?

—Mamá…

—Shh, Bill —ella le chistó y Bill bajó las orejas, Tom la escuchaba atento, y aún tenía su mano entrelazada con la de Bill y le acariciaba con el pulgar—. Si estás con Bill, que sea pese a todo, ¿entiendes?

—Así será —juró Tom. Y recibió unas palmadas de apoyo en la espalda de parte de Georg.

—Ya —dijo Georg—. Ahora como te has comprometido con la mudanza, debemos sacar todas las cajas.

Ambos hombres se levantaron de ahí. Y aunque Tom no podía aún creer algunas cosas, quiso estar con ellos, junto a Bill, lo había jurado.

—¿Por qué tienen que mudarse? —preguntó Tom cargando algunas cajas junto a Georg.

—Es peligroso que nos quedemos… Hay una mujer que ha visto a Bill, ya sabes, él la salvó, y esta mujer declaró cómo era y todo, ¿sabes todo lo que le podrían hacer si lo descubren? ¿Qué crees?

—No lo sé… —Tom se quedó un poco asustado ahí, imaginando que alguien viniera a la casa y quisiera llevarse a Bill para experimentar, para saber su origen.

—Podrían llevarlo, quitárnoslo… yo que sé, por eso nos mudamos. —Tom asintió.

Para él comenzaba otra forma de ver la vida, su propia vida… Él amaba mucho a Bill, pero no podía evitar sentir temor de todo lo que estaba viviendo.

—Georg…

—¿Sí? —Ambos ya abajo, cargaban las cajas para meterlas en sus autos.

—Bill… él… ¿crece rápido? —Georg asintió dándole unas palmadas en el hombro.

—Sí, tiene cinco años, es como que cada cuatro meses cumple un año… ya casi tendrá dieciséis esta navidad, el próximo año tendrá dieciocho, después, ya sabes…será mayor que nosotros —Tom tomó una bocanada de aire ahí abajo, necesitaba respirar hondo, imaginándose todo aquello.

—No puede ser… morirá antes que…

—Sí, pero no lo digas, ¿quieres? Eso está prohibido hablar inclusive con el mismo Bill, no lo hagas o de verdad te las verás conmigo.

—No lo haré…

—Vamos.

—No, discúlpame —se apoyó en el auto aún respirando hondo—. Estoy algo conmocionado, sube tú y luego te alcanzo… —Georg se le acercó y se apoyó en el auto a su lado, le pasó un cigarro.

—Te entiendo, Tom, sé que es difícil… ¿Sabes? Trato de convencer a Simone para… para buscar respuestas, estoy seguro que hay una explicación lógica detrás de todo el misterio de Bill, alguna forma de evitar su crecimiento, saber de dónde vino así… Esas cosas. Pero Simone se rehúsa, claro, es que quiere protegerlo.

—Dios… —exhaló—. Solo quiero que sea feliz, en serio que sí…

—Debemos protegerlo —puso una mano en el hombro de Tom y éste asintió. 

***

Ya las cosas estaban metidas en ambos autos, y Georg manejaría uno con Simone, mientras Tom iría en el suyo junto a Bill, siguiendo a Georg.

Bill puso música en la radio de Tom para amenizar el viaje de una hora. Tom lucía serio y bastante triste, por más pequeñas bromas que Bill le decía…

—¿Traerás a Casimir alguna vez? Extrañaré a mi amigo gato… —rió, pero Tom no—. ¿Qué pasa Tom?

—Pues solo pienso, Bill. No quiero dejarte allá y luego regresar a casa sintiéndote lejos. —Bill apoyó su cabeza en el hombro de Tom.

—Tampoco lo deseo, pero es algo que debo hacer para… creo que ya lo sabes.

—Quiero protegerte igual que ellos, que tus padres.

—Algún día seré mayor, ya sabes, iré contigo a casa… Claro, si tú quieres —Tom suspiró.

—Quiero… incluso quiero llevarte ahora. —Bill se mordió el labio.

—Déjame hablarlo con mamá, estoy seguro que ella querrá mi bien.

Teltow, era un pueblo pequeño. No más edificios grandes para Bill. Alquilaron una casa pequeña con un jardín trasero. La casa estaba semi amueblaba, así que solo tenían que acomodar sus cosas, ya que muebles, cocina y camas, habían.

Ya era la tarde y los cuatro pidieron comida por teléfono, almorzaron ahí en medio de risas… Bill se sentía tan libre de poder caminar sin tener que usar la gorra. Tom se había relajado un poco.

—Así que mañana tienes trabajo —habló Georg a Tom.

—Lamentablemente… Pero regresaré cada vez que pueda, me gustaría mucho algún día vivir con Bill —Simone se sobresaltó.

—Pues por ahora vive con sus padres —dijo ella algo seria. Tom asintió y Bill le guiñó un ojo, él hablaría con ella.

Luego de algunas horas, Tom debía regresar…Estaba junto a Bill en su auto, habían decidido salir a despedirse. Tom le besaba en los labios y no quería separarse de él. Bill ronroneaba y se agitaba gimiendo bajito en cada beso, uno más grande que el otro, sintiendo las manos de su novio sobre su cuerpo.

—Te extrañaré… Te extrañaré… —le decía Tom—. Volveré pronto.

—Tom —diciendo su nombre lo abrazó hasta casi sentarse en sus piernas—. Prométeme que no me olvidarás…

—Nunca —dijo repartiendo besos en su rostro, besándole en cada segundo.

Bill lamió una lágrima que descendía por su mejilla. Tom lloró en silencio con Bill sentado en su regazo. Las emociones de las sorpresas del día se habían acumulado y salieron minutos antes que partiera de regreso a casa.

Bill tomó cada salada lágrima y su garganta dolió en un nudo de impotencia… Él quería estar con su novio.

—¡Bill! —Georg llamó por la ventana de la casa… ya era tarde.

—Te amo Tom —le susurró en el oído y Tom besó sus labios.

—Regresaré pronto, ten encendido siempre el celular.

Un último beso que los dejó sin aire fue dado y al separarse, Bill salió del auto. Se despidió con la mano y Tom casi no lo pudo ver. Arrancó hacia su casa…

Un largo viaje de regreso en la fría noche… Sin Bill.

Llegando a casa, pasó de Heidi quien la esperaba en el pasillo, y se metió a su casa. Mañana sería un día de mierda para él, más trabajo y sin las posibilidades de ver a Bill.

Apagó las luces de su cuarto y se dispuso a dormir. Aunque no podía… Estaba pensando en todo lo que ese día había vivido, Bill tenía cinco años, pronto moriría… Ahora estaba lejos y él se sentía impotente. Estaba enamorado, pero ¿cuánto podía sacrificar por Bill?

Casimir subió a la cama erizado totalmente. —¿Casimir? —éste gruñía y sus ojos brillaban en la oscuridad —¿Qué pasa gatito?

En medio de la oscuridad dos ojos brillantes aparecieron, unos ojos un poco más grandes que los del gato. Tom se sentó en la cama con el corazón bombeando a mil, era Bill… ¿cómo? No lo sabía, pero era su Minino.

Encendió la lámpara.

—Bill… —Pero luego al ver bien a la criatura, Tom retrocedió en su cama y prácticamente cayó de ella dando un grito desperado—. ¡Quién eres tú! —peguntó queriendo enfrentar a esa mujer esbelta que le sonreía mostrándole sus colmillos, agitando su negra cola.

—No te asustes, Tom —dijo con voz sensual—. Me llamo Misha, soy amiga de Bill.

—¡No! —Él estaba parado en la esquina de su habitación, buscaba con su vista algo con qué defenderse, algo le decía que ella no era amiga de Bill—. Es una broma, ¿verdad?

—No. —Ella tenía un pequeño látigo en la mano, el cual hizo sonar y Tom se sobresaltó frunciendo el ceño.

—Sal de aquí…

—No. No sin antes hablar contigo de algunas cosas… —Se le acercó mostrándole sus largas uñas. 

***

Bill, muy cansado dormía. Pero en sus sueños, no veía nadie, estaba solo.

Abrió el armario que había a un lado de la habitación de la casa celeste, y sacó las pinturas que encontró. Luego pateó el armario, buscando más. Estaba curioso… Entonces, de arriba de éste cayó un pergamino antiguo.

Bill tosió por el polvo esparcido y luego tomó el pesado pergamino.

Lo abrió y miró muchos jeroglíficos raros… Y la imagen de una diosa Egipcia, la diosa Bastet.

Y luego las imágenes en aquel pergamino, tomaron movimiento… Bill se sobresaltó, su pulso se aceleró, pero su curiosidad permanecía intacta.

En el lejano Egipto, una mujer con facciones de gato se le reveló a un hombre una noche en medio de los matorrales de un sembrío… lo engatusó con su mirada y su dulce voz y éste la llevó al palacio del Faraón. Y cuando el Faraón la vio, quedó petrificado por su belleza y rareza, la proclamó diosa. Le hizo un templo en el cual le hacían muchas fiestas. Se declaró sagrado a todo gato que existía en aquel Imperio.

Algunos hombres, los más prestigiosos del Imperio, los sacerdotes de Bastet, podían acostarse con ella. Y Bastet tuvo crías, muchas de ellas, las cuales las ponía en unas canastas especiales, los bebés eran pequeños del tamaño de su mano, ella podía parir entre tres a cinco crías a la vez… pero no lograban vivir mucho tiempo. Apenas de niños, morían sin explicación aparente.

Aquellas crías eran antropomorfas, tenían forma de humanos con colas y orejas de gato. Todos ellos vivían solo en el templo de la diosa, aunque difícilmente llegaban al año de vida. Pequeños niños que aparentaban tener tres años, morían débiles en sus cestas mientras dormían. La diosa Bastet lloraba y muchas veces se enfurecía tanto… decían los egipcios que se transformaba en una feroz leona cuando esto pasaba… Solían hacerle muchas fiestas para tenerla contenta. Pero ella era muy fértil, salía preñada cada seis meses, y el drama volvía a repetirse.

Pero un día, en una guerra civil desatada en pleno Imperio, hizo que un ejército de rebeldes ingresara con antorchas de fuego al templo de la diosa, el cual destruyeron, saquearon y cada miembro que ahí vivía, fue sacrificado. Incluida la diosa.

Años después… el Imperio se volvió a establecer, aún los gatos eran considerados sagrados, y la diosa era recordada… Pero todo eso era rememorado como una leyenda conforme los años pasaban. Pero uno de sus hijos, había logrado escapar de la matanza, solo uno.

Bill cayó de rodillas con el pergamino en manos, viendo como el pequeño escapaba de la matanza, corriendo por entre las plantaciones de trigo, llegando hacia el río Nilo y ahí se lanzó… Totalmente erizado, se dirigió muy lejos flotando en un tronco. Bill pudo sentir la angustia de ese pequeño, quizá de un año y medio de edad…

Sus lágrimas cayeron por sus mejillas al encontrar de alguna forma sus orígenes… Él estaba seguro que esos eran sus parientes.

Uniendo piezas, las telas grabadas que ahí había con la imagen del señor granjero y su familia, no coincidían en fechas con lo acontecido en Egipto… Pero estaba claro el origen del hombre gato granjero, éste provenía de la descendencia de uno de los hijos de Bastet, pero ¿y Bill?


¿Y Bill? es la gran pregunta. Pronto todo el misterio será revelado y quién sabe, se darán cuenta del verdadero peligro. Besos a todos *-*

14 comentarios:

  1. ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!

    Aunque no me gusta la idea de que Bill deje solo a Tom pero se lo merece ¬¬

    Por cierto & MISHA QUE QUIERE DE TOM?!! Hara que Tom se asuste & se aleje de el ;___________;

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    1. hallo <3 jijiji gracias
      ya verás lo que Misha quiere, toca un capítulo larrrgo, veremos más de ellos
      besos <3

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  2. OHHH DIOS OMG T________T increible.. eres una capa siguela porfis T___T jejejeee

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    1. hallo
      demasiado lindas tus palabras, gacias <3 y lo seguiré
      muah <3

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  3. aaaaaaaaaaaaaaaa noooooo no podre dormir u.u
    aaaaaaaa bill es la diosa?

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    1. hallo <3
      Xd no, no, Bill no es la diosa, pero la diosa es su más lejano ansestro, o sea, ellos vienen de ahí, de esa diosa que en realidad e sun extraterrestre o_o
      besos <3

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  4. Ohmygot, qué hace esa gata ahí? Sabes, aunque tengan buenas intenciones, que no se sabe, no me gustan ni un pelo ;I Ojalá no les hagan nada malo a Tom o a Bill D:
    Buen capítulo, los orígenes comienzan a mostrarse y al fin Tom sabe más de la verdad sobre Bill.
    Cuidate ~~

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    1. hallo, se verá más de esa gata en los siguientes capítulos así como de todo el antepasado de Bill... y ya se acerca la completa verdad >.<
      besos <3

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  5. oijfgndifgihdfsg Yo ya había llegado tan adelanteee en Thfiction :'( Odio a Misha y a Jared. jdkasl <3 Te aaamo Pinky!

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    1. hallo <3 *o* gracias y pues sí, ya pasamos la mitad, pero aún falta mucho para llegar a donde se quedó en thf.es
      besos <3

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  6. Woooooow! *O*
    Tom ya sabe la verdad sobre Bill, y Simone y Georg lo aceptaron de vuelta, me alegra tanto :')
    Los orígenes de Bill empiezan a salir :D espero el siguiente capitulo C:

    Cuidate! que estés bien, besos.

    Atte: Alejandra

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    1. hallo <3 sí, ya era hora que las cosas se supieran n_n
      Pronto subiré el resto, espero te guste
      besos <3

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  7. Te diire la verdad, no e leido el capitulo xD los de minino no los leo, soolo dejo que suvas y los guardo para leerlos despues :D
    y me di cuenta que paso algo realmente horrible D: se me borro una carpeta donde tenia los demas capitulos hasta donde tu lo dejaste en THF D; sufro mmucho ._. pero con ver lo de la diosa Bastet se de que trata *-* *recuerdoslindos* :'D y este capitulo me encanta y el anterior y el proximo xD *o* amo a Minino, ya quiero leer lo que falta, que tu me contaste Dx
    pero bueno Feliz Año nuevo, Cuidate, Pasala bien, te deseo lo mejor
    Besos <3

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    1. hallo XD wow, no sabía eso fgnfgfn y gott con la carpeta, espero sigas el fic hasta la parte en donde te quedaste, veré la forma de terminarlo... omg qué te conté? XD he contado partes a aglgunas y ahora las necesito porque estoy perdida ;_;
      Besos <3

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